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Cáncer de mama, estado actual en México




Enviado por Joaquin Muñoz



  1. Introducción
  2. Justificación
  3. Cáncer de
    mama
  4. Factores de
    Riesgo
  5. Morbilidad y
    mortalidad
  6. Detección
    del Cáncer de Mama
  7. Mamografías
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía

Introducción

En México la mortalidad por tumores malignos se
ha incrementado de 9.7% en 1990 a 12.9% en 2006. Debido al
proceso de transición demográfica y
epidemiológica actual, se prevé un predominio de
adultos mayores en las próximas décadas con el
consecuente incremento del número de casos de
cáncer y una mayor precisión económica y
demanda de servicios médicos. Como otros tumores malignos,
el cáncer de mama es consecuencia de alteraciones en la
estructura y función de los genes. La evidencia reciente
demuestra que el cáncer de mama es hoy en día una
de las principales causas de muerte y discapacidad entre las
mujeres de países en vías de desarrollo. En
México, con una población un poco mayor de 100
millones de habitantes, el cáncer de mama es hoy
día uno de los desafíos más importantes para
la salud de la mujer adulta. Las tasas de mortalidad muestran un
aumento notorio en las últimas cinco décadas. Entre
1955 y 1960, a partir de la disposición de los primeros
datos confiables, la tasa era alrededor de dos a cuatro muertes
por 100000 mujeres. Luego se elevó de manera sostenida en
las mujeres adultas de todas las edades hasta alcanzar una cifra
cercana a 9 por 100000 para la mitad de la década de 1990
y se ha mantenido más o menos estable desde entonces. Esta
situación es aún un hecho poco conocido, ya que
además abundan las interpretaciones erróneas sobre
la enfermedad. En México, a partir del año 2006, el
cáncer de mama ocupa el primer lugar como causa de muerte
por neoplasia maligna en mujeres de 25 años en adelante y
ha desplazado de esta posición al cáncer
cervicouterino. En el 2010 se registraron 5,113 defunciones, con
una tasa de mortalidad de 10.1 fallecimientos por 100 mil
mujeres, lo que hace un total de 13,648 nuevos casos. La
incidencia también aumenta con la edad; sin embargo, la
relación de la edad con la supervivencia de las mujeres
con cáncer de mama no está debidamente definida. El
riesgo de morir por cáncer de mama se incrementa conforme
la enfermedad se diagnostica a más temprana edad,
identificándose un riesgo relativo de 1.7 para las mujeres
entre 30-34 años y un riesgo relativo de 1.8 para las
menores de 30 años, al tomar como grupo de referencia el
de 40-45 años. La exploración física permite
una detección de hasta 50% de lesiones no vistas en
mamografías, con un valor predictivo positivo de 73% y
negativo de 87%. La sensibilidad de mamografía mas la
exploración física seria del 75%. El tratamiento de
las modalidades para cáncer de mama primario incluye
cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapia hormonal
estos cuatro pueden ser usados solos o en combinación. La
cirugía es el primer tratamiento para cáncer de
mama pueden adjuntarse terapias como quimioterapia y radioterapia
comúnmente usadas después del tratamiento primario,
en orden de inhibición de metástasis.

Justificación

En México el cáncer de mama se ha
convertido en un problema de salud pública y un serio
desafío para el sistema de salud, colocándose como
la segunda causa de muerte en mujeres de 30 a 54 años solo
detrás de la diabetes mellitus. Además de las
graves implicaciones que supone la sobrevida de las pacientes,
retrasar la detección genera también serias
presiones sobre el sistema de salud. Los estadios más
avanzados son los más complicados desde el punto de vista
de la atención médica requerida (más
intensivo y de mayor complejidad) y, por lo tanto de mayor costo.
Representa en México un grave problema para el sistema de
salud, en el caso específico del IMSS solo su
detección y tratamiento represento en 2002 poco más
de 1805.5 millones de pesos, es decir 1.7% del presupuesto
ejercido por esta institución en este mismo año,
mientras que el cálculo de la inversión en todo el
periodo del estudio efectuado entre el 2002 y el 2006, fue del
l.9% del presupuesto ejercido por la institución. La
detección hace que el costo de la atención se
incremente en más de 25% respecto del costo total, es
decir, un incremento del orden de 286 a 321 millones de pesos
mexicanos por año y con el empleo de nuevos procedimientos
y fármacos antineoplásicos, se ha logrado aumentar
el tiempo de vida de las pacientes, sin embargo este aumento no
viene acompañado de un cambio cualitativo en la manera
como las pacientes llevan la enfermedad. El tratamiento de las
modalidades para cáncer de mama primario incluye
cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapia hormonal
estos cuatro pueden ser usados solos o en combinación. La
cirugía es el primer tratamiento para cáncer de
mama, pueden adjuntarse terapias como quimioterapia y
radioterapia comúnmente usadas después del
tratamiento primario, en orden de inhibición de
metástasis. Variando la incidencia y mortalidad
considerablemente alrededor de todo el mundo, siendo el
estándar del tratamiento quirúrgico y la
aplicación de nuevos procedimientos quirúrgicos
comparados con los anteriores tiene mejores pronósticos
con respecto a la calidad de vida. El diagnóstico
tardío implica que el tratamiento del cáncer es
más costoso, más doloroso y con una posibilidad
mucho más baja de curación. En enero del año
2006, el Gobierno Federal anunció la cobertura universal
del cáncer de mama a través del Seguro Popular. A
pesar de esto, los servicios aún no llegan a las mujeres
mexicanas en la mayor parte de las entidades rurales. Los
diagnósticos son todavía tardíos y los
pronósticos desfavorables. Pese a todos los esfuerzos
realizados por el sector público, los recursos dispuestos
hoy para educación, prevención, detección
oportuna, tratamiento y cuidados paliativos en cáncer de
mama son insuficientes. Por lo anteriormente señalado
consideramos hacer una revisión sobre el tema y brindar
una breve reseña del mismo.

Cáncer de
mama

El cáncer no es una sola enfermedad: es el nombre
de una variedad de por lo menos cien enfermedades muy distintas
entre sí y que se produce por el crecimiento anormal y
desordenado de las células del cuerpo. Esto es causado por
alteraciones celulares ocurridas cuando la clave
cromosómica genética ha sido alterada por lo que
las células reciben mensajes erróneos. La
célula cancerosa pierde el control de su propio desarrollo
de modo que se divide en más células a mayor
velocidad que el resto de los tejidos a los que pertenece sin
cumplir las funciones para la que ha sido creada El cáncer
de mama (adenocarcinoma) es una enfermedad maligna en donde la
proliferación acelerada, desordenada y no controlada de
células pertenecientes a distintos tejidos de la
glándula mamaria forman un tumor que invade los tejidos
vecinos y hace metástasis a órganos distantes del
cuerpo. Como otros tumores malignos, el cáncer de mama es
consecuencia de alteraciones en la estructura y función de
los genes. Es el proceso neoplásico más frecuente
en la mujer, sobre todo en los países desarrollados.
Experimentando un aumento en las últimas décadas en
todos los países. Diagnosticándose en edad
reproductiva de un 10% a 20% de los canceres de mama en mujeres
de menos de 45 años. Es la neoplasia maligna más
común entre las mujeres en la sociedad occidental, con
tasas de incidencia continúan su tendencia al alza,
aumentando en un 70% ciento desde 1971, y por 15% en los 10
años hasta el 2000 en Inglaterra. Es la causa más
común de muerte por cáncer en las mujeres. Hay gran
entre las diferencias individuales en el tamaño y la
asimetría de senos y esto podría ser indicativo de
las diferencias en el desarrollo estabilidad, y posiblemente
predisposición a la enfermedad. Hasta el momento no se
disponen de estrategias de prevención primaria, ya que los
principales factores de riesgo son endógenos y por lo
tanto difíciles de manipular, teniendo siempre en cuenta
que del 65% al 70% de los canceres de mama aparecen en mujeres
sin factores de riesgo identificables. Al respecto, es importante
enfatizar que la incidencia del cáncer de mama es
influenciada por ciertos factores de riesgo bien establecidos,
los cuales son más prominentes con la edad y el sexo,
incrementándose la incidencia con la edad,
presentándose 10 casos por cada 100 000 mujeres entre los
20 y 30 años y 300 casos por cada 100 000 mujeres menores
de 60 años, declinando después de la menopausia y
especialmente después de los 80 años. Comprendiendo
el 23% de los canceres en mujeres, aumentando gradualmente la
incidencia del cáncer de mama en los últimos
años, siendo el tumor más frecuente en la
población femenina mundial y actualmente es el
cáncer más frecuente, adelantando por primera vez
al de pulmón. En México ocupa el segundo lugar de
presentación en mujeres y en algunos estados de la
república es la primera causa de fallecimiento por
cáncer en la mujer, superando el carcinoma cervicouterino.
En realidad, las mujeres de bajos recursos enfrentan hoy
día una doble carga a partir de las elevadas tasas de
cáncer de mama y cervicouterino. El cáncer de mama
es ahora causante, en general, de un mayor número de
muertes en México, comparado con el cáncer
cervicouterino, y afecta a mujeres adultas de todas las edades y
niveles de ingreso. Con respecto a las políticas, la
Secretaría de Salud amplió y aumentó la
normatividad y legislación relativa al control del
cáncer de mama a través de las directrices
técnicas de la Norma Oficial Mexicana. Se establecieron
criterios más rigurosos para vigilar los servicios de
salud públicos y privados en la prevención,
diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia de la
enfermedad. Para promover la detección temprana, las
directrices hacen énfasis en la autoexploración, el
examen clínico y la mamografía. Se establece un
examen clínico anual realizado por personal capacitado
para todas las mujeres de 26 y más años que visitan
un centro de salud. Se recomienda una mamografía anual o
bianual para mujeres de 40 a 49 años con factores de
riesgo específicos y una vez al año para todas las
mujeres de 50 años y mayores. Si bien estas directrices
son importantes para ofrecer un marco normativo que abarque a
todo el sector salud, no garantiza los recursos ni la
aplicación de las normas, por lo que la cobertura
está muy lejos de ser la adecuada. Si bien los tiempos de
espera constituyen un problema habitual y los medicamentos no se
encuentran con frecuencia disponibles y deben pagarse del
bolsillo, los servicios incluidos en la seguridad social
constituyen una atención gratuita considerable. No
obstante, el acceso a esta atención está
restringido a aquellos que trabajan en el sector formal de la
economía. El resto de la población depende de
servicios públicos de la Secretaría de Salud, hasta
hace poco, sin protección financiera. Una gran
mayoría de la población, y en especial los no
asegurados, sufragan los servicios y utilizan al sector privado.
Uno de los principales temas en México, igual que en otros
lugares, es el mejoramiento y la ampliación del tamizaje
encaminado a promover la detección temprana. Los datos
disponibles sugieren que sólo entre 5 y 10% de los casos
en México se detecta en las fases iniciales de la
enfermedad (localizada en la mama) en comparación con 50%
en Estados Unidos. Esta situación dificulta en buena
medida el tratamiento y lo vuelve más costoso e incierto
para las mujeres, sus familias y el sistema de salud. Las tasas
de mortalidad por cáncer de mama en México muestran
un aumento notorio en las últimas cinco décadas.
Entre 1955 y 1960, a partir de la disposición de los
primeros datos confiables, la tasa era alrededor de dos a cuatro
muertes por 100000 mujeres. Luego se elevó de manera
sostenida en las mujeres adultas de todas las edades hasta
alcanzar una cifra cercana a 9 por 100000 para la mitad de la
década de 1990 y se ha mantenido más o menos
estable desde entonces. El cáncer de mama representa una
pesada carga de muertes prematuras, ya que 60% de las mujeres que
muere tiene entre 30 y 59 años de edad. También
existe cierta evidencia de que la edad promedio de inicio de la
enfermedad es menor en los países en desarrollo que en los
más desarrollados. Para el año 2006, el
cáncer de mama se había convertido en la segunda
causa de muerte más común en México entre
las mujeres de 30 a 54 años y la tercera más
frecuente entre el grupo de 30 a 59 años (después
de la diabetes y las cardiopatías). Si bien el
cáncer de mama es todavía más común
en los grupos de población de nivel socioeconómico
más elevado, en la actualidad afecta a todos los grupos
poblacionales. No se dispone de datos confiables de nivel
nacional sobre la prevalencia e incidencia de la enfermedad
debido a la ausencia de un registro de cáncer. Las
estimaciones publicadas sugieren que en 1990 se presentaron
alrededor de 6000 nuevos casos de cáncer de mama en
México y se prevé una elevación de
más de 16500 por año para el 2020. La falta de
acceso a la detección temprana también sugiere que
existe un gran cúmulo de casos no detectados (1,
2).

Existen factores debidamente identificados con
repercusión en el periodo libre de enfermedad y la
supervivencia global y la respuesta al tratamiento de pacientes
con cáncer de mama. Los más estudiados y
reconocidos son:

  • Estado ganglionar

  • Tipo histológico

  • Permeación vascular y
    linfática

  • Tamaño tumoral

  • Estadio clínico

  • Proliferación celular (índice
    mitótico)

  • Grado histológico y nuclear

  • Estado de los receptores hormonales para
    estrógeno y progesterona

  • Edad

  • Función ovárica (pre y
    menopáusica)

  • Expresión de HER2-neu

  • Variedad molecular

El riesgo de morir por cáncer de mama se
incrementa conforme la enfermedad se diagnostica a más
temprana edad, identificándose un riesgo relativo de 1.7
para las mujeres entre 30-34 años y un riesgo relativo de
1.8 para las menores de 30 años, al tomar como grupo de
referencia el de 40-45 años. Está reportado que la
peor tasa de supervivencia a 10 años en mujeres con
cáncer de mama y enfermedad ganglionar positiva es la
correspondiente al grupo de menores de 35 años. Asimismo,
la edad se ha relacionado con mayor afectación ganglionar:
37% en mujeres menores de 40 años en comparación
con 25% de mujeres mayores de 40 años. La
proporción de tumores con invasión linfática
disminuye progresivamente con el incremento de la edad: 43% en
mujeres menores de 40 años, 23% entre 40-50 años,
20% entre 50-70 años y 11% en mujeres mayores de 70
años. Otras causas atribuibles al mal pronóstico
del cáncer de mama en mujeres menores de 40 años,
además de la mayor invasión linfática, son
el carcinoma ductal in situ extenso en asociación
con componente invasivo, receptores de estrógenos
negativos y grado histológico alto (3).

Factores de
Riesgo

El riesgo más importante para sufrir
cáncer de mama es ser mujer, la relación de
cáncer de mama entre mujeres y hombres es aproximadamente
de 100 a 1. La incidencia de cáncer de mama se incrementa
con la edad, duplicandose aproximadamente cada 10 anos hasta la
menopausia, etapa en que el ritmo de crecimiento disminuye. En el
46% de las mujeres mexicanas afectadas por el cáncer de
mama este se presenta antes de los 50 anos y el grupo de edad mas
afectado es el de 40-49 anos. El cáncer de mama se
relaciona con el estado hormonal, y la evidencia disponible
indica que el periodo de exposición a estrógenos es
un factor crítico de la carcinogénesis en mama. Una
menarca temprana y menopausia tardía se asocian a periodos
prolongados de exposición a estrógenos. En
relación a la ingesta de hormonas, el uso de
anticonceptivos, el tiempo de uso, edad a la que se inicio la
ingesta, dosis y tipo de hormonas empleadas afectan su efecto
como factores de riesgo. La historia familiar, mutaciones
genéticas BRCA1 y BRCA2 (en aproximadamente una de cada
mil mujeres), polimorfismos genéticos asociado a la
síntesis de estrógenos y su metabolismo, son
factores que determinan la prevalencia de cáncer mamario
en una población. Aunque se debe considerar que en el 85%
de los casos de cáncer mamario no hay evidencia de
historia familiar, cuando esta se presenta, el riesgo para la
mujer con antecedentes familiares (madre, hermana, hija) es 2-3
veces mayor que en la población sin antecedentes
familiares. La mayoría de los canceres debido a mutaciones
ocurren antes de los 65 anos. Mujeres con antecedentes de
hiperplasia epitelial atípica, patología benigna
proliferativa, tienen 4 a 5 veces mas riesgo de desarrollar
cáncer mamario que las mujeres que no muestran cambios
proliferativos en su mama. Si la mujer tiene antecedentes
familiares de cáncer de mama en primera línea,
asociados a cambios proliferativos en ella misma, su riesgo se
incrementa nueve veces.

Morbilidad y
mortalidad

De acuerdo con las ultimas estimaciones
estadísticas el cáncer de mama es la neoplasia mas
probable para la población femenina mundial actual,
registrándose mas de 1,150000 nuevos casos cada
año, lo que corresponde a una tasa ajustada por edad (ASR,
por las siglas de Age Standardized Ratio) de 37.4 por 100,000
mujeres. En los países más desarrollados la ASR es
67.8, y en los menos desarrollados es de 23.8. Esta gran
diferencia entre países con más y menos recursos
económicos refleja, por un lado, la influencia que el
estilo de vida, incluido los patrones reproductivos, puede tener
en los factores de riesgo mencionados en la sección
anterior y, posiblemente también, el sesgo que los
diferentes métodos de detección y registro pueden
inducir en datos de incidencia. En cuanto a mortalidad, el
cáncer de mama es la principal causa de muerte por
cáncer entre mujeres en el mundo. Según las
estadísticas mencionadas, en 2002 se registraron
aproximadamente 411,000 muertes por cáncer de mama en el
mundo, lo que corresponde a una tasa de mortalidad ASR de 13.2
por 100,000 mujeres. En los países más y menos
desarrollados del planeta, las tasas de mortalidad por
cáncer de mama son de 18.1 y 10.3,
respectivamente.

Detección
del Cáncer de Mama

(Autoexploración y Examen
Clínico)

La autoexploración mamaria es una técnica
de detección del cáncer mamario basada en la
observación y palpación que hace la mujer en sus
propias mamas. En un alto porcentaje son las mujeres quienes
detectan los nódulos que indican una alteración
mamaria. La autoexploración es referida por algunos
críticos como una herramienta de poca utilidad ya que no
detecta lesiones tempranas. La Asociación Estadounidense
de Cancer (ACA) recomienda la autoexploración de
glándula mamaria de forma mensual a todas las mujeres a
partir de la menarca, sobretodo en las mayores de 20 anos. En
México existen diversas publicaciones con respecto a
enseñanza y prevalencia de la aplicación de
autoexploración mamaria y se concluye que las mujeres son
capaces de detectar lesiones de, al menos, 1 cm y, cuando son
superficiales, de hasta 0.5 cm una vez que han recibido
capacitación. El impacto mundial de la
autoexploración mamaria muestra datos inconsistentes y no
refleja disminución de la mortalidad, pero algunos
reportes refieren un mejor pronóstico para las pacientes,
ya que se detectan lesiones en etapas clínicas I y II. El
90% de los casos de cáncer de mama en México son
detectados gracias a que la propia paciente detecta un
abultamiento o nódulo, y en estos casos ya se trata de un
estadio avanzado de la patología. Obtener una historia
clínica completa es el primer paso del examen
clínico mamario, y esta debe incluir antecedentes
importantes tales como el estado hormonal y la historia familiar
de cáncer de mama. El examen clínico mamario debe
incluir una exploración física en que se observara
la configuración general y se palparan los senos revisando
también axilas y pezones. Se ha encontrado que la
exploración física de la mama permite una
detección de hasta 50% de lesiones no vistas en
mamografías, con un valor predictivo positivo de 73% y
negativo de 87%. La sensibilidad de mamografía mas la
exploración física seria del 75%.

Mamografías

La mamografía (también llamada
mastografía) es una imagen plana de la glándula
mamaria obtenida con rayos X. La imagen se forma debido a la
diferente atenuación sufrida por los rayos al atravesar
los medios que constituyen la mama. El "mapa" bidimensional de
radiación atenuada por la mama incide sobre el receptor de
imagen (la placa radiográfica en un mastografo
convencional o el detector electrónico en un equipo
digital) y allí se forma una imagen latente que es hecha
visible por un proceso químico (equipo analógico
con película) o electrónico (digital). La
información tridimensional de la ubicación de la
lesión se logra gracias a la obtención de dos
proyecciones. Así, un estudio mastografico de escrutinio
para detectar lesiones subclínicas en mujeres
asintomáticas, consiste de 2 pares de imágenes: una
proyección craneocaudal y una medio-lateral-oblicua, para
cada mama. La mama representa un verdadero desafío para la
obtención de su imagen radiológica debido a que
esta constituida por tejidos muy similares entre si y porque las
lesiones buscadas por el radiólogo como indicadores de la
posible presencia de un tumor son muy pequeñas o muy
parecidas al tejido normal. Una mamografía de escrutinio
busca visualizar lesiones no-palpables (es decir, menores de 0.5
cm si se trata de nódulos), calcificaciones (nunca
palpables por su reducido tamaño), asimetrías en la
densidad mamaria, y/o distorsión de la arquitectura de la
glándula. Los nódulos son objetos que aparecen en
ambas proyecciones con densidad media y alta, se confunden con el
tejido glandular, y sus contornos son indicadores de malignidad.
Las calcificaciones son acumulaciones cristalinas de calcio, de
tamaños de cientos de micras, cuyo patrón de
agrupación y morfología es indicador de malignidad.
Solo la mamografía puede detectar las calcificaciones. La
imagen mamografica solo permite visualizar estos indicadores, y
la severidad de la lesión evaluada por las
características de la imagen llevara al radiólogo a
solicitar la toma de una biopsia del tejido sospechoso. La
malignidad del tumor solo se determina a través del
análisis patológico de la muestra citológica
o histológica. El Colegio Estadounidense de
Radiología, ACR, ha elaborado un sistema de datos y
reportes llamado BI-RADS (Breast Imaging Reporting and Data
System) que ayuda al radiólogo a elaborar un reporte
estandarizado y reduce la posible confusión en la
interpretación de la imagen mamográfica. En el
documento BI-RADS se clasifican los estudios en 7
categorías bien definidas (desde un estudio "normal", que
solo requiere de seguimiento al cabo de un ano, hasta uno
"francamente maligno"que requiere biopsia) y se sugiere su manejo
posterior. En cuanto a la interpretación
mamográfica, el BI-RADS contribuye a que los
radiólogos concluyan de una manera mas concreta su
interpretación, se comuniquen en un mismo lenguaje, y
sugieran el manejo de la lesión. La NOM-041 reconoce 3
tipos de intervenciones específicas para la
detección del cáncer, la autoexploración, el
examen clínico y la mastografía. Establece que los
factores de riesgo son: ser mujer mayor de 40 anos, historia
personal o familiar de cáncer de mama, obesidad,
patologías benignas de mama y otros asociados con factores
hormonales. Se recomienda la autoexploración mensual a
partir de la menarca, el examen clínico de las mamas
(realizado por medico o enfermera capacitados) en forma anual a
todas las mujeres mayores de 25 años que asisten a las
unidades de salud, y la toma de mastografía, anual o cada
dos anos a las mujeres de 40 a 49 anos con dos o mas factores de
riesgo, y en forma anual a toda mujer de 50 anos o mas, de
existir el recurso. La Sociedad Estadounidense del Cancer y el
ACR recomiendan una mamografía de escrutinio, cada
año, para mujeres de 40 anos o más y la
Asociación Medica Estadounidense y el Instituto Nacional
del Cancer, NCI, una cada 1 o 2 anos para mujeres entre 40 y 49
anos y una anual a partir de los 50 anos. La Sociedad Canadiense
del Cáncer recomienda que mujeres entre 50 y 69 anos se
realicen una mamografía y un examen clínico de mama
cada dos años (4).

El tratamiento de las distintas modalidades de
cáncer de mama incluyen cirugía, quimioterapia,
radioterapia y terapia hormonal estos cuatro pueden ser usados
solos o en combinación. La cirugía es el primer
tratamiento para cáncer de mama pueden adjuntarse terapias
como quimioterapia y radioterapia comúnmente usadas
después del tratamiento primario, en orden de
inhibición de metástasis. Variando la incidencia y
mortalidad considerablemente alrededor de todo el mundo, siendo
el estándar del tratamiento quirúrgico y la
aplicación de nuevos procedimientos quirúrgicos
comparados con los anteriores tiene mejores pronósticos
con respecto a la calidad de vida. La mastectomía
unilateral en combinación con mastectomía
contralateral profiláctica tiene baja aceptación
frente al diagnóstico de cáncer de mama y alto
riesgo de desarrollar cáncer de mama contralateral. El
alto riego de pacientes con cáncer de mama para
desarrollar cáncer de mama contralateral se reduce
sustancialmente con este procedimiento.

En 2005 Herrinton y cols., reportaron un 97% de
disminución en incidencia de cáncer de mama
contralateral y una disminución de 43% en la mortalidad de
cáncer de mama en pacientes que optaron por la
mastectomía profiláctica contralateral, la eficacia
es invariablemente de que se trate de BRCA 1 O BRCA 2. Por
ejemplo pacientes con CA de mama que son tratadas con terapia
local o contrariamente con terapia sistémica tienen efecto
directo en la calidad de vida y consecuencia en limitación
funcional disminuyendo los niveles de actividad física.
Igualmente estos niveles de actividad física
después del diagnóstico de cáncer de mama
incrementan sustancialmente la fatiga y otros síntomas
como; constipación, disnea y síntomas
menopaúsicos y tendencia negativa afectando la calidad de
vida del paciente. Cada vez más el tratamiento del
cáncer se dirige hacia el desarrollo de intervenciones
para mejorar la calidad de vida en general así como la
sobrevida. El ejercicio físico siempre ha sido
identificado como centro de rehabilitación de las
enfermedades crónicas en muchas enfermedades y ha tenido
éxito en mejorar la calidad de vida y reducir por todas
las causa mortalidad. Pruebas observacionales recientes siguieren
que los niveles moderados de actividad física pueden
incluso reducir el riesgo por cáncer de mama.
Históricamente la evaluación de los tratamientos
oncológicos se ha centrado en variables biomédicas,
fundamentalmente la tasa de respuesta, el intervalo libre de
enfermedad o la supervivencia. El objetivo general del
pronóstico en oncología es mejorar las opciones
tratamiento de estos pacientes para que reciban una
atención óptima sin experimentar efectos
secundarios innecesarios, estos factores influyen en el
diseño, realización y análisis de ensayos
clínicos de cáncer de mama. Tales factores
podrían ser utilizados para diferenciar pacientes que
probablemente recidivaran, después de haber tratado su
tumor primario, de aquellas con poco riesgo de recidiva, y
pacientes que probablemente se beneficiaran de tratamiento
adyuvante, de aquellas que probablemente tienen enfermedad
resistente al tratamiento.

Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social
señalan que hay una tendencia creciente en la tasa de
egresos hospitalarios relacionados con cáncer de mama, con
un incremento de 80% en el periodo 1986 -2003. El ritmo del
aumento en egresos por cáncer de mama es
significativamente mayor respecto de otras enfermedades, como
cardiopatías o diabetes. En este mismo periodo, las tasas
de altas hospitalarias relacionadas con el cáncer
cervicouterino disminuyeron en aproximadamente 25 a 30%. Existen
notorias barreras en la demanda y la oferta de detección y
tratamiento del cáncer de mama. Datos integrales sobre
disponibilidad y acceso a estos servicios no están
disponibles todavía para México, pero el Instituto
Nacional de Salud Pública realiza en 2008 y 2009 un
estudio nacional cualitativo para identificar dichas barreras.
Las organizaciones no gubernamentales en particular, y la red de
servicios de la Secretaría de Salud, hacen mucho
énfasis en la autoexploración mamaria debido sobre
todo a la falta de acceso a la mamografía. Además,
el examen clínico no incluye en general la
exploración de los senos y, cuando lo hace, con frecuencia
no es un procedimiento sólido desde el punto de vista
técnico. Asimismo, se carece de acceso a la
mamografía debido a una insuficiencia de unidades y
personal capacitado, en especial en las áreas rurales. Un
estudio cualitativo reciente destaca las dificultades del acceso
al tratamiento debido a los costos, el papeleo, la falta de
información, la distancia y la falta de servicios de
estancia infantil. De la misma manera, existen barreras
relacionadas con ideas erradas y falta de conocimiento por parte
de las mujeres, ya que muchas de ellas cuentan con muy poca
información sobre la importancia de la detección y
tratamiento tempranos, así como de los factores de riesgo
vinculados al cáncer de mama (1, 5).

Conclusiones

Actualmente la supervivencia del cáncer va en
aumento y se prevé que aumentará a medida que se
avanza en la detección del cáncer y el tratamiento
del cáncer. Hay un cuerpo creciente de
investigación que ha ido más allá de los
resultados tradicionales contra el cáncer del tiempo de
supervivencia y la remisión de la enfermedad. La
investigación del cáncer de supervivencia, aunque
extensa, se ha centrado principalmente en la experiencia de las
personas que viven en entornos urbanos. Estos desafíos
incluyen la falta de profesionales de la salud para diagnosticar
el cáncer de manera oportuna, la dificultad para acceder a
la información de salud, que trata de forma aislada, tener
que viajar para los desafíos de tratamiento, trabajo, y
las cargas financieras.

Sobrevivientes de cáncer de las zonas rurales han
informado que experimentan alteraciones en su rol social y
funcionamiento eran más propensos a reportar que necesitan
ayuda con su desarrollo físico y la vida del día a
día de lo que fueron sus contrapartes urbanas. La
tendencia del incremento en la incidencia de esta neoplasia en
mujeres jóvenes es un comportamiento mundial. El
comportamiento de las neoplasias en este grupo de edad suele ser
más agresivo debido, sobre todo, al comportamiento
biológico del tumor, mayor daño ganglionar y por el
estado de los receptores hormonales. Es indispensable identificar
los grupos de alto riesgo que pueden padecer cáncer de
mama antes de los 40 años de edad, para intervenir
oportunamente mediante estudios más eficaces y lograr
diagnosticar esta neoplasia más tempranamente. La
evidencia de México muestra que el cáncer de mama
es un desafío clave para la salud de la mujer y
también para el sistema de salud. Es esencial la
detección temprana, junto con una combinación de
intervenciones, para poder hacer frente a este desafío.
Por su parte, el mejoramiento de la detección temprana
implica una respuesta social articulada y congruente con las
condiciones y recursos disponibles. Estos esfuerzos deben incluir
a la mujer, la familia, pacientes, proveedores y formuladores de
políticas. Constituye una grave amenaza para la salud de
las mujeres y el bienestar de las familias, así como para
los sistemas de salud y la sociedad en su conjunto, Existiendo
notorias barreras en la demanda y la oferta de detección y
tratamiento del cáncer de mama. Si bien el cáncer
cervicouterino sigue siendo más común entre los
segmentos pobres de la población, el cáncer de mama
ha ganado terreno con rapidez. Por consiguiente consideramos
necesario hacer un mayor énfasis en la detección
temprana de la patología a fin de poner al alcance de la
población afectada los recursos terapéuticos de
menor costo, pero es más importante que todo esto brindar
una información amplia todas la población en riesgo
para tratara de disminuir o revertir estas cifras tratando de
encaminar los programas de salud a la par del de países
desarrollados.

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Autor:

Joaquín Muñoz
Ortega

Medicina Familiar, Unidad Medico Familiar
No. 61, IMSS, Veracruz Sur

11 de Mayo del 2012

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