- Una Promesa de
Honor - Asesinatos, conspiraciones y
traiciones - Arlequines y
polichinelas - La vía
chilena al socialismo - El papel del
totalitarismo mediático - La muerte y
la restauración de Salvador Allende
La tragedia de Allende, que es tanto la del propio
Chile como la del resto de nuestra región, al ingresar en
la hora más oscura del siglo XX, trae consigo la simiente
de una esperanza que permanece y es aun posible divisar en el
horizonte cercano de una persona, de un
ser responsable que busca ser solidario en el día a
día, junto al diferente.
Una Promesa de
Honor
El joven Salvador Allende, ya líder
del movimiento
estudiantil chileno, a la muerte de
su padre, y ante su tumba, lanza una promesa de honor,
trascendente como pocas lo serán, en lo privado como en lo
público, a lo largo de su intensa vida.
En esta promesa, proferida en circunstancias existenciales tan
removedoras, Allende se consagra a la lucha social, en un acto
que antes que ideológico, responde, al estar de lo
expresado por el chileno Tomás Moulian , a la fuerza de los
afectos, que tiene asiento a su vez, en el mensaje ético
que fue la vida de su propio padre.
La tragedia de Allende, que es tanto la del propio Chile como la
del resto de nuestra región, al ingresar en la hora
más oscura del siglo XX, trae consigo la simiente de una
esperanza que permanece y es aun posible divisar en el horizonte
cercano de una persona, de un ser responsable que busca ser
solidario en el día a día, junto al diferente.
Excede y hasta conspira con la intención que anima estas
palabras, el pretender desarrollar aquí y ahora, una
visión crítica
de la llamada "vía chilena al socialismo".
Antes bien, pretendo dar testimonio de un legado moral y
político plenamente vigente y cargado de posibilidades de
darse lugar en nuestros pueblos.
Asesinatos, conspiraciones y
traiciones
Las sucesivas conspiraciones norteamericanas y criollas,
los asesinatos de los generales Schneider, Prats, un año
después que Allende, y la del edecán naval de
éste, el comandante Arturo Araya, bien como los actos de
sedición perpetrados por grupos fascistas
chilenos, la permanente y consabida intervención de
empresas
norteamericanas que buscaron junto a su gobierno, hasta
que lo consiguieron, derrocar al Presidente Allende y así
sembrar el terror en la hermana nación
trasandina, todo esto, siendo brutal, despiadado y casi
enajenante, no ha logrado acallar el grito que viene de lejos y
aun es dable escuchar:
¡Jamás dejaremos de luchar porque la libertad plena
y la autodeterminación de nuestros pueblos, expresada por
ejemplo en el libre desarrollo de
nuestras potencialidades económicas, comerciales y
culturales, se de lugar y posibilidades reales!
Este imperialismo
de luz azul; sin
costo y que logra
atraer a todos los mosquitos, esos funcionarios serviles que, las
más de las veces, encaramados en niveles de alta
decisión de las economías de sus países, se
postran ante el coloso y rinden pleitesía. Tras lo cual,
llevan a sus respectivos pueblos el mensaje de libertad y
desarrollo para aquellas empresas que antes como hoy, buscan el
mero rédito para sus propias arcas, con la consiguiente
dádiva para estos mensajeros de lo oscuro.
Algún personaje de tercer orden, incluso, del gobierno del
Presidente Allende, ha salido en misión a
otros países de la región, mostrando su pasado pero
dejando en segundo plano su presente de funcionario de otra de
aquellas trasnacionales.
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