Ecología y evolución de hantavirus en el Cono Sur de América (página 3)
PATOGENIA
El roedor huésped una vez infectado, secreta y
elimina el virus por
prolongados períodos probablemente durante toda su vida.
(Mc Caughey y Hart, 2000).
Al parecer la presencia del virus en el huésped
no provoca ninguna desventaja en su sobrevivencia ni de
ningún efecto perjudicial o de adecuación
reproductiva. Así, infecciones experimentales con virus SN
en Peromyscus maniculatus no afectaron la función
respiratoria aun bajo condiciones de baja presión
atmosférica (O'Connors y col., 1997). Sin embargo, existen
informes que
han sido controvertidos ya que autores han señalado
cambios histopatológicos asociados a la infección
en Peromyscus leucopus con virus NY (presencia de células
monucleares y edema del septum alveolar) como parte de un posible
modelo animal
(Lyubsky y col., 1996) y en Peromyscus maniculatus (Netski y
col., 1999).
El hombre y
animales
diferentes al reservorio natural son huéspedes
incidentales (camino sin salida) y sin ninguna importancia en la
transmisión o evolución de los hantavirus (Mc Caughey y
Hart, 2000).
La disfunción vascular parece ser el principal
daño
que desencadena tanto en la FHSR como en el SPH derivado de la
interacción con la beta- 3- integrinas que
regulan la permeabilidad vascular y la función de las
plaquetas (McCaughey y Hart, 2000). Los principales cambios
histopatológicos encontrados en el SPH son seudo
neumonitis intersticial con congestión, edema con
características de trasudado e infiltración celular
de mononucleares con áreas de formación de membrana
hialina en un epitelio respiratorio intacto (Zaki y col., 1995).
El rol de la respuesta inmune celular en la infección de
hantavirus es compleja. Los hantavirus infectan las
células sin causar ningún efecto citopático
directo, gran número de linfocitos infiltrados se
encontraron en biopsias de pacientes de FHRS y de SPH,
además de una gran respuesta inflamatoria con
células efectoras activadas y niveles altos de citoquinas,
por lo que se ha sugerido que la respuesta inmune celular
está involucrada en la patogénesis de la enfermedad
(Kanerva y col., 1998). Por otro lado, la respuesta inmune
celular también parece ser importante para la
protección y eliminación de la infección
viral, como fue observado en animales. La clarificación de
esta paradoja, importante para el tratamiento, como para las
medidas preventivas, requiere aun entender los mecanismos que
operan en la respuesta protectiva y en la respuesta
patológica.
Los estudios de seroprevalencia en Sudamérica
mostraron porcentajes mayores que los encontrados en
Norteamérica y la presencia de poblaciones nativas con
alta seroprevalencia que alcanzó en algunos casos al 40%
(Ferrer y col., 1998). Otros aspectos importantes de la
infección por hantavirus en América
del sur son la presencia de un mayor compromiso renal y
manifestaciones hemorrágicas, las que se observan
más frecuentemente (Schmaljhon y Hjelle, 1997).
Una de las características propias del virus AND,
y también informada para el virus Maporal de roedores de
Venezuela, es
su capacidad de producir la muerte en
hamsters, los que desarrollan una enfermedad
histopatológicamente similar a la del humano (Hooper y
col., 2001), diferenciándose marcadamente de otros
hantavirus, y posiblemente estas características
jugarían un rol crucial en la transmisión
interhumana.
DIAGNÓSTICO
La principal herramienta diagnóstica es la prueba
serológica. Prueba de ELISA (Enzymelinked- inmunoabsorbent
assay) con antígeno recombinante u originario han sido
desarrollados en una variedad de ensayos en
formatos que incluyen captura para detección de los
anticuerpos IgG y de IgM usando nucleocapside de proteínas
de diferentes hantavirus (virus SN en Norteamérica,
Feldmann y col., 1993), y AND en Sudamerica) (Padula y col.,
2000a). La prueba de Elisa -IgG se ha adaptado para ser ejecutada
en terreno utilizando como antígeno proteínas de la
nucleocapside del virus Andes y en la detección de la
unión antigeno anticuerpo correspondió a una anti
-IgG Peromyscus leucopus y Anti Rat conjugada con peroxidasa
(Edelstein, 2003) El uso del ensayo de
tiras de diagnóstico inmunoblot (Western blot) con
nucleoproteina del virus SN cuyo sistema de
detección de la unión antígeno anticuerpo
utiliza un anti IgG Peromyscus leucopus conjugada con fosfatasa.
Es un método
rápido para la prueba de anticuerpo para virus SN que
puede ser utilizada en terreno y podría ser aplicada para
otros virus (Hjelle y col., 1997). Ambos métodos se
han utilizado para capturar roedores seropositivos vivos para la
realización de experimentos de
transmisión roedor a roedor en un bioterio natural
construido siguiendo las indicaciones de Botten y col., 2001,
pero adaptadas a las condiciones climáticas lluviosas del
sur de Chile (Padula y col., en prensa). La
experiencia adquirida en dicho trabajo
durante tres años permite asegurar, que el Elisa
modificado para terreno tiene mayores ventajas sobre el Western
blot. En primer lugar se obtienen resultados sólo
después de 3.5 horas, sin requerimiento de energía
eléctrica, en cambio, el
Western blot necesita entre 6 a 7 horas y además
energía eléctrica para hacer funcionar un rotor de
agitación. Se realizaron contramuestras de todas las
muestras realizadas en terreno (460) en el Laboratorio de
Referencia de la Universidad
Austral de Chile con un 100% de coincidencia en los resultados,
validándose la técnica para ser utilizada en
cualquier investigación con población de roedores (Navarrete y col.,
2002). Una importante y sensitiva prueba se ha desarrollado para
detectar la infección en suero de roedor en el terreno
mediante un inmunosensor amperométrico que utiliza
inmunoelectrodos con resultados iniciales prometedores (Vetcha y
col., 2002).
Otro método utilizado ampliamente dentro de las
pruebas
serológicas ha sido la inmunoflorecencia indirecta con
virus originarios crecidos en células Vero E6 (Lee y col.,
1978). Para la detección del virus y su
caracterización, la técnica de mayor utilidad es la
reacción en cadena de la polimerasa previa
transcripción reversa (RT- PCR), la cual es altamente
sensitiva y especifica (Nichol y col., 1993) por el poder que la
aproximación molecular le otorga al diagnóstico
viral (Mc Caughey y Hart, 2000).
El RNA viral es regularmente detectado en pacientes
agudos hasta el día 35 después del inicio de los
síntomas en sangres u órganos. Una región
suficientemente conservada de la nucleoproteina N y una
región que codifica para la glicoproteina G2 del segmento
viral M son las que rutinariamente se amplifican por
técnica de RTPCR para la detección genómica
viral en sangre de
pacientes con SPH, así como en órganos de roedores.
La amplificación del segmento genómico S, es decir,
la nucleoproteína permite conocer si se trata de
hantavirus y la amplificación de G2 brinda una primera y
rápida caracterización para conocer el origen o la
confirmación geográfica del sitio de
infección. Sin embargo, la caracterización de al
menos los segmentos genómicos S y M completos se hace
necesario para el completo entendimiento de las propiedades
genéticas de un virus, las que a su vez permiten
relacionar las propiedades biológicas distintivas
asociadas (Padula y col., 2002b).
En estudios de contactos se reciben normalmente muestras
antes del comienzo de los síntomas y durante un estudio se
logró amplificar RNA viral en muestras de 7 días
previos al inicio de la enfermedad es decir durante el
período de incubación viral (Padula y col.,
2000a).
Sin embargo, no se logró amplificar genoma viral
en muestras de 10 y 26 días previos a la enfermedad. Estos
resultados demuestran que esta poderosa tecnología puede ser
utilizada para decidir tempranamente terapias antivirales. Para
este fin es necesario recordar la importancia de la calidad de la
muestra,
especialmente en el cumplimiento de la cadena de frío, en
el transporte y
la utilización de tubos nuevos y estériles para la
toma de la muestra dada la labilidad de la molécula de
RNA.
En muestras de roedores, los mismos fragmentos
genómicos mencionados anteriormente son rutinariamente
amplificados en los animales con serología positiva, con
el fin de caracterizar el virus circulante. En algunos de los
roedores aunque serológicamente negativos, puede
amplificarse RNA viral por estar en el período agudo de la
infección y tener virus circulante (Suarez y col.,
2003).*
PREVENCION Y CONTROL DE
ROEDORES
Las características de la enfermedad SPH y el
mayor conocimiento
que se ha logrado han alertado a los organismos responsables de
la salud
pública sobre la necesidad de campañas de
prevención que se sustentan en medidas básicas de
limpieza e higiene, dado que
se conoce que los hantavirus son virus envueltos susceptibles a
la mayoría de los desinfectantes (cloro, detergentes o
desinfectantes hogareños) (Mills y col., 2002). En lugares
cerrados estos virus pueden permanecer viables hasta una semana,
dependiendo de las condiciones del ambiente y
quizás horas a la luz solar
(Schmaljhon y col., 1999). Otro aspecto importante es mantener a
los roedores alejados de los lugares de actividad humana y en
este sentido existen métodos simples y económicos
que han mostrado ser los más efectivos en prevenir la
entrada de los roedores a las viviendas (Glass y col., 1997), lo
que es clave, ya que en un reciente estudio, se demostró
que si los roedores residentes se remueven de una vivienda sin
prevenir la reentrada, casi inmediatamente son reemplazados por
otros del exterior, por lo que simultáneamente es
necesario cerrar el lugar para evitar la reinfestación
(Douglass y col., 2003). Hay que tener presente, sin embargo, que
la erradicación de los huéspedes reservorios de
hantavirus no es posible ni deseable por su importancia en la
funcionalidad de los ecosistemas
naturales.
Hay disponible un extenso y detallado documento con
recomendaciones para la prevención de la enfermedad por
hantavirus que fue publicado recientemente por el CDC y puede ser
consultado libremente en Internet**.
Las medidas más efectivas de evitar la enfermedad
por hantavirus es evitar el contacto del hombre con los roedores
y elementos contaminados con sus fluidos. Un primer paso en tal
dirección es poder predecir cambios en las
abundancias de los reservorios huéspedes de acuerdo a
claves que indiquen estos cambios asociados a perturbaciones
ambientales de duración limitada (Engelthaler y col.,
1999). El aumento de los patrones de precipitaciones derivado del
fenómeno de El Niño desencadenaría la
llamada hipótesis de la cascada trófica en
la cual los eventos
metereológicos afectarían la vegetación y poblaciones de invertebrados
que aumentaría las poblaciones de roedores (Parmenter y
col., 1999) y además tendría un efecto importante
en los depredadores (Jaksic, 2001). Sin duda el efecto de El
Niño altera las condiciones metereológicas a lo
largo de Chile, pero su efecto es mayor en las zonas
áridas y semiáridas del norte y centro, que del sur
del país. En estas zonas existen otras claves ambientales
que están ligadas a fenómenos de semillación
masivos que ocurren en una Bambúcea del género
Chusquea en forma cíclica y que produce importantes
aumentos de roedores huésped del Hantavirus (Murúa
y col., 1996; Murúa y col., 2003).
En conclusión, la emergencia de enfermedades humanas y
animales debe ser analizada en el amplio contexto de factores
ambientales, ecológicos, tecnológicos y hasta
sociológicos, cuyos efectos son primariamente alteraciones
demográficas de huéspedes infectados y
susceptibles. Este complejo conjunto de influencias
interrelaciona con la lotería genética
de mutaciones virales generadas durante la replicación,
las cuales son inevitables e impredecibles.
Además, es imprescindible concientizar la
necesidad de realizar una vigilancia de virus que infectan
asintomáticamente o bien que causan enfermedad aguda o
crónica, incluyendo a la capacidad que estos tienen para
modificar el reconocimiento del receptor y el tropismo celular
del huésped, como prioridad para la prevención de
la emergencia de la enfermedad humana. Al comparar el estado
actual del conocimiento de los hantavirus que más casos
humanos han provocado en Norte América, virus Sin Nombre
(SN), y en el Cono Sur de América, virus Andes (AND), se
pueden establecer diferencias y similitudes. Entre las
diferencias más marcadas está la existencia de
transmisión persona a persona
descrita en Argentina y Chile y la existencia de un mayor
porcentaje de casos de niños
menores de 11 años observada por infección de virus
AND. Además se ha observado diferencia en el mecanismo de
transmisión de la enfermedad entre los roedores
reservorios en que las mordeduras entre machos, se postula en
virus SN y contacto físico derivado de conducta social
de los roedores en virus AND siendo la saliva el principal
vehículo. Finalmente hay claras diferencias en las
células y tejidos
infectados, así células neuronales fueron
detectadas por inmunohistoquímica en infecciones por virus
AND.
Entre las similitudes observadas está la
vía de infección que es la respiratoria por
aerosoles y la mayor infectividad que se observa en ambientes
cerrados (cabañas de veraneo, graneros, bodegas) oscuros.
Ambas pueden infectar por derrame (spill-over) a otras especies
de roedores que coexisten en el hábitat.
Se requieren más datos sobre la
geografía,
ecología y
evolución de los diferentes reservorios primarios para
clarificar el estado
taxonómico de los diferentes linajes de virus junto con
reacciones de neutralización cruzadas entre los distintos
linajes y cepas virales.
NOTAS
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