Introducción
El presente trabajo
pretende dar cuenta de dos movimientos artísticos
modernos, el Pop Art y el Estilo Internacional, pertenecientes a
la pintura (en su
versión más prolífera) y la arquitectura/diseño,
respectivamente.
En la primera parte se expondrán las
características principales de ambos movimientos de
vanguardia,
que nacen en el periodo de posguerra y son testigo del creciente
proceso de
industrialización que experimenta nuestra Modernidad.
En la segunda parte analizaremos a los autores pioneros
más significativos del Pop Art (Jasper Johns y Robert
Rauschenberg) y del Estilo Internacional (Ludwig Mies Van der
Rohe), que deviene luego en el consistente Movimiento
Moderno.
Finalmente, a modo de conclusión, se
esbozarán los aspectos diferenciales y relativos de los
movimientos y autores en cuestión.
Pop
Art
El Arte Pop surge en
EE.UU. e Inglaterra hacia
1955, pero su auge se da en la década de los sesenta. Su
denominación procede de la abreviación de "popular
art", que hace referencia al arte popular que se utilizaba en
publicidad,
diseño, cartelería y revistas
ilustradas.
Es una vanguardia artística que se
inspira en la sociedad de
consumo,
creando una temática directa, realista, accesible al
público en general, todo lo contrario al expresionismo
abstracto.
El arte pop es el arte del concepto, de la
investigación plástica, de la
representación de elementos poco tradicionales por
entonces: latas de sopa, Dólares, Elvis,
automóviles, fama, glamour… Los personajes
artísticos dejan de ser protagonistas únicos para
producirse en serie, en un objeto más de
consumo.
Los inicios del pop, representados por
Rauschenberg y Johns, también se denominan
"neodadaísmo", por la influencia que reciben de artistas
como Duchamp y Schwitters. En Europa
también se da una tendencia relacionada con el pop
norteamericano que responde al nombre de Nuevo Realismo.
El Arte Pop absorbe la filosofía anti-arte del
Dadá y encuentra una vía para construir nuevos
objetos a partir de imágenes
tomadas de la vida cotidiana, al igual que Duchamp había
hecho con sus ready-mades. En cuanto a las técnicas,
también toma del dadaísmo el uso del collage y el
fotomontaje.
Esta corriente, cuyos precursores en su versión
americana son Jasper Johns y Robert Rauschenberg, subraya el
valor
iconográfico de la sociedad de consumo. En este tipo de
cultura
también el arte deja de ser único y se convierte en
un objeto más de consumo. En este sentido, es ilustrativa
la afirmación de Richard Hamilton con respecto a su deseo
de que el arte fuera "efímero, popular, barato,
producido en serie, joven, ingenioso". Todas ellas
serían cualidades equivalentes a las de la sociedad de
consumo. En el mismo camino está Warhol, quien
pretendía eliminar de la obra de arte cualquier huella o
signo de manualidad; muchas de sus obras, por ejemplo,
están hechas a partir de fotografías proyectadas
sobre el lienzo.
El lenguaje del
pop art es claramente un lenguaje figurativo y realista referido
a las costumbres, ideas y apariencias del mundo
contemporáneo. Su temática es extraída del
medio ambiente
urbano de las grandes ciudades, de sus aspectos sociales y
culturales: soportes como comics, revistas, periódicos
sensacionalistas, fotografías, anuncios publicitarios,
cine, radio, televisión, música,
espectáculos populares, elementos de la sociedad de
consumo y del bienestar (alimentos
enlatados, neveras, coches, autopistas, estaciones de servicio,
etc.). Hay una representación de carácter a priori inexpresivo,
preferentemente frontal o repetitiva, que remite al trabajo en
serie, a la producción en masa. Se apela a colores puros,
brillantes y fluorescentes, inspirados en los empleados en la
industria y
los objetos de consumo.
Si bien el lenguaje es
figurativo y representa objetos reales, el tratamiento
pictórico no se concentra exclusivamente en sus cualidades
formales, sino que combina éstas con sus cualidades
abstractas intrínsecas gracias al empleo de
imágenes familiares y fácilmente reconocibles. De
esta manera, rompe con la forma tradicional.
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