Envuelto en gigantesca
vestidura
De lumbre astral, en mi jardín, el
cielo,
Un ramo haré magnífico de
estrellas:
¡No temblará de asir la luz
mi mano!;
Y buscaré, donde las nubes
duermen,
Amada, y en su seno la más
viva
Le prenderé, y esparciré
las otras
Por su áurea y vaporosa
cabellera.
Sed de belleza
Solo, estoy solo: viene el verso
amigo,
Como el esposo diligente
acude
De la erizada tórtola al
reclamo.
Cual de los altos montes en
deshielo
Por breñas y por valles en
copiosos
Hilos las nieves desatadas
bajan-
Así por mis entrañas
oprimidas
Un balsámico amor y una
avaricia
Celeste de hermosura se
derraman.
Tal desde el vasto azul, sobre la
tierra,
Cual si de alma de virgen la
sombría
Humanidad sangrienta
perfumasen,
Su luz benigna las estrellas
vierten
Esposas del silencio! -y de las
flores
Tal el aroma vago se levanta.
Dadme lo sumo y lo perfecto:
dadme
Un dibujo de Angelo: una
espada
Con puño de Cellini, más
hermosa
Que las techumbres de marfil
calado
Que se place en labrar
Naturaleza.
El cráneo augusto dadme donde
ardieron
Tempestuosa del moro: -la mancebaIndia
que a orillas del ameno río
Que del viejo Chichén los muros
baña A la sombra de un plátano
pomposo
Y sus propios cabellos, el
esbelto Cuerpo bruñido y nítido
enjugaba.
Dadme mi cielo azul… dadme la
pura
Alma de mármol que al
soberbio
Louvre Dio, cual su espuma y flor,
Milo famosa.
Odio el mar
Odio el mar, sòlo hermoso cuando
gime
Del barco domador bajo la
hendente
Quilla, y como fantástico
demonio,
De un manto negro colosal
tapado,
Encòrvase a los vientos de la
noche
Ante el sublime vencedor que
pasa:-
Y a la luz de los astros,
encerrada
En globos de cristales, sobre el
puente
Vuelve un hombre impasible la hoja a un
libro.
Odio el mar: vasto y llano, igual y
frío
No cual la selva hojosa echa sus
ramas
Como sus brazos, a apretar al
triste
Que herido viene de los hombres
duros
Y del bien de la vida
desconfía,
No cual honrado luchador, en
suelo
Firme y seguro pecho, al hombre
aguarda
Sino en traidora arena y
movediza,
Cual serpiente letal.- También los
mares,
El sol también, también
Naturaleza
Para mover el hombre a las
virtudes,
Franca ha de ser, y ha de vivir
honrada.
Sin palmeras, sin flores, me
parece
Siempre una tenebrosa alma
desierta.
Que yo voy muerto, es claro: a nadie
importa
Y ni siquiera a mí: pero por
bella Ígnea, varia, inmortal amo la vida.
Lo que me duele no es vivir: me
duele Vivir sin hacer bien.
Mis penas amo, Mis penas, mis
escudos de nobleza.
No a la pròvida vida haré
culpable
De mi propio infortunio, ni el
ajeno
Goce envenenaré con mis
dolores.
Buena es la tierra, la existencia es
santa.
Y en el mismo dolor, razones
nuevas
Se hayan para vivir, y goce
sumo,
Claro como una aurora y
penetrante.
Mueran de un tiempo y de una vez los
necios
Que porque el llanto de sus ojos
surge
Lo imaginan más grande y
más hermoso
Que el cielo azul y los repletos
mares!-
Odio el mar, muerto enorme, triste
muerto
De torpes y glotonas
criaturas
Odiosas habitado: se parecen
A los ojos del pez que de harto
expira
Los del gañán de amor que
en brazos tiembla
De la horrible mujer
libidinosa:-
Vilo, y lo dije: -algunos son
cobardes,
Y lo que ven y lo que sienten
callan:
Yo no: si hallo un infame al paso
mío,
Dígole en lengua clara: ahí
va un infame,
Y no, como hace el mar, escondo el
pecho.
Ni mí sagrado verso nimio
guardo
Para tejer rosarios a las
damas
Y máscaras de honor a los
ladrones:
Odio el mar, que sin cólera
soporta
Sobre su lomo complaciente, el
buque
Que entre música y flor trae a un
tirano.
Árbol de mi alma
Como un ave que cruza el aire
claro
Ciento hacia mí venir tu
pensamiento
Y acá en mi corazón hacer
su nido.
Ábrase el alma en flor: tiemblan
sus ramas
Como los labios frescos de un
mancebo
En su primer abrazo a una
hermosura:
Cuchichean las hojas: tal
parecen
Lenguaraces obreras y
envidiosas,
A la doncella de la casa
rica
En preparar el tálamo
ocupadas:
Ancho es mi corazón, y es todo
tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y
todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y
muere!
De hojas secas, y polvo, y
derruidas
Ramas lo limpio: bruño con
cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las
flores
Los gusanos del pétalo
comido
Separo: oreo el césped en
contorno
Y a recibirte, oh pájaro sin
mancha!
Apresto el corazón
enajenado!
Luz de luna
Esplendía su rostro: por los
hombros
Rubias guedejas le colgaban:
era
Una caricia su sonrisa: eraCiego de
nacimiento:
parecíaQue veía: tras los
párpados callados
Como un lago tranquilo el alma
exenta
Del horror que en el mundo ven los
ojos,
Sus apacibles aguas
deslizaba:-
Tras los párpados blancos se
veían
Aves de plata, estrellas
voladoras,
En unas grutas pálidas los
besos
Risueños disputándose la
entrada
Y en el dorso de cisnes
navegando
Del ciego fiel los pensamientos
puros.
Como una rama en flor al
sosegado
Río silvestre que hacia el mar
camina,
Una afable mujer se asomó al
ciego:
Tembló, encendióse, se
cubrió de rosas,
Y las pálidas manos del
amante
Besó cien veces, y llenó
con ellas:-
En la misma guirnalda
entrelazados
Pasan los dos la generosa
vida:
Tan grandes son las flores, que a su
sombra
Suelen dormir la prolongada
siesta.
Cual quien enfrena un potro que
husmeando
Campo y batalla, en el portal
sujeto
Mira, como quien muerde, al amo
duro,-
Así, rebelde a veces, tras sus
ojos
El pobre ciego el alma
sujetaba:-
-«Oh, si vieras! -los necios le
decíanQue no han visto en sus almas
-oh si vieras Cuando sobre los
trigos requemados,
Su ejército de rayos el sol
lanza,
Cómo chispean, cómo
relucen, cómo,
Asta al aire, el hinchado
campamento
Los cascos mueve y el plumón
lustrosos.
Si vieras cómo el mar, roto y
negruzco
Vuelca al barco infeliz, y encumbra al
fuerte;
Si vieses, infeliz, cómo la
tierra
Cuando la luna llena la
ilumina
Desposada parece que en los
aires
Buscando va, con planta
perezosa,
La casa florecida de su amado.
-Ha de ser, ha de ser como quien
toca
La cabeza de un niño!-
-Calla, ciego:Es como asir en una flor la
vida».
De súbito vio el ciego; esta que
esplende,
Dijéronle, es la luna; mira,
mira
Qué mar de luz: abismos, ruinas,
cuevas,
Todo por ella casto y blando
luce
Como de noche el pecho de las
tórtolas!
-Nada más? -dijo el ciego, y
retornando
A su amada celosa los ya
abiertos
Ojos, besóle la temblante
mano
Humildemente, y díjole:
-No es nueva, Para el que sabe amar,
la luz de luna.
Conclusiones
Todos sabemos que el mundo esta lleno de
personajes importantes en la poesía, pero José
Martí uno para mi uno de los importantes en el mundo de la
poesía ya que yo tengo años de conocerlo y los
poemas que se vieron en este trabajo son los mas destacados y los
que recuerdo algunas personas saben que el dedico uno
especialmente a la estación del año "Canto de
Otoño".
Fue
un político republicano
democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano de
origen español, creador del Partido Revolucionario
Cubano y organizador de la Guerra o Guerra Necesaria.
Perteneció al movimiento literario
del modernismo.
Referencias
http://www.los-poetas.com/a/marti1.htm#Musa
traviesa
http://www.poemas-del-alma.com/jose-marti.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mart%C3%AD
Autor:
Andrea Armdiaz
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