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Imagining Keynes – Parte I – El día que Keynes “lloró” (Economía de malversación) (página 3)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Este libro resume la larga historia de las crisis
financieras en sus distintos aspectos y en un sinfín de
países (…) para entender por qué las crisis
financieras tienden a ser impredecibles y nocivas. La
teoría económica está en lo correcto cuando
señala que los mercados financieros, en especial los
mercados que dependen del apalancamiento (es decir, que poseen
una pobre capitalización en comparación con la
cantidad de activos en juego), pueden ser muy frágiles y
estar sujetos a crisis de confianza. Por desgracia, la
teoría ofrece pocas pistas en cuanto al momento o la
duración exacta de esas crisis. De ahí la
importancia de acudir a la experiencia directa.

La teoría económica
explica que es precisamente la naturaleza volátil de la
confianza, incluyendo su dependencia a la expectativa de la gente
sobre eventos futuros, lo que hace tan difícil predecir el
momento de una crisis de deuda. Elevados niveles de deuda
conducen, en varios modelos económico-matemáticos,
a "equilibrios múltiples", donde dichos niveles pueden o
no sostenerse. Los economistas no tienen una idea realmente clara
sobre qué clase de eventos afectan a la confianza ni sobre
cómo evaluar en términos concretos cuán
vulnerable puede ser la misma. Lo que percibimos una y otra vez a
lo largo de la historia de las crisis financieras es que siempre
que un accidente está esperando para manifestarse, al
final así ocurre. Cuando un país incurre en un
endeudamiento excesivo termina metido en problemas. Cuando un
boom en el precio de los activos incentivado por la deuda parece
demasiado bueno para ser verdad es porque seguramente así
es. Sin embargo, puede ser muy difícil determinar su
duración exacta, y una crisis que parece inminente puede a
veces tomar varios años para manifestarse. Tal fue sin
duda el caso de EEUU a finales de la década pasada: (…)
todas las luces rojas se habían encendido en la antesala
de la crisis. A pesar de ello, aun en medio del accidente, varios
líderes financieros en EEUU -y de hecho varios
académicos- seguían sosteniendo que "esta vez era
distinto".

"Esta crisis nos ha dado la oportunidad de conocer
vocabulario muy interesante sobre las finanzas y la
economía, uno de esos términos es "too big to
fail". Se refiere como todos ya saben a esas empresas que son
demasiado grandes para caer si tienen problemas, y que por tanto
con toda probabilidad serán rescatadas o apoyadas con
fondos públicos si la situación lo requiere. Si
bien la definición ha tenido mucho éxito, amenaza
con tener mucho más en el futuro ya que se está
mostrando como un elemento clave en la nueva regulación
financiera".
(El Confidencial – 6/6/11)

¿Cómo hemos llegado
aquí? Pues verán, porque "too big to fail" no es un
concepto etéreo, es una realidad que se refleja en el
día a día y que provoca que poco a poco el poder se
vaya concentrando más. Tanto prestamistas como agencias de
rating ven más seguras este tipo de entidades porque si
hay problemas reciben ayuda, por dicho motivo el mercado no tiene
en cuenta el riesgo real lo que se traduce en un mejor y
más barato acceso a los fondos por parte de las empresas y
a su vez en una mayor expansión. El círculo sigue,
porque motivado por esto los accionistas exigen más
retornos, los managers cobran por el corto plazo y todo el mundo
bendice una mayor asunción de riesgo. Por si fuese poco la
crisis ha demostrado que no se equivocaban aquellos que
veían facilidades por parte de los gobiernos ante las
dificultades. ¿Moral hazard? ¿What?

"El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy
Geithner, instó el lunes a los reguladores globales a
cooperar y desarrollar estándares comunes para asegurar
que los bancos en el mercado de derivados no compensados tengan
suficiente colateral, o margen, para capear futuras crisis
económicas".
(The Wall Street Journal –
6/6/11)

Los comentarios de Geithner se
producen en momentos en que el Consejo de Estabilidad Financiera,
una entidad internacional de fijación de estándares
organizada para desarrollar regulaciones bancarias en
común, trabaja en la creación de acuerdos globales
acerca de una amplia variedad de normas bancarias para el mercado
de derivados, que mueve US$ 450 billones (millones de
millones).

"No queremos ver otra carrera descendente alrededor del
mundo", señaló. "Cuando actuamos para contener el
riesgo en EEUU, queremos minimizar las probabilidades de que
simplemente se traslade a otros mercados alrededor del
mundo".

"La indecisión de los políticos, su
pánico ante la toma de decisiones de calado como
sería imponer una reestructuración de la deuda para
que los mercados paguen parte de la factura por reflotar a
Grecia, Irlanda y Portugal, hace que crezca el temor a que los
rescates se vayan diluyendo en el tiempo… Y terminen siendo
financiados con cargo al bolsillo del europeo de a pie".
(El
Economista – 10/6/11)

Fuentes comunitarias consultadas por El Economista
descuentan que la deuda pública de estos tres
países será gradualmente absorbida por el fondo
europeo de rescate y por el Banco Central Europeo (BCE). Luego,
los dirigentes la condonarán y, como alguien tiene que
pagar al mercado, la endosarán a sus contribuyentes: yo,
político, invito; tú, ciudadano, pagas.

Si la realidad confirma esta tesis,
prepárese a desembolsar, al menos, 1.000 euros por cabeza.
Viva la Europa social que -a imagen y semejanza de los extintos
regímenes comunistas- socializa la miseria, como
diría el célebre primer ministro británico
Winston Churchill.

El tiempo dará y
quitará razones. Y mostrará si Europa da el paso y
permite que Estados y bancos de verdad puedan quebrar. Lo que
serviría de escarmiento e incitaría a ser
más responsables a los políticos y a los mercados
que con tanta despreocupación los
financiaron.

"El número de estadounidenses que recibe
cupones de alimento bate récords. El Gobierno alimenta de
forma directa a más del 14% de la población".

(Libertad Digital – 10/6/11)

Unos 44,5 millones de estadounidenses
recurrieron a estos cupones en el mes de junio de 2011,
según los datos del departamento de Agricultura,
responsable del programa. Se trata de un récord
histórico tanto en números absolutos como
relativos: más del 14% de la población. Es decir,
casi uno de cada siete americanos recibe comida pagada por el
gobierno, en un país cuyo principal problema de salud es
la obesidad.

Además, se trata del 30º mes consecutivo
en el que aumentan estos datos. Desde octubre del 2007 se ha
pasado de 27 millones de beneficiarios a los actuales
44,5.

"Los, alguna vez, ruidosos recintos de las bolsas de
Chicago y Nueva York cada día están más
silenciosos. La acción real ahora tiene lugar en distantes
suburbios como Mahwah, Nueva Jersey, y Aurora, Illinois.
Allí, en edificios que tienen el doble de tamaño de
un hipermercado de Wal-Mart con subestaciones de electricidad que
podrían iluminar pequeñas ciudades, NYSE Euronext y
CME Group, las corporaciones que controlan la Bolsa de Nueva York
y la Bolsa Mercantil de Chicago, permiten a los usuarios alquilar
el equivalente moderno al espacio donde se gritaban las ofertas:
espacio en servidores a metros de las máquinas que
emparejan las órdenes de compra con las de venta".

(The Wall Street Journal – 14/6/11)

Aun si el acceso a tanta velocidad es justo,
todavía podría ser dañino. El "flash crash"
de mayo de 2010, durante el cual el Promedio Industrial Dow Jones
se hundió 900 puntos y se recuperó en minutos,
llevó a la Comisión de Bolsa y Valores y a la
Comisión de Corretaje de Futuros de Commodities a concluir
en un informe conjunto que la operativa computarizada de alta
velocidad proporciona una falsa liquidez que puede desaparecer
cuando los inversionistas más necesitan su apoyo, como
durante los momentos de estrés del mercado.

El corretaje de alta velocidad ahora
representa más de tres cuartas parte del volumen de la
bolsa, según algunos cálculos. Sus defensores dicen
que la práctica crea liquidez para el mercado, pero no
está claro cuáles son las ventajas de eso para los
inversionistas comunes, ya que los operadores de alta velocidad
tienden a concentrarse en las acciones más
líquidas
.

""La clase media de Estados Unidos está
siendo destrozada y sistemáticamente aniquilada",
aseguraba hace unos días en un artículo el Business
Insider. Desde que estalló la recesión, la
situación económica de un gran número de
ciudadanos ha dado un giro radical, transformando el sueño
americano en una auténtica pesadilla".
(El Economista
16/6/11)

La mayoría creció creyendo que si
trabajaba duro no tendría ningún problema y que si
hacía todo lo que el sistema establecía como bueno,
habría un lugar para ellos en la clase media. Pero
entonces estalló la crisis y el sistema se
desmoronó. Ahora ya no hay suficientes buenos empleos para
todos. De hecho, ni siquiera hay trabajos poco cualificados para
la mayoría.

Desde finales de 2007 se han perdido alrededor de 7
millones de empleos. Según la Oficina de
Estadísticas Laborales de Estados Unidos, el tiempo medio
que un ciudadano está en paro es de 39 semanas. Los
trabajos cualificados son cada vez más escasos y, de
hecho, el país cuenta con un 10% menos de "puestos de
trabajo de clase media" que hace una década.

"El mercado laboral está cambiando y un
número cada vez mayor de trabajadores que antes de la
crisis tenía un empleo de alta remuneración se ve
obligado a aceptar trabajos poco cualificados", asegura Ruth
Mantell, articulista de Marketwatch.

Según datos recogidos por The
Wall Street Journal hay 5,5 millones de estadounidenses que
están desempleados y, sin embargo, no reciben ninguna
prestación por desempleo. Además, el número
de empleos de baja remuneración ha aumentado de forma
constante durante los últimos 30 años y ahora
representan el 41% de todos los puestos de trabajo que hay en
Estados Unidos.

Una encuesta realizada la primera semana de junio (2011)
afirmaba que el 89% de los estadounidenses cree que la
economía se encuentra en mal estado. ¿Se equivocan
los economistas o la gente? Las recetas para la
recuperación de Estados Unidos han sido más gasto,
más funcionarios y más dinero en el mercado nacido
de una imprenta (QE1 y QE2, a nivel más técnico).
¿El resultado? Bueno, la inyección de dinero de la
Reserva Federal sólo ha servido para disparar las materias
primas, inanición en el tercer mundo y crear una
inflación desbocada en las bolsas (en los últimos
dos años el S&P y el Dow Jones se han doblado).
Bernanke sólo hace calentar la próxima crisis. En
Estados Unidos se está creando la figura del desempleado
de larga duración. ¡Menuda salida de la
crisis!

Ahora los mercados necesitan más. Más
droga que les alimente. Esto es, como un yonki con el
síndrome de abstinencia, piden a la Reserva Federal
más dinero en el mercado con un QE3. Con el fin de los
"estímulos", las bolsas de Estados Unidos no paran de
bajar presionando a Bernanke para que vuelva a estimular la
economía indefinidamente. Muchos analistas ya apuntan que
si no hay QE3, el S&P puede llegar a los 1.000 puntos, lo que
significa bajar un 20% respecto a cuotas actuales (15/6/11).
¿Todo el descomunal despilfarro ha servido de algo? De
nada. ¿Servirá de algo repetir lo mismo? Lo
empeorará todo más. La inflación de los
bancos centrales no crea productividad, ni riqueza. Al
revés, es el verdugo de ambas.

"Si algo tiene de bueno Internet es el acceso que ha
dado a cualquier inversor particular a una ingente cantidad de
información que hace años era coto privado de las
grandes corporaciones, siendo estas las únicas que
tenían el personal y los recursos necesarios para
recopilarla. Hoy en día cualquiera puede entrar en la web
del Banco Central de un país, del Ministerio de turno o de
la mismísima Reserva Federal y tener acceso a la
documentación que estos organismos y muchos otros publican
de manera periódica".
(Cinco Días –
17/6/11)

Con los últimos datos publicados, destaca como
los activos en su balance ascienden a 2,85 billones (europeos) de
dólares, con una subida de más del 300 % respecto
al que tenía a cierre de 2007, antes de que estallara la
crisis. A finales de junio, cuando terminen con el QE2, esa cifra
estará aún más cerca de los 3 billones, casi
nada.

Pero el dato más llamativo de
todos es el capital, que asciende a 52.689 millones de
dólares, lo cual quiere decir que a 8 de junio de 2011 el
apalancamiento de la FED es de 54 veces, lo que
equivaldría a un core capital inferior al 2%. Si en vez de
Reserva Federal se llamara Caja de Ahorros y Monte de Piedad de
Ben Bernanke estoy seguro de que no obtendría una Triple A
de las agencias de calificación anglosajonas, pero es la
ventaja que tiene el poder darle a la maquinita e imprimir
billetes.

La Fed tiene que lidiar con otro asunto de calado:
aligerar su balance, que se ha expandido de forma colosal. Es de
2,84 billones de dólares, un aumento del 200% sobre los
niveles anteriores a la quiebra de Lehman Brothers, de los que
1,54 billones son bonos del Tesoro (equivale al 110% del PIB
español) y 917.856 millones, deuda respaldada por
hipotecas. En septiembre de 2008 tenía 479.000 millones en
Treasuries y cero títulos hipotecarios.

La entidad calcula que cada 200.000 millones de
estímulo equivalen a un recorte de tipos de 0,25 puntos.
Todo el esfuerzo realizado desde 2008 suma 2,2 billones. Es
decir, en la práctica los tipos están en tasas
negativas (-2,5%). La Fed está deseando salir de esa
situación de emergencia. Pero no es un proceso
fácil.

"La crisis de deuda en la periferia de la eurozona
amenaza con destruir la recuperación económica de
la región y puede causar un descalabro financiero global
si no se la detiene, advirtió el lunes el Fondo Monetario
Internacional".
(The Wall Street Journal –
20/6/11)

"Una línea de
financiación condicional a término para activos
privados ilíquidos, posiblemente operada por el BCE pero
con el respaldo explícito de soberanos de la eurozona…
facilitaría la transición, a la vez que
protegería la independencia del BCE y flexibilidad y
reforzando los incentivos para encarar los problemas bancarios
fundamentales", dijo el FMI, añadiendo que los bancos de
la eurozona necesitan "fortalecer fundamentalmente" sus
posiciones de capital.

"Funcionarios de la Reserva Federal han advertido
durante meses que el controvertido programa de compra de bonos
por US$ 600.000 millones que iniciaron el año pasado no
sería una panacea para la atribulada economía de
Estados Unidos. Parecen haber acertado en ese
pronóstico".
(The Wall Street Journal –
22/6/11)

El programa -conocido como la segunda ronda de
relajación cuantitativa (QE2, por sus siglas en
inglés) del banco central- terminará en el mes de
junio (2011), tal como estaba previsto, con un legado mixto, sin
haber demostrado ser el elixir que la economía necesitaba
ni la calamidad que los detractores auguraban.

Lograron aplacar las inquietudes
deflacionarias. Sin embargo, el crecimiento económico es
más lento ahora que cuando se implementó el
programa, el mercado laboral ha perdido ímpetu tras
arrancar con fuerza, y el impacto en el mercado financiero ha
sido tanto bueno como malo. Las cotizaciones de las acciones han
subido y los rendimientos de bonos corporativos han caído,
lo cual ayudó al crecimiento. Pero los precios del
petróleo, los granos y otras materias primas se han
disparado, castigando a los consumidores.

El programa QE2 desató reacciones adversas tanto
dentro de EEUU como en el exterior. Los detractores dicen que el
banco central hizo subir los precios de las materias primas al
inyectar demasiado dinero en el sistema financiero y debilitar el
dólar, atizando una mayor inflación en todo el
mundo.

Hay que tener en cuenta que la Reserva Federal no
abandona totalmente la compra de bonos. Si bien se acaba el QE2,
el programa QE-Lite seguirá activo. QE-Lite consiste en
reinvertir el dinero que obtiene de los activos hipotecarios que
compró la FED con el QE1. La diferencia con el resto de
programas es que deja el total del balance neutro. De hecho, la
rama local de Nueva York, la encargada de ejecutar este programa,
ya ha anunciado el calendario para el mes de julio.

"Debe ser duro ser presidente del mayor banco
central del mundo, que todos busquen las respuestas en ti, y
tener que decir que desconoces por qué motivo la
economía sigue frenándose. La modestia y
discreción van en el sueldo supongo. Esto, aunque parezca
extraño, fue lo que sucedió ayer cuando Bernanke
contestó a una pregunta sobre el crecimiento diciendo que
"We don't have a precise read on why this slower pace of growth
is persisting". Frase del que numerosos medios estadounidense se
han hecho eco y que hoy les traigo
". (El Confidencial –
23/6/11)

Aunque claro, si creemos en la versión oficial
sobre el estado de la economía, no se entendería
muy bien lo que está ocurriendo; en su anterior discurso
Bernanke aseguró que en los últimos meses del
año el PIB se aceleraría. Es muy probable que me
equivoque, quizá completamente, pero en mi opinión
esto responde a una estrategia para justificar su política
monetaria.

Más allá de intuiciones y estimaciones,
uno de los datos que más sirven para el optimismo
podría no ser duradero: los beneficios empresariales
podrían haber tocado techo en la bolsa estadounidense. Lo
cual no es extraño si nos paramos a pensar que: A)
Prácticamente la mitad de los beneficios vienen del
exterior y el crecimiento mundial también parece haber
tocado techo. B) En el mercado interno, más allá de
empresas energéticas y similares, el mayor impulso ha
venido por el ahorro de costes que es finito y no parece ser
substituido por el consumo. Y es que el desapalancamiento amenaza
con ser nuestro gran amigo en los próximos
años.

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La gráfica es de Richard Koo
que afirma que a los hogares estadounidenses les llevará
una década volver a unos niveles de "deuda sostenible".
Aún cuando deseo que sea más rápido porque
eso querría decir que a nosotros nos llevaría
más, lo que está claro es que no es un proceso de
un día para otro, ni de un año para el siguiente.
En mi opinión eso puede suponer vivir una época de
altibajos continuos hasta que los balances estén
más saneados.

"Los rescates protagonizados por países de la
eurozona y los malos datos en Estados Unidos, entre otros
factores, hacen temer un frenazo a la recuperación o
incluso una nueva recesión".
(Nouriel Roubini – El
Economista – 25/6/11)

"Al contrario que en el periodo 2007-10, cuando cada
varapalo al crecimiento se vio contrarrestado con medidas
políticas, los responsables políticos se han
quedado sin armas para dar un empujón a la economía
real. Sin duda, para evitar un descarrilamiento fiscal, casi
todas las economías avanzadas (especialmente en la
eurozona y el Reino Unido, aunque también, de forma
gradual, en Estados Unidos) están empezando a implantar
una austeridad fiscal muy necesaria, que perjudicará al
crecimiento a corto plazo.

La capacidad de los gobiernos para respaldar a sus
bancos con más rescates y garantías está
restringida por una deuda pública ya elevada y muchas
deudas soberanas casi en apuros. Tal vez no se produzca otra
ronda de facilitación cuantitativa dado el aumento de la
inflación en la mayoría de las economías
avanzadas y, por eso, algunos bancos centrales, incluido el BCE,
empiezan a endurecerse, mientras que los demás (Banco de
Inglaterra, Fed) les seguirán con el tiempo. Sin duda,
finalizada la segunda facilitación cuantitativa, ni
siquiera la Fed va a implementar una tercera ronda salvo que se
observen signos evidentes de un frenazo".

"El rápido aumento del endeudamiento y de los
precios de los activos originó un sobredimensionamiento de
los sectores financiero y de la construcción. Este auge
también enmascaró graves riesgos fiscales a largo
plazo que, de no afrontarse, podrían desencadenar la
próxima crisis. No nos equivoquemos: las turbulencias en
los mercados relacionadas con las crisis financieras de Grecia,
Irlanda y Portugal palidecerían ante la devastación
que causaría la pérdida de confianza de los
inversores en la deuda soberana de alguna de las principales
economías".
(El Confidencial –
27/6/11)

Este párrafo que podría ser tachado de
pesimista e incluso agorero lo firma alguien con tan "poco
criterio" como el BIS, Bank for International Settlements o
"banco de los bancos centrales", en su último informe
anual. En él se tratan fundamentalmente los siguientes
problemas: fiscales, de cuenta corriente, monetarios y
financieros.

Dadas las dificultades para pagar las deudas, "hay que
hacerse a la idea de que a los mercados les va a llevar mucho
tiempo ajustarse y que la economía tardará en
volver a tener una base sólida", dice Tom Luster, director
de investigación sobre bonos con grado de inversión
en Eaton Vance Investment Managers.

Carmen Reinhart, investigadora del
Instituto Peterson de Economía Internacional, ha dicho que
la experiencia de crisis financieras pasadas sugiere que la
eliminación de las deudas toma en promedio siete
años, y que los niveles de endeudamiento no se reducen
significativamente hasta tres años después de una
crisis.

Reinhart estudió 15 crisis financieras
posteriores a la Segunda Guerra Mundial y encontró que en
siete de ellas hubo una recaída en la recesión.
Según la investigadora, la actual debilidad
económica evidencia una característica del paisaje
post-crisis financiera a la que inversionistas y empresas deben
acostumbrarse: "La capacidad de absorber shocks que en
condiciones normales se podían resistir… es mucho
más limitada", sostiene.

"Una suposición sobre lo que el fallecido
académico Milton Friedman, premio Nobel de
Economía, hubiese hecho en respuesta a la crisis
financiera global fue hecha por Edward Nelson, jefe de la
sección de estudios monetarios de la división de
estudios monetarios de la Reserva Federal de Estados Unidos
(Fed)".
(The Wall Street Journal –
28/6/11)

Como muchos otros -y en contraste con la colaboradora de
Friedman, Anna Schwartz-, Nelson concluye que "en importantes
aspectos, la respuesta a la crisis de política monetaria y
financiera puede ser vista como sugerencias económicas de
Friedman puestas en práctica".

"En particular, -concluye Nelson,-,
la respuesta de la Fed está en línea con los
consejos de Friedman en las áreas de tasas de descuento,
compras a gran escala de títulos públicos a largo
plazo por parte de la Fed, mantenimiento del nivel de
depósitos en los bancos comerciales,
recapitalización de los bancos comerciales e
interés en el nivel de reservas". Una excepción,
los préstamos a inversionistas en títulos
respaldados por activos, los denominados programas TALF, que se
desarrollaron entre marzo de 2009 y junio de 2010 claramente no
coincidían con el espíritu del marco con que se
manejaba Friedman para la política monetaria en respuesta
a una crisis financiera.

"El Quantitave Easing de la Reserva Federal, que
terminó ayer, ha conseguido algunos de sus objetivos pero
ha fracasado claramente en otros, aunque el legado del programa
de intervención gubernamental sin precedentes está
lejos de estar claro".
(El Economista –
1/7/11)

Ben Bernanke lo lanzó con la esperanza de que
crearía un "efecto riqueza", es decir, una subida de los
precios de los activos que ayudaría a convencer a los
norteamericanos de que la crisis financiera había pasado.
Sin duda, una variedad de activos han subido de forma notable, y
los tenedores de los mismos han ganado bastante en los ocho meses
desde que se lanzó el QE2. Pero aquellos atrapados en la
caída del mercado inmobiliario y la destrucción de
empleo no lo han hecho tan bien.

– Dónde ha funcionado:

1. La bolsa se ha disparado

2. Las materias primas han subido

3. Un impulso a las exportaciones

4. Ha evitado una crisis a la japonesa

5. Ha creado un "efecto riqueza" para los
ricos

– Dónde ha fracasado:

1. La vivienda sigue hundida

2. El mercado laboral también está
destrozado

3. La inflación puede no ser
'temporal'

4. Destrucción del dólar

5. Los tipos de interés realmente han
subido

"No hay manera de evitar que se produzcan burbujas,
pues el futuro es inerradicablemente incierto; pero sí hay
maneras de no incentivar su recurrencia y de no multiplicar su
potencial destructor".
(Juan Ramón Rallo – Libertad
Digital – 2/7/11)

"Por último, son muchos quienes creen que toda
burbuja tiene su origen en un crédito bancario excesivo.
Lo cierto, sin embargo, es que las burbujas son fenómenos
relativamente frecuentes en mercados con gran presencia de
especuladores o de inversores inexpertos. Es del todo factible
que un activo esté sobrevalorado aun cuando los bancos no
inflen el crédito (en la bolsa, por ejemplo, ocurre a
diario). Ahora bien, sí es cierto que toda
expansión del crédito bancario no respaldada por
ahorro provocará una burbuja financiera en alguna parte de
la economía, pues esas expansiones dan lugar a auges
económicos insostenibles; esto es, dan lugar a la
expectativa de que la producción futura van a ser mayor de
lo que en realidad llegará a ser debido al advenimiento de
la crisis (y de ahí su peligrosidad: los bancos concentran
su patrimonio en activos sobrevalorados que cuando pinchan
contraen los medios de pago y dilapidan el capital de los
ahorradores).

Por eso, si media una
expansión del crédito, lo que juzgamos valoraciones
prudentes de un activo podrían tornarse sobrevaloraciones
cuando acaezca la crisis, revelando a posteriori la existencia de
una burbuja. Y por eso también resulta en gran medida vano
que las autoridades pretendan regular y controlar la recurrencia
de burbujas: salvo en casos muy evidentes
-y ni siquiera
así: ahí están las recientes burbujas
inmobiliarias que fueron negadas sistemáticamente por las
autoridades–, es imposible que los políticos sepan
si cada uno de los activos de la economía están
sobre, infra o adecuadamente valorados. Quienes triunfan en tal
actividad son ahora multimillonarios (o van camino de serlo) y su
éxito deriva en gran medida de concentrarse en los
sectores económicos concretos que conocen y
dominan.

No hay manera de evitar que se
produzcan burbujas, pues el futuro es inerradicablemente
incierto; pero sí hay maneras de no incentivar su
recurrencia y de no multiplicar su potencial destructor. Pero
esas soluciones, como ya explicaremos, no pasan por una mayor
regulación, sino por eliminar los privilegios a la
banca".

"En Estados Unidos se usa el término "jobless
recovery" para definir las recuperaciones económicas en
las cuales el empleo tarda mucho en recuperarse o bien lo hace a
un ritmo excesivamente moderado. Pues bien, según el
último estudio al respecto publicado por la Northeastern
University (Boston, Massachusetts) debemos modificar ligeramente
el término, ya que según ellos la actual Gran
Recesión no solo ha provocado una recuperación mala
para el empleo, también para los salarios, por lo que la
denominan "jobless and wageless recovery". ¿Alentador,
no?".
(El Confidencial – 4/7/11)

Tras cada nueva crisis el "jobless
recovery" parece más acusado, por lo que seguramente no
estemos ante algo puntual sino estructural
.

Es más, la actual crisis es la
primera desde la Segunda Guerra Mundial que no consigue mejorar
el número de ocupados totales sietes trimestres
después de terminar la recesión
oficialmente
.

A finales de 2010 si el PIB había mejorado en 528
mil millones de dólares, 464 pertenecían a los
beneficios empresariales y solo 7 a sueldos y salarios. Es decir,
un 88% del actual crecimiento es debido a las empresas, solo un
1% debido a sus trabajadores. Es más, si miramos el primer
trimestre de 2011 (que fue realizado con datos provisionales), el
porcentaje se incrementaría a 92% por 0%. ¿Curioso,
no?

El estudio afirma que la total ausencia de beneficios
para los trabajadores en una recuperación económica
es algo sin precedentes en la historia. La ausencia de
creación de empleo unido al estancamiento de las
remuneraciones son los causantes de este "resultado devastador"
según el informe.

Es de esta forma como se produce la
paradoja de que el PIB crece, los beneficios empresariales crecen
+39.6%, el Dow Jones sube +45.8%, el S&P500 aumenta +44.3%
mientras los trabajadores miran tristes como todo sube menos el
bienestar que ellos ven delante de sus narices. Quién nos
iba a decir que la economía pasaría de un
día para otro a esto, a ser otra cosa distinta a la vida
real de los ciudadanos.

"Dos años después del final oficial de
la peor recesión desde la Gran Depresión, la
recuperación de Estados Unidos demuestra ser una de las
más decepcionantes desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial".
(The Wall Street Journal –
4/7/11)

Según una amplia gama de indicadores -el
crecimiento del empleo, los niveles de desempleo, el
crédito bancario, la producción económica,
el crecimiento del ingreso, los precios de las viviendas y las
expectativas de los hogares de bienestar financiero- la
recuperación de la economía estadounidense desde el
final de la recesión, en junio de 2009, ha sido la peor, o
una de las peores, desde que el gobierno comenzó a seguir
estas tendencias tras el final de la Segunda Guerra
Mundial.

Los bancos tienen menos capacidad o
predisposición para prestar que antes de la crisis. Desde
que comenzó la recuperación, los bancos han
reducido el dinero que tienen disponible mediante líneas
de crédito de US$ 3,04 billones (millones de millones) a
US$ 2,69 billones y han reducido las líneas de
crédito sobre capital inmobiliario de US$ 1,33 billones a
US$ 1,15 billones, según el Banco de la Reserva Federal de
Nueva York.

El mayor problema quizá sea la deuda que tienen
los hogares estadounidenses. En el apogeo de la bonanza
económica en el tercer trimestre de 2007, las familias de
EEUU habían tomado prestado colectivamente el equivalente
de 127% de sus ingresos anuales para financiar las compras de
casas, autos y otros bienes, en comparación con un
promedio de 84% en la década de los 90. El dinero empleado
para saldar esa deuda significa que haya menos disponible para
compras nuevas. Para el primer trimestre del año 2011, los
hogares habían reducido la correlación de deuda
respecto de ingreso a 112%, en parte porque los bancos han
catalogado parte de la deuda como incobrable.

Librarse de la deuda podría
ser un proceso largo y lento. Para volver a la correlación
de deuda e ingresos de la década de los 90 de 84%, los
hogares tendrían que pagar otros US$ 3,3 billones de
deuda, o registrar un alza en sus ingresos de US$ 3,9 billones.
Eso es equivalente a alrededor de nueve años de
crecimiento del ingreso en tiempos normales, calcula Dana
Saporta, economista de Credit Suisse.

Las restricciones de la deuda son especialmente
difíciles para los consumidores que antes de la crisis
dependían de las tarjetas de crédito o
líneas de crédito con garantía hipotecaria
para seguir gastando cuando su ingreso caía. Ahora, muchas
de estas líneas de crédito se han limitado o
eliminado. Con menos acceso a crédito, muchas familias
descubren que la única manera de llegar a fin de mes es
reducir el gasto.

"La Comisión Europea quiere prohibir a las
agencias de 'rating' que califiquen la deuda pública de
los países de la UE beneficiarios de planes de rescate,
como Grecia, Irlanda o Portugal, según ha anunciado este
lunes el comisario de Servicios Financieros, Michel
Barnier".
(Negocios.com – 11/7/11)

"No se trata de romper el
termómetro que mide las dificultades muy reales de algunos
Estados. Pero cuando un Estado es miembro de la UE y se beneficia
de la solidaridad de sus socios, cuando aplica un programa de
apoyo internacional, no puede no tenerse en cuenta", ha dicho
Barnier en un discurso pronunciado en París cuyo contenido
se ha difundido en Bruselas.

"En estas condiciones, hay que plantearse la
cuestión de saber si hay que permitir las calificaciones
soberanas cuando un Estado se encuentra bajo un programa
internacional", ha resaltado el comisario de Servicios
Financieros. "Por supuesto, habrá que estudiar
todavía la viabilidad y examinar las modalidades de la
prohibición", ha precisado, y ha anunciado que ha pedido a
la presidencia polaca que incluya la cuestión en las
próximas reuniones de ministros de Economía de la
UE.

"Quiero que haya transparencia sobre sus métodos,
particularmente cuando califican países", dijo el
comisario Michel Barnier. "No se puede calificar un país
de la misma manera en que se califica un negocio o un producto".
Barnier puso en entredicho la capacidad de una agencia de rebajar
la calificación de países en programas
internacionales, particularmente cuando tienen el apoyo de otros
gobiernos e instituciones.

"Los gobiernos de la Unión Europea se
comprometieron en una reunión el martes a respaldar a los
bancos que no pasen las pruebas de resistencia".
(The Wall
Street Journal – 12/7/11)

Antes de la publicación de resultados de pruebas
de solvencia del sector financiero el viernes, los funcionarios
dijeron que todos los bancos vulnerables deben recapitalizarse,
ser recapitalizados por sus gobiernos o
reestructurarse.

"Estas medidas privilegian las
soluciones del sector privado pero también incluyen un
marco sólido para la provisión de apoyo
gubernamental en caso de necesidad, en concordancia con reglas de
ayuda estatal", según un comunicado de los 27 ministros de
finanzas del bloque económico.

"El presidente del BCE ha mantenido un discurso duro
en las ruedas de prensa, pero no ha dejado de acudir al rescate
de los gobiernos derrochadores".
(Libertad Digital –
16/7/11)

Hasta el inicio de la crisis, el Banco Central Europeo
había sido un organismo europeo bastante tranquilo y
relativamente ignorado por la prensa en general. Pero la llegada
de la recesión llevó a Jean-Claude Trichet, su
presidente, a bajar los tipos de descuento al 1%, inyectar miles
de billones en el sistema bancario y comprar bonos de los
gobiernos periféricos por valor de € 80.000 millones.
Ésta es, según algunos, una acción prohibida
por el tratado de Maastricht, por lo que tanto el organismo como
su presidente atrajeron así todas las miradas.

Monografias.com

Como se puede ver en la imagen, la
reacción de Trichet a la crisis ha consistido en llevar el
balance del BCE de estar por encima del billón de euros,
hasta prácticamente los 2 billones de euros. Los
críticos de Trichet argumentan que la reacción de
la Reserva Federal o del Bank of England ha sido más
agresiva, lo cual es cierto. Pero no se debe olvidar que la
Reserva Federal está a cargo de la moneda de reserva
mundial (de hecho, durante esta crisis ha abierto prestamos a
bancos de todo el mundo, incluyendo los europeos) y que el Bank
of England se ha embarcado en una expansión extraordinaria
para salvar al sistema bancario que ha llevado al Reino Unido a
estar sufriendo subidas de precio del 4'5%.

Aunque Trichet siempre ha usado una
retórica dura y de responsabilidad, a la hora de la verdad
siempre ha salido al rescate de los bancos y de los países
de la unión, monetizando sus bonos o aceptándolos
de colateral incluso cuando son calificados de bonos basura. La
necesidad de mantener la Unión Monetaria ha estado siempre
por encima de la necesidad de controlar los precios, que empiezan
a anclarse en niveles preocupantes.

Las perspectivas de futuro indican comportamiento
similar, ya que su sucesor Draghi no parece que vaya a cambiar de
rumbo, sino todo lo contrario. El Banco Central Europeo y los
intereses políticos de la unión parecen tener claro
que el objetivo es mantenerse unidos, usando las políticas
monetarias necesarias, a pesar de mantener un discurso de
austeridad y contención monetaria seguramente destinado a
contentar a la población alemana y de los países
nórdicos.

"Permitir al mecanismo de rescate del Fondo de
Estabilidad Financiera (FEEF) la recompra de bonos en el mercado
secundario podría ayudar a lidiar con la crisis de deuda
en Europa, dijo el miembro del Consejo Ejecutivo del Banco
Central Europeo, Lorenzo Bini Smaghi, a un diario griego".

(El Economista – 17/7/11)

Esto permitiría al sector
privado vender bonos a precios del mercado, que están en
la actualidad debajo del valor nominal. Al mismo tiempo, el
sector público podría beneficiarse en lo
monetario", añadió.

"Un lúgubre fantasma recorre Europa, y Europa
no se da por enterada: los seguros de impago, o credit default
swaps (CDS), unas "armas financieras de destrucción
masiva", como los bautizó en 2002 el financiero
norteamericano Warren Buffett".
(Xavier Vidal-Foch – El
País – 14/7/11)

"Estos seguros CDS cubren el impago de cualquier
contrato y pueden formalizarse sin necesidad de que el comprador
posea la deuda: son derivados, son "aire fino" (13 bankers, the
Wall Street takeover, Simon Johnson y James Kwak, Pantheon, Nueva
York, 2010). Y sirven también para especular, para apostar
contra la posibilidad de un impago: se está haciendo a
mansalva con Grecia y con otros periféricos.

El total del mercado internacional de
swaps ronda los 60 billones de dólares, según la
patronal del subsector, ISDA. Un tamaño igual al de la
economía mundial. De modo que si Grecia impaga,
habrá un terremoto en el mercado de CDS. Una
metástasis de alcance insospechable. ¿Como Lehman?
O como AIG.

Hay un antídoto futuro contra
este fantasma. Prohibirlo como arma especulativa. Que solo puedan
asegurarse contra el impago comprando CDS quienes efectivamente
posean deudas que deseen asegurar".

"La última crisis financiera no
terminó, pero ya podríamos empezar a prepararnos
para la próxima".
(Brett Arends – MarketWatch – The
Wall Street Journal – 25/7/11)

"Lamento ser pesimista, pero está a la
vista.

¿Por qué? Aquí tiene diez
razones.

1. De la última crisis, estamos aprendiendo las
lecciones equivocadas

2. Nadie fue castigado

3. Los incentivos siguen siendo deshonestos

4. Los árbitros son corruptos

5. Las acciones se han disparado otra vez

6. La bomba de tiempo de los derivados es más
grande que nunca, y en cuenta regresiva

7. El antiguo régimen está al
mando

8. Ben Bernanke no entiende su trabajo

9. Estamos apalancando como locos

10. Las sobras de la economía real en el
tanque

Nota: (6) Justo antes del colapso de Lehman, en lo que
ahora llamamos el punto más alto de la última
burbuja, las empresas de Wall Street llevaban riesgosos derivados
financieros en sus libros, por un valor astronómico de
US$ 183 billones (millones de millones). Eso representaba 13
veces el tamaño de la economía de Estados Unidos.
Si suena una locura, lo era. Desde entonces, hemos tenido cuatro
años de pánico, una presunta reforma y el retorno a
la sobriedad financiera. Ahora bien, ¿a cuánto
asciende cifra ahora? Unos US$ 248 billones. En serio. Ah, los
buenos tiempos.

(9) Las corporaciones estadounidenses no financieras en
general están profundamente endeudadas, en el orden de los
US$ 7,3 billones. Eso es un nivel récord, y un aumento de
24% en los últimos cinco años. Y cuando se suman
deudas de los hogares, la deuda pública y las deudas del
sector financiero, el nivel de deuda alcanza al menos los US$ 50
billones.
Más apalancamiento implica más
riesgo. Es algo que está en la primera página de
los manuales de economía.

Seguro que sabe lo que dijo George
Santayana (filósofo español-estadounidense) sobre
las personas que olvidan el pasado. Pero somos incluso aún
más tontos. Estamos condenados a repetir el pasado no
porque lo hayamos olvidado, sino porque nunca hemos aprendido
las
lecciones".

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada
una de las dos grandes minorías de Estados Unidos
-hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes
en medio de la crisis del sector de la vivienda y la
recesión, según nuevos estudios".
(The Wall
Street Journal – 27/7/11)

La riqueza media neta de los hogares
blancos es 20 veces mayor que la de los hogares negros y 18 veces
en el caso de los hispanos, de acuerdo con un análisis de
nuevos datos del gobierno correspondientes a 2009, realizado por
el Pew Research Center, un centro de investigaciones
independiente.

Las disparidades son las mayores
desde que el gobierno comenzó a hacer el seguimiento de
esos datos hace 25 años. La separación entre los
blancos y los otros grupos es el doble de lo que era en las dos
décadas previas a la recesión y a la crisis
financiera de 2008, de acuerdo con el estudio.

Entre 2005 y 2009, la riqueza media ajustada por
inflación se hundió dos tercios entre los hogares
hispanos y 53% entre los negros, en comparación con
solamente 16% entre los blancos.

A fines del año pasado, la oficina del Censo de
EEUU informó que el número de estadounidenses
viviendo en la pobreza había llegado al nivel más
alto en 15 años.

Las conclusiones se basan en el análisis de Pew
de la "Survey of Income and Program Participation", un
cuestionario económico distribuido en más de 36.000
hogares por la Oficina del Censo de EEUU a fines de
2009.

"Las empresas producen y ganan más, pero no
aumentan su personal".
(The Wall Street Journal –
29/7/11)

He aquí algunos números del
desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados
Unidos que sirven de barómetros clave de la
economía del país. En los últimos 10
años:

– La producción de bienes y servicios se ha
expandido 19%.

– Las ganancias de las empresas que no pertenecen al
sector financiero han aumentado 85%.

– La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de
empleos.

– El número de puestos de trabajo del sector
privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos
millones.

– Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo
se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto
desde 1983.

¿Por qué está fallando la
máquina de empleos estadounidense? Como
señaló hace poco Greg Hayes, director financiero de
United Technologies Corp., "las ventas han regresado, pero la
gente no".

En gran parte, eso ocurre porque la economía
crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral
disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras
etapas de la recuperación -como la construcción y
la pequeña empresa– se vieron paralizados por el
descalabro del crédito.

También hay que considerar el factor de la
confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que
podrían vender más, contratarían a
más personas. Si estuvieran menos inseguros de la
durabilidad de la recuperación y otros factores,
estarían más inclinados a incrementar sus niveles
de contratación.

Hay, además, un fenómeno que precede a la
recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata
de los cambios en la forma en que funciona el mercado y
cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.

Los ejecutivos lo llaman
"reducción estructural de costos" o "flexibilidad". El
economista Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern, lo
llama el surgimiento de "los trabajadores desechables", una
abreviación de una estrategia de las empresas para reducir
costos laborales dondequiera que puedan, a un nivel sin
precedentes.

El economista Alan Krueger, de la Universidad de
Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es
simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante
recuperación de una profunda recesión. Sin embargo,
atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una
década atrás o más.

En la recesión más reciente y en las dos
anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más
rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus
horas de trabajo que en las recesiones que las habían
precedido. Muchos de ellos también fueron más
lentos para volver a contratar. Como resultado, la
"recuperación sin empleo" se ha convertido en la
norma.

Las empresas, con sus ojos fijos en
el precio de las acciones y en las ganancias, valoran más
que nunca la flexibilidad encima de la estabilidad. La
recesión les demostró que podían hacer
más con menos trabajadores de lo que muchos de ellos
creían.

En una encuesta a 2.000 empresas a
principios de este año, McKinsey Global Institute, el
centro de estudios de la enorme empresa de consultoría,
encontró que 58% de los empleadores esperaba tener
más trabajadores a tiempo parcial, temporales o
subcontratados en los próximos cinco años y
más de 21,5% trabajadores "tercerizados o
externos".

Nota: En la década de los 90, las multinacionales
incorporaron en EE.UU. casi dos puestos de trabajo por cada nuevo
empleo fuera del país; en tanto que en la década
siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses,
mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo
con el Departamento de Comercio de EEUU.

"Uno de los pilares del sistema financiero global se
vio sacudido el viernes cuando la agencia calificadora de riesgo
Standard & Poor's dijo que los bonos del Tesoro de Estados
Unidos ya no merecen ser considerados la inversión
más segura del mundo".
(The Wall Street Journal –
6/8/11)

S&P le retiró por primera
vez la calificación crediticia AAA, que ha mantenido
durante 70 años, bajo el argumento de que el acuerdo sobre
el límite a la deuda fiscal del país que se
orquestó en Washington no fue suficiente para despejar el
sombrío panorama a largo plazo de las finanzas
estadounidenses
. La agencia rebajó la deuda a AA+, una
calificación por debajo de Liechtenstein y una decena de
otros países, a la par de Bélgica y Nueva
Zelanda.

S&P dijo: "La rebaja refleja nuestra opinión
de que el plan de consolidación fiscal que el Congreso y
el gobierno recientemente acordaron es insuficiente para lo que,
desde nuestra perspectiva, sería necesario para
estabilizar la dinámica del déficit fiscal a medio
plazo". También hizo referencia a la débil
"efectividad, estabilidad y previsibilidad" de la política
y las instituciones en un momento en que se amontonan los
desafíos.

Una preocupación clave será ver si el
apetito por la deuda de EEUU cambiará entre los
inversionistas extranjeros, especialmente China, el mayor tenedor
de bonos del Tesoro de EEUU extranjero del mundo. En 1945,
sólo 1% de los papeles del Tesoro estaba en manos
extranjeras; ahora es un máximo histórico de 46%,
según un informe de Bank of America Merrill
Lynch.

"La debilidad de la economía reaviva el temor
a una nueva recesión en Europa y EEUU".
(El
País – 7/8/11)

Más allá de las dudas sobre la solvencia
de España e Italia y de las disputas sobre fiscalidad en
el Congreso de EEUU, la cuestión más preocupante es
la incapacidad de los países llamados ricos para crear
empleo y volver a crecer

¿Qué ha ocurrido para
que la situación se haya deteriorado tanto, y tan
rápido? Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de
Nueva York, apodado Doctor Catástrofe por sus oscuros
presagios, avisaba hace unos días en su cuenta de Twitter
que las autoridades, tanto políticas como monetarias, se
han quedado sin munición para combatir la crisis.
Los
tipos de interés están en niveles
históricamente bajos (cerca del 0% en EEUU y en el 1,5% en
la zona euro). Los Gobiernos, enormemente endeudados y bajo
tremenda presión de los mercados, recortan gastos y
aplazan inversiones que serían de gran ayuda para reanimar
la actividad. Los bancos no prestan dinero porque ellos mismos no
tienen nada fácil acceso al crédito. Muy castigadas
por la falta de préstamos y la debilidad de las ventas,
las empresas recortan plantillas y rebajan sus expectativas de
beneficios. Y los ciudadanos, agobiados por las hipotecas y
alertas ante la posibilidad de perder su empleo -si no lo han
perdido ya-, limitan el consumo a lo imprescindible. Ya lo dijo
el propio Roubini en una entrevista publicada por "El
País" en octubre pasado (2010): "Vienen años
dolorosos por la resaca del alto endeudamiento público y
privado en el mundo rico. La buena noticia es que podemos evitar
una recaída en la recesión. La mala es que no se
puede hacer mucho más que eso".

¿Cómo es posible haber
caído de nuevo en este agujero? Los expertos coinciden en
una cosa: la indecisión de los líderes de la
Unión Europea y las disputas entre demócratas y
republicanos en EEUU han puesto en tela de juicio la capacidad de
los políticos para defender el interés común
y han sembrado la incertidumbre en los mercados.

"El Banco Central Europeo (BCE) indicó que
comprará bonos soberanos de Italia y España a gran
escala en lo que constituye un salto cualitativo en la batalla de
dos años de Europa para contener la crisis de la
deuda".
(The Wall Street Journal – 7/8/11)

La intervención del BCE para
apuntalar a Italia y España representa un hito en el
esfuerzo por combatir la crisis financiera. Hasta ahora, el banco
central había insistido en que la principal
responsabilidad recaía sobre los gobiernos nacionales y la
decisión de comprar bonos italianos equivale a aceptar que
los miembros de la zona euro no pueden o no quieren responder
efectivamente. Ello transforma al BCE en el prestamista de
última instancia de la región. El cambio
podría cambiar la naturaleza de la unión monetaria
europea.

Para detener de manera significativa el contagio de la
crisis a España e Italia, los analistas creen que el BCE
tendría que incrementar sus compras de bonos, un paso que
la entidad había resistido. Desde que comenzó el
programa, en mayo de 2010, ha comprado menos de 80.000 millones
de euros (unos US$ 114.000 millones) en bonos griegos, irlandeses
y portugueses.

Italia y España emiten entre ambas alrededor
600.000 millones de euros (unos US$ 856.800 millones) al
año en deuda soberana. De acuerdo con Paul Mortimer-Lee,
economista de BNP Paribas, "puede haber buenas razones para
compras de entre 230.000 millones y 400.000 millones de
euros".

"El Banco Central Europeo (BCE) ha prometido comprar
deuda italiana y española para rebajar la presión
sobre estos países… Dicho y hecho. Los operadores del
mercado de renta fija constatan movimientos por parte de la
entidad. ¿Cuánto dinero tendrá que emplear
para calmar la situación? Algunos analistas hablan de una
cifra que ronda los 850.000 millones de euros".
(El
Economista – 8/8/11)

Royal Bank of Scotland estima que la
compra de deuda por parte del BCE puede llegar a los 850.000 mil
millones de euros. "Se trata de una medida de gran riesgo, la
puesta en común no será fácil y las
consecuencias políticas podrían ser grandes",

ha señalado Jacques Cailloux, economista jefe para Europa
de RBS. "Este podría ser el paso necesario y doloroso para
allanar el camino para la creación de un instrumento de
deuda común, el quid pro quo de ello podría ser la
pérdida de soberanía fiscal", opina.

"Parece que el BCE se ha decidido a sacar el bazuka",
señala a Bloomberg un analista de Faros
Trading.

"El Banco Central Europeo (BCE) ha asegurado que
comprará deuda de España e Italia. Es su
última decisión para atajar los problemas por los
que atraviesa la zona euro. Han pasado ya cuatro años
desde que comenzara la actual crisis internacional y la
actuaciones tanto de la entidad europea como la de la Reserva
Federal de EEUU han estado siempre en el punto de mira. No
evitaron la crisis y parecen incapaces de ponerle fin".
(El
Economista – 8/8/11)

"La salida adoptada por la autoridad monetaria
europea para tratar de frenar la acometida de los inversores a la
deuda española e italiana, y que disparó todos las
alarmas la semana pasada en Europa, no es una solución
óptima, en la medida que la adquisición de
títulos de ambos países por el BCE inicia una fase
de monetización de la deuda que acabará, como se ha
producido en otras ocasiones precedentes, en un proceso
inflacionario".
(El Economista – 9/8/11)

La salida adoptada por la autoridad
monetaria europea para tratar de frenar la acometida de los
inversores a la deuda española e italiana, y que
disparó todos las alarmas la primer semana de agosto
(2011) en Europa, no es una solución óptima, en la
medida que la adquisición de títulos de ambos
países por el BCE inicia una fase de monetización
de la deuda que acabará, como se ha producido en otras
ocasiones precedentes, en un proceso
inflacionario.

La crisis de deuda pública es ineludiblemente la
segunda fase de una crisis financiera. La Reserva Federal
norteamericana acudió a la monetización desde el
primer momento porque no está sujeta a mandato limitativo,
como el Banco Central Europeo
, que ha roto la ortodoxia
financiera al mismo tiempo que ha sobrepasado su estricto mandato
de contener la inflación. Y esa inflación va a ser
la que se desate tras el proceso.

Iniciado el proceso inflacionario, el
riesgo es que el BCE, en este caso, encuentre, como
ocurrió en la crisis de deuda latinoamericana de los
años ochenta, que la inflación es una manera de
reducir el precio de la deuda y se acomode a esta
situación
.

"El temor del mercado a una nueva recesión
global golpea con dureza a los índices, aunque la
reunión de la Fed reanimó anoche a Wall
Street".
(Expansión – 10/8/11)

Los primeros compases de agosto arrojan un saldo
demoledor en los mercados financieros: las principales bolsas de
EEUU y Europa han visto esfumarse más de 930.000 millones
de euros de capitalización en siete sesiones.

"La Autoridad Europea de Valores Financieros (ESMA)
ha informado de que las ventas en corto al descubierto se van a
prohibir en Francia, España, Italia y Bélgica a
partir del viernes en un intento por frenar los "falsos rumores"
que desestabiliza a los mercados".
(Expansión –
11/8/11)

"Los programas de trading automático han
disparado su volumen de negociación durante el hundimiento
de las Bolsas. Se ha multiplicado además la
utilización de estrategias que tratan de sacar partido de
la alta volatilidad".
(El Economista –
12/8/11)

Los robots financieros son programas de software que
permiten ejecutar órdenes bursátiles a gran
velocidad y combinando multitud de estrategias. Desde el 1 al 10
de agoto, el volumen que movieron en la renta variable
estadounidense se disparó muy por encima del habitual,
según explica Gary Wedbush, vicepresidente ejecutivo de
Wedbush Securities, el bróker con mayor cuota de mercado
en el Nasdaq.

"Estamos viendo un volumen tremendo
entre los programas de alta frecuencia", señala Wedbush.
"Su negocio es realizar operaciones rápidas y la
volatilidad les da más oportunidades. Algunos de estos
sistemas están moviendo entre dos y cinco veces más
volumen del que hubieran negociado con los volúmenes
habituales de volatilidad", apunta el directivo.

El papel de las empresas de alta frecuencia en los
períodos de alta volatilidad del mercado ha estado bajo la
lupa de los reguladores desde el 6 de mayo de 2010, cuando los
índices de Wall Street llegaron a desplomarse más
de un 10% en unos pocos minutos.

"Primeras reacciones a la decisión de
España, Italia, Francia y Bélgica de prohibir las
posiciones bajistas en la bolsa. Alemania se ha mostrado a favor
y ha manifestado su voluntad de que se trasladen a toda la
Unión Europea, mientras que Reino Unido ha asegurado que
no tiene intención de aplicar nada parecido por ahora.
Bruselas urge el acuerdo para coordinar acciones europeas contra
las posiciones bajistas".
(El Economista –
12/8/11)

"El banco estadounidense Morgan Stanley ha rebajado
hoy sus previsiones de crecimiento de la economía mundial
para el periodo comprendido entre los próximos seis y doce
meses, lo que situaría a EEUU y a Europa al borde de la
recesión".
(Gaceta.es – 18/8/11)

Por ello, el crecimiento de la economía mundial
caería este año al 3,9 %, desde el 4,2 % previsto
y, en 2012, se situaría en el 3,8 % desde el 4,5
%.

El recorte anunciado hoy por la
entidad financiera implicaría una desaceleración de
la economía global para 2012 con respecto a este
año y situaría a Estados Unidos y a Europa
"peligrosamente al borde de la recesión para el periodo
comprendido entre los próximos seis y doce
meses".

Goldman Sachs se sumó a las rebajas de Morgan y
anunció que prevé un crecimiento del PIB del 4% en
2011 y del 4,4% en 2012, frente a las anteriores estimaciones del
4,1% y 4,6%, respectivamente. Las rebajas más
significativas fueron para EEUU y Europa. Goldman bajó la
previsión de Estados Unidos para 2011 al 1,7% desde 1,8% y
para 2012 al 2,1% desde el 3%. Para Europa, la rebaja fue al 1,9%
para 2011, desde el 2,1%, y al 1,4% desde el 1,7% para
2012.

"En los mercados financieros, los programas
informáticos se están volviendo los actores
protagónicos, con sus algoritmos que procesan datos para
decidir qué comprar y qué vender".
(BBCMundo –
23/8/11)

Hasta el 70% de los intercambios de
Wall Street son ejecutados por las llamadas black box (cajas
negras) o algo-trading (intercambios basados en
algoritmos).

Esto implica que junto a los sabios muchachos de la
bolsa, los bancos y empresas bursátiles emplean a miles de
sabios físicos y matemáticos.

Pero hasta la precisión de las máquinas,
alimentada por los humanos magos del código, es incapaz de
garantizar que las cosas funcionen sin sobresaltos.

En el llamado Flash Crash (Desplome Repentino) del 6 de
mayo de 2010, una caída de cinco minutos en los mercados
generó un momento de caos generalizado.

Un operador deshonesto fue acusado de una caída
del 10% en el índice Dow Jones, pero en realidad el
culpable fue un programa informático que el operador
estaba utilizando.

En tan sólo 20 minutos el algoritmo vendió
75.000 acciones por un valor de US$ 4.300 millones, haciendo que
otros algoritmos lo siguieran.

Los algoritmos de Wall Street pueden ser el equivalente
cibernético de los yuppies de los '80, pero a diferencia
de los humanos no exigen gemelos de plata, cigarros y champagne.
Lo que quieren son conexiones veloces.

Spread Networks ha estado construyendo una de esas
conexiones de fibra óptica, capaz de reducir en 3
microsegundos el intercambio de información entre las
bolsas de Chicago y Nueva York, distantes 1.327km.

Por su parte, un cable de fibra óptica
transatlántico, que va desde Nueva Escocia, en
Canadá, hasta Somerset en el Reino Unido, está
siendo desplegado para que puedan operar los algoritmos
bursátiles y será capaz de enviar acciones de
Londres a Nueva York en 60 milisegundos.

"Nuevos estudios sugieren los elevados niveles de
deuda de Estados Unidos, Japón y Europa
obstaculizarán el crecimiento económico a menos que
los países tomen medidas rápidamente para
contenerlos".
(The Wall Street Journal –
26/8/11)

Un documento presentado el viernes
por tres economistas del Banco de Pagos Internacionales, BPI,
concluye que la deuda -ya sea gubernamental o corporativa-
comienza a afectar el crecimiento cuando aumenta a cerca de la
producción anual de una economía, un problema que
actualmente comparten casi todas las economías avanzadas
más grandes del mundo.

Stephen G. Cecchetti, M.S. Mohanty y Fabrizio Zampolli
muestran que la deuda pública comienza a afectar una vez
que se eleva desde un rango de entre el 80% al 100% del producto
interno bruto.

En 2010, Estados Unidos,
Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá
registraron niveles de deuda pública sobre el 80% del
PIB
, según datos de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico utilizados en
el documento. Alemania fue el único país en el
Grupo de los Siete que se ubicó bajo el umbral.

La investigación muestra que
en una economía en la que la deuda pública aumenta
de un 80% del PIB a un 90% del PIB, las tasas promedio de
crecimiento anual posteriores tenderán a ser más de
1/10 de un punto porcentual más bajos que sin el aumento
de la deuda.

"Hasta 25 consejeros delegados de EEUU ganaron
más dinero del que su empresa pagó en impuestos
federales, según un informe del Institute for Policy
Studies que recoge la agencia Bloomberg, en el que se analizaron
las 100 compañías que cotizan en bolsa con los
salarios más altos para su primer ejecutivo".
(El
Economista – 31/8/11)

Además, el informe muestra que
las 25 compañías en las que sucedió este
"fenómeno" tuvieron de media unos beneficios de 1.900
millones de dólares, y entre ellas se encuentran nombres
tan conocidos como eBay, General Electric, Verizon, Boeing y Dow
Chemical.

"Hubo momentos, en los últimos años,
cuando los dirigentes de Estados Unidos no estaban seguros del
camino que tomaría la crisis.

En sólo un punto, se sentían
absolutamente seguros: Estados Unidos no tomaría -mejor
dicho: no podía- tomar la ruta de Japón".

(BBCMundo – 1/9/11)

Las dudas sobre la capacidad para confrontar los
desafíos de la crisis llevan a muchas personas, dentro y
fuera del país, a preguntarse si, después de todo,
no se está yendo por el camino japonés.

El gobierno sintió que habían aplicado las
lecciones del experimento japonés y, por ende,
había evitado el mismo destino.

Por ejemplo, la Fed había cortado, en menos de
dos años, las tasas de interés a cerca de cero. Eso
le tomó al Banco de Japón, en la década de
los 90, seis años.

La respuesta fiscal a la crisis en Estados Unidos fue
mucho más contundente (gráfico siguiente), si bien
es cierto que a un alto precio: las relaciones entre los dos
principales partidos se enturbiaron de cara al futuro.

Monografias.com

Pero, recientes revisiones de las cifras oficiales del
Producto Interno Bruto hace que la crisis se vea mucho más
profunda: se ha registrado una caída de 5,1% en la
productividad nacional y no 4,1% como se pensó
previamente.

En términos de crecimiento económico, el
desenvolvimiento de Estados Unidos en los últimos cinco
años no ha sido mejor que el de Japón durante los
cinco años que le siguieron al estallido de la burbuja de
activos, a finales de los años 80. El desempleo
estadounidense es considerablemente peor.

El panorama del empleo era un terreno inhóspito
al inicio del año. Ahora, es peor, con una tasa de
desempleo alrededor del 9% y con un récord de 40% de los
desempleados en esa condición por más de seis
meses.

Algunas estadísticas destacan el fracaso de la
economía estadounidense para crear empleos para su
creciente población: en 1958, 85% de los hombres
estadounidenses en edad de trabajar estaban trabajando. Hoy,
menos del 64% tiene empleo y, en caso de que crean que es
simplemente debido a que las mujeres entraron a la fuerza
laboral, el porcentaje de todos los estadounidenses, hombres y
mujeres, que tienen un empleo es menor que lo que se ha
registrado desde inicios de la década de los
80.

Pero no se trata sólo de trabajos. En su
último estudio sobre la economía de Estados Unidos,
el Fondo Monetario Internacional analizó en detalle las
últimas diez recesiones de Estados Unidos.

Tomando como base la mayoría
de los indicadores clave, las dos crisis del siglo XXI (la de
2000-01 y 2008-09) han sido las peores. Eso es lo que hace que
muchos piensen que Estados Unidos ya sufrió una
"década perdida", al menos en Main Street (es decir, en el
bolsillo de los consumidores).

El ingreso promedio de los hogares estadounidenses
cayó 3,6% entre 2001 y 2009. Los ingresos reales volvieron
a caer nuevamente en 2011, mientras que la inflación
repunta y los salarios se mantienen en el mismo lugar.

La debilidad de los salarios es similar a la que
experimentó Japón (gráfico
siguiente).

Monografias.com

Como muestra el gráfico,
Estados Unidos no es Japón todavía.
Necesitaría otros cinco años de lo mismo para
realmente seguir el camino de Japón.

"La Agencia Federal de Financiamiento de Viviendas
de Estados Unidos, o FHFA, presentó el viernes una demanda
contra Bank of America Corp., Barclays PLC, Citigroup Inc., J.P.
Morgan Chase & Co., Nomura Holdings y otras firmas en
relación a malogrados bonos hipotecarios".
(The Wall
Street Journal – 2/9/11)

El regulador federal de los gigantes hipotecarios Fannie
Mae y Freddie Mac demandó a Bank of America en
relación a más de US$ 6.000 millones en
pérdidas, a la filial Merrill Lynch de BofA sobre
más de US$ 24.000 millones en pérdidas, a Barclays
sobre más de US$ 4.900 millones, a Citigroup sobre US$
3.500 millones y a Nomura sobre más de US$ 2.000 millones,
indicaron los informes.

La FHFA también está demandando a J.P.
Morgan por pérdidas de US$ 33.000 millones, a HSBC
Holdings PLC por US$ 6.200 millones en pérdidas, a Credit
Suisse Group sobre más de US$ 14.100 millones y a Deutsche
Bank AG sobre US$ 14.000 millones.

La pesquisa se concentró en
los valores de "etiqueta privada" basados en préstamos de
alto riesgo o "subprime" y otros préstamos riesgosos
originados por las compañías hipotecarias,
agrupados por las firmas de Wall Street y luego vendidos a los
inversionistas. Muchos de los valores hipotecarios fueron creados
a partir de hipotecas subprime e hipotecas que requerían
poca o ninguna documentación de los ingresos de los
prestatarios, los cuales se deterioraron marcadamente durante el
declive inmobiliario.

Fannie y Freddie no podían comprar esas hipotecas
directamente, pero se les permitió invertir en pedazos de
esos valores con calificación triple-A. Fannie y Freddie
estuvieron entre los mayores inversionistas de esos valores. A
finales de julio, contaban con cerca de US$ 78.000 millones y US$
149.000 millones respectivamente, en valores que no están
respaldados por una entidad del Estado. Los valores de "etiqueta
privada" han estado entre aquellos con las hipotecas de peor
desempeño.

"El presidente y consejero delegado del Deutsche
Bank, Josef Ackermann, señala que los bancos europeos
están afectados de diversas formas por la crisis de la
deuda y muchos no sobrevivirán si tienen que revaluar la
deuda soberana en sus libros a niveles de precio de
mercado".
(Negocios.com – 5/9/11)

"Desde comienzos del año, algunos bancos europeos
han perdido más de un tercio de valor en bolsa", dijo
Ackermann durante un acto organizado por el periódico
económico Handelsblatt.

El presidente del Deutsche Bank,
Josef Ackermann, ve similitudes entre la situación actual
de los títulos bancarios en los mercados bursátiles
con la que se vivió en el otoño de 2008, cuando la
quiebra del banco Lehman Brothers terminó generando una
recesión mundial.

"Miedo a que vuelva la recesión. Miedo a la
bancarrota griega. Miedo a que Europa se vea obligada a rescatar
a más países, y que esta vez sean de los grandes.
Miedo a multas milmillonarias procedentes de EEUU que acaben de
empeorar los balances de los bancos. Todos estos riesgos se
aliaron ayer para pasar como un ciclón por las Bolsas
europeas haciendo que muchos se acordaran de la pesadilla de hace
tan solo un mes".
(El País –
6/9/11)

Como ya ocurrió al principio
de esta crisis que corre el riesgo de convertirse en interminable
en el verano de 2007, cuando explotaron las hipotecas subprime,
la banca está en el centro del huracán. Lo
está por su elevadísima exposición a la
deuda de los países en peor situación,
especialmente Grecia, pero también Irlanda, Portugal,
España e Italia. Lo está por las dudas sobre su
necesidad de recapitalización, que a principios de
septiembre (2011) ha vuelto a poner de relieve la jefa del Fondo
Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde. Y
también lo está por la demanda que la Agencia
Federal de Vivienda de Estados Unidos ha puesto contra 17
entidades por provocar pérdidas en torno a 180.000
millones de dólares (127.000 millones de euros al cambio
actual) al contribuyente tras vender hipotecas basura a las
entidades semipúblicas Freddie Mac y Fannie
Mae.

Dos factores determinan el castigo a los bancos. El
primero, la exposición a activos que están
perdiendo valor, como la deuda soberana. Pero es que
además su evolución está muy relacionada con
el ciclo económico. Y a medida que la situación
general se agrave, mayor será el deterioro de esos activos
y menor será la capacidad de compensar esas
pérdidas con ingresos complementarios.

De nuevo, como ya ocurrió en
2008 y 2009, los problemas de los bancos se convierten en
problemas de todos. Porque la traslación de sus
dificultades a la economía real funciona de forma casi
automática. Y si hasta ahora el sector no ha vuelto a
abrir el grifo de la financiación para empresas y
familias, parece difícil que lo vaya a hacer a corto o
medio plazo con las perspectivas que ahora se
entrevén.

"Los reguladores bancarios estudian rebajar los
requisitos de liquidez que se han impuesto a las entidades
europeas con la nueva normativa de Basilea III. Con ello,
pretenden facilitar que los bancos puedan contrarrestar los
problemas de financiación para mantener en funcionamiento
su negocio y evitar que se cierre el crédito a empresas y
familias".
(El Confidencial – 6/9/11)

La nueva ratio de liquidez que ha introducido Basilea
III se hará efectiva en 2015, pero los bancos europeos ya
están enfrentándose a problemas para conseguir el
suficiente dinero en efectivo y en bonos gubernamentales con
objeto de cumplir los requisitos que han marcado los reguladores,
lo que ha provocado que un número cada vez mayor de
miembros del Comité de Basilea quiera suavizar las
definiciones que se utilizan para establecer la ratio,
según fuentes citadas por el diario Financial
Times.

Los cambios que se están preparando para plantear
en la próxima reunión del Comité del mes de
septiembre (2011) reducirían los requisitos de liquidez y
permitirían a los bancos contabilizar bonos corporativos y
cédulas hipotecarias para calcular la ratio.

Un informe de JP Morgan asegura que
28 bancos europeos tienen un déficit de liquidez de
493.000 millones de euros, según los datos de finales de
2010 y teniendo en cuenta los requisitos de Basilea III. Y solo
siete de estas entidades cumplirían los requisitos de la
nueva normativa. Destaca que los bancos franceses son los que
menos preparados están: BNP Paribas, Société
Générale y Crédit Agricole acumulan un
déficit de 173.000 millones.

"Una supervisión total. La UE busca
transformar el mercado OTC (over the counter), el negocio
bursátil que transcurre fuera de las plataformas
organizadas, sin información ni control. En un momento de
fuerte presión sobre la zona euro, Bruselas aspira a que
la vigilancia sobre el mercado OTC adquiera un carácter
global".
(Cinco Días – 8/9/11)

La idea es reforzar la transparencia y el control del
riesgo que implica el negocio de los derivados OTC. Si el texto
sale adelante en su versión original, todas las
operaciones sobre derivados del mercado OTC quedarán
anotadas, sin excepción, en un almacén de
información, el Trade Repository. La Comisión y las
autoridades supervisoras tendrán acceso permanente a los
datos del Trade Repository. En estos registros se anotarán
las características de los contratos, quién ha
participado, el tipo de producto que es, su valor y su fecha de
vencimiento.

De esta manera, la UE da cumplimiento a los compromisos
alcanzados por el G-20 en Pittsburgh (2009) y Toronto (2010). La
reforma con la que se pretende poner coto al negocio OTC
debería estar en funcionamiento de forma efectiva "a
finales de 2012 como máximo".

Aproximadamente el 40% de la
operativa europea en activos de renta variable es OTC. Se trata
de operaciones bilaterales, que no tienen obligación de
difundir información sobre precios, liquidez y solidez de
las operaciones. "Esto crea una compleja red de interdependencia
que hace difícil identificar la naturaleza y el nivel de
riesgo que entraña. La crisis ha demostrado que estas
características incrementan la incertidumbre (…) y
amenazan la estabilidad financiera", explica la
Comisión.

"Una vez más, los bonus y los salarios de los
directivos bancarios vuelven a estar en la picota justo cuando la
economía tontea de nuevo con la recesión. En un
momento en que el sistema financiero del Viejo Continente se
tambalea y aquí en Estados Unidos, el fantasma de Lehman
Brothers atemoriza a Bank of America, nuevos cálculos
dejan boquiabiertos a más de uno. Nassim Taleb,
filósofo y autor de El Cisne Negro, y Mark Spitznagel,
gestor de un hedge fund, aseguran que durante la próxima
década EEUU destinará aproximadamente 5 billones de
dólares".
(El Economista – 7/9/11)

La cifra está basada en los cálculos sobre
el dinero cobrado por los directivos y empleados de la gran banca
del país durante los últimos cinco años, una
cantidad que asciende hasta los 2,2 billones de dólares.
Según Taleb y Spitznagel durante los próximos 10
años ese número podría llegar a duplicarse y
superar así incluso el compromiso de recorte de
déficit asumido por el Congreso y la administración
Obama.

"Esos 5 billones de dólares no
se invertirán en la construcción de carreteras,
escuelas y otros proyectos a largo plazo, sino que serán
transferidos directamente de la economía de EEUU a las
cuentas personales de los ejecutivos y empleados del sector
financiero", critican ambos autores.

En un editorial publicado por la web
Project Syndicate, tanto Taleb como Spitznagel aseguran que los
principales bancos del país "han operado hasta ahora como
sofisticados sistemas de compensación, enmascarando las
probabilidades de provocar un Cisne Negro en el sistema
económico, mientras se beneficiaban del respaldo
implícito de las garantías
públicas".

Para ambos expertos, los bancos
asumen riesgos, pero se aprovechan al transferir las
pérdidas a los accionistas, los contribuyentes, e incluso
los pensionistas. "Con el fin de rescatar el sistema bancario, la
Reserva Federal, por ejemplo, dejó los tipos de
interés artificialmente bajos y proporcionó
préstamos secretos por valor de 1,2 billones de
dólares a los bancos", señalan. "El principal
efecto de estas medidas ha ayudado a los bancos a generar
beneficios y asegurar bonus, en lugar de aumentar los
préstamos a los ciudadanos, mientras han seguido ocultando
sus exposiciones al riesgo", añaden.

"Con Estados Unidos bombardeado por dos frentes, el
déficit interno y la crisis de deuda externa, es poco lo
que la Reserva Federal puede hacer por su economía.
Así lo ha asegurado uno de los pesos pesados de la
administración, el presidente del banco central de Dallas,
Richard Fischer".
(El Confidencial –
13/9/11)

Los 600.000 millones de dólares del programa de
compra de bonos -el llamado quantitive easing– que puso
en marca la institución liderada por Ben Bernanke hace
casi un año, y que buscaba rebajar indirectamente los
tipos de interés, reactivar el consumo, permitir el
endeudamiento de las empresas e incentivar la
contratación, han caído en saco roto. En otras
palabras, los políticos no han sabido hacer su
trabajo.

Unas declaraciones que podrían
parecer anecdóticas y que en realidad tienen mucho
más calado. Fischer, una voz autorizada de la Fed, ha
venido a cuestionar el papel que ha jugado el banco central en la
crisis, en tanto que sus esfuerzos no han alcanzado su objetivo
por la inacción de Gobierno y legisladores, y ha asegurado
que ya no pueden hacer más.

Lo ha hecho, además, justo en el momento en el
que el Banco Central Europeo se ha decidido a imitar a su
homólogo estadounidense y sacrificar su misión
prioritaria -mantener la inflación entorno al 2%- para
actuar en favor del crecimiento económico. Pero al igual
que en EEUU, no hay consenso, ni determinación, ni
siquiera un mensaje claro por parte de los líderes
políticos para atacar los problemas fiscales de la
eurozona.

"Durante las últimas décadas se ha
venido produciendo un cambio en las economías
occidentales. Del capitalismo industrial se ha pasado al
financiero, de la preeminencia de la actividad productiva a la
crediticia y de mercados".
(El Confidencial –
14/9/11)

Acaba de concluir su primera fase que
ha implicado la casi desaparición de la economía
"real" en favor de la financiera y la concentración de
poder en reducidas manos de este sector. Para ello se ha usado la
ilusión monetaria que logró convencer a los
ciudadanos que endeudarse significaba ser más rico, sin
que, en realidad, se operara cambio alguno en su
situación. Pero claro, cuanta más deuda, más
dependencia del sector financiero.

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Ahora, con esta crisis, se
está entrando en la segunda fase de esta
transformación, la de la total ocupación de los
fondos públicos. ¿Cómo lo
logran?

Primero, a través del
miedo
. Los trabajadores ven el despido tan cerca
(según la OIT, el desempleo está en su nivel
más alto nunca registrado) y se encuentran con tan poco
ahorro y tan escasas posibilidades de encontrar otro trabajo, que
aceptan cualquier medida económica por dañina que
les resulte.

Se busca convencer a los ciudadanos de que la
situación actual no permite el déficit del Estado,
que son inviables las estructuras públicas de pensiones o
de salud. No se explica que no todo el gasto de la
administración es dispendio ni que la falta de
superávit comercial implica déficit del sector
privado o el público.

El resultado es que los ciudadanos
han asimilado que si no aceptan las medidas de austeridad,
sufrirán la mayor recesión de la Historia.
Si
no acatan resignadamente los recortes, el límite de la
deuda USA no se podrá aprobar (dicho por el mismo partido
que lo aumentó en diez ocasiones anteriores). Sin ajustes,
sus pensiones corren peligro.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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