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Borderline (página 3)



Partes: 1, 2, 3

  • Deseo de protección y adherencia a los padres
    (madre especialmente) y lucha ambivalente contra este
    deseo.

  • Anhedonia (incapacidad de experimentar placer y
    empatía)

  • Trastornos de la autoestima con sentimientos de
    fracaso e inferioridad, susceptibilidad (todo lo que pasa
    afuera tiene un sentido para el yo).

  • Arlene Wolberg en 1952, fue de los primeros
    investigadores en diferenciar a los fronterizos de los
    psicóticos. Para ella, conservan el contacto y la prueba
    de realidad, aún cuando su adaptación no es
    satisfactoria debido a su agresividad y su angustia de
    separación. Wolberg destaca la presencia de una
    "depresión crónica" de mediana intensidad, que
    cumple funciones defensivas, por ejemplo como escape para la
    hostilidad que bulle dentro del individuo y está
    focalizada en el objeto de amor y también le sirve para
    contrarrestar el miedo de aniquilación que causa al border
    la disociación yoica.

    Ralph Greenson observó que en situaciones bien
    estructuradas estos pacientes están
    macroscópicamente adaptados a las convenciones, aunque
    puedan ser excéntricos, extraños y caprichosos pero
    en situaciones no estructuradas (como la de asociación
    libre) se manifiestan fenómenos tales como:

    • 1. Irrupción del Ello con fracaso de los
      mecanismos de defensa

    • 2. Inhabilidad para diferenciar entre afectos,
      impulsos y sensaciones corporales

    • 3. Inhabilidad para mantener un concepto
      consistente del self

    • 4. Confusión entre el pasado y el
      presente con facilidad para revivir experiencias pasadas e
      inhabilidad para integrar o sintetizar

    • 5. Inhabilidad para posponer la
      descarga

    • 6. Preocupación con fantasías
      sexuales o agresivas

    • 7. Movilidad de las catexis con rápidos
      desplazamientos y reacciones bizarras en la
      transferencia

    Para Ralph R. Greenson, sintetizando, la
    patología esencial está en las funciones del yo,
    con regresión y primitivización de éstas;
    con invasión del proceso 1rio. al secundario y como
    consecuencia de esto, con dificultad de separar un yo observador
    y discriminador de un yo "experiencial o vivenciante".

    E. Erikson, en 1956, llama a estos cuadros:
    confusión aguda de identidad, ya que para este
    autor presentan:

    • Sentimiento de aislamiento

    • Desintegración de la continuidad e identidad
      internas

    • Sensación de vergüenza
      generalizada

    • Incapacidad de sensación de logro

    • Perspectiva temporal acortada

    • Desconfianza básica

    Esta descripción de Erikson es semejante a los
    conceptos de Winnicott de falso self.

    Gustav Bychowski, en 1957, los denomina: psicosis
    latente
    , describiéndolos como un grupo de individuos
    cuya estructura psíquica provee un terreno adecuado para
    una futura psicosis siempre que se agreguen determinados factores
    adicionales y también pacientes que han tenido un episodio
    psicótico abortivo a edad temprana. Los rasgos
    típicos de personalidad serían:

    • 1) Yo débil e inmaduro, con predominio
      de:

    • Narcisismo primario

    • Megalomanía

    • Pensamiento mágico

    • Proyecciones masivas con rasgos
      paranoides

    • 2) Los mecanismos de defensa principalmente
      utilizados son:

    • Vuelta contra sí mismo

    • Cambios instantáneos de pasividad a
      actividad

    • Negación

    • Disociación

    • Predominio de introyección de objetos
      parciales a nivel primitivo

    Es característico de este Yo inmaduro el ser
    incapaz de sintetizar las actitudes ambivalentes hacia las
    personas significativas originales, especialmente la
    madre.

    Entre las imágenes introyectadas parciales, se
    halla en los pacientes hombres, la imagen materna; el
    núcleo del Yo está formado básicamente por
    este introyecto femenino, producto de una profunda y primitiva
    identificación con la madre. Las tendencias homosexuales
    frecuentemente son encubiertas por rabia paranoide, celos y
    hostilidad.

    Los mecanismos de disociación mantienen a este Yo
    primitivo disociado del resto del Yo. El Yo tan débil de
    estos pacientes los lleva a protegerse con el retiro esquizoide,
    con parcial o total despersonalización.

    Según Bychowski, aterrorizados por su
    "bárbara y destructiva agresividad" se protegen con su
    excesiva pasividad (la lucha contra los objetos originales y sus
    correspondientes imágenes internas asume el aspecto de
    negativismo o una hostilidad destructiva).

    Para Leopold Bellak (1958) son una forma de
    esquizofrenia ambulatoria que se caracteriza
    por:

    • Fuertes sentimientos de
      inadecuación, inferioridad y
      despersonalización;

    • Intensas dificultades en las relaciones
      interpersonales;

    • Inconstancia;

    • Incapacidad de amar;

    • Irritabilidad;

    • Desconfianza y

    • Sexualidad con pobres contactos, mala
      adaptación, dificultades para la heterosexualidad,
      aventuras amorosas autistas y
      autogratificación.

    Melitta Schmideberg (1959) dice que en el paciente
    borderline, las relaciones objetales son débiles y
    superficiales por faltarles profundidad de los sentimientos,
    empatía y consideración hacia los demás; que
    presentan gran dificultad para identificarse y por lo tanto para
    aprender de los otros; que viven excesivamente en la
    fantasía, lo cual interfiere en su adaptación a la
    realidad y que presentan fallas en el mecanismo de
    represión.

    John Frosch, en los estudios que realizó desde
    1959 a 1970, incluye como mecanismos típicos de los que
    describió como carácter psicótico
    a:

    • La desdiferenciación

    • La fragmentación

    • El splitting

    • La identificación proyectiva

    A partir de 1959, Masud R. Kahn encaró el tema,
    especialmente en el trabajo "Aspectos clínicos de la
    personalidad esquizoide. Afectos y técnica". Dicha
    personalidad presenta los siguientes 11 ítems
    básicos:

    • 1) Exhibicionismo de contenidos
      psíquicos que constituye una fuerte defensa
      intelectual; no asocian libremente, sino que realizan un
      autoinflamiento del que el analista es mero espectador y
      tampoco es objeto de catectización libidinal o
      agresiva.

    • 2) No hay aptitud transferencial y sólo
      provocan o seducen al analista con una relación
      tanatizante.

    • 3) Hay una urgencia por descargar los afectos y
      el Yo facilita o inhibe esta descarga, pero no está
      vinculado con ellos.

    • 4) Su narcisismo es deficiente y está
      compensado con seudoagresividad.

    • 5) Dependen totalmente de las esperanzas en
      otros que los motivan y movilizan. Luego reducen todo a
      futilidad y las personas comprometidas quedan derrotadas,
      desmoralizadas. Repiten esto en el psicoanálisis, lo
      que se traduce en un esfuerzo enorme y fatigante y que
      sobrecarga la contratransferencia.

    • 6) Tienen necesidad de exteriorizar y actuar
      todas sus experiencias pasadas y sus tensiones
      actuales.

    • 7) "Explotan" regresiones parciales del ello,
      del yo y del superyó, lo que otorga a su material
      calidad psicótica por momentos; pero
      básicamente están aterrorizados por la
      regresión yoica al estado de "dependencia-necesidad"
      (A.Freud – Winnicott).

    • 8) Necesitan tener al analista dispuesto para
      cooperar en una participación controlada y limitada.
      Es al analista a quien hacen sentir rabia, ansiedad,
      necesidad, incomodidad, amor, ternura, violencia y
      pánico, por largos períodos antes que ellos
      puedan construir su Yo en una unidad y que, a través
      de identificaciones, puedan experimentarse a sí
      mismos.

    • 9) Usan 2 técnicas para combatir los
      estados de ansiedad:

    • Una es el traslado a estados de ansiedad difusa, que
      se convierten en estados de resistencia al análisis,
      operando como defensa frente a la realización
      psíquica de sus necesidades y tensiones
      instintivas.

    • El 2do. mecanismo, es la conversión en dolor
      psíquico y son verdaderos adictos a este dolor, usado
      contra la ansiedad y contra una verdadera realización
      de su dependencia y privación. Usan al masoquismo para
      encubrir un "vacío total y desolación" y evitar
      la ansiedad, pues buscan por cualquier medio, producir y
      mantener la tensión psíquica resguardadora de
      ese vacío.

    • 10)  Los mecanismos de defensa principales que
      usan son:

    • Splitting

    • Identificación proyectiva

    • Idealización

    • Desvalorización de los objetos y las
      experiencias emocionales

    • 11)  Su ideal del Yo no se construye con la
      introyección de los objetos parentales primarios
      idealizados, sino, por el contrario, es una formación
      psíquica que en lugar de figuras primarias
      satisfactorias y la idealización, consiste en una
      manera de manejar la deprivación sufrida con el primer
      objeto. En la transferencia idealizan al terapeuta, como
      forma de prevenirse de la desilusión y la desesperanza
      que caracteriza toda su relación objetal. Esta
      idealización, en palabras de Khan, no tiene origen
      narcisista ni se basa en una identificación con el
      objeto; es un medio de establecer una estructura
      psíquica defensiva, contra la realidad emocional de
      una realidad interpersonal.

    En 1960 Meyer y Stanford Gamm incluyen en el espectro
    borderline casos descriptos como:

    • Desórdenes de carácter

    • Neurosis narcisista del carácter

    • Desorden narcisístico de la
      personalidad

    • Defecto yoico

    • Distorsión yoica

    • Personalidad esquizoide

    • Esquizofrenia pseudoneurótica o
      ambulatoria

    • Algunos caracteres depresivos

    • Pacientes con trastornos sexuales

    • Caracteres obsesivo-compulsivos severos

    • Pacientes con enfermedades psicosomáticas
      graves

    Dichos autores enumeran como características de
    los fronterizos:

    • Baja autoestima

    • Sensibilidad extrema a la crítica y al
      rechazo, sospechas y desconfianzas, temores
      extremos.

    • Están asustados por la agresión propia
      y de los otros, por el amar y la proximidad y la
      responsabilidad y el cambio en general.

    • Las relaciones interpersonales son tenues y
      tentativas

    • La orientación en la realidad es
      deficiente.

    • El uso de la negación y la proyección
      es mayor que en las neurosis

    • Su intensa búsqueda de aprobación y
      contacto, junto con su temor simultáneo, los lleva a
      sentimientos marcados de soledad, vacío y
      desasosiego.

    Según estos autores, los fronterizos se
    distribuyen en un espectro que se extiende
    desde:

    Los más severos psiconeuróticos: el
    polo más sano incluye las neurosis narcisistas del
    carácter, con fuertes defensas que les dan apariencia de
    normalidad y sólo llegan al análisis después
    de serias crisis que quiebran su armadura defensiva.

    En el centro del espectro ubican al grueso de los
    casos: menos estables, menos exitosos, más
    erráticos, más perturbados, que tienden a la
    actuación, llenando su vacío con alcohol,
    promiscuidad sexual, pero que aún logran conservar cierta
    adaptación.

    Cercanos a la psicosis: están los
    fronterizos más alterados con considerables rasgos
    paranoides ideativos, tenues relaciones objetales y un ajuste
    marginal.

    De cualquier modo Meyer y Gamm, recalcan que lo que
    caracteriza a la mayoría de los fronterizos es su
    resistencia a la enfermedad psicótica
    .

    A partir de 1965, Otto Kernberg fue uno de los
    investigadores que más se ocupó de este cuadro.
    Resumiendo su contribución, Kernberg destaca los
    siguientes rasgos:

    • 1. Pacientes que presentan síntomas
      semejantes a las neurosis y los trastornos de carácter
      y también episodios psicóticos pasajeros (por
      stress, alcohol o drogas).

    • 2. Buen criterio de realidad.

    • 3. En el psicoanálisis desarrollan una
      psicosis de transferencia, pudiendo en la regresión
      analítica, llegar a la transferencia
      delirante.

    • 4. En pruebas proyectivas no estructuradas,
      tienden a funcionar en proceso primario.

    • 5. Presentan ansiedad de tipo crónica,
      difusa, libremente flotante.

    • 6. Neurosis polisintomática representada
      por fobias múltiples (restricciones en la vida
      diaria con el propio cuerpo, con tendencias
      paranoides)

    • 7. Síntomas obsesivo-compulsivos con
      egosintonía secundaria y racionalizados

    • 8. Conversiones múltiples y bizarras o,
      una única, crónica y severa

    • 9. Reacciones disociativas

    • 10. Estados crepusculares histéricos,
      fugas y perturbaciones de la conciencia.

    • 11. Hipocondrías crónicas con
      alejamiento de la vida social

    • 12. Tendencias sexuales perverso-polimorfas
      caracterizadas por la presencia de fantasías sexuales
      múltiples como condición necesaria para lograr
      la gratificación sexual (generalmente masturbatoria,
      ya que presentan marcada inhibición sexual). Cuanto
      más caóticas y múltiples sean las
      fantasías y las acciones perversas, y más
      inestable la relación de objeto, conectada con esta
      interacción, más segura es la presencia de
      la organización borderline
      .

    • 13. Personalidad previa: paranoide, esquizoide
      o hipomaníaca

    • 14. Las llamadas neurosis impulsivas y
      adicciones encubren muchas veces una estructura
      borderline.

    • 15. Patologías del carácter que
      encubren una estructura border: personalidad infantil y
      personalidad narcisística. (Kernberg excluye a las
      personalidades histéricas y depresivas)

    • 16. Autodestrucción primitiva: la
      organización border se presenta con sexualidad
      primitiva, agresión descargada de manera
      indiscriminada (automutilaciones o actos suicidas, con rabia
      y casi sin depresión).

    La analista inglesa Little, a nivel diagnóstico,
    jerarquiza:

    • 1. Falsas percepciones, inferencias o
      deducciones inadecuadas

    • 2. Fracaso para usar símbolos, presencia
      de ecuaciones simbólicas u otras evidencias de
      pensamiento concreto

    • 3. Piezas de total irracionalidad o conductas
      irresponsables en una persona que aparece como
      neurótica

    • 4. Coexistencia de áreas de pensamiento
      del proceso primario junto a áreas de pensamientos del
      proceso secundario

    • 5. Predominio del principio de supervivencia
      ("cuando la supervivencia es la esencial o única
      consideración, el placer o el dolor no tienen sentido,
      la sexualidad de cualquier tipo es irrelevante y la
      única especie de realidad reconocible es la
      psíquica")

    • 6. La realidad externa existe en estas
      áreas sólo en la forma como existió en
      la infancia actualizada del paciente

    • 7. La forma adulta de la memoria –es
      decir, el recuerdo- se halla ausente o no tiene sentido, y en
      tanto un neurótico, como dijo Freud, sufre de
      recuerdos reprimidos, en un psicótico o en un
      borderline, el pasado es reproducido literalmente,
      aquí y ahora
      , lo que explica la conducta
      inapropiada en el mundo externo y la especial cualidad de los
      fenómenos transferenciales. Esta convicción
      delirante inconsciente existe solamente en ciertas
      áreas de la psique del paciente (de otro modo,
      sería totalmente un insano). En otras áreas
      tiene una clara conciencia de realidad que es usada
      como defensa frente al delirio. Este uso de una realidad
      contra otra, es la más difícil de penetrar de
      sus defensas, ya que su levantamiento expone al paciente a
      agudos y dolorosos estados de creciente
      despersonalización, que son experimentados como
      caos de aniquilación.

    • 8. Las vidas de estos pacientes muestran un
      patrón de destructividad compulsivamente controlado
      (la destructividad es la de un niño pero está
      combinada con los recursos corporales y mentales de un
      adulto)

    • 9. En lo que hace al desarrollo del Yo es, en
      mayor o menor medida, remendado, irregular y no
      confiable.

    Resumiendo el enfoque de Little, se puede sostener que
    los pacientes borderline, tienen todas las clases de enfermedad
    mental, desde la psicosis a la normalidad, tienen todos los tipos
    de síntomas, desde desórdenes de la
    percepción y delirios, hasta los conflictos
    edípicos habituales. Tienen parches de trastornos de
    pensamiento de todo tipo y grado, y sus ansiedades varían
    desde la ansiedad de supervivencia hasta las persecutorias y
    depresivas, y la de separación y de castración. La
    cualidad del superyó varía desde un sadismo
    extremadamente primitivo hasta un ideal del Yo, benigno y
    sintónico.

    Para D.W. Winnicott el paciente fronterizo reúne
    las siguientes características:

    • Su miedo es la "desintegración, la
      sensación de aniquilación", lo que significa la
      presencia indudable de las "ansiedades impensables" de
      Winnicott (ansiedades psicóticas) ligadas a los
      primeros momentos del desarrollo humano.

    • Son casos que exigen el conocimiento y manejo de
      estas ansiedades por parte del analista (muy distintos a los
      neuróticos). Requieren un verdadero sostén
      (holding), aunque simultáneamente, ofrecen un
      sorprendente insight.

    • Presentan la coexistencia de primitivísimas
      ansiedades orales con una simbolización onírica
      muy rica y en estrecha relación con su proceso
      terapéutico

    • Pueden efectuar un muy firme desarrollo en el
      proceso analítico pero son muy sensibles a la
      conducta intrusiva del analista
      , incluso la
      interpretativa si no respeta su tiempo.

    Samuel Atkin (1974) dice que lo que tienen en
    común es un defecto crucial en la función
    sintética del Yo
    . Cree que presentan detenciones en su
    desarrollo y clivajes entre las funciones de pensamiento, las
    cognitivas y las lingüísticas. Sostiene que el
    análisis de estas disfunciones no produce ansiedad y que
    esto constituirá la prueba de que no es una defensa. Para
    Atkin estos pacientes pueden tolerar sorprendentes
    contradicciones
    en el pensamiento y la
    acción.

    Por la misma época, Javier Mariátegui
    señala como psicopatología básica del
    borderline lo siguiente:

    • 1. Deficiente sentido o conciencia de identidad
      y fluctuante contacto con la realidad.

    • 2. Precaria estabilidad psíquica con
      proclividad a la regresión en situaciones no
      estructuradas o de stress y deficiente control sobre la
      conducta impulsiva

    • 3. Psicopatología variopinta a veces
      extrema, con combinación sintomatológica de la
      psicosis, la neurosis, la psicopatía y la
      psicosomática.

    • 4. Discordancia entre la apariencia
      pansintomática del cuadro y la gravedad de sus
      expresiones comportamentales

    • 5. En la esfera afectiva lo distintivo es la
      anhedonía (incapacidad para experimentar sentimientos
      placenteros o gratificantes). La cólera, la
      depresión, son los principales afectos que
      manifiestan.

    • 6. Intentos suicidas reiterados, excesos
      episódicos de ingestión de alcohol,
      estimulantes o sedantes. Transgresiones sexuales o
      promiscuidad.

    Pfeiffer (1974), Gunderson (1977) y Singer (1975),
    coincidiendo con los hallazgos de Grinker (1968) destacan las
    siguientes características de la personalidad
    fronteriza:

    • Sintomatología poblada de
      combinatorias y sucesión de síntomas
      neuróticos, psicosomáticos, psicopáticos
      y hasta psicóticos en distinto grado y
      severidad

    • Por lo anterior, se hacen necesarias varias
      entrevistas para hacer un diagnóstico
      apropiado.

    • El comportamiento se caracteriza por
      impulsividad que conduce a promiscuidad sexual,
      adicciones a drogas, actos destructivos y
      perversiones.

    • Las relaciones interpersonales no son satisfactorias
      por la ausencia de la reciprocidad; más bien se
      da una tendencia a la dependencia, a demandar y a
      manipular.

    • La capacidad para analizar la realidad y funcionar
      laboral y socialmente no están seriamente
      deterioradas.

    • Ocurren episodios psicóticos
      transitorios
      , frecuentemente relacionados a la
      tensión, nunca se convierten en esquizofrenia, son
      ajenos al Yo, no sistematizados y a veces asumen la forma de
      conciencia afectada.

    • La condición es estable y duradera sin
      ningún deterioro, el paciente es el mismo durante su
      vida ("inestabilidad estable").

    • Propensión a regresiones profundas
      (incluso en una misma sesión).

    • Presentan una intensa afectividad caracterizada
      predominantemente por ira y depresión
      (vivida como soledad y vacío en lugar de
      tristeza).

    • El paciente no tiene una identidad consistente
      definitiva. Existe una falta de integración con su
      personalidad total, que se manifiesta en inconsistencia
      del comportamiento
      .

    Carmelo Monedero (1978) destaca de la patología
    border:

    Presentan una buena resistencia a la psicosis franca.
    Los casos leves dan el aspecto de una neurosis de
    carácter. Los casos intermedios, experimentan un
    intenso vacío interior, del que se defienden
    ocupándose activamente en temáticas externas. Esta
    especie de fiebre ocupacional los distancia de su vacío
    interior. En los casos más graves, el vacío
    interior no puede compensarse y aparecen sentimientos de
    despersonalización y las relaciones objetales se hacen muy
    frágiles e inexistentes.

    Si se tuviera que resumir la sintomatología
    polimorfa del border en uno solo determinado, este sería
    el vacío interior. Dicho vacío es el
    resultado de tener un Yo débil que no le sirve para
    relacionarse con el mundo exterior.

    Según la Asociación Psicoanalítica
    Americana, en los estados borderline la adaptación
    superficial al ambiente y la habilidad de mantener relaciones
    objetales, pueden estar relativamente intactas, de ahí que
    muchas funciones yoicas estén bastante bien conservadas.
    Presentan una debilidad en las defensas contra los impulsos
    instintivos primitivos y una interferencia con la
    evaluación adecuada de la realidad, el pensamiento
    lógico, la adaptación al ambiente y otros aspectos
    del funcionamiento yoico. Bajo stress, los aspectos
    psicóticos, pueden surgir a la luz, pues la flexibilidad y
    adaptabilidad de estos pacientes, está reducida. A menudo
    fallan en el reconocimiento de sus dificultades como
    síntomas y por lo tanto, no tienen deseos significativos
    de ayuda, salvo en situaciones de emergencia.

    La 3ª. Revisión de la Clasificación
    de la Asociación Psiquiátrica Americana exige para
    el diagnóstico la presencia de 5 de los 8 criterios
    siguientes:

    • 1. Impulsividad o impredictibilidad en
      por lo menos dos áreas potencialmente
      autodañinas (por ej. gastos, sexo, juego, droga, robo,
      sobreingesta alimentaria, etc.)

    • 2. Estilo de relaciones interpersonales
      intensas o inestables con remarcados cambios de actitud,
      idealización, denigración o
      manipulación.

    • 3. Ira intensa e inapropiada o falta de
      control de la misma.

    • 4. Trastornos de la identidad
      manifestados por incertidumbre acerca de la autoimagen,
      identidad sexual, metas, cambios de carrera, valores,
      etc.

    • 5. Inestabilidad afectiva, del humor
      normal a la depresión en pocas horas.

    • 6. Intolerancia a la soledad con
      depresión cuando esto ocurre.

    • 7. Actos autodañinos (gestos
      suicidas, automutilaciones, accidentes recurrentes,
      peleas).

    • 8. Sentimientos crónicos de
      vacuidad o aburrimiento.

    Para Perry y Klerman (1980) los mecanismos de defensa
    principales de los border son primitivos y comprenden:

    • Actuación de tensiones y conflictos,
      externalizando sus problemas, culpando a otros de sus
      insatisfacciones. Esta proyección caracteriza su
      defensa contra el enojo.

    • Actúan como si fuesen
      todopoderosos.

    • Idealización primitiva

    • Negación de la importancia de determinados
      sentimientos recientes.

    • Escisión (separan al mundo en dos partes,
      dividen rígidamente pensamientos y sentimientos
      positivos y negativos y se identifican
      proyectivamente[8]La causa de la
      escisión es desconocida pero protege al paciente de la
      ambivalencia y de la ansiedad que le produce el reconciliar
      los extremos contradictorios, a expensas de tener una
      personalidad inestable (los normales pueden soportar sentir
      dos estados contradictorios más
      tolerablemente).

    También describieron en ellos, mayor
    preocupación por sí mismos que por los demás
    (poca empatía con los otros). Importante ansiedad de
    separación[9]y difusión de la
    identidad (sentimientos subyacentes de inferioridad e inseguridad
    e incapacidad para luchar con problemas).

    Bergeret sintetiza la evolución histórica
    ordenándola en cuatro "modelos
    básicos
    ":

    • 1) como formas menores de psicosis,

    • 2) como formas mayores de neurosis,

    • 3) como formas de pasaje entre neurosis y
      psicosis y

    • 4) como formas nosográficas
      independientes.

    1. El modelo psicótico tiene como
    antecedente la descripción de "heboidofrenia" creada por
    Kahlbaun (1885) quien las ubicó como psicosis de la
    adolescencia y las definió como trastornos caracteriales,
    con pérdida progresiva del sentido moral y
    propensión a la delincuencia, pero sin deterioro
    terminal.

    Kraepelin se refirió a modos débiles de
    demencia precoz

    E. Bleuler, en la década de 1940, la
    denominó "esquizofrenia latente", hallando a menudo un
    síntoma catatónico o paranoide oculto en la
    misma.

    Stone opina que la neurosis narcisista de Freud, que
    retira el soporte orgánico a la esquizofrenia, se ubica en
    la misma dirección que la rectificación bleuleriana
    de la demencia precoz de Kraepelin, que es el germen de concepto
    de fronterizo.

    R.P. Knight (1954) describe el concepto de
    síndrome limítrofe bajo la denominación de
    "esquizofrenia fronteriza".

    Para Henry Ey (1955) habla de una forma más
    superficial de esquizofrenia a la que llama esquizoneurosis y que
    caracteriza como una forma de discordancia más
    episódica y menos profunda, enraizada en un
    carácter esquizoide que conduce a comportamientos
    extraños, actitudes de aislamiento o de existencia
    parasocial, con rasgos tales como: originalidad extrema;
    oposicionismo sistemático; trabajos fantásticos y
    proyectos extravagantes. A menudo, agrega Ey, toda la conducta,
    la moral y la concepción del mundo están
    teñidas de delirio (creencias mágicas, espiritismo,
    erotomanía, etc.)

    En 1979 Bryce Boyer resume la naturaleza del
    "psicótico fronterizo" indicando por tal a un trastorno
    caracterológico severo, que ha sufrido uno o más
    episodios psicóticos pasajeros sin estar bajo la
    influencia de tóxicos.

    2. El modelo neurótico, tal como se lo
    comprende hoy, proviene del freudianismo, especialmente del
    estudio de la patología del yo, en el sentido de
    detención en el desarrollo o fijación. Stern
    (1938) fue el primero en dar al término borderline su
    status formal, al deslindar a un grupo de pacientes demasiado
    enfermos para ser analizados al modo clásico. Los
    pacientes de Stern mostraban aspectos semejantes a las
    "personalidades como si" descritas por Helen Deutsch, con
    graves fallas en el proceso de formación del yo y
    superyó.

    3. Dentro del modelo transicional que ubica al
    fenómeno borderline como forma de paso entre la neurosis y
    la psicosis, hallamos autores como Markovitch quien afirmó
    que el estado límite no es una entidad autónoma,
    sino una metamorfosis, el producto de la transformación de
    una estructura psicopatológica en otra.

    4. El modelo autónomo se dirige al
    diagnóstico estructural, acorde al patrón
    analítico de las estructuras mentales y se refiere
    básicamente a una perturbación en el
    desenvolvimiento del yo con defensas pobremente organizadas e
    inmaduras. Dentro de este modelo encontramos a Bergeret quien
    sostiene que no puede negarse la existencia de estados
    nosológicos situados fuera de la línea estructural
    neurótica o psicótica. Este autor sostiene de
    manera tajante, que la más neurótica (en
    apariencia) de las estructuras psicóticas y la más
    psicótica (en apariencia) de las estructuras
    neuróticas, no llegarán jamás a encontrarse
    en un punto común de la organización del yo. En
    toda estructura psicótica existe una
    combinación particular y durable entre renegación
    de la realidad, primacía de la libido narcisista, el
    principio de placer y los procesos primarios, retiro de cargas
    del objeto y fenómenos proyectivos diversos; en toda
    estructura neurótica persiste una asociación
    específica y efectiva que engloba bajo la primacía
    del Edipo, la represión de las pulsiones, la
    conservación del juego de los procesos secundarios, el
    principio de la realidad y la libido objetal y el conflicto
    confinado al interior del yo. Toda economía
    psicótica pone en juego, en más o en menos, la
    identidad del sujeto, en tanto que la economía
    neurótica conserva un cuestionamiento centrado sobre el
    registro genital. Bergeret sostiene que los estados
    límites se caracterizan por presentarse,
    sintomatológicamente, como intermediarios entre psicosis y
    neurosis: sin síntomas neuróticos netos y sin
    descompensación psicótica franca. Según este
    autor, el peligro inmediato del que se defienden es la
    depresión y los describe como personas carentes de
    autonomía que tienen muy poca tolerancia a la ansiedad y
    que reaccionan fácilmente con agresividad.

    Los describe como incapaces de aceptar un objeto amoroso
    que frustra y gratifica porque están incapacitados para
    realizar la síntesis de lo positivo y lo negativo. Estas
    actitudes ambivalentes terminan deteriorando al Yo en su
    función intermediaria.

    En 1952 Arlene Wolberg es la primera en considerar
    dentro del cuadro borderline los componentes masoquistas que los
    llevan muchas veces a negar sus propios valores,
    complicándose este problema debido al uso intenso de la
    negación y la renegación que les impiden reconocer
    sus reales posibilidades. Según esta autora, el
    síndrome borderline es una técnica salvavida, una
    manera de vivir sado-masoquista de la cual el paciente es
    consecuencia de una situación a la que fue constantemente
    arrojado a la ansiedad por la actitud de los
    progenitores.

    Timsit (1971) sostiene que los estados límites
    son el resultado de una depresión del yo sufrida en un
    estadio precoz del desarrollo psicoafectivo.

    Zilboorg describió a este cuadro como
    "esquizofrenia ambulatoria" por no requerir internación,
    mientras que Knight lo denominó esquizofrenia fronteriza y
    sostiene que la sintomatología neurótica constituye
    una defensa contra la desorganización
    psicótica.

    Chessick observó en las quejas del fronterizo,
    una exageración de los lamentos de la que se denomina
    "gente normal": sentimientos de pérdida de identidad,
    crisis del sistema valorativo y agobiadora experiencia de
    soledad.

    Elizabeth R. Zetzel postula que el término
    borderline es insatisfactorio por dos razones: la primera de
    ellas es que al no existir una clara línea de diferencia
    entre psicosis y neurosis, no resulta correcto referirse a bordes
    o límites; en segundo lugar porque apoya la tendencia a
    eludir el diagnóstico sutil frente a estados
    psicóticos encubiertos.

    A pesar de esto sostiene que el término
    seguirá en uso principalmente por el hecho de que el
    psicoanálisis ha llevado al reconocimiento de los
    mecanismos psicóticos en la neurosis y aún en los
    caracteres normales y también por el hecho de que el
    levantamiento de ciertas defensas en el análisis puede
    conducir a la formación de síntomas
    psicóticos.

    Donald W. Winnicott, en 1969, definió claramente
    su posición al respecto, diciendo "por caso borderline
    entiendo el tipo de caso en que el núcleo de la
    perturbación es psicótico pero el paciente tiene
    suficiente organización psiconeurótica para
    presentar siempre desórdenes psiconeuróticos o
    psicosomáticos cuando la ansiedad psicótica central
    lo amenaza crudamente" y continúa "en el análisis
    de los casos borderline uno tiene la oportunidad de observar los
    delicados fenómenos que dan indicadores para la
    comprensión de los estados esquizofrénicos
    verdaderos". (Paz, C. y otros, 1977)

    Gunderson y Singer en 1978 (Paz, 1977 op.cit.)
    identificaron seis criterios que sirven para distinguir al
    paciente fronterizo y que son aceptados también por otros
    autores. Estos son:

    • 1. La presión de un sentimiento intenso,
      generalmente depresivo u hostil.

    • 2. Una historia de comportamiento
      impulsivo.

    • 3. Desadaptación social.

    • 4. Breves experiencias
      psicóticas.

    • 5. Respuestas grotescas, dereístas,
      ilógicas o primitivas a pruebas psicológicas no
      estructuradas como la de Rorschach pero no en pruebas
      más estructuradas como la Escala de Inteligencia
      Adulta de Wechsler.

    • 6. Relaciones que vacilan entre superficialidad
      transitoria e intensa dependencia.

    Síntesis[10]

    1. El término fronterizo nace en la
    literatura anglosajona a fines de] siglo XIX. Hugues lo utiliza
    por primera vez en 1884.

    2. El vocablo borderline puede ser traducido como
    frontera, límite o zona marginal, por lo que se usa para
    señalar los casos lindantes con la neurosis y
    psicosis.

    3. Se puede sintetizar la evolución
    histórica de la noción de caso fronterizo
    ordenándola como cuatro "modelos básicos"; como
    formas menores de psicosis, como formas mayores de neurosis como
    formas de pasaje entre neurosis y psicosis y como formas
    nosográficas independientes.

    4. Es indiscutible que la moderna
    psicopatología ha mostrado un generalizado interés
    hacia la estructura denominada fronteriza y que ella ha sido
    descrita e investigada esencialmente en algunos países del
    mundo occidental, no existiendo parecería, descripciones o
    hallazgos de tal estructura en otras culturas.

    5. Como contribuciones esenciales para la
    conceptualización del paciente fronterizo podríamos
    sintetizar los siguientes elementos: a) su consideración
    como una entidad clínica "específica y
    reconocible"; b) el examen de los conflictos específicos
    del nivel psicótico, y su aislamiento de "la
    desintegración y disolución del self" como
    principal peligro enfrentado por el paciente psicótico,
    aunque puede aparecer en el limítrofe en sus
    típicos episodios regresivos bajo stress. Asimismo la
    importancia de la diferenciación self no self como
    preocupación permanente de estas personas; e) la
    síntesis acerca de las defensas típicas del
    fronterizo: escisión, negación, idealización
    primitiva, identificación proyectiva, omnipotencia y
    desvalorización, como también la observación
    sobre las fallas de su mecanismo de represión; d) otro
    punto digno de ser destacado es el examen del "estado del yo y
    sus funciones, pleno de valiosa observaciones, tales como los
    efectos del borramiento de los límites yoicos
    (confusión mundo internomundo externo, sentimientos de
    irrealidad y despersonalización).

    6. La Tercera Revisión de la
    Clasificación de la Asociación Psiquiátrica
    Americana, emplea dentro de la categoría de
    desórdenes de la Personalidad, las denominaciones de
    personalidad fronteriza y de personalidad esquizotípica.
    En ambas formas categoriales se encuentra enmarcado el
    síndrome limítrofe.

    7. Esta personalidad se caracteriza esencialmente
    por la inestabilidad en las relaciones interpersonales,
    fundamentalmente el humor y el sentido de identidad o autoimagen.
    Con frecuencia se acompaña de rasgos de otros
    desórdenes de la personalidad tales como la
    esquizotípica, la histriónica, la narcisista y la
    antisocial. Para el diagnóstico se requiere como
    características: el funcionamiento continuo y no limitado
    a episodios de enfermedad, el deterioro significativo del
    funcionamiento social u ocupacional y el malestar subjetivo. Se
    exige por lo menos la existencia de cinco de los ocho criterios
    operacionales siguientes: a) Impulsividad o impredecibilidad por
    lo menos en dos áreas que son potencialmente
    autodañinas: por ejemplo: gastos, sexo, juego, uso de
    drogas, robos en tiendas, sobreingesta de alimentos, actos
    autodañinos; b) Un estilo de relaciones interpersonales
    intensas e inestables con marcados cambios de actitud,
    idealización, denigración o manipulación
    (con el uso de otros para el logro de los propios fines); c) Ira
    intensa e inapropiada o falta de control de la ira, por ejemplo,
    pérdida frecuente de la calma o actitud de persistente
    enojo; d) Trastornos de la identidad manifestados por
    incertidumbre acerca de cuestiones selectivas o la autoimagen,
    identidad sexual, metas de gran aliento o cambios de carrera,
    patrones de amistad, valores o lealtades; e) Inestabilidad
    afectiva: cambios marcados que van desde el humor normal hasta la
    depresión, la irritabilidad o la ansiedad durante horas,
    sólo raramente más de pocos días, con
    retorno al humor normal, f) Intolerancia a permanecer solo, con
    depresión cuando esto ocurre; g) Actos autodañinos:
    gestos suicidas, automutilaciones, accidentes recurrentes,
    peleas; h) Sentimientos crónicos de vanidad y
    aburrimiento.

    8. De acuerdo a la revisión de Carlos Paz
    los elementos coincidentes a nivel de los casos adultos
    serían esencialmente: ansiedad constante y difusa con
    exacerbaciones cercanas al pánico; fallas en el control de
    impulsos e intolerancia a la frustración; rabia como
    manifestación afectivoagresiva; trastornos en la
    relación con la realidad y adaptación superficial
    con actuaciones o conductas bizarras; presencia de
    fantasías también bizarras en la consciencia o el
    inconsciente, con predominio del carácter sadomasoquista
    de las mismas; inteligencia normal o alta, con instrucción
    secundaria o universitaria. Se caracteriza el análisis por
    la superposición de una transferencia psicótica con
    otra neurótica; la contratransferencia es intensa y
    agotadora; con material de muy distintos niveles libidinales y
    presencia de rasgos caóticos.

    Con carácter de componentes muy frecuentes, se
    han encontrado los siguientes rasgos y síntomas:
    trastornos en la relación con la realidad; trastornos del
    pensamiento; rabia como manifestación agresivoemocional;
    expresiones corporales primitivas; ansiedades confusionales;
    trastornos de la vida sexual; fenómenos transferenciales y
    contratransferenciales típicos, a lo que se
    agregaría la circunstancia de tratarse de un cuadro
    verificado en personas de menos de 40 años; de buen nivel
    intelectual y con educación predominante universitaria, o
    por lo menos de nivel secundario.

    Las características esenciales en
    común
    de todos los grupos estudiados por los
    distintos investigadores son:

    • a) rabia como único o esencial
      afecto;

    • b) trastorno en las relaciones afectivas, que
      son anaclíticas, dependientes y
      complementarias;

    • c) ausencia de indicadores de autoidentidad
      consistentes;

    • d) depresión con tonalidad de
      soledad.

    Los únicos rasgos que unifican a todos los casos
    presentados son: la cronicidad del trastorno y la no
    detección de sintomatología que permita
    diagnosticar psicosis a nivel clínico junto a la presencia
    de profundas regresiones en el proceso terapéutico con
    mantenimiento de sus niveles de adaptación habitual; este
    último fenómeno lo consignan expresamente: Hunter,
    Little (Beatriz y Rosemary), Boyer, Mahler, Searles, Atkin,
    Masterson, Viñar y Giovacchini.

    9. El diagnóstico de la categoría
    limítrofe en la niñez, no sólo es importante
    para el conocimiento de este desorden, sino también para
    un mejor entendimiento de la psicopatología
    esquizofrénica en la adultez, partiendo de la
    hipótesis de que cada adulto que desarrolla una
    esquizofrenia ha sido un esquizofrénico fronterizo en la
    infancia.

    10. En las teorías vinculadas a la
    psicogénesis es común la falta de estudios
    sistemáticos y prolongados y de adecuados seguimientos. Es
    importante en la etiología borderline la fase de
    separaciónindividuación y el papel de la madre en
    esta etapa de la vida del niño, como lo afirma Mahler,
    pero también debe considerarse esencial pensarla en
    términos de procesos de duelo, siguiendo a Melanie Klein y
    sus continuadores.

    11. Un extenso número de planteamientos
    respecto a la etiopatogenia de los estados límites
    proponen como fundamental un defecto en la neutralización
    de la energía instintiva, que hace difícil la
    fusión de los impulsos sexuales y agresivos, al mismo
    tiempo que tienden a explicar este trastorno como
    consecuencia:

    • a) de un factor constitucional (por ejemplo:
      fijación a organizaciones primitivas de la libido,
      dificultad para pasar de un estado a otro, defectos innatos
      del yo, un potencial físico inadecuado) o

    • b) de una relación perturbada con la
      madre (por ejemplo, inconstancia materna, incapacidad para
      mantener un contacto empático con el niño,
      apoyo a la negación de la realidad de
      separación). Existe, además, una
      posición intermedia, la cual sostiene que no es
      posible determinar en que proporción participan lo
      constitucional y lo ambiental en estos casos.

    12. Son rasgos comunes las parejas parentales con
    seria patología y el hecho de provenir casi todos los
    casos de la clase media alta. Pueden presentar micropsicosis,
    pero no se verifica salvo en escasas excepciones la presencia de
    psicosis a nivel clínico y mucho menos la
    psicotización crónica.

    Estudios empíricos, han determinado que el
    ambiente familiar de los niños marginales suele
    distinguirse por el grado de disturbio. Apreciándose
    historias de separación, abuso y negligencia;
    tensión rígida en el vínculo marital;
    comportamiento bizarro en uno de los miembros de la pareja;
    inconsistencia en el cuidado de los hijos, y padres rechazantes y
    preocupados de sí mismos.

    • 13. Se han observado tres maneras distintas de
      evolución de este síndrome:

    • a) Bastante estable aparentemente, a pesar de
      que se puede descompensar en cualquier momento de la vida;
      siendo dicha consistencia resultado de renunciamientos,
      soluciones de compromisos o enmascaramientos. A esta forma
      parecen corresponder la mayoría de estos
      cuadros.

    • b) Con una sintomatología más
      activa aunque encubierta, adopta dos modalidades; una en la
      que la ansiedad es el síntoma central y otra en la
      cual la angustia se focaliza en la esfera sexual.

    • c)  En la que crisis continuas interrumpen la
      relativa estabilidad de la organización fronteriza de
      la personalidad.

    • 14. Como coincidencias en los
      niños se destacan netamente ansiedad intensa,
      por momentos limítrofes con el pánico;
      violentas explosiones de rabia; pobre control de impulsos;
      descargas de tensión a través del aparato
      muscular; conductas bizarras; trastornos en el lenguaje;
      trastornos en el aprendizaje a pesar de tener un coeficiente
      normal o alto; cierta perturbación en el sentido de
      realidad con confusión sujetoobjeto, como consecuencia
      de confusión en las representaciones del self y de los
      objetos; aparición de fantasías bizarras
      especialmente durante el proceso terapéutico, las
      coincidencias serían: distinta conducta dentro y fuera
      del tratamiento y entre una sesión y otra, con
      alternancias impredecibles; impresión de caos;
      habilidad en el control, particularmente con la ayuda de
      estímulos externos, existencia potencial del yo
      observador; cambio súbito del material por la
      interpretación; transferencia intensa con momentos
      autistas, simbióticos y escasa manifestación a
      nivel neurótico; surgimiento en el terapeuta de
      reacciones contratransferenciales intensas; sentimientos de
      horror; sorpresa; imposibilidad de pensar. Sería
      común también cierto grado de adaptación
      a la realidad, tanto en niños como en
      adultos.

    15. Uniendo todo lo reseñado con la
    coincidencia esencial en el no psicotizarse de manera estable,
    tanto los niños y adolescentes fronterizos como los
    adultos, a pesar de sus indudables oscilaciones regresivas en su
    vida cotidiana, como en el proceso terapéutico, parece
    acentuarse la posibilidad de que constituyan una sola estructura
    psicopatológica.

    16. Algunos investigadores consideran que los
    tests psicológicos:

    a) Son tan aceptables para diagnosticar los casos
    borderline, como las entrevistas estructuradas e inestructuradas
    diseñadas especialmente con dicho fin.

    b) Son útiles para efectuar inferencias acerca
    del pronóstico y curso del tratamiento.

    c) Pueden ayudar a comprender de un modo más
    detallado el funcionamiento individual del
    limítrofe.

    d) Juegan un papel importante, pues permiten en
    mínima escala mediante la interrelación
    pacienteevaluador, conocer cómo estos individuos se
    comportan en la vida diaria.

    e) Es importante que el psicólogo esté
    consciente: 1) que no debe dejarse involucrar en las relaciones
    emocionales y fantasías del fronterizo; 2) que debe
    brindarle el apoyo suficiente en los momentos en que los
    estímulos le provocan ansiedad o deprimen; y 3) que debe
    tener gran flexibilidad, para modificar la forma de administrar
    las pruebas, a fin de proporcionarle el soporte adecuado ante sus
    fracasos yoicos.

    17. Es vital determinar con precisión los
    conceptos de psicosis, neurosis y psicopatía, a fin de
    lograr un apropiado diagnóstico diferencial del cuadro
    fronterizo. En los pacientes fronterizos coexiste lo
    "neurótico" y lo "psicótico", como dos modos de
    funcionamiento mental, del predominio de uno sobre el otro
    resaltarán conductas, las cuales señalarán,
    en cada caso particular, si se acerca más a la neurosis o
    a la psicosis.

    18. La inhabilidad para abandonar
    fácilmente las relaciones con los objetos externos, la
    suficiente diferenciación selfobjeto y una cierta
    estabilidad de las operaciones defensivas, son índices de
    utilidad para discriminar los estados límites de la
    esquizofrenia.

    19. Mientras que para distinguir la neurosis de
    los casos borderlines se debe considerar el grado de constancia
    de la identidad, los mecanismos de defensa y la prueba de
    realidad. Hallándose en el neurótico un yo estable,
    altos niveles defensivos y contacto adecuado con el medio; en
    cambio en el marginal se presenta el síndrome de identidad
    difusa, defensas primitivas y pérdida de la realidad ante
    estímulos con intenso significado emocional.

    20. Es importante destacar también que
    así como en la psicosis se manifiesta la angustia de
    destrucción y en la neurosis la de castración, en
    los individuos borderlines se da la de separación, que es
    de tipo depresivo por pérdida del objeto.

    21. Si comparamos al limítrofe con el
    psicópata encontraremos que: a) el primero esta
    precariamente adaptado, muestra fantasías extrañas,
    puede experimentar trastornos severos frente a situaciones
    genitales concretas, evidencia poca actuación impulsiva, e
    impresiona como inseguro y distante; y b) el segundo es incapaz
    de posponer la satisfacción de sus deseos, tiene escasa
    fantasía a, vive la sexualidad de manera impersonal,
    demuestra poca previsión sobre sus actos, y aparenta
    simpatía e inteligencia.

    22. En cuanto al pronóstico de la
    psicopatología fronteriza no hay aún consenso;
    siendo algunos autores bastante optimistas y otros menos. Sin
    embargo, en términos generales, podemos afirmar que
    éste se caracteriza por una escasa tendencia a evolucionar
    acompañada de un mínimo deterioro, estando el
    éxito de su tratamiento condicionado a la naturaleza de la
    temprana afección, las influencias patogénicas
    ambientales y la edad del paciente.

    Pensamos que actualmente el diagnóstico de
    síndrome fronterizo, más allá de la
    existencia de parámetros claros para efectuarlo, debe la
    importancia de su frecuencia al panorama actual de la sociedad
    capitalista, consumista y competitiva, con grave crisis
    axiológica, que tolera permisivamente la aparición
    de formas de marginalidad social y la existencia de rasgos de
    personalidad impensables un siglo atrás cuando Freud
    descubrió que en mayor o menor medida todos
    padecíamos de neurosis.

    En la época actual la pérdida de la
    identidad, situación que se vive con la aparición
    de sentimientos de vacío y futilidad, se halla ligada
    también, a la notoria crisis de las instituciones, que
    antaño contenían a sus miembros,
    brindándoles un marco adecuado para la sublimación
    de sus impulsos.

    Queremos finalizar este trabajo con una frase de
    Títolo que nos parece resume poéticamente, el
    cuadro que aquí intentamos describir: "Una posible
    metáfora de lo borderline sería que son
    nómades que no pueden asentarse en ninguna región y
    viven en permanente litigio, son náufragos, condenados a
    vagar, impedidos de poder aposentarse en el fulgor efímero
    de una cierta paz". (Títolo, 1996)

    Bibliografía

    AMERICAN PSYQUIATRIC ASSOCIATION (1995) DSM- III, y IV
    Con los códigos ICE-10. Edit. Masson.

    BASILI, Rubén (1996) Interpretación
    Psicoanalítica de las Intervenciones Psiquiátricas
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    Autor:

    Lic. Ana Spagnuolo de Iummato

    [1] La elección objetal
    anaclítica está determinada por la primitiva
    dependencia del lactante con respecto a la persona que lo
    alimenta, protege y cuida. El border, debido a la pobreza de su
    identidad personal, no posee una percepción de él
    mismo, de su papel social y se identifica con otros en virtud
    de un mimetismo desmedido, esto hace que muchas veces se
    adapten como camaleones al ambiente del momento. (personalidad
    “como si”).

    [2] Citado por Marinópulos
    Córdova y Ruiz Huidobro Bocklund, op.cit.(1991)

    [3] Para Otto Fenichel son aquellas en las
    que no se tolera la menor tensión, en donde todo se debe
    conseguir inmediatamente, dado que toda excitación se
    vive como un trauma.

    [4] Objeto transicional es una
    expresión creada por D.W.Winnicott en 1951, para
    designar al objeto material que tiene para el lactante y el
    infante un valor preferencial y le permite efectuar la
    transición necesaria entre la primera relación
    oral con la madre y una verdadera relación objetal.
    Winnicott sitúa el objeto transicional en el área
    de la ilusión y el juego. Aunque el lactante lo
    “posea” como sustituto del seno, no reconoce que
    forme parte de la realidad exterior: es la primera
    posesión “no-yo”. También está
    destinado a proteger al niño de la angustia de
    separación en el proceso de diferenciación entre
    el Yo y el no-Yo. Un objeto es transicional porque marca el
    pasaje del niño desde un estado en el que se encuentra
    unido al cuerpo de la madre, a otro estado en el que puede
    reconocerla como diferente de él y separarse de ella:
    hay allí una transición desde la relación
    fusional (no-Yo) hacia una simbolización de la realidad
    objetal (Yo). Esta concepción del objeto transicional
    surgió de una lectura fenomenológica de la
    cultura cristiana, como lo señaló Winnicott en su
    prefacio de 1971 a Realidad y Juego, en el cual evoca la
    célebre controversia sobre la transustanciación.
    La transformación del pan y el vino en el cuerpo y la
    sangre de Jesús es a juicio de Winnicott un
    fenómeno transicional. (Roudinesco y Plon,1998)

    [5] Nos guiaremos para tal fin por el
    excelente recorrido que realizan Marinópulos
    Córdova y Ruiz Huidobro Boklund (1991)

    [6] Adolph Stern (1938) publicó un
    trabajo pionero en el cual separó al grupo del reino de
    las psicosis, y acuñó el término
    "borderline" con acepción muy próxima a la
    actual. El trabajo de Stern además sentó bases a
    la descripción fenomenológica del padecimiento y
    permitió resaltar un importante número de
    variables observables comunes que dieron cohesión
    definitoria al concepto.

    [7] Cuando lo afectivo impregna el
    pensamiento determinando conclusiones tendenciosas nos
    encontramos ante una catatimia. El término timia se
    refiere al humor. Lo afectivo distorsiona la lógica, le
    impide la claridad. (extraído de Curso de
    semiología psiquiátrica de Hugo Marietán,
    Editorial Ananké. 1996).

    [8] La identificación proyectiva
    consiste en tomar una parte no aceptada de sí mismo y
    proyectarla a otro. El paciente de esta manera presiona
    inconscientemente a la persona en la cual ha proyectado sus
    propios atributos. Desprevenido el recipiente cumple con la
    proyección y la actúa. Estos mecanismos son
    complementarios. Con la identificación proyectiva se
    confirma uno u otro lado de la dividida visión del
    mundo

    [9] En el desarrollo evolutivo normal entre 1
    y 2 años, el niño aprende a separarse de otros
    con tristeza. Los border no toleran la ansiedad de
    separación y llevan a su adultez un enojo flotante.

    [10] extraída de Marinópulos
    Córdova y Ruiz Huidobro Boklund (1991)

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