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La creación argumentativa del Ciberespacio (página 2)



Partes: 1, 2

Dos son los hitos fundamentales que auguraron lo que ahora
llamamos hipertexto, una aplicación que se ha
convertido en la piedra angular de una nueva forma de tratamiento
del texto que
favorece el intercambio y el procesado de información. Comúnmente aceptada por
la crítica
la primera de esas aportaciones es el trabajo de
Vannevar Bush quien en 1945 intentaba aclarar cómo
pensamos o as we may think. La respuesta es que el
almacenamiento
tradicional del conocimiento es demasiado limitado.
Ceñirse a coordenadas temáticas,
alfabéticas, espaciales o cronológicas implica no
sólo una limitación sino también un
ejercicio de un poder que
decide lo que debe o no debe saberse o lo que permanece visible o
invisible. Por el contrario

The human mind does not work that way. It operates by
association. With one item in its grasp, it snaps instantly to
the next that is suggested by the association of thoughts, in
accordance with some intricate web of trails
carried by the cells of the brain. It has other characteristics,
of course; trails that are not frequently followed are prone to
fade, items are not fully permanent, memory is transitory. Yet
the speed of action, the intricacy of trails, the detail of
mental pictures, is awe-inspiring beyond all else in nature.
(BUSH, 1945: http://www.csi.uottawa.ca/~dduchier/misc/vbush/section6.html)

En este sentido Theodor Holme Nelson en 1965 propone el nombre
de hipertexto a un texto que va mucho más
allá, es una concentración de textos, un texto que
remite a otros. Al parecer del autor la idea final con todas sus
implicaciones no ha sido cumplida y queda todavía el
llamado Proyecto
Xanadú (http://www.xanadu.net/) reviviendo
el lugar mágico de Coleridge pero recordando en exceso a
la mansión desordenada y caótica que Orson Welles
quiso para su Ciudadano Kane. La definición que
propongo a continuación sobre el hipertexto constituye por
sí misma un hipertexto y está tomada de una
página que no por casualidad lleva el nombre de
Laberinto Electrónico:

Hypertext is the presentation of information as a linked
network of nodes which readers are free to navigate in a
non-linear fashion. It allows for multiple authors, a blurring of
the author and reader functions, extended works with diffuse
boundaries, and multiple reading paths. The term "hypertext" was
coined by Ted Nelson, who defined it in his self-published
Literary Machines as "non-sequential writing" (0/2). (KEEP
& MCLAUGHLIN & PARMAR, 1993-2001: http://www.iath.virginia.edu/elab/hfl0037.html)

Las reflexiones teóricas avanzaron de forma paralela a
la
investigación aplicada que desembocó en
una red de
ordenadores interconectados con fines en principio militares. La
historia de esa
pequeña red ha desbordado por ahora todo lo imaginable. En
un trabajo
memorable J. Hillis Miller mostró las diferencias entre el
texto y el hipertexto trasladándolas a cambios globales en
la recepción. Ilustró sus tesis
comparando la lectura de
la misma obra en formato tradicional y en formato
electrónico. La "ética del
hipertexto" abre el camino a la creación del significado
frente a la recepción pasiva del texto tradicional, que
impone su interpretación y autoridad, y
anula la libertad de
elección: The text makes a demand on me to read it.
(MILLER, 1995: 38)

La pregunta es sí una recepción de naturaleza
abierta da fiabilidad a los mensajes que recibe sobre todo si
procede de personas formadas en la lectura entendiendo la lectura
no ya como una forma de aprehender el conocimiento sino como una
forma de estructurar y ordenar la realidad. El marco que elijo
para aclarar estas y otras cuestiones es de naturaleza
retórica por la atención preferente hacia el canal
comunicativo y por su intento temprano por "ordenar" el discurso en
medio del caos de la oralidad.

La retórica surge en el inicio de la
civilización occidental. Analiza, sobre todo, la capacidad
que tiene un individuo para
convencer a otros. Se configura en una verdadera técnica
– nacida de la observación – y ordena su esfuerzo
para corregir y aumentar la capacidad humana de
persuasión. Una de las primeras exigencias para que esto
sea así es mantener la atención del que escucha y
en este sentido presta una atención preferente al canal
comunicativo (ALBALADEJO, 2001a). En una comunidad
predominantemente oral la atención del receptor es
fundamental. El discurso ha de llegar a la mente pero
también a los oídos y a los ojos ocupando todo el
espacio interior del público.

La retórica aspiró, desde su origen, a fijar las
pautas de ordenación de un discurso en la difícil
inmediatez oral atenta siempre a remediar las dificultades
impuestas por el canal comunicativo En el siglo XX se ha
procedido a una lenta pero poderosa recuperación de la
retórica clásica. No se trata sólo de una
confirmación de que pasados los siglos dijeron lo mismo o
pensaron lo mismo que nosotros. Hombres fueron como nosotros, al
fin y al cabo. Esa recuperación va más
allá.

Si nosotros como civilización nos sentimos orgullosos
de la tecnología bien puede decirse que en el
pasado al que nos referimos se llegó a una verdadera
tecnología de la palabra. A través de esta
línea – en el fondo ininterrumpida como rhetorica
recepta
(ALBALADEJO, 1989: 14) – propongo analizar la
eficacia
persuasiva, con medios no
contemplados por la retórica clásica, con alcance y
repercusión desde luego inimaginables pero obedeciendo
siempre a un impulso que nos permite reconocernos a través
del tiempo, el
intento de persuasión de un ser humano a otro y su
éxito o
su fracaso en ese empeño.

2.- La lectura sin libros. Los
condicionantes del medio digital.

Hay una falsa analogía que se repite una y otra vez
tanto en textos académicos como periodísticos. Me
refiero a la idea de que la pantalla es un libro y el
internauta un lector. El medio digital es muy distinto al
propiciado por la lectura. Los ojos miran – no leen – a la
pantalla y se encuentran con la confluencia de varios lenguajes
(FERNÁNDEZ, 2002:
http://www.um.es/tonosdigital/znum4/estudios/Ameliafernandez.htm
)

Si el hipertexto al comienzo de la reflexión
teórica y de la aplicación práctica era un
texto de textos, desde los años noventa es un hipertexto
multimedia que
aúna lenguajes además de textos. En 2001 Susana
Pajares Tosca ofreció una definición revisada del
hipertexto y anotó como el texto de textos había
pasado a ser texto de lenguajes o en sus palabras:

El hipertexto podría definirse como una forma de
organizar información utilizando programas que
admiten diferentes tipos de estructura (se
puede ir más allá de la linealidad del libro) y
pueden integrar lenguajes diferentes (palabra escrita, imágenes,
audio, vídeo). (PAJARES TOSCA, 2001: http://jodi.ecs.soton.ac.uk/Articles/v01/i07/editorial/)

Las condiciones de conocimiento necesariamente cambian aunque
el poder organizador de la información siga basado en la
lectura y desde luego en el poder significativo de la palabra.
Roland Barthes proponía en 1964 extender el análisis retórico a la publicidad y
contemplaba para ello la necesaria expansión al terreno de
la imagen,
sabiendo que siempre debe existir el anclaje de la palabra:
… el anclaje es un control, detenta
una responsabilidad sobre el uso del mensaje frente a
la potencia
proyectiva de las imágenes
. (BARTHES, 1964: 37).

Esto es así porque una imagen puede valer mil palabras,
pero a efectos de significado o del significado para alguien,
esto es tanto como no decir nada. El texto que esta usted leyendo
en este momento es comprensible por cuanto compartimos el mismo
código,
el de las palabras cuyo significado se encuentra en el Diccionario.
Si en lugar de esta forma de comunicarnos tuviera ante sí
una colección de imágenes – sin palabras – la
comunicación hubiera fallado.

Sin duda es un reto el de lograr del nuevo medio la mayor
efectividad y es propio de un nuevo sistema la apropiación
de lo ya conseguido por otro. En este sentido el contacto entre
el diseño
publicitario y el de las páginas web es evidente: limpieza
de contenidos para allanar la comprensión,
estructuración muy clara que permita "navegar" al
internauta, búsqueda constante de una Imagen corporativa
seria, fiable y transparente.

La página de un Banco, por
ejemplo, mantiene la imagen
corporativa y a través de tonos muy definidos subraya
la limpieza que se proyecta a la propia gestión
de la entidad, véase por ejemplo http://www.cajamadrid.es . Por el
contrario la página de unos Grandes Almacenes es
profusa en la información a través de
imágenes en una verdadera sugerencia de abundancia de
productos,
sólo a modo de ejemplo posible, véase
también http://www.elcorteingles.es/general/
.

Lo más preocupante, sin embargo, es la proximidad de
las páginas
web con el diseño de un libro. Los programas de
diseño de páginas web seguramente han propiciado
este efecto. Abrir una página web, no es abrir un libro y
sin embargo el efecto y la intención son parecidas. Nos
encontramos casi invariablemente con una presentación y un
listado de "capítulos" o apartados.

Esa falacia de la que hablaba al principio opera en el propio
diseño. Somos y seguimos siendo lectores. Cuando Vannevar
Bush proponía una asociación de textos semejante a
la asociación de ideas olvidaba la naturaleza lectora.
Theodor H. Nelson clamaba por la ruptura de la linealidad del
texto pero la imprenta no
sólo trajo la posibilidad de un acceso inmediato al
conocimiento, es quizá uno de los inventos que
más profundamente ha cambiado al ser humano. El hipertexto
revela sin duda el funcionamiento cerebral por asociación
frente a la linealidad forzada de la escritura
(LANDOW, 1992: 216), es la "lógica del enlace" (CALI,
2000: 398-399), pero estas afirmaciones en todo caso nos
devuelven a una civilización ya conocida, la de la
oralidad o en términos actuales el medio audiovisual.

Nos hemos formado en la lectura y nos hemos formado
también en una forma de ordenar, conceptuar, el pensamiento o
en otras palabras la lectura aumenta la capacidad de
abstracción (ONG, 1982:
45). Los libros salidos de la imprenta mostraban textos uniformes
lejos de la anarquía del manuscrito, favorecieron la
lectura mental y no en voz alta (MANGUEL, 1995: 59-73). Y hubo
algo más, liberaron a la civilización de la
obligación de recordar, ordenaron su energía a
crear nuevas obras en la seguridad de que
lo escrito estaba ya almacenado y era lícito seguir
adelante.

La lectura no es sólo forma de conocimiento es
también dispensadora de autoridad y aquí opera una
segunda falacia, la idea de que cuánta más
información aparezca en una página web
y cuánto más se asemeje ésta a un libro,
mayor será el efecto sobre el receptor, mayor será
el prestigio del creador. Y, sin embargo, la experiencia nos dice
que esto no es así. El medio digital requiere de otras
formas de presentar la información. Este texto que usted
tiene delante es demasiado largo, probablemente se haya saltado
algún que otro párrafo, y si no es así, o aun
así se lo agradezco.

Es cierto que siempre cabe la posibilidad de imprimir la
información excesiva, incluso se habla de ya de libro
tradicional frente a libro electrónico. Ahora bien, el
problema sigue siendo el mismo. La lectura y sobre todo el libro
es un invento absolutamente natural, sólo necesita unos
ojos que lo descifren, no son necesarios los intermediarios y en
este caso la impresora lo
es.

Uno de los primeros cambios que deben operar en Internet y de
forma sistemática, además, es adaptar la
información al nuevo medio o pensar en la persona que
está al otro lado sabiendo que las condiciones de
atención son muy distintas a las propiciadas por los
libros y por la lectura. En esto llevan la delantera las
páginas con fines publicitarios o propagandísticos
y aun así es muy difícil encontrar el equilibrio
entre la información y las condiciones del receptor de esa
información.

No son ojos que leen sino ojos que prioritariamente miran y
miran de forma apresurada y miran saltando de un texto a otro, de
una página a otra en condiciones muy parecidas a las
propiciadas por la oralidad. La retórica se ofreció
desde el principio como una técnica capaz de "sujetar" la
dispersión propia del que oye para convertirle en alguien
que escucha porque sólo así podrá ser
convencido. Es una forma de ordenar el pensamiento. Los medios
audiovisuales nos devuelven al poder del sonido y de la
imagen. Y hemos ido más allá del homo
zapping
para encontrarnos con el homo clicking (WILSON
& HAMZAH & KHATTAB, 2003).

Frente al orden propuesto por la lectura, la realidad que
arroja la pantalla de nuestros ordenadores es muy distinta. La
incomodidad es evidente en la lectura de la pantalla, un problema
agravado por la velocidad en
la asociación de textos materializada en el hipertexto y
que no es otra cosa que la asociación de ideas. Es muy
difícil entre la maraña de información y de
opinión elegir y quedarse. La argumentación – por
estas razones – se transforma en un mensaje sencillo y efectivo
con dos o tres ideas principales a la manera de los textos
publicitarios. Quizá sea ésta una de las razones de
la radicalización monotemática de muchas
páginas de Internet. Más que argumentos lo que
aparecen en ellas son confirmaciones de una determinada
postura.

El diseño de páginas web como si efectivamente
fueran páginas aumenta poderosamente la sensación
de fatiga. Obligan al ojo a movimientos innecesarios y ajenos a
la primera impresión recibida. En este sentido la
publicidad basada en la imagen ha avanzado muchísimo hasta
adaptarse con total naturalidad a los movimientos argumentativos
del propio ojo:

La construcción de los anuncios obedece a una
retórica visual en la que la segmentación y la especialización
del mensaje articulan y subrayan los grandes ejes de la
argumentación. (ADAM & BONHOMME, 1997: 93).

Frente a la lectura horizontal, de izquierda a derecha, de
arriba abajo, está la lectura transversal, la que hace un
verdadero barrido y estructura la información. Desde este
punto de vista la parte izquierda es un … simple punto de
partida del barrido, es una zona de sombra o de lectura
mínima
[frente a] la parte derecha, superficie
activada [que] constituye la zona de atracción o de
lectura máxima
. (ADAM & BONHOMME, 1997: 94).

En las imágenes publicitarias el logotipo está
en el margen inferior derecho, incluso hay diseños que a
través de flechas, por ejemplo, fuerzan la mirada. Un
primer paso para que las páginas web se alejen de la
falacia del libro es el de adaptarse al poder de la imagen,

Este texto está siendo escrito con Word. Si miro
a mi derecha me encuentro con la indicación de la hora y
debería ser al revés. La información
fundamental debería estar ahí, el Inicio y el
Correo Electrónico, por ejemplo. Es un reto, desde luego,
llegar a cambiar totalmente el diseño de los hipertextos
en la idea de que ya son hipertextos multimedia. El lenguaje
condiciona el mensaje. La dificultad mayor del nuevo medio,
hubiera dicho la Retórica Clásica, es que dispersa
la atención hasta el punto de anularla.

3.- Los libros sin libros. Los
libros sin contexto. En busca de un lugar.

La Retórica ya sabía que "el medio es el
mensaje" en gran medida. En el caso de Internet creo que es
posible ir más allá y volvemos a encontrarnos con
la naturaleza del propio medio. Inestable, frágil,
instantáneo, volátil, virtual, son algunas de las
palabras que intentan caracterizarlo.

Sabemos que no todo esto es cierto, pero también
sabemos que podemos no volver a encontrar aquella página o
que es posible que ya no tenga la información que un
día nos encontramos en ella. Esta sensación de
fugacidad de la información, totalmente ilusoria, nos
lleva a desautorizar la propia información.

Un libro establece un principio y un final, táctil,
material, físico (ONG, 1984: 2-3), es un producto
material, en términos derridianos, un artefacto, que ocupa
la atención especial de las nuevas tendencias que bajo la
denominación materialist theory fijan en el libro
el centro de la producción cultural (AYERS, 2002: 762-766).
Hemos aprendido que "el saber se atesora en los libros" y que
están guardados y custodiados en lugares destinados a este
efecto. O en otras palabras, nos creemos lo que leemos cuando eso
está escrito y podemos volver a leerlo.

Desde luego que es un tópico antiquísimo, casi
atávico,
procedente de la propia oralidad. Sólo debe ser conservado
aquello que merezca serlo. Sabemos que esto no es así,
sabemos que un incendio no devorará todas las bibliotecas de
todo el mundo y nos dejará sin todos los libros. Aun
así, el peso de la letra escrita, y sobre todo, de la
letra escrita en su permanencia, pesa demasiado.

Los medios audiovisuales nos han acostumbrado a la fugacidad
de lo contado, nadie en su sano juicio graba en su casa los
informativos radiofónicos o televisivos para guardar
memoria de
ello, pero sabemos que alguien en las cadenas debe ocuparse de
algo así. El problema de la información que aparece
en Internet es que puede estar o no, o al menos eso creemos y esa
inmaterialidad arroja una sombra de duda sobre lo allí
contado, sólo cobrará fuerza y
credibilidad si lo vemos escrito o dicho en alguna parte
distinta, o en otras palabras, autorizado por alguien. La
materialidad del libro es evidente, como la del informativo
radiado o televisado, pensar que por que algo sea material es
más creíble que por no serlo, es desde luego,
vuelve a ser, otra falacia.

Una falacia que va más allá si consideramos la
forma de captar el
conocimiento. Alguien dice algo, es alguien el que se dirige
a nosotros, ese alguien es el autor o autoridad. Nos creemos
antes una noticia aparecida en un medio digital "serio" que en
una weblog, por ejemplo, aunque la noticia sea la misma.
Distinguimos una cosa de otra y vamos aprendiendo lentamente a
liberarnos de la "geografía del
conocimiento" que nos obliga a saber quién dijo
qué, dónde y cuándo. Sin embargo lo cierto
es que si alguien firma como "Anónimo" o nos encontramos
con un blogger puede parecernos que la autoridad está
restada porque desaparece el contexto en la creencia de que la
página, el lugar, otorga de por sí autoridad a lo
que se lee en ella (CRAWFORD, 2004: 43).

Aristóteles observó muy claramente en su
Retórica que en la
comunicación humana es preciso atender al menos a tres
factores. Quien dice, qué dice y a quién se lo dice
(ARISTÓTELES, 1356ª). El orador, el que
dice, es por sí mismo una fuente de persuasión
cuando, como observa Aristóteles, el mismo discurso
pronunciado por dos oradores distintos puede ser acogido de
formas muy diferentes. El problema en Internet va más
allá. La autoridad que prestamos a lo escrito, dicho u
oído, y
convenientemente procesado y destacado de la realidad circundante
es muy superior a lo que leemos en Internet. La inmaterialidad
del texto llega también a la inmaterialidad de la voz que
se expresa a través de él.

Creo que un factor coincidente – por oposición –
es la sensación demasiado material del medio, es decir,
cuando accedemos a la Red parece que nos encontramos ante un
mundo completamente ajeno y autosuficiente, que se rige por sus
propias reglas, definitivamente ajeno. Autopistas de la
información, red de redes, navegación, internauta,
bitácora, salas para chatear, ciberespacio, son demasiadas
palabras que intentan expresar la solidez de un lugar en el fondo
inmaterial.

Si en algún momento se creyó que
estábamos en la nueva frontera y que
ésta se colocaba más allá del espacio
conocido (REYNOLDS, 1998: 27), lo cierto es que esa
sensación de libertad queda reducida a un mundo
claustrofóbico. Uno de los primeros efectos de este
extraño mundo ajeno – o así podemos llegar a
sentirlo – es que el exceso de información posible, deriva
en la sospecha de que no se tiene la suficiente. O en otras
palabras, si alguien busca algo en Internet y lo encuentra es
posible que permanezca la inquietud de que puede haber algo
más, mucho más, incluso.

Es cierto que Internet no deja de ser una herramienta, un
instrumento. Es cierto también que el verdadero
conocimiento radica en saber dónde buscar lo que se
necesita o en saber que no se sabe nada. Ahora bien la
credibilidad que ofrecen las páginas web debe ser
contrarrestada por otras en un ejercicio incesante de
navegación, el problema es que hay muchas otras, es
más, no sabemos cuántas. Estamos sin duda ante una
verdadera reordenación de acceso al conocimiento (SUSSMAN,
1999) y lo que el sistema tradicional percibe como caótico
es sin duda la oportunidad de un acceso más libre y amplio
a la información. Creo que existe una confusión de
fondo que pasa por "creerse" la materialidad de Internet como un
lugar donde se halla todo el conocimiento cuando en realidad es
el internauta el que busca de entre todo el conocimiento no
siendo todo. En la medida en que nos acerquemos a Internet como
un lugar profundamente humano y no como un ciberespacio en el que
somos navegantes desorientados podremos olvidar la
sensación de caos sobre todo si la enfrentamos con la
noción inconsciente que tenemos del saber tradicional.

El conocimiento tradicional es, en el fondo, un conocimiento
jerárquico basado en un sistema de valoraciones que pasan
por lo que es mejor o peor, lo que está abajo o lo que
está arriba. Es un saber que almacena el conocimiento y
que lo organiza. Es un saber profundamente material, de una
solidez casi física. Establece
escalas de conocimiento a través del sistema educativo,
determina quien sabe más por lo que ha subido y llega a la
conclusión equivocada de igualar el conocimiento, la
autoridad y el lugar ocupado. Desde un sistema de esta naturaleza
es lógico que el sistema de comunicación e
información de Internet sea todavía infravalorado.
Lo que no debería hacer el nuevo sistema es intentar
obtener su valoración del anterior porque entonces se
estará negando a sí mismo. Creo que esta
validación pasa por una mala comprensión del canal
que se asimila, sin más, a la lectura e incluso a la
lectura sin libros.

El hipertexto no deja de ser una forma "textual" de organizar
la información, ni mucho menos novedosa. En el fondo un
libro es un hipertexto, con su bibliografía o enlaces, con
sus notas a pie de página o textos relacionados. Lo que ha
permitido el medio digital es el perfeccionamiento de este
método. La
ruptura "novedosa" de la secuencialidad del texto tradicional en
el fondo es un espejismo porque el lector hace algo, leer y
proponer un orden. Nuestro cerebro
lentamente se acostumbra a la velocidad del proceso, sin
embargo el medio digital parece ir más lento en el
reconocimiento de su propia naturaleza, ajena a la materialidad y
a la apariencia del libro. Y esto se revela con especial claridad
cuando la interactividad propiciada por Internet adquiere su
más pleno significado en las llamadas weblogs sobre
todo en lo que atañe a la figura del "autor" en el sentido
clásico de "autoridad". Si la lectura es distinta, si el
lector no es lector, si no hay libros entendidos como almacenes
perdurables, llegamos a la consecuencia de que hay autores que ya
no son lo que creíamos.

4.- La lectura sin autor.
Interactividad y weblogs. El ciberespacio y sus
blogosferas.

El más absoluto avance en los últimos
años es, desde luego, el de la interactividad. La red de
redes no es sólo un lugar donde encontrar algo sino que se
ha transformado en un lugar donde decir algo. Ha sido un procedimiento
técnico, el de la llamada "sindicación" o RSS, el
que ha proporcionado una manera fácil de publicar los
propios textos. De las antiguas páginas personales hemos
llegado a las weblogs o bitácoras, lo que se conoce como
blogs. La definición todavía es inestable y abarca
páginas de enlaces y páginas en línea sobre
las más variadas cuestiones que añaden noticias o
novedades por orden cronológico dejando espacio
además para la opinión de los internautas (SMOLKIN,
2004: 38).

Es un fenómeno en expansión y que comenzó
con más fuerza a ser reflejado por la prensa en el
último año. Hubo dos razones principales. La
primera es la aplicación de este sistema a la
comunicación comercial y en segundo lugar el impacto de
los blogs en la campaña presidencial de Estados Unidos
(GIBBS, 2004) en lo que se ha llamado ya "el quinto poder".

Las webblogs o páginas personales constituyen sin duda
un verdadero avance en la formación de opinión a
través de Internet. Su propio nombre, log
"bitácora", en castellano, nos
indica cómo este fenómeno está profundamente
arraigado en la naturaleza del medio. En un principio las weblogs
eran verdaderos cuadernos de viaje, o páginas que
proponían itinerarios de navegación en la red a
través de enlaces. De ahí hemos pasado,
además, a la publicación de opiniones personales
que enlazan con otras o de diarios en los que se registra el
día a día del internauta. Hasta qué punto
son persuasivas esas opiniones, depende de nosotros o
debería depender de nosotros.

Ahora bien, lo que me interesa resaltar de este nuevo
fenómeno es por un lado la cristalización de la
llamada "sinergia"
entendida como corriente de opinión favorecida por la
rapidez del medio digital. Pero esas opiniones van más
allá al intentar ser reconocidas. Aplico en este caso el
concepto de
poliacroasis acuñado por Tomás
Albaladejo:

La poliacroasis o audición, recepción e
interpretación múltiple desempeña un papel
decisivo en la transformación de la propuesta de realidad
en realidad efectiva. Una de las formas de poliacroasis es
la que se asienta sobre la distinción entre oyentes que
deciden y oyentes que no deciden a propósito de los
discursos.
(ALBALADEJO, 2001b: http://www.um.es/tonosdigital/znum1/estudios/albada1.htm)

Esta recepción múltiple, imprevisible, en el
caso de Internet explica muy bien la acuciante búsqueda de
identidad – en
el fondo de autoridad – emprendida por el movimiento
blogger que se muestra ya como
una corriente secundaria dentro de la Red. Las antiguas
comunidades de Internet compartían itinerarios semejantes,
se alojaron también en verdaderos lugares de encuentro en
el ciberespacio hasta el punto de hablar de comunidades
retóricas o comunidades en las que la interacción deviene en la
construcción de un discurso común (ZAPPEN, James P.
& GURAK, Laura J. & DOHENY-FARINA, St., 1997 y SUSSMAN,
Gerald, 1999). El movimiento blogger nos muestra la interesante
perspectiva de una comunidad que se está formando.

Aunque han transcurridos pocos años – en
términos históricos – de la
implantación de Internet en nuestras vidas, lo cierto es
que el cambio ha sido
extraordinariamente intenso. Lo que he intentado explicar en los
apartados anteriores no deja de ser un registro de las
interferencias entre el sistema tradicional de apropiación
y validación del conocimiento con el nuevo medio. Estamos
en el comienzo y todavía nos queda mucho por ver. Ahora
bien, un fenómeno tan pujante y ya notable en Internet
como el de las webblogs puede mostrarnos, si nos detenemos en
él, la naturaleza del propio medio. O, en otras palabras,
lo que está ocurriendo en este momento en la "blogosfera"
muestra a escala reducida
lo que a gran escala ha ocurrido y está ocurriendo en
Internet.

Un sistema que se precie debe tener un antes y un
después, una historia que marque el principio y una
evolución. La idea de que algo existe
porque ha pasado y ha pasado de una forma determinada es un
espejismo consolador sin duda y profundamente falso. Los blogs
establecen así un primer sistema de validación a
través de una serie de hitos (ORIHUELA, 2004: http://www.ecuaderno.com/archives/000042.php)
como los establecidos por la propia red a través de la
noción teórica del hipertexto. La idea de que
todavía estamos en el principio nos lo muestra la
invariable repetición de los mismos tópicos,
incluido el principio de este trabajo en el que se hace la ya
obligada referencia a los trabajos pioneros de Vannevar Bush y de
Theodor H. Nelson.

Es posible imaginar que en un futuro nada estará tan
claro, nada será tan sólido y eso sólo es
posible si el sistema está lo suficientemente afincado ya
que cuestionar su origen, en este momento inicial, es tanto como
cuestionar su propia validez.

La solidez también puede adquirirse estableciendo un
lugar, debe estar en alguna parte o debe poseer una entidad
física que evite el aislamiento o el temido caos. Internet
se ha diferenciado primero a través del lenguaje
ofreciéndose como un lugar que parece existir realmente.
Planteaba que autopistas de la información,
navegación o internauta son indicios de una voluntad por
ofrecerse como un lugar ajeno, material y físico. El
sistema de búsqueda establece su propia jerarquía,
señala el camino siendo sólo cómo es un
mecanismo organizativo. Pero el buscador busca en lugares,
establece la navegación del Internauta. Se nos ofrece como
una biblioteca con un
bibliotecario – buscador – especialmente capaz y competente
que al final filtra la ingente información.

La idea de lugar es, en estos momentos, un condicionante
importantísimo en la instauración propia de las
weblogs. En realidad es un verdadero mecanismo de
"autentificación". El término blogosfera, como un
universo
aparte, está ya expandido. Es un universo aparte en el
interior de un universo. En realidad se basa en la palabra
"biosfera"
entendida como el conjunto de los medios donde se desarrollan los
seres vivos y en una segunda acepción como el conjunto de
los seres vivos que habitan la tierra. En
este traslado de palabras, los seres vivos son los propios blogs
interactuando y la tierra el
ciberespacio, del globo terráqueo pasamos al blog en un
juego de
palabras. La voluntad de ubicación es de tal naturaleza
que puede encontrarse organizado en mapas (http://www.acepilots.com/mt/mt-static/comblog.html)
– incluidos planos de metro (http://mouche.joueb.com/news/540.shtml)
– que ofrecen una organización física de los blogs
individuales. Es más, incluso existen "cementerios de
blogs" http://cemiteriodosblogs.zip.net/.
Es la voluntad de un sistema que se quiere alternativo y para
esto es imprescindible además establecer claramente las
fronteras.

Estamos hablando, no conviene olvidarlo, de páginas
personales ajenas a empresas,
negocios o
instituciones.
La pregunta es sí puede hallarse una identidad colectiva
para una confluencia por naturaleza heterogénea. Los
primeros testimonios teóricos reconocidos que hablan de
Internet ofrecen el nuevo medio como una verdadera alternativa
que consiste en romper la secuencia lineal del texto. Es el
reflejo de cómo pensamos, es un medio anárquico
ajeno al rigor y a la esclavitud
impuesta por el sistema tradicional. Es el precio para
existir; no ser lo que el otro ya es.

Hemos visto algunas de las interferencias del sistema de
conocimiento propuesto por la Red frente al sistema anterior de
conocimiento tradicional. La interferencia principal consiste en
apoyarse en los condicionantes propios de la lectura hasta el
extremo de que más que universo de navegación,
Internet puede considerarse como una biblioteca, ciertamente
infinita, ciertamente inabarcable, pero ciertamente una
Biblioteca con un sistema de buscadores que
facilita el acceso o que lo jerarquiza. El principal signo de que
Internet no ha conseguido afianzarse como sistema de conocimiento
alternativo es que seguimos dando más validez a lo
publicado en otros medios.

Los blogs repiten el mecanismo inicial atacando el punto
central de validación, no otro que el de los buscadores de
la misma manera que se erige el hipertexto contra el texto
tradicional. De hecho, y desde su origen, los blogs se muestran
como verdaderas bitácoras, como verdaderos cuadernos de
viaje que permiten recorridos alternativos y marginales, o en las
fronteras del propio sistema. Es más han reproducido
– por otra parte en buena lógica – los principales
rasgos de la propia Red como afirma un blogger:

No deja de sorprenderme la repercusión social que
están teniendo los Blogs y la euforia que existe alrededor
de RSS, OPML y demás. Especialmente cuando veo los
paralelismos existentes hace 12 años cuando empecé
mis andaduras en Internet. Aunque la historia se repite y se
mejora (de tener simples páginas de texto ahora tenemos
contenido, web semántica) la tecnología está
evolucionando en los mismos pasos que lo realizó a
principios de
los 90: Contenido HTML (RSS),
enlaces HTML (OPML), directorios (Blogalia), gophers (Bloglines),
buscadores (Feedster) … Demasiados paralelismos que
quizás podrían ayudarnos a predecir y adelantarnos
a las futuras tecnologías que crecen de forma
anárquica. (publicado por Horaci el 01/10/2004 http://horaci.blogs.com/entropia/2004/01/rss_la_historia.html)

Cuando un sistema está en la periferia y desea
independizarse se hace "visible" para el centro (EVEN ZOHAR,
2004: 44) pero esto desata una verdadera duda teórica. Se
supone que el centro es visible, demasiado visible, tiene ya su
historia, su lugar y su presencia asegurada. Es la autoridad. Por
oposición el sistema "aspirante" rechaza la autoridad pero
como periferia la única oportunidad que tiene es la de
hacerse visible para el centro. El afán por la
"visibilidad" o la popularidad o el que se sepa lo que uno
está diciendo y que uno existe, además, se refleja
ya en múltiples páginas y opiniones. Es una
ilustración de ese temor ante el
crecimiento anárquico al que se refiere la cita
anterior.

En primer lugar ha ocupado ya un debate
teórico que puede resumirse en la siguiente frase: "Si nos
presentamos y somos un sistema alternativo al autorizado, en este
caso Internet, sólo nuestra peculiaridad y nuestro
valor
podrá salvarse si seguimos siendo marginales". Es lo que
respira en las respuestas que pueden hallarse en el blog que
lleva por título inequívoco The Unified Blog
Theory
(http://tubt.rediffblogs.com/)
en un intento por unir las propias fuerzas.

Pero por otro lado y en segundo lugar se estimula la
visibilidad reseñando aquellos hechos en los que la
opinión desatada por los blogs crea una sinergia que
obliga a reconocerlos. Me refiero, por ejemplo, al
polémico anuncio publicitario del periódico
El País en el que salían fotografiadas las
Torres Gemelas el 11 y el 12 de septiembre con el ambiguo –
para algunos – pie de foto Un día da para
mucho
. Las weblogs reseñan invariablemente como un
triunfo – y se atribuyen – la fulgurante rectificación del
periódico por la rápida propagación de la
polémica (ORIHUELA, 2004: http://www.ecuaderno.com/archives/000402.php).
La conclusión teórica es que se han hecho visibles
y han entrado en el sistema oficial hasta cambiarlo.

En tercer lugar llega la constatación definitiva de que
el centro ha reconocido a la periferia, esto es tanto como decir
que ha reconocido su poder, pero también que ha decidido
asimilarla. Es sólo una anécdota pero lo cierto es
que en la Convención Demócrata de Boston algunos de
los bloggers más conocidos fueron invitados (LEE, 2004)
dotando así de oficialidad y de autoridad a los que se
deseaban al margen del sistema oficial.

Y en cuarto lugar, y lo que es más importante, los
propios buscadores han ofrecido una forma de crear blogs como
Google, con su
propia página y firmada por "a Googler"
http://www.google.com/googleblog/2004/07/warning-we-brake-for-number-theory.html
).
Esta lenta asimilación en la gran Red de Redes ofrece ya
varios síntomas inequívocos. Lo que en principio
habían sido y son aportaciones individuales libres y
desorganizadas o un verdadero movimiento anárquico se va
organizando ya siguiendo dos movimientos básicos, el de la
validación y el de la regulación.

El de la validación establece que hay unas weblogs
mejores que otras hasta establecer un verdadero canon. Solo la
idea de que exista una posible jerarquía da muestra de
valor y credibilidad, al menos aparentemente. El segundo de los
movimientos establece una regulación, de lo que ha de ser
y no ha de ser, algo que teniendo en cuenta la naturaleza de los
blogs es una tarea imposible y desde luego negar su verdadera
naturaleza, la de la contribución individual.

Estamos en los primeros momentos pero no deja de sorprender la
publicación de un manifiesto que intenta regular la forma
y contenido de los blogs individuales. Lleva por título
Manifiesto ARS sobre weblogs, bitácoras o dietarios en
Internet
y en él puede leerse, por ejemplo:

No empezaremos con frases como:

· Hoy, yendo por la calle..

· Hoy estoy deprimido / contento / …

· Hoy he ido

· 7.00 horas. Lo cierto es que no tengo ganas de
levantarme (http://www.geocities.com/manifiestoars/manifiesto.htm)

El manifiesto es un análisis sagaz e irónico
como puede verse. Ahora bien, lo más significativo es que
la carga irónica paso desapercibida para muchos bloggers
(http://www.geocities.com/manifiestoars/hablan.htm)
que se tomaron en serio en primer lugar si podía regularse
su propia actividad y en segundo lugar cuáles
deberían ser entonces las reglas. Esto puede interpretarse
como un síntoma de que es necesaria una identidad y esta
identidad recoge lo que sé es tanto como lo que se
debería ser.

Pero la ironía del manifiesto nos revela algo que creo
es mucho más interesante. La parodia es el envés de
algo demasiado conocido. Cervantes pudo
parodiar los libros de caballería porque el público
los conocía lo suficiente para saber que a cada regla, a
cada personaje o episodio serio le corresponde su sombra
humorística. La parodia es así la mayor prueba de
la consolidación de un género. Lo
que los autores del Manifiesto hicieron fue detectar las
características básicas de la blogosfera aunque
sólo fuera para parodiarlas pero han "autorizado"
así que la blogosfera existe y es visible.

Creo que el objetivo final
de esta necesidad de identidad y de ubicación, de
quiénes somos y dónde estamos, persigue un objetivo
final que es el de dar validez, autoridad a la propia
opinión y a la voluntad de que sea opinión sea
autorizada y sirva para algo. Es una valoración de la
autoridad por el contexto no tanto por la validez o no de las
ideas expresadas.

De nuevo hay una interferencia entre el sistema tradicional y
el nuevo sistema, entre la organización, regulación
y validación de la sociedad de
conocimiento tradicional frente a los cambios inherentes a esta
nueva sociedad propiciada por Internet, el ciberespacio, y sus
blogossferas. Alguien dice algo a alguien, utilizando un canal
determinado que influye en cómo ese alguien dice ese algo
a ese alguien, sea quien sea. No es necesario crear un espacio
alternativo con sus propias reglas en paralelo, a no ser que se
desee que el nuevo espacio sea de una materialidad tan evidente
que pueda vivir por sí solo, algo que en principio,
sólo en principio, parece imposible.

CONCLUSIONES

1.- El medio digital no ha reconocido todavía las
peculiaridades de su canal comunicativo apropiándose del
canal tradicional basado en la lectura y en la validación
de las opiniones a través de la autoridad individual. La
principal falacia es que el internauta, pantalla, página
web y texto tradicional equivalen respectivamente a lector,
página, libro e hipertexto.

2.- La voluntad por erigirse en un lugar con todas sus
consecuencias demuestra la necesidad de establecer unas fronteras
para erigirse en un sistema alternativo que no obstante basa su
propia identidad y su validación en el sistema
tradicional. La creación de un lugar en apariencia
material constituye así la propuesta más clara de
dotar de autoridad a lo expresado a través del contexto es
decir del lugar preciso en el que puede enmarcarse la
comunicación.

3.- La irrupción de las llamadas "webblogs" o
"bitácoras en la red", páginas personales, muestra
por un lado la interactividad en rápidos medios de
comunicación entre internautas y por otra parte ilustra a
escala reducida las principales inquietudes e interferencias con
el sistema tradicional que el propio ciberespacio
experimenta.

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Amelia Fernández Rodríguez

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