- El género
anotaciones. - Anotaciones a
Historia de la sexualidad I. - Anotaciones
a las primeras anotaciones.
Anotaciones a Historia de la sexualidad I.
La voluntad de saber.
A. El género
anotaciones.
Soy consciente de que el escrito que presento se aparta de la
forma tradicional de las monografías para seminarios de
grado. Temo que sea mucho. Lo cierto es que el género que
aquí se adopta no es muy académico, no, al menos,
tradicionalmente hablando. Pero dejo mejor las disculpas y
presento lo que encontrará el lector.
Lo primero que debo decir es que la adopción
del modo de organización del texto que
llamo "anotaciones" surgió tanto al encarar Historia de
la sexualidad
I como al ser encarado por ella. Si, como suele decirse, toda
lectura es una
escritura,
toda "escrituración" de lo leído es el trabajo de
una afectación. Dicho de otra forma, una lectura escribe
aquello con lo cual una subjetividad se conecta al leer. Dicho
más radicalmente, la escritura es eso que una lectura
produce de sujeto en el sujeto que lee; el sujeto lee -escribe-
lo que lo produce como tal. Las anotaciones son, pues, no
sólo un modo de acomodar los enunciados sino el modo de su
misma producción; las anotaciones no sólo
muestran las hipótesis, las posiciones o los resultados
de una investigación sino el mismo recorrido de la
subjetividad que investiga y se investiga. Jugando con las
palabras: una lectura / escritura (una producción
subjetiva) anota lo que es de nota en el movimiento de
producción subjetiva.
No puedo decir que el que encaró el tomo I de
Historia de la sexualidad fuera pura
indeterminación. Algunas curiosidades lo condujeron a
él. Fue, empero, la lectura la
que determinó esas curiosidades como preguntas de nota.
Tales preguntas, tal como han sido producidas en la lectura, han
quedado formuladas más o menos de la siguiente manera.
¿Qué son el discurso, el
dispositivo, el poder
foucaltianos?; ¿cómo funcionan conjuntamente? La
anotación de lo que fuera de nota estuvo también
guiada por una estrategia
general: la formalización de las respuestas a las
preguntas para hacerlas utilizables en otros campos de pensamiento.
Por lo demás, el género era atrayente por una
ventaja que acarrea, que consiste en que, a diferencia de lo que
ocurre en el escrito orgánicamente argumentado, las
diferentes anotaciones podían tener conexiones entre
sí sin por eso perder su significación
independiente -esto es, sin quedar sometidas a una tesis
principal que apareciera como el sentido último o la clave
de todas las demás- y sin perder tampoco su utilizabilidad
discrecional -esto es, sin dejar de presentarlas de a una, como
herramientas,
esto es, sin presentarlas como bloque teórico indisoluble
cuyo sentido lo detenta su articulación interna-.
He agrupado temáticamente las anotaciones. He puesto,
en algunas, referencias a otras. He escrito anotaciones a
elementos de notar en las anotaciones. Puede parecerle a alguien
que todas estas operaciones
organizan orgánicamente el texto: -¡Aquello que
usted intentaba evitar! Tal vez. Es sin embargo más activo
tomar esas operaciones como pasos de un recorrido por las
anotaciones, como una lectura de una lectura. Otros recorridos
-otras producciones subjetivas en otras lecturas de Historia
de la sexualidad y de mi lectura de ella- son posibles.
B. Anotaciones
a Historia de la sexualidad
I.
Dispositivo, discurso,
prácticas.
La estrategia de Historia de
la sexualidad I y una posible estrategia en una monografía
sobre el concepto de
dispositivo en el libro.
Así es presentada la estrategia general de Historia
de la sexualidad[1]: "A ese anillo
mágico [cuyo engaste hace hablar a los sexos que uno
encuentra], a esa joya tan indiscreta cuando se trata de hacer
hablar a los demás pero tan poco elocuente acerca de su
propio mecanismo, conviene volverlo locuaz a su vez"; p. 98. La
estrategia de un trabajo sobre
el concepto de dispositivo en el libro consistiría en
volver locuaz a su vez a la herramienta por la cual Historia
de la sexualidad vuelve locuaz al anillo. Esa herramienta es
la noción de dispositivo. La línea allí
consistiría en explicitar la noción de dispositivo
con la cual Historia de la sexualidad explicita el
dispositivo de sexualidad. Parafraseando a Michel Foucault, esa
digresión no buscaría tanto avanzar hacia una
teoría
como hacia una analítica de la noción de
dispositivo, que por lo mismo no aspiraría allí a
dejar de ser una noción para convertirse en una
categoría sino que pensaríamos cómo funciona
la noción de modo de poder ponerla a trabajar como una
herramienta. La estrategia de un trabajo semejante
buscaría abstraer, del estudio del dispositivo de
sexualidad, el concepto de dispositivo de modo que sea utilizable
en otras partes; buscaría que Historia de la
sexualidad quedase situado como no más que un uso
posible de la noción dispositivo, y se habilitasen
otros usos. Muchas de estas anotaciones toman a cargo esta
tarea.
Puesta en discurso.
·
Lo primero que convocó mi atención al leer los trabajos foucaultianos
es la importancia del discurso en sus análisis. "El punto esencial es… el
"hecho discursivo" global, la "puesta en discurso""; p. 19. Si
cotidianamente el sentido común distingue entre hablar y
actuar y endilga al charlatán incapacidad de acción,
en Foucault nos
topamos con un discurso que actúa. Muchas de estas notas
se preguntan cómo es eso posible. La respuesta que pude
encontrar remite a una nueva pregunta. Pues el discurso en
Historia de la sexualidad actúa gracias al
dispositivo -una noción foucaultiana bastante menos
trabajada, por lo común, que la de poder. Más
aún, como las notas me hicieron ver, no hay discurso
propiamente dicho si no es en un dispositivo. La estrategia que
buscaría hacer de "dispositivo" una herramienta utilizable
fuera del campo de origen preguntaría, pues, al texto que
tenemos en frente, ¿qué es un dispositivo?,
¿cómo funciona? y otras afines.
Página siguiente |