- ¿Qué
son los virus? - Estructura de los
virus - Mecanismo de
contagio - Defensas contra los
virus - ¿Son los
virus organismos vivos?
Hacia finales del siglo IXX ya se habían
descubierto bacterias y microorganismos causantes de muchas de
las enfermedades que afectaban a la sociedad de la época
pero todavía se desconocían las causas de otras
tantas, y aunque ya se hablaba de "virus" como sinónimo de
veneno y algunos científicos de la época
hacían referencia a estos como agentes infecciosos, en
realidad se conocía poco o nada sobre estos organismos. El
primer virus conocido, el virus del Mosaico del Tabaco,
empezó a estudiarse en el año 1892 por el profesor
W.P Ivanov, tras obtener el juego de las hojas enfermas de
tabaco, sometió este líquido a un filtrado
biológico, susceptible de retener las hipotéticas
bacterias. El jugo filtrado debía ser estéril, y,
sin embargo no era así si no que podía infectar a
nuevas plantas sanas, transmitiéndoles la enfermedad. Se
había descubierto entonces un agente infeccioso mucho
más diminutos que las bacterias.
Gracias al avance de la ciencia y el desarrollo
tecnológico, años más tarde, en 1935 W.M
Stanley, biólogo norteamericano, trabajando sobre el mismo
virus, logró cristalizarlo sin que el virus perdiera su
capacidad infectiva. Este hecho marcaba el periodo de una gran
controversia: ¿son los virus seres vivientes?, en efecto,
el hecho de que pudieran cristalizarse llevaba a considerarlos
simplemente como macromoléculas, dotadas de poder de
reproducción autocatalítica a expensas de las
proteínas del organismo huésped. Pero muchas otras
razones obligaban a ver en ellos una verdadera estructura
biológica.
¿Qué son los
virus?
Normalmente se consideran los virus como
partículas infecciosas, un virus es un complejo de
partículas moleculares con apariencia inerte,
absolutamente incapaz de multiplicarse a menos que se encuentre
en el interior de una célula viva es entonces cuando puede
apreciarse su potencial, porque actúa como un parasito que
utiliza los recursos metabólicos de la célula
invadida para reproducirse así mismo aunque con ello
destruya a su huésped, fuera de estas se convierten en
simples macromoléculas , por lo que son denominados
parásitos intracelulares obligatorios.
Definir exactamente que son los virus resulta algo
complejo, puesto que tienen una estructura subcelular y son tan
rudimentarios que no pueden considerarse realmente seres vivos
independientes: carecen de los elementos necesarios para los
auténticos procesos vitales, como intercambiar sustancias
con el medio externo, desarrollar un metabolismo que les permita
obtener energía y reproducirse por sus propios
medios.
Estructura de los
virus
Todos los virus son muy pequeños tanto que ni
siquiera pueden llegar a verse usando un microscopio
óptico ordinario y solo pueden visualizarse mediante un
microscopio electrónico, su diámetro oscila entre
20 y 300 nanómetros (un nanómetro o nm corresponde
a la millonésima parte de un milímetro). Aunque
cada uno es diferente y presenta unas características
específicas, todos los virus tienen una estructura muy
simple carente de los diversos elementos presentes en las
células más sencillas que son indispensables para
el desarrollo de una actividad metabólica: cada
partícula viral conocida como Virion está formada
simplemente por un solo ácido nucleico rodeado por una
cubierta denominada cápside y, a veces, por una envoltura
externa, las partes principales de los virus son:
NÚCLEO VIRAL: el núcleo de los virus
está compuesto básicamente por una molécula
de ácido nucleico que es la sustancia donde se almacena la
información genética.
CÁPSIDE: es una cubierta que protege el
núcleo viral, integrada fundamentalmente por
proteínas y, en menor medida por hidratos de carbono y
lípidos. Está compuesta por un diverso
número de subunidades, denominadas capsómeros, y
tienen una forma variable según cada virus, relacionada
con la forma que adopta la molécula de ácido
nucleico contenida en el núcleo, pero siempre
simétrica y regular.
ENVOLTURA EXTERNA: solo está presente en algunos
virus mientras que está ausente en otros denominados virus
desnudos. Está compuesta esencialmente por
proteínas, y su principal función consiste en
proporcionar una mayor protección a su
contenido.
En general, los virus se pueden clasificar según
su estructura en cinco tipos:
HELICOIDAL: las cápside helicoidales se componen
de un único tipo de capsómeros apilado alrededor de
un eje central para formar una estructura helicoidal que puede
tener una cavidad central o un tubo hueco. Esta formación
produce virones en forma de barra o de hilo, pueden ser cortos y
muy rígidos, o largos y muy flexibles. El material
genético, normalmente ARN monocatenario, pero a veces ADN
monocatenario, queda unido a la hélice proteica por
interacciones entre el ácido nucleico con carga negativa y
la carga positiva de las proteínas. En general, la
longitud de una cápside helicoidal está en
relación con la longitud del ácido nucleico que
contiene, y el diámetro depende del tamaño y la
distribución de los capsómeros. El conocido virus
del mosaico del tabaco es un ejemplo de virus
helicoidal.
ICOSAÉDRICA: la mayoría de virus que
infectan los animales son icosaédricos o
casi-esféricos con simetría icosaédrica. Un
icosaedro regular es la mejor manera de formar una carcasa
cerrada a partir de subunidades idénticas. El
número mínimo requerido de capsómeros
idénticos es doce, cada uno compuesto de cinco subunidades
idénticas. Muchos virus, como los rotavirus, tienen
más de doce capsómeros y parecen esféricos,
manteniendo esta simetría. Los ápices de los
capsómeros están rodeados por otros cinco
capsómeros y reciben el nombre de pentones. Las caras
triangulares de éstos también se componen de otros
seis capsómeros y reciben el nombre de hexones. En la
imagen que se muestra a continuación, se pueden observar
varios tipos de virus icosaédricos.
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COMPLEJOS: los virus tienen una cápside que no es
ni puramente helicoidal, ni puramente icosaédrica, y que
puede poseer estructuras adicionales como colas proteicas o una
pared exterior compleja. Algunos bacteriófagos (como el
Fago T4) tienen una estructura compleja que consiste en un cuerpo
icosaédricos unido a una cola helicoidal (esta cola
actúa como una jeringa molecular, atacando e inyectando el
genoma del virus a la célula huésped), que puede
tener una base hexagonal con fibras caudales proteicas que
sobresalgan.
CON ENVOLTURA O VIRUS ENVUELTOS: La estructura de las
partículas virales del grupo de virus denominados
envueltos, está formada además de la
nucleocápside por una envoltura que la rodea de origen
celular y que los virus envueltos obtienen en el proceso de
liberación por brotamiento. En dicha envoltura se insertan
glicoproteínas de origen viral que reciben el nombre de
espículas o glicoproteínas de superficie y que
tienen un importante papel de reconocimiento de receptores
específicos de la superficie celular en el paso inicial de
relación con la célula huésped para la
multiplicación viral.
SIN ENVOLTURA O VIRUS DESNUDOS: La
estructura de los virus más simples está compuesta
por un solo tipo de ácido nucleico (ADN o ARN) rodeado de
una cáscara proteica que se denomina cápside, que
en los virus desnudos no posee envoltura de origen
celular.
Mecanismo de
contagio
Los virus pueden contagiarse por muy diferentes
vías, aunque la mayor parte de los que son
patógenos para el ser humano suelen hacerlo a partir de
personas infectadas, debido a un contacto directo o muy
próximo. Por ejemplo, el contagio puede producirse al
entrar en contacto con secreciones corporales contaminadas, como
la saliva(a partir de besos, como suele ocurrir en la
mononucleosis infecciosa) o el semen (transmisión sexual,
muy relevante en el contagio del virus causante del SIDA) y
también a partir de las lesiones superficiales causadas
por la propia infección (es el caso de la
varicela).
Además puede producirse un contagio a
través de las pequeñas gotas de saliva que expelen
las personas infectadas al estornudar, al toser o simplemente al
hablar y quedan flotando en el aire, por lo que pueden penetrar
en las vías respiratorias de quienes se encuentran en las
proximidades, este es el mecanismo involucrado en la
extensión de diversas enfermedades víricas muy
comunes como el resfriado, la gripe, el sarampión o la
rubeola. Así mismo, puede suceder que los virus ingresen
al organismo por vía digestiva, al consumir
líquidos o alimentos contaminados, como ocurre por ejemplo
en el caso de la poliomielitis y en el de la hepatitis
A.
Siempre existe peligro de contacto cuando se aplican
inyecciones en deficientes condiciones higiénicas, como
ocurre por ejemplo con los toxicómanos que se administran
drogas por vía parental: esta forma de contagio relevante
del virus de la hepatitis B y causante del Sida.
Por último, hay virus dañinos para el ser
humano que también infectan animales que pueden actuar
como vectores; es el caso de la rabia, contagiada muchas veces
por mordeduras de perros, o bien el de las fiebres
hemorrágicas víricas, cuyos agentes causales
penetran en el organismo humano mediante picaduras de
insectos.
Defensas contra
los virus
Cuando un virus entra en contacto por primera vez con
una persona, el sistema inmunitario lo detecta y desencadena una
respuesta defensiva para intentar neutralizar su acción
patógena: de lo contrario, iría invadiendo y
destruyendo sin cesar las células del organismo para
reproducirse, alterando con ello la salud de la víctima e
incluso poniendo en riesgo su vida.
Lo que primero se realiza es que algunas células
inmunitarias especializadas exploran el virus y determinan la
forma de las proteínas extrañas que constituyen sus
cubiertas, que se consideran genéricamente como
antígenos. A continuación, transmiten esta
información a otras células inmunitarias
especializadas que, con estos datos, comienzan a fabricar unas
particulares proteínas específicas (inmunoglobinas)
que actuaran como anticuerpos: tenderán a unirse
específicamente con las proteínas que constituyen
los antígenos virales. A veces ello basta para modificar
las características del virus y neutralizar su
acción patógena, por ejemplo, al impedir así
que pueda invadir nuevas células; otras veces, sirve para
evidenciar la presencia del virus a otros elementos defensivos
que se ponen en marcha para destruirlo.
Todo este proceso toma cierto tiempo, durante el cual el
virus no tiene obstáculos para desarrollar su
acción patógena, es el periodo en que se manifiesta
la infección. Pero cuando el sistema inmunitario trabaja
ya a pleno rendimiento, por lo común logra inactivar el
virus y muchas veces termina por erradicarlo del organismo es
entonces cuando se produce la curación de la enfermedad.
Además el sistema de defensa ya se queda permanente en
estado de alerta en donde hay algunos células que guardan
memoria del virus y ante una nueva invasión desencadenan
los mecanismo destinados a combatirlo incluso, antes de que tenga
tiempo de producir infección, por eso diversas
enfermedades víricas que solo se padecen una vez en la
vida, como por ejemplo el sarampión.
También, es esta la estrategia en que se basan
las vacunas, se administra una pequeña cantidad de un
virus previamente inactivado o atenuado para que no resulte
patógeno, de tal modo que el sistema inmunitario reconozca
sus antígenos y se prepare para un eventual contacto que
se produzca la enfermedad. Lamentablemente este recurso no es
útil contra todos los virus por que algunos experimentan
mutaciones que modifican sus características y ello hace
que el sistema defensivo no pueda reconocerlos.
¿Son los
virus organismos vivos?
La pregunta ¿son los virus organismos vivos? ha
traído consigo muchas discusiones y controversias a
través del tiempo y aún la respuesta a esta
pregunta no es clara, muchos afirman que los virus no son seres
vivos, muchos otros dan razones para creer lo contrario,
responder a la pregunta queda entonces a consideración de
cada persona, plantearemos a continuación, diferentes
posturas sobre el tema.
Hay algunos que afirman que los virus no son seres
vivos, porque estos organismos no cumplen con todos los ciclos de
un ser vivo y no posee estructura celular, lo cual es considerado
la unidad básica de la vida, además, los virus no
tienen un metabolismo propio, y necesitan una célula
huésped para replicar y sintetizar nuevos virus, por
tanto, no se pueden reproducir fuera de cualquier organismo vivo.
Las formas de vida aceptadas utilizan la división celular
para su reproducción mientras que los virus crean
múltiples copias de sí mismos a través de
auto ensamblaje.
Otros afirman que los virus si son seres vivos, ya que
estos tienen la habilidad para infectar otros organismos y pueden
replicar ADN o ARN y sostienen, en contraposición a otros,
que sí presentan estructura celular, pero con
características diferentes, púes la presencia de
una capsula formada por lípidos, hace pensar en una
estructura análoga a nuestra membrana lipídica. Que
sean parásitos intracelulares obligatorios no quiere decir
que no sean seres vivos, simplemente necesitan recursos
energéticos para poder suplir sus necesidades
especialmente la reproducción que se da en un ambiente con
características específicas, al igual que un humano
no podría vivir fuera de la tierra, estos organismos
necesitan un ambiente concreto, siendo las células de
diversos organismos el ideal para su desarrollo.
Enviado por:
Cristian Cardona