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Material de apoyo a la docencia. Lengua (página 2)



Partes: 1, 2

Observa: el signo de apertura se pone donde empieza la
pregunta o la exclamación, aunque no sea el inicio del
enunciado. Además, tras el signo de cierre no se pone
punto, pero sí puede ir coma o punto y coma: Y ahora
¿qué hacemos? Nada, ¿verdad?, Carlos.
Ramírez, ¡cállese!

Algunos enunciados son muy breves:
¿Quiénes? ¿Qué?
¿Cuánto? !Ay! ¡Plaf! ¡Uf!
¡Hola!

EL PARÉNTESIS

Los paréntesis [( )] se emplean para introducir
en el texto una aclaración, una fecha, un lugar, etc.: En
esa calle (en el número 12) vivía su primo (el de
Arica, no el de Punta Arenas).

El signo de cierre [)] se utiliza también para
encabezar clasificaciones u opciones: Tienes tres posibilidades:
a) acompañar a tu hermana; b) quedarte en casa; c) venir
con nosotros.

EL CORCHETE

Los corchetes ([ ]) se utilizan para:

  • Enmarcar alguna precisión, explicación
    o aclaración de un texto que, a su vez, va entre
    paréntesis: James Matthew Barrie, autor de Peter Pan
    (una obra de teatro convertida posteriormente en novela, en
    la que se basó Walt Disney [1901-1966] para su
    película de dibujos animados), fue un importante
    dramaturgo y novelista escocés.

  • Indicar la supresión de algunas palabras en
    las citas textuales; en este caso, dentro de los corchetes
    aparecen puntos suspensivos: El joven […] ya había
    visto antes a aquel individuo.

LAS COMILLAS

Las comillas ["" «»] se emplean
para:

  • Delimitar citas: Como dijo Machado, "se hace camino
    al andar".

  • Citar títulos de poemas o artículos
    que forman parte de una obra más extensa: "Nanas de la
    cebolla" es uno de los poemas más bellos del
    Cancionero y romancero de ausencias, de Miguel
    Hernández.

  • Señalar que una palabra es vulgar o que se
    utiliza en un sentido diferente del habitual: Ése es
    un "listo".

LA RAYA

  • La raya [-], cuya longitud es mayor que la del
    guión, puede aparecer como signo simple o como signo
    doble.

  • Como signo simple:

  • Marca la diferencia entre narración y
    diálogo cuando precede a las intervenciones de los
    personajes:

  • El mago le entregó un anillo y le
    dijo:

  • -Llévalo contigo y, cuando te encuentres en
    un apuro, gíralo.

  • Señala apartados en un escrito:

Ejemplos:

En las palabras distinguimos su:

  • forma;

  • función;

  • significación.

Como signo doble, se emplea en aclaraciones o
incisos:

La sinceridad -una de las muchas cualidades de su amigo-
era lo que más admiraba.

Además, en las obras de teatro, precedido de un
punto, señala los parlamentos (las distintas
intervenciones) de los personajes:

Luis.- ¿Me has llamado?

Ana.- Sí. Quería invitarte a mi
fiesta.

EL GUIÓN

El guión [-], de menor longitud que la raya, se
utiliza para:

  • Marcar la división de las palabras al final
    del renglón: ca-mión.

  • Expresar alguna relación entre palabras
    simples: calidad-cantidad.

  • Unir los elementos de una palabra compuesta:
    ítalo-francés.

  • Separar el día, el mes y el año, en
    las fechas: 12-2-95.

  • Marcar el intervalo entre dos números: 1-7,
    curso 2004-2005.

LA DIERESIS

La diéresis o "crema" [¨] son los dos puntos
horizontales que se colocan sobre la u, en las sílabas
gue, gui, para indicar que la u no es muda, sino que debe
pronunciarse: desagüe, piragüista.

PRONUNCIACIÓN

Para pronunciar correctamente necesitamos aprender a
articular los fonemas bien. Éstos no se articulan siempre
igual, pues depende de la persona que los pronuncie y de la
posición que ocupen en la cadena hablada.

La ortología es el arte de pronunciar
correctamente los sonidos del idioma y, por extensión, de
hablar con propiedad, utilizando las palabras
adecuadas.

Normas que se
deben seguir para pronunciar bien

El sistema fonológico español no ofrece
excesivas dificultades en cuanto a su articulación. No
obstante, conviene recordar algunas peculiaridades de los fonemas
y ciertos errores que hemos de evitar:

  • /b/

Se representa con tres letras, b, v y, excepcionalmente,
w.

Cuando el fonema /b/ ocupa el final de una
sílaba, es incorrecto cambiarlo por /p/: /abdómen/,
no */apdómen/.

Los grupos abs, obs, ubs, en la lengua oral, tienden a
perder la b, pero ésta se mantiene en la escrita por
influencia culta: abstracto, obstáculo,
subscripción.

  • /z/

Es representado por las letras c (ante e, i) o z (ante
a, o, u). Este fonema, en gran parte de Andalucía,
Canarias y casi toda Hispanoamérica, se pronuncia como
/s/: /kabesáso/ (cabezazo), /sársa/ (zarza),
/ejersísio/ (ejercicio). Es lo que se conoce como
seseo.

  • /ch/

Aunque en la escritura está compuesto por dos
letras, este fonema tiene un único sonido y como tal lo
hemos de pronunciar: chochez, achicharrar, cuchichear.

  • /d/

En España, a veces se suprime, en el lenguaje
coloquial, en las terminaciones -ado de los participios:
*/termináo/ por terminado, y, en el vulgar, en las de los
participios en -ido: */partío/ por partido. Estos usos son
incorrectos: en un lenguaje cuidado, la d debe pronunciarse
siempre.

Tampoco es admisible el cambio del fonema /d/ por /z/ o
/t/ que hacen algunos al decir, por ejemplo, */virtúz/ o
*/virtút/ por virtud; ni por el fonema /r/ cuando debemos
utilizar la forma imperativa y no la del infinitivo:
*/bailár/ por bailad o */komér/ por
comed.

  • /g/

Es el que escribimos con las letras g (ante a, o, u):
gato, goma, gusano; gu (+ e, i): albergue, guinda, guitarra; g (+
consonante): gladiolo, esgrima; o como final de sílaba:
diagnóstico, ignorante.

Cuando el fonema /g/ va seguido de u + e, i y la u ha de
tener sonido, es obligatorio el uso de la diéresis
(¨): cigüeña, vergüenza,
pingüino.

  • /j/

Es el fonema que gráficamente escribimos como g
(+ e, i) o j: agenda, colegio, espejo, granjero,
juguete.

  • /k/

Representamos este fonema como c (+ a, o, u), c (+
consonante), k y qu (+ e, i). Cuando la letra c va delante de una
consonante, es incorrecto pronunciarla como /z/, hemos de hacerlo
como /k/: inspector (/inspektór/), acné,
inyección.

  • /ll/

Es un único sonido representado con dos letras:
caballo, lluvia, muelle. En muchas zonas de España e
Hispanoamérica se pronuncia como /y/; es lo que se llama
yeísmo: /muráya/ (muralla); /obíyo/
(ovillo).

  • /p/

Las palabras que empiezan por ps-, en la lengua hablada,
suelen perder el fonema /p/, aunque se mantiene en la escrita:
psicólogo, psiquiatra, psicópata.

Igualmente tiende a debilitarse en la lengua oral el
fonema /p/ en el grupo -pt- de palabras como septiembre,
séptimo, etc.

Algunos convierten /p/ final de sílaba en /z/, en
palabras como reptil (*/reztíl/), adopción,
egipcio; es incorrecto.

  • /rr/

Es el sonido vibrante múltiple que aparece a
principio de palabra: racimo (/rrazímo/), reja; entre
vocales: parra, torre; y tras las consonantes l, n, s: alrededor,
enredar, desratizar.

  • /s/

En algunas partes de Andalucía el fonema /s/ se
pronuncia como /z/: /azezíno/ (asesino); es lo que se
llama ceceo.

  • /t/

La t al final de sílaba a veces se pronuncia
incorrectamente como /z/: */fúzbol/ por fútbol;
*/ézniko/ por étnico.

Formas de la
expresión oral

Al hablar, utilizamos la expresión oral. Es la
forma más empleada por el hombre para representar,
mediante las palabras, acompañadas de gestos y
entonación, sus conocimientos, ideas o sentimientos;
también la usamos para relacionarnos con los demás
y hacernos comprender.

La expresión oral se presenta en dos formas
diferentes: la espontánea y la reflexiva.

Nos expresamos oralmente, de forma espontánea,
para llamar la atención de quienes nos rodean; narrar lo
que nos ha ocurrido; expresar nuestros sentimientos, deseos,
estados de ánimo o problemas; argumentar nuestra
opinión o manifestar nuestros puntos de vista sobre los
más diversos temas. La expresión oral
espontánea por excelencia es la conversación, que
utilizamos en las situaciones cotidianas de la vida.

Cuando exponemos de forma reflexiva algún tema,
lo hacemos, generalmente, aunque no siempre, de forma objetiva,
tras haberlo pensado y analizado detenidamente. Utilizamos esta
modalidad expresiva en los discursos académicos,
conferencias, charlas, mítines, etc., y en algunos
programas de los medios de comunicación.

EXPRESIÓN ORAL
ESPONTÁNEA

La principal finalidad de la expresión oral
espontánea es la de favorecer el rápido intercambio
de ideas entre las personas, pero puede tener otras.

La persona que habla es el centro del discurso
coloquial, dirigido a un "tú" que escucha. A su vez, el
"tú" se convierte en "yo" cuando le contesta.

La estructura del discurso es generalmente abierta, ya
que el texto se elabora en el momento mismo en el que se habla.
El emisor puede variar su discurso, alargarlo o acortarlo, en
función de la reacción que cause en quien le
escucha.

La expresión oral, por lo general, es
dinámica, expresiva e innovadora. Cobra en ella gran
importancia el acento, el tono y la intensidad dados a cada
palabra o frase, porque atraen o refuerzan la atención del
oyente. La modulación de la voz, los gestos, los
movimientos de nuestro rostro y cuerpo, etc., ayudan a comprender
el verdadero significado del discurso; también influyen la
intención y el estado de ánimo de quien
habla.

En la expresión oral se reflejan las variedades
lingüísticas geográficas, sociales y de
estilo, que ponen de manifiesto la procedencia y la cultura de
quien se está expresando.

Las oraciones suelen ser breves y sencillas. El
contexto, la situación y los gestos favorecen la elipsis
(omisión o supresión) de palabras:

– ¿Vienes conmigo?

-Sí (voy contigo).

Al estar el discurso poco elaborado, en la
expresión oral son frecuentes:

  • Las interrupciones momentáneas, repeticiones,
    incoherencias y divagaciones: esto…; claro que…;
    ¡porque sí, porque lo digo yo!

  • Las palabras comodín (que sirven para
    referirse a conceptos muy distintos), como cosa, cacharro, y
    el uso genérico de verbos como haber, hacer o
    tener.

  • Las muletillas, palabras que se repiten por
    hábito, costumbre, etc.: bueno, eh,
    ¿no?

  • Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o
    las frases hechas: tela marinera; de tal palo, tal astilla;
    echar la primera papilla.

  • Las expresiones exclamativas e interrogativas:
    ¡qué me cuentas!, ¡qué morro!,
    ¿vienes o no?

  • Las incorrecciones lingüísticas, como la
    pérdida de la -d- intervocálica del participio:
    *comío; el uso del infinitivo por el imperativo:
    *seguir, *seguir así…; o el apócope
    (eliminación de sonidos) de ciertas palabras: *na por
    nada, *pa por para.

  • Los errores de concordancia, las frases sin
    terminar: si yo te contara…

  • Las metáforas coloquiales: alucinar, echar
    chispas.

  • Los sufijos diminutivos o aumentativos, y las
    intensificaciones: poquito, cachito; mogollón; ser
    algo la repera o una auténtica maravilla.

  • Las fórmulas de apertura o cierre de la
    conversación: ¿qué tal?, hasta pronto; y
    las de transición: y tal, y ya está, y
    punto.

  • Las fórmulas expresivas para mostrar
    conformidad, desacuerdo, enfado, etc.: por supuesto, desde
    luego; ¡qué va!, de ningún modo;
    ¿qué se ha creído?

EXPRESIÓN ORAL REFLEXIVA

La principal función de la expresión oral
reflexiva es la de atraer y convencer o persuadir al oyente. La
estructura del texto y la propia construcción
sintáctica están más elaboradas que en la
expresión oral espontánea. El vocabulario es
más amplio, escogido y variado. El registro
lingüístico (las palabras y giros que se utilizan)
tiende a ser culto o, al menos, cuidado. Se procura evitar las
incorrecciones lingüísticas.

Uso de la
expresión escrita

Cuando haces una redacción, escribes en tu diario
o envías un correo electrónico, estás
empleando la expresión escrita. Ésta tiene como
soporte los signos visuales o gráficos (letras y otros
signos), que son la representación de los sonidos. A
través de la expresión escrita, transmitimos unos
conocimientos o unos hechos, actuales, del pasado e, incluso,
referidos al futuro; además, pueden pertenecer a un mundo
real o figurado.

Básicamente, utilizamos la expresión
escrita para facilitar la comunicación entre personas que
se hallen en diferentes lugares y, a veces, en diferente tiempo.
Con ella:

  • Plasmamos conocimientos, pensamientos o sentimientos
    con intención de que perduren en el tiempo (textos
    científicos y humanísticos; diarios,
    etc.).

  • Creamos obras artísticas con un lenguaje
    estético: textos literarios (poesía, novela,
    teatro).

  • Damos noticia de lo que ocurre en otros lugares
    (textos periodísticos).

  • Ordenamos o determinamos las normas de convivencia
    nacional o internacional: textos jurídicos y
    administrativos.

  • Nos relacionamos a través de cartas con
    familiares y amigos (intercambios epistolares), o
    establecemos relaciones comerciales mediante cartas o correos
    electrónicos.

  • Ofrecemos o solicitamos algo: productos, trabajo,
    ayuda, etc.

CARACTERÍSTICAS DE LA EXPRESIÓN
ESCRITA

El texto se escribe con la intención de que
permanezca en el tiempo e incluso pueda ser leído por
generaciones posteriores.

Como el emisor (el que escribe) y receptor (el que lee)
no se comunican en el mismo momento ni en el mismo espacio, el
escritor considera el texto, en su totalidad, como una unidad
superior a la oración, con una intencionalidad
comunicativa: la de enseñar, informar, divertir, legislar,
etc., y realiza todo su trabajo pensando en este fin.

Quien escribe lo hace en soledad, por lo que la
expresión escrita es reflexiva: el autor tiene la
posibilidad de elaborar un esquema o borrador previo a la
redacción que le ayude a organizar y estructurar sus
ideas; puede, tras redactar el texto, releerlo, corregirlo y
modificarlo tantas veces como quiera, hasta darle su forma
definitiva.

La coherencia y la cohesión son propiedades
básicas del texto escrito.

Un texto es coherente si:

  • Todo lo que se dice en él tiene
    relación con el tema principal.

  • Cada una de sus partes está al servicio de la
    totalidad teniendo en cuenta el tipo de texto que es
    (periodístico, jurídico, literario) y su
    situación comunicativa.

  • Gramatical y semánticamente, es
    aceptable.

  • Un texto está cohesionado si sus partes
    están unidas y relacionadas entre sí mediante
    deixis o señalamientos espaciales, personales o
    temporales; alusiones; conectores, repeticiones,
    etc.

Al estar la expresión escrita muy pulida, muy
trabajada, es difícil encontrar en ella variedades
regionales o sociales que no hayan sido escritas a
propósito y con una determinada finalidad, ya que lo
habitual es utilizar una lengua neutra, común a todos los
hablantes que se expresan en ese idioma.

Para facilitar la comprensión del contenido y su
correcta entonación, el autor puede emplear distintos
recursos:

  • Gráficos: distintos tipos, tamaños e
    incluso colores de letras; signos de puntuación, como
    comas, puntos y comas, puntos, paréntesis, comillas,
    guiones, etc.; fotografías, dibujos, croquis,
    símbolos, fórmulas técnicas o
    científicas, etc., que complementen el
    texto.

  • Tonales: admiraciones o interrogaciones.

  • Fónicos: onomatopeyas y aliteraciones
    (repeticiones de fonemas).

  • Morfosintácticos:

Reduciendo la información a lo básico y
relevante, evitando redundancias o repeticiones de
información innecesarias.

Creando una sintaxis compleja: por su extensión,
por el tipo de oraciones que se emplean y por las relaciones que
establecen entre sí.

Léxico-semánticos:

Eligiendo un vocabulario variado y preciso, muy
seleccionado.

Evitando repeticiones innecesarias con la
utilización frecuente de sinónimos.

Introduciendo, en los textos literarios, distintas
figuras retóricas, como hipérboles,
antítesis, anáforas, personificaciones,
perífrasis, hipérbatos, elipsis, ironías,
símiles o comparación, metáforas,
metonimias, etc., para embellecer y diferenciar la
expresión escrita de la que se utiliza en un uso
normal.

Finalmente, merece destacar una ventaja del lenguaje
escrito, la de que el receptor puede elegir el tiempo y el orden
de lectura del mensaje, puesto que éste ya se le presenta
completo y cerrado en su totalidad.

FORMAS DE LA EXPRESIÓN ESCRITA

La expresión escrita puede adoptar numerosas
formas; entre ellas, hay que destacar las siguientes:

  • La descripción

  • La narración

  • El diálogo

  • La argumentación

  • La exposición

  • La explicación

¿Qué es una
argumentación?

Cuando queremos demostrar a alguien que lo que decimos
es verdad, cuando no estamos de acuerdo con la opinión de
otro o al rechazar una invitación, alegamos una serie de
razones con las que justificamos nuestra opinión o
decisión; es decir, argumentamos.

Es una de las manifestaciones del discurso oral o
escrito, cuya principal finalidad es la de convencer de algo a
quienes escuchan o leen. A través de razonamientos, se
intenta probar o justificar aquello que se defiende y, al mismo
tiempo, rebatir las opiniones contrarias.

¿PARA QUÉ SIRVE?

Con la argumentación, intentamos:

  • defender una opinión o un punto de vista
    sobre algún tema, demostrando que son más
    acertados que los de los demás;

  • poner de manifiesto los fallos o errores de quienes
    se oponen a nuestra argumentación para hacerlos
    cambiar de parecer;

  • convencer a los que nos escuchan o leen para que
    admitan como cierto lo que decimos.

¿DÓNDE Y CUÁNDO
ARGUMENTAMOS?

Todos argumentamos en nuestra vida diaria, cuando
queremos convencer a nuestros amigos o familiares de algo o
intentamos inducirlos a que actúen de una determinada
forma.

En las campañas electorales, se argumenta para
convencer a los electores de que les conviene votar a un
determinado partido y no a otro.

En el campo judicial, cuando el fiscal o el abogado
intentan convencer de la culpabilidad o inocencia del
acusado.

En los sermones religiosos, se argumenta a fin de
persuadir a los fieles sobre la necesidad de seguir una
determinada doctrina.

En los medios de comunicación, cuya finalidad es
la de informar y crear una determinada opinión, se
realizan argumentaciones de acuerdo con la ideología que
éstos tengan.

La argumentación se utiliza mucho en las
disciplinas humanísticas (lingüística,
literatura, filosofía…) cuyas teorías se apoyan
en razonamientos lógicos o valoraciones que no todos
aceptan.

LA ESTRUCTURA DE LA
ARGUMENTACIÓN

En muchos textos argumentativos se distinguen tres
partes:

  • La tesis o idea básica que se va a defender.
    Ésta se presenta de forma concisa y clara.

  • El cuerpo de la argumentación, donde se
    apoya, justifica o fundamenta la tesis con una serie de
    razones.

  • La conclusión, extraída a partir de
    los argumentos expuestos, con la que se refuerza la tesis
    inicial.

LOS ARGUMENTOS

Para ser más convincente, el autor puede reforzar
su propia opinión:

  • apelando a la experiencia de quienes le escuchan o
    leen;

  • apoyándose en estadísticas, cifras,
    imágenes o datos que confirmen su parecer;

  • aportando citas de personas de reconocido prestigio
    en ese mismo campo del saber, que hayan expresado la misma o
    similar opinión;

  • recordando ejemplos, anécdotas o citas
    literarias, de los que se extraiga idéntica
    conclusión a la defendida.

Si el emisor quiere convencer a quien le escucha, es
aconsejable que exista desde el principio un acuerdo
mínimo con éste, pues de lo contrario será
muy difícil convencerle completamente de los razonamientos
que se exponen.

Los argumentos que utilicemos en una
argumentación han de ser creíbles y estar
documentados y ordenados; no deben contradecirse entre sí
ni ser falsos. También han de estar expresados de forma
clara, organizada y sencilla. ¡Sólo así
seremos convincentes!

¿Qué es una
descripción?

Cuando describimos a alguien, explicamos cómo es
físicamente, la ropa que lleva, los rasgos significativos
de su personalidad, lo que le gusta o desagrada…; es decir,
todo lo que forma parte de su forma de ser y su
apariencia.

Una descripción es el dibujo, hecho con palabras,
de personas, animales, lugares u objetos, mediante la
exposición de sus características, cualidades,
usos, etc., a fin de que otros puedan crear una imagen mental de
ellos. La descripción también es la
explicación minuciosa de sentimientos y sensaciones, o de
los procesos o procedimientos para hacer algo.

¿DÓNDE Y CUÁNDO UTILIZAMOS LAS
DESCRIPCIONES?

  • En nuestra vida cotidiana, usamos constantemente las
    descripciones para explicar cómo es lo que nos rodea,
    nuestros sentimientos o ilusiones, los procesos para hacer
    algo, como llegar a un sitio, preparar una
    tarta…

  • También se emplean muy habitualmente en
    distintos tipos de textos:

  • De carácter científico, técnico
    o humanístico: descripción de animales,
    plantas, elementos químicos, definiciones de palabras,
    etc.

  • Informativos o publicitarios: manuales de uso de
    ciertos productos, en los que se señala cómo
    son, cómo funcionan y se manejan; folletos
    turísticos que describen lugares, sus gentes,
    costumbres; etc.

  • Literarios, como las novelas, para describir a los
    personajes y los ambientes en los que se sitúa la
    acción.

CARACTERÍSTICAS DE LAS
DESCRIPCIONES

  • En toda descripción pueden distinguirse los
    siguientes aspectos:

  • un tema, que es lo que se describe;

  • los elementos o partes que lo constituyen y las
    características más destacadas que lo definen
    (forma, tamaño, color, rasgos físicos o
    psíquicos, etc.);

  • los recursos expresivos que utiliza el narrador en
    ella.

  • La descripción tiende a ser concisa, clara y
    objetiva en los textos técnicos, científicos y
    humanísticos, completada en ocasiones con
    gráficos o imágenes; en los
    propagandísticos y literarios suele ser subjetiva,
    pues es habitual que influyan emociones o valoraciones
    personales.

TIPOS DE DESCRIPCIONES

  • Descripciones de personas

  • El retrato es la forma más habitual de
    describir a una persona. En él se mezclan las
    características físicas, psicológicas y
    morales del personaje.

  • Si sólo se describen los rasgos
    físicos y la vestimenta de la persona, se habla de
    prosopografía; por el contrario, la etopeya se ocupa
    únicamente de las cualidades psicológicas y
    morales: carácter, forma de ser y de actuar,
    personalidad…

  • Por último, hay que mencionar la caricatura,
    en la que se dibujan las peculiaridades de la persona,
    mediante rasgos muy exagerados, con una finalidad
    humorística.

  • Descripciones de lugares

  • El interés puede centrarse en el lugar mismo
    o en su importancia como marco en el que se desarrolla una
    acción.

  • Tanto si se describe un paisaje amplio, como una
    ciudad, o si se trata de un interior, es importante observar
    el orden elegido por el autor para realizar la
    descripción: el tipo de planos (desde uno general, que
    abarca muchas cosas, a un primerísimo plano, que
    centra su atención en pequeños detalles), si se
    ordenan los datos de izquierda a derecha, de arriba hacia
    abajo…

  • Descripciones de objetos

  • Se describen las formas, los colores, los
    pequeños detalles o matices, las
    texturas…

RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LA
DESCRIPCIÓN

La descripción se caracteriza principalmente por
la utilización de sustantivos y adjetivos calificativos,
antepuestos o pospuestos al nombre, que el autor elige con
precisión: grandes ojos azules.

Escasean los verbos, son copulativos o apenas presentan
acción o movimiento. Casi siempre están conjugados
en pretérito imperfecto de indicativo: era
simpática; estaba siempre enfadado.

Son frecuentes los símiles o comparaciones
(astuto como un zorro, frío como el hielo), las
metáforas (era un lince para los negocios), las
imágenes sensoriales (amarillo chillón), las
personificaciones (el ordenador solía estar cansado),
etc.

¿CÓMO SE HACE UNA
DESCRIPCIÓN?

  • Para conseguir realizar una buena
    descripción, es necesario seguir estos
    pasos:

  • Observar detenidamente aquello que queremos
    describir, a través de los cinco sentidos, para anotar
    todos los detalles, las características, las
    cualidades…

  • Seleccionar sólo aquello que sea
    significativo para el tipo de texto descriptivo que queramos
    hacer: técnico, científico,
    literario…

  • Clasificar y ordenar los datos elegidos de forma
    coherente.

  • Utilizar, al hacer la redacción, los recursos
    estilísticos descritos anteriormente.

A todos nos gusta contar o que nos cuenten historias
reales o inventadas, enterarnos de lo que sucede en el mundo,
intercambiar opiniones. Para ello utilizamos la narración
y el diálogo.

¿Qué es una
narración?

Una narración es un relato de algo real o
ficticio, contado de forma que resulte creíble.

Se pueden narrar historias o sucesos utilizando medios
muy distintos: de forma oral o escrita, mediante gestos, a partir
de dibujos, con fotografías, fotogramas de
películas…

¿CUÁNDO UTILIZAMOS LAS
NARRACIONES?

  • Utilizamos la narración cuando:

  • Contamos a alguien lo que pensamos, hacemos,
    sentimos o hemos presenciado.

  • Referimos los sucesos históricos de un
    país o de una época.

  • Damos noticia de lo que sucede o ha sucedido en el
    mundo, a través de los medios de
    comunicación.

  • Contamos un cuento, una fábula, una novela,
    una película, un chiste, etc.

CARACTERÍSTICAS DE LAS
NARRACIONES

Toda narración cuenta una historia, estructurada
en tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.

En el planteamiento se expone:

  • quién o quiénes son los personajes que
    intervienen en la historia o suceso;

  • dónde se desarrolla;

  • cuándo ha ocurrido;

  • qué ha pasado.

En el nudo o desarrollo se explica más
extensamente la trama de lo ocurrido, es decir, cómo y por
qué ha sucedido.

El desenlace muestra el final de la historia o la
conclusión.

En las narraciones siempre hay un narrador, que es el
encargado de:

  • Contar los hechos, en primera, segunda o tercera
    persona verbal, pues el narrador puede ser un personaje de la
    historia o un testigo de ésta.

  • Decidir el orden del relato: desde el principio
    hasta el final, empezando por la mitad de lo narrado o
    comenzando por el final, como en las novelas
    policíacas.

  • Definir a los personajes por su aspecto
    físico, carácter, actuación o las
    relaciones que entabla con los demás.

  • Decidir el ritmo, rápido o lento, de la
    narración.

  • Precisar el lugar y el tiempo de la
    historia.

TIPOS DE NARRACIONES

Las narraciones pueden ser:

  • Literarias: novela, cuento, leyenda, fábula,
    poema épico, romance, etc.

  • No literarias: basadas en sucesos reales, noticias
    periodísticas, crónicas de reinados, informes,
    anécdotas, etc.

  • Gráficas: cómic, tebeo,
    chiste…

RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LAS
NARRACIONES

En la narración se utilizan mucho los verbos que
indican acción o proceso, generalmente, en tercera persona
del pretérito indefinido o del presente.

Apenas existen adjetivos calificativos porque retardan
la acción.

Abundan las indicaciones temporales y
locales.

El narrador intenta captar y mantener la atención
del oyente o lector con fórmulas lingüísticas,
apelaciones, interrogaciones, etc.

En una misma narración se pueden utilizar uno o
varios puntos de vista desde los que se narren los
hechos.

Es muy habitual intentar embellecer el relato con
figuras retóricas y literarias.

¿CÓMO SE HACE UNA
NARRACIÓN?

Para que una narración desempeñe bien su
función, antes de escribirla, es
imprescindible:

Determinar lo que se quiere contar, seleccionando
sólo lo relevante para no hacer pesado el
relato.

Decidir entre la primera, la segunda o la tercera
persona narrativa.

Disponer el orden en que se va a escribir o contar la
historia.

Elegir los recursos lingüísticos o
literarios, así como el tono que se va a utilizar para
presentar los hechos, los personajes e incluso la misma
historia.

¿Qué es un
diálogo?

Un diálogo es una charla o conversación
entre dos o más personas, en la cual intercambian ideas,
opiniones o puntos de vista.

¿DÓNDE Y CUÁNDO UTILIZAMOS LOS
DIÁLOGOS?

Los diálogos son muy frecuentes en la lengua
oral, ya que todos sentimos necesidad de hablar y escuchar a los
demás.

El diálogo elaborado se da en debates, tertulias,
entrevistas, encuestas

Casi todos los textos narrativos (novela, cuento,
fábulas…) incorporan diálogos para hacer
más variada y amena la narración, incluso algunos
poemas toman forma dialogada.

Pero cuando el diálogo es realmente básico
es en las obras teatrales, donde el autor cuenta una historia a
través de las conversaciones entre los distintos
personajes. Lo que dice cada uno de los interlocutores va
precedido por una raya (-).

CARACTERÍSTICAS DE LOS
DIÁLOGOS

En un diálogo, el discurso se presenta
fragmentado, ya que los interlocutores van alternando sus
intervenciones e incluso pueden interrumpirse en un momento
determinado.

Con cada parlamento, cada vez que un personaje
interviene, se intenta captar la atención de quienes
escuchan e influir en ellos, pero, a su vez, los interlocutores
puede contestar y contrarrestar lo dicho.

Muchos elementos de las frases están omitidos o
elípticos, ya que los gestos, el contexto y la
situación lo permiten.

TIPOS DE DIÁLOGOS

Hay varias formas de expresar un diálogo, pero
las más frecuentes son las siguientes:

  • Estilo directo. Recoge las palabras textuales de los
    interlocutores:

  • -Está bien, iré -dijo ella.

  • Estilo indirecto. Un narrador cuenta lo que dijeron
    los personajes utilizando un verbo como decir, replicar,
    responder, hablar, susurrar, gritar, etc., aclarando, al
    mismo tiempo, las circunstancias que rodearon al
    diálogo:

  • Ella dijo que iría.

  • Estilo indirecto libre. En él se mezclan el
    estilo directo y el indirecto:

Ella dijo que iría, aunque
añadió:

-Pero no conduciré yo.

RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LOS
DIÁLOGOS

En los diálogos espontáneos se suelen
utilizar los siguientes recursos estilísticos:

  • Son frecuentes las expresiones de apertura, como los
    saludos (¡Hola!, ¿Cómo estás?,
    ¡Buenos días, etc.), y de cierre
    (¡Adiós!, ¡Hasta pronto!, ¡Hasta
    mañana!, etc.), expresiones de cortesía a las
    que el interlocutor suele responder con otras similares.
    También son habituales las llamadas de atención
    al oyente (Escúchame, Atiende, etc.).

  • Se utiliza un vocabulario sencillo, directo,
    expresivo, favorecido por el contexto y la
    situación.

  • Las frases son breves, con tendencia a lo coloquial
    y espontáneo; en ellas cobra mucha importancia la
    entonación.

  • El estilo, generalmente, es poco cuidado.

  • Si el diálogo se ha elaborado con
    anterioridad, como en los debates, coloquios, etc., el
    lenguaje es más cuidado, estructurado y escogido, y la
    sintaxis, más compleja.

  • Las "normas" del diálogo

  • El diálogo supone un intercambio de ideas
    entre dos o más personas, por lo que es
    indispensable:

  • Saber hablar y escuchar, respetando el turno de
    palabra.

  • No intentar acaparar la atención convirtiendo
    el diálogo en un monólogo.

  • Evitar las divagaciones, ordenando nuestras ideas
    antes de intervenir.

  • Dar el tono adecuado a nuestras
    intervenciones.

  • Ser respetuosos con los demás, aunque
    discrepemos con lo que manifiesten.

Bibliografía

González Castro, Vicente.: Profesión
comunicador.

Cassany, Daniel.: Enseñar lengua.

———————– Describir el
escribir.

———————– La cocina de la
escritura.

Mañalich Rosario y otros.: Taller de
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Balmaseda Osvaldo.: Enseñar y
aprender ortografía.

Alpízar Castillo, Rodolfo. Para
expresarnos mejor. La Hab. Ed. Científico- Técnica,
1983.

Alvero Francés, Francisco. Lo
esencial en la Ortografía.. La Hab. Ed. Pueblo y
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Ortografía. La Hab. Ed. Pueblo y Educación,
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Ruiz, Vitelio. Ortográfia
Teórico Práctica con una Introducción
Lingüística. Ed. Pueblo y Educación. La Hab,
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Semanario Nacional para Educadores,
2000-2009

Tabloide de Ortografía. La Hab,
2000.

Taller de la Palabra. La Hab. Ed. Pueblo y
Educación, 1999.

 

 

Autor:

Lic. Belmis Isabel Miranda
Ortega

Profesora Asistente

UNIVERSIDAD DE CIENCIAS
PEDAGÓGICAS

"BLAS ROCA CALDERÍO

GRANMA

Facultad Educación
Infantil.

Departamento: Educación
Preescolar

Curso escolar 2010-2011

Enviado por:

María Enamorado
Hernández

 

Partes: 1, 2
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