Estudio morfológico y morfométrico del músculo oblicuo dorsal del perro
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Resumen: En el presente trabajo se han
extraído, de los globos oculares derechos, de seis perros adultos de
40-50 kilogramos de peso, los músculos oblicuos dorsales y
analizados con microscopia de luz. Las muestras
musculares para su análisis se tomaron de la porción
central del vientre muscular y fueron ultracongeladas, cortadas y
teñidas por la técnica de m-ATPasa a pH 4,6. Las
fibras se clasificaron en tipo I y tipo II en virtud a su
reacción frente a la m-ATPasa, realizándose un
detallado estudio morfológico y morfométrico. Los
músculos presentaron dos estratos netamente diferenciados,
uno central y otro periférico, compuestos mayoritariamente
por fibras tipo II. Las fibras del estrato central presentaron un
mayor tamaño que las correspondientes del estrato
periférico. La peculiar estratigrafía del
músculo oblicuo dorsal debería tenerse en
consideración al analizar este músculo e investigar
el significado de los tipos fibrilares que contiene.
Palabras clave: músculos extraoculares, oblicuo
dorsal, fibras, perro.
Summary: In the present investigation, the dorsal
oblique muscle of the right ocular globe was removed from six
adult dogs weighing 40-50 kg and analyzed by light microscopy.
Muscle samples were taken from the central portion of the muscle
belly, subsequently ultrafrozen, cut and stained with m-ATPase at
pH 4.6. Fibers were classified as type I or type II according to
their reaction to the m-ATPase and detailed morphologic and
morphometric studies were made. The muscles showed two clearly
distinct layers, a central layer and a peripheral layer, mainly
composed of type II fibers. The fibers in the central layer were
larger in size than those in the peripheral layer. The peculiar
stratigraphy of the dorsal oblique muscle should be taken into
account when performing analyses of this muscle and investigating
the significance of the fiber types it contains.
Keywords: extraocular muscles, dorsal oblique muscle,
fibers, dog.
INTRODUCCIÓN
Los músculos extraoculares (figura 1), conocidos
también como músculos oculomotores o del globo
ocular, son los encargados de controlar el movimiento del
ojo. Son cuatro músculos rectos que
mueven el ojo hacia arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda;
dos músculos oblicuos que rotan el globo
ocular en torno del eje
visual y un músculo retractor que tiene la capacidad de
retraer el ojo.
Estos músculos, que son estriados
esqueléticos, presentan características especiales
que los hacen sensiblemente diferentes a los restantes
músculos estriados esqueléticos del organismo. Son
los de contracción más rápida del cuerpo
(Cooper y Eccles 1930), ya que están integrados de forma
mayoritaria por unidades motoras de contracción
rápida (Close y Luft 1973), donde cada neurona inerva
a un número muy escaso de fibras, llegando la
proporción entre fibra nerviosa y muscular a ser muy alta,
alcanzando incluso la relación 1/1 (Sarnat 1983). Tienen
una gran variación en el tamaño de sus fibras, y
una respuesta patológica muy limitada (Ringel y col
1978).
La unidad funcional del tejido muscular es la fibra
muscular (miocito), que es una célula
multinucleada, de gran tamaño y que tiene la capacidad de
contraerse y así lograr un acortamiento en su longitud.
Para clasificar las fibras de los músculos extraoculares
se emplean diversos sistemas: uno
obedece al tamaño y apariencia que presentan a diferentes
técnicas histológicas; otro
atendiendo al tipo de inervación y otro basado en la
técnica de m-ATPasa y según parámetros
empleados usualmente para el músculo esquelético
apendicular (Floquet y col 1990, Gueritaud y col 1987, Galisteo y
col 1994).
FIGURA 1. Músculos del ojo visto desde |
Extraocular muscles shown from behind the ocular |
Todos estos estudios se han llevado a cabo en el hombre
(Ringel y col 1978, Floquet y col 1990), en primates (Durston
1974), en la rata (Hanson y Lennerstrand 1977), en el gato
(Hanson y Lennerstrand 1977, Gueritaud y col 1986), en la oveja
(Harker 1972, Browne 1976), palomas (McVean y col 1987) y algunos
peces
(Witalinski y Labuda 1982). En el perro, únicamente
Galisteo y col (1994) analizaron las características
histoquímicas de algunos músculos extraoculares
dependientes de los nervios oculomotor y abducente.
Con la m-ATPasa ácida a pH 4,6 se distinguen dos
tipos de fibras en el musculus obliquus
dorsalis, unas oscuras (tipo I) y otras claras (tipo
II). Las fibras de tipo I tienen características
estructurales y bioquímicas adecuadas para resistir la
fatiga, son fibras de contracción lenta, pequeño
tamaño, muy capilarizadas, ricas en mioglobina y
mitocondrias y con alto contenido de enzimas
oxidativas. Todo ello las faculta para rendir una alta tasa
energética desde rutas aeróbicas, utilizando
substratos extracelulares (glucosa y
ácidos
grasos libres en sangre), lo que
justifica su capacidad de resistencia a la
fatiga. La contracción secuenciada y alternativa,
fundamentalmente de este tipo de fibras, origina el
característico tono muscular que poseen los
músculos cuando están en reposo.
Las fibras de tipo
II son de contracción rápida y explosiva,
con abundantes miofilamentos, más adecuadas para
ejercicios de corta duración y alta intensidad. Su
producción energética se opera por
rutas anaeróbicas, utilizando combustibles intracelulares.
Tienen un potencial más alto de rendimiento y un mayor
consumo, por
lo que su fatiga se produce más rápidamente y la
resistencia está limitada.
Con estas premisas, este trabajo pretende describir las
características morfológicas y morfométricas
(número, diámetro, área y densidad) de las
fibras del músculo extraocular oblicuo dorsal del perro,
implicado en la rotación y junto al músculo oblicuo
ventral en la estabilización del globo ocular respecto al
eje visual.
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