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Adolescencia y las drogas




Enviado por Carla Santaella



Partes: 1, 2

  1. La
    droga
  2. Drogadicción
  3. Prevención
  4. Conclusión
  5. Bibliografía
  6. Anexos

La droga

  • Definición

Las drogas son sustancias que se convierten en el objeto
de una relación cuando esta llega a hacerse activa. La
droga, en sí, no existe: es el sujeto drogadicto quien
convierte ciertas sustancias en drogas, al establecer con ellas
un tipo de relación y unas formas o patrones de
uso.

La existencia de las drogas no es la causa de la
farmacodependencia. En la producción del fenómeno,
en la dependencia, existe una relación de causalidad entre
el consumo de drogas, los factores dependientes de la persona
consumidora y su ambiente social. Conocer los conceptos y la
clasificación de las drogas nos permite después
entender mejor la problemática asociada.

La organización mundial de la salud (O.M.S.)
define las drogas como una sustancia (natural o química)
que, introducida en un organismo vivo por cualquier vía de
administración (ingestión, inhalación, por
vía intravenosa o intramuscular), es capaz de actuar sobre
el cerebro y producir un cambio en las conductas de las personas
debido a que modifica el estado psíquico
(experimentación de nuevas sensaciones) y tiene capacidad
para generar dependencia.

  • Precisiones necesarias

Al hablar de las drogas, aparecen siempre una serie de
términos relacionados que, por su parecido y
vinculación con el tema, y porque no tienen ningún
otro uso más cotidiano, pueden inspirar confusión.
Aclaremos, pues, estos conceptos antes de seguir
adelante:

Un consumidor es la persona que ingiere alguna droga. Se
puede diferenciar entre dos tipos de consumidores: el consumidor
ocasional, o persona que alguna vez puede utilizar una o varias
drogas, y el consumidor habitual, o persona que consume una o
varias drogas con una periodicidad importante (incluso
diariamente).

  • Haciendo un poco de historia

La penetración del opio en el círculo
cultural de Occidente tuvo lugar decorosamente, por medio de las
más altas esferas literarias. Nada menos que con el canto
cuarto de la Odisea, de Homero, donde en sus versos 219 a 233,
nos describe entre líneas, al opio no sólo como
narcótico sino también como un psicofármaco.
El dolor que según el poema está llamado a mitigar,
es de tipo espiritual, psíquico diríamos
hoy.

El efecto del jugo extraído de las
cápsulas inmaduras de la adormidera
(papaverácea somnífera) era ya conocido en
el país del Nilo desde muchos años antes. Ocho
siglos antes de Homero, en 1600 a. de C. la traducción de
un papiro nos dice que hubo un médico que recomendaba el
opio como "un medicamento para mitigar el llanto exagerado de los
niños pequeños". Había que tomar
"cápsulas de amapola y granos que se mezclan con la
suciedad que las moscas dejan en las paredes, hasta formar con
él toda una masa que se filtra y se da a los niños
a partir del cuarto día".

Cuando Yago, en la tercera escena del tercer acto del
Otelo de Shakespeare, habla sobre su intriga, menciona
también dos drogas:

Ni la adormidera ni la
mandrágora

ni todos los adormecedores jugos de la
naturaleza

te ayudarán a recuperar el dulce
sueño

que hasta ayer fue tuyo.

Que el opio y otras drogas sean mencionadas por
Shakespeare más de doscientas veces no tiene nada que ver
con una pasión personal del escritor -los sabios del
Renacimiento, en todos los países, siempre estuvieron
decididos a investigar de nuevo el mundo, y las drogas
tenían para ellos un especial interés-.

García da Horta, informa, en su Historia de las
drogas, de ciertas contradicciones: el opio es un "veneno
estimulante que los turcos toman para vencer el cansancio, pero
no como afrodisíaco, como algunos creen
estúpidamente, pues el opio no sólo no aumenta el
apetito carnal, sino que apacigua la llamada de la
carne".

En ningún libro, hasta entonces, se
mencionó el peligro de hábito que implica el
consumo del opio. El primero en mencionarlo fue el sacerdote
Samuel Purchas, contemporáneo de Shakespeare.

La droga más extendida en el mundo libre
occidental es, actualmente, el Valium. Uno de cada tres hogares
en la República Federal de Alemania la tienen en sus
botiquines caseros. En el caso de abuso, si se toma una
sobredosis, se puede sufrir de mareos y pérdida de
conciencia, el producto es una causa de adicción. Los
tranquilizantes son una droga legal, y aunque pueden producir
algunos accidentes profesionales, han sustituido a otros
productos preocupantes derivados del opio.

En Inglaterra la mayor parte de los libros que tratan
las drogas, se basan en la apreciable cantidad de investigaciones
e informes que en su época se editaron y, con ellos, se
llega fácilmente a la impresión de que el opio fue
un problema específico de las Islas Británicas.
Esto no es cierto, si se tiene en cuenta la cantidad de opio
consumido en Europa. En lo único que los ingleses superan
al resto de los europeos es en la mayor precisión en los
informes.

No hay duda de que podrían llenarse muchos metros
de estantería con la literatura que se ha escrito sobre el
efecto y estímulo que las drogas ejercen en la
producción de obras de arte. La razón que la
pregunta no haya podido obtener, hasta ahora, una respuesta
precisa es muy simple. En primer lugar no hay ninguna droga capaz
de dar vida a un mundo propio imaginario. Todo lo que puede
hacer, en el mejor de los casos, es juntar y dar forma a una
serie de experiencias diversas. Ésta es una cualidad que
las drogas comparten con los sueños y con la
fantasía artística, por lo que el papel de las
drogas en la creación artística es sólo
complementario, relativo.

En el caso de las drogas alucinógenas como el
hachís, repetidas veces se ha tratado de descubrir si
existen "modelos de fantasía" que sean fruto
específico de la droga. La mayoría de los
científicos han llegado a la conclusión que las
drogas alucinógenas lo único que hacen es acentuar
la capacidad de fantasía ya existente en la mente del
artista, pero no son capaces de crear nada por sí mismas.
La droga cuyo uso está más extendido entre los
artistas es el alcohol, y tiene al parecer, dos
características peculiares: En la mayoría de los
artistas su función se limita a ayudarles a superar el
estado de stress causado por el trabajo creativo, como una
especie de vacaciones psíquicas; en los alcohólicos
graves produce un oscurecimiento de su mundo representativo y una
tendencia a la búsqueda de temas "fantasmagóricos".
Del alcohol se puede esperar más o menos lo mismo que de
los narcóticos y, por lo tanto, no debe sorprender a nadie
que en algunas épocas un número sorprendente de
escritores y otros artistas se den al alcohol y acaben por
pasarse al opio y sus derivados.

En 1898 la firma Bayer saca a la venta un producto,
(probado por un período de apenas dos meses) con el nombre
de Heroína que según los científicos los
resultados fueron:

  • Contrariamente a la morfina, esta nueva sustancia
    produce un aumento de la actividad.

  • Adormece todo sentimiento de temor.

  • Incluso las dosis más pequeñas hacen
    desaparecer todo tipo de tos, hasta en los enfermos de
    tuberculosis.

  • Los morfinómanos tratados con esta sustancia
    perdieron de inmediato todo interés por la
    morfina.

Ese mismo año, logran otro importante
descubrimiento "Aspirinas" el sustituto de los salicilatos y
Heroína el medicamento ideal para eliminar la tos.
Años después se descubrió que la
Heroína de Bayer producía adicción y la
empresa decidió dejar de vender este producto.

El camino que condujo a las drogas a la clandestinidad
recorre en todos los países civilizados el mismo camino
diabólico: establecimiento de una rigurosa obligatoriedad
de recetas especiales para conseguir todo tipo de derivados del
opio; leyes penales muy severas contra la falsificación de
recetas, así como contra los médicos que las
prescriben a la ligera. Con ello, desde luego, no podía
hacerse desaparecer el problema sino, simplemente, sacarlo de la
superficie para pasarlo a la clandestinidad.

La guerra de Vietnam, fue testigo del matrimonio de la
heroína con la política. Las guerras subversivas
son por lo general, financiadas con negocios ilegales y desde la
segunda guerra mundial, el mercado de armas clandestino es en
muchos casos idéntico al de la droga. Se dice que en la
guerra de Vietnam, la CIA, manejaba tres compañías
de aviación: Air America, Continental Air Service y Lao
Development Air Service (en Indochina). Estas
compañías se les conocía como Air Opium. De
acuerdo con un informe de la CIA a finales de la década de
los 60, los ingresos de los gobernantes en Vietnam y Laos
provenían de las siguientes fuentes:

Otro ejemplo de la relación de las drogas con la
política es la gran cantidad de diplomáticos
sorprendidos con gran cantidad de drogas entre su equipaje en los
últimos años.

  • Clasificación

  • Alucinógenos

Una gran cantidad de sustancias de muchas y variadas
composiciones químicas producen parecidos efectos
psicoactivos en la mente humana. Algunos de estos compuestos son
sustancias naturales, algunas extraídas de otras
sustancias y algunas son sintéticas. Los efectos de este
tipo de drogas varían significativamente en cada persona.
Estas variaciones son en parte debidas a las expectativas y el
ambiente de cada uno y a otros factores no farmacológicos.
Algunas drogas como el LSD se han utilizado anteriormente en
psicoterapia. Hoy, se utilizan muy poco en ese
terreno.

Estas drogas generalmente se toman por vía oral.
La tolerancia a ellas se crea rápida y significativamente.
Sus efectos varían desde algunos minutos hasta varias
horas. Los efectos, favorables y desfavorables, son
principalmente psicológicos. El LSD no se descubrió
hasta 1938. Sus efectos en el cerebro no fueron totalmente
conocidos hasta 1943. Numerosas drogas con efectos parecidos han
circulado desde tiempos prehistóricos y las plantas que
las producen pueden crecer en casi todos los sitios. Se han
utilizado estas drogas por todo el mundo. Con frecuencia, su
utilización se consideraba un fenómeno
místico o religioso que acercaba a las personas a los
dioses y a la naturaleza.

Alucinógenos naturales. Las setas
crecen por todo el mundo. Existen miles de tipos distintos,
algunas son comestibles, algunas son venenosas y algunas
contienen sustancias alucinógenas. El alucinógeno
natural que contienen es una sustancia química llamada
psilocibina. Estas setas se pueden comer, cocinar, secar o
machacar. Generalmente se consumen por vía oral, en
cápsulas o en tabletas. La psilocibina provoca la
sensación de percibir cosas en lugares que no son
normales. Con frecuencia se ven alucinaciones muy coloridas, se
tiene la sensación de ligereza y mucha relajación.
También causa diarrea y retortijones, así como
escenas retrospectivas. El efecto comienza aproximadamente a los
quince minutos después de su ingestión y puede
continuar hasta nueve horas después de la
misma.

El peyote es un cactus pequeño sin espinas
con una parte central o botón y una raíz en forma
de zanahoria. Crece en los desiertos de México y en el
sudoeste de los Estados Unidos. La parte central contiene una
sustancia química llamada mescalina. Esa parte central se
corta en rodajas y se seca para formar un botón mescal que
se mantiene en la boca hasta que se ablanda y luego se traga o se
utiliza para hacer té. La mescalina también se
puede obtener sintéticamente y se encuentra en forma de
cápsulas o tabletas. Los efectos que produce son, cambios
o interrupciones en las funciones normales del cerebro y
alucinaciones. Alrededor de una hora después de su
ingestión son frecuentes las náuseas y los
mitos así como respiración entrecortada,
aumento del ritmo cardiaco y temblores. Estos efectos pueden
durar hasta 12 horas y sus reacciones pueden ser variables.
Efectos tipo caleidoscopio, "ver" la música en colores u
"oír" la pintura como si fuese música, representan
algunas de las experiencias sensoriales de las que se tiene
conocimiento. Los Aztecas utilizaban el peyote en sus ceremonias
religiosas como hacían los americanos nativos.

Alucinógenos sintéticos. El
LSD o dietilamida del ácido lisérgico, se
conoce como ácido. En 1943, cinco años
después de su descubrimiento, el Dr. Hoffman estaba
trabajando en su laboratorio farmacéutico cuando
empezó a sentirse enfermo. En el intento de repasar su
trabajo sobre hongos, descubrió que había fabricado
uno conocido como el LSD-25. Esta fue la única variable
diferente que encontró. Para comprobar su teoría,
se administró a sí mismo una pequeña
cantidad y se sentó a tomar notas. Después de casi
una hora, se sintió mareado, impaciente, con trastornos
visuales y con una risa incontrolable. Estas notas fueron las
últimas que escribió en su cuaderno y tuvo gran
dificultad en escribirlas. El Dr. Hoffman continuó
experimentando en un "viaje" de seis horas de LSD. Al día
siguiente se sentía bien, pero muy cansado. Este es el
primer caso de un informe documentado de los efectos del
LSD.

Desde entonces el LSD ha sido utilizado por los
militares para "lavados de cerebro" e incluso para incapacitar a
las fuerzas enemigas. Se reemplazó rápidamente por
otros compuestos más específicos y efectivos. Los
médicos lo utilizaron en psicoterapia pero su
utilización ha decaído desde mediados de los 60. En
1962 el LSD llegó a ser una droga muy popular en el
mercado negro. Debido al estricto control de abastecimiento por
los fabricantes y las regulaciones de las administraciones, se
vio envuelto en el mercado negro muy de prisa. Este mercado
aumentó el abastecimiento de esta droga hasta tal punto
que se exportó fuera de los Estados Unidos. Desde 1966 no
es legal la fabricación y distribución del LSD en
Estados Unidos.

El LSD es una de las drogas sintéticas más
poderosas. Una quinta parte de un gramo de una tableta (el
tamaño de una aspirina), contiene suficiente LSD para
producir efectos a tres mil personas. Es cien veces más
fuerte que la psilocibina y más de cuatrocientas veces
más fuerte que la mescalina. El LSD es un polvo blanco
insípido, incoloro e inodoro. Pueden hacerse tabletas,
cápsulas o líquidos y generalmente se traga, aunque
con frecuencia se inyecta en la vena.

El LSD afecta a las funciones del cerebro,
principalmente a los receptores de serotonina. El efecto empieza
de treinta a noventa minutos después de su
ingestión y puede durar hasta doce horas. Este efecto se
denomina comúnmente como "viaje". Los efectos del LSD son
muy similares a los que producen los alucinógenos
naturales descritos anteriormente pero más intensos. Son
comunes los cambios emocionales, esos son espantosos para el
consumidor. También puede causarles la pérdida del
sentido de "acciones normales" o sus consecuencias. El consumidor
puede tender a realizar acciones sobrehumanas y sentirse sin
control alguno. Las escenas retrospectivas pueden durar muchos
años, aunque no se vuelva a consumir esta
droga.

Los efectos físicos en el consumidor de LSD son
sudores, pérdida de apetito, insomnio, boca seca y
temblores. También puede aumentar el latido cardiaco, la
temperatura y la presión sanguínea.

La feniclidina se conoce a menudo como "polvo de
ángel", es uno de los alucinógenos más
peligrosos y también muy extendido. A diferencia de otros
alucinógenos, la feniclidina provoca drogodependencia. La
feniclidina originariamente se desarrolló para su
utilización como producto adjunto a la anestesia. Pronto
se descubrió que causaba confusión, alucinaciones,
ansiedad, ataques e incluso daños en el cerebro. Es un
polvo cristalino puro y blanco. Con frecuencia se traga en forma
de cápsulas o tabletas, se aspira o se inyecta.
Generalmente se espolvorea o rocía sobre la marihuana, el
tabaco o perejil triturado y se fuma.

Los efectos de la feniclidina comienzan de dos a cinco
minutos después de ser ingerida, llegan al máximo
en dos horas aproximadamente y pueden durar hasta seis horas. Los
efectos residuales necesitan dos días para desaparecer.
Las escenas retrospectivas son corrientes con la feniclidina y
pueden ocurrir meses después de su ingestión. Bajo
los efectos de esta droga las cosas se ven y se oyen de manera
muy diferente. La feniclidina afecta a las funciones motrices
normales como el andar o el hablar, aumenta los latidos cardiacos
y la presión sanguínea. Los efectos secundarios
más frecuentes son sudoración, vista borrosa,
mareos, entumecimiento, nerviosismo, irritación,
dificultad para concentrarse e impaciencia. Los efectos
secundarios más graves van desde el estado de coma y
convulsiones, hasta un fallo cardiaco o apoplejía. La
feniclidina puede provocar cambios de comportamiento raros e
impredecibles. Los adictos pueden intentar hazañas
sobrehumanas o cometer violentos crímenes. A menudo
padecen graves problemas mentales.

  • Cocaína y Crack

La cocaína es una droga alcaloide extraída
de las hojas del árbol de la coca. Es un estimulante del
sistema nervioso central que provoca euforia (sensación de
sentirse bien). El crack es una droga poderosa. Es una forma de
cocaína más barata y muy disponible que se presenta
en pequeños trozos con apariencia de
jabón.

Cuando se produce la inmunización temporal o la
tolerancia a los efectos de la cocaína muchos consumidores
tienden a aumentar la dosis. La cocaína se puede aspirar,
inyectar o fumar. Generalmente se mezcla con otras sustancias
más baratas. El crack es el resultado de calentar la
cocaína con levadura en polvo. Generalmente se fuma en una
pipa de agua y es la forma de cocaína que causa más
adicción.

En 1883 un físico militar alemán, el Dr.
Theodor Aschenbrandt, consiguió un suministro de
cocaína pura y lo distribuyó entre los soldados
bávaros durante las maniobras de otoño.
Informó del aumento de la capacidad de los soldados para
soportar el cansancio.

Un lector que quedó fascinado con los informes
del Dr. Aschenbrandt, fue un joven neurólogo
vienés, indigente, de veintiocho años, el Dr.
Sigmund Freud. Algunos de los descubrimientos iniciales de Freud
sobre la cocaína, como el de ser una droga psicoactiva,
quedaron ampliamente confirmados en investigaciones posteriores.
Otras investigaciones revelaron que el uso repetitivo de grandes
dosis de cocaína produce una psicosis paranoide
característica en casi todos los que la utilizan y que
aumenta la tendencia a su abuso. Una característica
peculiar de esta psicosis son las alucinaciones como que
hormigas, insectos o serpientes corren por encima de la
piel.

En 1890 la naturaleza de la cocaína a crear
adicción y psicosis era bien conocida. Se utilizaba
frecuentemente como anestesia local. En los Estados Unidos, fue
muy utilizada en la Coca-Cola, en tónicos y en otros
medicamentos patentados. Se prohibió en 1914. La
cocaína destruye las membranas mucosas, inflamando y
agrandando las vías respiratorias. Estos efectos se dan
más en las personas que aspiran cocaína, lo que
todavía se practica. También es un estimulante que
acelera el sistema nervioso, el latido cardiaco y la
respiración.

La adicción a la cocaína se diferencia de
otros tipos de adicción en al menos dos aspectos. Incluso
después de la utilización de grandes dosis de
cocaína, si se priva de la utilización de esta
droga, no se sufre de crisis de abstinencia como el delirium
tremens producido en los alcohólicos o el síndrome
de abstinencia del opio. Los efectos físicos son menores.
La falta de cocaína se caracteriza por una
depresión para la que la cocaína parece ser el
único remedio. El impulso de reducir la utilización
de cocaína es muy fuerte. Sobredosis de esta droga puede
derivar en convulsiones e incluso la muerte.

Por otra parte, la adicción a la cocaína
puede provocar graves psicosis bajo sus efectos. Esto es muy
distinto a la mayoría de los síndromes de
abstinencia que duran horas o días después de dejar
la droga.

Grandes dosis de cocaína pura, producen
sensación de gran tensión y un exceso de
agitación. Los cocainómanos descubrieron que
mezclando la cocaína con la morfina o la heroína se
reducían estas sensaciones. Los que utilizan morfina o
heroína descubrieron que la combinación aumenta los
efectos y el buen humor producido por esas drogas. Esta mezcla se
conoce como "speed".

  • Estimulantes

La utilización de la cafeína en las
distintas culturas tiene una larga historia. Todavía es
una de las drogas que no recibe la suficiente atención a
la hora de tratar el abuso y adicción a las drogas. Sin
embargo, sus efectos fisiológicos y psicológicos en
el organismo hacen evidente que la cafeína es una de las
drogas de las que más se abusa y que puede causar
adicción. No es probable que la cafeína se ponga
bajo control gubernamental en un futuro inmediato, porque se
considera, en general, benigna, su uso es socialmente aceptable
(incluso se incita a su consumo) y las fuentes de
obtención de la cafeína están controladas
por grandes sociedades alimenticias (que tienen un gran
interés en mantener alto su nivel de consumo). Sin
embargo, a nivel individual se debería ser consciente de
los efectos de la cafeína y del potencial de su
abuso.

Históricamente, la cafeína se ha utilizado
durante muchos siglos en el Este y en la América
precolombina, antes de su introducción en Europa. Mientras
en Europa se favorecía el consumo de alcohol como la droga
elegida (lo que explica la gran variedad de sus manifestaciones
que existe en esta parte del mundo) no pasó mucho tiempo
desde que los comerciantes y exploradores comenzaran a traer el
café de Arabia y Turquía, el cacao del Nuevo Mundo,
el té de China y la planta de cola del oeste de
África. La cafeína tuvo una gran aceptación
popular. Es importante resaltar que, desde su comienzo como
bebida popular en Europa, la utilización del café
aumentó a pesar de las advertencias gubernamentales,
religiosas y médicas y sus esfuerzos por reprimirlo. En
muchos aspectos, la llegada de la cultura en torno a la
cafeína trajo consigo tanto histerismo como muchas de las
drogas actuales.

La cafeína se encuentra hoy como se encontraba
originalmente, en el café, té, chocolate, y algunas
bebidas sin alcohol. También está disponible en
pastillas que se venden para ayudar a mantenerse despierto y
alerta, como afrodisíaco y como reductor del apetito.
Aunque no se considera como una droga de la que se pueda abusar,
un sorprendente número de defensores de la cafeína
sostienen contradictoriamente que, aunque no es una droga y
sólo se toma para su disfrute, una taza de café es
necesaria por las mañanas al despertarse o levantarse. En
efecto, varios estudios han demostrado que se puede ser adicto a
la cafeína y que los síntomas que se manifiestan
por la falta de cafeína son irritabilidad, pereza, dolor
de cabeza, depresión y/o nerviosismo. Además, en
los tests en los que se ha pedido a personas no bebedoras que
bebieran una cantidad de café o de té con los
niveles de adicción comunes, han presentado nerviosismo y
problemas gastrointestinales. Se puede llegar a abusar gravemente
de la cafeína, incluso se pueden tomar de siete a quince
tazas de café (o su equivalente) en una sesión. En
situaciones tan extremas, se ha notado delirio, taquicardia,
temblores y psicosis de cafeína, además de una
alteración gastrointestinal aguda. Por ello, es evidente
que la cafeína es una droga que crea adicción,
afecta mentalmente y presenta el potencial de su
abuso.

A pesar de estas consideraciones, la cafeína es
relativamente benigna como droga que crea adicción.
Estudios al respecto han demostrado que pequeñas dosis de
cafeína mejoran la memoria a corto plazo, la
puntuación en los tests que dependen del reconocimiento de
un dibujo cerrado y la habilidad motriz. Tampoco se debe
desestimar el aumento de la productividad en la sociedad actual
por los efectos estimulantes de la cafeína. Sin embargo,
se debe sopesar todo esto con los efectos que produce a largo
plazo la utilización de cafeína.

Las úlceras y otros trastornos digestivos son
más frecuentes entre los consumidores de cafeína,
así como los problemas relacionados con la propiedad
estimulante de la cafeína (incrementa el riesgo de paro
cardiaco, de hipertensión y problemas de personalidad).
Muchos de los problemas a corto plazo que se presentan por
sobredosis o abuso de la cafeína están bajo control
al ser una droga legal de uso refinado. Sin embargo, se
desconocen los efectos de larga duración.

  • Marihuana

La marihuana es el nombre común con el que se
conoce a la planta Cannabis sativa. También es el
nombre que se le da a la droga que se prepara con las hojas secas
y la parte superior de las flores de esta planta. Estas hojas y
flores contienen varios componentes químicos conocidos
como canabinoicos. Una de estas sustancias químicas, la
llamada TCH o delta-9-tetrahidrocanibinol, crea el estado
conocido como "estar colocado" afectando a las funciones normales
del cerebro. La potencia de la marihuana varía enormemente
de un caso a otro.

La planta de marihuana ha existido desde hace más
de 5.000 años y se ha utilizado de muchas maneras. En la
antigua China se utilizaban las fibras de esta planta para tejer
cuerdas y ropa. Los griegos y los romanos hacían medicinas
con ellas. Otros han utilizado el aceite para fabricar
jabón e incluso se ha utilizado como alpiste.

Como en la antigua China o Roma, los colonialistas
americanos utilizaban la planta de marihuana. En los siglos XVII
y XVIII, utilizaban las fibras de la planta para hacer cuerdas y
tejer sus ropas. En el siglo XIX la parte superior de la lona que
cubría las armas estaba a veces hecha con las fibras de la
planta de marihuana.

La utilización de la marihuana para "colocarse"
llegó a ser muy popular en los Estados Unidos durante los
años 20 y 30. Muchas personas tenían miedo de esta
droga y se aprobaron leyes para controlar su utilización.
En 1937 el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley
que limitaba el uso de la marihuana en cualquier lugar del
país.

En los años 60, la marihuana llego a ser
más popular que nunca. Los estudiantes universitarios y de
las escuelas superiores comenzaron a utilizar la droga como una
forma de demostrar lo maduros e independientes que eran. Los
"hippies" y los "hijos de la flor" hicieron de la marihuana parte
de su manera de vivir.

En los años 70 y 80, los estudios sobre el uso de
la marihuana han demostrado a los científicos que es, de
hecho, una droga muy perjudicial. Hoy día, cada vez menos
gente que consume marihuana e incluso menos que la prueban aunque
sea sólo una vez. Sin embargo, la marihuana es
todavía la droga ilegal más extendida.

El extracto de cannabis, marihuana, fue en su
tiempo utilizado médicamente de forma extensiva y
todavía tiene mínimas aplicaciones médicas
en algunos países. La marihuana es única en cuanto
a los efectos químicos y psicológicos que produce.
El desarrollo de la tolerancia a la marihuana requiere "sentirse
bien" o "llegar más alto". Se puede desarrollar una
dependencia psicológica tan fuerte como la que provoca la
cocaína. Las alucinaciones no son efectos secundarios de
esta droga, pero con frecuencia es un síntoma de
sobredosis.

Generalmente la marihuana se fuma, pero también
se puede tomar por vía oral en las comidas o en las
bebidas. Se ha demostrado que provoca enfermedades en los
pulmones y en el corazón. El humo contiene gases
químicos y venenosos que provocan cáncer.
También puede destruir los tejidos pulmonares y disminuir
el sistema inmunológico del organismo destruyendo los
glóbulos blancos.

  • Narcóticos

Los narcóticos han sido las drogas fundamentales
en las subculturas y en las sociedades respetables a
través de los años. En 1885, los opiáceos
estaban disponibles en preparados que no necesitaban
prescripción. Incluso en los refrescos más comunes
presentaban derivados del opio como ingredientes. Aunque algunos
lo consideraban inmoral, la utilización de los preparados
de opio, -como el láudano o fumar opio- estaba legalizado.
En 1942 el Congreso Americano prohibió a nivel nacional el
cultivo de la amapola de opio o adormidera. En el siglo XIX la
adicción no se consideraba como la desgracia social que se
considera hoy. Las parejas no se divorciaban por causa de
adicción a los narcóticos y los trabajadores no
eran despedidos por esta causa. Sin embargo, desde entonces se ha
descubierto la verdadera naturaleza de la adicción y se
han conocido sus terribles consecuencias, tanto para los
individuos como para la sociedad. Hoy en día la clase de
drogas denominadas "narcóticos" incluyen algunas de las
más peligrosas, con más adicción y
más abuso en la sociedad moderna.

Formalmente, el término "narcóticos" se
refiere a los derivados de la adormidera que actúan como
hipnóticos o tranquilizantes. Los derivados más
conocidos incluyen el opio, la morfina, la codeína y la
heroína. Los tres primeros aparecen de forma natural en la
adormidera, mientras que el último, la heroína,
está hecha de morfina acetilada. Todos ellos se
han utilizado médicamente en algún momento de la
historia, la morfina y la codeína todavía se
utilizan extensamente como analgésicos. Se creyó
que la heroína era un tratamiento viable contra la
adicción de la morfina (un problema muy extendido a
finales del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX). Como
resultado, la heroína produjo más reticencia,
adicción y daños psicológicos que la morfina
a la que supuestamente reemplazaba. La codeína es
quizás la última de estas drogas, siendo el
opiáceo de acción más suave, pero
también crea adicción y presenta el potencial de su
abuso. De hecho, haciendo la consideración que muchas
más personas tienen acceso legal a la codeína (con
receta) que a la heroína (que no se prescribe), es muy
posible que el número de adictos y el abuso de la
codeína sean superiores a los de heroína, que es
más difícil de conseguir.

Aunque el abuso de los narcóticos se centra en
sus efectos, que proporcionan un placer momentáneo, muchas
personas se han introducido en ese mundo a través de
tratamientos médicos. El valor medicinal de los
narcóticos es inestimable. La morfina y la codeína
se han utilizado como analgésicos en pacientes para los
que sería cruel tratarlos con calmantes más suaves,
como la aspirina y el paracetamol. Para los dolores
postoperatorios, crónicos y los traumatismos agudos
inductores de dolor, la codeína ha encontrado muchos
partidarios y con frecuencia se combina con analgésicos
más suaves que proporcionan a los pacientes un alivio de
amplio espectro. El principal efecto de los narcóticos es
deprimir las funciones del sistema nervioso central disminuyendo
la transmisión de los signos de dolor al cerebro. Sin
embargo, resultan comprometidas otras funciones del SNC (Sistema
Nervioso Central) como el control involuntario de los
músculos, del sistema motriz y la coordinación. Una
sobredosis de cualquier narcótico ocasiona
confusión, delirio, pérdida de fluidez verbal,
estado de coma y muerte. Por consiguiente, es absolutamente
indispensable seguir las indicaciones del médico al tomar
cualquier narcótico o sustancia sintética
análoga bajo prescripción facultativa. El efecto a
largo plazo de los narcóticos, incluso recetados, es una
dependencia física.

Esta dependencia física no va siempre
acompañada de degradación hepática, renal o
neurológica rotunda u observable, se manifiesta mediante
invariables síntomas de abstinencia que incluyen graves
dolores de cabeza (que para calmarlos requieren fuertes dosis de
narcóticos), convulsiones o temblores, fiebre y/o
escalofríos y delirio. Lo que hace que la heroína
sea particularmente una terrible droga, es su capacidad para
crear adicción después de una única dosis.
Los síntomas de abstinencia descritos, pueden ocurrir
incluso después de la primera experimentación con
heroína, aumentando las posibilidades de una fuerte
adicción. Además, la adicción plantea un
dilema incluso a las personas con más sentido moral: deben
decidir entre practicar el robo para proveerse de una dosis de
heroína o sufrir la angustia del síndrome de
abstinencia en su estado más terrible. En muchos casos
forzados (como cuando no se encuentra otra dosis o se está
encarcelado), el síndrome de abstinencia es tan fuerte que
llega a ocasionar la muerte.

Estos casos ilustran el grave peligro de la
heroína, aunque los casos de adicción que puede
provocar una única dosis de heroína son
excepcionales, del 3 al 5%. Muchos han sido consumidores
ocasionales de opio o de morfina que se han pasado a la
heroína, generalmente por vía intravenosa.
Después de varias semanas, en que la frecuencia de consumo
se incrementa de una vez al mes a los fines de semana, pronto se
llega a consumir heroína diariamente y no se puede dejar
sin pasar por una grave experiencia debilitando los
síntomas de abstinencia. El heroinómano tiene que
comprar droga continuamente y permanecer fuera del colegio o
trabajo mientras esté bajo sus efectos. Los adictos a la
heroína generalmente pierden sus amistades, trabajos, no
descansan lo suficiente, no tienen una seguridad financiera u
otras comodidades que proporciona un estilo de vida
autosuficiente mientras estén dominados por esa
adicción.

Se ofrecen varias vías para el que desee
"deshacerse del vicio" del consumo de los narcóticos. Una
sería abandonarlo rotundamente y de repente, lo que
ocasiona el denominado "mono". Sin embargo, este método es
casi imposible para la mayoría de los adictos pues los
síntomas de abstinencias que tienen lugar son tan fuertes
e intensos, que es probable que el adicto elija volver a la
utilización de la droga en vez de sufrir esa
agonía. Además, enfrentarse al síndrome es
sólo la primera parte de la lucha contra la
adicción. Seguidamente aparecen los síntomas de
abstinencia más intensos, lo que se conoce como
"síndrome de postadicción". Es durante este
período, que puede durar varias semanas o meses, cuando
los adictos en fase de recuperación experimentan
depresión, ansiedad y anhelo. Con frecuencia, durante este
tiempo vuelven a caer en el consumo de la droga. Otra
opción son los programas de mantenimiento, aunque a muchos
adictos no les solucionan su problema.

La metadona (una sustancia sintética
análoga a la heroína) se prescribe con frecuencia
como droga a utilizar para apartar la adicción a la
heroína. Los programas de mantenimiento con metadona
están prosperando en la ayuda del síndrome de
abstinencia y de postadicción para miles de adictos a la
heroína. Por sus efectos análogos, aunque
más suaves que los de la heroína, se puede llegar a
abusar de la metadona, y de hecho se abusa. Con todo, el sistema
de soporte que acompaña a los programas de mantenimiento
con metadona ayudan a prevenir la recaída de los adictos y
es, pensándolo bien, una bendición para muchos
miles de ex-adictos.

Drogadicción

  • Causas

Existe en nuestros días una preocupación
en el ámbito mundial por la extensión e intensidad
con que se presenta el flagelo de la drogadicción. Todos
los países están involucrados y atentos a formar
una conciencia que permita el control de este mal y por tal
motivo buscan no sólo prevenir sino tratar de conocer
más profundamente las causas que llevan al hombre a
sumarse a las filas de los adictos.

El hombre desde la antigüedad se ha visto tentado a
seguir el camino del placer enfermizo buscando el paraíso
a través de la intoxicación descontrolada. Este
fenómeno estaba circunscripto a determinadas elites,
atraídas por el esnobismo, tratando de despegar de la
realidad para encontrar la satisfacción de placeres no
posibles de lograr fuera de la intoxicación sofisticada.
Por otro lado tenemos los que llegan a la droga por problemas
psicoafectivos, buscando llenar vacíos que sus afectos no
logran compensar.

Pero hoy, y de allí la preocupación
generalizada, se ha extendido de tal modo su utilización
que podemos identificarla como una enfermedad social, pudiendo
definirla como "aquella que dañando el organismo y la
mente del enfermo, trasciende sus límites, para invadir y
propagarse a los otros individuos de su medio, mediante la
interacción social; atacando y destruyendo la trama de la
sociedad y desencadenando secundariamente vicios sociales tales
como la desocupación, la delincuencia, la violencia, la
promiscuidad y el deterioro de los vínculos
familiares.

Analizando la drogadicción podemos identificar
factores básicos que concurren para su
presencia:

  • un agente exterior: la droga

  • un medio facilitador: el medio
    sociocultural

  • un ser humano cuyas carencias lo transformen en
    terreno fértil para que momentáneamente o
    permanentemente caiga en el uso de drogas.

Accionar sobre estos factores conducentes resulta la
preocupación que ya hemos mencionado, si desmenuzamos cada
uno de ellos nos daremos cuenta que tratar de eliminar o
minimizar la presencia de la droga es por demás
difícil por no decir imposible, ya que sus componentes
podrán ser elegidos entre muchas opciones y que se
encuentran en casi todas partes. Un elemento activador es el gran
desarrollo de las comunicaciones, la sofisticación de los
medios utilizados para su transporte y el crecimiento de las
organizaciones destinadas a la comercialización,
promoción y distribución de la droga.

Sobre el segundo factor se puede actuar con mayor o
menor posibilidad de éxito. Esto no solo represente una
tarea difícil por la desigualdad de las "armas" empleadas,
sino una falta de unidad mundial para tratar de encontrar modelos
válidos de lucha.

Por lo expuesto resulta que lo más adecuado y con
reales posibilidades de éxito es el conocimiento y
tratamiento del individuo y su medio ambiente inmediato, para que
a través de una acción preventiva, activa e intensa
se logre proteger al ser humano y por extensión a la
sociedad, de ser alcanzada por la enfermedad.

Es indudable que los cambios culturales ocurridos en la
sociedad en los últimos años ha favorecido la
aparición de un campo propicio para el desarrollo de la
"personalidad adicta temprana". Con respecto a los cambios
culturales, podemos hacer mención de sensaciones de
vacío, carencia de ideales, valores y metas, tendencia a
la depresión; sin duda ayudados por las condiciones
socioeconómicas producidas por la globalización,
falta de oportunidades y escasez de trabajo que influyen en el
desempeño familiar afectando los procesos de desarrollo de
la personalidad en los estadios más precoces de la
infancia.

Partiendo del concepto "la droga es una muleta, incapaz
de prevenir la invalidez psíquica", debemos entonces
encarar el estudio de la drogadicción partiendo del
análisis del ser humano desde los inicios de su vida, su
relación con el medio ambiente inmediato y su desarrollo
en las etapas de adolescente y adulto.

  • Perfil de Identidad

  • Factores que influyen en el desarrollo de una
    drogadicción

La drogadicción debe ser estudiada dentro de un
marco psicosocial, si no hay droga no hay
drogadicción.

Otro concepto importante es el de la disposición
del individuo a usar drogas. Este fenómeno es inherente a
la condición de fragilidad y finitud del ser humano.
Debemos tener en cuenta que drogadicción no es un
diagnóstico que se corresponde en forma lineal con una
estructura de personalidad definida. Es cierto que entre los
adolescentes que hoy usan drogas, hay un porcentaje muy
significativo de trastornos narcisistas de la personalidad, pero
ésta no es una condición excluyente, ya que
también pueden existir trastornos neuróticos,
psicóticos, depresiones graves, etc.. Por otra parte hay
personas que padecen algunos de estos cuadros y que jamás
se drogan.

En primer término, las personas con diferentes
patologías podrán usar drogas si existe la
posibilidad de tener acceso a su suministro. Donde esta
alternativa no existe, la persona podrá desarrollar otras
conductas adictivas: el juego, el trabajo, la comida, etc., pero
no una drogadicción fármaco-dependiente.

Partes: 1, 2

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