- En pos de la
descripción - Observar-Descubrir-Expresar
- Amor.
Necrofilia. Cotidianidad. Estética - Bibliografía
En pos de la
descripción
Descubro una mujer que vuelca
su intimidad con ímpetu creador ante impresiones
fugitivas: "Ocultas tras el pliegue más negro de la noche,
/ debajo del rosal más florido del alba, / tras
el bucle más rubio de la tarde / las tenebrosas larvas /
de piedra crecen, crecen…".Son estas imágenes,
fugaces y distintas, que Delmira Agustini crea en afán de
su propia trascendencia las que me han movido a la tarea de
buscar un camino reivindicativo para escribir una exégesis
sobre la descripción.
Despertar interés
intrínseco en la propia descripción es un duelo literario ya que se
trata de un contexto verbal que debe ser breve, interesante,
artístico, figurativo, pictórico y bien escrito.
Tal vez por eso las recetas literarias le dedican pocos espacios
y Gerard Genette la devalúa en Fronteras del
relato llamándola "esclava de la narración",
aun cuando la considera una subsidiaria indispensable en
cualquier género
discursivo.
Se acumulan en los manuales de
literatura
definiciones y clasificaciones. De vez en cuando un taller
literario dedica algún previo para deshojar, sílaba
tras sílaba, los sertanejos eriales donde Graciliano Ramos
escenifica "Vidas Secas" o las verbosas descripciones, de un
barroco
espléndido, de Alejo
Carpentier, ya sea para devaluar el neomanierismo
latinoamericano o analizar fríamente frases descriptivas
que en Los pasos perdidos hablan de "El camino del
río, con sus magnolias enanas, y la verja enrevesada en
garabatos, al estilo deNueva Orleáns". Pero
difícilmente los expertos en estudiar las estructuras
narrativas se percataránde que entre el universo
telúrico del trópico descrito en Los pasos
perdidos se siente el latido del pensamiento
artístico moderno; el escritor cubano desarrolla un
híbrido descriptivo de simbolismo múltiple,
música,
arte, mitos, que
concuerda con conceptos que él mismo ha manifestado sobre
la novela al
decir: "Todos los estadios de lacivilización, conocidos
por el hombre, a
lo largo de su historia, pueden
contemplarse, en plano de contemporaneidad, en el continente
americano". El lugar en Los pasos perdidos es un espacio
fuertemente simbolizado, a través de él se lee la
identidad y la
naturaleza que
sus personajes comparten. Carpentier construyó un
territorio retórico donde cada uno se reconoce en las
cosas descritas, lo cual no podría hacerse sin la
creación de un lenguaje que
significara el sentido, saber y conocer expresado por el
paisaje.
No hubo ciencia
literaria que enseñara a Milton, ya ciego, las
sombrías e infernales descripciones del "Paraíso
Perdido". El escritor, cuyas ideas revolucionarias lo llevaron a
ser castigado por la restauración monárquica, se
dejó guiar, tal vez, por las vicisitudes de su vida, para
dejarnos los doce libros de los
Paraísos, entre cuyas descripciones las del infierno y los
combates de los ángeles
vibran en sombríos y tenebrosos lenguajes y contrastan con
las de cielos luminosos y festivos en las que Dios, el Verbo
Divino y el hijo son personas distintas; extraordinarias pinturas
verbales coincidentes con el pensamiento audaz del escritor,
quien con una postura neoarriana consideraba que Cristo y Dios
eran dos personas diferentes.
Nadie más que un gen creador pudo haber inspirado las
bucólicas escenas de Campos de Castilla en las
que Antonio Machado vuelca en vivificadores cuadros
poéticos las transformaciones que el tiempo impone
a las zonas campesinas de su región española.
Paisajes que no deben ser vistos con la conciencia
turística de quien lee sobre sembradíos de papa o
vendimias anuales. Ante las descripciones de Machado el lector
debe cambiar de piel, sufrir
una misteriosa transformación que lo lleve a participar de
las bellezas distantes, de paisajes a veces ajenos a su
sensibilidad, adentrarse en el medio que dio origen a la obra
poética. En estos autores describir no es un aparte sino
la parte que expresa significaciones, de tradición
afectiva en Machado y audaces conceptos literarios y religiosos
en Milton.
El lector de descripciones, como el antropólogo, tiene
que convertirse en lector participante de otras culturas; siempre
encontrará descripciones que escapan a escuelas
estético-literarias establecidas. ¿Cómo
comprender y valorar lo descrito? Aquí está el
problema. De lo literal a lo figurado se presenta un abanico de
diferentes matices estéticos e ideológicos que se
esconden en temáticas románticas, realistas,
abstractas, en el dibujo verbal,
o en expresiones eclécticas.
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