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Del Materialismo Histórico a la Ontología Hermenéutica: Anomalías de la Dialéctica Ser-Devenir (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Los partidarios de la liberalización son los nuevos
amantes del trabajo a
destajo que tanto defendieron sus antagonistas soviéticos,
pero del destajo para los demás, suelen decir que los
funcionarios deberían ser suprimidos porque son
parásitos que viven a costa de los otros trabajadores,
pero entonces que supriman también a los pensionistas y a
los niñatos, que no trabajan, ¡pongamos a todos a
currar en el campo! ¡Viva Pol Pot! ¡y el que sepa una
palabra de francés, fusilado!. Yo no le tengo
ningún amor al
trabajo asalariado ni a la producción manufacturera o serial, valoro
mucho más el ocio, cuanto más mejor. Estoy
dispuesto a consumir menos y a sufrir restricciones en mi
libertad para
arribar a una mayor igualdad, pero
no estoy dispuesto a vivir como Stajanov. ¿Que mi ocio lo
consigo a costa de que otros sean esclavos? ¡De acuerdo
completamente! Lo que se comprenderá fácilmente es
que los ciudadanos de Atenas no van a renunciar a la ciudadanía y convertirse en esclavos para
ser todos iguales, todos esclavos, sino que más bien
tendrán que laborar para que la mayoría (y no una
minoría) puedan alcanzar la condición del
ciudadano, relativamente libre, aunque a menudo tan esclavo como
el más esclavo, en la actualidad. Hablo de Atenas porque
allí estaba claro lo de libres e iguales a diferencia de
los esclavos, en nuestro tiempo no,
buena parte de mis lectores y yo no somos esclavos, pero hay
muchos ciudadanos que lo son sin remedio, puesto que eso depende
del tipo de trabajo, renta, ocio y formación con que se
cuente (38).

Si no se puede lograr una cota de igualdad a un nivel digno de
vida entonces no soy favorable a la igualdad, sino un
anacrónico esclavista griego, como Platón y
Aristóteles, y sin reparos morales
cristianos. Pero parece que hoy día el desarrollo
tecnológico permitiría universalizar como
mínimo el sustento básico, frente a otros modos de
producción menos productivos. Ciertamente ninguno de
los sistemas de
organización político-social fueron
ni son la panacea, el Paraíso, pero no da igual uno que
otro, no es todo la misma mierda. Creo que hay que matizar un
poquito y distinguir entre Guatemala y
guate-peor. En el libro de Una
adopción
en la India, al
menos distinguía Albiac entre la India, de la que bien
decía que era el Infierno, y lo nuestro, a lo que
denominaba el Purgatorio, (así como la España de
hoy, con todas sus enormes deficiencias, podrá ser el
purgatorio, pero no es el infierno franquista), sin embargo, en
el libro Desde la Incertidumbre, para el autor citado todo ha
devenido fascismo,
Gulag-Auswitch-Prisa-GAL-PSOE-Capital-Estados-Unidos, todo fascismo, pero con el
contrasentido de estar a favor de la separación de poderes
(Montesquieu),
al fin y al cabo, estar con ello a favor de la esencia de la
democracia-representativa parlamentaria, y
condenar, con ella en la mano, la violación felipista y la
absolutización del poder (bajo
emulación de Franco y del México de
Salinas de Gortari mediante el bloque económico PRI.S.A.
Aplicable a la Italia de
Berlusconi en la actualidad). Con lo cual se nos hace todo un
lío, porque si el Capital gobierna todo (Globalización o subsunción real) y
la
televisión es la realidad, ¿a qué viene
apelar al principio de la separación de poderes (39)? La
separación de poderes principal no es, solamente, la
interna en el Estado, la
de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, sino
también la que se ha producido entre la esfera
pública y la esfera privada, entre Estado y
Capital. Por eso la socialdemocracia, el equilibrio
keynesiano entre los poderes público y privado,
barrió al comunismo
soviético, porque no hay más que dos
totalitarismos, el de Stalin y Hitler, esto es,
la funcionarización de la sociedad en su
integridad y la disolución del individuo en
el Estado; o la privatización de la sociedad en su
integridad y la atomización de ésta en sus
elementos individuales y egoístas.

Por mi parte considero que un intelectual ya hace una buena
labor que vuelve la vida más digna de ser vivida para
mucha gente cuando escribe La Sinagoga Vacía, un libro de
erudición, o cuando realiza literatura, poesía,
música,
escultura, pintura, e
incluso filosofía, cosas que no van a quitarle el
hambre a nadie que lo padezca (para quitar el hambre lo mejor es
producir comida, la agricultura,
el ser todos campesinos, como quería Pol Pot), pero leer
al menos le va a quitar la estupidez a los que ya comen (a los
que ya comemos), posibilitando la mayor calidad de
vida alcanzable: la del cultivo de la sensibilidad (arte,
música y literatura) de la corporalidad (deporte y gastronomía) y de la razón (ciencia y
filosofía), calidad que no ha
de estar restringida al intelectual privilegiado sino
posibilitada a la mayoría de una ciudadanía. Hay
que volver a leer el texto de El
Estado griego de Nietzsche,
para darse cuenta de que el trabajo envilece y que la
cesión social ha de ser mínima y contemplar un
enorme ocio para que el sistema nos
parezca digno de defensa a toda costa (40).

Por otro lado no todo intelectual tiene que tener
vocación política, aunque
puede que todo arte y toda ciencia sí que tengan
consecuencias políticas.
El trabajo del
intelectual también entra dentro de la categoría de
producción, aunque el trabajo filosófico
difícilmente podrá ser considerado como valor de uso o
valor de cambio, porque
en último caso nunca sería un bien (manufactura)
sino un servicio, pero
prefiero una categoría griega para definirlo en su
esencia, el trabajo del intelectual es póiesis
(creación), no téchne (manufacturación) y
característico de la creación (para la cual, muchas
veces, es necesaria una previa destrucción) es la
propuesta de ciertas alternativas o de, al menos, de ciertas
claves para orientarse hacia las nuevas alternativas.

Para decir que todo está perdido, que todos los
héroes han muerto, que ya sólo cabe asistir al
apocalipsis sóbran los intelectuales,
ya que semejante punto de vista lo conoce perfectamente todo
televidente futbolero de los que se hacinan en el metro a las
seis de la mañana, por eso se resiste a pensar, y prefiere
vivir dormido a despierto, mero instinto de supervivencia, pero
semejante perspectiva la conocen mejor que nadie los que se
mueren de hambre y enfermedad en Africa y Asia, ya que
ellos no están esperando a asistir al advenimiento del
Apocalipsis, sino que lo están viviendo, día a
día, y no sólo cuando los mass media lo narran,
sino incluso en este momento, como lo vivieron antes de ellos
innumerables desgraciados a lo largo de la Historia de la Humanidad.
Ahora son mil millones de personas las que viven sin agua potable
en el planeta, esto es, una de cada seis. Pero no hay que olvidar
que cinco de cada seis personas en el mundo SI que disponen de
agua potable.
No sé si conseguiremos algún día que una
mayoría del planeta (dudo mucho que la totalidad) podamos
vivir dignamente e incluso lograr participar en las acciones
políticas y decidir nuestro destino, pero desde luego no
me da igual que coman unos millones más o unos millones
menos, que se trabajen 40 horas semanales, 35 o 15, que haya
subsidio de desempleo y becas
o que no los haya. ¿Eso implica reformismo y enmascara el
acto inaugural de la revolución
(41)? ¡No es cierto que el derecho no funde nada!, funda
sujeción, y no es lo mismo estar sujeto a unas cosas que a
otras. Con violencia o
sin ella, mediante reformas o revoluciones, la potencia del
devenir no dejará intacto al ser, sino que lo hará
devenir tanto en su esencia (estructuras)
como en sus aspectos ónticos, provocándose nuevas
configuraciones y re-configuraciones de lo real. ¿Acaso no
podremos llegar a evaluar que unas serán mejores que
otras?

La violencia forma parte de lo real y la quimera de su
erradicación forma parte de las ilusiones celestiales, no
se puede erradicar la violencia sino desviar, sublimar,
minimizar, incluso reconvertir en lucha dialéctica
incruenta y racional. Pero lo que debe resultar obvio desde el
momento en el que se tematizan las cuestiones en términos
de poder es que el desequilibrio (la desigualdad) es lo que
genera la mayor violencia. En la película La Batalla de
Árgel, el líder
de los terroristas, cuando le preguntan cómo fue capaz de
enviar una mujer suicida a
un mercado con una
bomba, responde: "si tuviésemos los aviones de combate y
los misiles de los franceses no necesitaríamos luchar de
esta manera". Una respuesta que podrían dar hoy los
palestinos ante la misma pregunta. El juego sucio es
el recurso del débil frente al fuerte. Y las reglas
caballerescas de la guerra
están hechas tan sólo para la conflictividad entre
poderes de fuerza
semejante, no valen para un enfrentamiento entre David y
Goliat.

El unánime dictado político de la actualidad:
«Toda violencia es condenable», como dicen los
encargados del monopolio de
la violencia, al igual que el leit motif de que todo el mundo
"prácticamente" «rechaza la violencia», como
dicen las encuestas
políticamente correctas; hacen perder de vista la naturaleza de
un fenómeno real. Miremos el Diccionario de
la Real Academia: Voz violencia: «Del latín
violentia. 1. Cualidad de violento. 2. Acción
y efecto de violentar». Violento: «Que obra con
ímpetu y fuerza». Violentar: «Aplicar medios
violentos a cosas o personas para vencer su resistencia». La etimología latina
ayuda a comprender la categoría: violencia es
sinónimo de fuerza aplicada a resistencia. El Diccionario
de Autoridades de 1726 lo recoge en su primera acepción:
«Fuerza o ímpetu en las acciones, especialmente en
las que incluyen movimiento». En sentido literal,
«condenar la violencia» es algo así como
excomulgar a la física.

Hay entonces muchos tipos o modos de la violencia, el diálogo no
es sino la disminución de la violencia a niveles de
convivencia pero no por ello deja de entrar dentro de la
categoría, pues disminución no significa
eliminación; no se puede eliminar una propiedad de
la naturaleza. Los desequilibrios de poder generan violencia
porque sólo se dialoga con quienes, de un modo u otro,
tienen la misma potencia. Por eso el diálogo es la
violencia menor que se produce entre potencias semejantes y la
justicia un
equilibrio entre fuerzas.

Ciertamente, acciones como la de estrellar aviones de
pasajeros contra las Torres Gemelas de New York y contra el
Pentágono en Washington son terribles. Al tiempo que
caía el World Trade Center (Centro de comercio
mundial) se desplomaban las Bolsas de todo el mundo, subía
el precio del
petróleo y el euro mejoraba su
cotización frente al dólar. ¿Es necesaria
tanta violencia? ¿Es acaso esa violencia simplemente
locura o acaso no será una reacción? La violencia
bélica, armada o terrorista, es la reacción
última, la opción final tras otros intentos de
vencer las resistencias
por otros medios y el producto de
una situación sin más salida que esa; no es
siempre, simplemente, la supuesta acción gratuita del
desequilibrio mental. Vivimos en un mundo que causa efectos que
generan violencia. El hambre genera violencia, la soledad y la
frustración generan violencia, la explotación
genera violencia, la enajenación mental genera violencia. El
hambre, la frustración, la enajenación y la
explotación no son fenómenos gratuitos sino efectos
causados por una coyuntura determinada y gestados por la
confluencia de los poderes vigentes. La paz mundial es un
eufemismo para ocultar un mundo realmente sumido en la violencia,
pero con islotes occidentales de cierta seguridad
individual o disminución de la violencia. No podemos
apesadumbrarnos por un atentado en las pequeñas parcelas
del mundo donde se protegen las libertades y la seguridad
individuales y no apesadumbrarnos por las consecuencias
destructivas con altos costes en víctimas humanas de las
políticas generadas por esos islotes de relativa paz y
bienestar. Por un día sufrieron los ricos, por una vez han
sabido lo que sentían los vietnamitas, los iraquíes
o los serbios. Para españoles, mucho más para los
colombianos, los atentados terroristas son algo cotidiano y no
digamos para israelíes
y palestinos; ya que aunque no sean tan espectaculares y
mortíferos son constantes y diarios. Contra la violencia
terrorista o de cualquier índole antiestatal no sirven las
respuestas contundentes, policiales y militares, sino que
sería mucho más productivo el que se dejasen de
causar los efectos violentos que determinadas opciones
políticas producen. Resulta angelical, humanista y
estúpido el suponer que se dejará algún
día de producir violencia y se arribará al
paraíso terrenal, pero dentro de la imborrable naturaleza
violenta de las cosas vemos que sus manifestaciones pueden ser
mayores o menores, extenderse o, minimizarse a niveles de
convivencia.

En el momento del atentado no sólo los palestinos de
Gaza festejaron el acontecimiento, seguramente los 40 millones de
pobres de Estados Unidos no
pudieron llorar por las almas de los bien vestidos habitantes de
Manhattan ni por el desplome de las torres y de las acciones
bursátiles. Muchos países y ciudadanos que perciben
sus miserias como inversamente proporcionales a la opulencia
estadounidense recibieron la noticia con una sensación
ambigua, mezcla de satisfacción y pena al mismo tiempo.
Nada cambio en las vidas de la mayoría de los habitantes
del planeta. El cantante ciego del Brasil
seguía tocando en el metro madrileño sin siquiera
tener noticias de lo
ocurrido, en Africa proseguía la hambruna y la enfermedad,
en los arrabales de India, Filipinas, México o Los
Angeles, una enorme cantidad de seres humanos siguieron
rebuscando en la basura algo que
comer. Dentro de los lugares privilegiados del Imperio, muchos
ciudadanos cultos y con conocimientos especializados, en
desacuerdo con la forma político-económica
imperante, no reaccionaron con plena adhesión hacia las
víctimas y se hicieron reflexiones como las antecedentes.
Hollywood había preparado ya a medio mundo para recibir
unas imágenes
no menos impactantes por el hecho de no ser virtuales y el
individualismo triunfante las recibía con
preocupación pero también con inmutabilidad, pues
en poco parecía afectar a la vida del televidente lejano,
excepto en la subida de la gasolina o la bajada de sus acciones
bursátiles. El acontecimiento tuvo el golpe de lo
inesperado e inusual, pero se haría cotidiano si se volase
un edificio a la semana y se habitaría esa barbarie con
normalidad. Como normal es ya que los niños
pidan limosna por las calles, que a las puertas de los bancos duerman
los mendigos, que los africanos, asiáticos y suramericanos
padezcan hambre, miseria y violencia generalizada. Como normal es
ya la corrupción política y el
desentendimiento mayoritario de los asuntos públicos. Como
normal es ya combinar trabajo y consumo,
trabajo y fútbol,
trabajo y religión, trabajo y
televisión, trabajo y drogadicción, como únicas y
privilegiadas formas de existencia.

Por una vez un huracán pasó por un país
rico en lugar de por un país pobre, lo que resulta ser a
la postre hasta un buen negocio (42). Excepto por lo innecesario
de la recaudación de dinero para
ayudar a los damnificados y a las víctimas, todos
cubiertos por compañías de seguros, el
acontecimiento se asemejaba a la acción de un
fenómeno de la naturaleza en un país pobre.
¿No puede el hombre
estar produciendo debido a sus vertidos contaminantes el llamado
cambio climático y generando con ello fenómenos
meteorológicos devastadores? La diferencia estriba en que
la política
económica de los Estados Unidos puede favorecer el
surgimiento de un huracán o de lluvia
ácida y no sufrir directamente sus consecuencias,
mientras que en el caso de los atentados terroristas es quien
siembra el odio el que cosecha tempestades.

Tras el 11 de septiembre de 2001 el mundo entero se
escandalizaba de que haya Estados que alienten, protejan y
financien el "terrorismo",
pero ya nadie recordaba que el 11 de septiembre de 1973 el
ejército de Chile con Pinochet a la cabeza y apoyado por
Estados Unidos bombardeaba el palacio presidencial chileno con
Salvador Allende en su
interior. Todos se escandalizaron de que Osama Bin Laden viviese
en Afganistán pero nadie se escandalizaba de
que fuese formado por la CIA y financiado por Arabia Saudí
para luchar contra la invasión soviética del
país de los mujaidines. Todos se escandalizaban de que
Irán
financiase a Hezbolá, o Siria a la Yihad Islámica,
pero nadie se escandalizaba de que los Estados Unidos formase y
financiase a los sádicos de la Contra antisandinista
nicaragüense o a los torturadores chilenos o argentinos.
Nadie recordaba ya el Irangate, la financiación mediante
el narcotráfico del aporte de armas de la
administración Reagan a Irán cuando se hallaba
en guerra con Irak. Todos se
escandalizaban ahora de que en Pakistán se adiestren y
formen los "terroristas" islámicos dispuestos a actuar en
Bosnia, Cachemira o Chechenia, pero nadie se escandalizaba de que
el "terrorista" (para el gobierno cubano)
Mas Canosa, ahora hijo, sea financiado, protegido y alentado por
los Estados Unidos, entrenando a sus milicias y planeando sus
golpes desde campos en el suelo de Miami
que nadie ha osado bombardear nunca. Nadie desconoce que el IRA
recibe grandes aportaciones recaudando fondos en los Estados
Unidos o que Arabia Saudí y sus petrodólares son la
principal fuente de financiación del integrismo
islámico en el mundo, pero nada se pensaba hacer a esos
respectos. Todo el mundo se indignaba al saber que cuando se
viaja a Irán no te dejan entrar en el país si en tu
pasaporte se refleja que has estado en Israel, pero nadie se
indigna porque no te dejen entrar en los Estados Unidos si
perteneces o has pertenecido al partido comunista y eres tan
imbécil como para declararlo.

La violencia del Estado y la del superpoder actual que con el
nombre de Globalización viene gestándose en cuanto
Imperio inédito y postmoderno son altamente capaces de
llevar a efecto la desaparición o, con la palabra que a
ellos les gusta emplear, la erradicación, no ya
sólo de personas, sino de pueblos enteros; con una
eficacia hoy
mucho mayor que la del nazismo.
"Pregunta: Tal vez a los estados árabes les da lo mismo si
los palestinos desaparecen, pero está claro que los
palestinos no van a desaparecer (…). Respuesta de Noam Chomsky:
Ojalá estuviera de acuerdo con usted. Pero no lo creo.
Creo que tendemos a subestimar la eficacia de la violencia. Si
usted contempla la historia, la violencia generalmente tiene
éxito
(…). Es cierto que hay un grado de resistencia que no complace
a EE.UU. e Israel, pero tienen numerosos medios violentos que
pueden utilizar para reprimirla y hay un límite de lo que
resiste la carne y la sangre. Hay
verdaderamente un límite. Es lo que los gobernantes han
comprendido a través de toda la historia. Y usualmente
funciona (…). El hecho desagradable es que la violencia
generalmente funciona, a menos que sea limitada desde el
interior. No hay fuerza fuera de Estados Unidos que pueda
limitarla. Hay una fuerza dentro de Estados Unidos que puede
limitarla (43)". La historia nos enseña que muchos pueblos
han perecido y desaparecido a lo largo del tiempo, sin que apenas
queden vestigios de su existencia. Chomsky nos habla de la
eficacia de la violencia de los poderes más fuertes,
cuando no tienen otros que los contrarresten, pero habría
que preguntarse sobre la eficacia de la reacción
terrorista, es decir, la respuesta violenta del débil
frente a su confrontación contra una potencia mayor. Desde
el punto de vista hegeliano continuaríamos en el Fin de la
Historia, como ha insistido Fukuyama recientemente, ya que no
habría alternativa al macropoder estadounidense, no
existiría un contrapeso ni equilibrio entre poderes; de
modo que si bien es necesario en el interior del Estado la
separación de poderes para que se vigilen los unos a los
otros, no existiría ya semejante cosa respecto al poder de
la
globalización. Ahora bien, desde una perspectiva no
hegeliana, el todo no sería ya siempre mayor que la suma
de las partes, ni siquiera mayor que una pequeña parte, y
el atentado del 11 de septiembre habría demostrado que un
pequeño poder puede poner en jaque al máximo poder,
en una línea que, hasta llegar a la teoría
del caos y la micropolítica foucaultiana, hunde sus
raíces en el intuitivo romanticismo del
culto al genio y en la
esperanzadora idea de que no hay poema que deje intacto al mundo;
por recoger un corolario de contrarestación del Gran poder
por el pequeño poder que no pase por la violencia
terrorista que hace uso de aviones y bombas o de
aviones-bomba.

Desde luego que el dilema no viene dado por la alternativa
entre capitalismo
demócrata-representativo y los islamismos. La
mayoría del planeta no escogeríamos la segunda
opción aunque fuese la única alternativa, pues
entre dos males de sabios es escoger el mal menor. El problema se
define por el malestar generalizado de quienes nos beneficiamos y
vivimos en la primera opción sin saber aún
cómo crear una forma nueva o reformar drásticamente
la vigente. Por eso todos los acontecimientos que hacen mella en
el sistema actual no pueden ser recibidos del todo con pánico,
ya que si bien podrían suponer un mal mayor,
también presentan la posibilidad de una
transformación radical o del comienzo de una serie de
transformaciones que llevasen a poder estar más seguros de
que la opción Occidental es la mejor entre las
posibles.

Es lamentable el terrorismo, la violencia más
descarnada súbita y revolucionaria, pero se olvida en ese
caso que el Estado se define como el monopolio de la violencia,
como un centro de ejercicio del poder a través de medios
coactivos constantes. Los ciudadanos pueden ser víctimas
de un grupo
terrorista y también víctimas del centro de poder
que tiene la misión de
protegerles. Pero no basta el permiso de portar armas o la
recuperación de la autodefensa para que se pueda
considerar que los individuos de un Estado dejan de estar
sometidos a éste, como el ejemplo de los Estados Unidos
manifiesta con claridad. El derecho a portar armas supone el
derecho a defender directamente la propia propiedad privada, no
es una devolución de poder sino un permiso para ejercer el
poder del Estado, individual y únicamente en la dirección en que el Estado lo consiente y
lo alienta.

El principio del pueblo armado como precaución contra
la dictadura
resulta ya anacrónico y quedó obsoleto ante el
enorme grado de desarrollo de los medios de destrucción y
coacción estatales, del mismo modo que la idea
épica de la guerra tuvo su canto de cisne en la carga de
la caballería polaca contra los tanques alemanes durante
la primera guerra
mundial. Hoy en día, cuando vemos los pueblos armados,
o se trata de los Estados Unidos de Norteamérica, caso
singular en el que la industria del
armamento toma parte y que puede garantizar una relativa
seguridad de las personas para ciertos sectores sociales, a pesar
de las armas del pueblo que sumen a las clases desfavorecidas en
ghettos de violencia generalizada, dada su estructura
federal y su enorme potencia represora; o bien se trata de casos
en los que no existe Estado más que nominalmente y la
situación es de guerra civil encubierta, como en Colombia; o
también de casos en que no puede el Estado cumplir con la
defensa de la seguridad e inviolabilidad de las personas y pasa
entonces a manos privadas e individuales, como en México;
o bien casos no existe prácticamente nada a lo que se
pudiera denominar Estado, como en algunas partes de Africa o
Asia. Sin contar los casos de dictaduras basadas en la
militarización y adoctrinamiento de la población como Afganistán.

Palestinos e Israelíes son pueblos armados porque se
encuentran en situación de guerra constante. Se les otorga
armas contra el vecino pero si acabasen con el vecino se les
desarmaría para que no se pudieran volverse contra, ni
retar, al Estado. Los pueblos casi no participan en el poder sino
que lo sufren, lo padecen cuando están desarmados y lo
ejercen contra sí mismos cuando están armados. Sin
embargo no hay en rigor pueblo que esté desarmado, ya que
además de las armas, como hemos visto, el poder tiene
otras formas, entre las que hoy destaca la potencia de la
información y de las herramientas
que manejamos diariamente.

Sin embargo, una de las objeciones que le tengo al marxismo (y
que comparte éste con el liberalismo,
como ya hemos señalado) es su excesivo amor al trabajo.
¿Trabajar asalariadamente para producir bienes de
consumo? ¡Sí! Pero lo menos posible, precisamente
para poder trabajar ya no asalariadamente sino creativamente en
lo que a los seres humanos más les pueda interesar,
motivar y desarrollar, a parte de la comida, el techo y el
abrigo. Contra el marxismo también es de destacar lo
abominable del mesianismo: toda soteriología no es sino un
intento de dominación camuflado de intento de
liberación, por eso el capitalismo esgrime los derechos humanos
con tanta obstinación como los incumple. Nadie puede
liberar a nadie, tan sólo se puede procurar favorecer las
condiciones que permitan que muchos nos liberemos y adquiramos el
privilegio de la acción. Si bien es cierto que para que un
esclavo se libere debe comenzar por sentir sus cadenas, y hoy en
día hay demasiados esclavos que se creen libres sin serlo.
Les mostraré que llevan cadenas que podrían no
llevar, pero se las tendrán que quitar ellos mismos. (Eso
mismo decía Sócrates
de la enseñanza, por ejemplo, el que no se puede
enseñar, si no tan sólo, ayudar a aprender y
aprender en compañía). La filantropía
humanista hace tiempo que se ha revelado como un medio de
dominación. El retomar a Marx u a otro
pensador clásico no debe ser como coger la Biblia y leerlo
como palabra revelada, al contrario, retomar es recoger lo
valioso y productivo y rechazar lo erróneo y
estéril. Después de retomar hay que actualizar y
ponerse al día, por eso también es necesario
situarse a la altura de los tiempos y dialogar y aprender de
nuestros contemporáneos (44).

Desde luego que yo me defino como anticapitalista, si bien no
soy de los que están dispuestos a cambiar el sistema
vigente por cualquier otro, sino que propongo un cambio hacia
mejor, de modo que no lo cambiaría por un modelo de
sociedad como el islamismo afgano, por ejemplo… El capitalismo
tiene muchas desventajas pero algunas ventajas, si bien la
mayoría de los países con deuda externa sólo
sufren sus desventajas y no disfrutan de sus ventajas… Por
cierto, a ese respecto no estoy de acuerdo con la
condonación de la Deuda Externa,
sino que preferiría que los deudores se negasen a pagar
(podrían hacerlo en concepto de
reparación por los daños causados por 500
años de imperialismo,
colonialismo y expoliación)…

Desde luego el pensamiento
crítico (45) es una necesidad social y la insistencia en
ahogarlo a lo largo de la historia por todos los medios del poder
revela que los dominadores siempre lo han visto como una amenaza.
La racionalidad del capitalismo, la racionalidad de la ley de la
oferta y la
demanda, del
pensamiento técnico, instrumental o mercantilista, no me
parece tal, sino profundamente irracional. Puede que sea
lógico el que haya que tirar fruta y verdura al mar para
mantener los precios, pero
desde luego no me parece racional. Y eso porque incluyo dentro de
lo que puede llamarse racional algo más que lo meramente
eficiente o instrumental, aunque pueda hacerse la evaluación
de la irracionalidad de un modelo racional, simplemente,
desvelando las consecuencias perversas de dicho modelo y
proponiendo modelos de
racionalidad alternativos cuyas consecuencias se muestren como
mayormente deseables. De nuevo hemos de descartar la tesis de la
existencia del modelo absoluto o de la racionalidad perfecta, que
es tanto como el modelo social paradisíaco,
secularizaciones de la teología tradicional; pero ello no
quiere decir que todo modelo racional no tenga ciertos elementos
comunes que lo definen como tal. Las alternativas racionales
surgen a partir de lo ya dado, no de la creación ex
nihilo.

Por ejemplo, la posibilidad tecnológica de la Web podría
suponer la desmaterialización de las grandes ciudades,
aberrantes conglomerados de millones de personas con cinturones
de pobreza
alrededor, lo que sería algo muy positivo y nos
permitiría a muchos repoblar las zonas rurales, hoy
abandonadas. En las ciudades se oculta el dolor y la muerte en
los grandes Hospitales, en las cárceles y en los
sanatorios mentales (en este sentido se hace bien al retomar a
Foucault). Su paz
es sólo aparente. No creo que se pueda retornar a formas
de vida anteriores y para recuperar lo destruido por la
mecanicación del trabajo el camino es hacia delante, no
hacia atrás.

Lo que ya señalaba Deleuze (46), el paso de la sociedad
disciplinaria a la sociedad de control,
soluciona una objeción que se le ha hecho al Foucault de
Vigilar y Castigar: un investigador pretendió desmentir a
Foucault al analizar la situación de las cárceles
norteamericanas en la actualidad y verificar que no hay
ningún disciplinariamiento del recluso, que hoy en
día, simplemente, se les encierra dentro y se impide que
salgan, de modo que lo que ocurre en el interior está muy
poco regulado y reglamentado. Ello nos llevaría a la idea
de que tan sólo se controla el encierro, mientras que ya
no se gasta energía en la represión interior, pues
casi es mejor dejar que surja por sí sola. El control
funciona también con la inmigración, ya que África
está abandonada, simplemente se intenta que no entren en
otros países, pero ya no se explota ni coloniza como
antaño (aunque aún existen compañías
extractoras de diamantes y petróleo a
cambio de armas), sencillamente, una vez dejada una zona en
condiciones lamentables, se aísla como un ghetto sumido en
la violencia (suburbios estadounidenses o parisinos) y se
controla que la violencia no salga de allí.

Por otra parte, respecto a la vigilancia ocular en las
ciudades, hay una organización fomentada por el cantante
Peter Gabriel, dedicada a realizar el contrapanópticon, es
decir, dedicada a proporcionar cámaras de video a las
comunidades para que puedan filmar los abusos de la
policía y presentarlos como prueba ante un jurado. Luego
vemos que algunas veces las armas del enemigo pueden ser
utilizadas en su contra y no siempre la imaginación y la
inteligencia
se ponen del lado de la dominación, sino que ese occidente
satánico es también el lugar más creativo y
de mayor potencia liberadora.

La idea de que el enemigo se torne para el poder como algo
difuso y difícil de combatir es una de las constataciones
del evento de las Torres gemelas más aleccionadoras para
quienes se involucran en luchas sociales y políticas. Lo
importante, hoy, a mi juicio, de los movimientos reivindicativos
del presente es, sobre todo, no ofrecer una cabeza visible que
pueda ser represaliada por el poder, que cada militante sea una
célula
autónoma de acción política y no dependa de
mandos ni jefes, ni se someta a jerarquías; aunque pueda
recibir orientación y preparación, para realizar
acciones conjuntas, pero hoy resulta sumamente peligroso (en unos
lugares más que en otros) el presentar una
organización jerárquica tradicional frente a unas
fuerzas del Estado y multinacionales enormemente poderosas y
dispuestas a jugar sucio. Es una lástima que semejante
enseñanza, la de no presentar un claro blanco de
respuesta, nos la tengan que dar los terroristas
islámicos. Por otra parte, en España siempre hemos
tenido esa tradición, desde Viriato el guerrillero
antiromano hasta los anarquistas de la guerra civil. Hablando
Marx de la guerra de independencia
contra la invasión napoleónica decía: "Los
franceses se desconcertaron por completo al descubrir que el
centro de la resistencia española estaba en todas partes y
en ninguna". "Entretanto, no había manera de atacar la
raíz de una organización de esta índole". Y
hablando de los fueros medievales: "En las Vascongadas, las
asambleas, completamente democráticas, no admitían
ni al clero (47)". Tras los atentados no era posible ninguna
acción contra quienes los perpetraron, ya que quienes los
ejecutaron murieron. Con los atentados suicidas no hay sanciones
posibles contra los autores directos, puesto que se matan y los
indirectos son muy difíciles de determinar. No cabe juzgar
ni aplicar represalias a un suicida si tiene éxito en su
empeño, pues no hay nadie ya a quien juzgar o sobre quien
vengarse. Se gira entonces el punto de mira hacia quienes les
instigaron o les dieron apoyo logístico. Pero
cabría la posibilidad teórica de un grupo suicida
independiente que desapareciera en la acción terrorista,
al que no se podría vincular con ningún credo religioso o
ideológico ni a ningún país o Estado. El
problema está en los móviles, que siempre se
vinculan a alguna causa que, sostenida por otros, justifica la
inmolación de uno o varios en su nombre. Llegará el
día de las inmolaciones nihilistas y el mundo quizá
llegue a enfrentarse a acciones suicidas independientes, producto
del malestar que genera la sociedad Occidental ya no sólo
allende de sus fronteras sino en su propio seno. El peligro mayor
para la sociedad de la industria, la tecnología y la
opulencia, vendrá del descontento y la
insatisfacción de hombres formados en su propio seno, con
capacidad intelectual para acciones de verdadero peso, más
allá del oficinista que, preso de un día de furia,
estalla cogiendo un subfusil y entrando en un MacDonalds a matar
a todo ser viviente en su interior y luego suicidarse. El
atentado de las Torres Gemelas ha demostrado al mundo entero que
la protesta brutal que supone la inmolación propia, a poco
de formación que se tenga, puede llegar a ser de una
magnitud semejante a la de una catástrofe de la
naturaleza.

Habitar poéticamente el mundo, la pretensión del
último Heidegger,
denostador de la técnica como imposición, a mi
juicio es siempre posible cuando se adquieren suficientes
márgenes respecto al dominio
exclusivamente laboral. Esos
márgenes, yo los llamo ocio, (siempre que no se colonizan
por el consumo dirigido de artículos inútiles), y
se convierten en centros de creatividad o
de destrucción. Y mejor quizá que la creatividad no
se institucionalice estatalmente, ya que reglamentarla,
burocratizarla y asalariarla supone corromperla y estancarla. En
el aspecto de la creatividad es en el único que soy
liberal, el Estado que asegure las condiciones necesarias (cierta
igualdad económica) para que todos puedan desarrollar,
cultivar y expresar su creatividad (libertad de pensamiento y de
acción).

En definitiva hay que terminar constatando que tras el fin de
las ideologías y la muerte de la
política vivimos buenos tiempos para el epicureísmo
y el anarquismo, opción siempre presente ante la constitución de un Imperio, pero tan
sólo en el mundo Occidental (48).

A) LA DIALéCTICA SER-DEVENIR.

Cuando Nietzsche llegue a concebir la voluntad de poder como
potencia acompañará su ontología con la doctrina del Eterno
Retorno, ideal inverso al de la sabiduría de Sileno, que
afirmará como querido por una voluntad cada instante de la
existencia de semejante contingencia, incluso en su
repetición eterna, invirtiendo con ello el pesimismo
schopenhaueriano, el budismo, el
cristianismo y
el platonismo, que negaban lo contingente y existente a favor de
un ser inmutable equivalente finalmente al nihilismo.
Nietzsche tratará de romper con la dicotomía
ser-devenir al concebir el ser como devenir, lo que nos muestra el
alcance ontológico de la doctrina del eterno retorno. Pero
la paradoja de concebir el ser como devenir nos lleva hasta un
camino intransitable. Parménides hablaba de dos caminos,
el del ser y el del no ser, y un error fundamental de la
filosofía occidental consistió en creer que el
camino del no ser y el del devenir eran el mismo. Porque es en la
propia vía del ser en la que reside también el
devenir, que es un algo y no más bien la Nada.

Ya desde su juventud,
Nietzsche se planteaba éste como uno de los problemas
más importantes de la historia de la
filosofía: Cada cambio de año "nos deja
experimentar el misterio de la contradicción de ser y
devenir (49)". Si bien en ese entonces lo circunscribiría
a la "exigencia de que lo grande debe ser eterno" (Ibid), como
característica propia del "hombre
moral" (un
tercero en discordia entre el hombre racional y el intuitivo) y
no lo enfrentaba a la sabiduría de Sileno, al afirmar "que
vive la existencia de la más bella de las maneras aquel
que la tiene en poco" (Ibid). El problema del anhelo de
estabilidad y de la solidaridad de
los estudios historiográficos (además de las
creencias y costumbres) con dicha voluntad de permanencia, le
llevará a tematizar la idea de cambio y a detectar su
impedimento también en la filosofía:

"Lo mismo sucede con la filosofía: de la cual la
mayoría de la gente no quiere aprender más que una
comprensión aproximada de las cosas, ¡extremadamente
aproximada!, la suficiente como para acomodarse en el mundo. E
incluso sus más nobles representantes ponen fuertemente de
relieve su
poder calmante y consolador, de tal forma que los que buscan
tranquilidad y los perezosos llegan a pensar que buscan lo mismo
que busca el filósofo. Sin embargo, me parece a mí,
la cuestión primordial de toda filosofía, resulta
ser, hasta qué punto las cosas tienen un carácter y una forma inmutable: para luego,
una vez contestada dicha pregunta, dirigirse con la más
brutal valentía, hacia el mejoramiento de la parte del
mundo reconocida como mudable. Esto enseñan también
los verdaderos filósofos, ellos mismos, por medio del
hecho de que han trabajado por el mejoramiento de los muy
mudables juicios de los hombres y no han guardado su
sabiduría para sí mismos; (…) (50)".

En la Gaya Ciencia la doctrina del Eterno Retorno
aparecerá ya con la característica de ideal inverso
al pesimismo silénico, por eso la ciencia se
tornará alegre. Sin embargo, en su madurez,
retornará el dilema fundamental con el que tiene que
enfrentarse todo pensador:

"El conocimiento y
el devenir se excluyen. Por consiguiente, resulta obligado que
el
conocimiento sea otra cosa; es preciso que una voluntad de
hacer cognoscible lo preceda: una especie de devenir debe
producir la ilusión de ser (51)".

De modo que una de las determinaciones de la voluntad de poder
será la de la voluntad de engaño, pero si no
podemos librarnos de ella, nos resultará tan consustancial
como la naturaleza y, por tanto, recaeremos una y otra vez en la
paradoja del mentiroso. La forma en que Nietzsche procuró
salvar el problema de la contradicción entre Ser y Devenir
fue acuñando los conceptos conjugados de Voluntad de poder
y Eterno retorno, el poder como materia
fundamental y el retorno como una historia cíclica y no
lineal. Pero las interpretaciones de la adecuación y
significación de tan oscuros conceptos han sido variadas y
divergentes. Nuevamente, más que con una solución,
nos encontramos con un diagnóstico del problema.

Resta entonces re-pensar esta dialéctica ser-devenir,
de lo cual todo lo antecedente no es sino la constatación
de su ausencia teórica, para volver a tratar de darle un
cuerpo coherente, no imaginario ni ilusorio, ni tampoco oscuro y
arcano, a la dinámica de lo real.

b) NIHILISMO, VITALISMO Y FELICIDAD.

I.

Los mayores males que debieron salir de la caja de Pandora
fueron la razón y el lenguaje (el
Estado y la objetividad), ya que los hombres de hoy en
día, portadores de tales dones, parecen dotados por ello
con una infelicidad ingénita, que les acompaña
siempre, hagan lo que hagan. No importa entonces el que
más de medio mundo pase hambre y miseria, pues, gran parte
del resto, se deprime, y vive sin saber como, esperando a que les
llegue la muerte y les libere del tormento de existir, que a
duras penas se oculta bajo diversiones inanes y velos ilusorios.
En tal caso estaríamos ante la conclusión
schopenhaueriana: la humanidad es un error y el mayor favor que
se le podría hacer es, fomentar su desaparición. Si
la razón y el lenguaje
(el Esatdo y la objetividad) no son algo que nos hubiese de
llevar a un mayor amor a la vida sino un dispositivo nihilista
insertado por un genio maligno en el seno de la naturaleza
humana, entonces lo mejor sería el suicidio,
acabar cuanto antes y no prolongar el dolor al que se puede poner
fin. Por eso Epicuro recomendaba a los que defendían que
lo mejor era no ser y en segundo lugar morir pronto, que dejasen
de dar la paliza y traspasasen cuanto antes las puertas del
Hades. Aunque antes que por el suicidio algunos nihilistas opten
por la animalidad, la feliz vida de quien no piensa, huyendo del
humano en dirección al bruto. Pero si el lobotomizado por
el fútbol parece dichoso y el acuciado por la
reflexión un ser desdichado, en tal caso, será
mejor la ignorancia que el saber, como Voltaire
apuntaba en su cuento el Buen
Brahmín. Y sin embargo nadie estará dispuesto en
comprar la felicidad al precio de la ignorancia, esto es, al
menos nadie tendrá por deseable, (entre los que ya razonan
sobre lo mejor y lo peor, pues para los brutos no hay tal
problema), esa clase de
felicidad.

Algo falla entonces en las reflexiones antecedentes y es el
concepto de felicidad que se maneja, una idea estática
de dicha, concebida al modo nihilista como evitación del
conflicto y
consecución de un estado de sosiego y de placer
permanente. Pero se olvida entonces que el placer permanente no
sería placentero, pues sólo se experimenta la dicha
como contraste con la desdicha y con lo que no es ni una cosa ni
la otra. Una sensibilidad cultivada, por tanto, podrá
experimentar con mayor intensidad tanto el dolor como el placer,
del mismo modo que el rudimentario sistema nervioso
de una lombriz experimenta con menor intensidad esos dos
estímulos que el complejo sistema nervioso del ser humano.
Pero no sabemos de nadie que quisiese trocarse en lombriz, luego
hemos de pensar que no es esa clase de felicidad la que se busca
y se desea. Habrá que considerar entonces que la felicidad
no es la ausencia de conflictos
sino el estado en el cual de la inmersión y del
abundamiento en el conflicto resulte una gran intensidad vital,
un grado de sensibilidad del placer y del dolor, muy elevado;
pero en el cual el grado de placer tenga más valor, siendo
semejante sin embargo y, en cuanto a intensidad, equivalente, al
de dolor. En tal caso habremos alcanzado la noción de
felicidad vitalista, contrapuesta a las nihilistas, según
la cual, la lombriz, tampoco se afanaría por vivir, no
estaría dotada de un instinto de supervivencia, si la
naturaleza de las cosas que existen tuviese en su naturaleza el
afán de no existir, y si el placer de la lombriz no fuese
de algún modo más valioso que su dolor.

El asunto se percibe más claramente cuando nos damos
cuenta de que el dolor, en su expresión más
elevada, no es sino una forma de placer, una categoría del
placer que surge ante el gozo por destruir y derruir, que resulta
complementario del gozo de crear y construir. Pero si todo fuese
igualmente valioso no sería entonces mejor el devenir al
ser, ni el placer al dolor, ni la vida a la muerte.

II.

Ahora bien, teniendo en cuenta la tesis de la felicidad como
intensidad, si bien el sosiego permanente, la calma constante y
eterna, la ataraxia y la apatheia, la nadificación budista
o cristiana, dogmáticas y absolutistas, sería la
muerte, el nihilismo; la vitalidad completa, la intensidad
permanente, constante y eterna, a parte de una
contradicción en los términos, sería la
locura. Y es que entre la muerte y la locura es donde se
encuentra la vida, y, también, la felicidad. Los estados
de intensidad vital sólo pueden surgir, como momentos,
entre momentos de sosiego, luego la felicidad vitalista y la
felicidad estoica no se excluyen, sino que se necesitan
recíprocamente, se complementan. De ahí que
Nietzsche hablase del hombre intuitivo y del hombre racional o
del cerebro
artístico y del cerebro científico, como dos
aspectos que le son al hombre igualmente necesarios: sin que a
nivel ontológico podamos decir que la calma y el ser sea
el estado primigenio y que la intensidad o el devenir sea un
epifenómeno del primero, sino a la inversa, que más
bien, el devenir, y el placer de la intensidad vital,
resultará el estado primigenio de la naturaleza de las
cosas, mientras que el ser y la racionalidad (el Estado y la
objetividad) no serán sino un estado derivado o
epifenoménico del anterior. Pues sólo de esa forma
el placer se presenta como más valioso que el dolor y la
vida como mejor que la muerte. De ahí que el Estado y la
objetividad que se nos aparecen aquí como necesarios y
valiosos son el Estado y la objetividad mínimos y
necesarios para la consecución de la mayor parte de placer
posible sin recaer en la muerte ni derivar a la locura. Pero
lejos de suscribir con la ontología nietzschiana la
política de globalización contemporánea
habremos de preguntar: ¿no será tanto el neoliberalismo
(52) un afán de locura como el socialismo un
instinto de muerte? Y ¿no será el anarquismo
clásico el correlato sociopolítico que más
le correspondería, finalmente, a la ontología
nietzschiana, aunque ya nadie se atreva a poner tal cosa de
manifiesto?

Notas

(1) En su origen el presente artículo fue una conferencia en el
seminario del
grupo Pólemos, celebrado en la UNED en Madrid a lo
largo del curso 2000-2001.

(2) Hegel
Prólogo a la Fenomenología del Espíritu:
"También en el conocimiento filosófico tenemos que
el devenir del ser-ahí como ser-ahí difiere del
devenir de la esencia o de la naturaleza interna de la cosa".

(3) Martin Heidegger Nietzsche. Volumen I, 1.La
voluntad de poder como arte. (18): «La
fundamentación de las cinco proposiciones sobre el
arte», pp.145-146. Ediciones Destino. Barcelona 2000.

(4) Karl Marx &
Friedrich Engels Correspondencia. Tomo III. Seleccionada por el
Instituto Marx-Engels-Lenin (Leningrado, 1ª edición
alemana 1934). Ediciones de cultura
popular. México (2ª edición española),
1972. Carta nº167.
De Marx al director del Otiechéstvennie Zapiski. (El
memorial de la patria). A finales de 1877.

(5) El único esfuerzo competente en la
reconstrucción del materialismo
histórico desde Marx a nuestros días ha sido el
abordado por el materialismo
filosófico de Gustavo Bueno, como bien muestra la labor de
conceptualización reflejada en su Diccionario
filosófico: http://www.filosofia.org/filomat ; dedicado en parte a la
teorización del materialismo histórico dentro de su
más vasto sistema, como se deduce del acuñamiento
de terminología como la siguiente: anamórfosis;
grupos
arcaicos, antiguos y basales; Base; Superestructura; sistema
morfodinámico; cogenérico; subgenérico;
transgenérico; dialelo antropológico; nivel
holótico; diamérico; metamérico; eje
circular, radial o angular del espacio antropológico;
eutaxia; materia ontológico-general; materia
primogenérica; materia segundogenérica; materia
terciogenérica; ontología especial; refluencia;
totalidades atributivas, distributivas, sistáticas,
sistemáticas; etc… (Pero, desgraciadamente, el
dogmatismo de la escuela buenista
reproduce todos los defectos del marxismo clásico, lo que
le impide progresar en su tarea, ya que habita en un feudo
provinciano y no se busca repercusión internacional, se
impide el diálogo con otras escuelas, se hace impermeable
a la crítica
al autoconsiderarse la única postura racional y
científica; se considera herético todo intento de
corrección en el sistema elaborado por Gustavo Bueno, se
insulta ad hominem al interlocutor en lugar de refutarle y se
sigue mesiánicamente al fundador).

(6) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet Mito y
tragedia en la Grecia
antigua. Volumen II. Editorial Taurus. Madrid 1989. IV: «El
sujeto trágico: historicidad y transhistoricidad»,
p.85.

(7) Karl Marx Líneas Fundamentales de la Crítica
de la Economía
Política. (Grudrisse: 1857-1858). Introducción. OME 21: traducción de Javier Pérez Royo.
Editorial Crítica. Barcelona 1977, p.35.

(8) Es de destacar como incluso vacas sagradas del
intelectualismo internacional hablan de Marx sin haberle
leído, pues sólo así se explica lo que sobre
este asunto particular nos dice George Steiner: "Como casi todos
los posrománticos, especialmente alemanes, Marx estaba
obsesionado con la magnificencia de la antigua Grecia, y
consideraba la antigua cultura griega
como la más alta cima alcanzada por el ser humano, tanto
desde el punto de vista artístico como filosófico,
poético, e incluso de alguna manera político".
George Steiner Nostalgia del absoluto. Ediciones Siruela, Madrid
2001, 4ª, p.24. Libro que reune una serie de conferencias
pronunciadas por la radio en 1974
por el intelectual citado en las que se nos asegura que el
marxismo, el estructuralismo y el psicoanálisis no serían más
que mitologías sustitutivas de las religiones
tradicionales.

(9) Karl Marx Grudrisse, op.cit, p.15-16.

(10) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet, op.cit,
p.89.

(11) Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet , Ibid.

(12) Martin Heidegger Holzwege. «Die Zeit des
Weltbildes». Vittorio Klostermann. Frankfurt am Main 1977,
§71, pág.77. GA-Band 5. Heidegger Caminos materiales.
«La época de la imagen del
mundo»: "Nadie se atrevería a sostener que la
literatura de Shakespeare sea
un progreso en comparación a la de Esquilo". (Versiones
españolas en: Sendas Perdidas, Buenos Aires
1960, pág.69; Caminos de bosque, Alianza, Madrid 1997,
pág.77).

(13) Cfr. Heidegger Nietzsche, I, 1.La voluntad de poder como
arte. Op.cit. (17): «El gran estilo», pp.124-136.

(14) Cfr. Hegel Filosofía real 157/19 (1805-1806).
Madrid, FCE, 1984. Y cfr. Lecciones de Estética, II, p.173; Península,
Barcelona 1991.

(15) Heidegger analiza en este punto de su comentario una
serie de parágrafos de La
Voluntad de Poder de Nietzsche, VP2, Cfr. §838-847. Nos
referimos al conjunto de Fragmentos póstumos de Nietzsche,
parcialmente conocidos por la publicación en 1901 y 1906
de dos compilaciones con el título: La voluntad de poder.
Ensayo de una
inversión de todos los valores
que pretendía pasar por ser la última obra de
Nietzsche. En 1911 es fijada la versión definitiva o
"canónica", que corresponde a la de 1906 a pesar de alguna
modificación y complemento sin importancia, con 1067
textos póstumos numerados, en la edición de Otto
Weiss, incluida en la gran edición in-octavo (vol.XV y
XVI) y reimpresa por A.Kröner en Leipzig. Formada con una
selección de fragmentos pertenecientes a la
época que va de 1883 a 1888, ordenados sin atender a la
cronología y por medio de una sistematización
temática y arbitraria, la mencionada "obra", dio lugar a
483 parágrafos (VP1) en la edición de 1901 y a 1067
(VP2) en la edición de 1906 (1911), la realizada por Peter
Gast y Elisabeth Föster-Nietzsche.

Estos montajes antológicos pretendieron restituir una
obra a la cual Nietzsche habría renunciado y que no es
reconocida como tal por la mayor parte de los especialistas. Los
fragmentos seleccionados para estas obras pueden encontrarse
entre los mucho más numerosos Nachgelassene Fragmente de
la época comprendida entre los años 83-88, pero la
Antología tiene interés
por haber sido utilizada por Heidegger y otros comentaristas,
convirtiéndose en obra de referencia, aun con las debidas
precauciones.

(16) Mary Shelley Frankestein or the Modern Prometheus.
Könemann, Hungary 1995. Appendix II: Preface to the edition
of 1818, p.228: "La invención, ha de admitirse
humildemente, no consiste en crear de la nada, sino del caos; en
primer lugar ha de contarse con los materiales: la
creación puede dar forma a las sustancias oscuras e
informes, pero
no puede traer al ser a la sustancia misma".

(17) Aquí Heidegger sigue los parágrafos
§799, 844, 845, 846, 848, 849 de VP2.

(18) Friedrich Nietzsche De la utilidad y de los
inconvenientes de la historia para la vida (2ª de las
Consideraciones Intempestivas, escrita en 1873). Ediciones
Península. Barcelona 1988, pág.56: "sólo en
cuanto pupilo de tiempos más antiguos, en particular de la
Antigüedad griega, he llegado a tener experiencias tan
intempestivas en tanto que soy hijo de la época actual.
Este punto tengo, por lo menos, derecho a concedérmelo por
mi profesión de filólogo clásico: pues no
sé que sentido podría tener la filología
clásica en nuestra época, si no es el de obrar de
una manera intempestiva -es decir, contraria al tiempo y, por
esto mismo, sobre el tiempo y en favor, así lo espero, de
un tiempo futuro". De una Carta de Nietzsche a Theodor Opitz (del
21-12-1874), se puede recoger una buena observación para aclarar el significado de
intempestivo: "Porque lo que importa es que se pueda
efectivamente creer que con esas ideas intempestivas se tiene
más razón que la actualidad completa con sus ideas
actuales". Gilles Deleuze Lógica
del Sentido. Ed.Paidós. Barcelona 1994, Apéndice
I.1, pág.266: "Es propio de la Filosofía no ser
moderna a cualquier precio…, sino desprender de la modernidad algo
que Nietzsche designaba como lo intempestivo, que pertenece a la
modernidad, pero que también ha de ser puesto contra
ella".

(19) Friedrich Nietzsche Richard Wagner in Bayreuth.
Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 1. 1876. KGW -IV -1.3; KSA
1.431: "Que un solo individuo pueda, en el curso del promedio de
una vida humana, producir algo totalmente nuevo, bien puede
suscitar la indignación de aquellos que comulgan con el
aspecto gradual de toda evolución como con una especie de ley
moral: ellos mismos son lentos y por eso demandan lentitud en los
demás -y aquí están viendo alguien
moviéndose muy rápido, no saben cómo lo
hace, y se enfurecen". Sin embargo, hay que señalar que
Nietzsche acabará renunciando al culto al genio
romántico que le embargó en su juventud y que
cuando habla de Schopenhauer o
Wagner, no hará sino hablar de sí mismo: "En mi
adolescencia
yo era pesimista, por ridículo que la palabra pueda
parecer (…). Y en cuanto a Schopenhauer, nunca he podido dejar
de creer, que tuvo, ciertamente, una bien buena voluntad de
pesimismo, pero una todavía aún mejor hacia lo
contrario: él no la dejó expresarse
suficientemente, a causa de aquella estúpida
superstición del genio que había tomado de los
románticos y a causa de su vanidad, que le obligaba a
defender una filosofía que databa de sus veintiséis
años y que está también ligada a aquella
edad, como nosotros tenemos muy buenos fundamentos para saber,
¿verdad amigos?" Friedrich Nietzsche Fragmentos
póstumos 1884, 25[11].

(20) Friedrich Nietzsche KGW IV 2: Menschliches,
Allzumenschliches I [1878]: 5. Anzeichen höherer und
niederer Cultur. «Fases cíclicas de la cultura
individual», §272. Sin embargo no habría que
precipitarse y juzgar a Nietzsche como hegeliano: "El proceso
mundial hegeliano culminando en un Estado prusiano bien gordo con
una fuerza policial capaz. Todo eso no es sino teología
disfrazada, en el caso de Hartmann también.
¡Nosotros no somos capaces de concebir el principio y el
fin: luego olvidémonos de toda esa mierda acerca del
desarrollo! ¡Inevitablemente suena ridículo!
¡El ser humano y el proceso universal! ¡La pulga
terrenal y el espíritu del mundo!" Friedrich Nietzsche
Fragmentos póstumos, 1873, 29 [ 53] .

(21) Heidegger op.cit.p.134.

(22) Heidegger Ibid.

(23) Michel de Montaigne Ensayos. Libro
III, 2: Del arrepentimiento.

(24) Friedrich Nietzsche KGW IV 3: Menschliches,
Allzumenschliches II: 1.Vermischte Meinungen und Sprüche,
§ 408: "Cuatro parejas de hombres no han rechazado mis
sacrificios: Epicuro y Montaigne, Goethe y Spinoza, Platón
y Rousseau,
Pascal y
Schopenhauer".

(25) Heidegger, op.cit.p.136.

(26) Cfr.Nietzsche Más allá del bien y del mal,
§259.

(27) Heidegger Ibid. Cfr. Heráclito Diels-Kranz 51, 53, 80.

(28) Heidegger Ibid.

(29) Cfr. Carta de Marx y Engels a Bebel, Liebknecht, Bracke y
otros. Londres, mediados de septiembre de 1879 (borrador). En:
Karl Marx & Friedrich Engels Correspondencia. Tomo III.
Seleccionada por el Instituto Marx-Engels-Lenin (Leningrado,
1ª edición alemana 1934). Ediciones de cultura
popular. México (2ª edición española),
1972.

(30) Op.cit. Carta de Marx al director del
Otiechéstvennie Zapiski. (El memorial de la patria). A
fines de 1877, sobre la comuna rusa.

(31) Joaquín Estefanía Las flores venenosas. El
País Opinión 26-6-2001. Cita de las declaraciones
de Susan George, una de los líderes del movimiento
antiglobalización, tomadas de Internet, extractadas y
citadas por Joaquín Estefanía, al hilo de las
reflexiones entorno a la violencia en las manifestaciones de
Génova. Pero sobre la imposibilidad de distinguir
netamente entre heroísmo y terrorismo. Cfr. Los
magníficos artículos sobre la guerra en
Afganistán de: Eqbal Ahmad El terrorismo de ellos y el
nuestro. Masiosare-Rebelión 21-10-2001; Noam Chomsky
Entrevista
nº5. Zmagazine
11-10-2001;(http://www.zmag.org./chomsky_interview_5.htm ); Tariq
Ali Sí, existe una alternativa efectiva al bombardeo de
Afganistán. The Independent-Rebelión 15-10-2001;
Ted Grant & Alan Woods Y cuando ellos crearon el desierto, le
llamaron paz. Rebelión-El Militante 17-9-2001, en:
http://www.eurosur.org/rebelion/imperio.htm. El primero y los
últimos, sin embargo, consideran que hay un terror
gratuito anarquizante, el de la víctima que responde
ciegamente, y un terror revolucionario comedido y de objetivos
claros. Stepan, personaje de Los justos de Camus,
representaría al terrorista víctima que responde al
maltrato recibido, mientras que Kaliayev sería el
personaje que representaría el terror revolucionario. De
modo que, a la manera del marxismo clásico, se sigue
queriendo diferenciar entre el terrorismo de Estado y el
terrorismo revolucionario, por un lado, y el terrorismo de corte
anarquizante por otro, al que culpan de servir a la
reacción. Un esquema tradicional que no es ya valedero en
nuestros días.

(32) Charles Dickens Tiempos difíciles. Madrid,
Cátedra 1994, pp.152-154. Hard Times. Toronto, Broadview,
1996, pp.93-94.

(33) Ian Fraser Dickens and Utilitarian Accounting: a Focus
upon 'Hard Times'. New York. April 1999:
http://panopticon.csustan.edu/cpa99/html/fraser.html

(34) («Nous ne partageons pas l'attitude de Mme Albright
qui, lorsqu 'on lui demande si la mort d'un demi million
d'enfants irakiens "vaut la peine" répond : "c'est un
choix difficile, mais oui, cela en vaut la peine". Le massacre de
civils innocents ne nous paraít jamais souhaitable».
Jean Bricmont La fin de 'la fin de l`histoire', versión
española en Znet. La posición de la Secretaria de
Estado de los USA también fue recordada por Noam Chomsky
en su escrito: Perspectivas de Paz en Oriente Próximo,
Znet: conferencias Maryse Mikhail.
http://www.zmag.org/Spanish/0701cho1.htm. Universidad de
Toledo 4-10-2001: Donde se nos recordaba la responsabilidad occidental en los conflictos de
Irak, Palestina y el genocidio del pueblo kurdo.

(35) Como nos advirtió el joven Nietzsche al declararse
no-utopista y sin embargo partidario de realizar una labor
favorable al porvenir: Friedrich Nietzsche Richard Wagner in
Bayreuth. [1876]. Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 11:
"Presérvenos la sana razón de la creencia en que la
humanidad arribará en algún tiempo futuro a un
orden de las cosas ideal y definitivo".

(36) Gabriel Albiac Desde la incertidumbre. (Pasado lo
político: pensar contra la izquierda y la derecha).
Editorial Plaza & Janés. Barcelona, febrero de
2000.

(37) Cfr. Anabasis Digital. Madrid 2001. Revista Web de
revistas. Sección de Texto libre. Simón Royo: Carta
a los adolescentes
infames: http://www.anabasisdigital.com/g/g4/g4.htm.

(38) Revista Web Mensual de Economía, Sociedad y Cultura:
Globalización. http://www.rcci.net/globalizacion/index.htm
Simón Royo: FEBRERO DE 2001:
http://www.rcci.net/globalizacion/2001/fg160.htm

(39) Albiac, op.cit.pág.20: "El Estado de derecho
amenaza a la gente común, que se sueña protegida
por la institución que tan sólo los oprime". El
capítulo 4.5 lleva por título: "Montesquieu ha
muerto". Pág.240: "Estado de derecho es una
expresión pleonásmica. Fuera del Estado -de todo
Estado- sólo hay exclusión y anomalía: mundo
-de derecho, aniquilable- de la marginalidad. La
constitución del código
de normalidad, la Constitución -toda Constitución-,
al fijar los márgenes absolutos de lo legítimo,
sitúa las lindes fuera de las cuales sólo hay
violencia sin garantías, descodificada, definiendo
así lo que, en sentido propio, podría designarse
como el código en negativo del terror. Al fin, el doble
funcionamiento simultáneo del garantismo institucional
sabiamente combinado con el terrorismo de Estado -esto es, la
violencia ejercida frente aquellos que transgreden los límites de
la norma constituida-, es la esencia misma de la funcionalidad
política moderna". Epílogo, pág.247: "Somos
los primeros pobladores de un mundo sin sentido".

(40) Cfr. Mi artículo en la Revista Digital
Globalización, dirección citada con
anterioridad.

(41) Albiac, op.cit: Pág.235: "Una revolución es
un acto de fuerza que se enmascara en una ficción de
derecho". Pág.236: "La revolución: la violencia
constituyente básica. Porque el derecho -digámoslo-
no funda nada. Apenas si lo encubre".

(42) Paul Krugman «Después del horror». El
País 15-9-2001: "Sobre el impacto económico
directo: la base productiva del país no se ha visto
seriamente dañada (…). Nadie ha cifrado todavía
los daños económicos, pero me sorprendería
que las pérdidas fuesen superiores al 0,1% de la riqueza
de Estados Unidos, algo comparable a los efectos materiales de un
gran terremoto o huracán (…).¿Huirán los
inversores de las acciones y de las obligaciones
empresariales en busca de activos
más seguros? Dicha reacción no tendría mucho
sentido; después de todo, los terroristas no van a volar
el S&P 500. Es cierto que a veces los mercados
reaccionan de manera irracional, y algunas bolsas extranjeras se
desplomaron después del atentado (…). Y posiblemente
habrá dos efectos favorables. En primer lugar, lo que ha
motivado la ralentización económica ha sido una
caída en la inversión empresarial. Ahora, de
repente, necesitamos nuevos edificios para oficinas (…). En
segundo lugar, el atentado abre las puertas a algunas medidas
sensatas para luchar contra la recesión. En las
últimas semanas ha tenido lugar un acalorado debate entre
los liberales respecto a si defender o no la clásica
respuesta keynesiana a la recesión económica, un
aumento temporal del gasto
público (…). Ahora parece que realmente
conseguiremos un rápido aumento del gasto público,
independientemente de lo trágicas que sean las razones
(…). Ahora las malas noticias (…). Ya hay quien anima a
vender deducciones fiscales para las empresas y una
reducción del impuesto sobre
plusvalías para responder al terrorismo".

(43) Noam Chomsky en su escrito: Perspectivas de Paz en
Oriente Próximo, Znet: conferencias Maryse Mikhail.
Universidad de Toledo 4-10-2001: 
http://www.zmag.org/Spanish/0701cho1.htm.

(44) Al respecto un buen ejemplo es el libro Empire de Tony
Negri & Michel Hardt, que no se desliga de los análisis clásicos pero que huye del
anacronismo que supone el pretender encasillar en esquemas
antiguos situaciones nuevas.

(45) Revista Digital Cuaderno de materiales.
http://filosofia.net/materiales/fnumeros.htm, febrero de 2000,
nº11: Simón Royo: Educación contra
mercado: la filosofía y la formación
política de la ciudadanía:
http://www.filosofia.net/materiales/num/num11/num11s1.htm

(46) Gilles Deleuze «Posdata sobre las sociedades de
control», en Revista Babel, nº 21. Buenos Aires,
diciembre de 1990: "Son las sociedades de control las que
están reemplazando a las sociedades disciplinarias".
[Deleuze Pourparles. Paris Minuit 1990]. Cfr. Michael Hardt &
Antonio Negri Empire. Harvard University Press 4ª, 2001;
1.2. Biopolitical production: «Biopower in the Society of
Control», p.22 ss.

(47) Marx & Engels La revolución en España.
Artículos del New York Daily Tribune. Editorial Progreso,
Moscú 1974, pág.21, 23 y 44 respectivamente. Cfr.
Entrevista nº5 a Noam Chomsky, op.cit., donde se considera
inédita la capacidad y la potencia de respuesta frente al
poder en nuestros días.

(48) A) "El delito se
inscribe dentro del concepto de atentado contra el orden social.
A un rebelde no se le castiga, se le somete. Un rebelde puede ser
un hombre despreciable y digno de compasión; en sí,
ninguna rebelión tiene nada de despreciable, por lo que el
ser rebelde no rebaja a nadie. Hay cosas, por el contrario, en
que las rebeldías honran al individuo, descubridor de un
motivo social de combate y despabilador, diríamos, de
nuestro sueño" Friedrich Nietzsche VP2, §740.

B) "Sólo obrando se aprende". Así habló
Zaratustra, IV, «El más feo de los hombres»,
Alianza editorial Madrid 1998, pág.405.

C) Fragmentos póstumos (1876-1878), 19 [77]: "Los diez
mandamientos del espíritu libre. (…) 10. Tú
dejarás, por lo que a ti respecta, que el mundo
actúe a su antojo, y harás lo mismo con respecto a
él".

D) "Compañeros de viaje vivos es lo que yo necesito
(…). Una luz ha aparecido
en mi horizonte: ¡no hable al pueblo Zaratustra, sino a
compañeros de viaje! (…). Compañeros para su
camino busca el creador, y no cadáveres, ni tampoco
rebaños y creyentes (…). A los creadores, a los
cosechadores, a los que celebran fiestas quiero unirme: voy a
mostrarles el arco iris y todas las escaleras del superhombre".
Así habló Zaratustra, op.cit. Prólogo,
9.

(49) Friedrich Nietzsche Sobre el pathos de la verdad, 1871:
"(…) läßt uns das Mysterium des Widerspruches von
Sein und Werden empfinden" (KGW III-2.249; KSA 1.755).

(50) Friedrich Nietzsche Richard Wagner in Bayreuth.
Unzeitgemässe Betrachtungen IV, 3. 1876. KGW -IV-1.11; KSA
1.439.

(51) Friedrich Nietzsche: "Erkenntniß und Werden
schließt sich aus Folglich muß "Erkenntniß"
etwas anderes sein: es muß ein Wille zum Erkennbar-machen
vorangehn, eine Art Werden selbst muß die Täuschung
des Seienden schaffen" KGW -2.46; id.VIII 9[89], 1887-1888; (VP1,
§273; VP2 §517); KSA 12.382.

KGW VII -2.163, Nachgelassene Fragm. 1884; id.VII 26[64]; "Los
grandes problemas acerca del valor del devenir planteados por
Anaximandro y
Heráclito -es decir, la manera en la cual se decide si una
evaluación moral o estética es incluso
legítima, en relación al Todo". KSA 11.165.

KGW 1885-1886 VIII 1-104; id. VIII, 2[91]: "Por último:
suponiendo que todo sea devenir, entonces el conocimiento
solamente es posible sobre el fundamento de la creencia en el
ser" (VP2, §518); KSA 12.106.

KGW 1885-1887 VIII 1.320; id. VIII, 7[54]: "Imprimir al
devenir el carácter del ser -esta es la máxima
voluntad de poder (…) El conocimiento en sí es imposible
en el devenir: ¿cómo es posible entonces el
conocimiento? Como error sobre sí mismo, como voluntad de
poder, como voluntad de engaño" (VP1, §286; VP2,
§617); KSA 12.312.

KGW VIII -3.18; Nachg.1888-1889; id. VIII 14[18]: "La voluntad
de apariencia, de ilusión, de error, de devenir y de
confusión es más profunda, más metafísica
que la voluntad de verdad, de realidad, de ser: el placer es
más elemental que el dolor: este último no es, el
mismo, más que la consecuencia de una voluntad de placer
(-[voluntad] de crear, de dar forma, de derruir, de destruir) y,
en su forma más elevada, es una categoría del
placer". KSA 13.226. Cfr. también: KGW -3.21; id. VIII
14[24]: "La voluntad de apariencia, de ilusión, de error,
de devenir y de confusión es más profunda,
más metafísica que la voluntad de verdad, de
realidad, de ser: esta última no es más que una
forma de la voluntad de ilusión". KSA 13.229.

KGW VIII -3.26; id. VIII 14[31]: "Wenn das Werden ein
großer Ring ist, so ist Jegliches gleich werth, ewig,
nothwendig…"; "Si el devenir es un gran anillo, entonces todo
es igualmente valioso, eterno, necesario…". [ VP1,
§213(!); VP2, §293(!)] . KSA 13.234.

Cfr. KGW VIII -2.33; id. VIII, 9[63]. [VP1, §290(!); VP2,
§581]. KSA 12.369.

(52) Respecto a la reinterpretación
sociopolítica en términos de neoliberalismo
(más que de anarquismo) de la Teoría del Caos. Cfr.
Reseña de David Teira Serrano sobre el libro Caos y Orden
de Antonio Escohotado: La divina espontaneidad del caos. En:
Anabasis Digital, 3, 2000.

 

 

Autor:

Simón Royo Hernández

Doctor en Filosofía por la Universidad
Nacional de Educación a
Distancia. Miembro de los Grupos de investigación "Pólemos" y
"Palimpsestos" de la citada
universidad.

Imparte un módulo como profesor en el
MASTER "Europa Fin de
siglo" de la UCM y desarrolla en la actualidad una
investigación Postdoctoral en la UNED sobre el pensamiento
de Platón.

Partes: 1, 2, 3
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