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- Resumen
- Agente
etiológico
Epidemiología
Ciclo de vida
Formas clínicas en
estrongiloidiasis
Inmunobiología
Clínica
Relación con inmunodeficiencia
Relación con retrovirus
Relación con infecciones
bacterianas
Diagnostico
Tratamiento
Prevención
Conclusión
Referencias
RESUMEN
El Strongyloides stercoralis es un parásito
único porque tiene la capacidad de reproducirse dentro del
ser humano, lo que explica la persistencia de este helminto
durante muchos años. En esta revisión se hace una
actualización sobre los diferentes aspectos de esta
entidad en el campo de la inmunobiología, diagnóstico y tratamiento. Se hace
énfasis en las posibles relaciones con la infección
por el virus
HTLV-I.
Palabras claves: Estrongiloidiasis.
Inmunobiología. Diagnóstico.
Tratamiento.
HISTORIA-IMPORTANCIA
En 1876, el médico Louis Normand del Hospital de
St. Mandrier en Toulon, Francia, fue
el primero en describir las larvas de S. stercoralis, al
reconocer un gusano hasta entonces no identificado, en la
materia fecal
de soldados que regresaban de la Cochinchina (sudeste
asiático, hoy Vietnam)1. Inicialmente el
parásito recibió el nombre de Anguillula
stercoralis.
La infección por este parásito ha ganado
importancia en los últimos años por varias razones:
entre de todos los nemátodos que parasitan al hombre, es el
único capaz de reproducirse dentro del ser
humano1 y permanecer en forma indefinida; tal es el
caso de un paciente de 65 años con una erupción
urticariforme explicada por la presencia del Strongyloides. La
inmunosupresión permite que se presenten estados severos
de la infección con mortalidades que alcanzan
80%2. El aumento en el uso de terapias
inmunosupresivas por diferentes razones médicas y las
migraciones a países desarrollados3 explican
algunos casos de la presencia de este helminto en tales regiones.
La relación del S. stercoralis con la infección por
el virus del HTLV-I ha generado una gran
controversia4,5. Los tratamientos disponibles pueden
disminuir la población de parásitos pero no
siempre es posible su erradicación.
AGENTE ETIOLÓGICO
Del género
Strongyloides pueden infectar al hombre dos especies: stercoralis
y fuelleborni. El primero es específico del hombre y el
segundo es propio de primates africanos pero se ha visto en seres
humanos de Oceanía.
El Strongyloides presenta varios estados: la hembra adulta, larva
rabditiforme, larva filariforme, y adultos hembras y machos de
vida libre.
La hembra adulta. Es de aspecto filiforme, transparente,
de 2.2 mm de longitud por 50 µm de
diámetro6. Tiene un esófago
cilíndrico ubicado en el tercio anterior del cuerpo, que
se continúa con el intestino y termina en el orificio
anal, cerca al extremo posterior del cuerpo7. Posee un
útero que permanece con huevos y se abre a la vulva,
ubicada entre el tercio posterior y el tercio medio del
parásito8. Normalmente vive en el duodeno y el
yeyuno, ubicada entre los enterocitos y se abre a la luz intestinal.
En condiciones normales no sobrepasa la muscularis mucosae. Por
las razones mencionadas las hembras adultas, normalmente no se
encuentran en la materia fecal y sólo se ven durante el
estudio de aspirados duodenales o exámenes
histopatológicos. Por estudios en animales9, se
calcula que la tasa de mortalidad anual de las hembras adultas es
de 10%.
En el ser humano no se identifican parásitos
machos, y la hembra se reproduce por partenogénesis. Una
vez salen los huevos, se ubican dentro de los tejidos y
rápidamente dan origen a la primera forma larvaria, la
larva rabditiforme. Algunos han calculado el tiempo entre
el ingreso del parásito por la piel y la
producción de los primeros huevos en 12
días8 y otros en 28 días6,
con una producción aproximada de 15 huevos diarios por
hembra8 y en otros estudios de 60 huevos
diarios10. No es posible recuperar huevos en la
materia fecal, excepto en casos de diarrea
severa.
Larva rabditiforme. Esta larva es móvil, tiene
250 µm de longitud por 15 µm de diámetro. Es
incapaz de invadir a través de la mucosa o de la piel. El
nombre se ha adaptado de los nemátodos rabditídeos
que viven en el suelo pero que no
pueden invadir al ser humano. Anatómicamente tiene un
extremo anterior romo, cavidad bucal corta, que lleva al
esófago donde hay cuerpo, istmo y bulbo, y se
continúa con el intestino para desembocar en el ano en el
extremo posterior. Posee un primordio genital grande, en forma de
media luna que se ubica un poco por detrás de la mitad del
cuerpo. Cuando las larvas rabditoides salen a la luz intestinal,
el contenido digestivo las arrastra y se transforman en larvas
filariformes ya sea en el medio exterior o durante el recorrido
por el intestino.
Larva filariforme. La larva filariforme mide de 500 a
700 µm de longitud y 25 µm de diámetro. Esta
forma es muy móvil y posee el sistema necesario
para poder invadir
al ser humano. En el extremo anterior hay un estilete. Como
durante esta fase no se alimenta, no se observa cavidad bucal. El
esófago es largo y se prolonga hasta la parte media del
cuerpo. El extremo posterior termina en una muesca. En este
estadío, el parásito depende fuertemente de las
condiciones ambientales; sobrevive alrededor de 2 semanas en el
mundo exterior bajo temperaturas entre 8º y 40° C, pero
no soporta la sequedad y humedad
excesivas10.
Adultos de vida libre. En esta fase se identifican
machos y hembras, con 7 y 10 mm de longitud, respectivamente. En
los adultos ciertos tejidos crecen por endorreplicación
para permitir el desarrollo
sexual11.
Las hembras permanecen con hileras de huevos dentro del
útero. La vulva se encuentra en la mitad del cuerpo. Los
machos en el extremo posterior curvo, tienen dos espículas
copulatrices. Su período de vida es corto, lo que limita
la fecundidad12.
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