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Las Corrientes de Misterios (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Si en la Cuarta Epoca Post-Atlante Cristo
experimentó la muerte y la
resurrección en el mundo físico, el suceso central
de la 5ª Epoca Cultural Post-Atlante –del Alma
Consciente
– es, a partir de la conversión de Micael en
Espíritu del Tiempo,  la Resurrección de
Cristo en el Mundo Etérico
durante el siglo XX, cuyo
plano ha quedado impregnado por la irradiación
crística, así como en el futuro impregnará
también los mundos astral y egóico. En los Nuevos
Misterios que saldrán de la reunión de los de
Oriente-Occidente y Norte-Sur, habrá de desarrollarse el
nuevo ser humano Cristificado del futuro. En definitiva, todas
las Escuelas de Misterios y las corrientes históricas de
todos los tiempos quedaban congregadas y unificadas en una sola,
al servicio de
Cristo. 

Sobre la base de diversas charlas dadas por Rudolf
Steiner a finales de 1923 y en torno al Congreso
de Fundación de Navidad, y en
base al texto de
Bernard Lievegoed sobre "Las corrientes europeas de Misterios y
los Nuevos Misterios", hemos recopilado los datos esenciales
que componen el presente artículo acerca de las cuatro
corrientes de Misterios tradicionales, los cuales
formarían una cruz, cuyo brazo horizontal
está formado por la unión de la corriente
post-atlante oriental del Grial (desarrollada en India, Persia,
Caldea y Grecia) y la
corriente de misterios occidental portadora de las fuerzas
solares etéricas del conocido Oráculo del Sol
Atlante que luego sería del Rey Arturo y de la primitiva
Iglesia
Cristiana Irlandesa, cuyas dos ramas se reunieron en el
año 869 cuando Parsifal se convirtió en rey del
Grial. Después de Cristo la corriente de sabiduría
oriental se unió con el Yo Espiritual (el
Manas hindú), el cuerpo astral purificado de Cristo, y la
corriente occidental se unió con el Espíritu de
Vida
(el Buddhi hindú), el cuerpo etérico
depurado también del Cristo.

      El brazo o
eje vertical de esa cruz está constituído por
corrientes mucho más antiguas, como son las del Norte, de
la Epoca Hiperbórea, (luego de los pueblos
germánicos y del Impulso del Ego), y la del Sur,
proveniente de la Epoca Lemur, que posteriormente tras
desarrollarse en Roma y Egipto
daría lugar al Impulso de la corriente Rosacruz y del
Hombre
Espíritu (el Atma hindú). Los griegos denominaron a
estas dos corrientes, de misterios Apolíneos, en el Norte,
para depurar la naturaleza
humana y la mente procedente de la Epoca Atlante, y la de los
misterios Dionisíacos, que enseñaba al hombre a
relacionarse con las fuerzas metabólicas internas de su
cuerpo físico y a transpasar la muerte hasta
su resurrección por la fuerza de
Cristo. Así como los misterios orientales
pretendían despegar el cuerpo astral y el físico
para espiritualizar al hombre, los misterios meridionales del sur
intentaban meter el cuerpo astral más profundamente dentro
del cuerpo físico (y ese es el objetivo del
vino dionisíaco), para luego transcender la
vinculación a la materia 

El
origen de los Misterios

 Tradicionalmente lo que se proporcionaba a los
hombres en los misterios era un "sendero" de desarrollo que
les conducía a la Iniciación, precisamente para
continuar y vitalizar la relación con el mundo espiritual,
pues aunque durante las culturas Atlantes el hombre era
todavía clarividente y clariaudiente en un estado de
ensueño, con el curso de la evolución la clarividencia natural se
había hecho cada vez más débil. El sendero
de entrenamiento
tenía por objeto purificar el cuerpo astral de las
influencias Luciféricas, y después de las
Ahrimánicas, y así con la Iniciación el
pupilo despertaba el "Yo" y podía cruzar el umbral entre
los mundos físico y espiritual, para colocarse al servicio
de las Jerarquías "Angélicas" o Divinidades
Positivas. 

Haciendo una breve sinopsis del desarrollo
cosmogónico del curso evolutivo humano podemos decir que
las primeras semillas del cuerpo físico fueron depositadas
por las Jerarquías correspondientes en la evolución
del antiguo Saturno, para desarrollarse luego en las sucesivas
cadenas planetarias hasta los cuerpos actuales. Posteriormente en
el antiguo Sol se depositaron las semillas del cuerpo
etérico y en la antigua Luna las del cuerpo astral, hasta
que en la Tierra,
como un regalo de los Elohim, el ego del hombre fue despertado en
las envolturas del alma.  

Y así cuando la Tierra fue
formada en el ámbito espacial, se repitió en su
primera fase el proceso de
desarrollo del antiguo Saturno en la llamada Epoca Polar
en que fue depositada la semilla del cuerpo físico actual,
pasando después a la Epoca Hiperbórea en que
dentro de un proceso de encogimiento gradual del globo
terráqueo se repitió la fase del antiguo Sol, hasta
que éste se separó de la Tierra,
depositándose entonces la semilla del cuerpo
etérico, semejante a la planta. El cuerpo astral, que
convertiría al hombre en un ser sensible/sentiente, se
originó en la Epoca Lemúrica, donde
todavía no había ego, y es entonces que aparecieron
las contrafuerzas de los seres Luciféricos para apoderarse
de los cuerpos astrales embrionarios.  

Tras la separación de la Tierra y la Luna, la
Tierra se contrajo a su presente tamaño espacial, y es en
la siguiente Epoca Atlante, al arrastrar aquella luna
consigo la mayor parte de  las fuerzas astrales negativas,
cuando las primeras culturas atlantes se fueron formando, y
así se constituyeron las bases de los pueblos iniciales
negros, negroides y toltecas, guiados por grandes seres
jerárquicos. Con el nacimiento de la cuarta cultura
atlante, los turanios, fue depositada por los Espíritus de
la Forma la semilla del ego como cuarto principio en la triple
forma humana, siendo entonces cuando los seres Ahrimánicos
emprendieron su influencia sobre los hombres para endurecer su
ego, mediante el desarrollo de las magias chamánicas. Con
las enormes catástrofes naturales, que hicieron cambiar al
continente atlante, al clarearse las nieblas hasta entonces
siempre presentes, al hacerse visibles las estrellas y hacerse
navegables las aguas, se fueron desarrollando las sucesivas
culturas atlantes, la Akadia (con los pueblos mercantiles
mediterráneos, los fenicios, los
cretenses, los vascos, los fenicios), y la Mongol (los
esquimales).  

Los jóvenes egos atlantes todavía
vivían dotados de una clarividencia decreciente que les
permitía relacionarse con el mundo espiritual, y de la
cual surgían grandes capacidades y sabiduría en sus
cuerpos astrales, hasta que el Diluvio y otros cataclismos
sísmicos y atmosféricos hicieron perecer y
desaparecer la mayor parte de la Atlántida. El desarrollo
espiritual era conducido por los Oráculos, que eran
lugares donde ciertos seres espirituales realizaban revelaciones,
y donde a través de los sacerdotes contestaban a preguntas
y daban instrucciones y pautas directivas para la vida cultural y
espiritual. El oráculo central y principal de los
oráculos de los planetas fue
el del Sol, desde el cual los seres Jerárquicos de la
esfera del Sol condujeron el desarrollo de la humanidad bajo la
guía del Cristo. Y así continuaron vivos tales
oráculos donde los seres superiores del mundo espiritual
se comunicaban con la humanidad, hasta que en el período
Post-Atlante siguieron vigentes algunos de tales oráculos,
como el de Delfos, en los tiempos griegos, en el que Apolo
hablaba a su pueblo. 

Los Misterios en
las Culturas Post-Atlantes

Durante la quinta cultura atlante el "divino"
Manú del Oráculo central del Sol seleccionó
a un grupo de
humanos que habían perdido ya algo de su clarividencia y
que habían desarrollado en su lugar los principios de la
facultad pensante, y les condujo a Asia Central, a
la zona del desierto del Gobi, donde se sentaron las bases de las
futuras civilizaciones y culturas Hindú, Persa y
Egipcio-Caldea. 

Los Misterios procedentes de Asia Central fueron
denominados Misterios Orientales de
Sabiduría
, y fueron dirigidos por los grandes
Iniciados e Instructores de la humanidad de los tiempos atlantes,
que se habían retirado ya de la Tierra a la esfera
espiritual de la luna desde donde revelaban dicha
sabiduría cósmica. El
conocimiento de los Misterios Orientales estaba influenciado
e inspirado de forma Luciférica, con el fin de apartar a
los seres humanos de su camino terrenal de evolución y
persuadirles para que optasen por vivir en el Nirvana de un mundo
espiritual, lejos del dolor y falsedad del mundo material (de
hecho el mismo Lucifer encarnó en una escuela de
misterios en China hacia el
año 3.000 antes de Cristo para suministrar su
sabiduría en forma de imágenes
de pensamiento de
contenido espiritual). 

Mientras que los Misterios de Oriente eran de
Sabiduría, los Misterios Nórdicos y
Germánicos
europeos  eran de valor y
voluntad, pues desarrollaban tanto el ego como las fuerzas que
permitirían al hombre enfrentarse con valentía y
coraje al mal para conquistarlo y redimirlo, que es la misión del
actual alma consciente. Son misterios Saturnales, de la
tierra y de la voluntad, pues se basan en fuerzas de la
tierra y de lo físico que tuvieron su origen en el antiguo
Saturno,  mientras que los Misterios Orientales son Lunares
(luciféricos, basados en el Nirvana 
espiritual). 

De Irlanda son oriundos los grandes Misterios de
Hibernia
, los misterios del sol, como continuidad
del oráculo central del Sol de los tiempos atlantes, en
los que el pupilo, después de una larga
preparación, aprendía a conocer lo que hay
detrás del Verano y el Invierno, lo Masculino y lo
Femenino, el Sol y la Luna,
la Ciencia y
el Arte, en
conexión con las fuerzas solares dadoras de vida, la
agricultura y
la cría de ganado. 

Los Misterios del Sur o Meridionales
conforman la cuarta corriente de misterios, los Misterios del
hombre provenientes de Egipto (el culto a la
momificación), vía Roma (desarrollo del pensamiento
judicial basado en la posesión privada), en los que el
materialismo
se desarrolló gradualmente como una forma de
evolución del alma consciente, lo cual fue transferido a
la Iglesia Católica y a la cultura burguesa materialista,
al protestantismo que posteriormente dió lugar al movimiento
Rosacruz. En estos misterios del cuerpo físico, se
experimenta la Imitatio Christi: su muerte y su
resurrección, y coinciden con lo que los griegos en los
tiempos precristianos conocieron como Misterios
Dionisíacos
. Dionisos como puente y comprensión
del Cristo, cuya fuerza solar requería, como nota
común a todas las referidas corrientes, la
transformación de la sabiduría en amor.

El Misterio del Grial y la Corriente
Oriental
 

El Grial, portador de las fuerzas de resurrección
cristianas, como objeto sagrado está conectado con el
misterio de la sangre de Cristo
y con el cáliz que contuvo el vino en la ultima Cena
("Esta es mi sangre"), en el cual José de Arimatea
recogió la sangre que fluía de las heridas del
Cristo crucificado, que luego fue llevado a Inglaterra, y se
convirtió en el centro del Castillo del Grial, Camelot en
la isla de Avalon, y de la Tabla Redonda del Rey
Arturo.  

En otra lectura de la
leyenda del Grial, Steiner nos dice que se trataba de una piedra
preciosa en la corona de Lucifer que sirvió como copa en
la última cena y que en realidad era un ser
angélico, solo visible a los Iniciados Cristianos, que
permaneció leal y fiel al Sol y que hizo el sacrificio de
venir a la Tierra con los ángeles luciféricos para
inspirar a los que fueran capaces de penetrar en el misterio del
Cristo Cósmico. Este ser Micaélico trabaja en el
misterio de la eterización de la sangre en que el hombre
se convierte en entusiasta en virtud de la energía del
espíritu y de las fuerzas puras del corazón.
Cuando Cristo abandonó la esfera solar, para unirse a la
individualidad de Jesús de Nazareth, dejó su
"Hombre Espíritu" (su cuerpo físico espiritualizado
por el ego, equivalente al Atma en términos
hindúes) en la esfera del Sol, y a través de su
"Espíritu de Vida" (el cuerpo etérico
espiritualizado de Cristo, equivalente al Buddhi hindú)
Cristo llegó a la esfera etérica de la
Tierra. 

Durante el bautismo en el Jordán el ego y el "Yo
Espiritual" de Cristo se unieron con los cuerpo físico,
etérico y astral de Jesús de Nazareth, y vivieron
en ellos durante los tres años que transcurrieron entre el
bautismo y la crucifixión. El "Yo Espiritual" es el cuerpo
astral purificado y espiritualizado por el Cristo, y a
través de él la sangre roja turbia portadora de las
pasiones se transforma en la sangre rosada del cáliz
traído por el Cristo desde Oriente a los hombres
cristianos que le acogieron en su corazón. Rudolf Steiner,
en sus conferencias sobre la eterización de la sangre,
describió cómo por gracia divina la corriente
etérica discurre desde el corazón humano hasta la
glándula pineal, y desde allí irradia al cerebro como luz
etérica espiritual. Esa luz dorada de la sangre
etérica que irradia la cabeza sería el halo o aura
en los cuadros de los pintores medievales como símbolo
tradicional de la santidad.  

El sendero al Cristo cósmico, el ser que desde el
antiguo Saturno ha acompañado amorosamente la
génesis y desarrollo del hombre y que trabajó desde
la esfera solar en esa dirección después de la
separación del Sol, requería la purificación
del cuerpo astral oscurecido, para convertirlo en el Yo
Espiritual, que quedaría así penetrado con la
cualidad de las fuerzas del Cristo Cósmico. Dicho camino
sería el sendero de Parsifal, el iniciado solar que es
aquella piedra de la corona de Lucifer que Micael arrancó
con su golpe, que conformaría la vía futura de
desarrollo para la humanidad en la venidera  etapa del alma
consciente, y que constituye en suma la Ciencia del
Grial, renovada y reasumida en los tiempos actuales por toda la
doctrina antroposófica. 

 Los Misterios de Hibernia, los Celtas
y la Corriente Oriental 

Hibernia es la antigua Irlanda, uno de los restos del
continente atlante, y por tanto está conectada con la
clarividencia atlante y el gran Oráculo Solar Atlante. En
sus ocultos misterios mayores el discípulo tenía
que pasar por una experiencia interna entre dos estatuas, una de
ellas masculina fría e invernal que retrotraía las
condiciones previas al nacimiento y al pasado cósmico de
las etapas de la antigua Luna, el antiguo Sol y el antiguo
Saturno, y la otra estatua femenina, cálida y veraniega,
que aportaba imágenes de un futuro tras la muerte y de las
futuras etapas de Júpiter, Venus y Vulcano. Y entre esos
pasado masculino y futuro femenino el discípulo encontraba
el nexo común del Cristo como el Ser Cósmico
aglutinador de todas las etapas. 

A su vez los pueblos celtas, de origen
Indo-germánico, llegaron a las áreas occidentales
de Europa dentro del
primer milenio antes de Cristo. De entre ellos los Dorios,
alrededor de ese año 1.000 a. C. se instalaron en Grecia,
mientras que los Latinos se trasladaron a Italia y las
llamadas tribus celtas se extendieron por las Alemania y
Suiza actuales, así como por la Francia
Occidental, Irlanda, Escocia e Inglaterra, de forma que todos
estos pueblos griegos, romanos y celtas vinieron a asumir y
aportar el primer impulso Cristiano. 

Toda la cultura Celta estaba basada en la triplicidad,
de manera que más que el contraste binario bien-mal o
luz-oscuridad, lo fundamental era la forma ternaria, el medio y
el equilibrio
entre los extremos. Su sociedad
estaba dividida en tres clases: los guerreros, los
druidas (sacerdotes y jueces) y los bardos
(cantores y médicos). Eran guerreros terribles, hasta el
sacrificio total, cuyo mayor triunfo era la muerte heróica
en el campo de batalla y cuyas leyendas
heróicas, reyes divinos, druidas y mundo divino
regían todos los aspectos de sus vidas. Los celtas
llegaron a saber que el Gran Espíritu del Sol estaba
preparando su descenso a la Tierra, pues el espíritu de la
raza de los pueblos célticos estaba fuertemente conectado
con las fuerzas cósmicas del Cristo, hasta convertirse con
posterioridad al año 900 en el espíritu conductor e
introductor de la Cristiandad esotérica. La música de sus bardos
domeñaba sus impulsos guerreros, les conectaba con los
espíritus de la naturaleza
(los elementales) y era el alma del pueblo. Y todo ello hizo
posible que los Celtas asumieran el Cristianismo
sin grandes cambios en su propia estructura
social y anímica, a través primero de San
Martín, quien fundó la primera comunidad
cristiana, y mediante su extensión paulatina a todo el
Continente europeo por medio de la fundación de iglesias a
lo largo de todo su territorio. 

Un nuevo ideal apareció: el del Rey Cristiano
con sus caballeros cristianos
, cuyo ejemplo fue el Rey Arturo
con su Tabla Redonda. Arturo representaba al Sol en medio de los
doce símbolos zodiacales, los caballeros de la
espada enviados a combatir la injusticia y la brutalidad, y
liberar a la "doncella" de alma pura de los dragones amenazantes.
Se desarrolló un estricto código
de honor, con prototipos como Perceval-Parsifal, convertido en
caballero de la palabra, a través del cual, una vez
nombrado Rey del Grial, se llegaría a unir la corriente
artúrica Occidental del Espíritu de Vida con la
corriente de sabiduría Oriental del Yo Espiritual,
simbolizado en el Grial. Y después del año 869, en
que ambas corrientes se unieron, la Cristiandad esotérica
entró en una nueva fase guiada por el ser del
Espíritu Céltico de raza. 

Los
Pueblos germánicos y la Corriente del
Norte
 

Los Misterios del Norte eran una reminiscencia de la
antigua Hiperbórea, cuando el Sol estaba todavía
unido a la Tierra y los cuerpos físico y etérico
del ser humano, semejante por aquel entonces a una planta, eran
dirigidos desde lo alto por elevados seres solares. Steiner
explicó que cuando Lemuria pereció bajo las aguas
del diluvio, un grupo de almas altamente espiritualizadas
permanecieron como seres etéricos, e hizo que dicha
región permaneciese en el recuerdo de los pueblos
posteriores como un paraíso etérico, cuyos
habitantes, provistos de un alto grado de clarividencia eran
similares a almas grupo para muchos cuerpos que posteriormente se
convertirían en grandes instructores de la humanidad. Las
almas Hiperbóreas vivían en profundo secreto en el
país de las Hespérides y las Gorgonas, donde los
griegos tenían que ir a buscarlas para sus iniciaciones, y
constituían los verdaderos misterios
apolíneos. 

En el lejano Norte existió esta comunidad de
misterios muy bien escondida, que trabajaba a partir del puro
eter solar, pues la naturaleza les había suministrado con
gran abundancia de esa fuerzas etéricas solares. Las
tribus Germánicas, cuando los pueblos atlantes viajaron
con el divino Manú hacia el este, se dirigieron a
Escandinavia, y los Escitas al Este del mar Negro, y mientras los
pueblos turanios atalantes, por causa del mal uso de sus fuerzas
etéricas, desencadenaron la ruina de la Atlántida,
la esfera etérea Hiperbórea tuvo que sanar aquellas
fuerzas etéricas degeneradas. Los dirigentes de los
misterios preservaron la verdadera linea hereditaria, adaptando
la costumbre social de que niños
nacieran en Navidad, durante las llamadas doce noches santas: el
individuo que
nacía primero en la noche del 24 de diciembre era educado
en los misterios para convertirse en Rey de su tribu, desde los
trece a los treinta y tres años, y aquellos que
nacían antes o después de este período de
Navidad eran niños de desgracia, engendrados a partir del
impulso procreativo. 

La evolución Germánica está
representada en la iniciación por la que hubo de pasar su
Dios Odín, quien hubo de permanecer durante nueve
días y nueve noches colgado de un árbol a merced
del impulso del viento, y a través del sufrimiento de su
cuerpo fue capaz de convertirse en discípulo del sabio
Mimir, quien le enseñó el lenguaje y
la capacidad de hablar (y así el desarrollo de un lenguaje fue
el primer paso en la educación de las
tribus germánicas). La representación de la segunda
iniciación de Odín consistió en pasar tres
noches en una cueva con la serpiente en que se había
convertido una doncella, que guardaba en una escudilla en la que
habían escupido los dioses sabios las fuerzas
fermentativas divinas, permitiéndosele entonces a
Odín tomar un sorbo de la bebida, hasta terminar de
vaciarla por completo, e inmediatamente salió volando en
forma de águila. Todos los poetas y cantores bebieron de
esta bebida y recibieron la fuerza mágica de la
canción. Odín así se convirtió en
maestro de los cantores Skalten, comparables a los bardos
célticos. 

En Odín los pueblos germánicos adoraban a
un ser que era el boddhisattva de su época, el cual,
sacrificando su propio ser terrestre, se convirtió en
maestro del lenguaje, el canto y la escritura,
así como de la compasión para el pueblo. El
boddhisattva se convertirá en el futuro en el Maitreya
Buddha para aportar "el bien a través de la palabra". Los
pueblos germánicos tenían que atravesar por una
etapa semejante a la infancia, tras
la caída del hombre en la Atlántida, y aunque se
les retiró la sabiduría sin embargo desarrollaron
la voluntad, que ellos dirigieron a la tierra (por lo que se
hablaba de Misterios de la Tierra). El antiguo Norte Europeo
estaba caracterizado por la abundancia moral, la
firmeza, la habilidad práctica y la plenitud de fuerzas,
incluso más de las que en realidad necesitaba para su uso
personal, por
lo que empleaba ese exceso o excedente en las guerras. Cada
germano era "hijo de un Rey". Bravura, presencia de ánimo
y magnanimidad fueron las fuerzas que se desarrollaron en los
misterios germánicos. 

Las tribus germánicas se dividieron en dos
grupos, el
primero de los cuales, compuesto de  Godos y Alanos, fue
enviado a Rusia antes de
una nuestra era, y viajaron luego hasta Asia Menor de donde
trajeron prisioneros cristianos, con los que se constituyeron las
primeras Iglesias Cristianas. Por su parte el segundo grupo, los
Godos orientales ocuparon Grecia y viajaron alrededor del Mar
Adriático al Norte de Italia, mientras los Godos
Occidentales viajaron, a través de Francia, hasta España,
donde fundaron su propio imperio, de forma que toda esta
corriente Este-Oeste germana es una Corriente
Cristiana. 

La segunda corriente germánica fue la del
Norte-Sur, procedente de Escandinavia, la cual, como corriente
pagana era la portadora de los antiguos misterios
Germánicos. Estos pueblos Germánicos no fueron
cristianos como lo fueron los celtas, sino que fueron Vikingos
marineros que aportaron su labor en la formación de Europa
en el período del alma consciente incluso a pesar de haber
asolado sus costas del norte salvaje y cruelmente, hasta que uno
de sus clanes, los normandos se estableció en
Normandía, desde donde su rey Guillermo el Conquistador
dominó Inglaterra con mano de hierro, a
partir de cuyo momento Europa despertaría de su larga
época de desarrollo infantil. 

Los misterios del Norte despertaron con el
crepúsculo final de sus antiguos dioses y con la
pérdida paulatina de la clarividencia. Todos los dioses
perecieron a excepción de Aesir, que fue el
Arcángel Vidar, quien, lleno de coraje y voluntad y con la
ayuda de las fuerzas excedentes del pueblo, conquistó al
ahrimánico Lobo Fenris. Tales misterios del Norte
despertaron de nuevo posteriormente cuando Micael se
convirtió en Espíritu del
Tiempo. 

La Corriente del
Sur
 

De entre los Misterios referidos en su momento por
Rudolf Steiner: los de la Luz, del Hombre y de la Tierra, los
Misterios de la Luz o Sabiduría procedían de
la India y eran misterios jerárquicos que en Europa
condujeron al feudalismo y
después a la ciencia moderna, de manera que, mientras no
fueron cristianizados como corriente del Grial, fueron empleados
por Ahriman para sus propios propósitos. 

 Los Misterios del Hombre que conforman la
Corriente del Sur, que fué originada en Lemuria,
llegó a Europa a través de Egipto y Roma.
Influenciada por Lucifer, condujeron al desarrollo de la vida
judicial y a la larga a la burguesía europea con sus
libertades civiles. La Cristiandad se convirtió en el gran
sistema de
leyes que es
la religión
Católica Romana, llena de legalismos y conceptos
jurídicos provenientes de Roma, con ideas base como la
deuda y la culpa que nunca existieron ni en los misterios del
este ni en Grecia. 

Los Misterios de la Tierra que a su vez
constituyen la Corriente del Norte, se convirtieron en el
fundamento de nuestra vida económica, como una de las
bases de la cultura del alma consciente. Lo
económico  ya no se apoya en la fraternidad ni en el
espíritu, sino que se ha convertido en el más
grosero egoísmo y frío despotismo que amenazan con
engullir a toda la humanidad. En tal corriente los opositores son
los Asuras, el real AntiCristo que intentan destruir el
desarrollo del ego de la humanidad, los cuales únicamente
pueden ser neutralizados y conquistados mediante la fuerza del
Cristo etérico y la compasión por el sufrimiento de
los oprimidos. 

Al igual que ocurrirá con todas las corrientes en
el futuro, la Corriente Céltica Occidental
sacrificó su existencia y desapareció de los planos
externos cuando su espíritu de raza se convirtió en
el Conductor de la Cristiandad esotérica
oculta. 

La Corriente del Sur es la de los misterios del cuerpo
físico y es la más antigua, pues fue Hermes
Trimegistro, el inspirador de la cultura egipcia, quien
aportó los misterios del cuerpo físico, el templo
donde reside el alma en su camino de vuelta al espíritu
(si Salomón fue capaz de construir su templo fue porque
poseía la sabiduría egipcia, que conocía las
medidas del cuerpo). La práctica de la momificación
egipcia, y con ella los misterios Meridionales, se basan en la
redención de la materia a través de la
resurrección. 

La Corriente Meridional, Cainitas y
Rosacruces
 

Y aquí hemos de introducirnos brevemente en la
interpretación acerca del misterio del
fratricidio de Caín, quien en realidad fue hijo de Eva (la
"Madre Tierra") y de un Eloha Espíritu de la Forma Solar
que no fué el Eloha Jehová (del cual sí
descendía Abel), lo cual significa que Caín no
había experimentado la "caída" del hombre en la
época Lemur, sino que procede de un tiempo anterior entre
la a épocas Hiperbórea y Lemúrica, que
constituyó el paraíso arquetípico
cósmico que fue la repetición del Antiguo Sol y
donde habitaban los elevados seres solares Apolíneos,
junto con el hombre como forma etérica semejante a las
plantas. Durante
la transición a la época lemúrica tuvo lugar
el tercer paraíso, donde con la incorporación a las
formas humanas del cuerpo astral apareció la primera
humanidad, llamada Adam-Kadmon, hermafrodita y presexual, hasta
que durante el desarrollo lemúrico ocurrió la
separación de sexos a la que se refiere el relato
bíblico de Adán y Eva. 

La parte de la humanidad que mantuvo sus prerrogativas
solares de nacimiento fue denominada los Cainitas, que
convivieron con los hijos de Adán, los Abelitas, quienes
se enraizaron mucho más que aquellos en la materia y en la
tierra, y que fueron los que experimentaron la llamada
"caída" relatada en la Biblia cuando se separó la
Luna de la Tierra, guiados por el Eloha Jehová, que
había descendido de la esfera del Sol a la esfera de la
Luna. Y así Abel, creado por Jehová, fue un pastor
o nómada que vivía de lo que producía la
naturaleza naturalmente, mientras que Caín, el hijo solar,
labraba y cultivaba el suelo, y como
fuera que Jehováh solo recibía los sacrificios de
su hijo lunar, Caín generó su propia caída
al ocasionar la muerte de Abel. 

Así como Caín era hombre de una
época pasada que contaba con el don de la voluntad
mágica originada en el Arbol de la Vida de la época
Hiperbórea, Abel contaba con la sabiduría de su
padre Adán procedente del Arbol del Conocimiento.
La tarea de los descendientes del primero, como hijos del sol,
sería transformar su voluntad mágica en arte, como
artesanos, músicos y constructores, mientras que la
humanidad abelita representaban a la casta sacerdotal como
fundadores de la religión y detentadores de la
sabiduría cósmica, y a los reyes dominadores del
poder. Mientras que el cainita muestra una
notable desvinculación del mundo físico y
está en el mundo sin ser del mundo (pues en realidad
procede de los agnisvattas que desobedeciendo a Jehová no
quisieron encarnar en principio), el abelita se identifica mucho
más con la
personalidad y la apariencia fenoménica del mundo
material. 

Desde una perspectiva estrictamente religiosa Abel es
hijo de Dios (Jahveh), y Caín del hombre. Pero si se mira
desde la perspectiva esotérica de las escuelas
histéricas, Caín es el hijo de Dios, porque
retrasó su encarnación hasta que existieron en la
tierra cuerpos suficientemente evolucionados que pudieran
acogerle, y porque siempre mantiene la consciencia de su ser
espiritual, individual y autónomo (lo describe San Juan
diciendo de ellos como "No nacidos de la sangre ni de la carne,
sino del Espíritu Divino"), mientras que Abel sería
el hijo del hombre porque no es capaz de cultivar una consciencia
propia del espíritu, y para ello depende siempre de su
Dios. 

Un hijo de Caín, Enoch, construyó la
primera ciudad, y el sucesor de Abel, Hermes
Trimegisto fundó los misterios egipcios, y ambos
estuvieron estrechamente relacionados por diferentes vías
dentro de la Corriente Meridional en el sendero de superar la
muerte del cuerpo físico, y así ambos, Caín
y Abel, son representantes de la Corriente del Sur, del descenso
dentro del cuerpo físico, siguiendo caminos separados que
en algún momento futuro se reunirán de nuevo.
Mientras que los cainitas hicieron su tarea de hacer que la
Tierra-Madre fuera utilizada y ennoblecida mediante sus fuerzas
solares, los hijos de Abel, lunares y Seth entre ellos, fueron
pastores y sacerdotes, hasta que el sucesor de Abel,
Salomón, alrededor del año 1.000 a.C.
concibió la construcción del templo de Jerusalem,
mediante la técnica de un hijo de Caín, que fue
Hiram, el maestro constructor (que consigue la sabiduría
por medio de la superación de las pasiones y deseos
físicos), quien posteriormente, según nos cuenta
Steiner, sería Lázaro (el discípulo Juan, el
más querido por Cristo), el resucitado y el primer
iniciado, que experimentó conscientemente la muerte
física y
la resurrección. 

La influencia de las formas sociales egipcias,
conducidas por un Espíritu de la Forma convertido en
Luciférico (retardatario y conservador de tales estructuras
obsoletas y jerárquicas piramidales), junto con la
influencia del pensamiento jurídico romano, incidieron
sustancialmente en la formación de la Iglesia Cristiana,
lo cual daría lugar luego a un período oscuro
durante la Edad Media en
que la Cristiandad del Grial fue abolida. Hasta que en el siglo
XIV encarnó, bajo el nombre de Christian Rosencreutz, el
que en vida previa como Tomás de Aquino habría sido
el baluarte de un aristotelismo cristianizado, y que daría
nacimiento a los Rosacruces, los primeros alquimistas que
buscaban la Piedra Filosofal (la Piedra del Amor, donde el Cosmos
de Sabiduría había de convertirse en Cosmos de
Amor), así como médicos y artesanos, que trabajaban
en forma silenciosa y anónima, siguiendo un camino de
Iniciación Cristiana. El verdadero Rosicrucianismo estaba
asociado con los misterios Egipto-hebráicos, la Corriente
del Sur, los Misterios del Hombre. 

Como sea que el Rosicrucianismo había asumido la
batalla interna contra la forma rígida y jurídica
que había asumido la Iglesia Cristiana, a partir del siglo
XVII fundamentalmente se produjo una batalla directa con la
ciencia materialista y el poder eclesiástico, cuya sombra
de origen lemúrico rigió hasta que Micael se
convirtió en Espíritu del Tiempo, finalizando
así la oscura Kali Yuga. La luz alumbraría en un
momento posterior, durante los siglos XX (la creación de
la Antroposofía) y XXI en que encarnan individualidades de
las cuatro corrientes de misterios, preparadas antes de su
nacimiento en la estera Solar bajo la guía del mismo
Micael. 

Resumen de las diversas Corrientes
tradicionales
 

     Sintetizando las ideas previas,
podríamos decir que los Misterios de sabiduría
Orientales
han actuado exotéricamente en la Sociedad,
coadyuvando a la promoción de la mentira ahrimánica
de la visión materialista del mundo y del reduccionismo a
la realidad social estadística, caricaturizando así la
sabiduría del Grial, mientras que los Misterios
Occidentales
ya no ejercen influencia social alguna, pues se
han sacrificado a sí mismos con su desaparición. La
corriente del Norte, en que los pueblos germánicos
habían consagrado su atención al trabajo sobre
la tierra, ciñó su sabiduría al impulso de
desarrollar la vida económica, mediante la
diferenciación de diversos pueblos europeos y el despertar
del ego y la voluntad, de cara a un posterior desarrollo del alma
consciente. Y así mientras que las corrientes Oriental y
Meridional persiguen la sabiduría, las corrientes
Septentrional y Occidental buscan que el amor surja
y fructifique en el ego. 

En cuanto a la Corriente del Sur y de los
Misterios del Hombre, hay que decir que en su ámbito
eclesial cristiano ya no tiene nada que ver con el Cristo, sino
más bien con una época pretérita de
Jehová, al no aportar a nuestra cultura externa otra cosa
que una arcáica vida espiritual jerarquizada y una
Cristiandad jurídica y administrativa. El misterio de la
resurrección consiste en la purificación de la
materia ahrimánica del cuerpo físico y el triunfo
sobre la muerte, mediante la unión del hombre con las
fuerzas de resurrección del Cristo. 

La corriente del Sur está ligada originalmente
con el esoterismo judío, y guiada por el Eloha lunar
Jehová, pues el Génesis de la Biblia comienza con
la primera pareja humana, Adán y Eva, que volvió de
la Lemuria, al comienzo de la Atlántida,
dividiéndose en las dos corrientes de Caín y Abel,
con el objetivo de que se despertase el ego en el pueblo
judío donde el Cristo pudiera encarnar, hasta el Misterio
de Lázaro-Juan y el Rosicrucianismo del período del
alma intelectual. 

Por todo ello, los cuatro brazos que
representarían las cuatro extremidades (las cuatro
corrientes básicas) dela cruz a la que hacíamos
referencia en el primer capítulo de este artículo,
aspiran a unirse en los Nuevos Misterios, a partir del año
1899 con el final del Kali Yuga: En el brazo del Norte de esa
cruz el ego despierto aprende a desarrollar el Amor. En el brazo
del Sur los Misterios del Sur dan lugar a la resurrección
al Hombre Espíritu. En el brazo del Oeste los Misterios
Occidentales proporcionan el sendero al Espíritu de Vida.
Y en el brazo del Este los Misterios Orientales promueven la
vía al Espíritu mismo (el Yo
Espiritual). 

La
unión de las cuatro corrientes y el Congreso de
Navidad
 

En el año 869 de nuestra era, al convertirse
Parsifal, uno de los caballeros del rey Arturo, en Rey del Grial,
el Yo Espiritual de Cristo que vivió encarnado durante
tres años en Palestina se unió con su
Espíritu de Vida, que había dejado detrás en
el mundo etérico al descender a la Tierra (y cuyo Hombre
Espíritu había dejado inicialmente en el Sol al
emprender su descenso). La unión del Yo Espiritual del
Cristo con su Espíritu de Vida, asumida por las personas
situadas en las corrientes Oriental y Occidental significa un
progreso en las esferas anímica y vital de la humanidad,
haciéndose así posible la Resurrección del
Cristo Etérico en el siglo XX. 

El Arcángel que como espíritu de raza de
los Pueblos célticos había representado a la
Corriente Occidental y su cristianización pasó a
ser protector de la corriente esotérica que surgió
de su unión con la corriente del Grial, inspirando la
literatura
Artúrica y del Grial hacia el año 1.000,
retirándose después para esperar el momento en el
que Micael se convertiría en el Espíritu del
Tiempo, lo cual tendría lugar en el año 1899, en el
que el Kali Yuga terminaría y la atmósfera
quedaría libre para una nueva vida espiritual sobre la
tierra. Quien fue Tomás de Aquino tomó la tarea de
aportar a la Tierra la sabiduría del Grial de Parsifal,
que sería la Antroposofía que reconocerían
los micaelitas encarnados como su sendero, y asimismo
toemó la misión de inaugurar la semilla de los
Nuevos Misterios como combinación y síntesis
de todas las grandes corrientes de misterios existentes a la
llegada de Cristo. 

El Norte, como ha quedado ya dicho, aportó el
desarrollo económico (ligado en la actualidad y
todavía al egoísmo del Lobo Fenris
Ahrimánico, el mismo que interrumpió a
través de la envidia del Rey francés Felipe el
Hermoso la corriente de los Templarios y su economía cristiana
desprovista de egoísmo) y el impulso del yo, con sus
aspectos tanto positivos como negativos (la influencia
asúrica), y dentro de esta corriente es donde aquel
espíritu solar Vidar-Micael busca a las personas que
puedan estar preparadas a afrontar la más dura de todas
las batallas espirituales. 

En el Congreso de navidad de 1923 la meditación
de la Piedra Fundacional resonó por vez primera, ante la
presencia espiritual de Christian Rosencreutz, y en ese acto las
corrientes Oriente-Occidente, reunidas en la nueva
sabiduría del Grial de la Antroposofía, y las
corrientes Norte-Sur, reunidas en el Rosicrucianismo, bajo la luz
de Vidar-Micael, sacrificaron su respectiva existencia para
inaugurar con esa semilla una nueva etapa en el futuro espiritual
de la humanidad. 

Las Fuerzas malignas y las Épocas
del Alma
 

Así como en la Epoca del Alma Sensible,
que transcurrió durante la fase Egipcio-Babilónica,
en la cual se despertó en el hombre el mundo sensorio para
poder distinguir entre la apariencia y la realidad, por medio de
la belleza y del arte sagrado de los templos que transportaba la
consciencia a la realidad detrás de las formas, la fuerza
opositora fue básicamente Lucifer y su falso
espejismo de la realidad, durante la Epoca del Alma
Intelectual
, que a su vez transcurrió desde la fase
Greco-romana hasta pasada la Edad Media, en la que se
despertó el pensamiento lógico e independiente y a
distinguir lo verdadero de lo falso en ese nivel mental, mediante
la Filosofía y la búsqueda de la verdad, la fuerza
retardataria y opositora fué Ahriman como
espíritu de la mentira, de la inteligencia
materialista y de la negación de lo
espiritual. 

Durante la Epoca del Alma Consciente, desde el
siglo XV hasta nuestra actualidad, el fin sería aprender a
hacer el bien, la realización del bien de manera
intuitiva, después de haber encontrado el mal, mediante la
ayuda de la luz divina del Sol de Cristo y del Espíritu
Santo. Y en este caso la fuerza opositora, y los verdaderos
representantes del mal real son los Asuras, los
espíritus oscuros y destructivos de la muerte total, las
fuerzas del Anti-Cristo opuestas al completo desarrollo del
hombre y promotoras de la destrucción del yo. Y es
mediante la Luz Divina de la ciencia espiritual y el calor del
Cristo Solar que se puede neutralizar y liberar a ese angel
antagonista y destructor (el Asura interno), necesario para que
el hombre desarrolle la contrafuerza y el valor precisos en este
período. 

Mientras que los seres Ahrimánicos son
arcángeles creados por los Kyriotetes (Espíritus de
Sabiduría), y proceden del Antiguo Sol, y, como enemigos
de la luz de la sabiduría, representan a las fuerzas de la
inteligencia fría y egoísta en el cuerpo
etérico del hombre, los seres luciféricos son
Angeles creados por los Dynamis (Espíritus del Movimiento)
que despliegan el pasado espiritual como un ideal para el hombre,
en el cuerpo astral del hombre. Los Asuras, creados a su vez por
los Tronos, pertenecen a la Jerarquía de los Archai,
Espíritus del Tiempo, proceden del Antiguo Saturno, se
oponen a la creación y actúan en el cuerpo
físico del hombre. 

La función de
la corriente de Misterios del Norte sería la
preparación y desarrollo de esas fuerzas de valor y de
coraje anímico imprescindibles en esta fase del Alma
Consciente, para lo cual tal corriente del Norte debe de unirse
con las fuerzas de sabiduría de las corrientes unificadas
de Oriente-Occidente y con las fuerzas del Cristo Resucitado del
Sur, con el fin de contar con aquella Divina Luz del Cristo Solar
que irradiará sobre el hombre que se esfuerza por hacer el
bien en su vida. Y así mientras la Corriente del Norte
aporta al Alma Consciente el valor necesario para enfrentar al
mal anticrístico, la Corriente del Sur proporciona al
cuerpo físico la fuerza de resurrección del Cristo
Solar, y la Corriente del Grial aporta la Luz Divina para ver y
tomar consciencia de los espíritus destructores y
eventualmente dominarles. En realidad las entidades
luciféricas y ahrimánicas no son estrictamente
malignas, sino más bien retardatarias y opositoras, a la
vez que absolutamente imprescindibles para el correcto desarrollo
de la humanidad, y en todo caso la fuente primordial del mal son
esos Tronos fríos que son los Asuras, por su carácter destructor, cruel y
caótico, y su conocimiento y conscienciación
será absolutamente necesario para el desarrollo de las
facultades superiores del Alma Consciente  

Partes: 1, 2, 3, 4
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