- I. Introducción
coloquial - II. ¿hacia
qué tipo de sociedad podemos
caminar? - III. Hipótesis
sobre la revolución del saber-poder: del
saber-información-poder al
saber-conocimiento-poder - IV. Hacia una sociedad
del diálogo - V. Epílogo a modo
de conclusión - Textos en
línea
ABSTRACT
Una Sociedad
basada en el diálogo supone romper con toda una dinámica de la mentira y la
manipulación. Se exponen algunas ideas que consideramos
fundamentales para el establecimiento de una sociedad del
diálogo.
Palabras clave:
· comunicación
· crítica
· democratización
· educación
· libertad
I. INTRODUCCIÓN
COLOQUIAL.
Dialogando con un amigo le decía yo:
–Antiguamente se entendía que la mentira
era decir A cuando realmente estabas pensando B, esto se basaba
en la idea de que el que escucha va a creer lo que se dice.
Pero eso dejó de funcionar en el momento en el que, el
que escucha, partiendo del malpensado dicho popular "piensa mal
y acertarás" y del convencimiento generalizado de que
todo el mundo es embustero, dejó de creer lo que se
decía, A, y así podía averiguar que la
verdad que se ocultaba era B. De esta forma la cuestión
se tornó mucho más retorcida. Ahora hemos llegado
a un momento realmente complicado para la
comunicación humana. En la actualidad, cuando X dice
algo, como sabe que el que escucha, Y, piensa de inmediato que
si X ha dicho A es porque quiere ocultar B; entonces, para
engañar a Y, X tiene que decir un A elaborado de tal
forma que el que escucha, Y, crea que X piensa B, cuando lo que
realmente X está pensando es C.
Mi amigo, ante mi sorpresa, no sólo siguió
atento y comprendió absolutamente bien el
galimatías que yo creía que le proponía; si
no que, en lugar de como yo había esperado, esto es, tener
que repetirlo dos o tres veces –como creo que le
habrá pasado al paciente lector que haya llegado hasta
aquí– dijo de inmediato riéndose:
–¡Qué ingenuo eres!
Lo último que podía sospechar era ser
tildado de ingenuo, después de tamaño y
alambicado embrollo, pensé yo. Ante mi sorpresa mi amigo
prosiguió.
– La realidad actual aún es más
compleja.
– ¿Más aún? –
conteste perplejo.
– Mucho más, pero te lo explicaré
con un ejemplo bien sencillo de comprender y evitaré
meterme en el berenjenal lógico de variables y
constantes formales en que tú te has metido. Con un
ejemplo de economía lo
verás todo muy claro, aunque la situación que
describo es más compleja. Antiguamente los empresarios
llevaban lo que se dio en llamar la doble contabilidad. Una la real y la otra para
poder ser
mostrada al Fisco, empleados, etc. Esa era la forma simple de
mentir digamos "a la antigua". Después aparece lo que
tú planteas, que hay una triple contabilidad, una la
real, dos la que se trata con los trabajadores y tres la
mostrada a Hacienda. Esta es la mentira de la democracia
social, la mentira democrática
nacional–civilizada. En la actualidad ya somos europeos
y, casi, internacionales, por lo menos la economía
sí lo es. Es el triunfo de la democracia de mercado y
del liberalismo
económico, y todo es más sutil y mucho más
complejo o, tal vez más simple, depende como se mire.
Simplemente se llevan diferentes contabilidades –
n–contabilidades, que dirías tú–,
esto es, una para los empleados, otra para los sindicatos,
una tercera para el fisco, la cuarta para los accionistas, la
quinta para el consejo de administración, la sexta para las
auditorias,
la séptima para los proveedores,
la octava para los clientes y
así, sucesivamente, según las necesidades que
tengas en cada momento, generas la contabilidad que mejor te
convenga, es lo que se llama ingeniería contable.
– Pues si que es complicado
–exclamé.
– Pues aún no he terminado.
– ¡Ah! ¿No?
– No. Donde reside la auténtica
complejidad del asunto es en que ya no existe el concepto de
mentir, puesto que no existe el hecho de una contabilidad que
sea la real.
– ¿Cómo que no?
– No simplemente ha dejado de existir la
realidad de una contabilidad. Todas son reales dependiendo del
día, lugar, hora y propósito o contertulios con
los que se trate.
– ¿Ha dejado de existir la
realidad?
– No, exactamente sucede al contrario, no
sólo no ha dejado de existir la realidad, sino que todas
son formas de lo real, no compiten entre sí por ser la
auténtica real, reclaman que todas son
reales.
Según algunos filósofos, psicólogos,
sociólogos, etc., parece que el mejor, o peor
–según se mire– de los sueños
posmodernos se ha cumplido. "Ser" es lo que "parece ser
según el contexto" y la pregunta por la esencia es…
ilusión y sinsentido, cualquier texto
sólo adquiere sentido en su contexto.
Si esto es así, parece que consideramos que la
mentira y el engaño, junto con el error y el denominado
"ruido" en
teoría
de la comunicación, forma parte consustancial de
la propia comunicación. Así que, por ejemplo,
educamos a nuestros hijos – a veces por acción
y otras por omisión– en que es normal que los
anuncios engañen y manipulen, o que los políticos
mientan; porque como ya "debe saberse por parte de toda persona adulta
instruida" lo que se pretende es vender. Pues eso…
parece que está justificado el que se mienta y manipule,
ya que, en esa especie de educación social para
la mentira, el consumidor ha de
saber que se trata un anuncio o que se trata de una promesa
electoral. Así, poco a poco, va calando en la sociedad la
cultura del
engaño y la manipulación, hasta el extremo en que
desaparece la ética
– la ética queda para los de infantería, me
dijo un día un profesor de
ética– y sólo prima el ser más listo
que el otro y saber lo de "hecha la ley, hecha la
trampa".
En una sociedad establecida como la expuesta
anteriormente, puede parecer que pretender hablar de
"diálogo" es sencillamente banal y estúpido por lo
inocente, que se tomará en el sentido de tonto. Pero
ocurre lo mismo que cuando pretendemos defender valores tales
como "igualdad
real", "libertad de
hecho" o incluso "democracia participativa". Lo de "fraternidad
universal" ya hasta los franceses se lo callan, puesto que lo que
ahora se lleva no es el "amor" o la
"solidaridad",
sino el ser más "competitivo", "agresivo" y "productivo"
que el otro, el diferente, el extranjero. Pero ¡por Dios!,
sin ser racistas que "eso está mal visto".
II. ¿HACIA QUÉ
TIPO DE SOCIEDAD PODEMOS CAMINAR?
Uno de los retos clave de nuestro Congreso, es
plantearnos si la Sociedad de la Información (SI) fundada e impulsada
por las más modernas Tecnologías de la
Información y Comunicación (TIC) puede
transformarse en una Sociedad del Conocimiento
(SC), cómo y de qué clase.
Nuestro grupo de
trabajo 53
quiere proponer, como una de las ideas clave, un debate sobre
la idea central de qué ha de ser una sociedad del
diálogo, de ahí nuestra propuesta "Hacia una
sociedad del diálogo".
Consideramos que el diálogo es fundamental para
la crítica
constructiva a efectuar sobre la SI, sobre el desarrollo,
implantación y uso de las TIC y los mecanismos de su
posible conversión en la SC.
Todo esto partiendo de determinados supuestos, por
ejemplo, que la SI ha de seguir avanzando y puede depurarse de
problemas y
vicios internos, que la implantación y uso de las TIC
puede ser realmente positivo para las sociedades;
pero consideramos que ello está también en función de
que se pueda establecer un auténtico diálogo en el
seno de la SI, propiciado e impulsado a su vez por las
TIC.
Y una prueba de ello es este Congreso que estamos
realizando.
Pero para todo ello –repetimos– proponemos
que es fundamental revisar la propia concepción del
diálogo. Si el diálogo se asume como
manipulación, y parte de la idea de la mentira
institucionalizada, cae por tierra la
construcción de una SC, como
estuvo–está a punto de caer por tierra todo el
montaje de la SI basado en las TIC, si se sigue convirtiendo la
información en des–información o
manipulación.
Porque hoy en día aún no termina de estar
claro que se hayan cumplido los objetivos que
en su día proponía la SI.
En 1983 la editorial Tecnos junto con la
Fundación para el desarrollo de la función
social de las Comunicaciones (FUNDESCO) publicaron el
libro La
Sociedad de la Información, tres volúmenes
subtitulados ambiciosamente: "Estudio prospectivo de los retos
para la España de
los años 90". Al final del tercer volumen, casi a
modo de conclusiones generales, en el apartado "criterios para el
desarrollo del estudio" Francisco Guijarro, entonces
Director–gerente de
Fundesco, ya advertía:
"… me preguntan qué tenemos en este
país en el momento presente, que nos sirva para
orientarnos sobre lo que puede ser eso que se está
llamando sociedad de la información, yo diría que
no tenemos absolutamente nada…" (AA VV, 1980:
340).
Y continuaba, con sinceridad encomiable, resaltando que
además:
"Estamos intentando, por tanto, pasar de no tener nada
a tener algo. Y hacerlo de forma participativa."… "con
grandes limitaciones y condicionamientos"… porque
todavía no han fraguado las colaboraciones
institucionales"… "la escasez de
dotaciones económicas"… (AA VV, 1980:
341).
Aunque claro:
"Este seminario no
debemos infravalorarlo"… "Creo que podemos seguir
avanzando"… etc., etc. (AA VV, 1980:
341–343).
Así podríamos seguir citándole y
sólo para darnos cuenta que ciertos problemas, por
desgracia, no han cambiado desde 1983, y vienen desde mucho
antes, por lo que podemos pensar que son endémicos, o como
se dice ahora "estructurales", en la propia mentalidad
tradicional de los poderes públicos en
España.
Como vemos el panorama desde nuestro 2004 es realmente
alentador –¡Ayúdame Poliana!–.
Sí, afirmamos que es alentador, puesto que podemos hacer
todo lo que queramos y a plena satisfacción, ya que
prácticamente está todo por hacer y lo hecho,
está casi todo mal.
El 20 de enero de 1978 el Inspector General de Finanzas
envió a Valery Giscard d’Estaing, entonces
Presidente de la República Francesa, el informe de la
"exploración destinada a hacer que prosiga la
reflexión sobre los medios de
conducir la informatización de la sociedad". Es el famoso
informe conocido como de Nora–Minc (NORA–MINC,
1980).
En una cita al frente del apartado denominado
"verificación" en la presentación inicial del
informe se dice contundentemente:
"La informática estalla. Aparecen infinidad
de pequeñas máquinas
eficaces y baratas; podrían ser sinónimo de
libertad. Una técnica elitista cede el paso a una
actividad de masas.
Al mismo tiempo, la
telemática nace del matrimonio de
los ordenadores con las redes de transmisiones.
Esta convergencia culminará mañana con el
advenimiento de los satélites universales, que
canalizarán imágenes, datos y
sonidos." (NORA–MINC, 1980: 30). (Negritas
mías).
También en dicho informe, al final de la
presentación inicial, se advierte:
"Preparar el futuro implica una pedagogía de
la libertad que proscriba las costumbres e
ideologías más arraigadas. Esto supone una
sociedad adulta, que desarrolle su espontaneidad, su movilidad
y su imaginación, aceptando al mismo tiempo las
responsabilidades de la normativa universal." (NORA–MINC,
1980: 26–27). (Negritas
mías).
¿No entra un poco de miedo al leer lo de que hay
que "proscribir las costumbres e ideologías más
arraigadas", cuando hoy se acecha la libertad de la red desde tantos lugares, se
pretende vigilarla buscando tantas justificaciones y se la
controla de facto utilizando tantos medios?
Con respecto a ese control o
regulación de Internet citamos como
muestra
solamente unos hitos singulares. Desde USA recordamos la
Congres Decency Act (1996), declarada inconstitucional por
el Tribunal Supremo Norteamericano, junto a otras acciones
similares posteriores, como la llamada Congres Decency Act
II. Sin salir de este país podemos nombrar otras
acciones menores, pero con la misma intención como la
reciente censura de la
Organización Independiente INDYMEDIA, perteneciente al
IMC, silenciando dos servidores
situados en Gran Bretaña. En la Unión
Europea se aprobó un Plan de Acción
(1998), unas líneas maestras para los miembros con el fin
de promover el uso seguro de
Internet. De este Plan ha derivado
el proyecto de ley
llevado a las Cortes Españolas, la Ley de Servicios de
la Sociedad de la Información, LSSI, en
2001.
Sobre Echelon (RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO:
ECHELON, texto en línea) no nos extenderemos pues
consideramos que nuestros lectores tendrán amplia
información, o pueden consultarla
rápidamente.
Pero no queremos cerrar el apartado sobre la SI, sin
añadir las puntualizaciones que, el ya citado
anteriormente, Francisco Guijarro hace a favor de una interacción, participación –
¿diálogo?– de grupos.
Dice:
"creo que… también… podemos
convertir en informes de
grupos lo que hasta aquí han sido informes personales."
(AA. VV, 1983: 342).
Pasando revista a
continuación a toda una serie de grupos que puede ver en
prospectiva, diciendo a continuación:
"Si estos grupos, efectivamente, convirtiesen sus
informes en informes de grupo, contrastados entre ellos…
diseñarían nuevos informes, tendríamos una
segunda aproximación. … Y sería posible,
en torno a estos
informes, extender la participación y montar su
discusión…" (AA. VV, 1983: 343).
Es ya una primera aproximación a la idea de
diálogo. Una especie de diálogo aunque restringido
sólo entre profesionales expertos en un determinado grupo
de trabajo.
Parece entonces que estamos en un pequeño
batiburrillo entre la información, el diálogo y
el
conocimiento. ¿Podemos reorganizar nuestra
concepción? ¿Significa que identificamos
diálogo con conocimiento, o más bien
información y conocimiento?
III. HIPÓTESIS SOBRE LA
REVOLUCIÓN DEL SABER–PODER: DEL
SABER–INFORMACIÓN–PODER AL
SABER–CONOCIMIENTO–PODER.
Planteamos como hipótesis de trabajo que la revolución
se produce en el seno de la concepción del
saber–poder.
Antes era importante el saber como acumulación de
información, sabía más quién estaba
más y mejor informado, sabía más de hechos,
fechas, circunstancias, cifras, citas, etc. Esto es, antiguamente
se consideraba que la "información es poder".
La sociedad de la información a través de
las tecnologías de la información y
comunicación hace que cualquier persona tenga un acceso
casi ilimitado a la información, acceso a una enorme
cantidad de información acumulada, pero ello mismo la
convierte en casi imposible de manejar, con lo que la
información deja de ser poder. Es como ese prodigioso
cerebro de
algunos tipos de autistas que son capaces de almacenar miles de
datos o de realizar a velocidades de vértigo cientos de
operaciones
matemáticas; pero después no saben
que hacer con esos datos.
Lo importante ahora es saber qué poder hacer con
la información. Sólo si la persona es capaz
de acceder a la información adecuada, de forma adecuada y
tiempo adecuado, en función del interés o
propósito del momento, es cuando se convierte la
información en conocimiento y por tanto el conocimiento en
poder.
Así pues la SI por sí misma o el acceso a
las TIC por sí mismas no están democratizando el
poder, ni siquiera están democratizando la sociedad, ni
están aportando más libertad, etc.
La revolución ha de darse: En primer lugar, en el
seno de la educación en
particular y, en segundo lugar, en el seno de la sociedad en
general.
En primer lugar ha de darse en el seno de la
educación, pues es en esta en donde ha de darse el
cambio de
educar para saber, datos, cifras, cosas, etc., al educar para
aprender a aprender. Esto es, educar para que el educando
aprenda a acceder a la información precisa en el momento
preciso. [La Sociedad de la Información corre el peligro
de convertirse en una simple reducción del mundo a un
cúmulo de informaciones y procesamiento de
datos que se acerca a la llamada "inteligencia
artificial". (R. KURZ, 2003)].
En segundo lugar ha de darse en el seno de la sociedad
en general, pues es en ésta donde ha de darse el
tránsito de las sociedades basadas en el
saber–información–poder a las basadas en el
saber–conocimiento–poder. Esto es, el tránsito
de las sociedades basadas en la rígida
jerarquización del
saber–información–poder a las sociedades
basadas en la toma de
decisiones mediante el conocimiento. Y es en estas
últimas sociedades en las que consideramos que dicha toma
de decisiones puede –¿y debe?– hacerse
mediante el diálogo de las partes interesadas y/o
involucradas.
Esta idea no queremos defenderla como si fuera
totalmente nueva. Varios autores participan de partes de ella, en
concreto uno
de ellos es el ya citado informe Nora–Minc que
dice:
"La informática va a trastornar
también una cultura individual constituida
principalmente, por la acumulación de conocimientos
puntuales. Desde ahora la discriminación no radicará tanto
en almacenar conocimientos, sino más bien en la
habilidad de buscar y utilizar… Asumir esta
transformación sería una revolución
copernicana en pedagogía." (NORA–MINC, 1980:
183).
IV. HACIA UNA SOCIEDAD DEL
DIÁLOGO.
Consideramos que el elemento clave en toda sociedad es
la toma de decisiones, y proponemos que toda toma de decisiones
ha de estar basada en el diálogo de las partes
interesadas.
Expondremos a título informativo y para propiciar
el debate del Congreso, dos aportaciones relevantes para la
concepción del diálogo que proponemos.
Discúlpesenos la extensión de las citas que siguen,
ya que pretendemos sintetizar en una única cita todo el
pensamiento
del autor correspondiente.
Paulo Freire (Para ampliar conocimiento sobre P. Freire
puede consultarse: Paulo Freire.
Semblanza biográfica, texto en línea),
escribe:
"Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la
palabra, en el trabajo,
en la acción, en la reflexión.
Más, si decir la palabra verdadera que es
trabajo, que es praxis, es
transformar el mundo, decirla no es privilegio de algunos
hombres, sino derecho de todos los hombres. Precisamente por
esto, nadie puede decir la palabra verdadera sólo, o
decirla para los otros, en un acto de prescripción con
el cual quita a los demás el derecho de decirla. Decir
la palabra, referida al mundo que se ha de transformar, implica
un encuentro de los hombres para esta
transformación.
El diálogo es este encuentro de los hombres,
mediatizados por el mundo, para pronunciarlo no
agotándose, por lo tanto, en la mera relación
yo–tú.
Esta es la razón que imposibilita el
diálogo entre aquellos que quieren pronunciar el mundo y
los que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los
demás la pronunciación del mundo, y los
que no la quieren, entre los que niegan a los demás el
derecho de decir la palabra y aquellos a quienes se ha negado
este derecho. Primero es necesario, que los que así se
encuentran, negados del derecho primordial de decir la palabra,
reconquisten ese derecho prohibiendo que continúe este
asalto deshumanizante.
Si diciendo la palabra con que pronunciando
el mundo los hombres lo transforman, el diálogo se
impone como el camino mediante el cual los hombres ganan
significación en cuanto tales.
Por esto, el diálogo es una exigencia
existencial." (P. FREIRE, 2003: 104–105).
Otra aportación importante a la
comprensión del concepto de diálogo es la realizada
por J. Habermas (HABERMAS, texto en línea). Exponemos su
teoría, sacándola del citado texto on line para
posibilitar una rápida consulta ampliatoria:
Habermas, "filósofo y sociólogo
alemán, nacido en Düsseldorf, en 1929. […] se le
considera el miembro más destacado de la segunda
generación de filósofos de la escuela de
Francfort […] Formula, así, su doctrina de la
«situación ideal de diálogo» como
núcleo de su teoría. […] La
liberación–emancipación progresiva del
hombre se
lleva a cabo, […] a través de la crítica a las
ideologías –crítica a la ciencia y
a la técnica– y del recurso al psicoanálisis; […] la crítica a
la sociedad no consiste en un mero comprender, sino en
liberarse de las diversas formas injustas de dominación
y, en la labor psicoanalítica, el simple comprender es
ya liberación. Nunca ha de separarse la racionalidad del
interés; la prueba de ello está en el mismo
lenguaje.
Éste supone esencialmente comunicación y el
diálogo constituye la forma ideal de
comunicación. Y no hay posible situación de
diálogo si los sujetos no se reconocen mutuamente la
plena igualdad de seres libres y responsables.
La igualdad humana a que tiende toda la
tradición del idealismo
hegeliano y del materialismo
histórico aparece exigida como situación
radical y originaria del diálogo: en el diálogo
de los seres libres y autónomos surge la idea. La
situación real, sin embargo, el diálogo real en
la sociedad, no manifiesta tal situación ideal; pero la
comprensión de esta «situación ideal de
diálogo» es el a priori del que hay que partir y
algo que «todavía no» existe, pero que se
percibe como lo único que posibilita la «vida
buena» y que los sujetos humanos plenamente libres sean
capaces de comprensión: de intersubjetividad. A la
ciencia de
esta intersubjetividad llama Habermas «pragmática
universal».(HABERMAS, texto en
línea).
V. EPÍLOGO A MODO DE
CONCLUSIÓN
Consideramos, ¿cómo no?, que no todo el
mundo tiene que estar de acuerdo con nuestras propuestas. Incluso
pueden ser profundamente críticos y plantear alternativas
radicalmente dispares en muchos puntos, tal vez "enmiendas a la
totalidad", diríamos en plan
humorístico.
Pero siempre ha de ser defendiendo la tolerancia y
haciéndolo mediante el diálogo.
Hay ciertos sectores en nuestra sociedad global
contrarios al diálogo y proclives a que las soluciones
sociales, económicas, etc., se realicen mediante el
recurso al autoritarismo y la violencia.
Nos adherimos a lo que señala F.
Campos:
"Proponemos la ayuda colectiva y social para los
sujetos agresivos y partidarios de la máxima: si vis
pacem para bellum; la comprensión de su
deficiencia de flexibilidad y transigencia, de su
discapacidad para el diálogo y la
superación de los problemas por la concordia, de su
minusvalía psicológica y social para
formar parte de una comunidad
humana. El problema debería pasar a ser tratado como un
problema de salud
pública.
Para aquellos que directa o indirectamente
propician o promueven la guerra o la
violencia, al igual que para los delincuentes, los
psicópatas y enfermos epidémicos no debemos
reclamar su enclaustramiento más o menos carcelario.
Deben arbitrarse medidas de cura y reinserción social. Son en definitiva un
problema de sanidad pública." (F. CAMPOS, 1985:
51)
- AUTORES VARIOS, 1983, La sociedad de
la información. Fundesco–Tecnos 1983. Madrid. - CAMPOS ROSELLÓ, F. J., 1985, La
informática a examen. Tirant Lo Blanch. Valencia.
1985. - FREIRE, Paulo, 2003, Pedagogía del
oprimido. Siglo XXI. Madrid. (1ª ed.
1970). - KURZ, R., 2003, La ignorancia de la
Sociedad del Conocimiento
http://www.antroposmoderno.com/antro–articulo.php?id_articulo=247
(28 de julio de 2004). - NORA, S. y ALAIN M., 1980, La
informatización de la sociedad. FCE. 1980. Madrid.
(1ª ed. en francés 1978).
- HABERMAS: http://www.magma–net.com.ar/habermas.htm
- PAULO FREIRE. semblanza biográfica:
http://www.uasnet.mx/cise/rev/Cero/freire.htm - RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO: Echelon, la
vigilancia del Imperio: http://www.memoria.com.mx/157/Resolucion.htm
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