El por qué
de este trabajo
La historia de los Congresos Internacionales de
Arquitectura Moderna (C.I.A.M.) eran un punto del Programa de
Historia del Arte, que notábamos no contaba con materiales
que ofrecieran la consistencia requerida. Puestos a reunir
información, advertimos que necesitaba un adecuado
tratamiento y análisis, para que los estudiantes pudieran
aprovecharla, y entendieran el modo de trabajar y de pensar de un
conjunto de figuras, que trascendiendo el estricto ámbito
de la profesión, se mostraban en una dimensión
social mucho más amplia.
Lo que comenzó siendo un congreso, donde
intercambiar experiencias profesionales cobró una
trascendencia inusitada, mostrando nuevas fronteras del
conocimiento, de la técnica y de los
materiales.
Quiero recordarles que el peso de este estudio, recae en
los innumerables documentos que se han ubicado en la red de
redes, herramienta sin la cual estos materiales no se
lograrían reunir de forma rápida y en formato
accesible.
Introducción
El presente estudio apunta a llenar un espacio hasta
ahora poco trabajado. La producción de material
relacionado con los Congresos Internacionales de Arquitectura
Moderna, (C.I.A.M.) se basa fundamentalmente en el uso de
distintas fuentes, resultado del empleo de Internet. Así
se pueden apreciar documentos, artículos, entrevistas,
etc. que permiten conocer el nivel de algunas figuras que
trascendiendo el mero discurso arquitectónico se muestran
en toda su dimensión tanto técnica como humana,
pensando en el ser humano y en la mejora de la calidad de vida, a
través de la vivienda y su entorno.
Los Congresos, van a mostrar las idas y venidas, el
acercamiento a ideologías políticas, la
fascinación que sobre algunos profesionales ejerció
la Unión Soviética, así como el alejamiento
de ella, con arquitectos que justificaban los errores cometidos
por dicha nación. También la brillante
gestión que se traduce en proyectos y en obras cuya
practicidad y estética armonizan en una idea edilicia,
armonizando en un espacio, distintas propuestas
constructivas.
La primera interrogante que nos formulamos, es
¿Qué es un Congreso? A esta pregunta, el
Diccionario nos auxilia, estableciendo:
"Reunión de personas que deliberan sobre
intereses o estudios comunes" [1]
La acepción mencionada define el alcance del
término. En el caso que nos ocupa, se trata de una
reunión de arquitectos. Un conjunto de profesionales, que
van a crear un ámbito donde dialogarán sobre
múltiples inquietudes surgidas del ejercicio responsable
de su especialidad. En el año 1928 nace el Congreso
Internacional de Arquitectura Moderna. El objetivo del mismo pasa
por unificar los distintos aportes, generándose un centro
donde todas las ideas son escuchadas, transformándose en
un enorme generador de proyectos. Los arquitectos que acuden a
esta convocatoria, son en su mayoría creadores, tanto en
la construcción de viviendas, cuanto en el plano
urbanístico.
Sin lugar a dudas, la figura más relevante, Le
Corbusier, será quien presentará seis puntos, que
serán discutidos en el Congreso. En primer término,
la técnica moderna y sus consecuencias. El Genial Le
Corbusier plantea la situación, por cuanto las nuevas
técnicas y los materiales ofrecen más posibilidades
y nuevos desafíos.
En segundo lugar, la estandarización. Las
opciones constructivas se han visto mejoradas por la
estandarización de los sistemas, que agilitan los
procesos, con el consiguiente abaratamiento de los
costos.
En tercer término, la economía. Las nuevas
técnicas, los nuevos materiales, en momentos en que la
economía mundial atraviesa un período de
dificultades, direccionan todo proceso constructivo, descartando
soluciones costosas, tanto a nivel personal así como a
nivel de las naciones.
En cuarto lugar, la urbanística. La ciudad,
organismo vivo, necesita adaptarse a los cambios que la
tecnología está ofreciendo, y la calidad de vida
del hombre necesita.
En quinto término, la educación de la
juventud. Se debe considerar por donde van las inquietudes
estéticas, y como se compatibilizan, a nivel
arquitectónico con los diferentes tipos de construcciones.
En este sentido, es de fundamental importancia, la acción
de las facultades de arquitectura, en la capacitación pero
también en el despertar del espíritu crítico
de los futuros arquitectos. En sexto lugar, la arquitectura y el
Estado, en una relación fundamental, pues en la
mayoría de los casos, puede ser el principal cliente, y
será fundamental la obra del arquitecto en la
planificación de los distintos edificios que deba
proyectar y construir.
Los
fundadores
Hélène de Mandrot y Sigfried Giedion son
los promotores y encuentran el eco necesario en una serie de
arquitectos. La lista de integrantes se ajusta al siguiente
detalle:
Karl Moser
Víctor Bourgeois
Pierre Chareau
Josef Frank
Gabriel Guevrekian
Max Ernst Haefeli
Hugo Häring
Arnold Höchel
Huib Hoste
Pierre Jeanneret
Le Corbusier [2]
André Lurçat
Ernst Mayt
Fernando García Mercadal
Hannes Meyer
Werner Max Moser
Carlo Enrico Rava
Gerrit Rietveld
Alberto Sartori
Hans Schmidt
Mart Stam
Rudolf Steiger
Henri-Robert Von der Muhll
Juan de Zabala
Le Corbusier es por sus ideas y proyectos, el gran
impulsor del Congreso. Al respecto señala:
"El destino de la arquitectura es expresar el
espíritu de una nueva época, Se afirma hoy en
día la necesidad de un nuevo concepto de la arquitectura
que satisfaga las exigencias materiales, sentimentales y
espirituales de la vida presente.
La transformación de la estructura social y
económica exige la correspondiente transformación
de la arquitectura. Busca la armonización entre los
elementos presentes en el mundo moderno y de volver y situar a la
arquitectura en su verdadero ámbito, que es
económico, sociológico y estatal al servicio de la
persona humana." [3]
A su vez los objetivos que debe cumplir la arquitectura,
pasan por "el uso del suelo", la "organización de la
circulación" y la legislación. Las actuales
aglomeraciones, dice, no favorecen. Deben ser recalculadas las
relaciones, de manera que se alcance una equilibrada
proporción entre los volúmenes edificados y los
espacios libres. Así mismo, es necesario redimensionar el
problema de la circulación y la densidad del
tráfico.
Los
Congresos
Primer Congreso: Castillo de la Sarraz,
Cantón de Vaud, Suiza, año 1928.
El primer Congreso se celebra en el castillo mencionado,
gracias a la generosidad de su propietaria, Hélène
de Mandrot. En dicho Congreso, luego de haber examinado la
problemática por la que atravesaba la arquitectura
universal, en París, procedieron a confeccionar un
programa, que planteaba el arte de construir. En este encuentro,
tienen oportunidad de conocerse, intercambiar ideas, reflexionar
y comenzar a pensar en una arquitectura de nivel
internacional.
El 28 de junio de 1928, los concurrentes al Congreso
aprueban la Declaración de la Sarraz.
"Los arquitectos firmantes, representantes de los
grupos nacionales de arquitectos modernos, afirman su unidad de
puntos de vista sobre las concepciones fundamentales de la
arquitectura y sobre sus obligaciones profesionales. Insisten en
particular sobre el hecho de que "construir" es una actividad
elemental del hombre, ligada íntimamente a la
evolución de la vida. El destino de la arquitectura es
expresar el espíritu de una época. Hoy afirman la
necesidad de una concepción nueva de la arquitectura, que
satisfaga las exigencias materiales, sentimentales y espirituales
de la vida presente. Conscientes de las profundas perturbaciones
causadas por el maquinismo, reconocen que la
transformación de la estructura social y del orden
económico entraña fatalmente una
transformación del fenómeno arquitectónico
correspondiente. Se han reunido con la intención de buscar
la armonización de los elementos presentes en el mundo
moderno y de volver a situar la arquitectura en su verdadero
plano, que es de orden económico y sociológico y
que se halla enteramente al servicio de la persona humana. De
este modo, escapará la arquitectura a la férula
esterilizadora de las Academias. Firmes en esta
convicción, declaran que se asocian para realizar sus
aspiraciones." [4]
"Economía
general
El problema de la arquitectura en sentido moderno
exige en primer lugar una relación intensiva de su
cometido con el cometido de la economía
general.
Se debe entender economía en sentido
técnico-productivo y esta significa la utilización
más racional posible del trabajo y no el máximo
beneficio en sentido especulativo comercial. La necesidad de la
producción económicamente más eficaz resulta
imperiosamente del hecho de que actualmente y en el futuro
próximo deberemos contar con unas condiciones de vida
deterioradas en general.
Independencia económica de todos los
países y de las colonias.
Depresión de la economía internacional
– mayor economía interna.
Las consecuencias de la producción eficaz son
la racionalización y la estandarización. Tienen una
influencia decisiva sobre el trabajo de la arquitectura
actual.
La racionalización y la estandarización
se manifiesta bajo tres aspectos:
Exigen del arquitecto una reducción y una
simplificación intensas de los procesos de trabajo
necesarios en la obra.Suponen para la artesanía de la
construcción una reducción tajante de la actual
multiplicidad de profesiones a favor de menos oficios,
fáciles de aprender aún para el trabajador
inexperto.Exigen del usuario del promotor y del habitante
de la casa una clarificación de sus exigencias en el
sentido de una amplia simplificación y
generalización de las viviendas. Esto significa una
reducción de las exigencias particulares actualmente
sobrevaloradas y cultivadas por algunas industrias, a favor
de una satisfacción general y amplia de las
necesidades hoy postergadas de la gran masa.Pero las exigencias planteadas a la
producción no sólo han aumentado, sino que
ésta también se ha modificado en cuanto a que
podemos contar con la producción industrialmente
organizada del pasado.
El colapso de la artesanía por la
supresión de los gremios tiene como consecuencia una
profunda desorganización de la artesanía de la
construcción. Esta desorganización hizo necesario
el control de la edificación mediante leyes
adecuadas.
El desarrollo industrial exige una nueva
orientación de estas leyes de la construcción, en
consideración al hecho de que la industria requiere, por
una parte, la necesaria libertad de movimientos dentro del
desarrollo técnico y, por otra parte, cuida ella misma del
necesario control de sus productos (normas de calidad, marcas de
fábrica).
Planificación urbana y
rural
El urbanismo es la organización de todas las
funciones de la vida colectiva en la ciudad y en el campo. El
urbanismo no puede venir determinado por consideraciones
estéticas, sino exclusivamente por exigencias
funcionales.
El primer lugar dentro del urbanismo lo ocupa la
ordenación de la funciones: – la vivienda
-el trabajo
-el ocio (deporte, diversiones)
Los medios para cumplir estas funciones
son:
Distribución del suelo
Reglamentación de la
circulaciónLegislación.
Sobre la base de la densidad de población,
establecida por la planificación nacional de acuerdo con
principios sociales y económicos, se determina la
proporción de superficie habitable, superficie destinada
al deporte y de terreno descubierto y superficie destinada a la
circulación, La actual fragmentación caótica
del suelo, debido a la compraventa, a la especulación y a
la ley de herencia, debe convertirse mediante una
administración colectiva del suelo ejercida de forma
planificada. Este proceso ya se puede iniciar hoy mediante la
transferencia de la plusvalía injustificada a la comunidad
y la modificación de las leyes relativas a la
herencia.
El Reglamento de circulación debe abarcar el
aspecto espacial y temporal de todas las funciones de la vida de
la comunidad. La creciente intensidad de estas funciones vitales,
constantemente comprobada a través de medios
estadísticos tiene como consecuencia una creciente
dictadura de la circulación.
Los medios técnicos de la época
moderna, en constante desarrollo, exigen una total
transformación de la legislación y una constante
modificación acorde con el progreso
técnico.
Arquitectura y Opinión
Pública
La necesidad de influir sobre la comunidad de acuerdo
con los principios de la nueva arquitectura constituye una
importante tarea del cuerpo de arquitectos. Las obligaciones de
los arquitectos ante esta comunidad están mal definidas.
Los problemas de la vivienda no están planteados con
claridad. Las exigencias de los consumidores – dueños y
habitantes de las casas – se hallan determinadas actualmente a
través de una serie de factores que no tienen nada que ver
con el problema de la vivienda e impiden una clara
formulación de los requisitos justificados. En
consecuencia, el arquitecto solo puede satisfacer de forma
incompleta los verdaderos cometidos de la vivienda. Esta
realización imperfecta condiciona un resultado
extraordinariamente improductivo para la comunidad. Otra
consecuencia es un nivel demasiado elevado de la vivienda, una
tradición de viviendas demasiado caras, que limitan
necesariamente las posibilidades de una vivienda sana para una
gran parte de la población.
Los principios elementales de la vivienda
podrán difundirse con eficacia mediante su
enseñanza en los centros de educación, necesidad de
la limpieza, influencia de la luz, del aire y del sol,
fundamentos de higiene, utilización práctica de los
utensilios domésticos.
Esta enseñanza tendría como
consecuencia que la generación que esestá formando
ahora poseyera un concepto claro y racional de las funciones de
la casa y con ello estuviera en situación, como futuro
consumidor, de plantear las exigencias razonables que la casa
debe satisfacer.
Arquitectura y relación con el
Estado
Para la arquitectura moderna, que se propone llevar a
cabo la construcción bajo su aspecto racional,
económico, las actuales academias y escuelas superiores
del Estado, con sus métodos de orientación
estética y formalista, constituyen un pesado
lastre.
Las academias son necesariamente las guardianas del
pasado. Han convertido los métodos prácticos y
estéticos de las diversas épocas históricas
en dogmas de la arquitectura y, con ello, han renegado de los
principios de la propia arquitectura. Sus puntos de vista son
erróneos y sus resultados igualmente
incorrectos.
El academicismo obliga a los Estados a grandes gastos
en construcciones monumentales y con ello impone un lujo
superado, que se paga con el abandono de las tareas
urbanísticas y económicas más
apremiantes.
Por ello es necesario que los Estados emprendan una
revisión fundamental de los métodos de
enseñanza de la arquitectura y que adopten en este terreno
los mismos principios que han conducido en otros campos a dotar a
sus países de los organismos más productivos y
avanzados.
Un obstáculo paralelo para el desarrollo de la
arquitectura en un sentido racional, económico,
está constituido por aquellas normas nacionales que de un
modo u otro, tienden a ejercer una influencia estética
formal, sobre la arquitectura, y que por ello deben ser
combatidas enérgicamente.
La nueva actitud del arquitecto, su necesaria y
voluntaria inserción en el proceso de producción,
hacen que resulte superflua toda especial protección por
parte del Estado.
La modificación de la actitud del Estado ante
estos problemas supone la máxima reivindicación que
presenta la nueva arquitectura en este sentido y se encuentra en
la misma línea de los problemas generales
económicos y culturales de la sociedad.
28 de junio de 1928"
[5]
La declaración, limó las posturas que en
principio eran mucho más radicales.
"Desde la primera reunión, una serie de
animadas discusiones, que quedarán suavizadas en la
redacción final de la "declaración" constitutiva,
enfrentan a Le Corbusier, Ernst May, Hannes Meyer y André
Lurçat." [6]
El Congreso crea un Ejecutivo, llamado C.I.R.P.A.C.
(Comité Internacional para la resolución de
problemas arquitectónicos Contemporáneos). El
Historiador del Arte, de Zurich Sigfried Giedion, es designado
Secretario General del Congreso. [7]Mientras tanto
la presidencia, recae en el arquitecto suizo Karl
Moser.
SEGUNDO CONGRESO
El segundo Congreso se celebra en Franfurt, año
1929. En él "se inaugura el uso de basar los debates en
una exposición de proyectos presentados según los
mismos estándares gráficos"
[8]
El Congreso está dedicado al problema de la
vivienda mínima. En ausencia de Le Corbusier, las
discusiones son dominadas por Walter Gropius y los arquitectos
alemanes integrantes del equipo de Ernst May.
May y la "existenz
minimun"
Con relación a la primera interrogante,
señala que muchas opiniones anunciaban que la
edificación de viviendas pequeñas, no es un buen
negocio. En este sentido señala que hay un argumento
conocido El punto de vista del Arquitecto May, es explicitado en
una nota, que se sintetiza a continuación. La misma
presenta la idea de May a través de la contestación
a tres preguntas:
1) Necesitamos viviendas para el mínimo
nivel de vida?2) ¿Quién debe construir la
vivienda para el mínimo nivel de vida?3) ¿Cómo debe realizarse la
vivienda para el mínimo nivel de vida?
"Cuanto menor es el espacio de la vivienda, mayor es
el precio unitario; las viviendas que quedan por debajo de una
cierta medida, serán después inalquilables. Temores
de carácter higiénico o sicológico salen a
consideración y finalmente se aconseja edificar viviendas
mayores – aproximadamente 50 metros cuadrados como superficie de
vivienda mínima y dejar las viviendas viejas para la gente
de bajo nivel de vida." [9]
Ahora bien, May pregunta, ¿de quién
serán estos conceptos? Saldrán de los labios de los
muchos miles de personas que están sin vivienda, cuyas
vidas transcurren en mansardas [10],
sótanos o compartiendo la vivienda con parientes o amigos.
Pero, tales consejos, no se originan en quienes necesitan la
vivienda, por el contrario vienen de gentes que no tienen
necesidad ni de casa ni de espacio, y por consiguiente no pueden
imaginarse la problemática que "los sin vivienda" deben
padecer.
"Por eso no les hacemos mucho caso. Nosotros
preguntamos figuradamente al ejército de desheredados, a
los que esperan ansiosamente un acomodo humano.
¿Estarían ellos de acuerdo si un reducido
número recibe grandes viviendas, mientras que la masa se
ve sentenciada a soportar su miseria durante años y
decenios. O bien preferirían una vivienda pequeña,
que a pesar de la limitación espacial satisfaga las
necesidades, cosa que debemos resolver en la vivienda de la nueva
época, si de esta manera se pudiese extirpar en poco
tiempo el mal de la falta de viviendas? "
[11]
La respuesta a la interrogante, no admite dudas, lo
importante es tener una vivienda, que aunque sea pequeña,
sea sana y habitable, y cuyo alquiler sea accesible.
En el período antes de la guerra, en las grandes
ciudades se han construido cientos de miles de viviendas, que
responden a las exigencias mínimas, pero con muy mala
calidad. Esta situación repercutirá en la salud,
especialmente en las ciudades de mayor
población.
En la posguerra, las viviendas edificadas, son de
superior calidad, pero el valor de los alquileres supera el nivel
que las familias de bajo nivel pueden pagar. Eso lleva a concluir
que se requieren mayor número, y de calidad, para
satisfacer las necesidades de las masas, que están
procurando hacerse de una vivienda sin disponer de medios. El
Arquitecto May concluye en que se necesitan viviendas para el
mínimo nivel de vida.
Con relación a la segunda pregunta, May
señala que varios países europeos, tienen
dificultades para instrumentar un plan de vivienda que subsanar
las carencias anotadas. Hay dos elementos, que deben ser
considerados, por un lado el estado del índice de
construcción y el valor medio de los intereses de las
hipotecas. El caso de Alemania muestra índices muy
desfavorables.
"Las condiciones son muy desfavorables en Alemania,
ya que con un índice de construcción de 1928, los
intereses hipotecarios han aumentado de un 4,5 `pr 100 antes de
la guerra a un 11,5 por 100 en 1929, de manera que el alquiler de
una vivienda obrera de 50m2 de superficie, que antes de la guerra
costaba aproximadamente 30DM ha subido hoy a 118 DM. Por tanto no
podemos mantener asequibles los alquileres de las nuevas
viviendas si, además de la aplicación de todas las
medidas de organización y racionalización
técnica, no se lleva a cabo el mismo tiempo, una
disminución de los intereses."
[12]
May considera que los poderes públicos,
serán quienes deberán encargarse de organizar la
construcción de viviendas para aquellos que no
podían superar el mínimo nivel de vida. Sólo
el Estado, puede instrumentar la edificación de viviendas
destinadas a personas con mínimo nivel de vida. Era el
Estado quien podía instrumentar otras alternativas,
especialmente disponer del dinero necesario, y en este sentido
encargado de distribuir los fondos necesarios de forma adecuada.
En otras palabras, el Estado es el organismo indicado para llevar
a cabo las acciones tendientes a asegurar una correcta
inversión, teniendo presente no efectuar movimientos que
generen especulación en el rubro
edificación.
La tercera interrogante, apunta a determinar cómo
debe realizarse la vivienda para el mínimo nivel de vida.
En principio, no se puede dar una contestación afirmativa.
Sin embargo, señala el Arquitecto May señala
"debe realizarse de manera que en el futuro no se repitan los
defectos que hasta ahora tenían las viviendas para el
mínimo nivel de vida." [13]
Si bien en las ciencias de la ingeniería se ha
estudiado durante largo tiempo aplicando métodos
científicos exactos, mientras tanto en arquitectura no ha
sido así, se ha procedido de manera sentimental. May
considera que los arquitectos no han comprendido, que en la
construcción de viviendas el aspecto exterior de los
volúmenes así como la distribución de las
fachadas no son los aspectos principales.
"La parte más importante es la
construcción completa de la célula individual de
vivienda según los principios de una concepción
moderna de la vida y que a ellos les corresponde, además
la tarea urbanística de incorporar a la imagen de la
ciudad la suma de esta células de viviendas, es decir, el
barrio (Sleidung), para que de este modo se creen las mismas
condiciones favorables para cada elemento individual de la
vivienda." [14]
Los profesionales, con mucha lentitud han ido
incorporando algunos detalles. Así en la
distribución de los espacios en una casa, recién
están aceptando el hecho que cada problema, repercute en
el todo que es una vivienda como organismo total. La
cuestión radica en la solución de los problemas
técnicos individuales en las viviendas para el
mínimo nivel de vida. Y es en este tipo de
edificación, donde el espacio se vuelve un factor
significativo. La cuestión estriba en determinar hasta
qué superficie, una edificación destinada a
vivienda, puede reducirse. May entiende que los arquitectos hacen
jugar un aspecto, que enmascarado en las conveniencias de
carácter económico, tienen presente "estimaciones
estéticas simplistas" llegando en algunos casos a imponer
sus propias necesidades vitales, sin tomar en cuenta a los
verdaderos receptores de tales viviendas. En este sentido,
sostiene que se podían haber evitado muchos fracasos si el
arquitecto de viviendas pequeñas hubiese sido obligado a
convivir un período de tiempo con una familia trabajadora
antes de iniciar el proyecto. Muchos problemas, que en una
visión macro no se advierten, pero si se experimentan en
la cotidianeidad si se aprecian. Ya sea la colocación de
la cocina, el espacio interno de circulación, la luz, las
aberturas, etc.
Las viviendas para el máximo nivel de vida, debe
desarrollarse, corrigiendo distintas inexactitudes hasta alcanzar
la perfección. La medida inmutable para determinar si se
han solucionado los problemas, es el hombre. "Sólo la
exacta consideración de las necesidades humanas,
biológicas y sociológicas que atañen a las
viviendas para el mismo nivel de vida prescindirán de
teorías inútiles y nos acercarán a la meta
de la construcción de viviendas realizadas de tal forma
que, aún con alquileres asequibles, satisfagan las
exigencias materiales y espirituales de sus ocupantes."
[15]
Hubo varios arquitectos que contribuyeron al alto nivel
que tiene el Congreso. Víctor Bourgeois, por ejemplo,
redactó su principal contribución de tipo
técnico sobre el Programa de la vivienda mínima.
[16]Por su parte, Hans Schmidt, presenta una
ponencia titulada "Ordenanzas de edificación y vivienda
mínima". En dicha ponencia afirmaba:
"Al usuario le corresponde dilucidar los problemas de
la vivienda con la ayuda de las organizaciones cooperativas o
gremiales. El usuario estará entonces en situación
de reconocer qué puede razonablemente pretender de una
vivienda racional de bajo costo y, eventualmente, hacer de estas
premisas una norma de actuación. Al productor de las
viviendas se le debe responsabilizar sistemáticamente de
todos los problemas relacionados con la construcción de
los alojamientos más modestos. Los arquitectos, en lugar
de confiar únicamente en las ordenanzas, deberán
ser capaces – con la ayuda de las diferentes romas de la ciencia
y de la industria, así como con la colaboración de
los usuarios de formular y tomar las decisiones que hasta ahora
han recibido del Estado. De esta forma los arquitectos
podrán entrar en escena como competidores de la
construcción de viviendas de las trabas de un
reglamentación asocial."
[17]
De esta forma concibe Hans Schmidt, en el año
1929, su trabajo como arquitecto. Está presente en su
opinión, la necesidad que los profesionales tienen de
tomar decisiones que hasta entonces las tomaba el Estado. El
problema de la vivienda era necesario atender con premura. Era de
fundamental importancia, atender al crecimiento que estaban
experimentando las ciudades. En las mismas, se estaban
produciendo una gran concentración de población,
que estaba padeciendo condiciones de hacinamiento, que
requerían plantear nuevas formas constructivas, que
apuntan a solucionar el tema constructivo, conciliando calidad
con costos razonables.
TERCER CONGRESO
Este Congreso se efectúa en Bruselas,
1930.
"El tercer congreso extiende el proyecto de un modo
común y científico a la forma urbana y discute en
1930 en Bruselas el tema de la urbanización racional,
evaluando ventajas e inconvenientes de la construcción en
altura." [18]
El CIRPAC celebrado el 17 de mayo de 1930, aprueba
"expandir formalmente el interés del grupo hacia el
urbanismo. En dicho encuentro, al cual asistieron Gropius,
Giedion, Marcel Breuer, Rudolf Steiger y otros, Le Corbusier
llamó la atención sobre la necesidad de una
"doctrina del urbanismo", diciendo que el CIAM debía
intentar articular "la arquitectura y la planeación de
ciudades con la evolución social." Sugirió que la
Unión Soviética era el lugar que sería el
más receptivo a tal intento. Aún cuando su propio
ideal político pronto se acercaría más hacia
la derecha, al igual que otros miembros del CIAM, Le Corbusier
estaba fascinados en aquel momento por los experimentos
soviéticos en urbanismo y estaba finalizando sus
"Comentario relacionados con Moscú y la Ciudad
Jardín". Solicitados por los Oficiales Soviéticos,
estos comentarios eran un esfuerzo para rediseñar
Moscú a través de la combinación de
elementos de su ville contemporaine con las propuestas para el
trazado de las nuevas "ciudades de recreación" para
trabajadores que habían sido sugeridas en la competencia
de la Ciudad Jardín en marzo de 1930. En un texto
acompañante, Le Corbusier abogó por un urbanismo
moderno,; sostenía que las ciudades europeas existentes
eran "demasiado extensas" (étendu) y dispersas,
carecían de arborización, y contaban con densas
calles y patios llenos de aire insalubre, ruido y el peligro
constante de las congestiones de tráfico. Le Corbusier
insistía en que: "el urbanismo moderno puede llevar a una
reducción en el área total de las ciudades de forma
tal que las distancias sean más cortas; la
habitación pueda quizá ser agrupada y las viviendas
con servicios comunales puedan ser construidas. Pero se debe
contar con una separación categórica entre
tráfico y habitación. Se deben situar entonces las
diferentes rutinas que dan a la ciudad su razón de ser."
(Cohen, 1987)" [19]
Estas posturas serán ampliadas y presentadas al
CIAM III. El Congreso realizado en el mes de noviembre de 1930,
será el transformador de las ideas plasmadas en los
"Comentarios" mencionados. Posteriormente darán lugar al
concepto de ciudad radiante, o como lo expresará Le
Corbusier en 1935, "La Ville Radieuse."
Pero el Congreso, "expandió sus estudios
comparativos del diseño de las unidades mínimas de
vivienda al diseña de los asentamientos de vivienda
"funcionales", tales como aquellas que estaban siendo construidas
por los gobiernos municipales en apoyo. Gran parte del debate del
CIAM III se centró en la cuestión de la vivienda en
ltura versus la vivienda de baja altura. Mientras Le Corbusier y
Gropius abogaban por la primera, May y algunos otros miembros del
C.I.A.M. apoyaban la segunda" [20]
Entre los participantes se halla Víctor
Bougeois,. Como la orientación del Congreso apuntaba a los
temas urbanísticos, presenta su proyecto "Nouveau
Bruxelles". El mismo, no es sino la culminación de sus
estudios en esa dirección. Ya en 1928 había
comenzado a experimentar en las cuestiones urbanísticas.
"A partir de 1928, proyecta un museo vivo del urbanismo o
"Urbaneum", mientras que para el mundialista belga Paul Orlet,
estudia un proyecto de ciudad mundial para edificar en la
periferia de Bruxellas, en Terviuren (1932)"
[21]
"Para ese momento, los líderes del ala radical
germano – parlante del C.I.A.M. habían aceptado el
ofrecimiento del gobierno soviético para diseñar
algunas de las nuevas ciudades industriales mencionadas en el
Primer Plan Quinquenal. May, Stam, Schmidt y Hannes Meyer, quien
había dirigido La Bauhaus de 1928 a 1930, todos partieron
hacia la Unión Soviética en octubre de 1930. De
todas formas, muchos otros arquitectos asistieron al C.I.A.M.
III, incluyendo a un menos orientado políticamente Ludwig
Mies Van der Rohe." [22]
A raíz de conversaciones surgidas durante el
Congreso, con el Arquitecto residente en EE.UU. Richard Neutra,
que había viajado para trabajar con Frank Lloyd Wright, se
manejó la posibilidad de que se realizara un congreso en
los Estados Unidos. En este sentido, Neutra consideraba que
aún no estaban dadas las condiciones, por cuanto los
intereses de los arquitectos norteamericanos diferían
mucho de los arquitectos europeos.
Durante este Congreso se produce la renuncia del
Presidente del Congreso, el Arquitecto suizo Karl Moser. Por
sugerencia de Walter Gropius, el arquitecto holandés
Cornelius Van Eesteren era conocido como el planificador de
Amsterdam, y reconocido integrante de la vanguardia
holandesa.
CUARTO CONGRESO
Sede: a bordo del Crucero Patris II (1933), aunque se
menciona a la ciudad de Atenas.
Antecedentes
En el año 1931 se realiza un Congreso Especial en
la ciudad de Berlín, donde todos los puntos considerados
se encaminan a preparar el terreno para organizar un congreso en
Moscú. Este encuentro se produce en junio de 1931. El
Presidente de los C.I.A.M. Arquitecto Van Eesteren
"presentó los métodos de exposición
gráficos a los delegados, con la idea de que fueran la
base para las presentaciones del siguiente congreso, que
según lo planeado para aquel momento debía llevarse
a cabo en Moscú en 1932. Delegados de varios
capítulos del C.I.A.M. de todo el mundo estaban preparando
los planos a la misma escala que documentarían las
condiciones urbanas de unas 30 ciudades industriales, y las
conclusiones que de allí salieran serían la base
para el diseño de las nuevas ciudades industriales que
para entonces se construían en la Unión
Soviética, tales como aquellas diseñadas por las
"brigadas" de los miembros germano – parlantes del C.I.A.M. En
este evento en Berlín, May presentó su proyecto
para las ciudades satélites alrededor de Moscú y
para la nueva ciudad industrial de Magnitogorsk, así como
algunos otros proyectos urbanos."
[23]
Pese a los esfuerzos del Arquitecto May, ya se
detectaron indicios que la actitud de la U.R.S.S. hacia los
C.I.A.M. estaba modificándose. En este sentido, nuevas
investigaciones aportan información en cuanto a que Stalin
y su diputado a cargo de la región de Moscú, Lazar
Kaganovich ya habían adoptado una postura contraria a las
vanguardias tanto en arquitectura como en urbanismo.
"Sin embargo, para el encuentro de Berlín las
autoridades soviéticas habían indicado que el libro
Sotsgorod (la ciudad socialista) debía ser la base para la
planificación de las nuevas ciudades en la Unión
Soviética. Dicho libro proponía una variante de la
aproximación "desurbanista" soviética,
también recomendada por Ginzburg, la cual proponía
llevar los esfuerzos de Marx y Engels a eliminar las distinciones
económicas y sociales entre la ciudad y el camo a
través de la descentralización de las ciudades
existentes a lo largo de las líneas de transporte."
[24]
No se trataba de una medida tomada al azar, el planteo
busca alcanzar una meticulosa organización en áreas
separadas, por un lado producción, por otro sector
almacenamiento y por último viviendas. Esta forma de
organización exigía que las tres áreas
estuvieran cercanas a líneas férreas y a las zonas
agrícolas. "El objetivo era reorganizar tanto la
agricultura como la industria de una forma "biológica", de
modo que los costos de trabajo y transporte fueran minimizados y
los residuos orgánicos fueran devueltos como material
fertilizante a la tierra (Miliutin, 1974)."
[25]
En el encuentro de Berlín muchos delegados
aprobaron el modelo, así Walter Gropius confirma en sus
notas que el Arquitecto May le había señalado estar
de acuerdo con los principales aspectos. Pero también hubo
planteos discordantes, el arquitecto sueco Uno Ahren, no estaba
de acuerdo con los lineamientos planteados por los holandeses,
aunque acepta que en función del corto tiempo con que se
cuenta, los Sotsgorod debían ser la base sobre la que
tendría que trabajar el C.I.A.M. IV. Pero considera que el
punto de mayor relevancia, es el tema concerniente a la propiedad
del suelo en las posibles transformaciones urbanas propuestas en
el Congreso, y en este sentido "argumentaba que las ciudades
existentes debían ser estudiadas en términos de los
aspectos económicos, sociales y políticos."
[26]
Esta posición es apoyada por un integrante del
grupo de los alemanes del C.I.A.M., el Arquitecto Arthur
Korn.
Por su parte, el polaco Szimon Syrkus, sostiene que la
revolución social no es un tema de arquitectura, y agrega
"La arquitectura es probablemente capaz de encarnar las ideas
más radicales en los edificios." El polaco sostiene
que lo que se entiende como actividad o trabajo político
tiene que dejarse en manos de especialistas y que el C.I.A.M.
tiene que actuar en estrecho contacto con lo político. La
idea que Sotsgorod incorporara el concepto de
coletivización total de la sociedad, no sería por
cuanto, se trata de un concepto que es demasiado avanzado y
existen países que aún no están en
condiciones de asimilarlo.
"Dada la "urgente emergencia" de las condiciones
urbanísticas en Polonia, Syrkus coincidía con el
interés de los holandeses por separar la ciudad en
diferentes categorías funcionales del trabajo, el
transporte y la producción de viviendas, ítems
todos que deberían ser el fundamento para "futuros
trabajos"dek C.I.A.M. (Syrkus, 1976)"
[27]
Ahora bien, dentro de la delegación alemana
también existían posiciones distantes del
socialismo. En este sentido, Mies Van de Rohe criticaba el
acercamiento del C.I.A.M. a temas urbanísticos, cuando se
trataba de un asunto más de política que de
arquitectura.
Otro alemán, Erich Mendelsohn presenta una
postura diferente, por cuanto empieza por aceptar que el tema
urbanístico es un problema complejo, y concluye en que
"la ciudad no se desarrolla simplemente a partir de la
economía y los medios de producción, sino
también de la vida de los seres humanos nacidos unos cerca
de los otros." [28]No veía como una
actitud útil y positiva del C.I.A.M. la
preocupación manifestada por muchos de los arquitectos
referente a la ciudad socialista.
Por su parte el representante finlandés, Aalto
llamó la atención al grupo, en cuanto a que el
programa de trabajo propuesto por Walter Gropius para el C.I.A.M.
tenía como prioridades el desarrollo de soluciones
técnicas, y por lo tanto la manera correcta de la
"konstruktive Stadt" socialista es un aspecto secundario Aalto
veía en las soluciones técnicas una clara
coincidencia entre las ciudades socialistas y las ciudades
burguesas, ues ambas requerían soluciones detalladas,
preparadas por arquitectos. Ése debe ser, para Aalto el
tema.
"Tal como aconteció, estos intensos debates
sobre la respuesta adecuada del C.I.A.M. al problema del
diseño de las nuevas ciudades en la Unión
Soviética iban más allá de lo necesario, ya
que la esperada invitación soviética para llevar a
cabo el C.I.A.M. IV, en Moscú no llegó
inmediatamente.
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