- Surá:
Señora del reino interior - Usekor: El
chamán supremo - Tsokör: El
cantor mágico de las ceremonias - Siwabra: El
protector del conocimiento - Bikakra: El
maestro de las ceremonias - Awá: El
curandero de la selva - Tamipa:Lla
feminidad en los ritos - Oköm: El
chamán de la muerte - Brupa: los reyes
o caciques amerindios - Kyowak: El
líder del clan - Yeria: Los
guerreros de sibö - Kaksei: El
aprendiz del chamán - Krepa: El pueblo
de sibö
Talamanca fue el único territorio de Centro América
y Panamá
que no pudo ser conquistado por la invasión europea.
El nombre dado por los amerindios a esa región fue
SKAWAK, que literalmente significa: Dueños de nuestro
espacio.
Desde la primera incursión armada de los
españoles, en 1540, se manifestó el espíritu
guerrero y libertario de los habitantes naturales de esas
tierras. Llamada así, en 1605, por los conquistadores
Diego De Sojo y Juan De Ocón y Trillo en honor a su lugar
de nacimiento: La Villa de Talamanca en la provincia de Madrid,
España.
Conocedores de la resistencia
guerrera de los nativos, los conquistadores evocaron el valiente
fuerte musulmán de Talamanka, fundado en el
año 860 d.C. por los árabes y tomado por los
cristianos después de más de doscientos años
de luchas religiosas. No es hasta 1062 que Fernando Primero logra
destruir hasta los cimientos la fortaleza mahometana.
Pero De Sojo ni Ocón y Trillo, ni aún los
conquistadores que les precedieron, lograron doblegar
jamás el espíritu selvático de los
aborígenes Skawak.
En 1821 con la independencia
de Costa Rica,
los españoles se retiran de Talamanca, después de
doscientos ochenta y un años de vanos esfuerzos, sin haber
podido avasallarla.
Los europeos no pudieron doblegar a los Talamancas,
principalmente porque menospreciaron su inteligencia y
su altamente elaborada organización social y religiosa.
Los consideraron y trataron como a una horda de salvajes
primitivos, cuya única razón de ser era la de
nacer, crecer, reproducirse y morir como animales del
bosque.
Pero los amerindios de Talamanca desarrollaron a través
de los siglos, en las inhóspitas selvas de la baja
Centroamérica una asombrosa cultura que
aun hoy tiene mucho que enseñarnos.
Para conocer, aunque sea someramente, algunos aspectos
de la cultura de tan valiente pueblo, hablaremos de su
ordenación interna, de su complejo sistema cultural
que va desde la divinidad al pueblo, pasando por sus linajes
chamánicos y de realeza.
SIBO–: EL SEÑOR
ABSOLUTO DE TALAMANCA
Sibö no solo es el dios creador del mundo y de los
amerindios talamanqueños, si no que además se
constituye como su máximo héroe cultural, pues
según las leyendas
aborígenes, Sibö vivió como hombre en
la tierra. El
mismo, instruyó a los seres humanos en todas las artes y
las ciencias. Les
enseñó a edificar sus cónicas viviendas, a
cazar, a sembrar, les mostró las ocho danzas sagradas, los
cantos de la creación del mundo y a vivir en
armonía con el bosque tropical.
Sibö está en todas partes, habla todas las
lenguas, tiene
la capacidad de asumir formas humanas y animales. Dispone sobre
la vida y la muerte.
Sibö diseñó el mundo mágico del indio,
y creó toda planta y ser viviente.
Por medio de su contraparte, Surá, hizo a los indios,
quienes primero nacieron como semillas de maíz.
Sibö trajo las semillas desde abajo, del lugar de donde nace
el sol y las
purificó con agua en la
cima del monte Suráyön en Talamanca, luego de ayunar
y orar por cinco días, las sembró en tierra.
Dispuso las semillas de maíz en ocho grupos y de
allí surgieron las primeras gentes, distribuidas en los
ocho clanes primordiales.
Esta primigenia tribu tropical, escuchó sus cantos y
enseñanzas, mismas que conformaron el "Siwa" código
de comportamiento
y vida. Este canon es transmitido desde tiempos inmemoriales de
boca a oído hasta
nuestros días.
Sibö propicia los agentes naturales que producen la
germinación, por ello es el proveedor de todo
alimento.
De día este gran ser vive en el este, desde donde cuida
a los buenos espíritus, de noche se traslada al oeste para
proteger a los indios de los malos espíritus.
Como señor de la creación Sibö reina desde
el cenit del cielo. Toda creación de Sibö esta
asistida siempre por su contraparte Surá, quien reina
desde el nadir de la tierra.
SURÁ: SEÑORA
DEL REINO INTERIOR
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