- Retos y
desafíos - Nuevo medio de
comunicación - Universidad,
transformación y formación del
periodista - ¿Y la
formación del periodista para los nuevos
medios? - Reformular los
pénsumes - En
los medios o en las aulas - Tres
escenarios - Trabajo a la
vista del mundo - Provocación
persistente - Estudio
interpretativo - ¿Emulación
o descubrimiento? - Tras
el verdadero aprendizaje
El nuevo siglo ha traído aparejadas una serie de
realidades e innovaciones que conmueven día a día a
toda la sociedad. Usos
y costumbres, por igual, están sujetos a revisión
e, indudablemente, ha dejado de ser un lugar común aquella
afirmación de que si nuestras abuelos volverían a
la vida, inmediatamente dejarían de existir ante la
magnitud del cambio que se
opera a cada momento.
La profesión periodística, en todos los
órdenes, registra ese cambio, más aún en lo
relacionado con la formación de los comunicadores para el
futuro. La didáctica del siglo XX y de las centurias
anteriores ha quedado desbordada por todo lo que ofrecen las
nuevas tecnologías y ahora el aula es el mundo globalizado
e interconectado por la gran autopista de la información.
En esta oportunidad, Chasqui cuenta con el aporte de un
grupo de
académicos de Venezuela y
Chile, que sobre la base de sus experiencias proporcionan pistas
sobre cómo debe ser la formación de los periodistas
en el siglo XXI.
Retos y
desafíos
Periodistas para la era
digital
En la última década se han producido
cambios que en otras épocas hubiesen costado siglos para
ser incorporados en la sociedad. Prueba de ello fue la
invención de la imprenta de
Gutenberg, a mediados del siglo XV, que tardó más
de un siglo para que la sociedad comenzara a utilizarla para la
producción de los primeros
periódicos, innovación tecnológica que
revolucionó la historia del hombre durante
más de cuatro siglos. No obstante, la primera página Web
salió en 1993 y, en menos de 10 años, medios de
comunicación, empresas e
instituciones
de todo tipo, actividades personales, bibliotecas,
comercios y otros ya la utilizaban como medio de
información y herramienta del proceso
globalizante, unos más tímidos que otros, pero lo
cierto es que en poco tiempo esta
innovación radical revolucionó el mundo
entero.
Los medios
impresos están involucrados en este proceso, la tecnología
está modificando las prácticas tradicionales del
quehacer periodístico. Quizás es una de las
revoluciones más significativas, por cuanto permite el
surgimiento de un nuevo medio de comunicación denominado por algunos autores
(Armananzas y otros, 1996; Díaz Noci, 2001; Flores y col.
2001; Negroponte, 1999) ciberperiodismo, periódico
interactivo multimedia,
periodismo
digital y otros.
Lo cierto es que el
periódico impreso tradicional trae noticias del
día de ayer, cuando el digital permite la inmediatez de la
noticia. Además, el impreso tiene límites en
cuanto al contenido, porque está ceñido al espacio
del papel, mientras que en el digital la información es en
bits, ilimitada y, además de ello, permite usar
hipervínculos para ampliar la información. En el
impreso no se pueden escuchar las declaraciones de la fuente de
información, mientras que en el nuevo formato sí,
además de permitir el uso de bases de datos
para hacer búsqueda de la información, inclusive,
retrospectiva, por autor, tema, fecha, y otras múltiples
opciones. Ahora es posible hacer un medio personalizado, a la
medida y a las necesidades del usuario.
Nuevo medio de
comunicación
Todo ello refleja una clara evidencia de que estamos
ante la presencia de un nuevo medio de comunicación
social que demanda
estudios, capacitación e investigación como una forma de preparar y
prepararse para laborar eficazmente en esta posibilidad
comunicacional que, así como en su tiempo la radio, la
prensa y
la
televisión requirieron especialización, ahora
los medios digitales también la demandan.
La era de la información digital plantea a los
periodistas grandes retos, derivados de la coexistencia de medios
tradicionales con nuevas posibilidades comunicacionales que abren
espacios a un mundo interactivo, inmediato y globalizado,
donde la formación del comunicador social demanda
renovadas prácticas educativas que le permitan, al futuro
egresado, adquirir competencias y
saberes para defenderse en un mercado
ocupacional que cada vez exige más y mayores capacidades
tecnológicas, así como también la fusión
entre prácticas profesionales convencionales y emergentes,
y una mayor creatividad e
interdisciplinariedad del conocimiento.
La gran interrogante: ¿las escuelas o facultades de
Comunicación Social están transformando su dinámica curricular considerando estos
aspectos?
Con la aparición de Internet y el desarrollo de
las páginas
web, el periodismo cambió como nunca en la historia.
Ahora es posible concebir un nuevo hacer de la profesión,
basado en sistemas de
producción automatizados, fusión de medios
tradicionales en un producto
interactivo y multimedia caracterizado por la
incorporación de video, audio,
textos, sistemas de
búsquedas, actualizaciones inmediatas,
participación del usuario, etc. Además, las
tradicionales fuentes de
información se amplían y demandan otras
competencias al futuro comunicador. A partir de estos y otros
cambios surge un nuevo concepto de
periodismo, que involucra un intercambio automatizado de
información entre miles de personas de todo el planeta,
que quizás pueda llamársele ciberperiodismo o
cibercomunicación.
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