De las comunidades virtuales a los movimientos sociales – Un esbozo de interpretación
- Prólogo y
contextualización, las TICs y su desarrollo en
América Latina y Central - Las Comunidades
Virtuales - Referencias
bibliográficas
Documento para reunión Montevideo, Uruguay. APC,
Asociación para el Progreso de las Comunicaciones
y Fundación Friedrich Ebert: GARANTIZANDO LA
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA ERA DIGITAL:
POLÍTICAS PÚBLICAS Y DERECHOS INTERNET en AMÉRICA
LATINA Y EL CARIBE.
Noviembre 2001
1. Prólogo y
contextualización, las TICs y su desarrollo en
América
Latina y Central.
Al igual que los temas de la interpretación de la
política y
de la historia, en
las épocas actuales surgen los devaneos con respecto "a
cómo generar formas de participación de la ciudadanía mediante los usos
tecnológicos", cómo entrar en la Sociedad de la
Información en un futuro mediato,
cómo encontrar los ansiados beneficios, el bienestar
social, el progreso generalizado. Para los más optimistas
el acceso a la Internet se presenta como panacea para resolver
los problemas de
la pobreza en
las zonas rezagadas, o castigadas por la miseria. La globalización económica incluye
entre sus postulados el desarrollo tecnológico, proceso al que
deben entrar todos los países, a una economía que se
manifiesta como productiva y que será redistributiva en
poco tiempo.
Visión que es concomitante a la idea de la existencia de
un solo mundo, el plenamente desarrollado, libre y
democrático. Sabemos que este no es un fenómeno
espontáneo, ni autónomo, ya que su diseño
está sirviendo a unos intereses muy
específicos.
Para nosotros hablar de la mundialización es
situarnos en el capitalismo
global que ha ubicado al capital
financiero en el centro del sistema muy por
encima del capital industrial y del trabajo. Con
la mundialización y el recurso intensivo de las TICs
están cambiando asceleradamente muchas de las prioridades
sociales y la naturaleza del
trabajo. Estamos ante la presencia de un mundo interconectado
mediante redes de
información y de circulación del dinero, redes
que generan conocimientos y que procesan información y que
además codifican culturalmente la vida social. Entre las
múltiples ramificaciones a que se ve sometida la Sociedad
de la Información se encuentra una hegemonía
mediática que impone estándares culturales,
informáticos, consideraciones políticas,
intelectuales,
da lugar a la fijación de roles, de pautas de conducta, a la
medida de ciertos intereses políticos y comerciales muy
determinados. Este nuevo contexto organizativo cultural
informacional produce y reproduce crisis en
diferentes niveles de las actividades humanas.
El escenario latinoamericano es donde están
puestos los ojos de las inversiones
del mercado para este
nuevo paradigma de
organización social en el que la riqueza,
el poder y el
sentido dependen de la capacidad
tecnológica-cultural-organizacional. Sabemos que han sido
las élites latinoamericanas urbanas las primeras en haber
sucumbido ante la fascinación de la Internet, respuesta no
diferente a las élites urbanas de los países
desarrollados. Pero América
Latina guarda tradiciones, especialmente en –ser
seducida y abandonada–, porque las élites al
incorporar las nuevas
tecnologías fueron anudando los diversos intereses
comerciales y de servicios
digitales sin introducir las modificaciones necesarias en la
formación y capacitación de los recursos
humanos de las TICs como instrumento de trabajo y como
instrumento de desarrollo
humano. De manera que son las élites regionales de la
América Latina las que constituyen la primera
generación de usuarios y usuarias al acceso de las redes,
son los sectores más capacitados y siguen estando
integrados a sus tradicionales circuitos de
inversión y de dominio. La
capacidad de compra de los sectores altos se imbricó con
la
globalización de la economía que en la mayor
parte de los países de la región se relaciona con
la desregulación de los servicios telefónicos y los
de electricidad
combinando sistemas por lo
general privados y/o mixtos en la provisión de servicios
permitiendo que esos mismos sectores poblaciones puedan
conectarse y tener accesos. Procesos que
fueron concomitantes al desprestigio de los Estados como
redistribuidores de riqueza que en la personificación de
las dirigencias siguen prometiendo que la buena vida
–siempre está por venir–. Una fuerte crisis de
gobernabilidad y credibilidad está sacudiendo a los
países de América Latina como consecuencia de la
afectación de medidas económicas producidas por el
capitalismo financiero global, crisis que se va acentuando
día a día por las impagables deudas externas, por
los declives de las democracias, los factores internos de las
corrupciones, las decadentes ausencias de representatividad de
los partidos
políticos, y los anuncios de otras guerras e
invasiones que afectan las vidas de millones de seres
humanos.
Los efectos de riquezas y pobrezas que en lenguajes
electrónicos refieren a la denominada brecha
digital en la América Latina y Central no es otra cosa
que la reproducción y superposición de las
diferencias o de las polarizaciones económicas y sociales
que arrastran los pueblos de siglos atrás. El tan conocido
acceso universal que no reconoce fronteras y que pone a
diferentes estratos sociales en el mismo nivel de
participación y ciudadanía no se corresponde con
los procesos sociales y económicos de la Región, no
sólo por el particular desarrollo de las TICs que avanza
según mercados y
telecomunicaciones sino por las crisis de
autonomía y de identidades que se vienen sucediendo.
También las referencias a la América Latina
señalan varias paradojas, que los grupos de
jóvenes hispanos entran de manera multitudinaria en los
chats por los intersticios del mercado y los servicios
digitales enfatizan los potenciales beneficios de esta
cibercultura. Y que una porción nada despreciable
de la ciudadanía posee cada vez mayor información y
establece mayores comunicaciones a través de la Internet
así como todos los días surgen grupos: de
indígenas, de mujeres, de estudios, de formación,
de salud,
culturales, de alternativas comerciales, de servicios, ONGs que
avanzan con diferentes usos en la Red creando y transformando
sus organizaciones
internas y desplegando nuevas formas de comunicación hacia lo externo. Sin olvidar
el papel de la enseñanza virtual incorporando a la Red la
generación de conocimiento y
desplegando en lo posible capacidades mentales para procesar
información.
Las nuevas tecnologías plantean también
para América Latina y Central una sociedad distinta que
pone como paradigma comunicacional el concepto de red,
hay una información que abunda pero su distribución es desigual, se trata de
encontrar dentro de la cultura cada
vez más global e híbridas las diferencias y el
rescate por las identidades. Esos propósitos es posible
hallarlos en las comunidades virtuales de la región
en infinidad de proyectos de
investigación y de apoyos financieros que favorecen
capacitación, formación y el desarrollo de las TICs
a pequeños grupos urbanos y rurales. Diferentes proyectos que en
general están encarando las organizaciones no
gubernamentales y la sociedad civil
organizada, en los que se está poniendo el énfasis
en el rescate de las realidades, o de lo material
simbólico con nuevos sistemas de comunicación en
los que se permite la integración de diversas formas de
expresión. El desarrollo de las estrategias de
gestión, negociación y diálogo se
halla en las fases primarias debido a las constantes fricciones
por sus reconocimiento en los espacios nacionales y por las
diferencias de lenguajes que se encuentran por doquier con
respecto a la propulsión de iniciativas
democráticas y las políticas públicas
digitales. Precisamente las fortalezas en la Región se
encuentran en las acciones
realizadas entre las ONGs más reconocidas, de las que
algunas han constituido comunidades virtuales con
diferentes metodologías y soportes de diseño:
FUNREDES en la República Dominicana; la Fundación
Acceso en Costa Rica;
Chasquinet en Ecuador; RITS
en Brasil; COLNODO
en Colombia; LANETA
en México.
El término comunidad remite en la
tradición de la teoría
sociológica a los escritos de Tönnies y Max Weber del
siglo XIX y comienzos del XX, comunidad y
sociedad eran las diferenciaciones analíticas que
permitían diferenciar conceptualmente "tipos de relaciones
sociales". En las comunidades las relaciones se dan por el cara a
cara mientras que en las sociedades las
relaciones sociales se hacen instrumentales, se caracterizan por
la marca de lo
institucional como referencia. En las comunidades los lazos entre
miembros de grupos son estrechos porque el ámbito de
comunicación es el territorio, las relaciones se basan en
el
conocimiento del otro, la otra; en la sociedad las relaciones
son seculares y el desconocimiento entre todos los miembros se
debe a las distancias, a las fronteras como a la multiplicidad de
habitantes. Ambos términos remiten a grupos
sociales concebidos de distinta manera según fines,
comunicaciones, intereses, normas,
creencias, valores e
identidades. Es a Howard Rheingold a quien se le atribuye la
difusión del término de comunidad virtual en
su libro The
Virtual Community, de 1983, y su definición
quedó como marca para los estudios e investigaciones
realizadas hasta hoy: "las comunidades virtuales son
agregaciones sociales que emergen de la red cuando un
número suficiente de personas entablan discusiones
públicas durante un tiempo lo suficientemente largo, con
suficiente sentimiento humano para formar redes de relaciones
personales en el ciberespacio". De manera que las comunidades
virtuales poseen tres requisitos básicos: la
interactividad, el componente afectivo y el tiempo de
interactividad.
Para funcionar una comunidad virtual requiere de varios
elementos: un escenario de relaciones sociales formado por
personas, actividades que consensúen dichas personas y un
entorno geográfico que administra el software, que será
además el entorno de focalización de actividades de
la comunidad. En el actual contexto de América Latina pero
también de otros puntos geográficos presupone la
existencia de políticas e incluye el dirimir cuestiones
sobre las políticas públicas hacia la
difusión de la internet como así también su
uso y redistribución, o la democratización del
ciberespacio.
El concepto de territorio se recrea en la comunidad
virtual ya que las personas se integran en redes sociales, se
comunican en el espacio virtual o más allá de las
fronteras geográficas pero dirimen sobre circunstancias
que serán físicas en su entorno geográfico
mediato y otro más ampliado. Son por tanto relaciones al
mismo tiempo contextualizadas y globalizadas, es decir que una
persona se
relaciona con otra no de una manera total e integral sino en
ciertos contextos específicos y establecerá
relaciones con otras personas distintas si el contexto y el
objetivo de la
relación es diferente. El entorno sigue siendo el humano y
la herramienta las tecnologías, que causalmente se
denominan de información y comunicación, es
decir que aunque el soporte sea tecnológico la
agrupación de personas y el relacionamiento entre ellas
parte de la
comunicación y no necesariamente el producido por una
proximidad física.
La idea de virtualidad en este tipo de comunidades es
tan sólo en su representación formal, ya que lo que
importa es que las consecuencias sociales que se establecen en el
Ciberespacio –sean tratadas en el plano estrictamente
social-. Estas consecuencias son reales para el sujeto en
"cuerpo" y para su entorno dependiendo del alcance de las mismas;
"lo social" queda unido a una red independiente de
relaciones ya que no es –exclusivamente la Cibersociedad-
la que hace a la transformación del mundo y de las
relaciones sociales. Al incoporar a la comunicación como
acción
social en el ciberespacio se está realizando un
entendimiento lingüístico que aparece como coordinación de la acción, que no es
otra cosa que los y las participantes se pongan de acuerdo sobre
la validez que pretenden para sus emisiones o manifestaciones, es
decir que se reconocen intersubjetivamente en las pretensiones de
validez con que se presentan unos frente a otros.
Debido a la difusión del uso de las computadoras
individuales en EE.UU. por los años 80 se establecieron
dos modelos de
prácticas que aún continúan apareciendo y
que suelen confundir el espacio de caracterización de las
CV especialmente para América Latina y Central, el
"modelo de la
producción y consumo
simbólico" y el "modelo de usuarios". El primero fue el
modelo que abastecía la información por medio de
las bibliotecas,
centros de investigación y otras instituciones
de almacenamiento;
el segundo adaptado rápidamente por el comercio, o
por el mercado, encontró que las técnicas
para manejar información podían ser adaptadas a las
ventas y
servicios y de la recuperación de la información
pasó a las soluciones
técnicas que garantizaban mayor velocidad y
capacidad de transmisión. En este último modelo la
comunicación electrónica se consolidaba como un espacio
global de consumidores libres y activos en la
selección de mercaderías. El
diseño de las comunidades se formalizó de acuerdo a
los objetivos y
modo espontáneo por las redes sociales que entraban en el
sistema para enviar y recuperar mensajes según pautas
temporales elegidas. A comienzos de la década de los
noventa las comunidades virtuales se habían multiplicado
por todo el mundo y ya entrada esa misma década
también se instalaban en América Latina. Los dos
modelos iniciales de comunidades virtuales continúan
vigentes desde nuestra perspectiva, el primero es el modelo que
de CV que se plantea la politización de la Internet, el
segundo es el modelo de la trivialización.
Una primera mirada a la rápida
multiplicación de CV nos indica dos tendencias que
derivaron en los flujos de información hasta las
épocas actuales:
- Por un lado la manifestación espacial del
poder dominante que se hizo carne mediante la economía
informacional/global organizada en centros del mundo, en los
que se coordina, se gestiona y especialmente se realizan
innovaciones entrecruzadas de redes empresariales. Todos los
servicios y actividades de producción hoy dia estan
sometidos a la generación de conocimiento y a los flujos
de información, pero especialmente las finanzas,
seguros,
inmobiliaria, consultorías, servicios legales, publicidad,
diseño, mercadotecnia, relaciones, públicas, los
procesos económicos de fabricación, agricultura,
energía y también los flujos de
investigación y desarrollo. Todos se han acogido a un
modelo espacial diferente caracterizado por la
dispersión y la concentración a la vez. Esta
concentración sigue la jerarquía de los
centros y de las periferias, dicho en otros
términos se asienta con bases territoriales en las
principales metrópolis. No es casual por tanto que el
estudio de las CV en América Latina haya buscado el
emplazamiento en las ciudades de la concentración de la
información para entender a la Sociedad de la
Información. Una tipología de CV instaladas
en América Latina y Central puede ser aquellas que
buscan la utilización de la Internet como una
herramienta que "deben" incorporar asociaciones barriales,
redes ciudadanas, redes comunitarias. - Por el otro quedaron en los últimos
años del siglo XX relegados los estudios de la
producción y el consumo simbólicos de la
comunidad virtual. Hubo y hay resistencia en
América Latina con la concepción de la
virtualidad y lo real. Por lo real en el pensamiento
social latinoamericano se concibió indudablemente lo que
tiene existencia verdadera, pero siempre en el terreno de la
cultura política se hizo especial énfasis
–en lo simulado por lo real–, lo simulado por los
lenguajes y por acciones tanto en la esfera de las decisiones
políticas como en los comportamientos de las masas por
los efectos de la imitación, por la carencia de la
capacidad de escucha de reclamos por representantes y por las
historias de aplastamiento de las culturas autóctonas de
la Indoamérica. Se ha escrito muchísimo
–sobre las formas de represión- de lo social que
trasladado a las nuevas tecnologías es –la nueva
represión social digital- derivada de la
trasnacionalización de los circuitos comunicacionales
que están llevando a cabo que las comunicaciones
controladas por empresas
globales incidan sobre las expresiones del multiculturalismo
indoamericano. Represión que no quiere decir carencia de
acceso al ciberespacio ya que esa será una
limitación constante por lo menos a mediano plazo. En la
Internet hay política al igual que la hay en los
territorios y lo que parece estar ocurriendo es que hay una
apropiación tecnológica de un activismo
político que comenzó a resignificar los lenguajes
dados como obvios, que también re significa la
velocidad, la instantaneidad, la interactividad y la libertad. Es
por ello que no puede ser ignorado el complejo dispositivo que
significa la pérdida de legitimidad de los valores
universales que lograban integrar a las singularidades que
coincide con la reagrupación geopolítica del mundo, y que a la vez han
permitido surgir nuevas tendencias holísiticas con
ampliación de conceptos de ciudadanía, de
identidades y colectividades. En esta línea se ubican
las CV que integran –a los nuevos movimientos sociales-
movimientos que son locales que incluyen a la Internet por la
que se relacionan globalmente imbricado lo local y lo global
como una forma de movilización de la
sociedad.
Este último problema nos lleva a la
ubicación específica de los temas de las nuevas
tecnologías en el escenario de las comunidades virtuales y
quizás a repetir una vez más el tipo de barreras
que con respecto a la Sociedad de la Información mantienen
la Región. El escenario no es otro que el global y las
consecuencias del nuevo capitalismo cultural informático
que en América Latina y Central –no es
representación esencial de expresión,
información y comunicación horizontal entre
ciudadanos que reciben protección constitucional y
judicial de las libertades. Lo que no quiere decir que estemos en
presencia de una ausencia de libertades totales como las actuales
teocracias que se dan en otros hemisferios, sino que las formas
de expresión que asumen las demandas por derechos se
concretizan en –los actuales movimientos sociales- que
suelen ser –movimientos por derechos sociales y humanos y
en los movimientos anti-globalización-. Afirmación que a su
vez de-construye las indicaciones sugeridas tanto por el mercado
como por algunos organismos internacionales en el sentido en que
la problemática de la Sociedad de la Información es
de conexión. (1).
Es en modelo de producción y consumo
simbólico de las CV que se desarrollan los postulados
del "ciberespacio informativo y comunicativo" el producido
socialmente, donde la información ocupa el nivel de las
relaciones verticales y la comunicación el de las
relaciones horizontales donde vuelven a surgir y a re instalarse
en América Latina y Central las preguntas sobre
¿qué sociedades queremos?, ¿cómo
contribuir para bajar los niveles de inequidad?. Y es en esta
contextualidad donde las CV podrán ser mediatizadoras de
un acompañamiento en red de flujos informativos y de
dinámicas organizativas de una sociedad civil
comprometida. En la actual situación las CV no pueden
acelerar el desarrollo tecnológico sino constituirse en
receptoras y emisoras de un procesamiento pausado en cada una de
los contextos geográficos y globales. No existe un
único modelo comunicacional ni de redes ciudadanas, ni de
CV, ya que éstas pueden imbricarse especialmente con
–las redes ciudadanas- que son las que en la actualidad
garantizan los derechos básicos, ya fuere de acceso a las
informaciones locales hasta el acceso completo a la Internet.
Pero no es sólo esto, en la actualidad –la Internet-
comenzó a resignificarse como "capital informacional", o
como el capital cultural, social y simbólico que los
sujetos sociales pueden combinar en diferentes ejercicios de
procesamiento y de acoplamiento con las tecnologías de
comunicación e información sociales.
Desde la perspectiva de la comunicación la
Internet juega con las mismas características de
emisor-mensaje-receptor del modelo tradicional de las
comunicaciones de masas y a veces situa la comunicación en
los contextos tradicionales y otras en configuraciones nuevas. De
manera que las formas de comunicación son
múltiples, y la utilización de la tecnología
sólo puede hacerse con los instrumentos disponibles, pero
donde pueden re formularse el modelo de comunidad recuperando el
valor humano
de la comunicación. Las CV en esta concepción se
imbrican –como una forma nueva- de organización de
la sociedad civil ya que ellas mismas son parte de las
comunidades que forman asociaciones en línea de grupos de
largo duración y relativamente estables, es una
tipología que incluye el compromiso participativo y que
incorpora prácticas colectivas a la vez que colabora en la
construcción de identidades colectivas.
(2). Las comunidades en esta concepción son capaces de
autoarticulación y movilización de cara a la
sociedad. Este es el modelo que más se acerca a las
prácticas de la América Latina y Central y que
también se encuentra con el legado filosófico de
John Dewey, que proponía la comunidad en relación a
la participación, la frecuencia y las creencias
compartidas y por consiguiente como algo democrático en
sí mismo. (3)
Vista desde esta perspectiva la concepción de
comunidad virtual incluye en si misma la
democratización de las tecnologías. Con el
creciente debate
público incorporado a las tecnologías como los
temas del desarrollo
sustentable, la medicina,
la
educación, los problemas familiares, la pureza de
alimentos, la
automatización, la seguridad
laboral y la
salud y actualmente los reclamos y debates anti
globalización, las comunidades virtuales se transforman en
–la realidad social,- manifestada en demandas, en busquedas
de soluciones y alternativas- y tomando como soporte la
comunicación humana mediante el uso de las
tecnologías de información y comunicación.
No es otra cosa la incorporación de los nuevos
movimientos sociales críticos a la
globalización neoliberal que sin desconocer el
fenómeno global rescatan: identidades, la
reconfiguración de los Estados nacionales, la
ampliación del concepto de ciudadanía con los
nuevos derechos referidos tanto a sujetos como a colectividades y
los llamados derechos de tercera generación, como el
medio
ambiente, el género,
las comunicaciones, el espacio local y supranacional, las
identidades étnicas. El problema en la Sociedad de la
Información es –el sistema
político- y no precisamente la Internet, sino
qué modelo de sociedad modela el uso y el desarrollo de la
Internet. En esta problemática entran las CV como
facilitadoras y esclarecedoras del momento político
actual.
Esta forma de encarar a las CV nos permite adelantar
ciertas características que probablemente debieran ser
constatadas en futuras investigaciones
empíricas
- Que los y las participantes de CV encuentran formas
de superar estrecheces de canales de comunicación y
consiguen crear imágenes
personales y sociales de lo dirimido en momentos precisos en
cada CV. - Que en vez de operar de acuerdo a lo dictado por la
Red los y las participantes se apropien activamente de lo que
está disponible, utilizando a veces las
características técnicas del sistema y los
recursos
culturales preexistentes. - Que las CV se recrean en espacios dinámicos y
ricos re inventando nuevas formas de expresión mediante
la negociación interactiva de significados, normas y
valores. - Que el avance tecnológico es fundamental en
las CV y la generación de conocimientos sólo se
da en función
de prácticas y programas de
acción en "reapropiación democrática", se
establece en función de intervenciones, de la
flexibilidad de las estructuras
de poder y de las barreras o no, puestas en la
comunicación que a su vez generan "reapropiaciones
creativas".
(1) Al respecto hay una importartante bibliografía que incluye el
desarrollo de la CV en la América Central especialmente,
entre ellas se encuentran:
– Juliana Martínez y equipo de la
Fundación Acceso, Costa Rica: Internet y
políticas públicas socialmente relevantes.
¿Por qué, cómo y en qué
incidir?, junio 2001.
– Juliana Martínez y equipo de
Fundación Acceso, Costa Rica: ¿Contribuye la
Internet a realizar las aspiraciones de equidad de
organizaciones de la sociedad civil?. Un primer acercamiento a
partir del análisis de sitios web de
entidades públicas. Octubre 2001.
– Kemly Camacho Jiménez, Fundación
Acceso, Costa Rica: Internet, ¿una herramienta para
el cambio
social?, agosto 2001.
Todos estos artículos están publicados en
:
En sección artículos.
– El Primer Congreso Global de Redes Ciudadanas (Global
CN 2000) realizado en Barcelona en octubre del 2000
concluyó en crear una "Asociación Global de Redes
Ciudadanas" como marco experimental por inventariar en el que
actuasen redes ciudadanas, individuos, investigadores,
organizaciones públicas y privadas, esta Asociación
estuvo basada en la premisa de "Internet para el desarrollo", es
decir una concepción instrumental de la Red en cuanto
herramienta que puede ayudar a superar las carencias de las
sociedades atrasadas. Esta postura se extenderá en el
Global CN 2001 a realizarse en Buenos Aires,
Argentina para cuya reunión se propuso que además
de utilizar internet como herramienta para el desarrollo son un
nuevo tipo de asociación de la era digital, una nueva
entidad que pone en red a las organizaciones de barrio, pueblo o
ciudad. La diferencia entre esta última propuesta y la
"Internet para el desarrollo", estriba en que en el concepto de
redes ciudadanas juegan un papel destacado las ONGs en el sistema
de negociación de las Naciones Unidas,
y quedarían supeditadas esas negociaciones a los acuerdos
burocráticos en función de la noción de
desarrollo, telecomunicaciones para países pobres,
requerimientos de infraestructuras. En cambio en la segunda las
redes ciudadanas se moveráin en los ámbitos de la
democracia
participativa en la emergencia de una nueva sociedad red
configurada por nuevas estructuras sociales que vehiculan la
introducción de las tecnologías
informacionales en las sociedades infodesarrolladas.
(2) Osvaldo León, Sally Burch, Eduardo Tamayo:
Movimientos Sociales en la Red, ALAI, septiembre
2001. http://ww.alainet.org/publica/msred
.
(3) Feenberg, Andrew y Bakardjieva: Tecnología
para comunidades y racionalización democrática.
Publicación: The Information Society Journal:
http://www.slis.indiana.edu/TIS/
publicado por http://www.en.medi[arroba]enredando.com
el 22 de diciembre 2000.
Otras referencias utilizadas:
– Millarch, Francisco: Ideologías de la
RED, Del ciber-liberalismo al
ciber-realismo.
Ficha de publicación Nº2, Sección
Cibersociedad, Revista
fundada por Javier Villate. Traducción por Javier Villate. En
http://www.en.red.ados
, 1999. El documento original: Net Ideologies: From
Cyber-liberalism to Ciber-realism, en:
http://www.millarch.org/francisco/papers/net_ideologies.htm
Londres, Reino Unido, julio 1998.
– Gómez, Ricardo, Martínez, Juliana:
Internet…¿para qué? Pensando las
tecnologías de Información y Comunicación
para el Desarrollo en América Latina y el Caribe. IDRC,
CRDI Canadá, Fundación Acceso, Costa
Rica. Abril 2001. http://www.acceso.or.cr/PPPP
y http://www.idrc.ca/pan
– Pimienta, Daniel: Diagnóstico Internet
en ALC, (1999) en:
http://www.funredes.org/mistica/castellano/eventos/samana/diagnostico.html
– FUNREDES (2000/01) www.funredes.org
Publicado originalmente en: http://www.kult.lu.se/latinam/Virtual/geografia/comunid.htm–
SEMINARIO
LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA E HISTORIA DE LAS
IDEAS
Bibiana Apolonia Del
Brutto