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real o encantamiento
Una página web
mejorada, de fácil acceso, con información y herramientas
para la
comunicación directa con los electores. Blogs de
candidatos y cargos, vídeos para compartir en la web y un sistema de
mensajes sms (o mms, multimedia) para
móviles. Una buena base de datos
de simpatizantes y, si es posible, una red social cercana donde
los propios ciudadanos propaguen ideas e iniciativas de los
partidos y candidatos.
Estos son los instrumentos imprescindibles de la
ciberpolítica para campañas electorales, que los
partidos españoles realizaron en mayo, cuando se renovaron
los cargos municipales de todo el país. Campañas
dirigidas a ciudadanos ciborgs, observadores del mundo a
través de la interfaz luminosa de las pantallas.
Ciudadanos superpotenciados por la tecnología de la
sociedad de la
información, electores inseparables del teléfono móvil y la conexión
de banda ancha a
Internet.
Más allá del mito de la
apatía política, en Internet
habitan los superusuarios, consumidores intensivos de
información, participativos en la Red y fuera de ella. Los
nuevos líderes de comunidades virtuales que proyectan su
actividad, ideas e intereses más allá del
ciberespacio e influyen en el resto de la sociedad.
Y los políticos intentan llegar a ellos y
aprovechar la revolución
democratizadora de la comunicación en la sociedad red para
sortear el filtro de los medios
periodísticos, de las instituciones,
las leyes y los
mediadores tradicionales.
La política vuelve a ser personal, cuando
ciudadanos y políticos pueden hablarse cara a cara a
través del interfaz virtual de la pantalla.
Unos ejemplos
Madrid, 11 de
marzo de 2007. Hace tres años de los atentados del 11-M.
"Concentración contra las mentiras, la manipulación
y el uso electoralista de las víctimas. En Sol a las
17.00. Pásalo". Un día después de la gran
manifestación del Partido Popular en contra del gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero, unos cuantos
ciudadanos se citan con mensajes sms para protestar contra la
rebelión cívica, impulsada por el partido
conservador contra el gobierno socialista.
11 al 13 de marzo de 2004. Los superusuarios se rebelan
contra el gobierno de José María Aznar. Pocas horas
después del estruendo de las bombas en los
trenes, que mataron a 191 personas, blogs, foros y mensajes de
móviles se convirtieron en el poderoso instrumento de la
reacción contra el gobierno, que acabaría en las
concentraciones del 13-M convocadas en el ciberespacio y que se
convertirían en un elemento esencial en las elecciones del
día siguiente, ganadas por el PSOE.
Tres años que han cambiado la política en
España
y en el resto del mundo. Cuando las multitudes inteligentes (Las
smart mobs descritas por Howard Reinhgold) afloraron en una
rebelión espontánea de mensajes sms y llamamientos
en la web, casi nadie conocía el poder de los
nuevos medios de
comunicación que Internet y la tecnología
digital ponían en manos de los ciudadanos. Ahora es casi
impensable una campaña electoral o lanzar un proyecto
político sin utilizar las herramientas de la web 2.0,
aunque a los partidos todavía les cuesta.
Los ciudadanos y algunos políticos llevan ventaja
a las organizaciones y
a los cuadros, mucho más interesados por las posibilidades
propagandísticas y de marketing del
vídeo en Internet que por mejorar la comunicación y
el diálogo
con los ciudadanos. "El poder de la imagen se coloca
en el centro de todos los procesos de la
política contemporánea", como dice Giovanni Sartori
en Homo videns.
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