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El dilema del 2012: Recortes o crecimiento (¿y por qué no, las dos cosas?) Parte II (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Como en Detroit o Camden los únicos que
están de enhorabuena son los criminales. En Oakland,
octava ciudad del estado, el jefe de la policía local ya
ha advertido que una serie de delitos menores no serán
perseguidos por falta de recursos. Y no parece que, en breve,
vayan a obtenerlos. El desempleo ha pasado del 4,8% durante el
verano de 2006 al 12% de marzo de este año, y lleva
más de dos años por encima del 10%. En la vecina
Nevada, un estado que creció extraordinariamente durante
las vacas gordas, el paro supera ya el 13% y la caída en
el precio de la vivienda fue del 54% entre 2007 y
2010.

Si, como reza el dicho popular, "as goes California, so
goes the nation" (como marcha California, así marcha la
nación), el panorama se tiñe de negro para el resto
del país. Los Gobiernos estatales y el federal no
contribuyen, por lo demás, a aligerar la carga. Gastan
hasta que no pueden permitirse deber un solo dólar
más y legislan frenéticamente, lo que obstaculiza
la creación de riqueza. La recuperación está
muy lejos, y los norteamericanos están empezando a darse
cuenta.

Del sueño americano a una auténtica
pesadilla (¿el fin de la clase media?)

"La destrucción de empleo, el repunte del
precio de los productos básicos, el encarecimiento de la
gasolina y, por su fuera poco, los ajustes impulsados por el
gobierno para reconducir sus cuentas públicas que, en
última instancia, inciden sobre todos los ciudadanos. Toda
una suma de factores que reducen cada vez más la riqueza
de los hogares y, como muchos coinciden, hacen plantearse si la
clase media está en peligro de extinción"…

El sueño americano se está convirtiendo en
pesadilla para la clase media de EEUU (El Economista –
4/5/11)

"La clase media de Estados Unidos está siendo
destrozada y sistemáticamente aniquilada", asegura en un
artículo el Business Insider. Tan sólo hace falta
echar un vistazo a unas cuantas estadísticas para darse
cuenta de que el sueño americano se está
transformando en una auténtica pesadilla.

No hace tanto tiempo, la mayoría de
estadounidenses vivía en casas grandes, las familias
tenían uno o dos coches, no tenían problemas para
comprar la ropa y los alimentos que quisieran y, la
mayoría, aspiraba a enviar a sus hijos a la universidad.
Nada hacía prever que el camino que llevaba años
siguiéndose iba a cambiar.

La mayoría creció creyendo que si
trabajaba duro no tendría ningún problema y que si
hacía todo lo que el sistema establecía como bueno,
habría un lugar para ellos en la clase media. Hasta que
estalló la crisis y el sistema se desmoronó. Ya no
hay suficientes buenos empleos para todos. De hecho, ni siquiera
hay trabajos poco cualificados para la mayoría.

Desde que estalló la recesión se han
perdido 7,25 millones de empleos. A menos que se hagan cambios
fundamentales en materia económica, financiera y
política, los factores que están destruyendo a la
clase media no remitirán.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales
de Estados Unidos, el tiempo medio que un ciudadano está
en paro es de 39 semanas. Pero los trabajos cualificados son cada
vez más escasos y, de hecho, el país cuenta con un
10% menos de "puestos de trabajo de clase media" que hace una
década.

Según datos recogidos por The Wall Street Journal
hay 5,5 millones de estadounidenses que están desempleados
y, sin embargo, no reciben ninguna prestación por
desempleo. Además, el número de empleos de baja
remuneración ha aumentado de forma constante durante los
últimos 30 años y ahora representan el 41% de todos
los puestos de trabajo que hay en Estados Unidos.

Si el panorama no es lo suficientemente desolador, hay
más datos que certifican las dificultades a las que deben
hacer frente los hogares. En los últimos 12 meses el
precio medio de la gasolina en Estados Unidos se ha incrementado
en un 30%. En este sentido, un conductor gastará alrededor
de 750 dólares más por la gasolina en 2011 que en
2010. Por desgracia, parece probable que el precio del
petróleo seguirá subiendo aún
más.

Lo más preocupante es cómo incide la
crisis en los segmentos más vulnerables de la
población, los niños y los ancianos. Según
Alternet, en Estados Unidos, más del 20% de los
niños vive en la pobreza. En el Reino Unido y en Francia
la cifra es muy inferior, de un 10%. Y, según el censo de
Estados Unidos, el número de niños que viven en la
pobreza ha aumentado en alrededor de dos millones en los
últimos 2 años.

Teniendo en cuenta todo este escenario, no
extraña que el 59% de los estadounidenses estén
recibiendo dinero del Gobierno en forma de subsidios de una forma
u otra.

Anexo IV: Clase media americana: del sueño a la
pesadilla (documento original)

– 36 Facts Which Prove The American Dream Is Turning
Into A Nightmare For The Middle Class (Business Insider –
4/5/11)

(Michael Snyder, The American Dream)

The U.S. middle class is being shredded, ripped apart
and systematically wiped out. If you doubt this, just check out
the statistics.

The American Dream is being transformed into an absolute
nightmare.

Once upon a time, the rest of the world knew that most
Americans were able to live a middle class lifestyle. Most
American families had nice homes, most American families had a
car or two, most American families had nice clothes, most
American families had an overabundance of food and most American
families could even look forward to sending their children to
college if that is what the kids wanted to do. There was an
implicit promise that this was the way that it was always going
to be.

Most of us grew up believing that if we worked really
hard in school and that if we stayed out of trouble and that if
we did everything that "the system" told us to do that there
would be a place for us in the middle class too. Well, it turns
out that "the system" is breaking down. There aren't enough good
jobs for all of us anymore. In fact, there aren't very many
crappy jobs either. Millions are out of work, millions have lost
their homes and nearly all of the long-term economic trends just
keep getting worse and worse. So is there any hope for the U.S.
middle class?

No, there is not.

Unless fundamental changes are made economically,
financially and politically, the long-term trends that are
destroying the U.S. middle class will continue to do
so.

The number of good jobs has been declining for a long
time. The good jobs that have been lost are being replaced by a
smaller number of low paying "service jobs".

Meanwhile, the cost of everything is going up. It is
getting really hard for American families to be able to afford to
put food on the table and to put gas in the tank. Health care
costs are absolutely outrageous and college tuition is now out of
reach for millions of American families.

Every single month more American families fall out of
the middle class. Today there are 18 million more Americans on
food stamps than there were just four years ago. More than one
out of every five U.S. children is living in poverty. Things are
getting really, really bad out there.

(Read more:
http://www.businessinsider.com/american-dream-middle-class-2011-5#ixzz1LSS0Qizg)

36 Statistics Which Prove That The American
Dream Is Turning Into An Absolute Nightmare For The Middle
Class

The U.S. middle class is being shredded, ripped apart
and systematically wiped out. If you doubt this, just check out
the statistics below. The American Dream is being transformed
into an absolute nightmare. Once upon a time, the rest of the
world knew that most Americans were able to live a middle class
lifestyle. Most American families had nice homes, most American
families had a car or two, most American families had nice
clothes, most American families had an overabundance of food and
most American families could even look forward to sending their
children to college if that is what the kids wanted to do. There
was an implicit promise that this was the way that it was always
going to be. Most of us grew up believing that if we worked
really hard in school and that if we stayed out of trouble and
that if we did everything that "the system" told us to do that
there would be a place for us in the middle class too. Well, it
turns out that "the system" is breaking down. There aren't enough
good jobs for all of us anymore. In fact, there aren't very many
crappy jobs either. Millions are out of work, millions have lost
their homes and nearly all of the long-term economic trends just
keep getting worse and worse. So is there any hope for the U.S.
middle class?

No, there is not.

Unless fundamental changes are made economically,
financially and politically, the long-term trends that are
destroying the U.S. middle class will continue to do
so.

The number of good jobs has been declining for a long
time. The good jobs that have been lost are being replaced by a
smaller number of low paying "service jobs".

Meanwhile, the cost of everything is going up. It is
getting really hard for American families to be able to afford to
put food on the table and to put gas in the tank. Health care
costs are absolutely outrageous and college tuition is now out of
reach for millions of American families.

Every single month more American families fall out of
the middle class. Today there are 18 million more Americans on
food stamps than there were just four years ago. More than one
out of every five U.S. children is living in poverty. Things are
getting really, really bad out there.

The following are 36 statistics which prove that the
American Dream is turning into an absolute nightmare for the
middle class….

#1 The competition for decent jobs in America has
gotten absolutely insane. There have been reports of people
actually getting down on their knees and begging for jobs. Many
Americans are starting to wonder if they will ever get a decent
job again. According to the U.S. Bureau of Labor Statistics, the
average duration of unemployment in the United States is now an
all-time record 39 weeks….

#2 According to the Wall Street Journal, there
are 5.5 million Americans that are unemployed and yet are
not receiving unemployment benefits.

#3 The number of "low income jobs" in the U.S.
has risen steadily over the past 30 years and they now account
for 41 percent of all jobs in the United States.

#4 Only 66.8% of American men had a job last
year. That was the lowest level that has ever been recorded in
all of U.S. history.

#5 Once upon a time, anyone could get hired at
McDonald's. But today McDonald's turns away a higher percentage
of applicants than Harvard does. Approximately 7 percent of all
those that apply to get into Harvard are accepted. At a recent
"National Hiring Day" held by McDonald's only about 6.2 percent
of the one million Americans that applied for a job were
hired.

#6 There are now about 7.25 million fewer jobs in
America than when the recession began back in 2007.

#7 The United States has lost an average of about
50,000 manufacturing jobs per month since China joined
the World Trade Organization in 2001.

#8 A New York post analysis has found that the
rate of inflation in New York City has been about 14 percent over
the past year.

#9 The average price of a gallon of gasoline in
the United States is now up to $ 3.91 a gallon.

#10 Over the past 12 months the average price of
gasoline in the United States has gone up by about
30%.

#11 Spending on energy now accounts for more than
6 percent of all consumer spending. Every time this has happened
since 1970 we have also had a recession that followed.

#12 The average American driver will spend
somewhere around $ 750 more for gasoline in 2011. Unfortunately,
it seems likely that the price of oil is going to go up even
higher. Already the price of oil is closing in on the all-time
record….

#13 In the United States, over 20 percent of all
children are living in poverty. In the UK and in France that
figure is well under 10 percent.

#14 According to the U.S. Census, the number of
children living in poverty has gone up by about 2 million in just
the past 2 years.

#15 The wealthiest 1% of all Americans now own
more than a third of all the wealth in the United
States.

#16 The poorest 50% collectively own just 2.5% of
all the wealth in the United States.

#17 The wealthiest 1% of all Americans own over
50% of all the stocks and bonds.

#18 According to a new report from the AFL-CIO,
the average CEO made 343 times more money than the average
American did last year.

#19 In 1980, government transfer payments
accounted for just 11.7% of all income. Today, government
transfer payments account for 18.4% of all income.

#20 U.S. households are now receiving more income
from the U.S. government than they are paying to the government
in taxes.

#21 59 percent of all Americans now receive money
from the federal government in one form or another.

#22 The average cost of tuition, room and board
at America's public universities is now $16,000 a year. For
America's private universities, that figure is, $ 37,000 a
year.

#23 The cost of college tuition in the United
States has gone up by over 900 percent since 1978.

#24 Approximately two-thirds of all college
students graduate with student loan debt.

#25 17 million college graduates are doing jobs
that do not even require a college degree.

#26 According to the Bureau of Economic Analysis,
health care costs accounted for just 9.5% of all personal
consumption back in 1980. Today they account for approximately
16.3%.

#27 One study found that approximately 41 percent
of working age Americans either have medical bill problems or are
currently paying off medical debt.

#28 Back in 1965, only one out of every 50
Americans was on Medicaid. Today, one out of every 6 Americans is
on Medicaid.

#29 Total credit card debt in the United States
is now more than 8 times larger than it was just 30 years
ago.

#30 During the first three months of this year,
less new homes were sold in the U.S. than in any three month
period ever recorded.

#31 Now home sales in the United States are now
down 80% from the peak in July 2005.

#32 U.S. home prices have now declined 32% from
the peak of the housing bubble.

#33 For most middle class families, the family
home is the number one financial asset. Unfortunately, U.S. home
values have declined an astounding 6.3 trillion dollars since the
housing crisis first began.

#34 According to a recent census report, 13% of
all homes in the United States are currently sitting
empty.

#35 The housing crisis just seems to keep on
getting worse. 31 percent of the homeowners that responded to a
recent Rasmussen Reports survey indicated that they are
"underwater" on their mortgages.

#36 Unfortunately, it looks like millions more
middle class Americans could soon be in danger of losing their
homes. According to the Mortgage Bankers Association, at least 8
million Americans are at least one month behind on their mortgage
payments at this point.

El 46,5% de los norteamericanos vive al límite de
sus posibilidades financieras

"Sólo el 24,9% de los norteamericanos
podrían conseguir 2.000 dólares en 30 días,
según un estudio publicado por el National Bureau of
Economic Research. Annamaria Lusardi de la George Washington
School of Business, Daniel J. Schneider de Princeton University y
Peter Tufano de la Harvard Business School preguntaron:
"¿Cuánto confía usted en que podría
conseguir 2.000 dólares si surgiese una necesidad
inesperada durante el mes que viene?" Un 24,9% afirmó
estar seguro de que podría, un 25,1% dijo que
probablemente podría, un 22,2% dijo que probablemente no y
un 27,9% que seguro que no"…
Casi la mitad de los
estadounidenses vive al día (Libertad Digital –
26/5/11)

Los investigadores puntualizan que preguntaron
específicamente "si podrían conseguir" los fondos
en vez de peguntar si disponían de esa cantidad en forma
de ahorros, "pues los individuos puede que no recurran
sólo a los ahorros para enfrentarse a los
imprevistos".

La conclusión del estudio es clara: "La capacidad
de los americanos para enfrentarse a imprevistos es
sorprendentemente limitada", ya que "si consideramos a los que
responden que están seguros o que probablemente no
podrían hacer frente con un imprevisto financiero
ordinario de esta magnitud, encontramos que casi la mitad de los
americanos son financieramente frágiles".

La cifra de 2.000 dólares "refleja el orden de
magnitud del coste de una reparación de coche inesperada,
un copago grande en gasto médico, gastos legales o una
reparación del hogar", según los autores, es decir,
gastos no previstos pero que pueden darse perfectamente en la
vida de cualquier ciudadano común.

Los resultados concuerdan con otros estudios anteriores.
A la pregunta de si habían "guardado fondos de emergencia
para cubrir gastos durante tres meses, en caso de enfermedad,
pérdida del trabajo, problemas económicos u otras
emergencias" sólo el 49% dijo que sí.

Cabe tener en cuenta que el estudio se ha realizado
sobre datos correspondientes al año 2009 y que, desde
entonces, Estados Unidos ha experimentado cierta mejora. Pero no
hay motivos para suponer que esta leve mejora haya sido
suficiente para variar significativamente esta preocupante
fragilidad.

La clase media en apuros

Posiblemente, uno de los hallazgos más
sorprendentes del estudio es que una parte importante de la clase
media norteamericana también se considera frágil.
Según los autores, "resulta algo increíble que casi
una cuarta parte de los hogares que ingresan entre 100.000 y
150.000 dólares afirmen no ser capaces de conseguir 2.000
dólares en un mes, pero este hecho puede resultar menos
chocante cuando uno considera los costes de vida en las zonas
urbanas, costes de vivienda y cuidado infantil, el sustancioso
servicio de la deuda y otros factores".

Los investigadores preguntaron, a continuación,
cómo conseguirían los fondos, ofreciendo 14
opciones agrupadas en 6 categorías:

•Ahorros: (1) retirar ahorros, (2) liquidar o
vender inversiones, (3) liquidar inversiones de jubilación
aunque suponga pagar una penalización, (4) tomar presta
contra mis ahorros de jubilación en mi lugar de
trabajo.

Familia o amigos: (5) tomar prestado o pedir ayuda
a mi familia, (6) tomar prestado o pedir ayuda a mis amigos (no
miembros de mi familia).

Crédito típico: (7) usar tarjetas de
créditos, (8) abrir o usar una línea de
crédito o hacer una segunda hipoteca, (9) pedir un
préstamo.

•Crédito alternativo: (10) conseguir que me
adelanten la paga, (11) empeñar un activo que
poseo.

•Trabajar más: (12) trabajar horas extras,
conseguir un segundo empleo o que lo haga un miembro de mi
hogar.

•Vender posesiones: (13) vender cosas que poseo,
excepto mi hogar, (14) vender mi hogar.

Un 18,6% del total contestó que para conseguir el
dinero tendría que empeñar o vender algo, o bien
recurrir a algún préstamo. "Añadido al 27,9%
que considera que seguro que no podría hacer frente a la
emergencia, esto sugiere que aproximadamente un 46,5% de los
encuestados están viviendo muy cerca del borde
financiero".

Comparativa de ocho países

Los investigadores dirigieron la misma pregunta a
ciudadanos de otros países. En el Reino Unido los
resultados fueron muy similares. En Canadá los que
respondieron que seguro que podrían fueron un 44,3%. En
Holanda, un 57,7%, el mejor resultado de los ocho países
del estudio.

Es interesante observar que los que más
confían en poder hacer frente al gasto inesperado son
también los que más recurrirían para ello al
ahorro. Destacan en este sentido los holandeses que no son
sólo los que más recurrirían al ahorro sino
que, además, disponiendo de 6 respuestas alternativas
entre las que elegir son el único país que
considera también "otros" métodos. No acaban
ahí las particularidades de los holandeses, pues son
también los que menos recurrirían a trabajar
más o vender posesiones para conseguir los 2.000
dólares.

¿Cómo les ha ido durante la crisis a los
que viven "del lado bueno de la vías del tren"?

"2010 fue otro buen año para los millonarios,
aunque el ritmo de crecimiento de sus fortunas se
desaceleró"…
Los millonarios controlan 39% de la
riqueza del mundo (The Wall Street Journal –
1/6/11)

Según un nuevo informe de Boston Consulting Group
divulgado el martes, la cantidad de familias millonarias en el
mundo creció 12,2% en 2010, a 12,5 millones. (BCG define a
los millonarios como aquellos con US$ 1 millón o
más en activos invertibles, excluyendo viviendas, bienes
de lujo y participación en su propia
compañía).

Estados Unidos continúa liderando al mundo en
cuanto a cantidad de millonarios, con 5,2 millones de hogares,
seguido de Japón con 1,5 millones, China con 1,1 millones
y el Reino Unido con 570.000. Singapur encabeza el mundo en
"densidad de millonarios", o sea el porcentaje que representan
del total de la población, que está en
15,5%.

La tendencia más importante, sin embargo, es una
que tiene que ver con la distribución global de la
riqueza. De acuerdo con el reporte, los millonarios del mundo
representan 0,9% de la población mundial pero controlan el
39% de su riqueza, por encima del 37% de 2009. Su riqueza hoy
llega a US$ 47.400 billones (millones de millones) en riqueza
invertible, por encima de los US$ 41.800 billones (millones de
millones) de 2009.

Aquellos que están un escaño arriba
también avanzaron. Quienes tienen US$ 5 millones o
más, que representan 0,1% de la población,
controlaron 22% de la riqueza mundial, frente al 20% de
2009.

Los millonarios controlan 20% de la riqueza en
América del Norte y 38% en el Medio Oriente y
África. Aunque pareciera que la riqueza de los millonarios
en Estados Unidos está más concentrada, en ese
país son más, por lo que su riqueza está
más distribuida entre la población de los ricos
más ricos.

Aún así, los datos evidencian una
tendencia que se ha estado viendo durante años, el
fortalecimiento de una economía en la que el ganador se
lleva todo o la mayor parte.

El número de estadounidenses que recibe cupones
de alimento bate récords. El Gobierno alimenta de forma
directa a más del 14% de la población.

"Unos 44 millones y medio de americanos recibieron
cupones de comida del Gobierno en el último mes. El
número de personas que recurren a esta ayuda lleva
aumentando 30 meses de forma consecutiva. Con un gasto
público mensual de 6.000 millones de dólares, el
programa de asistencia bate récords históricos en
paralelo al aumento del desempleo, pero una gran parte de estos
recursos se utiliza de forma fraudulenta"…
Obama, el
presidente de los cupones de comida (Libertad Digital –
10/6/11)

Muchas personas no utilizan los cupones para comer sino
para comprar otros productos, con la complicidad de otros a los
que prestan sus tarjetas EBT a cambio de efectivo, o de los
propios comercios que se las aceptan para pagar cualquier cosa,
en ambos casos con un descuento a favor del cómplice. De
esta forma, los beneficiarios adquieren gratis productos no
autorizados en este programa, como alcohol y tabaco. El Gobierno
paga así los vicios de varios cientos de miles de
americanos.

"El público no sabe hasta dónde llega este
problema", aseguró a un medio local el director del
departamento de Investigación de la Policía de
Ohio, Brent Devery. "Con el aumento de cupones de comida estamos
viendo un aumento en su uso fraudulento. Las tarjetas EBT se
utilizan de forma inapropiada constantemente".

Se trata de un fraude de casi 400 millones de
dólares anuales, según el Informe de Actividades
Sospechosas del departamento del Tesoro (equivalente al
Ministerio de Hacienda), aunque es lógico pensar que la
cifra es mayor: sólo en Michigan el fraude asciende a 55
millones anuales, según el fiscal general de dicho
estado.

En una investigación reciente en varios comercios
de Florida la policía detectó un fraude de 3,5
millones. Son innumerables los casos de similar naturaleza y
cuantía en todo el país. La magnitud del fraude es
tal que ya hay empresas que se ofrecen para combatirlo, una tarea
que el Gobierno es incapaz de asumir por falta de
recursos.

Sin embargo, en los últimos años la
picaresca en Estados Unidos se mezcla con la necesidad: el
número de quienes utilizan los cupones de comida aumenta
en paralelo al de desempleados. Y ambos se encuentran en niveles
nunca vistos:

Unos 44,5 millones de estadounidenses recurrieron a
estos cupones el último mes, según los datos del
departamento de Agricultura, responsable del programa. Se trata
de un récord histórico tanto en números
absolutos como relativos: más del 14% de la
población. Es decir, casi uno de cada siete americanos
recibe comida pagada por el gobierno, en un país cuyo
principal problema de salud es la obesidad.

Además, se trata del 30º mes consecutivo en
el que aumentan estos datos. Desde octubre del 2007 se ha pasado
de 27 millones de beneficiarios a los actuales 44,5.

En el último año se han sumado al programa
más de 4 millones de personas, una subida del 11%. Este
aumento ha afectado a 47 de los 50 estados, en algunos casos con
incrementos superiores al 20%.

Con estos números y unos gráficos tan
llamativos, los conservadores no han tardado en culpar a Barack
Obama de la extensión de la pobreza. "Es el presidente de
los cupones de comida", aseguró el ex congresista
republicano Newt Gingrich, quien acaba de anunciar su candidatura
a las elecciones presidenciales del 2012. "Yo en cambio quiero
ser el presidente de los sueldos".

Sin embargo, aunque las políticas de Obama no
ayudan precisamente a mejorar la economía ni a sacar de la
dependencia a los millones que viven del Estado, el problema se
remonta a mucho antes, como se puede ver en el siguiente
gráfico.

Fuente:
familyinequality.wordpress.com

Como cualquier otro programa gubernamental, el de los
cupones de comida ha ido a más con el tiempo. Su alcance
es enormemente mayor ahora que cuando se puso en marcha, hace 40
años, a pesar de que entonces las familias vivían
en condiciones mucho peores.

El problema en ese momento era que los niños no
ingerían suficientes calorías, y ahora es que
"están obesos", asegura Chris Edwards, director de
estudios fiscales del Instituto Cato. "Además, la
economía de EEUU ha crecido y la pobreza y el hambre se
han reducido. Sin embargo, los programas de cupones de alimentos
tienen más beneficiarios que nunca y su coste sigue en
aumento".

"Los subsidios alimentarios y agrícolas tienen un
fin político, pero ningún sentido económico:
aumentan el coste de las materias primas y los alimentos, por
ejemplo, la leche y los cereales. Esto perjudica a las familias
de menores ingresos a las que supuestamente se quiere
ayudar".

Además, la burocracia consume el 10% del
presupuesto del programa de cupones alimentarios. "Estos costes
son altos porque los funcionarios tienen que llevar al día
la información de decenas de millones de beneficiarios,
así como de las transacciones económicas de cientos
de miles de establecimientos que aceptan los cupones", explica
Edwards.

¿Cuál es la solución, entones?
"Eliminar los subsidios y dejar que la competencia reduzca los
precios para todas las familias. Los cupones de comida
contribuyen a mantener a millones de personas dependientes del
Gobierno y además crean diversas patologías
sociales".

"España es el séptimo país de
la UE-27 con mayor riesgo de pobreza entre su población,
según datos de Eurostat correspondientes a 2009 recogidos
en una nota por el Instituto de Estudios Económicos
(IEE)"…
España es el séptimo país
europeo con mayor riesgo de que su población caiga en la
pobreza (Expansión – 12/6/11)

En concreto, España cuenta con una tasa de
población en riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la
media de la UE-27, que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE
indicaron que como población en riesgo de pobreza se
define a aquellas personas que, incluyendo las transferencias
sociales, se sitúan por debajo del umbral de
pobreza.

Entre los países de la UE hay grandes
diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de
pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un
8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población
en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%,
figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria
(21,8%).

Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y
Grecia comparten un 19,7%. España figura en el
séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población
en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la
población mayor de 65 años. Mientras, Italia
(18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras
por encima del 17%) también superan la media
europea.

La mayoría de países de la UE (16 en
total) logran situar el porcentaje de población en riesgo
de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y
Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que
Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria
(12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia
(11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo
un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de
pobreza entre su población.

Los "ganadores" y los "perdedores" de la crisis en los
Estados Unidos

"En Estados Unidos se usa el término "jobless
recovery" para definir las recuperaciones económicas en
las cuales el empleo tarda mucho en recuperarse o bien lo hace a
un ritmo excesivamente moderado. Pues bien, según el
último estudio al respecto publicado por la Northeastern
University (Boston, Massachusetts) debemos modificar ligeramente
el término, ya que según ellos la actual Gran
Recesión no solo ha provocado una recuperación mala
para el empleo, también para los salarios, por lo que la
denominan "jobless and wageless recovery""…
La
economía se recupera, sus ciudadanos no (El Confidencial –
4/7/11)

En un artículo llamado "The Wageless, Profitable
Recovery" el New York Times se hace eco del estudio.
¿Qué ocurre con el empleo, con los salarios y
quién se está "recuperando" realmente en EEUU?
Comencemos por el principio, el PIB sí se recupera.
Según el análisis, que trabaja con datos constantes
desde 2005, éste pasa de 13,36 billones de dólares
en el cuarto trimestre de 2007 a tocar fondo con 12"81 billones.
Posteriormente aumenta situándose actualmente según
los últimos datos del primer trimestre de 2011 en 13,44
billones de dólares. Recuerdo que los datos son constantes
desde 2005, por tanto sin inflación y por tanto no
coincidirían si mirásemos ahora los valores
nominales en una tabla.

Podríamos pensar según esto que la famosa
recuperación "en V" se ha producido y por ello tener una
visión muy optimista de la actual situación. Pero
no todo va tan bien… no, algunas cosas fallan. ¿Por
ejemplo? Pues como se podrán imaginar por lo dicho hasta
ahora, el mercado laboral. Los niveles de empleo siguen
estancados en los niveles más bajos a pesar de la
"recuperación", siendo especialmente acusado entre
jóvenes, inmigrantes y en general personas sin
educación superior. Todo este proceso, muy similar al caso
español, provoca que la producción por hora
trabajada aumente de forma notable, es decir, la
productividad.

En la tabla pueden ver los datos de la actual
recuperación, desde su mínimo en el 2º
trimestre de 2009 hasta el 1º de 2011, comparándolo
con los 7 trimestres siguientes de las anteriores recuperaciones.
El resultado es inquietante, tras cada nueva crisis el "jobless
recovery" parece más acusado, por lo que seguramente no
estemos ante algo puntual sino estructural.

Es más, la actual crisis es la primera desde la
Segunda Guerra Mundial que no consigue mejorar el número
de ocupados totales sietes trimestres después de terminar
la recesión oficialmente.

¿Qué está ocurriendo entonces? Si
el PIB crece, si la productividad mejora, ¿a dónde
va todo eso? No a los salarios desde luego, ni viendo la
remuneración por hora real, ni mirando a las
remuneraciones mensuales reales, ni observando a los trabajadores
"full time" se ven mejoras. Los resultados son en todos los casos
planos o negativos.

¿Dónde entonces? La siguiente tabla nos
sacará de dudas, muestra el aumento del PIB, el aumento de
los beneficios empresariales en términos de PIB y lo mismo
con las remuneraciones a los empleados.

A finales de 2010 si el PIB había mejorado en 528
mil millones de dólares, 464 pertenecían a los
beneficios empresariales y solo 7 a sueldos y salarios. Es decir,
un 88% del actual crecimiento es debido a las empresas, solo un
1% debido a sus trabajadores. Es más, si miramos el primer
trimestre de 2011 (que fue realizado con datos provisionales), el
porcentaje se incrementaría a 92% por 0%. ¿Curioso,
no?

El estudio afirma que la total ausencia de beneficios
para los trabajadores en una recuperación económica
es algo sin precedentes en la historia. La ausencia de
creación de empleo unido al estancamiento de las
remuneraciones son los causantes de este "resultado devastador"
según el informe.

Es de esta forma como se produce la paradoja de que el
PIB crece, los beneficios empresariales crecen +39.6%, el Dow
Jones sube +45.8%, el S&P500 aumenta +44.3% mientras los
trabajadores miran tristes como todo sube menos el bienestar que
ellos ven delante de sus narices. Quién nos iba a decir
que la economía pasaría de un día para otro
a esto, a ser otra cosa distinta a la vida real de los
ciudadanos.

Ahora bien, ¿hasta dónde llegará
este "experimento"? Y aquí volvemos nuevamente a la
sostenibilidad de la actual recuperación económica.
Se ahorran costes y además algunas empresas se ven muy
beneficiadas por la actual coyuntura, por ejemplo por un bajo
dólar quien exporte o por el precio de las materias primas
una petrolera. Pero, ¿es esto sostenible? ¿Se puede
seguir ganando más y más a costa del personal o de
factores coyunturales?

Los beneficios empresariales, a pesar de su
expansión y salud en anteriores trimestres, parecen no tan
vigorosos en conjunto como anteriormente. De ahí que del
2º trimestre de 2010 al 4º del mismo año haya
sólo una pequeña mejora y de este último al
1º de 2011 un estancamiento. ¿Ha tocado techo el
sistema? Algo puede haber.

Mucha gente opina que si los sueldos no aumentan el
consumo no aumenta, y entonces difícilmente puede mejorar
la economía.

En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de
los blancos y las minorías

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada
una de las dos grandes minorías de Estados Unidos
-hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes
en medio de la crisis del sector de la vivienda y la
recesión, según nuevos estudios"…
Crece la
brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías
en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)

La riqueza media neta de los hogares blancos es 20 veces
mayor que la de los hogares negros y 18 veces en el caso de los
hispanos, de acuerdo con un análisis de nuevos datos del
gobierno correspondientes a 2009, realizado por el Pew Research
Center, un centro de investigaciones independiente.

Las disparidades son las mayores desde que el gobierno
comenzó a hacer el seguimiento de esos datos hace 25
años. La separación entre los blancos y los otros
grupos es el doble de lo que era en las dos décadas
previas a la recesión y a la crisis financiera de 2008, de
acuerdo con el estudio.

"En los cuatro años transcurridos entre 2005 y
2009, hubo un súbito y pronunciado incremento en las
disparidades de los niveles de riqueza", dijo Rakesh Kochhar, un
investigador del centro Pew y coautor del informe. Kochhar
agregó que "utilizar la riqueza neta promedio, como
opuesta al valor medio, no pintaría un cuadro tan preciso
porque daría un peso más grande a los hogares
más ricos".

El sombrío panorama fue acentuado por el colapso
de la burbuja inmobiliaria en 2006 y la recesión que
duró desde fines de 2007 a mediados de 2009, que tuvieron
"consecuencias mucho mayores" para la riqueza de las
minorías que para la de los blancos, según el
estudio.

Entre 2005 y 2009, la riqueza media ajustada por
inflación se hundió dos tercios entre los hogares
hispanos y 53% entre los negros, en comparación con
solamente 16% entre los blancos.

La riqueza -la suma de activos tales como vivienda,
autos, acciones, cuentas de bancos y de retiro, menos la suma de
las deudas- es un indicador fundamental del bienestar
económico, junto con los ingresos. Los ingresos
están compuestos por salarios, intereses, ganancias y
otras fuentes de beneficios. La principal diferencia entre
riqueza e ingresos es que la riqueza puede ser
transferida.

"La riqueza puede establecer el estatus financiero de
una familia durante generaciones", dijo Kochhar, que es un
economista.

A fines del año 2010, la oficina del Censo de
EEUU informó que el número de estadounidenses
viviendo en la pobreza había llegado al nivel más
alto en 15 años.

Para todos los grupos, la propiedad de una vivienda es
el mayor elemento que contribuye a la riqueza neta. El incremento
en los precios de las viviendas a comienzos de la década
pasada fue acompañado por un histórico aumento en
la cantidad de propietarios de viviendas, que llegó a 69%
en 2009, desde 64% en 2004. Pero el desplome en el valor de las
casas luego se transformó en la mayor causa de la
erosión en la riqueza de los hogares, concluyó el
estudio.

La caída en los precios tuvo un efecto más
perjudicial en las minorías que en los blancos: los
hispanos y los negros obtienen más de la mitad de su
riqueza neta de sus viviendas, en tanto que ese factor representa
44% en el caso de un hogar blanco.

Como resultado de las caídas, el hogar negro
medio tenía solamente US$ 5.677 en riqueza en 2009,
mientras que el hispano tenía US$ 6.325. El hogar medio
blanco tenía US$ 113.149 en 2009.

La casa de dos dormitorios de Laevonne Gordon, una
afroestadounidense de Escondido, California, valía US$
265.000 cuando la compró en 2005. Ahora, está
valuada en US$ 81.000 y está atrasada con los pagos
mensuales de su hipoteca. "Estoy tratando de obtener una
modificación del préstamo para poder conservar la
casa", dijo durante una visita a Community Housing Works, una
agencia de asesoría en San Diego, California.

Los hispanos fueron golpeados con más fuerza por
el declive en el mercado de la vivienda porque están
concentrados en zonas que sufrieron las mayores depreciaciones en
el valor de las casas, como los estados de Arizona, California,
Florida y Nevada.

El valor medio de las acciones de posesión
directa y de los fondos de inversión cayó con
más fuerza en el caso de hispanos y negros. El valor
retrocedió 32% para los hispanos y 71% para los negros.
Para los blancos, el valor declinó 9%. Los blancos e
hispanos con dificultades financieras pueden haberse visto
obligados a vender acciones o a dejar de aportar a sus planes de
pensión, disminuyendo así el valor de sus
portafolios, explicó Kochhar.

Dado que una parte mayor de blancos es propietaria de
acciones y participa en fondos de inversión, y tiene
cuentas de retiro, la recuperación del mercado
bursátil desde 2009 probablemente haya beneficiado a los
hogares de esa parte de la población más que a las
minorías.

También es probable que el desempleo prolongado y
el hundimiento de los ingresos hayan afectado de forma negativa
la riqueza de los hogares, señaló el estudio de
Pew.

Gordon, madre de tres hijos que se está
divorciando, ha estado distribuyendo diarios desde que su
debió cerrar su guardería infantil porque muchos de
sus clientes perdieron sus empleos y hogares.

Las conclusiones se basan en el análisis de Pew
de la "Survey of Income and Program Participation", un
cuestionario económico distribuido en más de 36.000
hogares por la Oficina del Censo de EEUU a fines de
2009.

– ¿Quién ayudará a los pobres?
(Project Syndicate – 29/8/11) Lectura
recomendada

(Por Dominique Moisi)

París.- Con el agravamiento de la crisis
económica y la perspectiva de otra recesión
importante en el horizonte, la creciente desigualdad social se
convirtió en una cuestión cada vez más
apremiante. ¿Cómo se refuerza una sensación
de solidaridad y responsabilidad dentro de un país?
¿Quién protegerá a los más
débiles?

Mientras reflexiono sobre esta cuestión, me viene
a la mente un debate que tuve hace más de diez años
en Berlín con el teólogo alemán Hans
Küng y participantes norteamericanos y asiáticos. El
tema era "Globalización y ética"
-específicamente, una comparación de las maneras en
que Europa, Estados Unidos y Asia protegen a los miembros
más frágiles de sus respectivas
sociedades.

Todos los participantes coincidieron en
que en Europa el estado tradicionalmente desempeñaba el
papel que llevaba a cabo la filantropía privada en Estados
Unidos y la familia en Asia. Pero todos nos apresuramos a agregar
que ningún modelo era "puro"; vale decir, la familia ya no
era lo que solía ser en Asia, el estado desempeñaba
un papel más importante de lo esperado en Estados Unidos y
muchas veces no cumplía con las expectativas en
Europa.

La realidad se ha tornado aún más
complicada desde entonces: el papel de la familia sigue decayendo
en Asia; la filantropía, a pesar de unos pocos individuos
extraordinariamente generosos, hace rato que encontró sus
límites en Estados Unidos; y, posiblemente a
excepción de los países nórdicos, el estado
en Europa, sobrecargado por la deuda, ya no tiene los medios o la
voluntad para asumir nuevas responsabilidades.

Entonces, ¿quién se
ocupará de proteger a los más débiles si
ninguno de estos tres actores puede hacerlo como corresponde?
¿Vamos camino a un mundo unido por la incompetencia y la
deficiencia compartidas?

En el mundo occidental, los más pobres son los
más afectados por el estancamiento económico. Sin
embargo, en los países de rápido crecimiento de los
mercados emergentes, los ricos tienden a cerrar los ojos ante el
sufrimiento de los más pobres, excepto cuando se sienten
amenazados por el riesgo de un levantamiento político
como, digamos, en Arabia Saudita.

De hecho, las elites adineradas en los
países emergentes viven en un estado de negación de
sus pobres, ignorándolos literalmente. Brasil e India son
particularmente asombrosos en este sentido. El crecimiento
económico es necesario, pero no suficiente: también
hace falta una fuerte sensación de responsabilidad
social.

Sería absurdo condenar, como
hacen algunos, a la globalización como el principal y
único culpable de la erosión de las fuentes
tradicionales de apoyo a los pobres. La globalización es
por sobre todo un contexto, un entorno, aún si las
consecuencias de la primera crisis financiera y económica
importante de la era global profundizan aún más la
brecha entre los muy ricos y los muy pobres.

Sin embargo, la globalización
hace que los más vulnerables sean más visibles, y
por lo tanto hace que la ausencia de justicia social resulte
más inaceptable. Un mundo de mucha mayor transparencia e
interdependencia crea nuevas responsabilidades para los ricos. O,
más precisamente, hace que la antigua responsabilidad de
proteger a los más débiles sea más
difícil y más urgente.

En un mundo de creciente complejidad, quizá lo
que hagan falta sean soluciones simples. Se podría seguir,
por ejemplo, el principio de ventaja comparativa de Adam Smith:
lo que Europa hace mejor es el estado, mientras que Asia sigue
basándose en la familia y Estados Unidos continúa
centrándose en la iniciativa individual. El problema es
que en un mundo de referencias universales, la legitimidad de las
soluciones surgirá más que nunca de su
aceptabilidad cultural y de su eficiencia.

En Europa occidental, por ejemplo, el
llamado al sacrificio de todos los ciudadanos para resolver la
crisis de deuda va en contra de una percepción persistente
de que no todos contribuirán de la misma manera, y que la
desigualdad social se verá exacerbada por la austeridad.
Restablecer el crecimiento en el corto plazo y, al mismo tiempo,
abordar los problemas de la deuda en el mediano y largo plazo
bien puede ser la única respuesta válida a la
crisis.

Pero no funcionará, ni en Europa
ni en otras partes, sin un énfasis mucho mayor en la
justicia social. Si bien algunas de las personas muy ricas se
quejan, como lo hizo recientemente Warren Buffett, de que no
pagan suficientes impuestos, la generosidad iluminada de estas
pocas almas felices -que quieren salvar al capitalismo y al
liberalismo– probablemente no sea emulada por los nuevos ricos en
los países emergentes, mucho menos por los ricos en otras
partes. Seamos realistas: la gente como Buffett y Bill Gates
tienen muy pocos seguidores entre los muy ricos de Estados
Unidos. ¿Y acaso las sociedades asiáticas pueden
realmente reflotar una sensación efectiva de
responsabilidad familiar?

La globalización sí parece
haber debilitado las diferencias culturales perceptiblemente en
la última década. Pero, cuando se trata de la
protección de los más débiles y la lucha
contra la creciente injusticia social, quizá la
"desculturización global" cree una oportunidad para
combinar lo mejor de lo que queda en determinadas tradiciones.
Quizá los países deberían intentar basar sus
sistemas de bienestar social en una nueva síntesis de
estado, familia y filantropía.

(Dominique Moisi es el autor de The Geopolitics of
Emotion (La geopolítica de la emoción). Copyright:
Project Syndicate, 2011)

La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15%
de la población

"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó
en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que
representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000
dólares al mes, según los datos divulgados hoy por
la Oficina del Censo"…
La tasa de pobreza en EEUU sube por
cuarto año consecutivo (Cinco Días –
13/9/11)

En 2009, la cifra fue de 43,6 millones de personas en
situación de pobreza, de acuerdo con el informe "Ingreso,
pobreza y cobertura de seguro médico en los Estados
Unidos: 2010", lo que suponía un 14,3% de la
población total,

Se trata del cuarto incremento anual consecutivo, la
tasa más alta desde 1993 y la cifra total más
grande desde que las estimaciones de pobreza comenzaron a
publicarse en 1959.

De acuerdo con estos datos, uno de cada seis
estadounidenses vive por debajo del umbral de pobreza.

Asimismo, el ingreso de los hogares de clase media
declinó un 2,3% respecto a 2009, al pasar de 50.598
dólares a 49.445 dólares, lo que ahonda la
pérdida de poder adquisitivo de los estadounidenses y
reafirma la lentitud de la recuperación
económica.

Los datos revelados también mostraron cómo
la brecha entre el grupo de los que reciben más ingresos
frente al de los que reciben menos ha seguido
ampliándose.

El 10% que recibe menos ingresos vio disminuir su renta
en un 12,1%; mientras que el 10% de los que ingresa más
solo vio reducirse su renta un 1,5%.

La raza también aparece como un factor destacado
en la diferente situación económica, con blancos y
asiáticos a la cabeza de los ingresos y negros e hispanos
en la cola, aunque todos los grupos sufrieron una
disminución en su renta.

Los hispanos en situación de pobreza aumentaron
de 12,3 millones en 2009 (25,3%) a 13,2 millones en 2010 (26,6%),
y los negros pasaron de 9,9 millones (25,8%) a 10,6 millones
(27,4%), respectivamente.

Sus ingresos también registraron un notable
descenso, de 2,3% en el caso de los hispanos (37.759
dólares) y de 3,2% en el caso de los negros (32.068
dólares).

La población blanca no hispana vio mermar
también sus rentas en un 1,3%, pero sobre una base mucho
mayor: de 55.360 dólares en 2009 a 54.620 dólares
en 2010.

Por familias, la situación también ha
empeorado, con 11,7% del total y 9,2 millones en 2010 en la
pobreza, comparado con el 11,1% y los 8,8 millones de
2009.

En lo que se refiere a la distribución
geográfica, el sur de EEUU fue la región en la que
concentró el aumento de la pobreza, al pasar de 17,6
millones a 19,1 millones de personas.

El sur estadounidense registra las mayores tasas de
pobreza, con un ascenso de un 16,9% en 2010 frente al 15,7% en
2009, mientras que el resto de las regiones apenas
registró cambios estadísticos (noreste, 12,8%;
medio-oeste, 13,9%; y oeste, 15,3%).

Durante la presentación del informe, Robert
Groves, director de la Oficina del Censo, resaltó la
importancia de los datos, ya que "nos muestran cómo las
cambiantes condiciones económicas han impactado en las
familias estadounidenses".

La Oficina de Presupuesto y Gestión de EEUU
situó los ingresos que definen el umbral de pobreza,
actualizados por la inflación anual, en 22.314
dólares para una familia de cuatro miembros y en 11.139
dólares para una persona sola, lo que significa recibir
menos de 1.000 dólares al mes.

En lo que respecta a las personas sin cobertura
médica, la cifra se mantuvo en los niveles del periodo
anterior: un 16,3% del total de la población de 310
millones de habitantes, aunque la cifra ascendió de 49
millones en 2009 a 49,9 millones en 2010.

Desde 2007, un año antes de la reciente
recesión económica, la media de ingreso real de los
hogares ha declinado 6,4% y la tasa de pobreza ha aumentado un
2,6%.

Por otra parte, el número de habitantes sin
seguro médico supera los 50 millones de
personas.

Razones

Sheldon Danziger, director del National Poverty Center
(Centro Nacional de la Pobreza) de la Universidad de Michigan,
explicó a BBC Mundo algunas de las posibles causas de
estos resultados.

"Nuestros índices de pobreza son mayores que en
Canadá y algunos países del norte de Europa por dos
razones: la primera es que desde hace 30 años los salarios
reales de los que no tienen un diploma de secundaria han
disminuido considerablemente, en especial para aquellos que
trabajan en la construcción", dice Danziger.

"En segundo lugar, nuestras políticas sociales
hacen muy poco por aumentar los salarios de los trabajadores en
épocas de bonanza económica o para ayudar a los
desempleados durante las recesiones", agrega.

Otro dato que resalta Danziger es que el 21% de los
niños en EEUU son pobres. Según él, ese es
un porcentaje similar al del año 1965.

"La mayoría de ellos no tiene acceso a la
educación superior, por lo que es más probable que
continúen siendo pobres cuando sean adultos",
agregó.

Según las perspectivas del National Poverty
Center de la Universidad de Michigan, para que la tasa de pobreza
general regrese a los niveles de 2000 (11,7%) tomará por
lo menos unos seis o siete años.

La pobreza infantil "proyectada" en el Reino Unido
(estado del malestar)

"Según un estudio realizado por el Instituto
de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una
organización de investigación financiera
independiente, los ingresos medios de la población
bajarán un 7% hacia finales de la presente década.
Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%,
vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8
millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"…
La
cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza
absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)

La organización considera que esta
situación se deberá a los recortes en los subsidios
a las familias aplicados por el Gobierno de coalición y el
aumento de los impuestos, como el Impuesto al Valor
Añadido, que ha pasado del 17,5 al 20%.

El instituto define la pobreza "absoluta" cuando los
ingresos de una familia están por debajo del 60% de la
cantidad media establecida.

Por su parte, un portavoz del Gobierno ha afirmado que
el estudio no tiene en cuenta el impacto que tendrá el
cambio de comportamiento de la gente debido a las modificaciones
en el llamado estado del bienestar, ya que la actual
administración busca empujar a la gente a buscar trabajo
para no depender de las ayudas estatales.

El contrato social se está empezando a deshacer
en muchos países.

"Uno de los legados de la última gran bonanza
económica vivida entre las grandes potencias y los
países emergentes es una brecha mayor entre ricos y
pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de
los últimos 30 años en los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente
diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos
de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de
crecimiento, según el informe hecho público ayer
por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran
Recesión"…
La brecha entre ricos y pobres se
dispara al nivel más alto en 30 años (El
País – 6/12/11)

La bonanza de un país no se traslada de forma
automática ni natural a la reducción de la brecha
social y las políticas correctoras -los impuestos y los
servicios sociales- han ido perdiendo efecto como
redistribuidores de riqueza desde mediados de los noventa. El 10%
más pudiente de la población gana como promedio 9,6
veces más que el 10% más desfavorecido en el
conjunto de la OCDE, según el estudio, y la distancia ha
crecido incluso en los países tradicionalmente más
igualitarios, como Alemania, Suecia o Dinamarca, aunque sigue muy
por debajo de la media.

"El contrato social se está empezando a deshacer
en muchos países. La incertidumbre y los miedos a la
exclusión han alcanzado a la clase media en muchas
sociedades, la gente siente que está sufriendo una crisis
de la que no son responsables, mientras esos con altos ingresos
resultan perdonados", alertó el 5/12/11 el secretario
general de la OCDE, Ángel Gurría, al presentar el
informe Estamos divididos, por qué la desigualdad sigue
creciendo. Gurría hizo un llamamiento a los Gobiernos:
"Tratar la cuestión de la justicia es una condición
sine qua non para el restablecimiento de la
confianza".

Los españoles no salen bien parados. El ingreso
medio del 10% de la población mejor situada era en 2008
alrededor de 38.000 euros, casi 12 veces más que ese 10%
que menos gana (una media de 3.500 euros), un punto más
que en el informe anterior. La distancia se ha estrechado
respecto a la España de los ochenta, pero no en los
últimos años. Las cifras de la oficina
estadística europea (Eurostat), que llegan hasta 2010 y
comparan el 20% de los más ricos con el 20% de los
más pobres. El año pasado la desigualdad
alcanzó el nivel más alto desde 1995 y en 2009,
último que permite comparar entre los países de la
Europa de los Veintisiete, solo Letonia, Lituania y
Rumanía superaban a España en disparidad de
rentas.

La desigualdad queda por encima de la media y de
países como Italia (10), aunque por debajo de Estados
Unidos (14). Se llevan la palma México y Chile, con ratios
de 26 y 27, respectivamente. Pero, poniendo el foco fuera de la
OCDE, la brecha es muy superior en otros países, como el
floreciente y admirado Brasil el país donde los más
pudientes ganan 50 veces más que los peor
situados.

El informe también recoge el indicador Gini, en
el que uno indica desigualdad absoluta y cero reparto perfecto,
que refleja la misma tendencia "políticamente explosiva",
según la OCDE.

El estudio analiza otros motivos de la brecha social,
como los efectos de la globalización y cambios
demográficos y de estructura familiar, con más
hogares unipersonales, pero destaca la brecha salarial y el
sistema fiscal como las grandes causas. El beneficio ha ido
mejorando para los más formados y empeorando para los
empleados de menor cualificación y han proliferado los
trabajos a tiempo parcial. Por eso el organismo insta a los
Gobiernos a invertir más en capital humano y la
creación de "más y mejor empleo".

Y, en plena ola de recortes sociales en Europa, lanza
una petición: es importante tener servicios
públicos de calidad de acceso libre, como la
educación, salud y atención, sobre todo en los
países emergentes.

La OCDE también pone sobre la mesa otro de los
debates candentes y advierte del recorte en los impuestos a los
que más ganan, así que pide a los Gobiernos "que
revisen su sistema fiscal para asegurar que los más ricos
contribuyen en su justa medida en el pago de
impuestos".

Aunque, más que un incremento en las tasas, la
organización cree que pueden resultar más efectivas
medidas como la eliminación de las exenciones fiscales y
replantearse el papel de otros tributos sobre la propiedad o la
transferencia de activos.

Gurría defendió un aumento de la
fiscalidad para los más ricos, pero poniendo el acento en
el 1% con los recursos más elevados o incluso en un
porcentaje inferior, porque a su juicio ahí "hay margen",
y dijo que en muchos casos su nivel de impuestos es relativamente
menor que el de otros grupos de población.

La OCDE pide actuar. Gurría lo recalcó.
"No hay nada inevitable en esta alta y creciente
desigualdad".

Ricos más ricos, pobres más
pobres

Henry Ford solía decir que mejoró los
salarios de sus trabajadores para que pudiesen comprar los
automóviles que fabricaban. Pero probablemente el magnate
también necesitaba fidelizar a esa mano de obra porque,
entonces, conceptos como la deslocalización industrial no
existían, y menos para industrias tan pesadas. Hoy el
panorama no puede ser más diferente.

La globalización es uno de los motivos por los
que la desigualdad tiende a crecer, porque la mano de obra
empieza a competir de forma global y entre los rivales figuran
potencias emergentes con mano de obra más barata. El
progreso tecnológico también provoca disparidad
salarial, porque premia mucho más al profesional formado y
perjudica al menos cualificado.

¿Por qué la desigualdad
importa?

La pregunta se adentra en el terreno de la ética
y la justicia social. Pero también hay argumentos
economicistas. El analista del Banco Mundial, Branko Milanovic,
uno de los principales expertos internacionales en la materia,
advierte que "el incremento de los desequilibrios en ingresos se
traduce después en una brecha de educación y de
salud, lo que merma el crecimiento" porque los países con
menores niveles sanitarios y de formación son menos
dinámicos.

El aumento de la desigualdad de ingresos, además,
afecta a la vida política. "La gente más rica es
capaz de controlar los procesos políticos a través
de la financiación de partidos y se benefician de forma
desproporcionada porque logran mejores empleos", señala. A
su juicio, la discriminación por riqueza "no es diferente
de la discriminación por razones de sexo o raza: un largo
segmento de la población no tiene oportunidad de utilizar
sus capacidades para beneficiarse a sí mismo y a la
sociedad", lo que "obviamente lleva a unos menores ingresos en
general".

Desigualdad no es lo mismo que pobreza, esta
última se puede reducir al tiempo que crece la brecha
entre ricos y pobres. Así que hay también quienes
ponen el acento en la reducción de la miseria, pero no de
la diferencia entre ricos y pobres. Martin Feldstein, de la
Universidad de Harvard, responde por correo electrónico
que el aspecto importante de la desigualdad es la miseria y la
política pública debe centrarse en reducir ese
problema, "y no la desigualdad en sí misma". A su juicio,
"el crecimiento económico puede incrementar los ingresos y
el bienestar de las clases medias mucho más que la
redistribución". Puede hacerlo, pero no siempre ocurre. La
bonanza reciente lo muestra.

Imaginen, propone Feldstein, que un pájaro
mágico entrega a cada persona 1.000 dólares, ello
no reduciría ninguna desigualdad, pero no deja de ser una
mejora para todos que no recae a expensas de nadie. Feldstein
habla de "igualitarismo rencoroso", el sentimiento de rechazo de
aquellos que, aunque vean mejorar sus ingresos, protestan porque
los ricos aún se alejan más. Y añade que
esos 1.000 dólares significan más para el pobre que
para el rico, con lo que su situación avanza más en
términos relativos.

Pero hay otro relato para esta fenomenal crisis
financiera, y en ese, la desigualdad desempeña un papel
crucial como motor de deudas imposibles. Un trabajo de
investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Desigualdad, endeudamiento y crisis, analizaba a finales del
año 2010 el caso estadounidense.

Las dos grandes crisis de los últimos 100
años, la Gran Depresión de 1929 y la Gran
Recesión que empezó en 2007, vinieron precedidas de
fuertes incrementos en la desigualdad de ingresos y un aumento
similar en los ratios de endeudamiento entre los hogares de
medios y bajos ingresos. "La crisis es el resultado
último, después de un periodo de décadas,
del shock del poder de negociación sobre los ingresos de
dos tipos de hogares, los de los inversores, que representan el
5% de la población y cuyo poder de negociación
crece, y los trabajadores que suponían el 95% restante",
explican los autores, Michael Kumhof y Romain
Rancière.

El mecanismo es el siguiente. La concentración de
la riqueza en una parte cada vez más concreta de la
población redujo la capacidad adquisitiva del resto y,
para poder mantener su nivel de consumo, se abarataron los
créditos, alumbrando ese fenómeno de las hipotecas
basura, de alto riesgo, porque se otorgaban a familias que
difícilmente iban a poder pagar. La burbuja de
crédito engordó el sector financiero y
recortó inversiones productivas. Todo iba bien hasta que
alguien un día no pudo pagar la hipoteca, el precio de las
casas se derrumbó, grandes bancos quebraron y se
empezó a hablar de refundar el capitalismo y unas cuantas
cosas más.

"Creo que los créditos fáciles fueron una
forma de redistribución para la gente cuyos ingresos no
seguían el ritmo. Nadie tenía incentivos para
impedirlo, después de todo, existía la
ilusión de que el crédito se pagaría",
responde desde Chicago el economista Raghuram Rajan, ex
economista jefe del FMI que advirtió en 2005 contra el
desastre financiero que se avecinaba. "Por supuesto",
añade el ahora profesor de la Universidad de Chicago, "la
mejor política hubiese sido mejorar la capacidad de la
gente para ganar dinero, a través de la formación,
pero eso lleva mucho tiempo".

La brecha social y las clases medias se han convertido
también en un tema caliente en Estados Unidos. "Este tipo
de desigualdad, un nivel que no se veía desde la Gran
Depresión, nos hiere a todos", dijo Obama en un discurso
electoral en el que emuló a Theodor Roosevelt para
defender una mayor justicia redistributiva.

Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del
planeta, sorprendió al mundo a mediados del año
2011 al quejarse de que pagaba pocos impuestos, que se le
había gravado el 17% por su fortuna, cuando los 20
trabajadores de su oficina pagan tipos del 33% al 41%. "Dejen de
mimar a los súper ricos", se titulaba el artículo
del The New York Times en el que hacía semejante denuncia,
un lema que bien podría leerse en cualquier pancarta del
movimiento Ocupa Wall Street, o ese somos el 99%, en referencia a
que el 1% más rico ha prosperado a expensas del
resto.

La crisis produce fenómenos extraños, pero
Rajan advierte contra estos últimos alegatos sobre los
impuestos. Una subida fiscal, a su juicio, "podría usarse
como fuente de ingresos para reducir el déficit en tanto
que haya el mismo énfasis en gastar con cuidado en las
cosas que importan, como una red mínima de seguridad y la
mejora de capacidades para el futuro", pero "las subidas de
impuestos no son una gran idea para financiar derroches o si se
presentan como una medida punitiva". Es más, explica que
el incremento de tasas en segmentos muy pequeños de la
población tiende a restar responsabilidad en el gasto.
"Después de todo, votaré para que haya más
gasto si sé que otros pagarán por ello, así
que mientras a los ricos se les pida que paguen más, creo
que es una mala idea decir que nadie más pagará
nada, y quizá incluso lograr incluso rebajas",
reflexiona.

Los impuestos que pagan los más ricos han
menguado en los países de la OCDE en los últimos 40
años. El tipo marginal en EEUU o Reino Unido, por ejemplo,
se situaba por encima del 70% en los años setenta, antes
de que los nuevos credos de Ronald Reagan o Margaret Thatcher
diesen lugar a tijeretazos de 40 puntos en el transcurso de una
década, según un análisis publicado en el
foro de debate Vox, del Centre for Economic Policy Research
(CEPR).

Este análisis, firmado por Thomas Piketty junto a
otros dos autores, señala que los países ricos han
crecido aproximadamente al mismo ritmo durante los pasados 30
años, a pesar de los cambios introducidos en las
políticas fiscales y defiende que el tipo máximo
podría situarse en el 80% para ese 1% más rico de
la población sin que ello desincentivara, la
creación de riqueza ni la productividad.

Tampoco hay conclusiones demasiado claras entre idearios
políticos -al menos, los escritos en discursos y programas
electorales- y la reducción efectiva de la pobreza. Una
investigación de Wilkinson y Piketty analiza cómo
la brecha social variaba en periodos de Gobierno de Thatcher,
Major y Blair en Reino Unido.

Cuando Milanovic, ahora profesor invitado en la
Universidad Carlos III de Madrid, comenzó a investigar la
desigualdad vivía en un país comunista, la antigua
Yugoslavia. A aquellos políticos, recuerda, les
escocía su trabajo porque mostraba que la igualdad
universal era un mito bajo el socialismo. Cuando trabajó
en países capitalistas tampoco despertó
pasiones.

"La desigualdad no es lo mismo que la pobreza y la
brecha puede ensancharse tanto en la bonanza como en la crisis,
impulsada por motivos diferentes en cada escenario", reflexiona
Alfonso Novales, catedrático de la Universidad Complutense
de Madrid.

En la euforia, cuando todos los ingresos crecen de forma
absoluta, pasa desapercibida, pero cuando estalla una Gran
Recesión dispara la pobreza relativa por el latigazo del
paro y la caída de los salarios. En España, en el
año 2010 había un 21% de los hogares por debajo del
umbral de la pobreza y los ingresos de las familias bajaron un
4,4%. Tres de cada 10 personas que el año 2010 pidieron
ayuda a Cáritas lo hicieron por primera vez y el peso de
los inmigrantes, el colectivo más castigado por el paro y
vulnerable por la falta de red social y familiar, ha bajado del
60% al 50%.

Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un
menor crecimiento económico)

"Los Estados Unidos se parecen cada vez más
similar a un país del tercer mundo. Los datos
económicos indican una dura realidad que el debate
político general evita. La evidencia sugiere que, sin
reformas fundamentales, los EEUU se convertirán en una
nación post-industrial y un nuevo país del tercer
mundo en 2032". Les suena extraño, veamos lo que
argumentan los analistas de Seeking Alpha para afirmar esto: Las
características fundamentales que definen a un país
del Tercer Mundo son el alto desempleo, la falta de oportunidades
económicas, los bajos salarios, la pobreza generalizada,
la extrema concentración de la riqueza, la deuda
pública insostenible, el control del gobierno por los
bancos internacionales y corporaciones multinacionales,
débil estado de derecho y las políticas
contraproducentes del gobierno.

Todas estas características son evidentes en los
EEUU de hoy en día.

Otros factores incluyen la mala salud pública,
nutrición y educación, así como la falta de
infraestructura. La salud pública y la nutrición en
los EEUU, aunque se sitúan por debajo de los
estándares europeos, están muy por encima de los de
los países del tercer mundo. La educación
pública norteamericana ahora se ubica detrás de
países más pobres, como Estonia, pero sigue siendo
superior a la de los países del tercer mundo. Mientras que
infraestructuras en ruinas se pueden ver en ciudades de todo el
país, la vasta infraestructura de los Estados Unidos no se
puede comparar a un país del tercer mundo. Sin embargo,
todos estos factores se deterioran rápidamente en una
economía en declive.

El desempleo y la falta de oportunidades
económicas

El desempleo es un problema de fondo, estructural a los
EEUU, es un desafío fundamental. El mercado laboral de
EEUU. está en una tendencia descendente de largo plazo
debido a la globalización, es decir, la
deslocalización de la fabricación, la
externalización de puestos de trabajo y la
desindustrialización.

El deterioro estructural del mercado laboral de EEUU
seguirá produciéndose, ya que los trabajadores
estadounidenses se han fusionado en una fuerza laboral global en
la que todavía no pueden competir directamente con
países como China e India. En China, por ejemplo, el
salario bruto, en términos de paridad de poder
adquisitivo, es equivalente a aproximadamente $514 por mes, 57%
por debajo del umbral de la pobreza en EEUU. De acuerdo con el
Instituto de Política Económica, el déficit
comercial de EEUU con China por sí solo ha causado una
pérdida de 2,8 millones de empleos en EEUU desde
2001.

La caída de los salarios reales y de los ingresos
familiares

Los trabajadores son más pobres en
términos de poder adquisitivo cuando el costo de la vida
aumenta más rápidamente que los salarios. De hecho,
si los ingresos del hogar se ajustan por inflación, las
familias estadounidenses más pobres han crecido
significativamente en los últimos diez años. En
2010, por ejemplo, el ingreso real medio por hogar cayó un
2,3%. Aunque el salario medio ha aumentado de manera constante en
términos nominales, la disminución del poder
adquisitivo es una realidad para la mayoría de los
estadounidenses.

De acuerdo con el famoso economista Milton Friedman, "la
inflación es siempre y en todas partes un fenómeno
monetario". En otras palabras, los precios suben cuando la oferta
de dinero se incrementa más rápido que la
población o la actividad económica sostenible. El
crecimiento económico aparente que se crea a través
de la expansión del crédito, es decir, mediante el
aumento de la oferta de dinero, tiene un efecto estimulante
temporal, pero también hace que los precios suban. La
oferta de dinero real es una medida exacta de la
inflación.

Mientras los salarios de EEUU y los ingresos familiares
sigan cayendo en términos reales, la pobreza y la
dependencia de los programas gubernamentales de asistencia
seguirán aumentando

Concentración de la riqueza

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal,
advirtió que, "en última instancia, estamos
interesados en los estándares de vida y en las tendencias
de la distribución de la salud, los cuales, más
importantes que las ganancias o los ingresos, representan una
medida de la capacidad de los hogares para el
consumo".

En otras palabras, la concentración de la riqueza
socava la base de consumidores de la economía, provocando
una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los
niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se
reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay
un menor nivel de actividad económica.

Los datos económicos de varias fuentes, entre
ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que
la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido
concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses
poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.

Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del
hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando,
mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha
reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de
Gini muestra la creciente disparidad en la distribución
del ingreso.

En términos del coeficiente de Gini, los Estados
Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto
superarán a México, un país todavía
en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU
siguen siendo un país mucho más rico en general. Si
la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se
asemejarán a un país del 3er mundo, en
términos de la disparidad en la distribución del
ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en
2032

Bienvenido al tercer mundo

Los Estados Unidos se están convirtiendo en un
país postindustrial y neo tercermundista. En parte como
consecuencia del aumento del desempleo y la falta de
oportunidades económicas, la caída de los salarios
reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el
aumento de la concentración de la riqueza, y a que el
gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal
histórico. La influencia dominante de las empresas sobre
el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el
debilitamiento gubernamental a nivel federal y las
políticas destructivas de impuestos están agravando
los problemas económicos que enfrenta Estados
Unidos.

A menos que se implementen reformas estructurales o se
produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas
fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la
economía de EE.UU. continuará y se
acelerará. A medida que la economía de EEUU
continúa su descenso, la salud pública,
nutrición y educación, así como la
infraestructura del país, se deterioran visiblemente y el
estado tercermundista de los Estados Unidos se hará
evidente.

La "percepción" de los europeos (pérdida
de confianza)

"Los líderes europeos piden una mayor
unión para salir de la crisis pero la opinión
pública desconfía cada vez más de las
instituciones comunes"…
¿Una Europa
euroescéptica? (El País –
25/11/11)

¿Más Europa? Esa parece ser una de las
soluciones propuestas a la crisis económica y
política que asola al continente. La forma concreta que
esa "mayor" Europa tome no está nada clara
(creación de un tesoro europeo, establecimiento de
impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control
fiscal por parte de las instancias supranacionales,…),
pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de
transferencias de soberanía hacia las instituciones
supranacionales en el ámbito de la política
económica.

Nada hace pensar que los líderes europeos
encuentren en la opinión pública europea un aliado
en este proceso. Según el Eurobarómetro de
noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%)
creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo
positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31%
que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41%
confía en la Unión Europea (frente a un 47% que
desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de
las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones
supranacionales en la definición de la política
fiscal, los resultados son incluso menos
esperanzadores.

En cierto sentido, que el euroescepticismo esté
en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades
empíricas más estables encontradas por los
estudiosos de la opinión pública europea es que el
apoyo al proceso de integración está muy
correlacionado con el ciclo económico: los europeos
apoyamos la integración en los años de bonanza
económica y nos hacemos euroescépticos en las
crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza
hacia la Unión Europea por países, se aprecia que
son los países que están atravesando mayores
dificultades económicas aquellos donde el ascenso del
euroescepticismo es más acusado.

Mientras que en los países escandinavos (con
poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la
desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha
reducido ligeramente en la última década, en los
países del centro del continente y, sobre todo, en la
periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS),
se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE
en los últimos cinco años. Por el papel central
que, según algunos, la opinión pública
alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos
de adoptar determinadas decisiones, es particularmente
preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este
país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis
económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados
hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte
puntos, hasta colocarse en un 55%.

Menos de la mitad de la población europea cree
que la UE ha sido positiva

¿Qué papel ha jugado la existencia de la
moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo?
Resulta complicado establecer nítidas relaciones de
causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres
países que decidieron quedarse fuera de la unión
monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores
que hace una década, mientras que, con la excepción
de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto
cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones.
El caso de Grecia es el más dramático de todos:
mientras que en el 2001 tres cuartos de la población
confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la
relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la
población confía en la UE, y dos tercios
desconfían.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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