Monografias.com > Administración y Finanzas
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Configuraciones productivas: conceptos y tipologías fundamentales




    Monografias.com

    Configuraciones productivas –
    conceptos y tipologías fundamentales

    Los sistemas de producción son sistemas que
    están estructurados a través de un conjunto de
    actividades y procesos relacionados, necesarios para obtener
    bienes y servicios de alto valor añadido para el cliente,
    con el empleo de los medios adecuados y la utilización de
    los métodos más eficientes.

    En las empresas, ya sean de servicio o de manufactura,
    estos sistemas representan las configuraciones productivas
    adoptadas en torno al proceso de conversión y/o
    transformación de unos inputs (materiales, humanos,
    financieros, informativos, energéticos, etc.) en unos
    outputs (bienes y servicios) para satisfacer unas necesidades,
    requerimientos y expectativas de los clientes, de la forma
    más racional y a la vez, más competitiva
    posible.

    Si se estudia el contexto empresarial, podrá
    encontrarse que existen distintos sistemas de producción
    en las empresas manufactureras y de servicio, respondiendo como
    es lógico, a características propias de sus
    procesos y funcionamiento. Así mismo, si se revisa
    apropiadamente la literatura sobre Administración de la
    Producción y las Operaciones, se encontrará con
    cierta diversidad de tipologías respecto a la forma de
    clasificar las configuraciones productivas. Esto se debe,
    fundamentalmente, a la variedad de enfoque con que los autores
    tratan estos temas en sus trabajos, que lejos de clarificar
    añaden mayor complejidad a dicha problemática. La
    gran diversidad de procesos existentes y los potenciales
    criterios de clasificación a considerar hacen que sea
    difícil encontrar una clasificación exhaustiva que
    de manera unívoca contemple cada caso concreto.

    Woodward (1965), fue probablemente el primer autor en
    tipificar los sistemas productivos. Descubrió que las
    tecnologías de fabricación se podían
    encuadrar en tres grandes categorías: producción
    artesanal o por unidad (producción discreta
    no-repetitiva), producción mecanizada o masiva
    (producción discreta repetitiva), y la producción
    de proceso continuo. Cada categoría incluye un
    método distinto de obtener los productos, siendo las
    principales diferencias, el grado de estandarización y
    automatización, tipo de proceso y la repetitividad de la
    producción. La tipología de Woodward distingue
    entre fabricación unitaria, de
    pequeños lotes, de grandes lotes, la producción en
    serie y aquellos procesos de transformación de flujo
    continuo. La propuesta de Woodward ha marcado pautas en la
    comunidad de autores. Gousty y Kieffer (1988), sobre la base de
    otros criterios, como complejidad e incertidumbre, proponen una
    nueva tipología para los sistemas industriales,
    delimitando los principales componentes que configuran la
    problemática de los sistemas de
    producción.

    Hopeman (1991), Companys (1986), Díaz (1993) y
    Schroeder (1992), entre otros, optan por diferenciar los sistemas
    de producción en dos grandes grupos básicos:
    sistemas continuos e intermitentes. Otros, como Chase, Aquilano y
    Jacob (2000), Ochoa y Arana (1996) y Heizer y Render (1997),
    prefieren clasificarlos en: repetitivos y no-repetitivos. Los
    primeros, se refieren a la continuidad en sí del proceso
    de producción, y los segundos, a la repetitividad o
    recurrencia del producto y su proceso. Monks (1992), propone otra
    clasificación de sistemas de producción,
    identificando el sistema continuo (operaciones de flujo), sistema
    intermitente (operaciones de flujo y por lotes), sistema de
    trabajo interno (por lotes o trabajos únicos) y proyecto
    (trabajos únicos). Además, este autor añade
    que los sistemas productivos son frecuentemente clasificados
    según destino de la producción, ya sean fabricantes
    de bienes almacenables (tales como equipos) o fabricantes de
    bienes por pedido. Otra clasificación muy común, se
    basa en el sector de actividad, presentándose dos tipos
    extremos: sistemas de manufactura, encargados de la
    fabricación y/o montaje de bienes materiales, y sistemas
    de prestación de servicios.

    Por su parte Womack, Jones y Roos (1991), y Doll y
    Vonderembse (1992), proponen otra clasificación de los
    sistemas productivos: producción «craft»
    (craft system), producción en masa (industrial system), y
    producción con mínimo desperdicio (post-industrial
    system). Esta clasificación es adecuada para algunos
    propósitos, tal como explicar las diferencias entre los
    nuevos sistemas de producción (sistemas de mínimo
    desperdicio) y los tradicionales (Miltenburg, 1995).
    También resulta útil para reflejar la
    evolución y los cambios de paradigmas ocurridos en
    fabricación desde el modelo inicial de producción
    artesanal (craft model) hasta el modelo más actual
    denominado producción ajustada (lean
    manufacturing).

    Por su parte Gorostegui (1991), ofrece una
    clasificación que difiere de las anteriores,
    clasificándolos según varias características
    propias, tales como: el destino del producto (por
    encargo /para el mercado), la razón de producir (por
    órdenes /almacén), la tipificación del
    producto (producción estándar /producción en
    serie) y la dimensión temporal del producto (intermitente
    /continua). En esta misma línea, Acevedo (1987), propone
    una clasificación sobre la base de una matriz
    morfológica que contempla la clasificación del
    sistema de producción de acuerdo a tres
    características fundamentales: relación
    producción-consumo, que considera la respuesta que debe
    dar el sistema hacia el entorno, ya sea por entrega directa o
    contra almacén; forma en que se ejecuta la
    producción; y elemento a optimizar. Al igual que
    Gorostegui, se combinan características que se refieren a
    dimensiones externas e internas.

    El problema fundamental de estas formas de clasificar el
    sistema de producción, radica en que aunque son
    útiles desde el punto de vista de contextualización
    y caracterización de las unidades de producción, no
    resultan muy útiles para la realización de
    análisis competitivo y estratégico en
    fabricación, ya que, entre otras cosas, al ser demasiado
    amplias y genéricas, no logran identificar una cantidad
    finita y discreta de opciones efectivas de sistemas de
    producción que reflejen las distintas formas existentes de
    producir los bienes y/o servicios. Además, no tratan en su
    proceder la interrelación estratégica del binomio
    «producto-proceso», omitiendo así, las
    implicaciones potenciales que representa para la empresa la
    elección de uno u otro sistema de producción,
    expresadas en términos de las diferentes dimensiones
    técnicas y empresariales que componen un sistema de
    producción.

    Las clasificaciones muy amplias, no facilitan la
    formulación de decisiones y acciones precisas y la
    realización de trade-offs entre ellas y mucho menos,
    permiten especificar los detalles de la estrategia de
    fabricación. En tal sentido, la estrategia de
    fabricación necesita una forma de clasificación del
    sistema de producción distinta, mucho más
    desagregada, discreta, detallada, que facilite entrar en detalles
    en la composición interna del sistema de
    producción, que permita comparar sus desempeños
    específicos y para este fin, la clasificación
    fundamentada en la tipología existente de los procesos de
    producción, además de ser la más usualmente
    empleada por investigadores y practicantes, resulta la más
    apropiada para los propósitos de análisis
    competitivo y de la estrategia de fabricación.

    Quizás la clasificación basada en la
    tipología existente de procesos de producción
    más difundida sea la propuesta por Hayes y Wheelwright
    (1984; pp. 176-179), la cual resulta similar en muchos aspectos a
    la establecida por Woodward (1965), pero con énfasis
    básico en las pautas que siguen los flujos de
    trabajo en la fábrica. Ellos arribaron a cinco tipos de
    configuraciones productivas bien definidas: proyecto, taller de
    trabajo (job-shop), lotes o flujo en línea desacoplado,
    línea de ensamblaje (también denominada en serie,
    repetitiva o de producción en masa) y proceso continuo.
    Asimismo, destacaron que estas últimas cuatro
    varían entre dos extremos en lo que a desplazamiento de
    materiales se refiere, la configuración orientada hacia el
    producto y la configuración orientada hacia el proceso,
    cuya diferencia más evidente es la distribución en
    planta, por producto, para la primera y por procesos, para la
    segunda.

    Buffa (1968), fue sin duda otro de los primeros autores
    en ofrecer una tipología de sistemas de producción
    más acorde a lo antes referido. Partiendo de las
    dicotomías existentes en relación al layout
    físico de los sistemas productivos, o sea layout por
    producto vs. proceso, lineal vs. funcional ó continuo vs.
    intermitente, Buffa destaca que la mayoría de los sistemas
    productivos son realmente combinaciones de estos estados extremos
    y en tal sentido, ofrece una clasificación basada en cinco
    tipos de sistemas diferentes, correspondiendo los dos primeros a
    sistemas continuos y los restantes a sistemas intermitentes,
    ellos son: (1) sistemas de distribución para productos de
    inventario, (2) sistemas de producción-distribución
    para productos estandarizados de alto volumen, (3) taller de
    trabajo cerrado para productos de inventario, (4) taller de
    trabajo abierto para productos a medida y (5) proyectos de gran
    envergadura. Cada uno se distingue y diferencia por sus
    características propias y problemáticas
    específicas. Los dos primeros se refieren a productos
    planeados para inventarios, diferenciándose en el alcance
    de sus operaciones y el grado de control gerencial, los tres
    restantes se refieren a operaciones intermitentes mayormente
    dedicadas a obtener productos sobre diseño, a la medida,
    según requerimientos de clientes. A lo anterior, Buffa
    añade que dichos sistemas pueden no aparecer en sus formas
    "puras", sino que comúnmente aparecen como sistemas
    "mezclados". A esto Hill (1997) añade, que aunque puedan
    existir sistemas híbridos, orientados a reflejar mejor las
    necesidades de la fábrica, siempre se deberán
    clasificar por aquel que predomine, el "proceso base" o
    también denominado "proceso raíz".

    En esta misma línea, Miltenburg (1995) subraya
    que son dos, entre otros, los factores principales que determinan
    la amplitud de las similitudes y diferencias entre los sistemas
    de producción existentes; ellos son: el tipo
    de producto que se fabrica y los outputs provistos al mercado.
    Cada empresa fabrica un tipo de producto diferente y provee
    diferentes outputs de fabricación a sus clientes. A esto
    Hill (1993, 1997), añade que la coincidencia entre las
    dimensiones de mercado y producto con las características
    del proceso es un requisito esencial para evitar
    incompatibilidades de enfoque y ser competitivos en
    manufactura.

    Concretando esta parte, un creciente número de
    autores, entre los que destacan Buffa (1984), Hayes y Wheelwright
    (1984), Miltenburg (1995), Hill (1993,1997), Cribillers (1997),
    Domínguez et al. (1998), Hax y Majluf (1999) y Cuatrecasas
    (1999), han preferido utilizar, de forma general, la
    clasificación de sistemas de producción
    fundamentada en la tipología de procesos productivos. El
    proceso es considerado el factor de mayor relevancia al
    identificar o caracterizar cualquier sistema de
    fabricación. Esta relevancia se fundamenta en el hecho de
    que cada proceso se caracteriza por tener un patrón de
    flujo material y layout que lo hacen diferente. Asimismo, existe
    una indisoluble interrelación entre producto y proceso,
    binomio esencial para análisis estratégico. Tal es
    así, que el producto y el proceso transitan por similares
    ciclos de vida compartidos, en los cuales el proceso adopta
    configuraciones específicas según sea la naturaleza
    del producto y la fase de su desarrollo en el mercado.

    Cada sistema de producción, caracterizado
    esencialmente por su proceso productivo, conlleva un conjunto de
    implicaciones para la empresa, en cuanto al comportamiento
    apropiado de las diferentes dimensiones de fabricación y
    empresariales (Hill, 1997). Según este enfoque, y haciendo
    un análisis más detallado de los distintos trabajos
    y literatura consultada, se ha encontrado que los autores han
    aceptado por lo general, la existencia de ocho tipologías
    de sistemas o configuraciones productivas bien definidas:
    Proyecto, Job-Shop, Lotes (Batch), Línea acompasada por
    Equipo, Línea acompasada por Obrero, Configuración
    Continua, Just in Time y Sistema Flexible de
    Fabricación.

    Configuración por Proyecto. Producción
    generalmente de productos únicos de cierta complejidad que
    requieren gran cantidad de inputs. Estos deben fabricarse en un
    lugar definido debido a que es difícil o casi imposible
    transportarlos una vez terminados. Como resultado, y a diferencia
    de cualquier otro proceso productivo, los recursos que comprende
    deben trasladarse al lugar de operación, ya que
    aquí no existe flujo del objeto de trabajo, sino que son
    los recursos técnicos y humanos quienes acuden al lugar de
    trabajo. Las actividades y recursos se gestionan
    como un todo. Su coordinación adquiere carácter
    crítico. Existe un connotado interés por el control
    de los costos y las fechas de terminación.

    Configuración de Taller (Job-shop). El sistema de
    producción Job-Shop fabrica muchos productos diferentes en
    volúmenes que varían entre la unidad y pocas
    unidades de cada producto. Consiste en una fabricación no
    en serie, de lotes pequeños, para pedidos únicos o
    de pequeñas cantidades. Por lo regular implica productos
    adaptados, diseñados a la medida del cliente y de
    naturaleza muy poco repetitiva. Se requieren operaciones poco
    especializadas, las cuales son realizadas por un mismo obrero o
    por un grupo pequeño de ellos, los cuales tienen la
    responsabilidad de terminar todo o casi todo el producto. Como se
    fabrican productos muy diferentes, los recursos son flexibles y
    versátiles. El flujo material es irregular, aleatorio y
    varía considerablemente de un pedido al siguiente. Se
    requiere que el fabricante interprete el diseño y las
    especificaciones del trabajo, así como que aplique
    capacidades del alto nivel en el proceso de conversión. En
    la producción Job-Shop lo que se trata es de obtener un
    "producto a medida" del cliente.

    Configuración por Lotes. El sistema de flujo en
    lotes produce menos variedad de producto en volúmenes
    más elevados que el caso anterior. El mayor volumen se
    debe a un aumento de la repetitividad en ciertos artículos
    que se hacen dominantes. Estos productos se fabrican en lotes,
    que representan unos pocos meses de requerimientos de clientes.
    En este caso se requieren más operaciones, y éstas
    son más especializadas, por lo que difícilmente un
    mismo operario pueda dominarlas todas con una eficiencia
    aceptable. En tal sentido, el trabajo se divide en diferentes
    etapas tecnológicas, en las cuales los lotes sufren
    distintas operaciones. Así la instalación se suele
    dividir en secciones o talleres, en los cuales se agrupan los
    equipos con funciones similares. Se suele emplear una
    combinación de layouts celulares y funcionales. Los
    layouts celulares se utilizan cuando es efectivo en cuanto a
    costos disponer el equipo en células, para producir
    familias de productos. Como hay muchos productos, el equipo y
    utillaje son mayormente flexibles, de propósito general.
    El flujo material es desconectado aunque regular, variable de un
    pedido a otro, aunque existen pautas de flujo para familias de
    productos y para grandes lotes. Es el sistema más
    utilizado.

    Configuración en Línea Acompasada por el
    Equipo (LAE). El equipo y procesos están organizados en
    una línea o líneas especializadas para producir un
    pequeño número de productos diferentes
    o familias de productos. Estos sistemas se usan sólo
    cuando el diseño del producto es estable y el volumen es
    lo suficientemente elevado para hacer un uso eficiente de una
    línea especializada con capacidades dedicadas. Se fabrica
    a una tasa constante, con un flujo automatizado e intensivo en
    capital. Los operarios realizan tareas relativamente simples a un
    ritmo determinado por la velocidad de la línea. El control
    del ciclo productivo está automatizado, existe alta
    estandarización y una elevada eficiencia en todo el
    proceso.

    Configuración en Línea Acompasada por
    Operarios (LAO). Se utiliza cuando el número de productos
    diferentes es demasiado elevado y los volúmenes de
    producción demasiado variables para el sistema en
    línea con flujo acompasado por el equipo. En este sistema,
    la línea es más flexible que en el caso anterior, y
    puede funcionar con una variedad de velocidades. La tasa de
    producción depende del producto particular que se
    fabrique, del número de operarios asignados a la
    línea y de la eficacia del trabajo en equipo de los
    operarios. Aunque los productos sean algo diferentes, son
    técnicamente homogéneos, usando la misma
    instalación, personal y la misma secuencia de estaciones
    de trabajo, aunque alguno de ellos pueda no pasar por alguna que
    no le es necesaria. El ciclo de productivo está controlado
    por los operarios a diferencia de la LAE donde dicho control
    está automatizado, esto hace que sea más flexible y
    versátil que el anterior.

    Configuración de Flujo Continuo. Este sistema es
    similar al de línea en flujo acompasado por el equipo. Sin
    embargo, es más automatizado, más intensivo en
    capital y menos flexible. Cada máquina y equipo
    están diseñados para realizar siempre la misma
    operación y preparados para aceptar de forma
    automática el trabajo suministrado por la máquina
    precedente. Está diseñado para fabricar un producto
    o una familia limitada de productos en volúmenes muy
    elevados. El diseño del producto es muy estable, a menudo
    es un producto genérico o «commodity». El
    flujo material es continuo sincronizado, integrado a
    través de toda la instalación como si fuera un gran
    proceso tecnológico. Este rígido sistema, se basa
    en un proceso muy automatizado, costoso y especializado en la
    obtención de un producto estándar, donde la
    homogeneidad es total y absoluta, funcionando continuamente con
    mínima intervención del personal de línea.
    Generalmente precisa laborar las 24 horas para procurar ser un
    sistema costeable y eficiente.

    Sistema de Producción JIT. Es importante
    distinguir entre el sistema de producción JIT y las
    técnicas JIT. Las técnicas denominadas JIT incluyen
    el control estadístico de la calidad, reducción de
    los tiempos de cambio de útiles (SMED), polivalencia de
    los trabajadores, versatilidad de los equipos,
    estandarización de operaciones, el enfoque de la
    producción mediante «arrastre» (Kanban),
    layout celular, mantenimiento autónomo, implicación
    de todo el personal en las decisiones gerenciales,
    resolución continua de problemas control automático
    de defectos, etc. Estas técnicas se usan en el sistema de
    producción JIT, pero también se usan en otros
    sistemas. El sistema de producción JIT es mucho más
    que un agregado de técnicas JIT. Surgido en Toyota Motor
    Co., es un sistema de flujo lineal (virtual o físico) que
    fabrica muchos productos en volúmenes bajos a medios. Por
    su diseño, el sistema JIT fuerza la eliminación de
    todos los innecesarios ("desperdicios"), y a partir de
    aquí, impone la mejora continua. Esto conduce naturalmente
    a costos inferiores, mejoras en la calidad y entregas más
    rápidas. El sistema JIT es el más difícil de
    diseñar, implantar y gestionar de todos, y pueden existir
    diferentes niveles de implantación del mismo.

    Sistema Flexible de Fabricación (FMS). El sistema
    FMS consiste en un grupo de máquinas controladas por
    computadoras y sistemas automáticos de manejo, carga y
    descarga de material, todo ello controlado por un computador
    supervisor. Un FMS puede funcionar sin atención de
    personal durante largos periodos. Las máquinas, el sistema
    de manipulación de materiales y las computadoras son muy
    flexibles, versátiles, lo que permite a un sistema FMS
    fabricar muchos productos diferentes en bajos volúmenes.
    Por ser sumamente costoso, se emplea comúnmente en
    situaciones en las que no pueden utilizarse sistemas de
    producción en línea de flujo más simples y
    baratos. Por lo general, se desarrolla en un entorno CIM
    (manufactura integrada por computador).

    Las seis primeras modalidades de sistemas de
    producción se han denominado sistemas tradicionales
    ó clásicos y están fundamentados por los
    enfoques de gestión craft y producción en masa, que
    van desde la búsqueda de habilidades y capacidades
    individuales basadas en la funcionalidad del proceso y la pericia
    del operario, hasta la consecución de alta productividad y
    eficiencia a través de la optimización de las
    operaciones y economías de escala. Las dos últimas,
    Just in Time (JIT) y Sistemas Flexibles de Fabricación
    (FMS), han surgido producto de un nuevo enfoque de gestión
    de la producción denominado «lean production»
    o producción ajustada, surgido en los
    últimos años y que se basa en la producción
    con mínimo desperdicio, que busca la eliminación de
    aquellas actividades que no añaden valor, así como
    los consumos innecesarios de recursos, que se consideran como
    despilfarro. Este enfoque ha dado lugar a estos nuevos sistemas
    productivos, orientados a la obtención de pequeños
    a medianos volúmenes con alta variedad de productos,
    empleando para ello un layout de flujo lineal (en lugar de
    funcional), que resulta más efectivo y eficiente. Se trata
    de una combinación apropiada de las bondades de sus
    predecesores. Ambos sistemas, híbridos por naturaleza,
    están dotados de eficiencia y flexibilidad, y sus
    diferencias básicas radican en el grado de intensidad
    tecnológica utilizado en sus operaciones y
    procesos.

    Otros autores como Hill (1997), describen modalidades
    adicionales de sistemas de producción híbridos que,
    aunque no sean tan completos como los antes descritos, sí
    contribuyen por igual a que las empresas ofrezcan un proceso de
    fabricación que refleje mejor sus necesidades en
    términos de poder respaldar las características de
    sus mercados. Entre estos sistemas híbridos destacan la
    Fabricación Celular (basada en la tecnología de
    grupo), las Líneas de Transferencia (o líneas
    transfer) y los Centros Maquinadores.

    La aparición de las configuraciones
    híbridas, resultantes de combinar aspectos de los sistemas
    básicos o clásicos, ha sido un proceso evolutivo
    natural en la gestión de la producción en una
    economía competitiva. Por lo general y mucho más en
    los tiempos actuales de alta rivalidad competitiva, las empresas
    tienden a presentar una combinación de procesos y
    configuraciones en fabricación a fin de tratar de reflejar
    y cubrir mejor las diversas necesidades y requerimientos de los
    productos que proveen y venden. Claro está, se debe
    prestar mucha atención a estas combinaciones de
    características para evitar incompatibilidades y
    disfunciones operativas, y debido también, al hecho de que
    la elección que puedan hacer estará siempre
    limitada por la dimensión de ingeniería (el proceso
    deberá poder cumplir con las especificaciones del
    producto) y por las propias limitaciones técnicas,
    tecnológicas y empresariales que restringen las posibles
    opciones.

    Estos sistemas de producción, clásicos y
    modernos, se diferencian entre sí por el comportamiento
    descrito en las diversas dimensiones técnicas y
    empresariales, propias del diseño del sistema así
    como de su funcionamiento, tales como, y por citar algunos
    ejemplos: la repetitividad de las operaciones y trabajos, el
    nivel de continuidad o intermitencia en el flujo
    material, el tipo de producción predominante, el
    mismo de producto con que se opera (volumen-variedad), la
    estructura espacial utilizada, la estructura temporal de la
    producción, la propia naturaleza del producto que se
    fabrica y comercializa (estándar, especial ó
    adaptado), el nivel de especialización de las capacidades,
    nivel de estandarización de productos, el grado de
    automatización incorporado, así como las
    dimensiones de competencia /mercado que se proveen al cliente
    final, entre otras.

    En este trabajo no se ha pretendido abordar, ni mucho
    menos, todos los tipos de clasificación existentes de
    sistemas de producción, sino más bien ofrecer una
    panorámica terminológica sobre el tema y un marco
    conceptual que constituya una reflexión y punto de partida
    para futuras investigaciones en este campo.

    Bibliografía

    Acevedo Suárez, J.A. (1987). Material
    complementario sobre esquema general de organización.
    Ciudad de la Habana: Ediciones CUJAE.

    Buffa, E.S. (1968). Operations Management: Problems and
    Models. Westwood, California: John Wiley.

    Buffa, E.S. (1984). Meeting the Competitive Challenge.
    Homewood, Illinois: Irwin.

    Chase, R.B., Aquilano, N.J. & Jacobs, F.R. (2000).
    Administración de producción y operaciones.
    Manufactura y servicios (8va edición9). Santa Fe de
    Bogotá: McGraw-Hill.

    Cribillers, F. (1997). Gestión de Operaciones.
    Documentos DEADE. Barcelona: ESADE. Cuatrecasas Arbós, Ll.
    (1999). Gestión de la producción: Aspectos
    estratégicos. En J.L

    Álvarez et al. (Eds.), Lo que se aprende en los
    mejores MBA. Barcelona: Gestión 2000.

    Díaz, A. (1993). Producción:
    Gestión y Control. Barcelona: Ariel Economía
    S.A.

    Doll, W.J. & Vonderembse, M.A. (1992). The evolution
    of manufacturing systems: towards the post-industrial enterprise.
    En C.A. Voss (Ed.), Manufacturing Strategy. Process and Content.
    Londres: Chapman & Hall.

    Domínguez Machuca, J.A.; García
    González, S.; Domínguez Machuca, M.A.; Ruiz
    Jiménez, A.

    & Álvarez Gil, María José
    (1998). Dirección de Operaciones: aspectos
    estratégicos. Madrid: McGraw-Hill.

    Gousty, Y. & Kieffer, J.P. (1988). Una nueva
    tipología para los sistemas industriales de
    producción. Revista Francesa de Gestión, Junio.
    Paris.

    Hax, A.C. & Majluf, N.S. (1999).
    Estrategias para el liderazgo competitivo. De la visión a
    los resultados. Buenos Aires: Granica.

    Hill, T. (1993). Manufacturing Strategy.
    The strategic management of the manufacturing function.
    Basingstoke: McMillan.

    Hill, T. (1997). La esencia de la
    administración de operaciones. México:
    Prentice-Hall. Hopeman, R.J. (1991). Administración de
    Producción y Operaciones – Planeación,
    Análisis y Control. México:
    Continental S.A.

    Miltenburg, J. (1995). Manufacturing
    Strategy. Portland: Productivity Press. Monks, Joseph. G. (1992).
    Administración de Operaciones. Mexico:
    McGraw-Hill.

    Ochoa Laburu, C. & Arana Pérez, Pilar (1996).
    Gestión de la producción. Conceptos,
    tipología de problemas, métodos y problemas de
    implantación. San Sebastián: Editorial Donostiarra
    S.A.

    Palabras clave: Configuraciones productivas;
    función de Producción & Operaciones;

    Tipo de trabajo: Teórico
    (Journalistic)

     

     

    Autor:

    Andrés Gómez
    Márquez.

    Ingeniero de Sistemas y Telecomunicaciones
    por la Universidad

    Cooperativa de Colombia –
    Bogotá.

    Diplomado en Administración y
    Dirección de Empresas.

    Especialista en Redes y Telecomunicaciones
    – por la Universidad

    Cooperativa de Colombia –
    Bogotá.

    Especialista en Gerencia de Proyectos
    – por la Universidad Piloto –
    Bogotá.

    Project Management Professional (PMP)
    – Certification – por Indudata.

    Magíster (MBA) en
    Administración de Empresas y Negocios por la

    Universidad Pontificia Javeriana,
    Bogotá (En Curso).

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter