- El rechazo
del orden medieval - La
problemática educativa - Las
propuestas educativas de Lutero - Transición
- Referencias
bibliográficas
El presente es el primero de un conjunto de
artículos dedicados a la comprensión
histórica de la reforma educativa que Martín Lutero
impulsó en Alemania a
principios del
siglo XVI. Luego de ofrecer algunos indicios preliminares acerca
de la vinculación entre el pensamiento de
Lutero y la crisis del
orden de sentido medieval, se procede a tratar en detalle las
ideas educativas de este pensador. Se muestra, en
primer lugar, de qué modo el tema educativo se le presenta
a Lutero como problemático y digno de atención. En segundo lugar se despliega la
propuesta educativa que Lutero formula en vista de la
problemática que tiene entre manos.
Palabras claves: reforma educativa, Lutero, orden
medieval, comprensión histórica
This is the first of two papers devoted to the
historical comprehension of the educational reform promoted by
Martin Luther in the early 16th century Germany. After showing
some preliminary connections between Luther’s thought and
the crisis of the medieval order, Luther’s educational
ideas are treated in detail. First, it is shown in what way
education is an issue for Luther, and why it seems to demand
closer attention. Second, Luther’s proposals for an
educational reform are unfolded as a response to the wider
problems confronted by his thought.
Key words: educational reform, Luther, medieval
order, historical comprehension
1.
Introducción
El presente trabajo
despliega un camino inquisitivo que busca comprender a fondo el
pensamiento de Martín Lutero en el campo de la educación. La
expresión
"comprender a fondo" debe ser entendida, aquí, en
un doble sentido. En primer lugar, se trata de superar (ir
más allá de) el enfoque usualmente adoptado en esta
clase de
trabajos. Podríamos caracterizar tal enfoque diciendo que
éste supone dogmáticamente que las ideas educativas
de un pensador del pasado forman parte de un proceso
histórico de continuo progreso del saber humano en esa
materia;
progreso que culmina —al menos por ahora— en nuestras
presentes convicciones acerca de cómo y por qué
debe educarse a los jóvenes de una cierta manera. Desde
esta perspectiva, lo que interesa del pensamiento educativo de
otras épocas es en qué medida y de qué forma
éste hizo "avanzar" esa "área" particular del saber
—de la cual se presume que está, y siempre ha
estado, en
continuo perfeccionamiento. Por eso esta clase de investigación busca detectar aquellas ideas
del pensador que resultan novedosas para su época, y que
parecen ser precursoras de las nuestras actuales, y distinguirlas
de aquellas otras que lucen como conservadoras o
retrógradas. Nótese que esto implica ver la obra
del pensador como una especie de colección de ideas
independientes entre sí, donde cada una de ellas puede
perfectamente sostenerse por sí sola, sin necesidad de
acudir a las demás. Más aún, de acuerdo con
esa misma lógica,
el conjunto de ideas educativas de un pensador forma un
"área" de conocimiento
auto-subsistente, es decir, fundamentalmente independiente de
cualquier otra área en la cual haya podido trabajar ese
pensador.
Es por ello que las investigaciones
realizadas bajo ese enfoque pocas veces necesitan recurrir a
temas ajenos al estrictamente educativo para construir sus
explicaciones.
Lo que el presente trabajo pretende "superar" con
respecto a ese enfoque dominante es, en pocas palabras, la
ingenuidad histórica en la que éste incurre. Por
"ingenuidad histórica" entiendo la falta de conciencia
crítica
acerca del carácter históricamente contingente
de los presupuestos
sobre los cuales se basa ese (o cualquier otro) enfoque. Tal
ingenuidad permite suponer que la problemática educativa
de nuestra época particular fue el tema de fondo al que
trató de dar respuesta el pensamiento educativo desde sus
mismos inicios, y que nuestras convicciones actuales en ese campo
fueron, desde siempre, el gran objetivo que
ese pensamiento se propuso alcanzar —aunque ciertamente de
manera defectuosa y balbuceante. Esta posición parece
olvidarse de una de las mayores ganancias que, en términos
de conocimiento crítico, nos ofrecieron la antropología y la filosofía del
siglo XX: la noción de "relativismo cultural", es decir,
la idea de que toda realidad percibida y/o comprendida depende (y
se da sobre la base) del sustrato cultural en el que ella aparece
y del cual forma parte. Bien conocidos son, en ese campo, los
trabajos filosóficos de pensadores de la talla de
Heidegger, Foucault,
Lyotard, MacIntyre y otros similares. De ellos se deduce,
claramente, que el tratamiento que una cierta época da a
una determinada temática sólo puede ser comprendido
adecuadamente —es decir, "a fondo"— si logra
comprenderse el sentido que dicha temática tenía en
su contexto original. El despliegue de ese contexto de sentido
epocal torna a ser, entonces, una tarea de vital importancia para
el investigador (Fuenmayor, 1991).
Así arribamos al segundo significado de nuestro
afán por "comprender a fondo" el pensamiento educativo de
Lutero. Se trata de un tipo de comprensión que busca
destapar el "fondo" de ese pensamiento —o, mejor dicho, su
"tras-fondo". Ese trasfondo no es otro que la época
particular en la que Lutero vive, y que constituye el contexto
fundamental e inseparable de su trabajo. La inseparabilidad de
ambos puede ser pensada en términos de la relación
figura-fondo de la Gestalt: cada
uno de los lados de dicha relación implica al otro, al
punto que intentar prescindir de uno de ellos es destruir al
otro. De hecho, el procedimiento
utilizado por el enfoque dominante que antes describimos no hace
más que tratar de separar la "figura" de su "trasfondo",
obteniendo como resultado un conjunto inconexo de elementos
—en este caso: ideas educativas o "áreas"
independientes entre sí— carentes de un sentido
unitario que los englobe a todos. Como veremos más
adelante, lo particular del pensamiento educativo de Lutero es
que éste parece responder a un cambio de
fondo en la cultura
occidental. En efecto, a lo largo de nuestro camino inquisitivo
iremos mostrando cómo este pensamiento nace de la
necesidad histórica de develar un nuevo orden de sentido
para Occidente, capaz de sustituir al declinante orden de sentido
medieval. Veremos, también, que ese momento
histórico particular parece constituir el umbral de la
Modernidad, es
decir, prefigura el orden de sentido al que aún hoy nos
hallamos sometidos, al menos parcialmente.
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