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Educación Ambiental y Problemática Medioambiental Global (página 2)



Partes: 1, 2

Según algunos economistas si bien en un primer momento
el crecimiento industrial aumenta los niveles de contaminación, a medida que se eleva el
ingreso de las personas esta situación se revierte. Ello
se explica principalmente por la concurrencia de varios factores
mitigantes, siendo los principales los efectos del aumento de la
demanda por
una mayor calidad ambiental
y la adopción
de tecnologías nuevas más limpias que tienden a
preservar la calidad del medio ambiente, a
medida que la sociedad
mejora económicamente, se interesa por el consumo de
bienes
benevolentes desde el punto de vista ambiental. Según
ciertos estudios (5) en países con ingresos per
cápita superiores a los U$S 5.000 anuales la
situación ambiental mejora a la par de su crecimiento
económico. Lo necesario entonces es lograr que los
casi 6.000 millones de personas que habitan el mundo alcancen
este ingreso, con lo cual ya no será necesario preocuparse
por cuidar el medio ambiente
porque este tal vez no exista tal como lo conocemos actualmente.
Por ejemplo la incorporación de China (o parte
de ella) a la economía de mercado ha
generado un aumento en la
contaminación ambiental, un dólar que se
produce en China genera 10 veces más CO2 que un
dólar generado en EE.UU. Los principios
ambientales del desarrollo se
fundan en una crítica
a la homogeneización de los patrones productivas y
culturales, reivindicando los valores de
la pluralidad cultural y la preservación de las
identidades étnicas de los pueblos. El ambiente surge como
un principio étnico, como condición para la puesta
en práctica de proyectos de
gestión
comunitaria de los recursos
naturales a escala local y
como un medio eficaz para lograr los objetivos del
desarrollo
sustentable(6).

II.A) El derrotero del sistema
capitalista y el medio ambiente. Breve justificación de
porqué la economía y el medio ambiente no han ido
de la mano.

El desarrollo del sistema capitalista ha llevado a una
contaminación generalizada del medio, la
destrucción de la capa de ozono,
destrucción de los recursos
naturales, por la deforestación se pierden por año 17
millones de ha. de bosque tropical, cada año se pierden 4
millones de ha. de zonas cultivables, por procesos de
desertización.

Algunos datos demuestran
este problema:

" 1250 millones de personas en el mundo están bajo el
umbral de la pobreza

" Cada año mueren 14 millones de personas por hambre
(40.000 niños
cada día)

" De los casi 100 millones de personas que nacen anualmente el
90% aumentarán la miseria del mundo en desarrollo.

" El 20% de la población se apropia del 80% de los
recursos del planeta y del 85% de la riqueza económica, a
través de relaciones Norte-Sur asimétricas e
injustas, y relaciones injustas internas en los países
subdesarrollados.

" Un tercio de la población mundial no cuenta con obras
sanitarias adecuadas y 1.000 millones de habitantes no cuentan
con agua potable.
Esta situación es directamente la causante de dos millones
de muertes y de millones de enfermos por año. En México los
costos del
cuidado de la salud causados por aguas
contaminadas representan U$S 3.000 millones.

" Se estima que los niveles de contaminación en zonas
urbanas son responsables de 300.000 a 700.000 muertes prematuras
por año. En Bangkok varios estudios sugieren que un
niño de siete años ha perdido cuatro puntos de
Coeficiente Intelectual o más debido a la exposición
al plomo en el aire. Pero a
quienes puede culpar el gobierno
tailandés, a los empresarios de su país, a los
extranjeros, a su legislación o al sistema
económico capitalista globalizado.

El sistema capitalista, que intentamos cambiar o mejorar, nos
lleva a tener en la frontera de
EEUU y México más de 2200 plantas
manufactureras que emplean a más de medio millón de
personas, aprovechando los bajos costos de
producción por la mano de obra barata y joven. La
necesidad de dar trabajo en los
países subdesarrollados obliga a los gobernantes a
permitir la instalación de industrias
contaminantes, esta es la política seguida en
la ciudad de Cubatao en Brasil, si bien
existen mejoras el problema en esa ciudad y en muchas otras es
acuciante.

SI la meta es
maximizar las ganancias, frente a la movilidad del capital dentro
del marco de la
globalización, el capitalista buscará aquellos
donde logre disminuir sus costos de producción, donde se le permita explotar al
máximo al trabajador y al medio ambiente. Otro ejemplo del
salvaje capitalismo es
el uso del 2,4,5-T conocido como agente naranja, usado en la
guerra de Vietnam
para destruir la forestación donde se ocultaban los
vietcong, dejo de ser usado cuando se percataron de los casos de
cáncer provocados, sin embargo tuvo un muy extendido uso
agropecuario en los países no desarrollados (7).

No es el único caso en que los grupos
económicos de países desarrollados usan como
conejillos de indias a gran parte de la población (los
más pobres) de los países subdesarrollados. La
Revolución
Verde que pretendía aumentar la producción de
alimentos lo
consiguió a costa de grandes inversiones.

Por ejemplo en Filipinas entre 1966 y 1979 la cantidad
invertida en el uso de pesticidas para eliminar plagas
aumentó de 2 a 90 pesos por ha., esto representa una carga
económica para una nación
pobre y al mismo tiempo provoca
serios problemas
medioambientales, pero por el contrario las empresas
químicas, y las actividades concatenadas, aumentan sus
ganancias, y seguramente las empresas que desarrollan los
productos
químicos para propiciar esta llamada "Revolución
Verde" no son filipinas, peruanas o haitianas.

El proceso de
industrialización altamente protegido que han seguido los
países de América
Latina y su alto grado de dependencia tecnológica los ha
llevado a incorporar técnicas
modernas cada vez más intensivas en capital. La
difusión de este modelo
tecnológico ha ido desplazando a la pequeña
industria y
las prácticas productivas tradicionales, lanzando al
mercado de trabajo mayores contingentes de mano de obra
desempleada o subempleada.

Podríamos continuar enumerando un ejemplo tras otro
pero lo expresado es suficiente para tener una idea de la
situación que ha generado el sistema económico
hegemónico.

II.B) Los intentos de resolver la crisis
ambiental a partir de una lógica
economicista.

"Se necesita un mínimo de crecimiento en el Sur y una
mayor redistribución desde el Norte para creer en el
"desarrollo
sostenible global" (8).

Los intentos generalmente apuntan a resolver el problema una
vez planteado, por otra parte esta demostrado que invertir para
revertir la crisis ambiental una vez provocada no es sencillo ni
lo más recomendable. En la década de 1980, la EPA
de EEUU estimó que controlar la contaminación los
llevaría a gastar la inverosímil suma de 526.000
millones de U$S.

En un estudio de la CEPAL se afirma que las políticas
de protección ambiental "aplicadas con rigor cada vez
mayor" en Europa y EEUU,
aumentan el interés de
las empresas en poner sus fábricas químicas y
metalúrgicas en los países en desarrollo. La idea
es "favorecer" a los países de la periferia,
proponiéndoles que usen como ventaja comparativa la
destrucción de su ambiente natural y humano.
También podemos mencionar el tráfico de desechos
tóxicos.

El canje de deuda externa por
naturaleza
también presenta en el trasfondo una nueva maniobra del
capitalismo para aumentar sus ganancias.

Al mismo tiempo se emprendieron programas
económicos ambiciosos, tratando de solucionar la
problemática ambiental. Desde comienzos del decenio de
1970, cuando por primera vez se comenzaron a contabilizar
sistemáticamente los fondos asignados a la
protección ambiental, en los países
industrializados las inversiones públicas y privadas
llegaron a cifras cuantiosas. La sociedad industrializada parece
estar pagando retroactivamente cifras astronómicas por los
efectos ambientales negativos de la producción que se han
ido acumulando. La
República Federal de Alemania, por
ejemplo ha llegado a la atractiva suma de 140.000 millones de
dólares. Sin embargo, cifras como estas son
ambivalentes.

Por un lado dan lugar a orgullosas declaraciones
políticas sobre los logros de la protección
ambiental, según el lema: cuando más, mejor". Pero
por otro lado son, presumiblemente, el mínimo absoluto de
lo que se precisa para garantizar la base misma de una sociedad
viable. Al mismo tiempo simbolizan un grave déficit
estructural de la sociedad industrializada: se incurre en
gastos para
proteger al medio ambiente cuando ya se ha perjudicado el entorno
natural sin que sea posible seguir negándolo. Son
reparaciones tardías del proceso de crecimiento
económico, indicios de una política que reacciona y
tiene que reaccionar ante los perjuicios pero no los impide o no
puede impedirlos.

Pareciera que el desarrollo
económico en el cual nuestra sociedad esta totalmente
comprometida, inevitablemente significa degradación
ambiental y contracción económica.

En general se estima que para el caso de Latinoamérica un desarrollo ambiental
sostenible requeriría inversiones del orden de los 15.000
millones de dólares anuales, esto es 1,4-1,5% del Producto
Global Bruto. Pero estas inversiones carecerían de
relevancia sin un programa
educativo ambiental que evitara caer nuevamente en la
destrucción del medio.

Para lograr un desarrollo económico acorde con el medio
ambiente es necesario una reducción de la opulencia y el
despilfarro en los países desarrollados y una
transformación radical de las estructuras
económicas que conforman el Orden Mundial vigente. Para
ello ¿es necesario reducir el crecimiento económico
del Norte? ¿es suficiente con cambiar su modo de
crecimiento? O ¿es imprescindible romper el actual modelo
de crecimiento y acumulación económica y
reestructurar el metabolismo
consumista del mundo actual?

Contestar estas preguntas es difícil, pero más
difícil es poner en ejecución las posibles soluciones, ya
que en definitiva se trata de convencer a los productores y a los
consumidores que cambien sus prácticas habituales de
producción y consumo.

Pero al capitalista (como clase social)
le tiene sin cuidado el empobrecimiento físico y
espiritual de los obreros y del medio ambiente, ya que lo que
más le interesa es arrancar el máximo de trabajo
excedente con el menor costo posible a
fin de incrementar la acumulación de capital, de lo
contrario perecería (como clase) y esto es algo que bajo
ningún concepto pasa por
su mente. Entonces como lograr el cambio.

Frente a esto cabe preguntarse si la solución es:

1) resolver los problemas
ambientales dentro de la lógica capitalista, o

2) alterar los principios básicos que rigen el comportamiento
del sistema capitalista. La segunda opción debe ser
descartada hasta que no se presente una alternativa válida
y aceptada por toda la sociedad.

Como expresa Ernst U. Von Weizsacker (Instituto para el
Clima, el
Medio Ambiente y la Energía) "el socialismo
burocrático sufrió un colapso porque no
permitió que los precios
reflejaran la verdad económica. La economía de
mercado puede arruinar el medio ambiente y por último,
arruinarse a sí misma, si a los precios no se les permite
expresar la verdad ecológica".

Si el socialismo como sistema económico alternativo, no
existe, entonces debemos intentar entender la actitud del
capitalista (como clase) para buscar un cambio hacia un
desarrollo económico integrado con el medio ambiente.
Así han surgido cuestiones como desarrollo sustentable, el
ecodesarrollo, etc. Pero no pasan de elucubraciones
teóricas realizados por científicos de gran nivel
que no llegan a la práctica, o sólo se instauran en
pequeñas comunidades con racionalidades distintas a aquel
empresario
sumido en la locura competitiva del libre mercado capitalista. Es
difícil exigir de los líderes políticos, que
pidan a la humanidad actual asumir costos para el bien de los que
todavía no han nacido y por lo tanto no votan, y lo mismo
sucede con los empresarios, ya que deben pensar en un mercado no
existente. La dolorosa verdad es que el presente es un lugar
relativamente cómodo para los que han alcanzado posiciones
importantes dentro de la política o del liderazgo
empresarial.

Debemos buscar la solución a través de medios masivos
que permitan un real acercamiento a la sociedad, y este medio al
cual nos referimos es la EDUCACIÓN, la cual permite un
intercambio muy importante entre quien aprende y quien
enseña.

III)
La
Educación
Ambiental. ¿Una posible salida a la crisis global del
medio ambiente?.

"La crisis ambiental no está tanto en el
crecimiento

de la población, el crecimiento industrial, ni en el
sistema

económico y político, sino en las actitudes y
valores

que motivan las decisiones humanas".(9)

Si pensamos en la frase de H. Houstoun, son precisamente las
actitudes y valores
humanos los que generan que el sistema económico lleve
al mundo a una crisis ambiental.

Los efectos del proceso de reproducción del capital en la
destrucción de los recursos naturales y sobre la
degradación del medio ambiente se han convertido en uno de
los mayores problemas políticos y económicos de
nuestro tiempo. Esta crisis ambiental ha desencadenado un vasto
proceso de concientización popular así como un
movimiento
social para frenar los efectos negativos que tienen los patrones
de producción y de consumo de mercancías en el
agotamiento de los recursos, en la desestructuración de
los ecosistemas y
en desintegración cultural de los pueblos (10).

Pero este movimiento es relativamente joven de acuerdo con
investigaciones de Landim (1988) y Crespo (1995)
la mayoría de las entidades y ONGs ambientalistas
surgieron en Brasil por ejemplo a partir de los años '80,
de las cuales la mitad fueron fundadas entre 1985 y 1991 (11),
esto con variaciones es semejante en el resto de América
Latina.

Es difícil darse cuenta del riesgo de no
cambiar, es complicado entender una información científica abstracta e
incierta, percibirla de un modo correcto y valorarla de forma que
seamos capaces de modificar nuestras conductas, entre otras
razones, porque nuestros actuales sistemas de
percepción y de valores no nos
ayudan a entender el cambio global y a integrar la
conservación ambiental de la Tierra
dentro de lo que los seres humanos consideramos valioso. En
muchos casos, los problemas
ambientales se consideran más técnicos que de
conducta humana y
esto es erróneo (12).

No siempre parece haber una relación entre actitudes y
comportamientos, y aún menos, entre niveles de conocimiento
(información) y comportamiento. Se puede disponer de mucha
información, expresar una actitud favorable a la
protección ambiental y al momento de actuar, hacerlo de
forma contraria a lo previsto, pero lógicamente acorde con
la línea seguida por el sistema económico.

La transformación hacia la sostenibilidad no debe
empezar en las salas de juntas, de los directivos, ese cambio
debe empezar a partir de la educación formal o
no formal, sin un cambio en la cultura
empresarial y social que abogue por una ética de
la prevención y por los valores estratégicos de las
prácticas sostenibles, cualquier cambio que afecte
sólo a la parte tecnológica estará basado
por lo general en compromisos a muy corto plazo, necesarios para
paliar los problemas ambientales en la actualidad, pero
insuficientes para el futuro, por lo tanto lo que se necesita es
un cambio que afecte las decisiones a mediano y largo plazo. Es
necesario formal en una nueva ética moral a los
que en diez, quince o veinte años se integren a la
sociedad capitalista, sin importar el grado de
intervención. Este tiempo parece prolongado frente a los
problemas ambientales acuciantes, pero desde la primera
formulación de un compromiso hacia una ética
ambiental han pasado más de veinte años, lo que
demuestra dos cosas, que el sistema capitalista se encargó
de que no funcionará ningún plan "masivo"
global de educación ambiental
para revertir la situación o que los encargados de
capacitar y enseñar los fundamentos de la educación
ambiental no lograron concientizar verdaderamente a los
individuos. Pero podría ocurrir una tercer hipótesis, que la educación
ambiental no sirva para cambiar la situación por ser el
sistema capitalista la simple exteriorización de la
naturaleza propia del ser humano. La sed de poder del
hombre lo ha
llevado a convertirse en un ser individualista que no tiene en
cuenta al resto de la sociedad y menos al medio ambiente.

Pero si mantenemos la esperanza sobre la educación
ambiental, como muchos, debemos comenzar en serio una
expansión de la misma y que no quede sólo en los
papeles, otorgando los recursos económicos y humanos
necesarios.

La educación ambiental, entonces, debe estimular las
preferencias humanas enfatizando la conveniencia de las metas
ambientales, pero también debe desarrollar el
conocimiento necesario para que el individuo
pueda concebir las consecuencias de sus actos y para que
éste pueda reconocer los sacrificios que la
elección de los bienes ambientales implica para la
sociedad. No se trata sólo de difusión de
conocimientos existentes. Es fundamental que la educación
ambiental para lograr el cambio necesario sea no transmisora de
la cultura sino transformadora de la misma, y esto lo deben
entender aquellos que enseñan educación ambiental,
de lo contrario el esfuerzo será en vano.

III.A) De donde surge esta cuestión de la
educación ambiental y el interés por lo
ambiental.

La preocupación por los problemas ambientales y la
educación ambiental, no es una moda como
podría pensarse, sino que tiene sus raíces en la
actual crisis económica y ambiental.

Si hacemos un poco de historia, en 1975 se inicia
el Programa Internacional de Educación Ambiental de
UNESCO-PNUMA, en 1977 en Tbilisi se formularon una serie de
objetivos, aprobados luego nuevamente en Moscú en 1987,
estos apuntaban a promover una conciencia sobre
la interdependencia económica, social, política y
ecológica; proveer a cada persona de
oportunidades para adquirir los conocimientos, valores,
actitudes, compromiso y habilidades necesarios para proteger y
mejorar el ambiente…; crear en los individuos nuevos patrones
de comportamiento y responsabilidades éticas hacia el
ambiente. Más reciente en la Conferencia de
las Naciones Unidas
para el Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro, en 1992,
el documento del Foro Global se titulaba "Tratado
de Educación Ambiental para Sociedades
Sustentables y Responsabilidad Global" y hace hincapié en
promover la capacitación de recursos
humanos para preservar y administrar el ambiente como parte
del ejercicio de la ciudadanía.

Pero, desde aquel 1975 ya han pasado más de dos
décadas y aún no se ven lamentablemente grandes
cambios en la conducta
humana.

III.B) La clave esta en las actitudes, los valores y la
percepción individual y colectiva.

¿Pero como lograr esa nueva ética ambiental si
el capitalismo se basa en maximizar las ganancias a través
de un exacerbado consumismo de la población?.
¿Cómo lograr una concientización respecto al
medioambiente si la población esta desocupada o
subocupada?. La clave esta en lograr un cambio cultural y de
actitud y comportamiento.

Como dice E. Leff "…los valores culturales que rigen las
prácticas productivas de una formación social
están condicionadas (…), por ciertos efectos del
inconsciente en los procesos de simbolización y
significación, que afectan a su percepción sobre
sus recursos, al acceso socialmente sancionado a su uso y
usufructo, así como a sus formas de consumo. De
allí se desprenden los procesos ideológicos que
condicionan los cambios en las formas de organización productiva de las formaciones
sociales y que delimitan la eficacia de toda
estrategia de
gestión
ambiental y aprovechamiento sustentable de los recursos
naturales" (13).

La sensibilización y conciencia moral es el hilo
conductor de la educación ambiental, tienen que ver la
percepción, los valores que sustentan las acciones,
ciertos prejuicios y actitudes. Es necesario entender que el
medio ambiente es tan nuestro como nuestra vivienda, auto o TV,
de esta forma podremos protegerlo.

A causa de nuestro estilo de vida
actual la humanidad esta en peligro. Los casi 6.000 millones de
personas que viven en el mundo, y especialmente los 1.000
millones que habitan los países desarrollados están
ejerciendo una enorme presión
sobre los recursos. Por esto es necesario un compromiso profundo
y generalizado con una nueva ética, la ética para
vivir de manera sostenible. Este compromiso debe ser trabajado
desde la educación formal y no formal, para posibilitar un
cambio en las próximas décadas.

Eliminar externalidades (ambientales) a través de
innovaciones en el comportamiento de las personas sin recurrir
para ello a impuestos,
subsidios, prohibiciones, cuotas u otras medidas de
regulación y al mismo tiempo, sin privatizar, constituye
una antigua ambición. Desde siempre se estima que para
lograr tal objetivo en un
contexto de libertad, la
educación es la herramienta, aunque el contenido de tal
educación no se encuentre explicitado mayormente, y este
tal vez es el mayor problema.

En tanto las personas elijan libremente, por propio impulso,
aquel curso de acción
que resulta compatible con los valores de escasez para toda
la sociedad, el problema ambiental, entendido éste como
externalidad, no tendría presencia en la sociedad.

El punto que aquí se busca enfatizar es que dentro del
tema de educación ambiental cabe distinguir al menos dos
objetivos, aunque en cuanto a la forma de alcanzarlos no exista
tanta diferencia práctica. Por una parte, para lograr en
la sociedad una adecuada comprensión de los
desafíos futuros en materia
ambiental la educación respectiva no debe ser sólo
información sobre la naturaleza. Es necesario enfatizar
también los costos de medidas proambientales, subrayando
que decisión en pro del medio ambiente obliga
también a sacrificar objetivos en el área de
equidad, en
última instancia obliga a sacrificar la presencia de otros
bienes que son también fuente de bienestar humano. Esta se
presenta de acuerdo a diversos autores en dos manifestaciones: la
participación ambiental y las conductas ecológicas
responsables.

La participación ambiental esta constituida por
aquellas acciones, organizadas colectivamente destinadas a
ejercer influencia en la toma de
decisiones políticas relativas a la protección
y conservación del medio ambiente, acciones estas
estrechamente vinculadas a la participación política dentro de
determinado movimiento social en pro del medio ambiente. Las
conductas ecológicas responsables están inscriptas
dentro de un marco de acción más cotidiano y a
grandes rasgos hacen referencia a las conductas individuales que
se realizan con la intención de conservar y beneficiar el
medio ambiente o perjudicarlo lo menos posible.

Las conductas proambientales son una de las principales causas
de la calidad ambiental y que están condicionadas por las
creencias, el nivel de autoeficacia, el valor que
representan las acciones, los beneficios tangibles obtenidos y
las expectativas de éxito
social o individual. La educación podría facilitar
las decisiones públicas en este ámbito en tanto a
través de ella encuentre una mayor comprensión en
la opinión
pública.

La sensibilización por los problemas ambientales deben
tratarse desde la más temprana edad, para evitar cosas
como esta: en ciudad de México (que cuenta con casi 20
millones de habitantes) el gobierno desde 1989 ha prohibido la
circulación de camionetas y automóviles un
día por semana, sin embargo mucha gente ha comprado un
segundo vehículo (generalmente más viejo y
más contaminante) para evitar esta medida. Una
legislación eficiente no es suficiente para solucionar el
problema, la población debe desear vivir en un lugar
mejor, de lo contrario buscará la manera de sortear la
ley o la
prohibición.

IV)
Conclusiones:

De acuerdo a lo analizado es posible concluir que debemos
revertir la situación actual de deterioro del medio
ambiente y degradación de la calidad de
vida del hombre, por causa de la lógica de
producción y consumo del sistema capitalista. Este cambio
debe llegar de la mano de las nuevas generaciones. Hasta el
momento podemos ver un avance, en diferentes niveles de
educación, respecto a los problemas ambientales muy
importante pero no suficiente, es necesario cambiar
verdaderamente las conductas y actitudes del hombre hacia la
naturaleza; este es a nuestro entender el punto fundamental para
lograr un desarrollo sostenible.

Todos aquellos cambios que apunten exclusivamente a introducir
modificaciones tecnológicas para no perjudicar al medio
ambiente solo sirven para paliar los problemas más
urgentes, estas medidas y otras de tipo económico,
políticas, etc., son sumamente importantes; pero el
problema de fondo, en cuanto al consumo despiadado de los
recursos naturales, la generación cuantiosa de residuos
(producto de un exacerbado consumismo) y la explotación
del hombre por el hombre para
generar más riqueza, debe ser tomado como un problema de
cambio de la conducta humana hacia el medio y sus semejantes.
Este cambio solo puede lograrse a través de un trabajo
continuo educativo, tanto en las escuelas, universidades como en
las empresas, de esta manera sólo podrá cambiarse
un futuro que aparece negro en el horizonte de la humanidad y del
planeta.

V) Notas:

1) JIMENEZ HERRERO, Luis M. Desarrollo sostenible y
Economía Ecológica. Integración medio ambiente-desarrollo y
economía-ecología. Editorial
Síntesis. Madrid.
España.
1996. p. 33.

2) Ibidem.

3) J. HERRERO. L. Op. cit. p. 36.

4) J. HERRERO. L. Op. cit. p 79.

5) VARAS, Ignacio. Economía del Medio Ambiente en
América Latina. Ediciones Universidad
Católica de Chile. 1995. p. 21

6) VARAS, I. Op. cit. p. 187.

7) BRAILOVSKY, Antonio E. Esta, nuestra única Tierra.
Introducción a la ecología y medio
ambiente. 1992. p.145.

8) J. HERRERO, L. Op. cit. p. 49.

9) HOUSTOUN, Helena. Proyectos verdes. Manual de
actividades participativas pára la acción
ambiental. Biblioteca
Ecología. PLANETA. 1994. p. 61.

10) LEFF, Enrique (comp.) Ciencias
sociales y formación ambiental. Barcelona, Editorial
Gedisa. 1994. (p. 124)

11) CARVALHO, Isabel. Las transformaciones de la cultura y el
debate
ecológico: desafíos políticos para la
educación ambiental Formación Ambiental. Red de Formación
Ambiental para América Latina y el Caribe. PNUMA. Vol. 10
Nº22 Febrero-junio de 1998. p. 15.

12) LUDEVID ANGLADA. El cambio global en el medio ambiente.
Introducción a sus causas humanas. 1996. p. 167.

13) LEFF, E. Op. cit. p. 95-96.

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Autor:

Aldo Guzmán Ramos

Profesor y Licenciado en Geografía Tandil.
Argentina

http://www.ecoportal.net/content/view/full/21378

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