III.
EL
MONOPOLIO DE
LA INFORMACIÓN Y LOS MEDIOS DE
COMBATIRLA.
La información que llega a los ciudadanos
de Occidente, falseada y distorsionada, de todas partes y a todas
partes, monopolizada por siete grandes multinacionales de
los medios de
comunicación a nivel mundial es algo que es necesario
contrarrestar. Internet por ahora sigue
siendo un buen medio de contrainformación y hay que
trabajar en que lo siga siendo. Sobre el tema de la Información es recomendable el interesante
trabajo de
Pierre Bourdieu Sur la télévision.
Allí se nos dice que los medios trabajan por dar una
información inane e idílica con la que evadir los
auténticos problemas.
Recuerdo cuando la OTAN bombardeó la
televisión serbia. No me extrañó en
absoluto, desde luego era un objetivo
militar, ya que la televisión
es un arma poderosísima, junto a la publicidad, con
las que se nos bombardea diaria e insistentemente.
Las informaciones contradictorias llevan a no
saber qué creer ni qué pensar. Respecto a las
imágenes de la CNN del festejo del atentado
sobre las Torres y el Pentágono entre los Palestinos se
difundió la noticia por Internet de que eran falsas.
Mediante Internet se puede combatir en cierta medida esa terrible
desinformación y llevar a cabo una labor de
contrainformación, el problema es que la CNN se
apresuró a desmentir (El País 19-9-2001) las
informaciones como la realizada por quienes difundieron la
noticia de que "Las imágenes de palestinos celebrando los
ataques procedían de 1991, cuando Irak
invadió Kuwait. Luego la CNN manipula la
información sobre los atentados", diciendo que se filmaron
el mismo día del atentado a las 11:00 a.m. Al final, con
las noticias
contradictorias, bulos, falsedades y desmentidos, no sabes muchas
veces qué creer, ni qué pensar.
La contrainformación contratacó con la
noticia de que efectivamente, la CNN había grabado las
imágenes en Gaza el mismo día, pero que: "La TV
alemana transmitió ayer jueves un reportaje con evidencias
indesmentibles que muestra
cómo las imágenes de CNN fueron falsificadas,
preparadas y enviadas a todo el mundo. El reportaje muestra una
entrevista a
una mujer que aparece
en las imágenes de CNN y que declara que le pidieron que
celebrara frente a la cámara con el típico
grito de las mujeres nómades y que lo hizo porque le
ofrecieron un trozo de pastel dulce" (Alvaro Rojas Director de
El Chileno: Manipulación de la CNN.
Aldesur-REDH & Web-eurosur.org,
22-9-2001). Pero ya parece que se trata de emponzoñar la
labor periodística de la CNN por el mero hecho de ser una
multinacional estadounidense, pues al fallar la primera
contrainformación es cuando ha salido la
segunda.
Manuel Vázquez Montalbán recordaba, sin
embargo, la falsedad de las imágenes de los
pelícanos de Alaska ennegrecidos por el
petróleo, que fueron utilizadas por la CNN como si
perteneciesen a pelícanos del golfo Pérsico. La
empatía animal serviría para justificar los
bombardeos y el embargo a Irak. En las imágenes de las
Torres Gemelas no había cuerpos destrozados, como era de
suponer, pues los medios se confabularon para no verter
imágenes escabrosas con la excusa de evitar el
morbo o no herir la sensibilidad de los espectadores
(como si a algún televidente le quedase un ápice de
sensibilidad). Pero la finalidad de dicha censura bien
podría haber sido muy otra: "Supongo que no vivimos
días como para comprobar con precisión la veracidad
de los mensajes recibidos (…). Frecuentemente he oído o
leído justificaciones de la manipulación televisiva
aséptica sobre lo ocurrido en Nueva York, a partir del
dato de que la crudeza con la que se vivió la
retransmisión de la guerra del
Vietnam desmoralizó a la población. No. Lo que hizo fue movilizar la
conciencia
antibelicista y por eso no volveremos a ver cadáveres en
las guerras, ni
pelícanos o palestinos en su sitio y a su tiempo"
(M.V.Montalbán Pelícanos. El País
24-9-2001). La guerra es un gran horror, pero la
filmografía y la épica que desde Homero cantan sus
alabanzas, a excepción del cine de guerra
antibelicista como Apocalipsis Now, nos hacen ver que las
guerras son cosas honorables en las que sólo los malos
pierden y los buenos salen ganando.
Ya no quedan en Occidente muchas personas que vivieran y
recuerden la Segunda Guerra
Mundial por lo que la posibilidad de poder asesinar
impunemente sin medir las consecuencias habría llevado a
miles de jóvenes estadounidenses a alistarse en la armada
tras el atentado de las Torres. La información sobre la
guerra no es veraz. Hollywood forma ya parte de la construcción de la subjetividad. Por eso
resulta grotesco la reminiscencia de alguno de sus films de
acción
y propaganda. En
la película Rambo III (1988) el personaje
interpretado por Sylvester Stallone acude a Afganistán
para liberar al coronel Trautman, hecho prisionero por los
invasores soviéticos cuando se disponía a
entregar misiles Stinger a los rebeldes afganos. Algunos
parlamentos de los personajes de la película son
memorables: Habla el coronel Trautman: "Los afganos
combaten casi sin armas y mal
equipados y lo cierto es que ustedes (los soviéticos)
subestiman al enemigo. Si conocieran su historia sabrían que
esa gente jamás se ha rendido ante nadie. Prefieren morir
antes que ser esclavos de un ejército invasor. Nosotros ya
tuvimos nuestro Vietnam. Ahora ustedes tienen el suyo". Habla
Rambo: "Esta es ahora nuestra guerra.
Inshalá".
Y ya reflexionando sobre la guerra de los Balcanes se
llegaba a las mismas conclusiones: "El periodista estadounidense
David Rieff hace una descripción similar en su libro
Matadero, Bosnia, el fracaso de Occidente. «Tanto en
Sarajevo como en Tuzla o en Mostar se podían ver
jóvenes vestidos con ropas de Rambo repantingados en
cafés o paseando a las muchachas en los pocos coches
civiles que quedaban en cualquier zona en concreto. El
grado en el que se habían esculpido a imagen y
semejanza de los personajes que habían visto en
películas como Rambo o Mad Max llevó
al director teatral de Sarajevo Haris Pasovic a confesarme en una
ocasión que cuando volviera la paz confiaba en que se
haría un juicio por crimenes de guerra. Cuando dije que no
debía imaginar que la ONU hablaba en
serio al respecto, que la gente que negociaba con Karadzic y el
general Mladic no intentarían encerrarlos, negó con
la cabeza impaciente. -No, no -me dijo, riendo-. -No me refiero a
ellos. Me refiero a Sylvester Stallone. ¡Es responsable de
gran parte de lo que pasa aquí!»" (Guillermo Altares
Esto es un infierno. Los personajes del cine
bélico. Alianza Editorial. Madrid 1999,
p.227).
Otra información contradictoria es la que
afirmaba, por un lado, que tras el ataque a las Torres el
presidente Bush había forzado a Ariel Sharon a apaciguar
sus incursiones contra los palestinos, y por otro, que tras el
atentado el presidente israelí
había intensificado la masacre del pueblo palestino. Lo
primero se manifestaba al hilo de una entrevista a Gema
Martín Muñoz: "Ayer, israelíes y palestinos
acordaban un alto el fuego después de casi un año
de violencia sin
diálogo"
(Entrevista Digital a Gema Martín Muñoz. El
País 19-9-2001. Así como el titular y los
artículos siguientes de la primera página del
periódico: "Bush refuerza el alto el fuego
en Palestina para ganarse a los árabes"). Y lo segundo lo
manifestaba el mismo día y en el mismo
periódico, en la sección de Opinión, Edward
Said: "Israel explota ahora cínicamente la
catástrofe estadounidense intensificando su
ocupación militar y la opresión de los
palestinos.
Desde el 11 de septiembre, fuerzas militares
israelíes han invadido Jenin y Jericó, y han
bombardeado repetidas veces Gaza, Ramala, Beit Sahur y Beit Jala,
causando grandes bajas entre los civiles y enormes daños
materiales"
(Edward Said Pasión colectiva. El País
19-9-2001). Incluso las noticias alternativas y críticas
daban por bueno el alto el fuego: "El inesperado cese al fuego
asumido por Ariel Sharon en su guerra contra Palestina, luego de
dejar tantos muertos en el camino, hace dudar que se trate de una
actitud de
buena voluntad, y lleva a pensar que se prepara para los
días de la Justicia Infinita, que han de llegar al
Golfo Pérsico con los soldados y las armas de Estados
Unidos" (Kinnto Lucas ¿Justicia
infinita contra quién?. Web-eurosur, 22-9-2001). Sin
embargo algún editorial ya había corroborado las
informaciones de Said: "El conflicto
entre Israel y los palestinos es un vivero de terroristas, en un
caldo de injusticia que se debe rectificar. Justo lo contrario de
lo que hicieron ayer los israelíes con nuevos ataques con
tanques en Gaza, que causaron la muerte de
al menos 12 palestinos" (Respuesta a un enemigo difuso. Editorial
de El País 13-9-2001). ¿El ataque a Estados Unidos
provocó el cese de las hostilidades entre palestinos e
israelíes o al contrario, su recrudecimiento? Las
informaciones contradictorias llevan a no saber qué creer
ni qué pensar, pero en este caso me inclinaría por
creer lo segundo, ya que de un día para otro no creo que
se pase de la guerra a la paz en Palestina.
Después estaban las recomendaciones. Mientras que
el presidente Bush recomendaba a los estadounidenses que salieran
a consumir: "Las autoridades estadounidenses piden a los
ciudadanos que demuestren su patriotismo llenando las tiendas,
yendo al cine, comprando todo lo que necesiten o haciendo
viajes de
vacaciones. El consumo es el
motor de la
economía
y, en estos tiempos de crisis y
guerra, es necesario mantenerlo a pleno rendimiento" (La Vanguardia
Bush pide a los americanos que consuman más.
26-9-2001), al mismo tiempo y por razones opuestas, Dario Fo, el
premio Nobel de literatura italiano y su
familia,
recomendaban consumir menos y elegir bien lo que se consume como
vía para luchar contra las desigualdades: "En estos
años hemos trabajado con éxito
para demostrar que es posible hacer compatibles nuestros
consumos, ahorrar, tener mejores productos y,
al mismo tiempo, boicotear el mercado de la
muerte
rehusándonos llevar nuestro dinero a su
molino. Hoy estas elecciones ya no son solamente justas y
convenientes, son también urgentes e impostergables. Te
pedimos hacer este gesto, inmediatamente, ahora mismo. Ya no hay
tiempo para pensarlo más. La locomotora del capitalismo
salvaje está acelerando su velocidad,
apunta con determinación absoluta hacia la guerra y la
destrucción del planeta. La única posibilidad es
cortarle el abastecimiento de carburante. Enseguida. (…).
Votas cada vez que haces compras".
(WebIslam nº140. 21 de septiembre de 2001. Dario Fo, Franca
Rame y Jacopo Fo. Una guerra disimulada.
www.lainsignia.org).
IV.
LA APUESTA POR EL PENSAMIENTO
CRÍTICO.
Desde luego que yo me defino como anticapitalista, si
bien no soy de los que están dispuestos a cambiar el
sistema vigente
por cualquier otro, sino que propongo un cambio hacia
mejor, de modo que no lo cambiaría por un modelo de
sociedad como
el islamismo afgano, por ejemplo… El capitalismo tiene
muchas desventajas pero algunas ventajas, si bien la
mayoría de los países con deuda externa
sólo sufren sus desventajas y no disfrutan de sus
ventajas… Por cierto, a ese respecto no estoy de acuerdo
con la condonación de la Deuda, sino que preferiría
que los deudores se negasen a pagar (podrían hacerlo en
concepto de
reparación por los daños causados por 500
años de imperialismo,
colonialismo y expoliación)…
Desde luego el pensamiento crítico es una
necesidad y la insistencia en ahogarlo a lo largo de la historia
por todos los medios del poder revela que los dominadores siempre
lo han visto como una amenaza. La racionalidad del capitalismo,
la racionalidad de la ley de la
oferta y la
demanda, del
pensamiento técnico, instrumental o mercantilista, no me
parece tal, sino profundamente irracional. Puede que sea
lógico el que haya que tirar fruta y verdura al mar para
mantener los precios, pero
desde luego no me parece racional. Y eso porque incluyo dentro de
lo que puede llamarse racional algo más que lo meramente
eficiente o instrumental. El pensamiento crítico se
caracteriza por no adoptar posturas unilaterales, esto es, no
estar ni totalmente a favor del islamismo ni del capitalismo, ni
totalmente a favor de los palestinos ni de los judíos,
sino levantar acta de las atrocidades y corruptelas cometidas por
ambos bandos afín de luchar por retormar la dirección hacia una tercera vía
entre los dogmatismos tendiendo hacia el cumplimiento del
verdadero proyecto
ilustrado nacido en Grecia y
caracterizado por la Igualdad y por
el Gobierno de la
Razón.
La posibilidad tecnológica de la Web
podría suponer la desmaterialización de las
grandes ciudades, aberrantes conglomerados de millones de
personas con cinturones de pobreza
alrededor, sería algo muy positivo y nos permitiría
a muchos repoblar las zonas rurales, hoy abandonadas. En las
ciudades se oculta el dolor y la muerte en los grandes
Hospitales, en las cárceles y en los sanatorios mentales
(en este sentido haces bien al retomar a Foucault). Su paz
es sólo aparente. No creo que se pueda retornar a formas
de vida anteriores, para recuperar lo destruido por la
mecanicación del trabajo el camino es hacia delante, no
hacia atrás.
Lo que ya señalaba Deleuze, el paso de la
sociedad disciplinaria a la sociedad de control
(Gilles Deleuze «Posdata sobre las sociedades de
control», en Revista
Babel, nº 21. Buenos Aires, diciembre de 1990: "Son
las sociedades de control las que
están reemplazando a las sociedades disciplinarias".
[Deleuze Pourparles. Paris Minuit 1990]. Cfr. Michael
Hardt & Antonio Negri Empire. Harvard University Press
4ª, 2001; 1.2. Biopolitical production:
«Biopower in the Society of Control»,
p.22 ss.), soluciona una objeción que se le ha hecho al
Foucault de Vigilar y Castigar: un investigador
pretendió desmentir a Foucault al analizar la
situación de las cárceles norteamericanas en la
actualidad y verificar que no hay ningún
disciplinariamiento del recluso, que hoy en día,
simplemente, se les encierra dentro y se impide que salgan, de
modo que lo que ocurre en el interior está muy poco
regulado y reglamentado. Ello nos llevaría a la idea de
que tan sólo se controla el encierro, mientras que ya no
se gasta energía en la represión interior, pues
casi es mejor dejar que surja por sí sola. El control
funciona también con la inmigración, ya que África
está abandonada, simplemente se intenta que no entren en
otros países, pero ya no se explota ni coloniza como
antaño (aunque aún existen compañías
extractoras de diamantes y petróleo a cambio de armas), sencillamente,
una vez dejada una zona en condiciones lamentables, se
aísla como un ghetto sumido en la violencia
(suburbios estadounidenses o parisinos) y se controla que la
violencia no salga de allí.
Por otra parte, respecto a la vigilancia ocular
en las ciudades, hay una organización fomentada por el cantante
Peter Gabriel, dedicada a realizar el contrapanópticon, es
decir, dedicada a proporcionar cámaras de video a las
comunidades para que puedan filmar los abusos de la
policía y presentarlos como prueba ante un jurado. Luego
vemos que algunas veces las armas del enemigo pueden ser
utilizadas en su contra.
Habitar poéticamente el mundo, la
pretensión del último Heidegger, denostador de la
técnica como imposición, a mi juicio
es siempre posible cuando se adquieren suficientes
márgenes respecto al dominio
exclusivamente laboral. Esos
márgenes, yo los llamo ocio, (siempre que no
se colonizan por el consumo dirigido de artículos
inútiles), y se convierten en centros de creatividad. Y
mejor quizá que la creatividad no se institucionalice
estatalmente, ya que reglamentarla, burocratizarla y asalariarla
supone destruirla. En el aspecto de la creatividad es en el
único que soy liberal, el Estado que
asegure las condiciones necesarias (cierta igualdad
económica) para que todos puedan desarrollar, cultivar y
expresar su creatividad (libertad de
pensamiento y de acción).
EXTRACTOS DE PRENSA SOBRE EL
ATAQUE TERRORISTA A EE.UU. Y LA SUBSIGUIENTE GUERRA EN
AFGANISTÁN.
Sobre el ataque terrorista a Estados Unidos decía
Alain Touraine: "Nadie espera ver flotas aéreas o
marítimas enfrentarse masivamente; nadie puede localizar y
describir con detalle la
organización militar, los recursos
económicos, el sistema de
información que permiten al bando antiamericano llevar
a cabo esta guerra (…). El mundo puede transformarse en un
gigantesco País Vasco (…). Todos tenemos la
responsiblidad de evitar un enfrentamiento cada vez más
catastrófico entre un poder absoluto y unos desarraigados
sin esperanza" (Alain Touraine La hegemonía de EE UU y
la guerra islamista. El País 13-9-2001).
"El orden internacional post muro de
Berlín, en términos de seguridad, con
sus implicaciones económico-sociales, no sólo de
defensa ante las amenazas, no está definido -mucho menos
articulado- porque ni siquiera están identificadas las
verdaderas amenazas (…) ¿Es posible avanzar por el
camino de la gobernabilidad -no hablo del gobierno- de esta nueva
realidad planetaria inducida por el fenómeno de la
globalización de la información, la
economía, las finanzas, y…
ahora el terror? (…). La información es el 85% de
la lucha por la erradicación de esté
fenómeno. El 15% restante serían las operaciones
derivadas para
capturar y destruir las tramas. Lo más dramático es
que la información a la que me refiero está
disponible en su casi totalidad, y llegaría al
máximo de eficacia si se
pusiera en común por una docena de países que se
consideran amigos y aliados. Pero esto no ocurre" (Felipe
González Globalización del terror. El
País 15-9-2001).
"¿Qué les lleva a hacerlo? Cuando la vida
sólo ofrece dolor y humillación, la
desesperación empuja a la venganza y a la muerte. La
miseria puede convertir la vida en un infierno. En Occidente lo
sabemos, pero no lo tomamos en serio. La vida también
puede volverse un infierno por otras causas que los occidentales
hemos olvidado: vivir bajo ocupación militar, sufrir
bombardeos de castigo, padecer humillaciones diarias, ver
cómo desaparece lo que daba sentido a las cosas. Esas
cosas empujan a la desesperación, que es otro nombre del
infierno. Para quienes hoy viven desesperados, la historia
reciente viene siendo un enfrentamiento entre los occidentales
poderosos y ricos, dispuestos a matar pero no a morir, y los
pobres impotentes a quienes sólo cabe morir matando.
Piensan que en Palestina, en Irak, en África y en otros
sitios los poderosos llevamos años matando sin morir.
Creen que el pasado martes, por una vez, los desesperados se
tomaron la revancha al precio de
morir matando. El martes también cambió nuestra
visión del mundo en que vivimos. Descubrimos que los
impotentes e ignorantes saben y pueden más de lo que nos
habían dicho, y que quienes nos protegen saben y pueden
menos de lo que pretenden (…). Occidente no va a lanzarse
a un combate épico contra no se sabe muy bien
quién, y, si se enfrenta con una denominación
religiosa con mil millones de seguidores, cometerá un
error espantoso. La vía hacia nuestra seguridad
consiste en reducir el número de otros dispuestos a
morir. Lograrlo no requiere resolver previamente todos los
conflictos y
dramas del mundo. Lo que sí exige es recrear la esperanza
de que las injusticias pueden llegar a repararse. Sólo el
desesperado muere matando, el que tiene esperanza prefiere vivir
luchando. El gran reto de Occidente no es matar a unos centenares
de asesinos suicidas; si eso es todo lo que hacemos,
aparecerán otros. El reto consiste en poner fin a las
situaciones que hacen surgir miles de desesperados dispuestos a
morir matando. Algo que en los últimos 10 años no
hemos hecho. Quizá tras el 11 de septiembre de 2001
empecemos a hacerlo" (Carlos Alonso Zaldivar Morir
matando. El País 16-9-2001).
"La CNN estaba claramente cumpliendo con su deber
patriótico: nuestros medios de
comunicación de masas se han erigido en Ministerio de
Propaganda y manipulan la rabia, la ansiedad, la credulidad, la
ignorancia y la autocompasión de la opinión
pública para fabricar un consenso nacional de
extraordinaria crudeza, y enormes contradicciones. Fuimos
atacados por ser tan buenos y generosos, además de tan
ricos y poderosos (…). Por encima de todo, casi nadie ha
pedido a la opinión pública que reflexione acerca
de por qué la política
estadounidense ha engendrado odio en otras partes del mundo
(…). Aquel predecesor histórico de Estados Unidos,
Roma, fue
también un imperio multicultural. Su dependencia
espiritual de Atenas desapareció cuando los atenienses se
resignaron a la insignificancia. ¿Están renunciando
los atenienses contemporáneos, los europeos occidentales,
a su propia cultura
política? (…). La palabra 'terrorismo' se
ampliará para abarcar todo tipo de movimiento y
disidencia. Pronto veremos columnistas que comparen a los
manifestantes contra la globalización con la yihad
islámica (…). Por el momento, ésta parece
muy limitada. Sólo un miembro del Congreso, Barbara Lee
(que representa a la ciudad negra de Oakland y la ciudad
universitaria de Berkeley), tuvo el valor para
votar en contra de otorgar poderes extraordinarios al presidente.
Hay más que estarían dispuestos a manifestar su
oposición y sus críticas si pudieran referirse a
iniciativas europeas para formar otro tipo diferente de
coalición antiterrorista, una que aspirara a poner fin a
los odios etnocéntricos, la pobreza
desesperada y la subyugación permanente a un mercado
mundial. Nadie en Washington ha sugerido que los perpetradores de
los atentados se sometan a la nueva jurisprudencia
internacional que se ha iniciado en La Haya, aunque la idea
parezca evidente. Los europeos podrían también
hacer propuestas serias para integrar una coalición
antiterrorista con la labor de las Naciones Unidas
(…). Por encima de todo, ha sido escandaloso que el 89% de
los encuestados respondiera 'sí' en una encuesta
nacional a la pregunta de si se debían emprender acciones
militares, aunque supusieran la muerte de miles de civiles
inocentes" (Norman Birnbaum Atenas y Roma ¿Otra
Vez?. El País 21-9-2001).
"¿Se puede invocar, como el presidente Bush, la
defensa legítima de la civilización, la libertad y
la democracia
contra quienes siembran el terror y la muerte cuando el mismo
Bush se niega a ratificar el acuerdo para la prohibición
de las mortíferas minas antipersona, fomenta la busca de
nuevas formas de guerra bacteriológica y destina la parte
del león de su colosal presupuesto
militar a la creación del escudo antimisiles -la famosa
guerra de las galaxias- que, tras la carnicería organizada
y perpetrada a partir del territorio norteamericano sin que la
CIA, FBI y demás organismos de seguridad se enteraran,
resulta tan ilusorio como un espejismo? (…). El castigo
impuesto desde
hace diez años al inocente pueblo de Irak –desnutrición, miseria, alta mortalidad
infantil- por los crímenes y aventuras bélicas de
su dictador -un dictador al que nunca eligió, del que fue
su primera víctima y que para colmo sigue en su puesto-
¿va a repetirse contra otros pueblos sospechosos de
albergar terroristas en virtud de la fatal ecuación
musulmán = islamista? La distinción entre vasco,
abertzale y etarra ¿no debería inducirnos a
afinar los conceptos con respecto al Islam y los
árabes? En la coalición de países defensores
de la libertad y democracia justamente reclamada por Bush para
acabar con el terror que hoy sacude a la sociedad norteamericana,
¿caben Estados supuestamente moderados -a menos que ser
moderado equivalga a ser un buen socio económico- como
Arabia Saudí, en donde la condición de la mujer no es
mejor que en Afganistán, y cuya teocracia no
sólo apoya al régimen talibán sino que
difunde por el mundo, gracias a la renta petrolera y al control
de los Santos Lugares del Islam, una versión
fundamentalista de éste, por obra de imanes
wahabíes de la índole del que se distinguió
en Marbella por su manual de suaves
consejos correctivos a las esposas desobedientes? ¿Se
puede seguir guardando silencio y mirar al otro lado ante el
brutal sistema de apartheid en Gaza y Cisjordania, la
política de tierra quemada
de Sharon, la humillación y acoso del pueblo palestino
reducido en guetos infames sin comprender que ese estado de
cosas prolonga sine die al conflicto y convierte a decenas
de millones de jóvenes sin esperanza de futuro ni de vida
decente en candidatos a la inmolación en criminales
atentados suicidas? La mejor manera de derrotar al terrorismo
anti-israelí ¿no sería la de eliminar las
razones objetivas que favorecen la conversión de un joven
en un kamikaze terrorista? La palabra terrorismo aplicada a
realidades muy distintas ¿no permite todo tipo de
comparaciones oportunistas como las de Piqué entre ETA y
los radicales palestinos y las de Putin entre aquella y los
independentistas chechenos? Desmemoriados como somos, volvamos la
vista atrás: ¿no recurrieron al arma del terror los
nacionalistas argelinos durante su lucha por la independencia
y los fundadores del Estado de Israel hasta el día en que
plasmaron su proyecto de Hogar nacional judío? Pisamos
arenas movedizas y todas las precauciones que tomemos en el
empleo del
lenguaje
serán siempre pocas" (Juan Goytisolo Preguntas,
preguntas, preguntas. El País 20-9-2001).
"Ésta es una guerra contra el terrorismo,
según todo el mundo, pero ¿dónde, en
qué frentes, para qué fines concretos? Nadie da
respuestas, excepto la vaga insinuación de que a lo que
'nos' enfrentamos es a Oriente Próximo y el Islam, y que
el terrorismo tiene que ser destruido. Sin embargo, lo más
deprimente es ver el poco tiempo que se emplea en intentar
comprender el papel de Estados Unidos en el mundo y su
implicación directa en la compleja realidad que hay
más allá de las dos costas, que durante tanto
tiempo han mantenido al resto del mundo extremadamente lejano y
en la práctica fuera de la mente del estadounidense medio.
Se podría pensar que 'América' era un gigante dormido en vez de
una superpotencia casi constantemente en guerra, o en
algún tipo de conflicto, en todos los dominios del Islam.
El nombre y el rostro de Osama Ben Laden se han vuelto
alucinantemente familiares para los estadounidenses, hasta el
punto de borrar cualquier historia que él y sus
tétricos seguidores puedan haber tenido (por ejemplo, como
útiles reclutas en la yihad lanzada hace 20 años
por Estados Unidos contra la Unión Soviética en
Afganistán) antes de que se convirtieran en símbolos trillados de todo lo que resulta
odioso y repulsivo para la imaginación colectiva. De forma
también inevitable, las pasiones colectivas están
siendo canalizadas hacia una campaña a favor de la guerra
que se parece extraordinariamente a la persecución de Moby
Dick por el Capitán Ahab, en vez de lo que está
pasando en realidad, una potencia
imperialista que ha sido herida en casa por primera vez y que
persigue sistemáticamente sus intereses en lo que de
pronto se ha convertido en una nueva geografía del
conflicto, sin claras fronteras ni actores visibles. Se barajan
símbolos maniqueos y escenarios apocalípticos,
mientras a las futuras consecuencias y a la moderación
retórica se las lleva el viento (…). Sin embargo,
la responsabilidad intelectual exige un sentido
aún más crítico de la actualidad.
Naturalmente, ha habido terrorismo, y casi todos los
movimientos de lucha modernos se han basado en el terror en
alguna de sus etapas. Esto fue tan cierto en el caso del Congreso
Nacional Africano de Mandela como en todos los demás,
sionismo incluido. Y aun así, bombardear a ciudadanos
indefensos con F-16 y helicópteros de guerra tiene la
misma estructura y
los mismos efectos que el terrorismo nacionalista más
convencional. Lo especialmente malo en todo terrorismo es cuando
se vincula a abstracciones religiosas y políticas,
y a mitos que lo
reducen todo y que se apartan de la historia y del sentido
común.
Es aquí donde la conciencia seglar tiene que dar
un paso adelante y hacerse sentir, tanto en Estados Unidos como
en Oriente Próximo. Ninguna causa, ningún Dios,
ninguna idea abstracta pueden justificar la matanza en masa de
inocentes, y muy especialmente cuando sólo un
pequeño grupo de
personas están al cargo de estas acciones y sienten que
representan una causa sin haber sido elegidas o tener un
auténtico mandato para hacerlo.
Además, con tanto como se ha discutido sobre los
musulmanes, no hay un solo Islam: hay varios Islam, igual
que hay varios Estados Unidos. La diversidad es cierta en todas
las tradiciones, religiones o naciones,
aunque algunos de sus seguidores hayan intentado
inútilmente trazar fronteras alrededor de sí mismos
y definir claramente sus credos (…). Los atacantes
suicidas de Nueva York y de Washington parecen haber sido de
clase media,
personas con estudios, no pobres refugiados. En lugar de
conseguir unos líderes sabios que resalten la importancia
de la
educación, la movilización de masas y la
organización paciente al servicio de
una causa, los pobres y los desesperados a menudo se ven
embaucados por el pensamiento mágico y las soluciones
rápidas y sangrientas que ofrecen tan espantosos modelos, todo
ello envuelto en paparruchadas religiosas llenas de mentiras
(…). La satanización del Otro no es una base
suficiente para ninguna clase de política decente, y mucho
menos ahora que el enraizamiento del terrorismo en la injusticia
y la miseria se pueden reconducir, y los terroristas pueden ser
aislados o disuadidos con facilidad, o, si no, puestos fuera de
combate. Hace falta paciencia y educación, pero la
inversión compensa más que los
niveles aún mayores de violencia y sufrimiento a gran
escala. Las
perspectivas inmediatas son de destrucción y de
sufrimiento en una escala muy grande, con los artífices de
la política estadounidense exprimiendo los miedos y
aprensiones de sus votantes con la cínica certeza de que
muy pocos intentarán una campaña contra el
patriotismo inflamado y las beligerantes incitaciones a la
guerra, que durante un tiempo han logrado que se pospongan la
comprensión, la reflexión y hasta el sentido
común. A pesar de ello, aquellos de nosotros que tenemos
la posibilidad de llegar a la gente que está dispuesta a
escuchar -y hay mucha gente así en Estados Unidos, en
Europa y en
Oriente Próximo-, por lo menos debemos intentarlo tan
racional y pacientemente como sea posible" (Edward Said
Pasión colectiva. El País
19-9-2001).
TERRORISMOS.
"En los años treinta y cuarenta los judíos
clandestinos en Palestina eran descritos como
‘terroristas’. Después, nuevas cosas
acontecieron. Para 1942, el Holocausto
estaba en marcha, y cierta simpatía liberal con los
judíos se había expandido en el mundo occidental.
En los años 1944-1945, los terroristas de Palestina
-quienes eran sionistas- comenzaron a ser descritos como
‘luchadores por la libertad’. Se pueden encontrar, en
libros y
carteles, las fotografías de al menos dos primeros
ministros israelíes, incluyendo a Menajem Begin, con la
frase: ‘terroristas, recompensa tanto’. La recompensa
más elevada que he encontrado es por 100 mil libras
esterlinas por la cabeza de Menajem Begin, el terrorista
(…). En 1985, el presidente Ronald Reagan recibió a
un grupo de hombres barbudos. Estos barbudos de los cuales yo
estaba escribiendo en The New Yorker eran hombres de aspecto
feroz, con turbantes, y parecían haber llegado de otro
siglo. El presidente Reagan los invitó a la Casa Blanca.
Tras recibirlos habló ante la prensa. Los
señaló y dijo: ‘Estos son el equivalente
moral de los
padres fundadores de Estados Unidos’. ‘Estos’
eran los mujaidines afganos. Estaban, en aquel momento, con
pistola en mano, luchando contra el ‘Imperio del Mal’
(…). El asunto del terrorismo es bastante complicado. Los
terroristas cambian. El terrorista de ayer es el héroe de
hoy, y el héroe de ayer se vuelve el terrorista de hoy
(…). Históricamente, la experiencia de la violencia
ejercida por el oponente fuerte ha hecho de las víctimas
terroristas. Se sabe que los niños
maltratados muchas veces se vuelven padres abusivos y adultos
violentos. Eso es lo que pasa con los pueblos y las naciones.
Cuando son maltratados, pegan de regreso. El terror estatal
muchas veces cultiva terror colectivo. Se sabe que los
judíos no cometieron terror excepto durante y
después del Holocausto. Los estudios demuestran que la
mayoría de los miembros de los peores grupos
terroristas en Israel, Palestina, las bandas Stern e Irgun,
fueron inmigrantes de los países más antisemitas de
Europa del Este. Del mismo modo, los jóvenes
chiítas de Líbano o los palestinos de los campos de
refugiados son gente maltratada. Se vuelven muy violentos. Los
ghettos se tornan violentos en su interior. Se vuelven violentos
hacia el exterior cuando tienen un claro e identificado blanco
externo (…). La ausencia de ideología revolucionaria es central para el
terrorismo de las víctimas. Los revolucionarios no cometen
terror no pensado. Aquellos que estén familiarizados con
la teoría
revolucionaria se saben los debates y las disputas dentro de los
grupos revolucionarios en Europa, la lucha entre anarquistas y
marxistas, por ejemplo. Pero los marxistas siempre han
argumentado que el terror revolucionario, si alguna vez se
utiliza, debe ser sociológica y psicológicamente
selectivo (…). Así que la ausencia de
ideología revolucionaria que se inicia más o menos
en el periodo posterior a la segunda Guerra
Mundial ha sido central en este fenómeno" (Eqbal
Ahmad Masiosare-Rebelión El terrorismo de ellos
y el nuestro. 21-10-2001: www.eurosur.org).
"Este acto terrorista tiene un carácter completamente criminal y hay que
condenarlo, aunque no por razones hipócritas como hacen
Blair y Bush. Los marxistas nos oponemos al terrorismo individual
porque es contraproductivo y sólo es un arma que sirve a
los sectores más reaccionarios de la clase dominante. Y
este es un claro ejemplo: esta atrocidad sangrienta sólo
será útil para las grandes empresas y el
imperialismo estadounidense. Dará a Bush mano libre para
hacer todo lo que quiera en Oriente Próximo y en todo el
mundo. La opinión pública estadounidense ahora
estará dispuesta a aceptar una política
reaccionaria, dentro y fuera de sus fronteras (…). Una
cosa es cierta. La consecuencia del ataque será fortalecer
el imperialismo y el ala de derechas en EEUU. Una vez más
vemos las consecuencias reaccionarias del terrorismo individual,
que los marxistas condenamos incondicionalmente (…). El
saqueo del planeta por parte de las grandes empresas ha creado
una enorme miseria, guerra y caos, que ahora ha impactado en el
corazón
del imperialismo mundial. Esta es la verdadera causa de la actual
atrocidad. El terrorismo del hambre mundial, la enfermedad, la
miseria, la explotación y la opresión que atormenta
a millones de hombres, mujeres y niños durante todos los
días de sus vidas, es la verdadera causa de la
agitación e inestabilidad que recorre el planeta al
principio del siglo XXI" (Ted Grant & Alan Woods
Rebelión-El Militante: Y cuando ellos crearon el
desierto, le llamaron paz. 17-9-2001:
www.eurosur.org).
"Entiendo la expresión ‘terrorismo’
exactamente en el sentido definido en los documentos
oficiales de EE.UU: ‘el uso calculado de la violencia o de
la amenaza de la violencia para obtener objetivos que
son de naturaleza
política, religiosa, o ideológica. Esto es
realizado a través de la intimidación, la
coerción, o infundiendo miedo’.
Según esta definición -enteramente
apropiada-, el reciente ataque contra EE.UU. es ciertamente un
acto de terrorismo, en todo caso, un horrendo crimen terrorista.
En todo el mundo es difícil encontrar algún
desacuerdo al respecto, ni debiera haberlo.
Pero fuera del significado literal del término,
como acabo de citar de documentos oficiales de EE.UU.,
también hay un uso propagandístico, que por
desgracia es el habitual el término
‘terrorismo’ es utilizado para referirse a actos
terroristas cometidos por enemigos contra nosotros o nuestros
aliados. El politólogo Michael Stohl tiene toda la
razón cuando escribe que ‘debemos reconocer que por
convención -y hay que subrayar que es sólo por
convención- se describe normalmente el gran uso de poder y
la amenaza del uso de la fuerza como
diplomacia coercitiva y no como una forma de terrorismo’,
aunque comúnmente implica ‘la amenaza y a menudo el
uso de violencia para lograr lo que se describiría como
propósitos terroristas, si no fuera porque las grandes
potencias siguen exactamente la misma táctica’
(…).
Considerando estas convenciones, incluso la misma
gente y sus acciones pueden pasar rápidamente de ser
‘terroristas’ a ser ‘combatientes por la
libertad’ y viceversa. Esto ha estado sucediendo justo al
lado de Grecia en los últimos años. El ELK-UCK fue
oficialmente condenado por EE.UU. como ‘terrorista’
en 1998, por sus ataques contra la policía y los civiles
serbios, en un esfuerzo por provocar una reacción
desproporcionada y brutal de Serbia, como declararon
abiertamente. Todavía en enero de 1999, los
británicos -el elemento más agresivo en la OTAN al
respecto- pensaban que el ELK- UCK era responsable por más
muertes que Serbia, lo que es difícil de creer, pero por
lo menos nos dice algo sobre las percepciones a los niveles
superiores de la OTAN. Si uno puede confiarse en la voluminosa
documentación suministrada por el
Departamento de Estado, la OTAN, la OECD, y otras fuentes
occidentales, nada cambió en la práctica en el
terreno hasta el retiro de los inspectores del KVM (Misión de
Verificación OSCE para Kosovo) y los bombardeos de fines
de marzo de 1999. Pero las políticas cambiaron: EE.UU. y
Gran Bretaña decidieron lanzar un ataque contra Serbia, y
los ‘terroristas’ se convirtieron
instantáneamente en ‘combatientes por la
libertad’. Después de la guerra, se volvieron
‘terroristas’, ‘bandidos’ y
‘asesinos’, cuando realizaron acciones similares en
Macedonia, un aliado de EE.UU (…).
Debiera ser innecesario señalar que el terrorismo
masivo es un instrumento habitual de los estados poderosos, como
indica Stohl. Algunos casos no son ni siquiera controvertidos.
Tomemos la guerra de EE.UU. contra Nicaragua, que dejó
decenas de miles de muertos y el país en ruinas. Nicaragua
apeló a la Corte Internacional de Justicia, la que
condenó a EE.UU. por terrorismo internacional (‘el
uso ilegal de la fuerza’), ordenando que desistiera y que
pagara considerables reparaciones. EE.UU. respondió a la
decisión de la Corte escalando considerablemente la
guerra, y vetando una resolución del Consejo de Seguridad
llamando a todos los estados a respetar la ley internacional. La
escalada incluyó órdenes oficiales de atacar
‘objetivos blandos’, objetivos civiles indefensos,
como colectivos agrícolas y clínicas sanitarias- y
de evitar el ejército nicaragüense. Los terroristas
pudieron implementar esas instrucciones, gracias al control total
del espacio aéreo nicaragüense por EE.UU. y al
moderno equipo de comunicación que les fue suministrado por
sus supervisores (…).
Pero la guerra terrorista de EE.UU. no fue
‘terrorismo’, fue ‘contraterrorismo’
según los estándares doctrinarios. Y los
estándares de EE.UU. dominan en gran parte del mundo
(…).
12. ¿Está usted de acuerdo con la
opinión de que el mundo cambió el 11 de septiembre
de 2001?
Sin duda alguna. La historia de Europa y de su
vástago estadounidense está jalonada por la
realización de crímenes atroces contra otros – o de
matanzas mutuas, como en la guerra civil de EE.UU. o en las
guerras europeas. Es la primera vez que los cañones han
apuntado en la dirección opuesta, o por lo menos de alguna
manera importante. Congo no atacó a Bélgica, o
India a
Inglaterra, o
Argelia a Francia, o
México o
Filipinas a Estados Unidos. Las atrocidades del 11 de septiembre
fueron únicas, no -por desgracia- por su dimensión,
sino por el objetivo (…).
14. ¿Es peligroso el Islam para la
civilización occidental o constituye el modo de vida
occidental una amenaza para la humanidad?
La pregunta es demasiado amplia y vaga para que pueda
responderla. Debiera quedar en claro, sin embargo, que EE.UU. no
considera al Islam como un enemigo, o viceversa. El estado
musulmán más poblado del mundo, Indonesia, ha sido
un favorito de EE.UU. desde que el ejército tomó el
poder en 1965, organizando una matanza que la CIA comparó
con los crímenes de Hitler, Stalin y
Mao, y provocando con ella una euforia ilimitada en Occidente,
que continuó apoyando al asesino masivo a cargo, mientras
acumulaba crímenes contra los derechos humanos
que superaban todo lo ocurrido a fines del siglo XX. El estado
islámico más extremo, fuera de su retoño
talibán, es Arabia Saudita, un cliente de EE.UU.
desde su concepción. En los Balcanes, por razones que no
podemos analizar ahora, EE.UU. decidió apoyar a los
musulmanes contra los cristianos. En los años 80, un
objetivo primordial de las guerras terroristas de EE.UU. en
América Central, que causó cientos de miles de
muertos y dejó a cuatro países en ruinas, fue la
iglesia
católica, que había cometido el terrible pecado de
adoptar "la opción preferencial por los pobres." El "modo
de vida occidental" incluye una gran variedad de elementos,
muchos altamente admirables, muchos adoptados con entusiasmo por
el mundo islámico, muchos criminales, y que constituyen
incluso una amenaza para la supervivencia humana.
En lo que respecta a la "civilización
occidental," tal vez podríamos adherirnos a las palabras
atribuidas a Gandhi cuando se le preguntó qué
pensaba de la "civilización occidental": dijo que
podría ser una buena idea" (Noam Chomsky Entrevista
nº5. Zmagazine 11-10-2001, .
Título original: Chomsky interview 5.
Link: http://www.zmag.org./chomsky_interview_5.htm.
Traductor: Germán Leyens).
LA YIHAD ISLÁMICA.
"La jihad, que ha sido traducida miles de veces como
‘la guerra santa’, no es precisamente eso. Jihad es
una palabra árabe que significa "luchar". Podría
ser luchar con violencia o luchar con medios no violentos. Hay
dos maneras, la pequeña jihad y la gran jihad. La
pequeña jihad implica violencia. La gran jihad implica las
luchas con el ser. En términos prácticos, en la
historia islámica, la jihad, como un fenómeno
violento internacional, había desaparecido desde hace 400
años. De pronto fue revivida con ayuda estadunidense en
los ochenta. Cuando la Unión Soviética intervino en
Afganistán, Zia ul-Haq, el dictador militar de
Pakistán, vio una oportunidad y lanzó una jihad
contra el comunismo sin
Dios. Estados Unidos vio una oportunidad enviada del cielo para
movilizar a mil millones de musulmanes contra ‘el Imperio
del Mal’. El dinero
comenzó a fluir. Los agentes de la CIA comenzaron a
recorrer el mundo musulmán reclutando personas para luchar
en la gran jihad. Bin Laden fue uno de los primeros reclutas. No
sólo era árabe. También era saudita. No
sólo era saudita. También era un multimillonario,
dispuesto a aportar dinero. Bin Laden anduvo reclutando gente
para la jihad" (Eqbal Ahmad Masiosare-Rebelión
El terrorismo de ellos y el nuestro. 21-10-2001:
www.eurosur.org).
DOBLE RASERO O DOBLE VERDAD DE LOS USA Y
OCCIDENTE.
"Por lo tanto, ¿cuál es mi
recomendación para Estados Unidos? Primero, evita los
extremos de los dobles estándares. Si vas a practicar
dobles estándares, te pueden pagar con dobles
estándares. No consientas el terror israelí, el
paquistaní, el nicaragüense, el salvadoreño,
por un lado, y después te quejes del terror afgano o del
palestino. No funciona. Trata de ser justo. Un superpoder no
puede promover el terror en un lugar y razonablemente esperar
desincentivar el terrorismo en otro lugar. No funcionará
en este encogido mundo. No consientas el terror de tus aliados.
Condénalos. Lucha contra ellos. Castígalos. Por
favor evita las operaciones encubiertas y la guerra de baja
intensidad. Estos son campos de cultivo del terror y las drogas. Donde
sea que ha habido operaciones encubiertas, ha habido un problema
central de drogas.
Evítalo. Déjalo. Por favor enfócate en las
causas y ayuda a aminorarlas. No te concentres en las soluciones
militares. El terrorismo es un problema político. Busca
soluciones políticas. Tomemos el ejemplo del último
ataque sobre Bin Laden. No sabes qué estás
atacando. Ellos dicen que saben, pero no saben. Estaban tratando
de matar a Kadafi. Mataron a su hija de cuatro años. La
pobre niña no había hecho nada. Kadafi está
vivo. Trataron de matar a Saddam Hussein. Mataron a Laila Bin
Attar, una celebrada artista, una mujer inocente. Trataron de
matar a Bin Laden y sus hombres. No una, sino 25 personas
murieron. Trataron de destruir una fábrica de armas
químicas en Sudán. Ahora admiten que destruyeron
una inocente fábrica. La mitad de la pro- ducción
de medicinas de Sudán fue destruida, no una fábrica
de armas químicas. No sabes. Piensas que sabes. Cuatro de
tus misiles cayeron en Pakistán. Uno estaba ligeramente
dañado, dos completamente dañados y uno intacto.
Durante 10 años, el gobierno estadunidense ha mantenido un
embargo tecnológico sobre Pakistán porque mi
país intenta construir armas nucleares y misiles.
¿Qué creen que le dijo un funcionario
paquistaní al Washington Post? Dijo que era un regalo de
Alá. Queríamos tecnología
estadunidense. Ahora la tenemos, y nuestros científicos
están examinando este misil muy cuidadosamente.
Cayó en las manos equivocadas. Así que no hagan
eso. Por favor ayuden a fortalecer el marco de la
legislación internacional. Había una corte criminal
en Roma. ¿Por qué no acudieron a ella primero para
obtener su orden judicial contra Bin Laden, si tienen evidencia?
Obtengan una orden judicial y después persíganlo.
Respeten a la Corte Internacional de Justicia de las Naciones
Unidas". (Eqbal Ahmad Masiosare-Rebelión El
terrorismo de ellos y el nuestro. 21-10-2001:
www.eurosur.org).
"Y también está Irak. Ninguno de los
argumentos normalmente utilizados para el continuo bombardeo y
bloqueo de Irak tienen validez. La noción de que las
crueldades de Sadam sean únicas, es una ficción
abyecta. Los generales turcos, estimados miembros de la OTAN, han
matado 30.000 kurdos en la última década y les han
denegado el uso de su propio idioma. ¿Modernidad
responsable? Sadam nunca intentó una semejante
aniquilación cultural. El reino saudí ni siquiera
pretende respetar los derechos humanos, su trato
de las mujeres no hubiera sido aceptable ni siquiera en la
Rusia
medieval. Y en lo que se refiere a las armas nucleares, el
agresivo inspector de Unscom, Scott Ritter, insiste en que no
pueden ser toleradas. Israel, sin embargo, posee armas nucleares,
sin sanción alguna. Dobleces de este tipo y a una
semejante escala, llevan a los jóvenes a la
desesperación" (Tariq Ali The
Independent-Rebelión Sí, existe una
alternativa efectiva al bombardeo de Afganistán.
15-10-2001: www.eurosur.org).
(ENTREVISTA A G. SARTORI, EL PAÍS 8 DE ABRIL
DE 2001).
"En todo caso, si usted habla de religión, hay
diferencias. La comunidad
pluralista es para mí esa 'buena sociedad' que se
caracteriza por que, dentro de la diversidad, genera consenso e
integración. Si nuestra
civilización, la democrática liberal, se basa en
convicciones realistas que preceden a las construcciones
constitucionales y que son, por medio de la tolerancia, la
columna vertebral de nuestro sistema de creencias. Este sistema
es hoy perfectamente ajeno a las creencias religiosas. Con esta
premisa, digo que las dos cuestiones están en plantearse
si los inmigrantes que llegan desde el sur a Italia y España son
gentes fáciles de integrar y, sobre todo, si tienen la
voluntad de integrarse. Yo creo que no tienen ningún deseo
de integrarse salvo excepciones. E incluso si desearan hacerlo
serían los más difíciles de integrar, ya que
su sistema de creencias y de valores
difiere totalmente del nuestro" (Entrevista a G. SARTORI, El
País 8 de abril de 2001).
"No hago nunca consideraciones étnicas. Si las
hiciera, daría igual que fueran chinos, indios u otros.
Son tan diferentes como los otros y, sin embargo, no crean
reacciones xenófobas. Se trata de un problema cultural,
político y ético. Si fuera étnico
serían rechazados todos por igual. Pero el rechazo y la
reacción la genera culturalmente el islam, que es una
religión pública, no privada, una religión
muy fuerte y autoafirmativa. Las religiones
sincretistas son privadas y no afectan a la cosa pública.
Pero el islam, que pasa ahora con un fuerte renacimiento, es,
yo diría hoy que absolutamente, al cien por cien,
incompatible con la sociedad pluralista y abierta en Occidente.
Aunque los islamistas son muy diferentes entre sí, ellos
tienen un concepto del mundo propio que nada tiene que ver con el
colectivo de individuos con una base común, como somos las
sociedades occidentales. Los principios de las
dos culturas son antagónicas y son ellos los que nos
consideran a nosotros los infieles aunque estén
aquí (en Europa), no nosotros a ellos" (Sartori
Ibid.).
"No es fragmentación, es algo mucho peor, es la
disolución balcánica de nuestras cualidades
pluralistas. Lo que es muy posible. La sociedad abierta, como
contraposición a la cerrada, ya no es la que nos
conceptuaba Popper. Se trata de establecer cuán abierta
puede ser una sociedad abierta para seguir siéndolo. Se
trata de poder definir el valor de la diversidad, la solidez del
pluralismo, la importancia de la tolerancia. El pluralismo tiene
una larga historia en Occidente. Comienza al final de las guerras
religiosas del XVII. Entonces comienza a cuajar el concepto de
que la diversidad no es dañina, sino un valor
añadido, y a partir de ahí se desarrollan la
tolerancia, el consenso y el pluralismo, sobre estas piezas se ha
de basar la sociedad abierta para que no se colapse. Estas
nociones no son infinitamente elásticas. La apertura total
que supone la entrada indiscriminada de todo aquel que quiera
hacerlo nos deja sin espacio ni para respirar, pero además
supone la entrada de fuerzas culturales ajenas y enemigas al
sistema pluralista nuestro" (Sartori Ibid.).
"Hay tres criterios para establecer la supervivencia en
diversidad. El primero es la negación del dogmatismo, es
decir, precisamente todo lo contrario que predica el islam.
Cualquier cosa que uno haga tiene que ser explicada por
argumentos racionales. Todo acto tiene que ser explicado. No vale
eso de que Dios lo dice, o que es así. El segundo es que
ninguna sociedad puede dejar de imponer el principio de impedir
el daño y
esto supone que todas nuestras libertades siempre acaban donde
supondrían un daño o peligro de daño al
prójimo. Y el tercero y quizás más
importante es el de la reciprocidad. La reciprocidad dentro de la
doctrina de la tolerancia supone que no podemos ser tolerantes
con la intolerancia. Yo soy tolerante como anfitrión, pero
tú tienes que serlo asimismo desde tu papel de
huésped. La religión católica ha sido
durante mucho tiempo muy intolerante, hoy no se lo puede
permitir. Aunque muchas veces quisiera. Ya ha perdido para
siempre la ocasión de serlo. Pero el islam sigue pensando
en el poder de la espada. Y la obligación en estas
religiones es distinta. A la Iglesia católica no le gusta
que se vayan sus creyentes, pero se tiene que aguantar. La
islámica no te lo permite" (Sartori Ibid.)..
Sartori afirma que el pluralismo, por medio de una
integración voluntaria y racional, suma valores, mientras
el multiculturalismo fracciona y fragmenta, crea pequeñas
sociedades cerradas, de necesidad identitaria en las que ya se
disuelve la premisa de que todos los ciudadanos son iguales y
liquida así la ciudadanía, balcaniza.
"La reciprocidad supone que, si entras en un país
que no es el tuyo y te beneficias de ello, considerando que no se
te ha obligado a acudir al mismo, entonces debes atenerte a
los valores
básicos de la sociedad que te acoge. Si no lo aceptas, no
es que yo te vaya a echar, pero no te hago ciudadano con los
mismos derechos de un país cuyas reglas no aceptas"
(Sartori Ibid.).
El lugar principal de la integración
habría de ser la escuela
pública: "En la escuela. Es
ahí donde la segunda generación debe completar una
integración que para la primera es imposible por su
procedencia y nivel cultural" (Sartori Ibid.).
"Creo que hay mucho militante antirracista que genera
mucho racismo. Y creo
que mucho político debería tener más en
cuenta la ética de
la responsabilidad frente a la fácil ética de los
principios. Cualquiera puede ser bueno en sus intenciones. Pero
quien no sea responsable en el ejercicio público y
político, quien no tenga en cuenta cuáles pueden
ser las consecuencias de sus propias acciones, es un
irresponsable ante sus votantes, ante la sociedad entera y
finalmente también ante los propios inmigrantes" (Sartori
Ibid.).
Simón Royo Hernández
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