"…la
diferencia entre la misma aglomeración de células
vivientes y de células muertas es que una constituye un
organismo, un sistema, que
obedece a su propio determinismo, mientras que la otra, muerta,
va a obedecer al determinismo fisicoquímico del medio"
Edgar Morin(1982)
Introducción
Hablaremos aquí de Estrés de un Sistema,
independientemente si nuestro sistema en cuestión es un
ser humano, una célula o
una
institución.
Y comenzaremos del siguiente modo: todo sistema viviente (y por
ende auto-organizador) tiende a contrarrestar las
variaciones del medio exterior y hacer reinar en su interior
sus propias constancias.
Para lograrlo, cuenta con una serie de recursos que
emplea habitualmente, activando o inactivándolos en
secuencias establecidas para lograr el objetivo
buscado.
En ciertas ocasiones, estas secuencias habituales no son
suficientes: el sistema "entiende" que ha de ser necesario
activar mayor número de recursos o emplearlos
de alguna nueva manera, para poder
conservar el orden interno.
Si el peligro de perder su orden interno continúa,
entonces se requieren medidas más extremas:
activación de una serie de recursos en
diferentes subsistemas y en diferentes proporciones, como sea,
(sin reparar en gastos
energéticos) pero con la finalidad de anular ese
peligro.
En ese momento, en ese preciso momento en que se hallan
activadas toda una serie de recursos en diferentes
"sectores", decimos que nuestro sistema se halla en una
relación de estrés con
su entorno.
¿ Y ello qué significa?
Significa que el sistema, se está adaptando al medio a
expensas de cierto "resto" que guarda en diversas variables.
Obsérvese que si en ese mismo momento ocurriera
simultáneamente algún otro requerimiento
adaptativo, ya no se cuenta con más recursos que activar y
por ende el sistema pierde su organización interna.
Parte 1
¿Qué es
un sistema?
"es lo opuesto al reduccionismo, es decir, la idea de que algo
es simplemente la suma de sus partes. Una serie de partes que no
están conectadas no es un sistema, es un montón".
(O"Connor, J.
(1998)
El sentido de la expresión algo mística
"el todo es más que la suma de las partes" reside
en que las características constitutivas no son explicadas
a partir de las características de las partes aisladas. De
este modo, las características del complejo, comparadas
con la de los elementos, aparecen como "nuevas" o
"emergentes" y son imposibles de predecir. *7
Podemos enunciar una primera definición de
sistema como una entidad cuya existencia y funciones se
mantienen como un todo por la interacción de las partes.
El pensamiento
sistémico contempla el todo y las partes,
así como las conexiones entre las partes, y estudia
el todo para comprender las partes.
Cuando definimos que una mesa está conformada por
cuatro "patas" y una "tabla plana", sabemos intuitivamente que
esta definición es insuficiente. Esa tabla y esas patas
deben guardar una relación determinada entre
sí para conformar una mesa.
Pero observa algo sumamente interesante: ¿Qué
sucede si fuera necesario emplear la madera que
conforma esa mesa para alimentar el fuego de una chimenea a modo
de leña? Observamos algo característico del
comportamiento
de los sistemas. No
existe nada "extra" llamado mesa que provoque combustión. Sólo sirven las patas y
la tabla. O sea, al volver a un nivel de
organización sistémica "inferior", esa propiedad
"extra" llamada mesa, se desvanece (precisamente a esto
nos referíamos al hablar de propiedad "emergente")
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