"El fundamento religioso de la vida moral no debe ser
sin embargo, la causa que impida el desarrollo de la libertad de
conciencia anulando el hermoso principio de la libre
determinación de los pueblos en el orden
político…pues el más cruel despotismo es el que
se ejerce bajo la máscara de la libertad ".
Félix Varela y Morales en
"Cartas a Elpidio"
"Antes quisiera yo ver desplomadas, no
digo las instituciones de los hombres sino las estrellas todas
del firmamento, que ver caer del pecho humano, el sentimiento de
justicia, ese sol del mundo moral"
José de la Luz y Caballero en
"Aforismos"
"Esa arrogancia, ese ceño, esa pelea por la
autoridad o la fama, que son cosa que en lo grande del mundo
caben en un grano de anís o en la cuenca de la pluma de un
ruiseñor que se lleva el viento".
José
Martí.
"La feliz conjunción de factores naturales tan
propicios a un gran destino, unido a la alta calidad de nuestro
pueblo, solo espera la gestión honrada y capaz de un
equipo gobernante que esté a la altura de su misión
histórica".
Eduardo (Eddy) Chibás en "El
último aldabonazo", 5 de agosto de 1951
"Porque debo decir que sin la prédica de
Chibás, que sin lo que Chibás hizo, que sin el
civismo y la rebeldía que despertó en la juventud
cubana, el 26 de Julio no hubiera sido posible".
Fidel Castro. Discurso ante la tumba de Eduardo
Chibás el 16 de enero de 1959, en el Cementerio de
Colón, La Habana
Introducción
En el presente trabajo se aborda la perentoriedad del
ejercicio de la política acorde a las exigencias de una
actuación ética, tal como reclamara en su
incansable actividad adecentadora, Eduardo Chibás, y que
cumplió con su propio ejemplo personal. En tal
empeño, el carismático líder político
utilizó como eficaz instrumento de divulgación de
su ideario revolucionario, tanto la prensa radial como escrita,
que constituye un legado de nuestros grandes hombres de
pensamiento: desde Caballero a Martí; desde Varona hasta
Fidel Castro. Validar tales rasgos, en la actuación
pública del popular dirigente ortodoxo, a través de
sus intervenciones radiales, discursos y particularmente de sus
escritos en la prensa escrita, constituye el objetivo esencial
del autor.
La eticidad, base sustentadora del pensamiento
progresista cubano, en algo más de las dos últimas
centurias, constituye sin lugar a dudas, la mayor fortaleza en la
conservación de nuestra identidad, tanto cultural como
nacional, no obstante la frecuencia de avatares, no pocos de
ellos trágicos, por las que ha transitado nuestro pueblo,
héroe anónimo, pero sujeto real de nuestro decursar
histórico.
El surgimiento del pensar, sentir y actuar de los
cubanos, como "criollos" y no peninsulares, en la oscura etapa
colonial, que se continúa en la República en la
conformación de la identidad ciudadana, constituye notorio
resultado de un devenir signado por diversos factores
políticos, económicos y culturales, todos ellos
fortalecidos, en un legado ético de singular
trascendencia, tal como se expresa en el pensamiento de nuestras
más representativas personalidades.
Para cualquier investigador acucioso de nuestras
raíces identitarias, no resulta tarea excesivamente ardua,
el percibir la presencia apenas oculta, tras las causas y
consecuencias de los hechos históricos, que marcaron y
aún marcan nuestro derrotero, en busca de la utopía
realizable, la presencia, solapada y amoral, en su praxis
conductual, en no escasas figuras políticas, a los que las
circunstancias, el oportunismo, las poses demagógicas o el
perenne caudillismo, en una u otra coyuntura, les permitieron la
potestad de tomar decisiones que de una u otra forma, conllevasen
implicaciones a la propia existencia individual de millones de
personas. A su vez, siempre existieron, como sus antípodas
inevitables, hombres que rigieron su conducta pública y
privada, por principios éticos, que los hicieron
incólumes a la prevaricación y la ignominia. Entre
estos últimos destaca la presencia de Eduardo Rene
Chibás Ribas, que solo es comparable, en la concordancia
de actuación y pensamiento, en su "locura" moralista, con
Ernesto Che Guevara, en sus respectivos contextos
históricos y particulares idearios políticos. Su
relativamente breve presencia en la vida política cubana,
apenas abarca algo más de dos décadas, desde 1927,
en que como estudiante universitario, se involucra en las
primeras actividades juveniles de protesta contra la dictadura
machadista (1925.1933), hasta su muerte, acaecida el 16 de agosto
de 1951. Hermoso legado de incalculable valor
ético-político, que aún hoy nos impone la
obligación, de la mayor divulgación de su vida y
obra, así como de formar a las nuevas generaciones en
valores que nos trascienden en su invalorable
significación moralizadora, en los actuales empeños
por la construcción de un nuevo modelo de socialismo para
nuestra patria.
Eduardo Chibás Ribas se constituyó en
luchador incansable por el rescate de una ética
sustentadora de la práctica política, en una
época marcada por el entreguismo de nuestros gobernantes
de turno, en la llamada República neocolonial, a los
intereses de los inversionistas foráneos; la
corrupción administrativa; el gansterismo aupado por los
propios funcionarios encargados de combatirlo; la amoral
politiquería de los partidos y el actuar de los
gobernantes, bien distante de los reales intereses del pueblo.
Con ello se valida nuevamente, la valoración,
marxista-leninista de que el surgimiento y protagonismo de las
personalidades, tanto de meritoria ejecutoria o nefasta
actuación, responde al momento, lugar y circunstancias en
que las condiciones objetivas y subjetivas le imponen al decursar
histórico de los pueblos.
Éste, en su incansable batallar por el rescate de
los principios morales en la práctica política, que
expresa certeramente en su antológico llamado de
"Vergüenza contra dinero", logró despertar en su
momento, la conciencia nacional, adormecida por largos
años, víctima de frustraciones y vana
retórica demagógica y oportunista, lo que le
permitió aglutinar a nuestro pueblo en pos de su idea de
promisoria redención de la dignidad ciudadana. La virtud
de su ideario, que trasciende a su propia desaparición
física, inspiró en su momento a la
Generación del Centenario, en su empeño de
revitalizar las ideas del Maestro.
Breve
reseña biográfica
Eduardo René Chibás
Ribas
Nace en la ciudad de Santiago de Cuba el l9 de
septiembre de 1915. Cursa sus estudios primarios en el colegio
Dolores de Santiago de Cuba. Posteriormente matricula el primer
año de Bachillerato como alumno interno, en el curso
académico 1920-1921, en el colegio de Belén en la
Habana. En el mes de mayo de 1925 se matricula en el Instituto de
La Habana donde obtiene el título de Bachiller. Ingresa en
la Universidad de La Habana el 30 de septiembre de 1926. A
principios de 1927, cuando el presidente Gerardo Machado opta
anticonstitucionalmente por prorrogarse en el poder, se organiza
el Directorio Estudiantil Universitario que lo cuenta entre sus
miembros más activos. El 21 de diciembre del propio
año, el Consejo Universitario toma el acuerdo de
expulsarlo por cuatro años de la Escuela de Derecho y se
acuerda disolver la Universidad Popular José Martí,
fundada por Julio A. Mella. Como consecuencia de sus
artículos periodísticos de sistemática
critica al gobierno machadista se radica la causa 228 de 1929
contra éste y un grupo de cubanos dignos, por el delito de
conspiración para la sedición. Es detenido el 25 de
febrero de ese año, permaneciendo en prisión hasta
el 30 de junio, en que por presión popular es liberado
junto con los otros involucrados en esa causa. Durante su
permanencia en New York como exilado, en el mes de julio del
propio año, en unión de otros compañeros,
funda la Unión Cívica de Exilados Cubanos (UCEC). A
fines de diciembre de 1930, retorna a Cuba de forma clandestina.
Desde ese momento y hasta la caída de Machado el 12 de
agosto de 1933, lucha contra la dictadura como miembro activo del
Directorio Estudiantil de 1930. En enero de 1934, cuando el
antiguo sargento y ahora coronel Fulgencio Batista derroca el
llamado Gobierno de Grau San Martín, Chibás publica
audaces artículos periodísticos exigiendo que se
convoque a una Convención Constituyente y se establezca un
régimen de derecho en Cuba. Elegido en 1939, por gran
votación popular, para representar a la Provincia de La
Habana, en la misma, se desempeña en su seno con gran
protagonismo. En las elecciones de 1940 es electo presidente
Fulgencio Batista, con el respaldo de los militares, las clases
ricas de la nación y una bien remunerada maquinaria
política. En estas, Chibás resulta electo
representante a la Cámara por el Partido Revolucionario
Cubano (Auténtico). En el año 1944, éste ya
utiliza como tribuna pública, su media hora dominical en
la emisora CMQ y en la prensa escrita, particularmente la revista
"Bohemia" y los diarios "El Crisol" y "Prensa Libre", donde aboga
por el triunfo electoral del candidato Ramón Grau. En 1947
un grupo de militantes del PRC(A), encabezados por Chibás,
inconformes con la política gubernamental, deciden formar
un nuevo partido con el nombre de Partido del Pueblo Cubano,
conocido como ortodoxo. En la contienda electoral de 1948, el
PPC(O) presenta como candidato presidencial a Chibás. No
obstante, con la ayuda del gobierno y su maquinaria
política y económica, resulta electo Carlos
Prío Socarrás. En las elecciones parciales de 1950,
Eduardo Chibás resulta electo senador y continúa
batallando por la erradicación del peculado en la hacienda
pública cubana. Todas las encuestas que se hicieron en
esta época daban como triunfador a éste en las
elecciones programadas para junio de 1952. En 1951 se enfrasca en
una controversial polémica con Aureliano Sánchez
Arango, Ministro de Educación en el gabinete de Carlos
Prío, a quien acusa públicamente de
corrupción administrativa. Él que debía
entregarle al líder ortodoxo las pruebas del hecho es
sobornado e incumple su compromiso. En respuesta, el 5 de agosto
de 1951, durante su hora radial de los domingos, el prestigioso
líder atentó contra su vida al terminar su
discurso, recalcando, en sus últimas palabras que ese era
su último aldabonazo a la conciencia cubana. Tras varios
días de dramática agonía, fallece el
carismático líder en el Centro Médico
Quirúrgico de La Habana, el 16 de agosto de 1951. Su
sepelio constituyó la más masiva
manifestación popular conocida hasta entonces en la
República neocolonial1.-
1.- "Cuba, colonia de España, termina en el siglo
XIX. Cuba, colonia norteamericana, se inicia en el siglo
XX."
La instauración de la República, el 20 de
mayo de 1902, despertó en nuestro pueblo la esperanza de
la materialización de las ideas por las que ofrendaron,
vida, familia y bienestar personal, miles de cubanos en
más de medio siglo de heroico bregar revolucionario, no
obstante las condiciones humillantes impuestas a nuestra ansiada
y real soberanía, a través de la inmoral Enmienda
Platt por el gobierno norteamericano interventor (1899-1902)
(1906-1909), en pleno auge de expansión imperialista
(1).
Durante algo más de media centuria, la ejecutoria
política de sucesivos gobiernos supuestamente
"democráticos", entronizaron en nuestra vida
pública el accionar inmoral de funcionarios, que en buena
medida, se preocuparon más por su enriquecimiento personal
y la supeditación de los intereses populares, a aquellos
gratos a los inversionistas extranjeros y sus fieles aliados, la
oligarquía criolla y a políticos, mayoritariamente
dóciles a sus dictados, encargados de instrumentarlos. La
corrupción administrativa, el asesinato político,
el nepotismo, la retórica engañosa, las elecciones
amañadas, la instauración de una legislación
anti obrera, el desalojo campesino y el servilismo de las
instituciones militares, a tales espurios intereses, como
instrumento de represión contra el pueblo, se entronizaron
en la joven República. Inevitablemente un pesado lastre de
frustración permeó la conciencia nacional, no
obstante la lucha sostenida por importantes sectores obreros,
campesinos, estudiantiles e intelectuales, liderados por
personalidades de la talla de Enrique José Varona, Carlos
Baliño, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras,
Rubén Martínez y tantos otros, que reafirmaron la
validez de la dignidad nunca perdida, solo en ocasiones
adormecida por la supuesta impotencia ante tantos desmanes
(2).
En una de las tantas etapas sombrías de nuestra
historia como nación "soberana" y que decursa a partir de
la llegada al poder de Gerardo Machado, en 1925 y culmina casi en
vísperas del nefasto golpe de estado de Fulgencio Batista,
el 10 de marzo de 1952, surge en la vida política cubana
la figura de Eduardo Chibás, él que a través
de su trayectoria inclaudicable contra tales lacras, sufre
prisión, acoso policial, exilio y sistemática
difamación por los personeros de los gobiernos de
turno.
Con una activa participación en el enfrentamiento
a la dictadura de Gerardo Machado participa en la
fundación, el 21 de febrero de 1934, del Partido
Revolucionario Cubano Auténtico, liderado por Ramón
Grau San Martín recién derrocado el llamado
"Gobierno de los 100 días", cuyo programa Eddy
Chibás defendió con pasión por ser
contentivo de aquellas reivindicaciones, que en la época,
el sufrido pueblo más ansiaba (3).
No debemos olvidar que Grau surge a la vida
pública como una de las principales consecuencias del
movimiento de clases y soldados del 4 de septiembre de 1933, que
en sus inicios tenía una esencia indudablemente
revolucionaria, hasta ser traicionado por el ambicioso y astuto
ex sargento, pronto auto ascendido a coronel y posteriormente a
general, Fulgencio Batista y Zaldívar. Al resultar
inviable la Pentarquía, de muy breve duración, es
propuesto por el propio Chibás, entonces dirigente del
Directorio Revolucionario Estudiantil de 1930, como presidente de
la anacrónica junta, asimismo conformada por figuras
radicalmente antagónicas como Antonio Guiteras, honesto
líder revolucionario y el propio Batista, representante de
los peores intereses de la oligarquía nacional y
foránea, complaciente a los dictados de Washington. Grau,
de tendencia ideológica reformista y conservadora, utiliza
de forma engañosa una retórica progresista y accede
a algunas de las medidas adoptadas por Guiteras encaminadas a una
real transformación de la estructura económica,
política y social, del país, en los marcos de un
nacionalismo de izquierda y antiimperialista. No obstante su
brevedad, el llamado Gobierno de los 100 Días, derrocado
por Batista en enero de 1934, le permite a Grau apropiarse de la
popularidad de que disfrutaban las medidas promovidas por
Guiteras. (4).
Desde su fundación el 21 de febrero de 1934,
apenas un mes después de su renuncia, nace el Partido
Revolucionario Cubano Auténtico, quien se apropia del
nombre de la organización política fundada por
Martí, en abril de 1892. En su primer Manifiesto "Al
pueblo de Cuba" el PRC(A) proclama su propósito de luchar
por darle al pueblo el poder político a través de
medidas que coadyuvasen a profundas transformaciones que gozaban
de amplia simpatía popular. En el mismo se expresa
como…"…para el logro de esos propósitos,
los hombres que constituyen el Partido Revolucionario Cubano han
creído necesario la organización de una nueva
fuerza política como el continuador de la obra del
gobierno del doctor Grau San Martín truncada por la
acción de la injerencia…" (5).
Ya anteriormente, en su juramento como Presidente, el 10
de septiembre de 1933, ante una multitud concentrada frente a la
Terraza Norte del Palacio Presidencial, Grau expresa
como…"…juro y prometo por mi honor ante el
pueblo de Cuba, depositario legítimo de la
soberanía nacional, cumplir en todas sus partes el
programa de la Revolución, con el anhelo fervoroso del
bienestar y progreso de Cuba y con el máximo respeto a los
intereses aquí radicados y las más cordiales
relaciones con todos los pueblos que viven conformes a las normas
de la sociedad jurídica internacional. Fío ante
Dios y la conciencia pública mi leal intención de
cumplir fielmente este juramento. Queremos obtener para todos una
patria libre. Y ello será posible por nuestra obra y
cuando, por la voluntad popular, quede integrada la Asamblea
Constituyente, ante ella resignaremos nuestro mandato, con la
satisfacción de haber cumplido con nuestro deber,
entregándole al pueblo el legado de la obra
revolucionaria" (6).
Como bien explica el historiador e investigador Humberto
Vázquez García en su libro "El Gobierno de la
Cubanidad", respecto a las medidas tomadas durante el llamado
Gobierno de los 100 Días (Septiembre de 1933-enero de
1934)… "…la Revolución Auténtica
parecía comenzar verdaderamente. Con el lema Cuba para los
cubanos, presionado por las movilizaciones populares y el influjo
revolucionario de Antonio Guiteras-joven nombrado como Ministro
de Gobernación- el gobierno de Grau San Martín
promulgó leyes, emitió decretos y tomó
medidas de indiscutible carácter popular y contenido
progresista, tales como: la rebaja de los precios a los
artículos de primera necesidad; la jornada máxima
de 8 horas y el jornal mínimo de un peso para los
obreros (Recordar que aún regía la Gran
depresión de 1929 y la devaluación monetaria. Nota
del Autor); la nacionalización del trabajo, estipulando
que el 50 % de los empleos fueran desempeñados por nativos
de Cuba; la disolución de los partidos políticos
machadistas o que habían cooperado con Machado; la
incautación de los bienes del tirano y sus colaboradores;
la autonomía universitaria: la rebaja del precio del
fluido eléctrico y la intervención de la
Compañía Eléctrica; el voto femenino: la
protección a la maternidad y al niño; las
disposiciones contra la usura; el establecimiento del seguro y
retiro obreros; la reivindicación de las tierras para el
estado; la mejoría de la vivienda campesina así
como la creación de la Secretaría del Trabajo y la
reorganización de la enseñanza superior y
secundaria" (7).
El breve gobierno de Grau-Guiteras se enfrentó a
poderosos enemigos. En primer lugar, en su seno tenía a
Batista, jefe del ejército, astuto oportunista,
incondicional a los intereses de Washington y siempre presto a
reprimir a las fuerzas progresistas; la constante amenaza de
intervención de los Estados Unidos, por estar aún
vigente la Enmienda Platt; las continuas sublevaciones de ex
oficiales machadistas y de la agrupación política
fascistoide ABC; la oposición de la alta burguesía
y latifundistas, temerosos del rumbo de los acontecimientos, y
para colmo, la oposición de los comunistas cubanos, pues
solo…"…cuando la Internacional Comunista
recomendó a los comunistas cubanos distinguir entre en
nacional-reformista Grau San Martín y el
nacional-revolucionario Guiteras, tenía razón y
solo un sectarismo-originada también en la política
mantenida por la I.C. hasta poco tiempo antes- había
llevado a los comunistas cubanos a no apreciar las evidentes
diferencias" (8).
Tal rectificación se hace evidente tras la
celebración del II Congreso Nacional del Partido Comunista
en 1934, en medio de la clandestinidad y el acoso militar, en su
"Resolución sobre la situación actual, perspectivas
y tareas", donde se valora que…"…de todos los
grupos y partidos políticos existentes en Cuba, los
más peligrosos para la revolución, son estos
partidos de izquierda, que de no ser sistemática y
enérgicamente desenmascarados, rompiendo su influencia,
aislados de las masas, pueden canalizar el descontento y
desengaño de éstas en su favor, o lo que es lo
mismo, desviar a las masas del camino revolucionario para
salvaguardar la dominación burguesa-terrateniente
imperialista" (9).
El 30 de octubre de 1933, Eddy Chibás interviene
en la Asamblea General estudiantil que tiene lugar en el
anfiteatro del Hospital Universitario Calixto García donde
valora como… "….las revoluciones solo avanzan
taladrando montañas de intereses, de ignorancias y de
miserias, montañas que inexorablemente sepultan en su seno
a los pioneros que van abriendo surcos por donde avanzan los
pueblos. Estos luchadores de avanzada siempre son devorados por
su propia obra, víctimas propiciatorias de la falta de
visión de los espíritus mediocres. A los pueblos
solo se les presenta una vez en su vida la posibilidad de hacerse
libres y dignos, y si por cobardía o por inconsecuencia,
por maldad o por ignorancia la dejan escapar, son condenados a
vivir como pueblos coloniales en perpetua esclavitud, porque
estas oportunidades no se presentan todos los
días".
Al referirse a la Junta de Gobierno recién
establecida, conocida posteriormente como "Gobierno de los 100
Días", expresa como esta se…"…debate a la
desesperada por consolidar la independencia política de
Cuba y sentar los pilares de nuestra independencia
económica, lo cual está a punto de conseguir,
consagrando (a) la causa cubana la más brillante
página de la historia de las Américas. Por eso los
poderosos intereses que explotan a Cuba y que disponen de
millones para la propaganda, aliados con sus servidores nativos,
tratan de desorientar la opinión para aplastar la
revolución en la misma forma en que nos trituraron a
nosotros en 1927, cuando esos mismos intereses consolidaron a
Machado con la prórroga de poderes. El pueblo cubano no
puede dejarse engañar nuevamente con esta habilidosa
campaña de propaganda y sabotaje" (10).
En 1934, en respuesta a la encuesta "¿Qué
opina Vd. del posible regreso de Machado a Cuba?, éste
afirma como…"…el machadismo no es un peligro
para Cuba, sino una realidad encaramada en el poder. Cesarismo,
dantonismo, leninismo y machadismo, son formas de gobierno que no
exigen la resurrección de César, Dantón y
Lenin, ni la presencia de Machado para implantarse en el poder.
Haber sido oposicionista de Machado por aquello de quítate
tú para ponerme yo no es lo mismo que ser revolucionario.
Lo que más indigna es que estos oposicionistas se titulan
a sí mismos revolucionarios sin tener ningún
derecho para ello. Con eso desacreditan la Revolución, que
no tiene nada que ver con estos señores reaccionarios y
machadista". (11).
La estrecha vinculación de Chibás al
sector estudiantil más progresista se revela en el
discurso pronunciado el 27 de noviembre de 1942, al cumplirse un
aniversario más del fusilamiento de los estudiantes de
medicina en igual fecha de 1871 cuando valora
como…"…en cada instante crítico de la
vida cubana, la Universidad ha jugado un papel preponderante.
Ella es el barómetro más preciso de las pulsaciones
de nuestro pueblo. Cuando en nuestro país se
acentúa la descomposición política,
económica y social, ese estado se refleja fatalmente en la
Universidad de La Habana. Cuando la nación comienza a
despertar es en el Alma Máter donde se experimentan los
primeros síntomas. La Universidad al igual que la
nación, ha disfrutado sus momentos estelares y padecido
sus etapas sombrías de ignominia y corrupción, pero
en el último caso casi siempre ha habido un puñado
de estudiantes que salvaron el decoro del Instituto y uno o
varios profesores que respondieron por la dignidad
profesional" (12).
El creciente prestigio de Eddy Chibás en el
pueblo cubano, es utilizado por Grau para reforzar sus personales
y turbias aspiraciones presidenciales, al igual que hizo
anteriormente al apropiarse, como logros personales, de los
méritos acumulados por la ejecutoria revolucionaria de
Antonio Guiteras, posteriormente asesinado en 1935, en El
Morrillo, Matanzas, por órdenes de Batista.. De 1934 hasta
1946, Chibás le otorga su plena confianza a las promesas
electorales proclamadas por Grau. Fortuna personal, incansable
labor proselitista y su personal prestigio le son ofrendados al
otrora profesor universitario, convertido ahora en figura
nacional de amplio arraigo popular. En realidad, la gran
mayoría del electorado se deja convencer de la legitimidad
de tal compromiso, que a los pocos años de gobierno
auténtico, se desvanece como pompa de jabón. Una
frustración más y quizás la más
impactante sufrida por nuestro pueblo en la etapa
analizada.
En octubre de 1943 escribe el entonces aún
convencido militante del PRC(A), Eduardo Chibás, al
director de la revista Bohemia, con vistas a aclarar el
malentendido surgido en la interpretación de declaraciones
suyas y reproducidas en la Sección en Cuba de la propia
publicación, acerca de sus valoraciones sobre los manejos
inmorales de los funcionarios del primer gobierno de Fulgencio
Batista (1940.1944). Afirma al respecto…"…
¿desde cuándo el hecho de denunciar el juego, la
botella, la distracción de los fondos de la guerra, el
agiotismo, los fraudes y abusos de los poderosos, el robo de los
mandones y la creación de nuevos impuestos que pagan
principalmente las clases pobres significa echar a un lado la
prestancia revolucionaria y entrar por los caminos de la
derecha?" (13).
En su campaña a favor de la candidatura de Grau,
en las elecciones de junio de 1944, valora
como…"…no se ha luchado durante veinte
años simplemente para sustituir unos hombres por otros en
la gobernación del país, sino para realizar con los
hombres más honestos y capaces de la nación,
dondequiera que se encuentren, la transformación completa
de nuestro sistema económico, social político y
administrativo" (14.)
Lo que reitera apenas unos meses después cuando
reafirma su creencia de que…"el autenticismo
surgió a la acción revolucionaria precisamente para
oponerse a esta visión miope, extranjerizante y fatalista
de nuestras posibilidades como pueblo, que nos condena
eternamente a factoría extranjera. Aspiramos a convertir
en realidad los anhelos de liberación que encendieron la
fe del mambí y le llevaron, frente a todas las penalidades
y sacrificios, a la gesta heroica de la independencia".
(15).
La presencia de Chibás se hace habitual en los
medios de prensa, denunciando desmanes, atropellos y
corrupción de las autoridades durante el nefasto
período conocido por los historiadores como gobierno
Batista-Caffery-Mendieta, seguido por el de testaferros del ex
sargento, ahora general, apoyado por los mandos militares
(1934-1939).
Ya en vísperas de las elecciones presidenciales
de 1944, el PRC(A) liderado por Grau y el Partido Republicano,
por Gustavo Cuervo Rubio, acuerdan una alianza para presentarse
en los comicios. En su documento programático se reiteran
las consabidas promesas de respeto al régimen
constitucional; tratamiento honesto y honrado de las finanzas y
de los negocios públicos y el mayor orden y rectitud en la
Hacienda del Estado; implantar y organizar un sistema bancario y
monetario propio que permita al país el mayor
aprovechamiento de sus riquezas; crear un régimen integral
de asistencia social para contribuir de manera efectiva al
bienestar popular, asegurando atención y mejoramiento de
la salud, la vivienda y otros medios de vida a las clases
más modestas del pueblo: defensa y protección de
las clases trabajadoras, manteniendo la legislación social
vigente y avanzando en la misma de acuerdo con las exigencias de
la justicia social: promover al campesinado a un alto plano de
vida mediante la implantación de un régimen
jurídico-económico agrario, que respetando la
propiedad privada en su carácter de función social
que le asigna la Constitución, organizará el
aprovechamiento más cabal de las tierras, reconociendo su
derecho a la tierra que cultivara, vivienda confortable,
educación, salud, rescatándolo de sus miserias y de
la expoliación a que es sometido: intensa difusión
de la educación popular: trabajar con fortalecer la unidad
familiar: fomentar las mejores relaciones culturales, de amistad
y económicas con los Estados Unidos y el resto del
continente, en pro de un sólido interamericanismo.
(16).
Tal programa, permite aglutinar alrededor de la
candidatura de Grau, las mayores simpatías populares,
reforzadas por otros factores como la amarga experiencia del
periodo presidencial de Batista (1940- 1944), plagado de
corrupción, represión popular e incondicionalidad a
los intereses de los grandes inversionistas; la desafortunada
alianza de los comunistas cubanos con Batista, tanto para las
elecciones a la Asamblea Constituyente, en 1939, así como
en el apoyo a su candidatura presidencial en 1940, al igual que
la incorporación al PRC(A), figuras de probada honestidad
y trayectoria revolucionaria, como el propio Chibás,
Luís Orlando Rodríguez, Juan Manuel Márquez,
y otros tantos a nivel nacional y otros incontables miles en las
estructuras partidistas de base, que veían renacer la
esperanza surgida como Ave Fénix del amargo cúmulo
de pasadas frustraciones.
La elección de Eddy en 1939, a la Asamblea
Constituyente; como miembro de la Cámara de
Representantes, en 1940 y como senador en 1944, atestiguan lo
anterior. Su ejecutoria en cada una de esas altas
responsabilidades siempre estuvo guiada por sus inalterables
principios morales. Ello lo lleva a criticar la propuesta de ley
que amplía el pago de impuestos, particularmente por los
menos favorecidos, dado que…"…los actuales
vampiros de la política cubana, bien cebados como
están con la sangre, que desde hace años vienen
succionando al pueblo escuálido de Cuba, no se encuentran
satisfechos todavía con lo que han atracado ya, sino que
quieren más y más y siempre más. Ese es el
motivo de la proposición de la Ley de Ampliación
Tributaria que crea impuestos nuevos por valor de 30 000 millones
de pesos al año" (17).
Aunque Chibás ideológicamente no puede
considerarse marxista, tampoco puede tildársele, como
mucho se ha intentado, como furibundo anticomunista.
Piénsese en el contexto de la época, en que los
comunistas incurrieron en serios errores políticos al
aliarse con un Batista repudiado por el pueblo. Por el contrario
el valoró altamente a personalidades marxistas, por su
prestigio y ejemplo personal, como expresa en el diario Prensa
Libre al afirmar como…"…es evidente que ya no
quedan en el Comité Central del Partido Comunista, hombres
de la talla de Julio Antonio Mella, Martínez Villena,
Gabriel Barceló Fernández Sánchez, Chelala,
etc. A esos dirigentes comunistas, aunque estaban en campo
distintos al mío, siempre les reconocí dignidad y
valor. Se jugaban la vida frente a los gobiernos y eran incapaces
de pactar con un traidor como Arévalo, porque no eran
iguales que éste, que no se vendían a los
gobernantes ni a la policía" (18).
Aún en los primeros años de la
década de los 40, Chibás se mantiene ilusionado con
las promesas del PRC(A) cuando afirma como…"…el
autenticismo surgió a la acción revolucionaria
precisamente para oponerse a esta visión miope,
extranjerizante y fatalista de nuestras posibilidades como
pueblo, que nos condena eternamente a factoría extranjera,
Aspiraciones a convertir en realidad los anhelos de
liberación que encendieron la fe del mambí y le
llevaron, frente a todas las penalidades y sacrificios, a la
gesta heroica de la independencia" (19).
Y que reitera solo unos días después al
reafirmar su convicción de que…"…el
autenticismo propugna la colaboración de todas las clases
sociales en un clima de libertad y justicia….sobre la base
de la equidad entre los tres factores: capital, la técnica
y el trabajo" (20)… pues…"…los
cubanos tienen que despojarse de los hábitos mentales de
tipo colonial, sacudirse su derrotismo, sentirse orgullosos de su
patria y marchar hacia adelante, con la frente levantada, a la
conquista de la independencia económica de Cuba"
(21).
Engañado por la retórica genuflexa del
grausato, proclama en su discurso, desde el Palacio Presidencial,
en el acto de toma de posesión de éste, tras la
victoria eleccionaria de 1944 que…"…el Gobierno
de Grau logró la independencia política, al obtener
la derogación de la Enmienda Platt y ahora el Gobierno del
doctor Grau va a obtener la independencia económica. Para
esta tarea tendremos con nosotros al pueblo de Cuba entero.
Estamos decididos a obtener, pase lo que pase, y pésele a
quien le pese, el ideal martiano de liberación
económica de Cuba" (22).
Su decepción tras la traición del gobierno
auténtico a su programa electoral y particularmente del
presidente Ramón Grau San Martín, a quien durante
años valoró como su paradigma, llevan a Chibas a
disentir, a partir de 1946 de la política asumida por el
PRC(A) en el poder y en definitiva a fundar el Partido del Pueblo
Cubano (Ortodoxo) en 1947, en un proceso que inevitablemente le
resultó traumático, pero que ya libre de tan pesado
lastre le permite enrumbar por nuevos caminos de lucha. Su
desempeño como promotor del programa electoral, pronto
burdamente traicionado, caracteriza a Chibás en los dos
primeros años del gobierno auténtico, que
gradualmente se convierte en el más sistemático
crítico de encumbrados funcionarios, aunque aún
considere no sin cierta ingenuidad política, que el
Presidente, está ignorante de los desfalcos, componendas
politiqueras y el apoyo al gansterismo, que se autoproclama
revolucionario, integrado por oportunistas, conocidos
popularmente como representantes del gatillo alegre.
En el decursar de los dos primeros años de
mandato presidencial de Grau, se hace evidente que pronto Eddy
Chibás, quedaría desengañado ante los
malabarismos políticos de su antiguo maestro y de sus
más cercanos colaboradores, quienes asumen las ya
tradicionales ejecutorias inmorales, tan en boga en la
República, incluso mucho de ellas negativamente superadas
por el antiguo Profesor de fisiología, con un giro
pronunciado a las posiciones más conservadoras. El auge de
la corrupción, el gansterismo con apoyo oficial, el
lacayismo ante los intereses foráneos y la más
burda politiquería, se entronizan en la ejecutoria
auténtica.
Ya Raúl Roa, hombre de formación marxista
y de probada lealtad a sus principios revolucionarios, valoraba
con visión aguda la controvertida personalidad de
Ramón Grau San Martín, en su antológica obra
"La Revolución del 30 se fue a bolina" cuando afirma sobre
éste, como…"…de fisiólogo
competente, Grau devino maravilloso equilibrista. Flirteaba
gratuitamente con las izquierdas y le hacía guiños
de inteligencia a la burguesía amedrentada,
profería denuestos de Welles y pagaba la deuda extranjera,
estaba ansioso de ser reconocido por Washington y permitía
mítines antiimperialistas, lanzaba un virulento manifiesto
contra las Corporaciones Económicas y mandaba, por bajo
cuerda, emisarios a recabar su apoyo. Nunca hubo
espectáculo tan divertido y trágico."
(23).
En líneas generales las concepciones
ideo-políticas del chibacismo están presentes, en
sus aspectos fundamentales, desde 1938, cuando no por simple
intuición la revista Bohemia, la de mayor
circulación en el país, lo caracteriza
como…"…un joven de la nueva generación
que entra en la vida pública de Cuba con el ferviente
propósito de lograr el cumplimiento cabal de nuestra etapa
de liberación nacional" y lo señala como
"incuestionablemente, uno de sus más destacados
representantes". Ya Chibás en ese mismo año
había sustentado en las páginas de la propia
publicación, que al concluir la lucha por la
independencia…"…los cubanos alcanzaron la
apariencia del poder político, pero jamás se
reintegraron a la hegemonía económica,
indispensable para el desarrollo de la plena
soberanía". En párrafos posteriores ratifica
como… "…les faltó para la
culminación de la obra el genio de Martí, fundador
y el alma del Partido Revolucionario Cubano." Y
puntualiza en el mismo artículo del 5 de junio
que…"…en la Cuba colonial hispánica
los cubanos poseían la riqueza y los españoles
usufructuaban las posiciones burocráticas. Cuba, colonia
de España, termina en el siglo XIX. Cuba, colonia
norteamericana, se inicia en el siglo XX."
(24).
Como antecedente inmediato de la futura creación
del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) PPC(O) se informa en la
leída Sección en Cuba, en la revista Bohemia, en su
edición del 10 de noviembre de 1946, pp. 38-39 que en el
seno del llamado bloque parlamentario del PRC(A) se crea una
fracción independiente presidida por Chibás y que
tiene además como integrantes a Pelayo Cuervo Navarro,
Agustín Cruz y Emilio Ochoa (25)
En el seno del PRC(A) se vislumbran las primeras fisuras
de la futura crisis, alrededor de la elección del
candidato presidencial para las elecciones de 1948, donde Carlos
Prío Socarrás era el que gozaba del apoyo de Grau,
el que incluso tanteaba el terreno para la posibilidad de su
reelección. No obstante surge como propuesta la de
Chibás.
Al respecto…"…en junio de l946, en una
Asamblea Provincial del PRC(a) en Holguín, se
analizó la reorganización para las elecciones de
l948, donde participaron entre otros: Eduardo Chibás Ribas
y Emilio Ochoa -presidente del PRC(a) en Oriente-, quien propuso
la candidatura de Chibás a la presidencia de la
República. El 7 de julio se proclamó la candidatura
presidencial de Chibás, y la de Emilio "Millo" Ochoa, como
vice, por una emisora radial, con el apoyo de partidarios y miles
de personas. En Oriente se opusieron a esa decisión los
auténticos Arturo Vinent y Rubén León. La
candidatura presidencial de Chibás surgía de una
parte mayoritaria de la Asamblea del PRC(A) en Oriente, lo que no
coincidía con la dirección nacional del partido. El
14 de julio se proclamó la candidatura de Chibás
por la Asamblea de Holguín, por 110 de los 129 delegados
en el Liceo auténtico" (26).
El fraccionamiento en las filas del autenticismo, dado
en lo fundamental en el incumplimiento del programa del PRC(A)
por el presidente Ramón Grau San Martín y la
camarilla de sus más allegados e influyentes allegados,
siembra el gradual descontento en aquellos militantes honestos
que se incorporaron a sus filas, con la esperanza de ver cumplida
la promesa de una verdadera revolución. Ello determina
que…"…el 15 de mayo de 1947, en la sede de la
Sección Juvenil Auténtica, en horas de la tarde, se
desarrolla una reunión trascendente. Allí se
acuerda crear una comisión integrada por Eduardo
Chibás, Emilio Ochoa, Pelayo Cuervo y Manuel Bisbé,
entre otros, que incluye a Leonardo Fernández
Sánchez, ideólogo fundamental del nuevo partido y
quien escribirá sus tesis esenciales. En principio,
la comisión debería condicionar sus labores a las
siguientes bases aprobadas por unanimidad: 1. Rescatar el
programa del PRC y la doctrina Auténtica; la independencia
económica, la libertad política y la justicia
social, desenvolviendo nuestras actividades dentro del
régimen democrático establecido en la
Constitución; 2. Organizar a ese objetivo un partido
medularmente revolucionario por su estructura funcional, en el
que se integren los núcleos sociales interesados en la
liberación nacional: sectores productores, obreros,
campesinos, clases medias, juveniles y femeninos; 3. Luchar sin
contemporizaciones contra el latrocinio, el prebendaje, el
soborno, el caciquismo y demás vicios de la
política tradicional. Frente a la política al uso
de los pactos sin ideología mantendremos con firmeza la
ideología sin mistificaciones de la auténtica
revolución cubana; 4. A fines de garantizar la
aplicación del programa y la línea táctica
del partido y de que la estructuración de este no sea
meramente electoral, es necesario adoptar formas de
organización y dirección que le impriman la
disciplina y la militancia indispensable en un partido
revolucionario moderno; 5. Promueve un procedimiento de consulta
popular que sea la resultante de asambleas y no de mera
fórmula de gabinete. Es indudable que las bases
programáticas de la nueva organización están
en ciernes. Ya comienza a andar el futuro partido, un movimiento
de vital aliento y renovación que busca en la línea
martiana del Partido Revolucionario Cubano la razón de ser
de su creación, el cual surge en el seno de las masas en
una coyuntura de apertura singular" (27).
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