Panvitalismo,
panmecanicismo, dualismo
Jonas ubica al panvitalismo en los comienzos de la
interpretación humana del ser. Allí
todo tenía vida y se desconocía la muerte, a la
que se trató de explicar dado que era la excepción
a la vida. Para poder explicar
este fenómeno hasta entonces inexplicable fueron los
mitos las
leyendas lo
que intentaron poder explicar la
muerte.
Luego en la modernidad se
ubica al panmecanicismo, que surgió en el Renacimiento,
el pensamiento
sobre la vida y la muerte se invirtió: lo natural y
comprensible es la muerte y lo problemático es la vida. A
su vez la vida debe ser explicada en concordancia al mundo del
que forma parte, todo es reducido a las categorías de lo
extenso, que es lo susceptible de ser medido y a las leyes de las
matemáticas.
El dualismo fue en nexo entre el antiguo monismo
vitalista con el moderno monismo materialista. El dualismo separa
el espíritu de la materia para
luego dejar el terreno despojado de todo atributo espiritual.
Este dualismo dejó tras de sí la constitución del cuerpo y el
espíritu como dos partes separadas las cuales ya eran
imposibles volver a mezclar. Toda reflexión anterior es
pre-dualista, ingenua y a-problemática. Por el contrario,
toda reflexión posterior es post-dualista, en este momento
hay dos posibilidades: el materialismo y el
idealismo
moderno.
Por su parte Le Breton hace referencia al cuerpo en la
Edad Media y el Renacimiento
donde el hombre no
se distinguía de la trama comunitaria y cósmica en
la que estaba inserto, era un hombre/cuerpo
colectivo. Era muy distinto al individualismo actual en el cual
el cuerpo es la división con los otros y con el mundo, a
parte el cuerpo es visto por el hombre como si fuera de su
propiedad,
como si fuera una cosa.
En la Edad media, el
cuerpo grotesco era considerado un campo de fuerza de
acción
sobre el mundo y siempre disponible de ser influido por
este.
No es posible comprender al hombre aislado de este
cuerpo, incluso después de la muerte. Es por este motivo
que las disecciones estaban prohibidas.
Con el ascenso del individualismo occidental, esta
situación comienza a cambiar, se inicia la
separación dualista del hombre y del cuerpo. Este
aislamiento del hombre produce una mirada vacía de la
naturaleza de
la que puede disponer para moldear así como también
de su propio cuerpo que se convierte en una carga y un
obstáculo para el
conocimiento. Con motivo del surgimiento de este
individualismo las disecciones que surgen en el siglo XV, que ya
no eran mal vistas porque no pertenecían a este cuerpo
colectivo, surge una diferencia epistemológica entre el
hombre y su cuerpo. El cuerpo se convierte en un objeto de
estudio.
En el siglo XVII surgió la filosofía
mecanicista en donde la religión quedó
de lado y donde el mundo se hace mensurable y a medida del
hombre. Al conocer las leyes de la naturaleza, ésta se
vuelve maleable, el hombre dispone de lo que ella brinda para lo
que él disponga.
Descartes
llevó el dualismo al extremo despreciando el cuerpo al
límite de negarse a reconocerse en él. Para
él el único poder de juicio es el pensamiento y su
forma más pura que son las matemáticas. La ruptura
entre los sentidos y la
realidad es fundadora de la modernidad. El cuerpo se vuelve
supernumerario. Descartes es un ejemplo de una postura
mecanicista, pero él nunca logró desprenderse de su
pasado inmediato (la Edad Media) donde la religión
seguía estando muy presente.
El mecanicismo se vuelve la forma de conocer al mundo.
Sirve para interpretar tanto a la naturaleza como al hombre.
Además sirve a la burguesía con sed de conquista
del mundo para poder dominarla y a su vez para poder incluir al
hombre en la fábrica como una pieza más
indiferenciándola de la máquina. El hombre se
postula como un capítulo de la mecánica general, es un engranaje de piezas
altamente perfeccionado y porque no decir la pieza más
fundamental del proceso. De
esta forma el hombre como creador puede competir con
Dios.
Con esta mentalidad mecanicista, donde todo debe ser
cuantificado y donde todo puede ser mensurable, es aquí
donde Weber
podría incluir su idea de espíritu del capitalismo.
En esta ética
capitalista nada es dejado al azar, todo estaba fríamente
calculado, a diferencia de lo que ocurría con la economía tradicional
(típica economía de subsistencia) donde sólo
se pensaba en hacer lo necesario para poder vivir.
Siguiendo esta lógica
económica, lo que plantea Coriat en su texto
sería un claro ejemplo de una mecanización del
hombre por un lado y la búsqueda insaciable de más
productividad
lo que significaría más capital, a
partir de la mensurabilidad de los tiempos
productivos.
Taylor procuraba hacer una descomposición de los
gestos elementales de los obreros por medio del "time and motion
study", pudiendo así saber cómo poder hacer para
acelerar el proceso productivo. El cronómetro se
volvió la ley en la
fábrica.
Por su parte el fordismo
agrega al proceso productivo un transportador en la cadena de
montaje. El montaje entendido como la añadidura de piezas
en tiempos sucesivos y agrega un detalle técnico: la
cadencia de trabajo
está regulada mecánicamente de forma exterior al
obrero mediante la velocidad de
la cinta.
El trabajador frente a esto queda mecanizado, era
preciso que para la cadena el obrero fuese estandarizado para
hacer posible el montaje en línea. De esta forma
nació la fábrica racionalizada.
Por otra parte a este tipo de producción se le agregó en principio
panóptico de vigilancia. El hecho de tener todas las
piezas en la cadena de fabricación permite al jefe del
taller ver rápidamente que operación no está
funcionando correctamente.
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