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La energía
solar absorbida por la Tierra en
un año es equivalente a 20 veces la energía
almacenada en todas las reservas de combustibles fósiles
en el mundo y diez mil veces superior al consumo
actual. El sol es la
única fuente de materia
orgánica y de energía vital de la Tierra, y
aunque a veces nos pasa desapercibido, ya hoy estamos utilizando
masivamente la energía solar, en forma de alimentos,
leña o energía hidroeléctrica.
La edad de piedra no acabó por falta de piedras, y la
era de los combustibles fósiles tampoco terminará
por el agotamiento del petróleo,
el gas natural y el
carbón.
Las energías renovables solucionarán muchos de
los problemas
ambientales, como el cambio
climático, los residuos radiactivos, las lluvias
ácidas y la contaminación
atmosférica. Pero para ello hace falta voluntad
política y
dinero.
En 2003 el consumo mundial de energía superó los
10.500 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep): 2.400 Mtep de
carbón, 3.600 Mtep de petróleo, 2.300 Mtep de
gas natural,
610 Mtep de nuclear, 590 Mtep de hidroeléctrica y cerca de
950 Mtep de biomasa, fundamentalmente leña, y cantidades
aún pequeñas de geotermia, solar y
eólica.
La producción, transformación y consumo
final de tal cantidad de energía es la causa principal de
la degradación ambiental. El consumo está muy
desigualmente repartido, pues los países de la OCDE, con
el 15% de la población mundial, consumen el 60% de la
energía, factor este último a tener en cuenta a la
hora de repartir responsabilidades de la crisis
ambiental.
El consumo de energía primaria en España ha
pasado de 88 Mtep en 1990 a 132,6 Mtep en el año 2003 (un
50,7% de aumento), año en el que la dependencia
energética alcanzó el 78%, a pesar de que en la
producción nacional se incluye por razones
metodológicas muy discutibles la energía
nuclear. Si se cumplen las previsiones del anterior gobierno del PP
las emisiones de dióxido de carbono de
origen energético aumentarán un 58% entre 1990 y
2010, en el escenario más favorable, lo que hace
matemáticamente imposible cumplir el Protocolo de
Kyoto.
La producción, transformación y uso final de tal
cantidad de energía también en España es la
causa principal de la degradación ambiental: 9 centrales
nucleares en funcionamiento y una cerrada definitivamente, un
grave problema de residuos radiactivos sin resolver, cerca de un
millar de embalses que han anegado de forma irreversible 3.000
kilómetros cuadrados, y las emisiones de gases de
invernadero, que representan el 77,73% del total.
Además se emiten 2,4 millones de toneladas de
dióxido de azufre y 1,3 millones de toneladas de
óxidos de nitrógeno.
Al ritmo actual de extracción, las reservas estimadas
de carbón durarán 1.500 años, las de gas
natural 120 y las de petróleo no menos de 60 años.
La mejora de las tecnologías de extracción
incrementará la duración de las reservas, al
acceder a las zonas marítimas profundas. No existe un
problema de agotamiento de los combustibles fósiles en un
horizonte inmediato, aunque el consumo actual es 100.000 veces
más rápido que su velocidad de
formación; la verdadera cuestión es la de los
sumideros, como la atmósfera, donde se
acumula el dióxido de carbono y otros gases de
invernadero, con el subsiguiente calentamiento. Los altos
precios del
petróleo agravan la situación, aunque conviene
recordar que son muy inferiores a los de 1980, año en que
se llegó a 80 dólares el barril a precios actuales,
pasando el dólar de entonces al de hoy, teniendo en cuenta
la inflación.
La grave crisis ambiental, el agotamiento de los recursos y los
desequilibrios entre el Norte y el Sur, son factores que obligan
a acometer una nueva política energética. A corto
plazo la prioridad es incrementar la eficiencia
energética, pero ésta tiene unos límites
económicos y termodinámicos, por lo que a
más largo plazo sólo el desarrollo de
las energías renovables permitirá resolver los
grandes retos del futuro. Las energías renovables son la
única solución sostenible, y la energía
nuclear, de fisión o fusión,
sólo agravaría la situación y conducen a un
camino sin salida, de proliferación nuclear y
generación de residuos radiactivos.
¿Qué son las energías
renovables?
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