MASACRE EN UN COLEGIO DE ESTADOS UNIDOS: 25
MUERTOS Tres jóvenes entraron en un secundario de
Denver, Colorado, y dispararon indiscriminadamente; dos de ellos
murieron. DENVER (AP).- En lo que constituye la peor matanza
estudiantil en la historia de los Estados Unidos, tres
jóvenes asesinaron ayer a balazos a unas 25 personas en un
colegio secundario cercano a Denver, Colorado. Los atacantes,
vestidos con impermeables negros, ingresaron en el edificio del
colegio Columbine, de Littleton, y abrieron fuego contra
los estudiantes y profesores que estaban en la cafetería y
en la biblioteca. La policía, que tomó por asalto
el lugar, encontró los cuerpos de dos de los autores de la
matanza en la biblioteca y la hipótesis que manejaban era
que había sido una "misión suicida". El tercer
agresor fue apresado y llevado para ser interrogado. Otros tres
jóvenes, vestidos todos de negro, fueron detenidos en las
inmediaciones del establecimiento y se sospecha que son amigos de
los atacantes. El peor antecedente en los Estados Unidos de una
matanza estudiantil ocurrió en marzo del año
pasado, cuando dos menores mataron a cuatro estudiantes y a una
maestra en Jonesboro, Arkansas. En la historia de EE.UU. es la
peor masacre estudiantil Tres adolescentes dispararon dentro
del colegio, donde hicieron estallar artefactos explosivos;
sospechan de una pandilla y hay cuatro detenidos. DENVER.- Unas
25 personas habrían muerto cuando tres jóvenes
ingresaron ayer en un colegio en las afueras de Denver, Colorado,
y dispararon indiscriminadamente contra los estudiantes. El
ataque ha sido el incidente de este tipo de mayor gravedad en la
historia de los Estados Unidos, que aún conserva fresca en
la memoria la tragedia de marzo de 1998, en una escuela de
Jonesboro, Arkansas, cuando dos menores mataron a una maestra y a
cuatro alumnas. Tres adolescentes vestidos con uniformes de
combate abrieron fuego en la cafetería y la biblioteca de
la secundaria Columbine, causando pánico entre los
estudiantes, informó el jefe de la policía
del condado de Jefferson, John Stone. Horas después
del ataque, dos sospechosos fueron hallados muertos en la
biblioteca del colegio, en lo que aparenta ser un
suicidio, y otro adolescente fue sacado del edificio esposado.
"Es uno de los que nos dispararon", dijo Chris Wisher, un
estudiante. No se aclaró si el resto de los muertos eran
alumnos o profesores del colegio. Varios agentes especiales
iniciaron un recorrido sala por sala del edificio, que alberga a
1800 estudiantes, el 13 por ciento hispanos. Todo apunta a
que ha sido una misión suicida", indicó Stone, y
además señaló que hubo algunas explosiones
dentro del edificio y que se habían encontrado artefactos
explosivos aún sin detonar. Algunos de los atacantes
habrían ingresado en el colegio con explosivos adheridos
al cuerpo. La policía continuaba buscando otras
bombas escondidas, mientras la escuela era rodeada por
ambulancias y patrulleros. Poco después de que la escuela
fue asaltada por las fuerzas de seguridad, tres jóvenes
vestidos de negro fueron detenidos por la policía en un
terreno cercano al colegio". La Oficina de Investigaciones de
Colorado dijo al canal de televisión KUSA-TV que eran
amigos de los pistoleros y que fueron llevados a la
comisaría para ser interrogados. Apenas se supo del
tiroteo, algunos padres de alumnos se apresuraron a dirigirse al
colegio. Se cree que los autores de la matanza pertenecían
a una pandilla conocida como "La mafia de los impermeables
negros". Bob Sapin, un estudiante, también dijo que los
pistoleros vestían de negro, con impermeables y
pasamontañas. Foco de atención Durante toda
la tarde, las cadenas de televisión norteamericanas
mostraron imágenes de autos policiales y ambulancias en
torno del local escolar y de agentes con casco y uniforme de
combate camuflado que se movían de un lugar a otro. Los
informes sobre la matanza opacaron las noticias sobre la guerra
en Yugoslavia y cambiaron el foco de atención del
público de los Estados Unidos.
Columbine es
un colegio en el suburbio de Littleton, una
población de 35.000 habitantes al sudoeste de Denver, y
fue fundado en 1973. El tiroteo empezó alrededor
de las 11.30 de la mañana (hora local). Al parecer,
algunos alumnos, que se escondieron en la sala del coro,
tenían teléfonos celulares y avisaron a la
policía. Poco después, miembros de la unidad de
asalto policial ingresaron en el edificio y de 15 a 20
estudiantes salieron corriendo del inmueble. Los atemorizados
estudiantes salieron con las manos en alto y eran cacheados por
la policía. Otros grupos de jóvenes salieron
también corriendo del complejo en las horas siguientes,
luego de que un vehículo blindado fuera acercado a la
entrada para protegerlos. Disparaban y reían Una
alumna explicó sollozando que los atacantes se
reían mientras disparaban y que a ella la apuntaron a la
cara y pidió que no la matasen. Otro estudiante dijo que
uno de los agresores disparaba con una escopeta recortada de
doble cañón. Otros alumnos informaron haber
escuchado cuatro o cinco explosiones. Miembros de la
fuerza de armas y tácticas especiales de la policía
(SWAT, por sus siglas en inglés) que registraban el
edificio vieron a varios estudiantes heridos, pero no pudieron
rescatarlos inmediatamente porque el área no había
sido aún registrada, dijo Steve Davis, vocero de la
Oficina del Alguacil del Condado de Jefferson. En un momento
determinado, un joven ensangrentado se colgó de una
ventana del segundo piso, con su brazo derecho inerte, y dos
policías lo ayudaron a bajar. No se aclaró de
inmediato el estado del joven. La policía
señaló que se tardará bastante en
identificar a los muertos porque la mayoría de ellos no
llevaba un documento de identidad. Por lo menos 19 personas
fueron trasladadas a los hospitales, incluso una niña que
recibió nueve balazos en el pecho. Kari Mackecher, vocero
de Healthone, la empresa que dirige el Swedish Hospital,
señaló que cuatro estudiantes fueron llevados
allí, todos en estado grave, pero conscientes, y que otro
iba en camino. Otros cinco hospitales dijeron haber recibido a 14
personas, al menos una de ellas en estado crítico. La
vigésima persona herida era el joven que fue sacado de la
escuela por una ventana a mediados de la tarde. Mensaje
presidencial Al enterarse de la noticia de la matanza en
Colorado, el presidente Bill Clinton pidió a los
norteamericanos rezar por las víctimas del tiroteo.
"Aún desconocemos los cómo y los porqués de
esta tragedia", añadió el presidente desde la sala
de prensa de la Casa Blanca. "Tal vez ahora los Estados Unidos se
despertarán ante el desafío que enfrentan los
jóvenes en las escuelas de la nación",
manifestó el mandatario, sin aludir a medidas
específicas, aunque señaló que el gobierno
federal ofrecerá asistencia a los familiares de las
víctimas.
Agencias AP, Reuters, ANSA y EFE ROPAS
NEGRAS DENVER (AP).- No es ésta la primera vez que se
habla de "la mafia de los impermeables negros",
pequeños grupos de jóvenes que asisten a colegios y
universidades de los Estados Unidos vestidos con esas prendas
Son considerados de extrema derecha y seguidores de Timoty
McVeigh, condenado a la pena capital por el atentado de Oklahoma,
en el que murieron 168 personas. Hasta ayer no
habían protagonizado ningún hecho de violencia. En
el caso de la escuela de las afueras de Denver, era un grupo de
diez jóvenes. Anteayer se cumplieron cuatro años
del atentado de Oklahoma.
La Nación, Martes 17 de abril
de 2007 ANEXO 2
EL RECUERDO DEL HORROR EN CARMEN DE
PATAGONES
Los alumnos aún tienen secuelas
El 28 de septiembre de 2004, un chico de 15
años que ingresó armado en el aula de la Escuela de
Enseñanza Media N° 2 Islas Malvinas de Carmen de
Patagones, Argentina; y mató a tres de sus
compañeros e hirió a otros cinco se
convirtió en el protagonista de la primera masacre escolar
en la Argentina. Ocurrió en el aula en la que
cursaba el 1° B de la escuela. Allí, con la pistola
Browning 9 milímetros de su padre, un suboficial de
Prefectura, Junior -apodo del menor, cuya identidad se reserva
por razones legales- disparó a quemarropa contra sus
compañeros y asesinó a Evangelina Miranda, Sandra
Núñez y Federico Ponce. Todos, víctimas y
victimario, tenían entonces 15 años. La tragedia se
desencadenó minutos antes de las 8, cuando los alumnos
ingresaban en el aula para cursar Derechos Humanos. Tras la
masacre, esa habitación permaneció cerrada hasta
fines del año último, cuando la promoción de
los compañeros de Junior egresó del
colegio.
Pese al tiempo transcurrido, los sobrevivientes de la
masacre luchan contra fobias y otras secuelas, desde embarazos
precoces hasta desarreglos hormonales, psiquiátricos y
cognitivos. Según la última información
conocida, el autor del crimen permanece, por orden de la titular
del Juzgado de Menores N° 1 de Bahía Blanca, Alicia
Ramallo, internado en una clínica
neuropsiquiátrica. El 12 de junio de 2005, la jueza
informó que había decidido archivar la causa
abierta por el múltiple crimen y dictar el sobreseimiento
definitivo del autor debido a que, por su edad, es inimputable
para la ley.
Un mes antes, en mayo, la Dirección de
Auditoría General de la Dirección General de
Cultura y Educación bonaerense dio por terminado el
sumario institucional asignando responsabilidad por falencias en
la conducción y en la actitud adoptada tras los hechos a
ocho docentes, entre ellos la directora y el secretario,
máximas autoridades del establecimiento, que fueron
separados de sus cargos.
La Prefectura Naval, en tanto, sancionó al padre
del precoz homicida con 45 días de arresto. Le
reprochó no haber custodiado debidamente el arma con la
que su hijo mató a tres compañeros. A poco del
hecho, el suboficial fue trasladado a Ensenada, donde aún
presta servicios administrativos.
La Nación. Martes 22 de marzo de 2005 ANEXO
3
EE.UU.: SON DIEZ LOS MUERTOS POR UNA
MATANZA EN UN COLEGIO SECUNDARIO
Jeff Weise, que atacó en forma
indiscriminada, pareció actuar por sí solo; el
motivo de sus actos no había sido determinado
aún
RED LAKE, Minesota.- Jeff Weise, el escolar
acusado de balear a nueve personas en esta localidad mató
primero a su abuelo y su compañera, y luego se
dirigió a una escuela secundaria donde mató al azar
a estudiantes y maestros, y luego se suicidó, dijeron hoy
las autoridades. El agente del FBI Michael Tabman dijo que Weise
pareció actuar por sí solo en su ataque de ayer, y
que el motivo de sus actos no había sido determinado
aún. Cuando terminó el ataque, diez personas
habían muerto, incluyendo al propio Weise. Es el peor
tiroteo de una escuela de los Estados Unidos desde la matanza de
la escuela superior Columbine de Littleton, Colorado, registrada
en abril de 1999, que arrojó un total de 12 estudiantes y
un maestro muertos, aparte de los dos estudiantes que la
ocasionaron. En rueda de prensa convocada hoy, Tabman dijo que no
podía confirmar si Weise era el mismo individuo que
había colocado mensajes en una página
cibernética neonazi, en que afirmaba ser "el ángel
de la muerte". Aparte del abuelo del joven, Daryl Lusier, y su
compañera, Michelle Sigana, las demás
víctimas del incidente parecieron haber sido escogidas al
azar, dijo Tabman. Un guardia de seguridad desarmado y un maestro
resultaron muertos.
Horror en la escuela de Minnesota
EE.UU.: REVELACIONES SOBRE UNA
MATANZA
El asesino era un adolescente solitario que,
supuestamente, admiraba a Hitler.
Jeff Weise, de 16 años, mató a varios de
sus compañeros en su colegio antes de
suicidarse.
Vestía siempre de negro, le gustaba escuchar a
Marilyn Manson y era objeto de burlas.
REDBY, Minnesota.- Mientras Estados Unidos continuaba
conmovida por la matanza ocurrida anteayer en un colegio de
Minnesota, la peor en una escuela secundaria en el país
desde la que se produjo en Columbine, en 1999, se supo ayer que
el autor de la masacre tenía vinculación con un
grupo neonazi. Jeff Weise, de 16 años y presunto admirador
de Adolf Hitler, primero asesinó a su abuelo y a la pareja
de éste en su casa en la reserva india chipeua de Red
Lake, una localidad de Minnesota habitada por 5000 personas.
Luego se dirigió en el auto de su abuelo a la escuela de
Red Lake, a la cual concurría, donde mató a cinco
de sus compañeros, una profesora y un guardia de
seguridad.
Familiares de Weise dijeron al Pioneer que
el adolescente, que siempre iba vestido con una campera negra y
escuchaba la música del polémico Marilyn Manson,
era objeto de burlas de sus compañeros en la escuela. Por
otra parte, el diario informó que el joven
manifestó su admiración por Hitler en foros de
extrema derecha en Internet. En algunos foros Weise se presentaba
con el nombre alemán de "Todesengel" (ángel de la
muerte). "Creo que siempre he tenido una admiración
natural por Hitler y sus ideales, y su coraje para apoderarse de
naciones más grandes", escribió Weise en uno de
ellos, según el periódico. Por otra parte, el
Partido Verde Libertario Nacional Socialista confirma en su
página web que Weise participó de sus foros. Se
conjetura que su ideología lo llevó a desencadenar
la masacre, considerada como la peor en una escuela de Estados
Unidos desde la de Columbine, en Colorado, donde en abril de 1999
dos estudiantes mataron a 13 personas antes de suicidarse.
Según informaron el FBI y testigos, Weise avanzó
por un pasillo disparando, aparentemente al azar, y se
tiroteó con policías que fueron alertados por
estudiantes que llamaron desde sus teléfonos celulares.
Entonces ingresó en un aula, mató a una profesora y
a cinco compañeros, y finalmente se suicidó,
minutos después de haber llegado a la escuela. Por lo
menos 14 estudiantes resultaron heridos. Testigos afirmaron que
"sonreía y saludaba con la mano" mientras disparaba con
una pistola calibre 22 que habría obtenido de su abuelo,
un ex oficial de policía. Las autoridades dijeron que
llevaba consigo otras dos armas y un chaleco antibalas. Un
estudiante, Reggie Graves, dijo haber oído desde su aula
cuando Weise pasaba por el detector de metales en la entrada del
colegio. Minutos más tarde oyó cómo
asesinaba a su amigo Ryan. "[Weise] le preguntó a Ryan si
creía en Dios -dijo-. Y luego le disparó." Otra
estudiante, Sondra Hegstrom, dijo que también oyó
el drama desde un aula contigua. "Oí a una chica decir:
«No, Jeff. ¡Vete, vete! Déjame…»"
Entonces se oyeron disparos "y ya no se oyeron más
súplicas", agregó.
La Nación, Martes 17 de abril de 2007 Anexo
4
Una matanza que conmueve al mundo.
MASACRE EN UNA UNIVERSIDAD DE LOS EE.UU.:
33 MUERTOS.
Un joven que aún no fue
identificado atacó a profesores y estudiantes con dos
pistolas, y se suicidó; hay 15 heridos; entre el primer
ataque y el último pasaron dos horas y media.
WASHINGTON.– Estados Unidos vivió ayer otro
día de horror y locura cuando un joven de unos 20
años se paseó por la Universidad Politécnica
de Virginia con dos pistolas y mató a lo largo de la
mañana a 32 personas e hirió a otras 15, antes de
suicidarse. Causó así el mayor baño de
sangre de este tipo en la historia del país y uno de los
peores en el mundo. Anoche, el gobierno declaró
el estado de emergencia en Virginia. La masacre empezó
cerca de las 7.15 de la mañana en Blacksburg, 420
kilómetros al sudoeste de esta capital. El joven
asesinó primero a dos estudiantes en una residencia del
campus de la universidad, que había recibido la semana
pasada dos amenazas de bomba. Luego ocurrió lo
inverosímil: mientras la policía y la universidad
se ponían en alerta, cruzó el predio y, dos horas y
media después, completó la tragedia. El asesino,
que todavía no pudo ser identificado, cerró
con cadenas las puertas de un edificio de la Facultad de
Ingeniería para que no escaparan los estudiantes ni
entrara la policía. Después hirió o
mató a otros 46 estudiantes y profesores. A algunos de
ellos literalmente los fusiló, según relataron los
sobrevivientes. Los episodios en Virginia Tech –como se
conoce a esta prestigiosa universidad– crecieron hasta
adquirir dimensiones insospechadas. Justo cuando este viernes se
cumplirán ocho años de la tragedia que vivió
el colegio Columbine, en Colorado, donde dos chicos mataron a 12
compañeros y una maestra antes de suicidarse. La nueva
tragedia provocó la congoja de un país que no
comprende aún por qué se repiten estos raptos
sociales de desprecio por la vida. También reavivó
el debate político sobre la necesidad de controlar
la venta de armas, uno de los ejes más divisivos
entre republicanos -que se oponen- y demócratas (ver
aparte). Los grupos que abogan por mayores controles a la venta
de armas reanudaron sus reclamos para que se reforme el sistema.
Pero la vocera de la Casa Blanca Dana Perino dijo que "el
presidente cree que existe un derecho de la gente a portar armas,
aunque todas las leyes deben ser acatadas". Lejos del debate
político en Washington, los sobrevivientes de la masacre
comenzaron a relatar lo que vivieron. Testigos describieron
escenas de horror y caos. Entre otras, sobre estudiantes
obligados a formar contra una pared y fusilados, sin más.
O de los intentos del asesino por volver a una de las aulas para
que no quedara nadie vivo. Todo, según sobrevivientes, sin
pronunciar una sola palabra. "Nos dijo «al suelo».
Nada más", afirmó Troy Perkins, uno de los que se
salvaron de milagro dos veces: cuando el pistolero entró
en el aula y mató de un tiro a la cabeza al profesor y
luego disparó a los alumnos, y cuando intentó
volver minutos después y él y otros trabaron la
puerta con sus pies. "Empezó a disparar a través de
la puerta", relató Perkins, de 19 años. Pero esa
segunda vez el asesino no logró herir a nadie. "Me
tiré al piso y pensé «no hay forma de que
vaya a sobrevivir a esto».Todo lo que podía pensar
era en mi mamá." Poco después, mientras la
policía barría las 1052 hectáreas del campus
con fusiles automáticos, el protagonista terminó el
drama por sí mismo. Se apuntó una pistola a la
cabeza, según algunos relatos, y se disparó Hasta
anoche, los investigadores aún no podían determinar
su identidad. No tenía documentos de identidad ni
teléfono celular, su rostro quedó desfigurado al
suicidarse y sus huellas dactilares no aparecían en los
archivos de antecedentes penales. ¿En busca de su
novia? Los testigos lo describieron como un joven de unos 20
años, con rasgos asiáticos, lo que no fue
confirmado por la policía. Pronto comenzaron a rodar los
rumores de que buscaba a su novia para ejecutarla. Tampoco fue
confirmado por las autoridades. La Oficina Federal de
Investigaciones (FBI) evitó inclinarse por una sospecha en
particular. "Todas las avenidas de investigación
serán exploradas", dijo uno de sus voceros, incluyendo la
muy improbable opción de un ataque terrorista. La
investigación también buscará determinar si
la universidad cometió un error después del primer
tiroteo. Su servicio de seguridad sólo difundió un
e-mail entre sus 26.000 estudiantes y su profesorado, muy cauto,
cuando la matanza comenzaba a completarse en el edificio
encadenado. "Un tiroteo ocurrió en [el edificio] Amber
Johnston más temprano esta mañana", informó
ese e-mail, a las 9.26 de la mañana. "La policía
está en la escena investigando", abundó,
además de pedirles cautela a los estudiantes y que
contactaran a seguridad si veían algo sospechoso. Es
decir, lo que ya estaba comenzando a ocurrir en la otra punta del
campus. Ya por la tarde, el presidente de la universidad, Charles
Steger, defendió aquella primera reacción.
"Sólo pudimos tomar decisiones basados en la
información que había en ese momento. No
teníamos horas para reflexionar",
recordó.
La locura llegó a tal punto
que mientras se desencadenaba el último tiroteo varios
alumnos optaron por saltar al vacío desde el cuarto piso
del Norris Hall. En total, 15 fueron internados por heridas de
bala o provocadas por el feroz impacto con el suelo.
Hasta anoche, la lista de muertos y heridos no había sido
difundida, pero se creía que no había estudiantes
argentinos entre las víctimas, según dijeron a LA
NACION profesores y alumnos contactados. La universidad
retenía esa lista hasta contactar a los familiares de
todos los afectados. Dentro del edificio, los peritos comenzaron
a recopilar rastros y a deslizar los primeros retratos del
horror, con manchas de sangre en las paredes y casquillos
desperdigados por el piso de aulas y pasillos. Hasta ayer, la
peor masacre dentro de un establecimiento educativo había
ocurrido en 1966 en la Universidad de Texas, con 16
víctimas. Pero la irrupción de George Hennard con
su camioneta en una cafetería, también en Texas,
era la más sangrienta, sin importar dónde haya
ocurrido. Fue en 1991 y Hennard mató a 22 personas, antes
de suicidarse. La universidad más grande de
Virginia
• Fundada en 1872, la Universidad
Politécnica de Virginia es el establecimiento educativo
más grande de ese estado, con 1052 hectáreas que
conforman su campus, ubicado en el condado de Montgomery, 60
kilómetros al sudoeste de Roanoke, en el New River Valley.
Actualmente, 28.469 alumnos, entre ellos 2000 extranjeros,
estudian en alguna de las ocho facultades que tiene la entidad.
La universidad, que maneja un presupuesto de 900 millones de
dólares anuales, también tiene sedes en seis
regiones de Estados Unidos y una en Suiza, y cuenta en su campus
con un aeropuerto privado.
Publicado en La Nación. 11 de octubre de 2007
ANEXO 5
Ataque en Cleveland, Ohio
CONMOCIÓN EN EE.UU. POR OTRO
TIROTEO ESCOLAR
Un estudiante de 14 años hirió a cinco personas
y se suicidó
| CHICAGO.- A seis meses de la matanza en
la Universidad Politécnica de Virginia, donde el
estudiante surcoreano Cho Seung Hui asesinó a 32 personas,
Estados Unidos se vio sacudido ayer por otro tiroteo
protagonizado por un joven irascible, que ingresó en la
Success Tech Academy, de Ohio, con dos pistolas. El estudiante,
de 14 años, disparó a mansalva en los pasillos del
colegio secundario e hirió a dos jóvenes y dos
adultos. Al verse rodeado por la policía de Cleveland, se
suicidó. "El tirador es un estudiante de 14 años de
la escuela. Luego del ataque, se suicidó", dijo en una
conferencia de prensa el alcalde de Cleveland, Frank Jackson.
Mientras varias ambulancias y patrulleros rodeaban el colegio, el
funcionario dijo que el estado de dos profesores, de 42 y 57
años, que se cree eran los blancos primarios del atacante,
revisten mayor gravedad que el resto. Dos de los estudiantes, un
joven de 17 y otro de 14, también resultaron heridos por
los disparos, mientras que una adolescente de 14 años se
lastimó la rodilla al huir. Considerado un alumno
"difícil", que había provocado problemas en el
pasado, el estudiante había sido suspendido hace unos
días por problemas de conducta, y ayer se presentó,
enfurecido, para protestar por la medida. "Estuvo a punto de
dispararme. Me tenía en la mira, pero escapé justo
a tiempo", dijo Ronnell Jackson, de 15 años, que se
encontró de frente con el atacante. Doneisha Le Vert, otra
alumna, dijo que el director del colegio emitió por el
sistema de comunicación interno el "Código Azul",
la alarma de evacuación, y los estudiantes comenzaron a
correr desesperados por los pasillos. Le Vert optó por
esconderse en un armario junto con algunas de sus amigas. La
madre de uno de los estudiantes heridos, Tammy Mundy,
relató al The Plain Dealer , de Cleveland, que
había llamado al celular de su hijo, Darnell Rodgers, que
había sido herido minutos antes. "Lo llamé y me
dijo: «Mamá, me dispararon»", contó
Mundy. El colegio, que está en el centro de la ciudad y
frente a las oficinas del FBI, es un instituto profesional
definido como "alternativo", que alberga a unos 240 estudiantes,
en gran parte negros y de bajos recursos, financiada con aportes
de la fundación Bill y Melinda Gates. Con pocos incidentes
violentos, Success Tech Academy no contaba con detectores de
metales. El tiroteo de ayer es el último de una serie de
episodios violentos en escuelas norteamericanas. En abril, Cho,
un estudiante perturbado, disparó y mató a 32
personas en la Universidad Politécnica de Virginia antes
de suicidarse. Fue la peor matanza cometida por una sola persona
en la historia norteamericana. En 1999, dos estudiantes mataron a
12 de sus compañeros y a un docente en la Columbine High
School, en el distrito de Jefferson, Colorado, antes de
suicidarse. Desde ese ataque, un total de 65 personas han muerto
en tiroteos en establecimientos escolares en Estados
Unidos.
En las escuelas se han registrado en los
últimos años episodios de violencia sin
antecedentes históricos, como las agresiones a
los docentes, que en algunas ocasiones terminaron en muertes, o
los arrebatos demenciales de chicos que atacaron con armas de
fuego a sus compañeros, de los cuales uno de los casos
más tremendos se produjo en una escuela de Carmen de
Patagones.
Los adolescentes ven la violencia como algo natural,
según la investigación, lo cual refleja
inquietantes signos de machismo y xenofobia, particularmente
contra los gitanos, los judíos y los
orientales.
Otra señal preocupante es la
discriminación contra inmigrantes latinoamericanos
entre los cuales, como índice curioso e increíble,
están incluidos los uruguayos, pocas veces mencionados
antes del conflicto generado por la instalación de las
pasteras.
Las rivalidades entre colegios físicamente
cercanos, como sucede en varios establecimientos de nuestra
ciudad, vienen manifestándose desde hace largo tiempo. En
otras épocas no pasaban de desafíos que no iban
más allá del deseo de demostrar superioridades o
delimitar territorios. Lo que se puede ver hoy es una actitud
basada específicamente en la agresión, que parece
participar de los mismos niveles de agresividad de la sociedad
entera y a la cual se han sumado las mujeres, que
tradicionalmente no participaban de esas
demostraciones.
Por cierto, una sociedad desquiciada en muchos aspectos
no puede pretender adolescentes bien centrados ni influidos por
los mejores valores. El informe de estos investigadores es, de
todos modos, optimista, y pone el acento sobre la necesidad de
modificar los climas escolares. En una escuela cuyo divorcio con
la realidad alcanza picos peligrosos se trata de una
recomendación muy positiva.
La realidad, empero, demanda un cambio profundo en
materia de prevención de este tipo de actitudes. Si
más de la mitad de los jóvenes ha ejercido o ha
sufrido episodios de violencia, la tendencia no parece ser
declinante, sino inquietante. Frente a ello, nada sería
mejor que reformular el mensaje que los mayores estamos
transmitiéndoles a las nuevas generaciones, de modo de no
echarles a ellos
Monografía realizada por las
alumnas de Ciencias Básica de Formación Docente
Inicial y en Servicio Nivel Medio Julio/2011.
Enviado por:
Fidelina Brizuela
CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN GRAL.
PATRICIO ESCOBAR
VIOLENCIA ESCOLAR
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