Enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson: comparaciones clínicas entre las dos enfermedades neurodegenerativas más frecuentes en los ancianos
- Introducción
- Neuropatología
- Farmacología
- Sintomatología
- Trastornos
neuropsicológicos - Comparaciones
EA-EP - Bibliografía
RESUMEN
En este artículo consideramos conjunta y
comparativamente la enfermedad de Alzheimer y la
enfermedad de Parkinson, ya
que son las dos más frecuentes enfermedades
neurodegenerativas del mayor. Se señalan similitudes y
diferencias entre ambos trastornos, tanto en sus aspectos
neuropatológicos, como en su sintomatología, los
tratamientos
farmacológicos hoy disponibles y sus déficits
neuropsicológicos más típicos.
PALABRAS CLAVES: Alzheimer. Parkinson. Comparaciones
clínicas.
SUMMARY
In this paper we consider both Alzheimer"s disease and
Parkinson"s disease, the most important neurodegenerative
disorders in aged patients. We describe essential aspects:
neuropathology, symptoms, current medical treatments, and
neuropsychological impairments.
KEY WORDS: Alzheimer. Parkinson. Clinical links.
1-
INTRODUCCIÓN
El objetivo de
este artículo consiste en subrayar las similitudes y
diferencias entre estas dos importantes enfermedades, ya que son
las más frecuentes entre las patologías
neurodegenerativas de la tercera edad. Consideramos de interés el
estudio coordinado de ambos trastornos neurológicos
remarcando los rasgos comunes y no comunes más importantes
a diferentes niveles, ya que facilita su mejor comprensión
comparativa y resultando de utilidad sobre
todo para los médicos no especialistas y para el
personal
sanitario y paramédico.
Así mismo la consideración conjunta de estas y
otras enfermedades de tan amplia repercusión social y alto
gasto asistencial resulta imprescindible a la hora de
diseñar e implementar programas a largo
plazo tal como el "Plan
estratégico nacional para el tratamiento integral de
las enfermedades neurológicas" presentado en el año
2002 (1) y para el desarrollo
práctico de los puntos planteados en la
"Declaración de Madrid" del
año 2000.
1.a Impacto de ambas enfermedades.
Las enfermedades asociadas al envejecimiento suponen
actualmente uno de los mayores problemas para
los sistemas
sanitarios y asistenciales de los países desarrollados, ya
que el aumento de la expectativa de vida media (se calcula que en
breve más del 20 % de la población europea occidental
superará los 60 años) ha provocado un incremento de
las patologías crónicas ligadas a la ancianidad,
destacando aquellas que afectan al sistema nervioso
central. La enfermedad de Alzheimer (EA) es el trastorno
neurodegenerativo con mayor incidencia en la edad madura con
más de 600.000 enfermos afectando al 6-8 % de los mayores
de 65 años. La enfermedad de Parkinson (EP) aparece en el
segundo lugar con cerca de 100.000 enfermos afectando al 1-2 % de
la misma población (2,3).
Ambas patologías consumen una creciente cantidad de
recursos
médicos, farmacéuticos y sociales. Deterioran en
alto grado la calidad de
vida del enfermo y de sus cuidadores primarios, generalmente
mujeres de la propia familia del
afectado que le cuidan en un 85 % de los casos en el propio
domicilio. Se calcula que el 65 % de los cuidadores primarios
necesitarán atención médica o psicológica
especializada como efecto directo del estrés
psicofísico del cuidar continuado, y que el 20-25 % de
ellos terminarán desarrollando lo que se ha venido en
denominar "síndrome burn-out" o del "cuidador quemado".
Únicamente el 12 % de las familias reciben ayuda
específica económica o asistencial por parte del
Estado, dato
relevante en unas enfermedades cuyo coste medio por afectado y
año se estima de 16.000 a 20.000 euros (1).
1.b Algunas similitudes y diferencias.
Ambas son enfermedades del cerebro, de
naturaleza
degenerativa y curso crónico y progresivo. Hoy por hoy
resultan incurables ya que los medicamentos y otras técnicas
médicas disponibles solo alivian o controlan temporalmente
los síntomas pero no eliminan la causa que crea la
enfermedad. No se pueden prevenir (excepto si se consolidan los
estudios de neuroprotección en curso por ejemplo con la
selegilina o los factores tróficos gliales). Sus causas no
están definitivamente establecidas y con probabilidad
son múltiples, participando factores genéticos,
excitotóxicos, estrés oxidativo, apoptosis,
traumatismos encefálicos antiguos, exposición
a tóxicos ambientales o a determinadas infecciones, etc.
(4,5)
Tanto la EA como la EP afectan de forma prioritaria a la
tercera edad, aunque no en exclusiva ya que las formas tempranas
constituyen el 10 % del total en el caso de la EA y el 15-20 % en
la EP. Muestran una mayor incidencia y prevalencia cuánto
más anciana es la población de estudio,
duplicándose en ambas enfermedades el número de
pacientes cada cinco años que envejece la población
de ancianos. Así pues la prevalencia de afectados por EA,
por EP o por ambas en la franja de edad entre los 85 a 89
años puede llegar a ser de 1 de cada 4 ancianos.
Página siguiente |