De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución
Artículo reproducido con |
- Introducción
- I. El escenario: La
ética de la vida en la cultura
occidental - II.
Primer acto: Revolución liberal y gestión del
cuerpo - III.
Segundo acto: Justicia social y distribución equitativa
de recursos en salud - IV. Tercer
acto: Globalización, medio ambiente y futuras
generaciones - Conclusión:
Por una sociedad deliberativa - Referencias
Resumen: Los seres humanos son
respetables porque son seres humanos, no porque tengan los mismos
valores o
compartan las mismas creencias. Una nueva generación de
derechos
humanos conlleva necesariamente a un nuevo proceso de
legitimación de las instituciones
políticas. Es el tema de "democracia y
bioética". La vida se encuentra amenazada y
de ahí emerge la importancia de elaborar una nueva tabla
de derechos humanos,
los derechos ecológicos y del medio
ambiente, los derechos de las colectividades y los derechos
de las futuras generaciones. Los nuevos derechos son globales y
por tanto exigen un nuevo tipo de democracia, la llamada
democracia global la cual debe ser deliberativa. La
bioética es en esencia deliberación y, en ese
sentido, debe hacer escuela. La
democracia deliberativa podrá ser algún día
realidad en la medida que se instale en la sociedad la
confrontación plural de ideas.
Palabras clave: Bioética, derechos humanos,
democracia, globalización,
deliberación
Abstract: Human Beings are respectable because
they are Human Beings; not because they have the same worth or
share the same beliefs. A new generation of human rights
necessitates a new process of legitimization of political
institutions. This is the essence of "Democracy and Bioethics".
Life as we know it is under threat and from there emerges the
importance of formulating a new table of human rights; ecological
and environmental rights; the rights of different groups within
society and the rights of future generations. These new rights
are global and therefore demand a new type of democracy; it is
this call for a global democracy, which must be discussed.
Bioethics, in essence is a process of deliberation and discussion
and therefore it is fitting that bioethics should provide the
arena for discussion. It is important to realize that one day,
deliberative democracy could be the reality, and be responsible
for establishing a debate which
reflects the diversity of ideas within society.
Keywords: Bioethics, human rights, democracy,
globalization, deliberation
Resumo: Os seres humanos merecem respeito por sua
condição intrínseca e não porque
tenham os mesmos valores ou compartam as mesmas crenças.
Uma nova geração de direitos humanos conduz
necessariamente a novo processo de legitimação das
instituições políticas. Esse é o tema
da "democracia e bioética". A vida encontrase
ameaçada, o que faz emergir a importância em
elaborar nova carta de direitos
humanos, os direitos ecológicos e do meio ambiente, os
direitos das coletividades e os direitos das futuras
gerações. Esses novos direitos são globais
e, portanto, exigem novo modelo de
democracia, a chamada democracia global que é
necessariamente deliberativa. A bioética é, em
essência, deliberação e, nesse sentido pode
ser guia dessa transformação. A democracia
deliberativa poderá
ser realidade algum dia na medida em que se instaure na sociedade
a confrontação de idéias plurais.
Palavras chave: Bioética, direitos humanos,
democracia, globalização,
deliberação
Introducción
La bioética es un movimiento muy
reciente: tiene apenas treinta años de vida. A lo largo de
ellos, y con una periodicidad que viene a coincidir con la
década, ha ido enfrentando diferentes cuestiones, hasta el
punto de que puede hablarse de tres generaciones de problemas, la
de los años setenta, la de los ochenta y la de los
noventa. Por eso cabe ver el desarrollo de
la bioética como una pieza teatral, con un escenario y
tres actos, correspondientes a las tres fases por las que ha ido
pasando en su desarrollo. De ahí que mi exposición
vaya a constar de cuatro partes:
• Primero, el escenario sobre el que hay que situar
este movimiento y desde el que adquiere sentido
• Segundo, los problemas propios de la primera
década, el movimiento de autogestión del cuerpo y
el principio de autonomía.
• En tercer lugar, los problemas bioéticos
de segunda generación: las cuestiones relacionadas con la
economía,
la distribución de recursos y el
principio de justicia.
• Y finalmente veremos la tercera generación
de problemas bioéticos, todos los relacionados con el
fenómeno de la
globalización, la protección del medio ambiente
y los derechos de futuras generaciones
Como conclusión, intentaré resaltar la
importancia que tiene para la sociedad civil
la
educación en los procedimientos
deliberativos.
I. El escenario: La ética de
la vida en la cultura
occidental
El sentido del término bioética viene
determinado por las dos palabras griegas que entran en su
composición, bíos, vida, y
éthos, costumbre. Etimológicamente, el
término bioética sirve para designar las costumbres
que tienen que ver con la vida o el cuidado de la vida. Puede
entenderse el término de un segundo modo, dando a sus
raíces un sentido más científico.
Así, la raíz bíos vendría a
designar las ciencias de la
vida, y la raíz éthos la ciencia de
las costumbres, la ética. De este modo, la bioética
sería la parte de la ética que analiza los
problemas planteados por las ciencias de la vida, hoy tan
acuciantes.
Como puede suponerse, no hay una sola definición
del término bioética. Cada grupo lo
entiende de un modo distinto, o lo dota de un contenido
diferente. Así, por ejemplo, para ciertos autores la
bioética debe definirse como la ética de la vida,
entendiendo por tal la disciplina que
se ocupa de recordar a los seres humanos los deberes sacrosantos
que tenemos con la vida, ante el olvido o la negligencia que,
según ellos, se produce en este campo. Éstos suelen
poner como santo y seña de todo el movimiento, el lema de
la "santidad de la vida" o de la "inviolabilidad de la vida
humana." Otros, por el contrario, consideran que su objetivo
principal es la "calidad de
vida", y no la defensa a ultranza de la vida.
Yo no voy a seguir ninguno de esos procedimientos.
Pienso que lo más correcto es proceder
históricamente, analizando el modo cómo la cultura
occidental ha gestionado sus deberes morales para con la vida a
lo largo de toda su historia, a fin de que luego
veamos las novedades que la bioética ha intentado
introducir en este campo y las razones que le han movido a
ello.
Nadie pone en duda, ni ha puesto nunca, que la vida es
un valor muy
importante y que la preservación o conservación de
la vida es una obligación moral
primaria. Más aún, habría que decir que se
ha considerado como un valor y un deber de tal importancia, que
se ha protegido de una forma que hoy nos parece extrema. Esta
forma extrema consiste no sólo en considerar que hay
conductas contra la vida que son inmorales y deben ser castigadas
con el procedimiento
más coactivo que las sociedades
tienen, el derecho penal,
sino que, además de eso, sin llegar a tales extremos, se
ha considerado que los individuos no son quiénes para
gestionar su cuerpo y su vida, y que las decisiones sobre ellos
deben de tomarlas ciertas personas especialmente cualificadas,
como son los médicos o los sacerdotes. Esto es lo que hoy
se conoce con el nombre de paternalismo. La gestión
tradicional de nuestros deberes para con el cuerpo y la vida ha
sido paternalista. ¿Qué quiere decir esto
más exactamente?
El paternalismo médico es la teoría
que afirma que la gestión del cuerpo del paciente no puede
hacerla el propio paciente sino otra persona
especialmente cualificada para ello, el médico. No ha sido
el único tipo de paternalismo que se ha dado en la cultura
occidental. Como principio genérico cabe decir que en ella
todas las relaciones sociales importantes se han establecido
conforme a ese modelo vertical o paternalista. Los ciudadanos no
eran quiénes para intervenir en el gobierno y
gestionar la cosa pública, razón por la cual la
relación de los gobernantes con sus súbditos era
paternalista, en el mejor de los casos, o tiránica, en el
peor de ellos. En la época que eufemísticamente se
conoce en historia con el nombre de "despotismo ilustrado" se
decía aquello de "todo para el pueblo pero sin el pueblo".
Esa frase es la quintaesencia de la política
paternalista. Y lo mismo cabe decir de todas las demás
relaciones sociales, como por ejemplo las de pareja o las que
establecen los padres con sus hijos. Éste es el
telón de fondo que era necesario tener presente para
entender el desarrollo de la bioética. La tesis
básica de este telón de fondo es que la
gestión del cuerpo, de la sexualidad, de
la vida y de la muerte, le
ha estado vedada
al individuo
durante siglos y siglos, quedando a cargo de personas
especialmente cualificadas, médicos, gobernantes,
sacerdotes, jueces, etc.
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