Eutanasia: sentir de los médicos colombianos que trabajan con pacientes terminales
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RESUMEN
El presente estudio pretende conocer el concepto con
relación a la eutanasia de
los médicos colombianos que trabajan con pacientes
terminales de cáncer y síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Por
trabajar con personas en estado
terminal de la enfermedad, este tipo de profesionales se ve
enfrentado a diario con la muerte de
sus pacientes y con la solicitud de eutanasia por parte de estos
o de sus familiares. Trata además de ver qué tan
frecuente es la solicitud de eutanasia en Colombia y
qué reacción desata en el médico su
solicitud. Esta investigación se realizó en 1997 en
Colombia a través de encuestas de
opinión efectuadas en junio durante el VII Congreso
Nacional de Dolor en Cartagena, Colombia, y durante el III
Simposio Nacional
sobre Dolor Agudo, Crónico y Atención de Pacientes con Cáncer
Terminal en Cali en septiembre y a través de encuestas
enviadas por correo aéreo a todas las ciudades capitales.
Se encontró que la mayoría de los médicos
que trabajan con pacientes terminales son anestesiólogos,
que 50% de los profesionales ha recibido al menos una vez la
solicitud de eutanasia y que la solicitud se hace generalmente
por parte del paciente con o sin consentimiento de sus
familiares; 40% de los médicos está dispuesto a
realizar la eutanasia si el paciente se lo solicita y está
sufriendo; 83% de los encuestados eran católicos; de
estos, 8% aceptó haber realizado la eutanasia activa
mientras que 30%, la eutanasia pasiva. Entre las ciudades de
Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena se
concentró 74% de los encuestados. Bogotá se
caracterizó por ser la más conservadora en cuanto a
la realización de eutanasia por parte de sus
médicos y en cuanto a la solicitud de eutanasia por parte
de sus pacientes.
Palabras claves: Eutanasia activa. Criptanasia.
Eutanasia pasiva. Suicidio
asistido. Paciente terminal.
Etimológicamente la palabra eutanasia viene del
griego eu (bien) y thanatos (muerte) y
significa buena muerte, muerte apacible, sin
sufrimiento1; trae implícito el hecho de que se
toma una conducta con el
fin de lograr la muerte para evitar que continúe el
sufrimiento, por piedad, sin intereses mezquinos o
económicos.
La Asociación Médica Mundial la define
como "el acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, ya
sea por su propio requerimiento o a petición de sus
familiares"2. También se define como toda
actuación cuyo objetivo es
causar la muerte a un ser humano para evitarle sufrimientos, bien
a petición de éste, bien por considerar que su vida
carece de la calidad
mínima para que merezca el calificativo de digna; el
objetivo buscado debe ser la muerte3.
Existen dos grandes tendencias: la de los defensores,
que consideran la eutanasia como un fin digno para los enfermos
terminales que sufren grandes y largas agonías. Parten
de la consideración de que se debe poner fin a los
sufrimientos atroces, especialmente cuando la muerte es
inevitable, toda vez que pese a aceptar que la vida puede girar a
través de una concepción teocéntrica,
consideran que la vida es patrimonio
exclusivo de cada individuo y
que puede disponer de ella; se erige como un derecho del hombre. No se
presenta la eutanasia como una eliminación de la vida sino
como una ayuda al bien morir; parte de la consideración de
que el hombre
tiene derecho a una muerte digna.
Si bien es cierto que se acepta la existencia de un ser
superior, creador de todos los seres, no es menos que fundamentan
en la fe una ayuda eficaz para resistir e incluso superar el
miedo a la muerte1. Los opositores afirman que la
eutanasia no pasa de ser una salida fácil, cobarde y
peligrosa ante una situación de sufrimiento. La consideran
como una falta grave del deber de respetar la vida humana. Desde
la perspectiva judeocristiana es un pecado grave contra el quinto
mandamiento. Es un homicidio si se
realiza sin consentimiento del paciente y homicidio-suicidio si
se lleva a cabo a petición del paciente.
Uno de los principios
fundamentales de la ley natural y
cristiana, es que el hombre no es señor y propietario sino
administrador
del propio cuerpo y de la propia existencia4. Se
critica la ideología de la calidad de
vida al partir de la consideración de que en muchos
casos todo lo esencial de la calidad de vida se reduce a la
comodidad, a un aumento de la cantidad, y a estimar que los
contenidos de una calidad de vida son superiores a la vida misma:
una vida de escasa calidad no merece ser vivida. Agregan los
opositores a la eutanasia que la medida de esa calidad es
meramente hedonista y utilitarista5,6.
La calidad de vida es materia de
discusión en cualquier sociedad a la
que pertenece el sujeto, esto es, dada la constitución biológica o psiconeural
de los seres humanos puede variar justamente con el tipo de
comunidad o
momento histórico que pone de presente el móvil
altruista para defender o no la eutanasia7,8. Los
indicadores
sociales de la calidad de la vida son cambiantes en la sociedad
contemporánea; por ejemplo, pueden servir para ella, pero
no para otras anteriores o posteriores.
El pronunciamiento de la Corte Constitucional expresado
a través de la sentencia T del 20 de mayo de 1997,
sirvió de marco a la realización de este trabajo.
Realmente el diseño
del instrumento para la recolección de información se realizó con
anterioridad, pero la información se comenzó a
recolectar unos días después. Dicho pronunciamiento
no significa dar vía libre a la eutanasia en Colombia; es
la revisión de la pena lo que se definió en el
fondo; la sentencia lo que hizo fue aprobar la no-sanción
penal al médico que ayude a morir un enfermo terminal
declarado incurable que hubiese dado su
consentimiento1. Es difícil saber si las
respuestas hubieran sido diferentes antes del pronunciamiento de
la corte; de todos modos la encuesta se
mantuvo inmodificable.
Se ha especulado mucho, principalmente durante los
últimos meses, con relación al pronunciamiento de
la corte constitucional sobre la despenalización de la
eutanasia en Colombia. Se comenta que los legisladores no
tuvieron en cuenta los criterios de los médicos ni de los
pacientes antes de aprobar las leyes que los
involucran y afectan en forma directa o indirecta.
Este trabajo pretende recoger de manera directa, la
forma de pensar y de actuar de los médicos colombianos
(MDCS) que trabajan con pacientes terminales (PT) de
cáncer y SIDA, y de una forma indirecta el pensar y el
sentir de los pacientes y de sus familiares.
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