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Lengua y periodismo en el kiosco electrónico (prensa digital) (página 2)



Partes: 1, 2, 3

 

1   También a comienzos de 1996
llegó a México la
historia,
acuñada en Puerto Rico, de
que una extraña criatura mezcla de vampiro y demonio
asolaba en las zonas rurales destazando animales
domésticos e incluso, atacando a seres humanos. La leyenda
no había conmovido a los mexicanos hasta que el 
noticiero 24 Horas de Televisa presentó una ilustración tomada de Internet. No se dijo de
qué home page, ni cuál era su autor, pero
como provenía de una fuente tan sofisticada y junto con la
propagación que le dio la
televisión en cadena nacional, el "Chupacabras" se
convirtió en parte destacadísima del imaginario
social durante varias semanas.

1   Hace unos cuantos días, como es
bien sabido, 39 personas se suicidaron en San Diego a
consecuencia de una grotesca creencia. Al despojarse de sus
"contenedores", que es como denominaban a sus cuerpos, confiaban
en alcanzar a una nave espacial que vendría tras el cometa
Hele-Boop que en las actuales fechas cruza por esta región
del cosmos. El suicidio
colectivo en Rancho Santa Fe, aparte del horror y la
descomposición social que en sí mismo implica, ha
sido notorio por el uso que ésos miembros del grupo
denominado "Puerta del Cielo" hacían de la Internet. Por
si alguien tenía dudas, allí se demuestra
cómo, junto a informaciones y materiales del
mayor rigor científico, en la red de redes se propagan las
supercherías más extravagantes.

* * *

"   Uno  de los grandes riesgos,
quizá el mayor, de la Internet, es la abundancia de
trivialidades, basura y
mentiras que circulan por el ciberespacio. Por eso es preciso
tomar con reservas, muchas de las informaciones que aparecen
allí. En la prensa de todo el
mundo e Iberoamérica no es la excepción,
todavía se le da carta de
credibilidad aún a las informaciones más
caprichosas tan sólo porque aparecen en una página
electrónica. Eso no ocurriría si a
la Internet no se la siguiese viendo con una actitud de
mistificadora ignorancia. Con similar posición, docenas de
empresas
editoriales en nuestros países, igual que en el resto del
mundo, han inaugurado sus páginas electrónicas sin
saber bien a bien de qué les servirán.

   La Internet es tan nueva como medio de
comunicación con sus propias
singularidades, que la evaluación
de sus auténticos usos y alcances sólo puede
hacerse de manera provisional. Ni siquiera sabemos cuántos
cibernautas hay en el mundo (los cálculos
varían entre 25 y más de cien millones de personas)
y menos aún cuántos de ellos tenemos en los
países de lengua
castellana. Lo que sí puede documentarse, aunque tampoco
hay datos
específicos entre otros motivos porque se trata de un
panorama que constantemente cambia, es la enorme mayoría
de sitios diseñados y leídos en y
desde países anglosajones. El inglés
es, sin lugar a dudas, el idioma de la Internet. Y así,
también indudablemente, seguirá ocurriendo. Por
mucho que algunos gobiernos, universidades, publicaciones,
empresas de toda índole y ciudadanos a título
individual cotidianamente abren espacios en la Internet con
contenidos en nuestro idioma, prácticamente todos ellos
invariablemente remiten a home pages en inglés. Es
más: para saber qué hay en la Internet en castellano,
tenemos que acudir a índices, o localizadores, que
funcionan en inglés. Resulta inútil y sería
un tanto ingenuo quejarnos por esa situación. Simplemente,
vale la pena que no la olvidemos entre otros motivos porque no
deja de resultar peculiar que hablemos del web, los
sites, los bytes y el e-mail en un congreso
de la lengua española. Así es el mundo y al menos,
así es esa colección de espejos del mundo que
tenemos a nuestra disposición, para maravillarnos y
servirnos o para turbarnos y quitarnos el tiempo, en la
red de redes que es la Internet.

En el amplio
ciberespacio, la prensa en español es
casi inexistente

"   En esa colección de espejos, la
mayoría de los sitios disponibles son para el ocio. Es
falso que la Internet sea, hoy, un repertorio de espacios que
fundamentalmente sirvan para la información y la creación. Aunque
una de sus singularidades respecto de otros medios de
comunicación es su capacidad para la interactividad, en la
Internet casi todo es contemplación, sobre todo de sitios
de entretenimiento. Eso sí, como es bien sabido, hay
esparcimiento para todos los gustos.

   Al momento en que escribimos estas
líneas, la noche del sábado 29 de marzo, estos son
los temas por los cuales están preguntando los usuarios
del localizador Excite, uno de los índices
más extensos y populares que hay en la
Internet.

        
fellatio                          
tyra banks

        
clubmed                      
pay and rank

        
lilkim                            
economic interdependence

         heavens
gate              
garden

         black
girls                    
windows nt
secutity holes

        
aicpa                            
poseidon greek god

         jlscott
msn
com          
nude girlfriends

         teenage
abortion         microsoft
memphis

        
download
blood          
oak technology

        
today                           
fan clubs [4]

   En la Internet hay de todo —negocios y
espectáculo, aprendizaje y
holganza, ideas y tonterías, creatividad y
depravación–. También hay espacio para la prensa.
El kiosco digital que encontramos en la red de redes se compone
de versiones electrónicas de publicaciones cuyo principal
mecanismo de distribución está en sus ediciones
impresas y, por otro lado, publicaciones que son producidas
específicamente para la Internet.

   No existe un índice completo, ni
suficientemente confiable, de la prensa electrónica
–menos aún lo hay de las publicaciones "en línea"
en idioma español–. Uno de los sitios que proporcionan
acceso a una mayor cantidad de revistas es el Electronic
Newsstand
, o enews [5], en donde hay enlaces a más
de 2 mil revistas de todo el mundo, aunque especialmente de los
Estados
Unidos. La asiduidad de quienes se acercan a estas
publicaciones, nos permite saber cuáles son algunas de las
preferencias predominantes de quienes leen prensa digital. En
diciembre de 1996, las 20 publicaciones más consultadas
entre las que forman el catálogo de enews fueron,
en orden de preferencia, las siguientes:

1. Yellow Silk,

2. Discover

3. Business Week

4. The New Republic

5. The New Yorker

6. Economist

7. Playboy

8. National Business Employment Weekly

9. Guitar Player

10. Spin

11. Forbes

12. Chrysler Power

13. Civilization

14. Saturday Night

15. Foreign Policy

16. Journal of Commerce

17. Kiplinger’s

18. Management Review

19. Internet World

20. Healthy Kids 

Fuente: electronic newsstand, enews, "The Twenty
Most Popular Titles on Enews". December 1996.

   La publicación que encabeza ese
repertorio es una revista de
contenido erótico; le siguen una de divulgación
científica, un semanario de negocios y dos revistas de
contenido político y cultural. Entre las 20 más
leídas hay de todo: partituras para guitarra,
automóviles y finanzas,
espectáculos y ofertas de empleo,
sexo y
salud infantil.
¿Qué, de todo el acervo de enews,
está escrito en español? A fines de marzo pasado,
hurgamos en el directorio de ese sitio electrónico para
buscar publicaciones en nuestra lengua entre las más de 2
mil revistas a las cuales allí hay acceso. El
"directorio-monstruo", como se le anuncia, está organizado
por orden alfabético. En los títulos de las varias
docenas de publicaciones que comienzan con "A" no hay una sola
palabra en español, pero en la siguiente letra hallamos el
Bienvenido Magazine que sin embargo, está escrito
en inglés: se trata de una revista para inducir al
turismo a Puerto
Rico. En el índice de enews hay publicaciones en
primer lugar en inglés, pero también en
alemán, árabe, francés, hebreo, italiano,
japonés, latín, portugués y ruso. Sin
embargo la prensa en español no existe en ese importante
índice. Avanzando en él, encontranos Hispanic on
Line
, que es una revista mensual de la comunidad latina
en los Estados Unidos y que entre otros atractivos ofrece una
conversación interactiva con el cantante Julio Iglesias;
sin embargo, los textos son todos en inglés. Mucho
más adelante hallamos la revista Saludos Hispanos,
que contiene información sobre carreras y educación
universitarias, pero también en inglés. Entre las 2
mil revistas compiladas en ese kiosco electrónico hay
publicaciones sobre ciencia
política,
computación, espectáculos,
electrónica, finanzas, fotografía, gastronomía, golf, literatura, música, religiones, salud, 
sexo y sexualidad,
viajes y
viviendas, entre muchos otros temas. Pero ni una sola de esas
más de 2 mil revistas, está en
español.

   Constatar la limitada presencia, a veces
incluso inexistencia de la prensa en español en la red de
redes, puede ser un tanto masoquista pero también
engañoso. Como todos sabemos, igual que muchas otras
expresiones del desarrollo
tecnológico, la Internet ha sido creada, desarrollada y
utilizada, fundamentalmente en idioma inglés. Los
cibernautas de todo el mundo encontraron que la mayoría de
los sitios en la red de redes funcionan en esa lengua y
así la han seguido propagando. Desde ese punto de vista,
sólo con fingido candor o con una suerte de
fundamentalismo lingüístico, podemos asombrarnos de
la escasa presencia de sitios en español.

   Pero esa débil cuota de
páginas en nuestra lengua en la red de redes,
también puede ser considerada como expresión de las
dificultades que hay en nuestros países tanto para el
acceso a la
comunicación en la Internet, como para la
propagación de nuestras culturas en ese medio. Desde
luego, hoy en día en la world wide web
que algunos prefieren denominar la "telaraña mundial" de
la Internet, existen millares de páginas en español
(a comienzos de 1997 en México, por ejemplo, tenemos unos
2 mil sitios diferentes en ese espacio audiovisual de la
Internet). Una cantidad importante de todas ellas, ha sido
colocada por empresas editoriales que buscan propagar por ese
nuevo espacio los contenidos que de cualquier manera
editarían con los tradicionales recursos impresos
y algunas pocas, son revistas que sólo circulan en el
ciberespacio. A la fecha, no existen índices
específicos y que a la vez sean suficientemente amplios y
actualizados, de la producción periodística en
español en la Internet. Los índices disponibles
reunen a todo tipo de publicaciones y están elaborados con
criterios que se consideran pertinentes para la mayor parte de
los actuales usuarios de la red de redes, que son anglosajones.
Todavía ahora, quizá el 80 por ciento de los
cibernautas en todo el mundo, son estadunidenses y canadienses.
Así que no es de extrañar que los catálogos
de páginas electrónicas estén
diseñados según las preferencias de esos
usuarios.

   La Internet es una extraordinaria fuente de
información aunque, como señalamos antes,
también de distorsión y confusión. El
material allí disponible es tan abundante que casi siempre
resulta abrumador. Por eso, especialmente en materia de
noticias, cada
vez prospera más la "personalización" de
índices y localizadores, para que el usuario reciba en su
computadora
informaciones y otros materiales periodísticos
clasificados de acuerdo con sus intereses más
específicos. El "periódico
personal" que,
con diversos formatos puede diseñarse ahora, tiene la
ventaja de que en él aparecerán materiales sobre
temas determinados, aunque con la enorme limitación de que
restringimos la información a los asuntos que hemos
señalado como atractivos para nosotros.

   El último grito de la moda
cibernáutica son los servicios de
"entrega" de información específica que buscan,
seleccionan, organizan y nos muestran materiales noticiosos de
muy diversas fuentes a
través de un software especial. Cada uno de esos
servicios (la mayoría, de manera gratuita) ofrece la
consulta de los temas que nos interesan en las publicaciones y
bases de datos
periodísticos más relevantes en la Internet.
¿Cuántos de esos servicios y en qué medida,
incluyen entre sus fuentes de
información al periodismo
electrónico en idioma español?

   Hace pocas semanas la revista PC
Magazine
, sin duda la de mayor circulación en el mundo
de las computadoras,
publicó una selección
de los localizadores de noticias ahora disponibles para la
Internet. Algunos de ellos comienzan a funcionar apenas nos
conectamos con la red de redes y cada vez que se localiza un
material afín a los intereses que hemos indicado, la
información aparece en algún sitio de nuestra
pantalla. Otros ofrecen noticias continua, otros más
despliegan su selección cuando abrimos una ventana
específica. Allí pueden mostrarse, según
nuestros gustos, noticias locales e internacionales, pronósticos del clima,
comentarios políticos, asuntos deportivos o de casi
cualquier índole. PC Magazine seleccionó a
once de estos servicios como los más accesibles y
completos y nosotros los visitamos uno por uno en busca de prensa
en español [6]. Todos ellos, toman a diversos
periódicos, revistas y medios con presencia en la
Internet, como fuentes informativas para sus usuarios. Entre esas
fuentes hay diarios y revistas, agencias de noticias, servicios
de comunicación, estaciones de radio y televisión, cuya información en
todos los casos ya se encuentra en la Internet.

   La utilidad de tales
servicios radica en la compilación que de ese amplio y
creciente universo hacen
esos localizadores. Por ejemplo, la Air Media Live Broadcast
Network
busca información en las fuentes primarias,
que aparecen mencionadas de la siguiente manera. CNN, Reuters,
Reuters-Variety, UPI, Knight-Ridder, America On Line, Movie Link,
AFP, Ziff Davis, ITAR-TASS, Freese-News Weather, I-Golf,
Quote.Com, World Entertainment News, Travelgram, Lottery World,
Psychic Advice On Line, Yoyodyne. Ninguna de esa veintena de
fuentes informativas suele recoger noticias de los países
de habla hispana. En un catálogo de fuentes secundarias,
se incluye a Interpress Service que suele incluir noticias de
América
Latina y a una agencia llamada South America Business
Information. El servicio
Psychic Advices, que ofrece horóscopos en línea,
tiene más relevancia que las agencias con noticias de los
países de habla hispana.

   After Dark Online ofrece
búsquedas en el archivo
electrónico del USA Today entre otras fuentes, pero
ninguna de ellas en español. Lo mismo ocurre con
AlphaConnect StockVue que se especializa en
información financiera, BackWeb que acude al
Jesuralem Post y The Wall Street Journal,
Castanet Tuner que entre otros servicios proporciona
canales de discusión de noticias e IBM NewsTicker.
El paquete de entrega de In-Box Direct, patrocinado por
la empresa
Netscape, recopila noticias en las páginas de The New
York Times
, USA Today, Mercury Mail, Sports
Illustrated
y People Daily entre otras publicaciones
electrónicas y tiene la singularidad de acudir a varios
diarios y revistas no estadunidenses: Australian
Finantial
, Elle International, Rheinishe Post On
Line
, The Daily Mirror, Finantial Times Review
y Mondadori On Line. Entre ellos, se incluye una
publicación, por fin, española: Correo
Expansión Directo,
especializado en finanzas. Nada
más.

   El octavo servicio de búsqueda de
noticias que revisamos fue Intermind Communicator que
ofrece 170 "canales" que acuden a otras tantas fuentes de
noticias, entre ellas las páginas en Internet de varias
estaciones de televisión y radio. Ni una palabra en
español. El servicio Netdelivery busca en los
principales índices de la red pero no ofrece acceso
específico a publicaciones electrónicas. El True
PoinCast Network
tiene 16 "canales"; el de noticias,
proporciona enlaces a las páginas de Reuters, CNN y otros
servicios pero ninguno en español.

Exageración
y realidad en las audiencias de la prensa en red

"   Mención aparte merece el
localizador My Yahoo! News Ticker, que no tiene enlaces
directos a otros servicios de noticias pero que cuenta con el
enorme banco de datos
del índice más popular en la Internet, el
denominado Yahoo!, que organiza centenares de miles de
páginas electrónicas por países, o por
temas. Es decir, My Yahoo no ofrece acceso a alguna o
varias compañías de noticias en particular sino una
búsqueda, posiblemente más lenta que otros, en un
universo mucho más amplio.

   En la página de sitios "web" regionales
(que es como se les denomina a los no estadunidenses) registrados
en los índices Yahoo!, buscamos los
subíndices destinados a países de habla hispana. En
cada uno de ellos se mencionan varias categorías (gobierno,
economía,
cultura,
etcétera) y en el rubro destinado a "noticias y medios"
localizamos las páginas específicas de
publicaciones impresas y electrónicas.

   El resultado, aparece en el cuadro 1, en el
Anexo de esta ponencia. La segunda columna muestra el
número de sitios, o páginas electrónicas,
que los índices Yahoo! atribuyen a cada nación.
La tercera, la cantidad de espacios clasificados como de "news
& media", que es desglosada en las cinco siguientes columnas:
revistas, periódicos, radio, televisión y otros
medios. Estos datos deben ser tomados como indicativos y no del
todo puntuales, ya que todos los días surgen algunos y
desaparecen otros sitios en la Internet. De ellos, el
índice que consultamos no necesariamente comprende a
todos. El criterio para incluir en el rubro "noticias y medios" a
una publicación no siempre es riguroso. Hay revistas
latinoamericanas o españolas que no aparecen en esta
clasificación y sí en "política", o
"cultura". En el caso de los periódicos, casi siempre se
trata de diarios con páginas en Internet pero
eventualmente, son incluídas publicaciones de otra
periodicidad. Con el propósito de comparar la
situación de la prensa iberoamericana en la Internet con
la de otros países, añadimos al final del cuadro
los datos de algunas otras naciones. No fue posible encontrar
cifras completas de la presencia estadunidense, porque no hay
índices específicos para todas las páginas
de ese origen, excepto las que se refieren a publicaciones de
contenido local.

   Descontando a las publicaciones en
inglés pero registradas en alguno de los países
latinoamericanos, tenemos que al momento de esta revisión,
el índice Yahoo! incluía, en su
categoría "news & media", 67 revistas y 88
periódicos en español. Por supuesto estos datos son
parciales porque, insistimos, hay publicaciones que no son
registradas por ese índice o que no están
clasificadas en el mencionado rubro. De cualquier forma, ese es
un universo significativo de la prensa en español en la
Internet. En total, los mismos índices, sin
distinción de idiomas o nacionalidades, reconocen la
existencia de 613 revistas y 522 periódicos en la red de
redes [7].

   Aunque provisionales, esos datos nos
permiten tener un panorama de la presencia de la prensa en
español en la Internet. En los parámetros que hemos
mencionado, las revistas en nuestro idioma constituyen algo menos
del 12% de la oferta
periodística que en ese género hay
en la Internet y de los periódicos en la red, los que se
editan en español alcanzan algo menos del 17%.

   Hay otros indicadores
del periodismo en este idioma. El índice "Medios de
comunicación españoles en la red" que mantiene
Miguel Angel Monjarás Llorente, enlista al 10 de marzo de
1997, 23 diarios y semanarios de carécter general y
regional, un suplemento, una revista de información
general, una agencia de noticias, 7 estaciones de radio y TV, 5
medios de información económica, 4 publicaciones de
carácter deportivo, 7 de ciencia, cultura,
literatura o educación, 2 medios de información
musical, 6 relacionados con la Internet o la informática y uno más de
índole no especificada [8]. Con un criterio más
holgado porque junto a diarios y revistas o magazines incluye
boletines, cartas de
noticias y otros materiales de diversa índole informativa,
un reciente libro
especializado en periodismo electrónico registra, hasta
mediados de 1996, 110 publicaciones españolas en las
redes. La primera de ellas fue El Temps de Valencia,
surgida en 1994 [9]. Los autores de ese trabajo,
consideran que: "En España,
pese al retraso que nuestro país suele tener en estos
temas, la demora en la aparición de publicaciones en
línea no ha sido tan alarmante como cabría
sospechar en un primer momento. De hecho, durante los dos
últimos años han surgido sucesivamente las
versiones electrónicas de un elevado número de
periódicos y revistas españoles hasta formar un
nutrido grupo de medios impresos en Internet"
[10].

   Por lo que respecta a México, el
México Index, uno de los índices más
completos de las sitios que este país tiene en la
Internet,  incluye en marzo de 1997 a 54 revistas y
56 periódicos con páginas electrónicas
(aunque algunos de ellos no son diarios mexicanos) e incluso en
esa relación encontramos varias ausencias
[11].

   Los anteriores datos son inevitablemente
provisionales en vista de la constante apertura de espacios
electrónicos de toda índole. Pero de la audiencia
que alcanza el periodismo en la Internet no se cuenta con
acercamientos estadísticos. Eso sí, no pocos
editores de páginas en la red padecen la ilusión,
ignorante a veces pero en otras ocasiones desvergonzada, de
quienes suponen que cada sitio en la Internet es visitado por
millones de personas.

   En la red de redes, como hemos dicho,
deambula una cantidad de entre 35 y 60 millones de
usuarios [12].
Pero eso no significa que cada una de las páginas que son
instaladas en la telaraña electrónica
atraerá a ese número de lectores.

   No hay estadísticas completas sobre la cantidad de
páginas que ahora existen en la WWW, pero suman centenares
de miles [13].
Las más visitadas, son unas cuantas. Las que reciben a
más usuarios, suelen ser las páginas de
información práctica, o las de entretenimiento. Por
ejemplo, la home page de "My Virtual Reference Desk", un
servicio de información enciclopédica que recopila
datos de 6 mil sitios en la Internet, recibió 113 mil
visitas entre setiembre de 1995 y mayo del 96, es decir, un
promedio de menos de 450 cada día. Se trata de uno de los
espacios más frecuentados en la Red. Conviene recordar ese
dato, para compararlo con la audiencia de algunas páginas
de prensa electrónica.

   La moda de colocar en la Red de Redes el
contenido de las publicaciones impresas, junto con el enorme
caudal de divulgación e interactividad que puede implicar,
también causa infatuamientos gratuitos y hasta necios. Con
frecuencia, algunos editores aseguran que todos los días
tienen centenares de miles de lectores, aunque no tengan manera
verosímil de comprobarlo. De ser ciertas esas estimaciones
jactanciosas, la prensa electrónica estaría
desplazando definitivamente a la de carácter impreso y no
parece que estemos, al menos todavía, en esa
situación.

   Para mencionar un ejemplo, en marzo de 1996
el diario mexicano El Universal abrió su
página en la WWW. Siguió así los pasos de
diarios como La Jornada, Reforma y El
Economista
y de la misma forma que algunos de ellos, se
valió de los servicios de la Universidad
Nacional Autónoma de México, que tiene el proveedor
de conexiones a la Internet más grande en el país.
Poco después los editores de El Universal, no
sabemos si por ignorancia o por exagerados, llegaron a ufanarse
de haber tenido una cantidad de consultas que sería nueve
veces superior a la del "Virtual Reference Desk", pero en menos
de la cuarta parte del tiempo antes mencionado. Pocas semanas
después de haber inaugurado su presencia
electrónica, en la primera plana de su edición
en papel ese periódico incluía una nota con el
siguiente titular: Superó el millón de
consultas, por medio de Internet, EL UNIVERSAL

[14]. La
información se refería a un encuentro que tuvieron,
en las instalaciones del diario, los directivos de dicha casa
editorial y varios funcionarios de la UNAM, encabezados por el
entonces Rector, José Sarukhán. El
periódico se ufanaba de que en menos de dos meses, su
edición electrónica había tenido esa
millonaria cantidad de consultas.

   No es nueva la actitud de un medio de
comunicación mexicano para exagerar sus cifras de
circulación (en este caso, circulación
electrónica) para impresionar a los despistados. Lo que
llamó la atención fue que El Universal
aprovechara el hecho de haber sido anfitrión de las
autoridades centrales de la UNAM y que esa institución
académica no hubiese aclarado el evidentemente desmesurado
cálculo, del que aparecía como
responsable. En la Internet, existen recursos para medir la
afluencia de cibernautas. Hay páginas que tienen
contadores, que se actualizan cada vez que un usuario "entra"
para mirarla, consultarla o intreractuar en ella. La
página de El Universal, al menos cuando
apareció aquella nota, no contaba con ese
recurso.

   Es casi seguro que el
diario mexicano más leído en la Internet sea La
Jornada
, entre otros motivos porque su orientación
editorial, que a riesgo de
esquematizar demasiado puede considerarse como de
centro-izquierda, concide con las simpatías políticas
del mundo universitario que todavía tiene presencia
importante entre los usuarios de la red de redes. La
Jornada
inauguró su página electrónica
en febrero de 1995 y pronto, el exceso en la demanda por
parte de lectores en todo el mundo obligó a colocar un par
de "espejos" que reflejan desde otros servidores
electrónicos el contenido que ese diario pone a circular
en la red. Dos años después, La Jornada
informaba que la cantidad de consultas diarias en su
página electrónica era ya de 85 mil
[15]. Ello no significa
necesariamente que ése sea el promedio de lectores a
distancia de ese diario. 85 mil consultas, puede ser el
número de accesos a cada uno de los espacios de la
edición cotidiana y del archivo en línea de La
Jornada
. Por ejemplo, un lector que: (1) abre la portada,
luego se detiene para (2) ampliar una fotografía, pasa (3)
al editorial, lee (4, 5 y 6) tres noticias diferentes, consulta
(7) la sección de cartas y luego busca en la página
de ejemplares anteriores (8) una información de la semana
pasada (9) habrá realizado nueve consultas que son
contabilizadas de manera separada. Es decir, el dato de 85 mil
accesos diarios puede dividirse entre ocho o diez –o
más– para saber la cantidad aproximada de lectores que
cada día tiene la página electrónica de ese
diario.

   Aún así, 9 u 11 mil lectores
cada día (o quizá menos, pues el promedio de
accesos de cada usuario puede ser mayor) no es una cantidad
despreciable lo mismo dentro de los parámetros de consulta
que hay en la Internet, que en comparación con la
circulación real de los diarios en México. La
versión en línea del diario estadunidense The
Wall Street Journal
que apareció a fines en 1993,
llegó a alcanzar hasta entre 45 mil y 50 mil "entradas"
cada día cuando el acceso a su contenido era gratuito. En
1995 comenzó a cobrar una cuota primero de 12
dólares mensuales incluyendo la suscripción a la
versión impresa de ese periódico y más tarde
de 20 dólares anuales sólo por la edición
interactiva y sus editores aseguran que actualmente atienden a
cerca de 30 mil personas al día [16].

   En enero de 1997 el diario madrileño
El País, que apenas en mayo anterior había
inaugurado su página en Internet, informaba que en los
días laborables, tenía un promedio de 32 mil
lectores diarios. El País realizó entre los
lectores de su página electrónica una encuesta de
donde resultó que más del 80% de quienes
respondieron, viven en España y un 8% en América
Latina. Es decir, los consumidores de esa información son
primordialmente cibernautas de lengua española. Puede
considerarse que de la misma manera que alcanzan poca presencia
en los índices internacionales, las páginas de las
publicaciones hispanoamericanas son leídas
fundamentalmente por cibernautas de los mismos países en
donde son editadas.

   Entre los mismos encuestados, la
página electrónica más visitada es la de la
empresa
Microsoft  (que, no en balde, ofrece en su página en
español una liga directa a la de ese diario) con el 6.8%
de preferencias y el segundo sitio lo tiene la misma
página de El País con 6.2%. Las versiones
electrónicas de otros diarios españoles, ABC
y El Mundo, tienen los siguientes sitios con 2.5% y 2.3%
de las preferencias según esa encuesta. Como se puede
apreciar, los usuarios que prefieren un diario, tienen a las
páginas de otros periódicos entre sus
favoritas [17].

Incertidumbres y
vicisitudes del periodismo en la Internet

"   Si el periodismo en la red es un asunto
reciente, todavía lo es más el periodismo en lengua
española. Aún no tenemos indagaciones de los
resultados y experiencias de esta forma de expresión pero,
esencialmente, podemos considerar que comparte las ventajas,
incertidimbres y vicisitudes que tienen todas las publicaciones
electrónicas.

·       
   La rentabilidad
financiera del periodismo electrónico sigue siendo, en lo
fundamental, una expectativa a mediano plazo. La gran
mayoría de las publicaciones electrónicas en
español, a semejanza de las que hay en inglés, son
de acceso gratuito. Cuando tienen ingresos propios
es por la venta de espacios
publicitarios que son leídos por los cibernautas que se
asoman a esas páginas. El financiamiento
fundamental de estas páginas corre a cargo de las casas
editoriales que, además de la versión en tinta y
papel de su periódico o revista, incursionan en la nueva
modalidad que significa tener la versión
electrónica. El futuro de la publicidad en la
Internet sigue siendo incierto. Cuando confrontan las
expectativas de quienes promueven sus páginas
electrónicas con la realidad de audiencias todavía
modestas aunque sin duda crecientes, los anunciantes dudan en
mantener sus avisos pagados. Además entre los usuarios de
la Internet sigue existiendo cierta reticencia, por cierto cada
vez menor, a admitir los espacios publicitarios a los que algunos
consideran como intromisión en la antaño
descomercializada red de redes.

·       
   Hasta ahora, la utilidad principal de estas
páginas en la red de redes ha sido para sus lectores,
más que para editores o anunciantes. Los estudiantes
mexicanos que hacen posgrados en Europa, ahora
pueden leer cotidianamente periódicos de su país.
Los españoles que radican en Venezuela,
Argentina o México, pueden tener acceso a la prensa
madrileña incluso antes de que los primeros ejemplares
lleguen a los kioscos en la Puerta del Sol. Los estudiosos de
asuntos latinoamericanos en universidades o centros de investigación estadunidenses cuentan con
material de primera mano acudiendo todos los días a
docenas de publicaciones en la red. Todos ellos salen ganando, al
menos en oportunidad, al tener en sus pantallas los textos e
ilustraciones que antes sólo podían conocer varios
días después. Pero para los editores de estas
revistas y diarios, además del servicio adicional que
ofrecen, por lo general con cargo a las finanzas producidas por
sus ediciones impresas, la principal y a menudo difusa utilidad
es simplemente de imagen
pública: tener una edición electrónica es
una manera de formar parte del periodismo de apariencia
más contemporánea, es un recurso para ser, o
parecer, modernos.

·       
  Una de las características de la Internet es
la facilidad para poner en circulación ideas y mensajes a
costo muy bajo.
Es preciso tener algunas destrezas técnicas,
pero no hace falta ser diplomado en cibernética para organizar y colocar en
línea una página en el web. Tanto así, que
hoy circulan por la Internet millares de páginas con
información que no le importa mas que a quienes la
colocaron allí: anécdotas, trivia, simplezas y
bagatelas de toda índole, abundan en la red de redes.
Pero, curiosamente, esa facilidad para publicar, que es de alguna
suerte un recurso democratizador, ha sido poco aprovechada por
los usuarios de lengua española. La gran mayoría de
las publicaciones electrónicas que circulan en este
idioma, han sido colocadas por empresas que de una u otra 
ya manera forman parte de la institucionalidad editorial en sus
países. A diferencia de lo que ocurre con grupos
políticos, estudiantiles y de los más diversos
segmentos sociales en los países anglosajones que ponen a
circular centenares de publicaciones electrónicas, este
recurso es, comparativamente, poco utilizado por cibernautas de
habla hispana. Hay muy pocas publicaciones en este idioma que
circulen exclusivamente en la Internet; casi todas son reflejo,
copia o síntesis,
del periodismo impreso y casi siempre, comercial o
institucional.

·       
   La interactividad, es otra de los
particularidades de la Internet que aparece poco en las prensa
electrónica en castellano. A diferencia de numerosas
revistas y diarios cuyos espacios de discusión se
encuentran entre los segmentos más visitados en sus
versiones electrónicas, la prensa latinoamericana y
española en línea, emplea escasamente ese recurso.
La posibilidad de opinar sobre los temas que aparecen en cada
edición electrónica es poco aprovechada,
quizá porque los usuarios de lengua española tienen
menos afición por ese tipo de participación.
Podemos aventurar incluso, que los cibernautas en español
son más contemplativos que aquellos que se comunican en
inglés, o en otros idiomas. Los sitios de discusión
en nuestra lengua, por ejemplo en los foros Usenet, son muy pocos
aunque con mayor propensión a los textos largos, con
vehementes parrafadas, a diferencia del estilo conciso,
más con interjecciones que con ideas, que prevalece en las
discusiones electrónicas en idioma
inglés.

   Ese es un estilo, por cierto, simplificador
del discurso y de
la arquitectura
lógica
de la escritura
tradicional. Cuando se sustituyen los razonamientos en extenso
por las frases breves, a menudo acrónimos o con
interjecciones o símbolos ortográficos para expresar
estados de ánimo, se abrevian también las ideas. En
la WWW, una de las publicaciones que ha abierto foros para sus
lectores es el diario español El
País
.

·       
   La prensa en español en la Internet
suele ser repetición, o síntesis, de las ediciones
impresas. En el mismo formato o en alguna adaptación para
las pantallas de computadora, las noticias, los comentarios y
fotografías y viñetas de la prensa en papel y
tinta, son digitalizadas para que circulen por la red. Hasta
donde sabemos, aún no hay ediciones completas que se
renueven específicamente para los lectores en
Internet.

   En el periodismo electrónico
estadunidense ya comienza a manifestarse alguna rivalidad,
todavía incipiente, entre las ediciones tradicionales y
las versiones para la red de redes. En marzo pasado, el
periódico The Dallas Morning News decidió
publicar en su versión para Internet una noticia
exclusiva, antes de que apareciera en la edición impresa.
La confesión de Timothy McVeigh, acusado de la
trágica explosión en un edificio en Oklahoma en
abril de 1995 y que era una noticia muy atractiva para los
estadunidenses, apareció en la página de ese diario
en Internet y pudo ser reproducida en muchos otros medios, de tal
suerte que ya era conocida cuando el Dallas Morning la
imprimió para sus lectores tradicionales. Al parecer, la
redacción del diario quiso adelantarse a un
posible veto judicial gestionado por los abogados de
McVeigh [18].

   Ese episodio marca nuevas
tendencias en el periodismo electrónico. Por un lado la
prensa dispone de un recurso adicional, que al menos
hipotéticamente la pone a salvo de interdictos legales;
las publicaciones electrónicas pueden actuar así
como coberturas, o coartadas, de sus hermanas en el periodismo
impreso. En segundo lugar, la prensa escrita compite, aunque sea
de esa manera indirecta y en un nuevo espacio, con los medios
electrónicos; en opinión de un especialista en
estos asuntos: "durante unas horas, un periódico ha podido
acabar con el privilegio del cual gozan otros medios como
la radio y la
televisión: el de la inmediatez… es una verdadera
revolución
tecnológica" [19]. Y en tercer término, el
periodismo en línea comienza a tener sus propios ritmos:
habrá publicaciones electrónicas que se mimeticen
con la inminencia frenética que suele caracterizar a la
televisión y la radio buscando y haciendo circular
noticias a raudales, en tanto que algunas otras prefieran el
relativo sosiego que en comparación con los medios
electrónicos puede tener el periodismo impreso en donde es
importante dar a conocer un acontecimiento, pero también
lo es ponerlo en contexto, documentarlo, explicarlo. Entre la
competencia por
la novedad y la búsqueda de la reflexión, el
periodismo electrónico tendrá que encontrar sus
propios parámetros.

·       
   El de los derechos de
autor, es un tema sin solución que deambula por toda
la red de redes. En el caso de las páginas personales en
el web hay pocos reclamos si alguien copia un archivo,
pero para periódicos y revistas que son muy celosos del
copyright en sus ediciones impresas, la presencia en
Internet se ha vuelto una fuente de fugas y plagios casi
incontrolable. La legislación internacional y nacional
sobre derechos de
autor en la red de redes, aún es incipiente. Las reuniones
internacionales dedicadas a discutir este asunto sólo han
concluído en que el análisis de esa cuestión debe
proseguir. Por una parte, es difícil establecer qué
materiales están protegidos legalmente y cuáles no,
cuando se trasladan del periodismo impreso a la
circulación en las redes, a menos que se trate de textos o
imágenes cuya reserva legal haya sido
realizada de manera específica (y aún así,
no siempre está claro que la reserva legal incluya a los
materiales digitalizados para su circulación
electrónica [20]). En segundo lugar, es
prácticamente imposible impedir que un usuario copie un
texto o un
archivo gráfico, que lo mismo puede guardar para su
atesoramiento personal que para reproducirlo en otro sitio,
incluso en la Internet misma. En tercer término, aunque
esto sea más subjetivo, en la red de redes ha existido una
suerte de comunitarismo solidario que, más allá de
ideologías, ha defendido el libre flujo de ideas y el
intercambio más flexible de documentos
electrónicos e incluso la propagación de programas de
cómputo gratuitos.

   Una de las revistas en línea
más visitadas y expropiadas, es la conocida
Playboy. Aunque el acceso a sus páginas está
cada vez más restringido a quienes se suscriben a ellas (y
mediante una cuota reciben una contraseña para entrar a la
edición electrónica) la reproducción de fotografías de las
justamente célebres conejitas ya tiene preocupada a la
empresa de Mr. Hugh Heffner. Esas ilustraciones, lo mismo son
copiadas para servir como "papel tapiz" en las pantallas de
millares de computadoras personales, que como atracción en
otras páginas electrónicas, muchas de las cuales
venden material de contenido sexual. Eileen Kent, vicepresidente
de Nuevos Medios de Playboy, ha anunciado que se estudian varias
medidas para imprimir una "marca digital" en esas
fotografías para que cuando sean utilizadas sin
autorización su empresa pueda entablar demandas
legales [21].

   El debate al
respecto, sigue abierto. A fines de 1996, uno de los miembros de
la presidencia de la conferencia de
la
Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual en Ginebra, el finandés Jukka Liedes,
explicaba ese confuso panorama en los siguientes términos:
"¿Quién es el responsable de una infracción
(en Internet)? ¿el que apretó el botón (para
hacer una reproducción)?, ¿el que pidió a
otro que apretara el botón? ¿O el propietario del
establecimiento donde el botón fue apretado? Internet es
un fenómeno global y tenemos que definirlo. No hay una
legislación global. Sólo podemos llegar a acuerdos
que proporcionen soluciones
nacionales" [22].

   Para seguir con las interrogantes,
¿cuál es el futuro de la prensa en la Internet?
También a ese respecto de desgranan y polarizan las
opiniones. Hay nostálgicos de la tinta y el papel que
aseguran que el ritmo de la escritura y la lectura, la
cadencia de la publicación impresa, la costumbre y el
costo de los diarios y revistas, hacen imprescindibles a las
publicaciones impresas. Nada es equiparable, dicen, al placer de
leer el diario durante el desayuno o a la facilidad de doblarlo
para traerlo bajo el brazo en el metro. Pero ya hay quienes
desayunan delante de su laptop conectada a la Internet y
ahora es técnicamente posible (aunque sea con riesgo de
nuestra integridad personal delante de posibles asaltantes) andar
por la calle con una computadora pequeña conectada a un
teléfono celular. Por su parte, los
defensores del periodismo electrónico aseguran que
allí está el futuro de la prensa, que la escasez de papel
hará indispensables a los recursos de información
digitales y que las hemerotecas serán más
accesibles por módem y además, menos
polvosas.

   Una opinión singular por su
controvertida personalidad
pero que reproduce el estado de
ánimo triunfalista que los editores de prensa
electrónica quieren tener respecto del periodismo
tradicional, ha sido manifestada por Larry Flynt, el creador de
la revista pornográfica Hustler y sobre cuya
biografía
el cineasta Milos Forman hizo una reciente y discutida
película. En 1995 comenzó a aparecer en la Internet
Hustler Online y ya hay quienes piensan que
sustituirá a su hermana mayor impresa. Flynt considera:
"La circulación de todas las revistas ha declinado en los
pasados 10 años. Por otra parte, Hustler Online
creció a un ritmo del 500 por ciento el año pasado.
¿Por qué ocurre eso? Creo que es la comodidad y
privacía que la Internet ofrece. Para obtener una copia de
Hustler debes ir a comprarla al puesto de revistas o
suscribirte, pero si tienes una computadora a tu alcance, puedes
tener acceso a la revista y leerla ahí mismo. Creo que las
revistas seguirán existiendo, pero el futuro está
en la Internet" [1].

   El periodismo impreso y el que se propaga
de manera electrónica tienen, cada uno, singularidades.
Quizá más que competir entre sí, puedan
complementarse. "Obviamente –dice R.U. Sirius, cofundador de la
revista Mondo 2000  especializada en asuntos de
cibercultura
los medios interactivos despliegan capacidades que no tienen los
medios impresos. En la medida en que este campo se vuelve
más intuitivo, se democratiza el intercambio de
imágenes, video y sonido. Con el
texto inteligente, la Red es potencialmente el mejor sitio para
investigar. Es un gran lugar para los foros públicos. Sin
embargo, las presentaciones de cuerpos de texto complejos,
creativos y substanciales, son preferibles de manera impresa.
Mucha gente no lee con gusto los textos más largos en la
Red".

   Más dura con el periodismo
tradicional, es la opinión de David Talbott, editor de una
de las revistas electrónicas más relevantes,
Slate (La Pizarra) patrocinada por Microsoft: "La Red ha
producido sólo un puñado de buenas publicaciones
nuevas en los dos años recientes. Al mismo tiempo, el
mundo impreso no sólo no ha producido ninguna nueva
publicación de calidad en los
años recientes, así que me parece que el momento
creativo de la edición ahora se encuentra en línea.
Ninguna publicación impresa surgida recientemente, puede
competir con Salon, Slate, HotWired o
Feed. No sólo esas publicaciones en la Red
desarrollan una gran escritura, sino que además burbujean
con la retroalimentación de los lectores que no es
posible excepto en las limitadas páginas de las cartas al
editor" [2].

 

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