La necesidad de la Política en un contexto de fragmentación. Un espacio a Reconstruir
Replantear el sentido de la política en tiempos
de debilitamiento de lazos sociales y de sus fundamentos
simbólicos, arrinconada por la lógica
de un mercado del
cuál sólo se puede esperar retos, pero no objetivos, la
política a quedado reducida a la
administración de lo cotidiano, abandonando con esto
su meta de orientar los procesos
sociales de transformación y es así como su
referencia al orden colectivo se transforma el
estéril.
La nueva función de
la política debería estar encaminada a generar la
necesariedad de la gente para la gente, en momentos que el
valor
intrínseco de la misma se ve constantemente devaluado por
un medio que la excluye.
Será entonces indispensable la
reconstrucción de mediaciones, nexos entre economía y cultura que
permitan la articulación del "nosotros" como proyecto
histórico.
Toda la Teoría
Política moderna se desarrolla alrededor de la
problemática construcción del consenso. Es así
como los paradigmas
muestran preocupación sobre el tema a la luz de
particulares lecturas que hacen de la sociedad
capitalista. Sus respuestas serán por lo tanto diferentes
porque parten de visiones diferentes de la Sociedad Civil y
del Estado. Unos
analizan el grado de adaptabilidad del sistema frente a
las tensiones que generan los conflictos,
buscando ahondar en la modelación de las conductas, por
vía de la socialización o del fortalecimiento de las
pautas del sistema cultural(Funcionalismo).
Otros lo abordarán desde la problemática
histórica de los valores y
su correlato en el tema de la legitimidad ( Historicismo) y
finalmente, el Materialismo
Histórico analizará la tensión
estructural a través de las complejas relaciones entre la
clase
fundamental y sectores y/o clases subalternas.
En un escenario democrático, el consenso se
transforma en medio y sustento de las relaciones de poder de una
sociedad conformada por sujetos "distintos ", definidos como
formalmente libres.
El contractualismo moderno nace del cambio de una
concepción general y orgánica de la sociedad, a la
idea de que el punto de partida de todo proyecto social de
liberalización es el individuo con
sus pasiones, con sus intereses, con sus necesidades. Un Estado
de individuos aislados que tienden a unirse en sociedad para
salvar la vida y la libertad.
De esta forma la "sociedad política" es un
proyecto a construir y reconstruir continuamente.
La evolución paralela que experimentaron el
pensamiento
liberal y el ideal democrático encuentra su punto
culminante cuando se instala hegemónicamente en Occidente
el "Estado liberal democrático", siguiendo a Dahl, cuando
se consolida el elemento democrático dando lugar a lo que
él llamó "poliarquía"; al mismo tiempo
capitalista y democrático.
Coincidimos con Offe cuando plantea que la
relación problemática entre capitalismo y
democracia…"
necesaria pero necesariamente modificada"- es estructural y no
coyuntural. Este tipo de relación surge de las diferencias
radicales entre un gobierno que
distribuye poder y estatus en forma relativamente equitativa y
una economía que reparte la propiedad y el
ingreso de manera relativamente inequitativa. " (1)
"Precisamente la falta de opciones sustitutorias e
incluso la irreversibilidad de unas estructuras de
compromiso por las que fue necesario luchar, son las que hoy nos
sitúan ante el dilema de que el capitalismo desarrollado
no pueda vivir sin el Estado
social y, al mismo tiempo, tampoco pueda hacerlo con él."
(2)
Son sociedades en
las que gran parte de las decisiones colectivas son tomadas
mediante negociaciones que culminan en acuerdos, haciendo del
contrato social
un instrumento de gobierno de uso continuo, abandonando su origen
de "hipótesis racional".
En realidad, habría que preguntarse a qué
contrato
social nos estamos refiriendo: Uno en el cual los individuos
contrayentes piden a la sociedad política solamente
protección; o un nuevo contrato social, como se pregunta
Bobbio, en el que se vuelva objeto de contratación
algún principio de justicia
distributiva.
Todas estas teorías
de larga trayectoria se sustentan en supuestos
comunes:
–El desarrollo y
valorización de la política como práctica
universalizadora.
–La construcción del escenario de
lo público –La creación de un
imaginario colectivo que contiene y redefine la diferencia del
mercado, posibilitando el "nosotros", instancia de
comunión entre el hombre
libre del mercado y el ciudadano igualitario de lo
público. Todo esto viabilizado por una amplia red de Instituciones que contienen y articula la
participación y las demandas de la sociedad civil Las
reflexiones postmodernas se presentan como esbozos enfrentados
a los conceptos de sistema y totalidad. Por ello sus
producciones se exhiben en forma de enfoques específicos
a ciertas cuestiones de la realidad social conformando en su
conjunto un gran mosaico, sin lograr superar la instancia de la
particularidad, especificidad de lo microsocial.
En lo social surgen nuevas visiones del concepto de lo
individual acompañadas con visiones
apocalípticas.
En la postmodernidad
parece surgir un individuo que vive en apatía selectiva y
ausente de un compromiso respecto de los otros. Se renuncia al
pasado y al futuro, se vive al día en busca, casi
exclusiva, de la satisfacción emocional. El contenido del
mensaje se hace secundario y se codifica en fórmulas y
signos
binarios los conocimientos. Los medios de
comunicación se constituyen como única ventana
a la realidad mostrándonos un mundo de "miradas fugaces"
donde se muestran muchas sin especificar los contextos. Nada
impulsa a la acción.
Los precursores de la postmodernidad redefinieron las
épocas y rupturas de la modernidad. Los
postestructuralistas se volvieron en contra de las teorías
radicales sobre todo contra el marxismo.
Comienza la esterilización de la política y con
ello la reclusión a lo privado. Todo esto sobre el
suelo del
consumismo volviendo a constituirse el mercado como el
único espacio que abarca a todos.
La consistencia ideológica dejó de ser una
virtud. Siguiendo a Féher podríamos decir que
la ciencia
empezó a disfrazarse de arte. Esto no
necesariamente incrementó las posibilidades del arte y de
la ciencia. Es
decir, "mal arte a la ciencia magra". La vaguedad de los problemas
políticos es un gran peligro del postmodernismo. Amenaza
con un rápido vaciamiento de los símbolos de los que se ha
abusado.
Ahora bien, mucho ha cambiado de la visión de la
ciencia de la sociedad y de la cultura. Pero esto ¿Llega a
suponer la dilusión de los conflictos básicos del
capitalismo como la relación economía
política, la cuestión de la centralidad del
Estado, la legitimidad y el orden, la configuración de los
colectivos?
Siguiendo a Von Beyme, seis rasgos parecen caracterizar
especialmente el pensamiento de la postmodernidad:
1 – La revolución del concepto de tiempo y la
conciencia
de vivir en una etapa de transformación
histórica.
2 – La acentuación de la irreligiosidad de la
modernidad.
3 – La distancia irónica y el placer por lo
lúdico.
4 – La aceptación de la sociedad de consumo
posindustrial.
5 – El abandono del concepto de sociedad.
6 – El rechazo de una relación instrumental con
la naturaleza.
El pensamiento fragmentado de la postmodernidad, opuesta
a las teorías integradas, decreta la pérdida por
parte de la política de su importancia central. Por lo
tanto no puede producir una teoría general. Se avanza
sobre algunos puntos como:
1 – Desustancialización del poder.
2 – Profundización en la crítica a las tecnocracias.
3 – Profundización del concepto de
pluralismo.
4 – Fin de la Revolución.
5 – Revalorización de las
minorías.
6 – Fin de las teorías de
legitimidad.
Lo que sí es indiscutible es que el capitalismo
sigue siendo el fundamento de la sociedad posmoderna y por tanto,
más allá de las sustanciales diferencias de la
"globalización económica" desde el
punto de vista político, en principio, pareciera subsistir
iguales o mayores urgencias a la hora de resolver los
múltiples conflictos característicos de una
sociedad de "distintos", donde las relaciones de poder y la
consiguiente búsqueda del sentido del orden siguen siendo
condición de su reproducción.
La postmodernidad se nos presentan como una
superación de la modernidad.
En el campo de la ciencia y especialmente de las
teorías políticas,
rara vez se confía únicamente en el mercado, la
historia ha
demostrado que difícilmente se pueda decretar la muerte de
un paradigma o la
superación de una teoría ya que ésta frente
a tal afirmación experimenta un renacimiento como
demuestran numerosos neo-movimientos.
La tendencia acerca de la internacionalización de
la actividad teórica pareciera indicar una
disminución de las influencias de las necesidades
teóricas nacionales. La universalización de las
formas democráticas occidentales reduce la demanda
ideológica de teorías especiales.
Los desafíos presentes y futuros de la
política real son y serán probablemente de otra
naturaleza: catástrofes, oleadas migratorias de gran
magnitud, colapsos económicos, etc …
Hay acuerdo con los enfoques posteriores a la modernidad
en que ya no es posible transmitir un consenso desde arriba. La
cuestión de la legitimidad vuelve a presentarse como
desafío. Las nuevas teorías del consenso de la
"legitimidad por el procedimiento"
deberán ser capaces de hipotetizar para suscitar consenso
en el ámbito de lo normativo, y esto presupone, a nuestro
entender, poner en cuestión la "la ingenua
afirmación" del fin de las ideologías.
Cuando comenzamos a trabajar la conflictividad de la
relación entre lo público y lo privado
presuponíamos que esta radicaba en el avance de la esfera
privada sobre la esfera pública, es decir, parecía
haber cierto recorte de la esfera pública frente al
fortalecimiento de la esfera privada, sumando a esto un
descreimiento el la eficiencia del
hacer de la clase política.
Esta lectura se
mostró errónea a la luz de los resultados del
trabajo
"Visión de ciudadanía y participación de los
jóvenes rosarinos en el contexto de crisis
paradigmática y dilución de sentidos", según
el cual el ámbito de lo privado se mostró no
efectivo al momento de resolver los conflictos personales,
acompañado de una alta adhesión a los valores
democráticos que mostraban una indiscutida constitución del espacio
público.
En su oportunidad esto no fue tomado en términos
de contradicción, sino que fue evaluado como un corte
importante que merecía su estudio en función de
descubrir ejes articuladores, recursos y/o
representaciones simbólicas de los jóvenes
rosarinos en el espacio de la sociedad civil. Lo privado
más que ineficiente se mostró desvanecido dejando a
los espacios de lo personal y lo
universal sin recursos para cohesión y
reproducción.
Ya que el capitalismo exige para su reproducción
la estructuración de un campo simbólico que le
permita la articulación del nosotros como proyecto
histórico y en constante redefinición, el espacio
de lo político fue la instancia para la
construcción de dichas representaciones. En la actualidad
el mismo estaría invalidado por el debilitamiento de
aquellos nexos que eran condición de reproducción y
por lo tanto de viabilidad. El América
Latina a diferencia del resto de Occidente, el proceso de
reestructuración económica, en el marco de la
globalización no se desarrolló el un escenario
avanzado sino que coincidió con un camino de
transición democrática. Al decir de Offe … "la
democracia sufre bajo un segundo fenómeno que es el de la
absoluta hegemonía de las políticas neoliberales
que abre las fronteras entre los países y traen
consecuencias sociales muy graves, porqué de alguna manera
lo que esta globalización ha logrado es que la
política se declare incapaz de responsabilidades: si todo
es resultado de fuerzas económicas en el mercado mundial,
¿Qué responsabilidad le compete al político?"
(3)
Se plantean como contradictorios los valores seguridad y
eficiencia. En este nuevo régimen el valor privilegiado es
la eficiencia haciendo de la inseguridad el
terreno natural de la vida cotidiana del individuo.
Al decir de Lo Vuolo, este tema merece ser estudiado ya
que se evidencian al menos dos contradicciones: "por un lado, el
nuevo modelo reclama
la máxima seguridad para el capital
financiero y para el capital físico, lo que se llama
seguridad jurídica. Pero para el capital humano
reclama incertidumbre. La segunda contradicción es
ésta: se supone que hemos progresado en términos de
tener más recursos disponibles y de tener una
formación humana y axiológica mejor que en el
pasado. Sin embargo, no podemos poner toda esta tecnología al
servicio de la
gente". (4) Esta situación obligó al individuo a
recluirse a lo intimo, generando la fragmentación del
vínculo social y un recelo hacia el otro. Desde una
visión de lo político como encuentro del nosotros
colectivo, se acordará que en la tríada de lo
universal, lo común y lo personal, el espacio de lo
común, de lo privado (es decir el espacio de la
concreción de la comunidad y su
organización en sociedad basado en la
solidaridad) es
el espacio de producción axiológica y por lo tanto
condición para la contextualización de lo universal
y de lo personal: lo personal sin lo común no tiene
proyección, lo universal sin lo común no puede
reproducirse.
Tal reproducción estaría orientada a
reconocer las nuevas vías de reconstrucción del
espacio de lo común.
Esto presupone tener que repensar el sentido de la
política ya que la misma está acotada a la
lógica del mercado, el cual solo puede plantear retos pero
no objetivos. La política sólo se queda con el
manejo de lo contingente, abandonando con esto su meta de
conducir los procesos sociales. Su referencia al orden colectivo
se transforma en estéril.
La nueva función de la política
debería estar orientada a generar la necesariedad de la
gente para la gente. Ya que el valor intrínseco de la
misma se ve constantemente devaluado por un medio que la
excluye.
Será entonces necesario la reconstrucción
de mediaciones, nexos entre economía y cultura, el universo
tecnológico, el mundo financiero, los mercados y
fundamentalmente el ámbito de las identidades, creencias y
comunidades.
Según Lechner " hay una crisis de los mapas
políticos ideológicos que impediría
estructurar los intereses y valores, preferencias y miedos de los
ciudadanos en identidades colectivas. Dicha crisis de
representación tiene por consecuencia la ausencia de
elementos ordenadores de los procesos sociales". Es el este
sentido que nosotros hablamos de desvanecimiento de la esfera
privada y la dilución del nosotros colectivo.
(5)
"El actual clima cultural es
ciertamente poco propicio para la política. Nos
encontramos en un período de transición,
caracterizado por la ambivalencia .
La idea clásica de la democracia presupone una
comunidad de valores y creencias compartidas que la actual
fragmentación pone en entre dicho".
Si bien esto supone una reestructuración de los
partidos
políticos dentro de la esfera pública,
también requiere un proceso de desburocratización y
transparencia de las distintas distancias de articulación
que han subsistido para lograr el fortalecimiento de la sociedad
civil actual. Es interesante repensar el planteo que Bobbio nos
hace a la luz de los acontecimientos de Italia:…"se
trata de ver si desde una misma concepción individualista
de la sociedad, que es irrenunciable y utilizando los mismos
instrumentos seamos capaces de contraponer al neocontractualismo
de los liberales, un proyecto de contrato social diferente, que
incluya entre sus cláusulas un principio de justicia
distributiva y por tanto sea compatible con la tradición
teórica y práctica del socialismo".
(6)
ÍNDICE DE CITAS
- Claus Offe " Las paradojas y los dilemas de la
democracia liberal ".Revista
Internacional de Filosofía Política.
N0 6 1995 Pág. 16. - Jürgen Habermas " Escritos Políticos"
Ediciones Península. Barcelona 1988 Pág.
124. - Claus Offe " Las democracias están el peligro"
Diario Clarín 10/9/95 Rubén Lo Vuolo " Es
evidente un dekiberado proceso de división social "
Diario Clarín 12/7/98. - Norberto Lechner " La democracia entre la
Utopía y el realismo"
Revista Internacional de Filosofía Política
N0 6 1995. - Norberto Bobbio " El futuro de la Democracia" Fondo
de Cultura Económico. Pág. 100.
·
Primera Jornadas de Teoría y Filosofía
Política 21 al 22 de agosto 1998 – Facultad de Ciencias
Sociales
Ponentes: Lic. Alicia Acquarone Lic.
Silvina Caleri Lic. Silvia Gómez Lic. Guillermo
Molina
Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales. UNR
Riobamba y Beruti, Monoblok N 1
CUR. 2000 Rosario. SF. Te: (041) 808521- 808522- 851857-FAX:
(041)808520
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Gómez Lic. Guillermo Molina