En 1 Corintios 12:14-26 se muestra dos enemigos claros
de unidad: el primero es que alguien crea que él es mayor
o más importante que el otro y por lo tanto no necesita al
hermano; y la segunda es sentirse de menos y por ende no
necesario a los demás. Ninguna de estas dos actitudes son
correctas ni se fundamentan en el genuino amor. Por el contrario,
debemos preferirnos los unos a los otros en cuanto a la honra,
así como preocuparnos los unos por los otros, no velando
solamente por lo propio sino también por lo de los
otros.
Conclusión:
División es tener más de una
visión. Para guardar la unidad debemos tener el mismo
sentir que hay en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo:
el amor. Y el mayor amor que hay es dar la vida por los amigos,
que es parte importante de nuestra visión. No podemos
crecer, ni vivir, ni permanecer ni hacer nada en Cristo sino
tenemos amor los unos por los otros.
La
intercesión
Jesús y el Espíritu Santo son
intercesores:
Para que nosotros podamos entender de
intercesión, debemos comprender que tanto Jesús
como el Espíritu Santo son intercesores. Cuando nosotros
intercedemos, los estamos imitando.
Jesús intercede por nosotros:
En el cielo solamente hay dos que interceden por uno:
Jesús y el Espíritu Santo. Jesús vive
intercediendo por ti, como buen sumo sacerdote que es. Recuerda
esto cada vez que tú seas tentado. "Y los otros sacerdotes
llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no
podían continuar; mas éste, por cuanto permanece
para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede
también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos."
(Hebreos 7:23-25)
El Espíritu nos ayuda a orar:
La Biblia dice: "Y de igual manera el Espíritu
nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles, Mas el que
escudriña los corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos." (Romanos
8:26-27)
No veamos nuestras debilidades, sino a nuestro ayudador.
Cuando usamos el don de lenguas para hablar con Dios, aunque no
entendamos lo que decimos, Espíritu mismo intercede por
nosotros, pues Él sabe que es lo mejor para nuestra
vida.
Dios busca intercesores:
Dios busca intercesores entre los hombres que hagan
vallado delante de Él a favor de otros. Ezequiel 22:30
dice: "Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y
que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la
tierra, para que yo no la destruyese; y no lo
hallé."
El Señor quiere Guatemala para Él; por eso
debemos pedir por nuestro país para que así suceda.
El nos dijo: "Pídeme, y te daré por herencia las
naciones. Y como posesión tuya los confines de la tierra."
(Salmo 2:8)
Cuando tú haces guerra espiritual vas delante del
diablo y reclamas a esa generación para la gloria de
Jesucristo; pero cuando tú intercedes, vas delante de Dios
y le pides a tu Padre Celestial que tenga misericordia de ellos.
Delante de Dios se va con todo respeto a interceder y delante del
diablo se va con autoridad a reclamar.
Tres cosas que nos mueven a
interceder:
1. Tener interés por alguien o algo; primero se
interesa y luego intercede.
2. Tener amor para alguien; no hay que tener prejuicios
para los pecadores y si no debemos amarlos.
3. Responsabilidad de hacerlo constantemente.
Aspectos importantes de la
intercesión:
En medio de la gloria de Dios, debemos interceder.
Números 16:41-50 relata la intercesión de
Moisés a favor del pueblo de Israel cuando estaba
delante de la gloria de Dios.La intercesión también se delega.
Cuando El Señor revela al pastor que habrá
juicio contra una nación, el pastor dice a la
congregación que interceda por toda la
nación.La intercesión es una combinación de
oración y santidad juntas. Jesús dijo "Por amor
a ellos, yo me santifico." De tu santidad depende mucha gente
y mucho testimonio.Cuando queremos tener una intercesión
efectiva, se presenta expiación: Presentas la sangre
de su Hijo Jesús, quien murió por nosotros y es
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.Cuando tú eres sensible a la presencia y a la
voz del Señor, El te indicará el momento
específico para clamar. Interceder es clamar por el
que no puede hacerlo.Interceder es ponerse entre unos y otros.
¿Por qué debemos
interceder?
Temas para interceder por:
1. Autoridades espirituales Efesios
6:182. Que Dios nos entregue la nación Salmo
2:83. Por la paz de Jerusalén Salmo
122:64. Que Dios envíe obreros Mateo
9:385. Autoridades terrenales 1 Timoteo
2:1-46. Por nuestras ovejas Gálatas
4:19
Debemos orar por nuestras ovejas por lo
siguiente:
1. Porque seamos uno…
………… Juan 17:112. Para tengamos su
gozo………………….
Juan 17:133. Que seamos guardados del
mal…….. ………… Juan
17:154. Que seamos santificados en su
verdad………
………… Juan 17:175. Para que seamos santos por amor a
ellos….
……………………
Juan 17:196. Para que estemos juntos con el
Padre………………………………………
Juan 17:247. Para que el amor de Dios abunde en nuestros
corazones…
……………………
Juan 17:26
El resultado de esta oración la podemos ver en lo
que Jesús dijo en Juan 17:20-23.
"Mas no ruego solamente por éstos, sino
también por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh
Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno
en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La
gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno,
así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en
mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos
como también a mí me has amado."
Conclusión:
Intercesión es ponerse entre Dios y aquel que no
puede clamar por sí mismo. Dios busca intercesores pues su
voluntad es que ninguno se pierda Ten el mismo sentir que hay en
Jesús y en el Espíritu Santo, quienes nos
enseñan a cómo interceder y por quiénes
hacerlo.
Cómo
predicar
Predicando por las casas:
Todo obrero debe aprender a predicar en el contexto de
la visión, es decir, en una célula en casa.
Jesús también predicó en las casas. En Lucas
19:1-10 se narra la historia de Zaqueo, jefe de los publicanos, a
quien Jesús escogió para posar en su casa. Esto
causó murmuración entre la gente, pero Jesús
dijo: ''Hoy ha venido la salvación a esta casa", y Zaqueo
fue salvo ese día.
También vemos la vez en la cual Jesús
predicó en casa de Leví, recaudador de impuestos.
Según Marcos 2:13-17, en esa casa había tipos de
personas que no pueden faltar en ninguna
célula:
1. Jesús
2. Los discípulos de Jesús
3. Los publicanos y los pecadores
La semilla que tú siembres es la mejor semilla
que puede existir, pero si no transmites el mensaje como debe
ser, es posible que esta semilla no llegue a tierra
fértil. Por esta razón, procura velar por lo
siguiente:
1- Cuida el mensaje
2- Cuida la forma en la que trasmitas el
mensaje
3- Predica en santidad
4- Predica acompañado de señales,
maravillas y milagros
Cuida el mensaje:
Procura que dicho mensaje no sea religioso; recuerda que
le estás predicando a personas que no conocen de
Jesús. En Juan 4:1-19 leemos como Jesús se le
acercó a la samaritana de una forma no religiosa, y
llamó su atención al pedirle de beber (hizo una
introducción), no permitió que se desviara del
tema, la confrontó y la guió a la
conversión. Jesús primero le habló de la
necesidad de ella y luego de su pecado. Jesús siempre
trató bien a las personas porque le costó su propia
vida; Él las amó.
Procura cuidar en el mensaje lo
siguiente:
• Cuida de enseñarla Palabra de nuestro
Señor de una forma sana (1 Timoteo 6:3-4)
• Enseña aquello que has aprendido de tus
líderes, y encarga a otros que enseñen lo mismo (2
Timoteo 2:2)
• No debes prestar atención a temas necios
que acarrean disputas, ni a fábulas ni interminables
genealogías (1 Timoteo 1:3-4). Debes evitar enseñar
diferente doctrina de la que has aprendido.
• Evita ser contencioso y no causes divisiones,
sino procura ser amable, sufrido y manso (2 Timoteo
2:23)
• No seas pendenciero al momento de transmitirlo,
sino preséntate como una persona aprobada por Dios (2
Timoteo 2:14-17)
• Cuídate de no decir chistes, que no vengan
al caso. Es mejor que leas las sagradas escrituras, porque por
medio de ella Dios nos habla.
Cuida el lenguaje:
• Utiliza un lenguaje sencillo que todos puedan
entender, tal como Jesús lo hacía. Ilustra el
mensaje con testimonios, anécdotas o ejemplos que ayuden
al oyente a recibir la Palabra de Dios. Jesús usó
ilustraciones tales como las aves del cielo, las flores del
campo, etc.
• Apóyate con frases que te ayuden a dar a
entender la idea que deseas transmitir.
• Así mismo, ten cuidado con declaraciones o
calificativos que utilices para definir la vida de las
demás personas, a fin que ninguno salga condenado, herido
u ofendido.
• Habla con gracia. La Biblia dice que sazones
nuestras palabras con sal para dar edificación al oyente.
(Colosenses 4:6)
Cuida la forma:
• No leas ningún bosquejo, pues esto da la
impresión que es un discurso y no una palabra viva en tu
corazón. Estudia con anterioridad el bosquejo y
prepárate en oración para que Dios te
use.
• Tampoco es necesario que grites para hablar, pues
esto da la impresión que la gente no está
entendiendo lo que tú hablas, y podrían
ofenderse.
• La Biblia dice: "Vuestra gentileza sea conocida
de todos los hombres." (Filipenses 4:5)
Predica en santidad:
1 Timoteo 4:16 dice "Ten cuidado de ti mismo y de la
doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te
salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. "Vive lo que
hablas, pues de esta manera darás testimonio que el
Espíritu Santo habita en ti y la palabra que tú
hablas es inspirada por Él.
Predica con milagros:
En Marcos 16:17-18 Jesús dijo: "Y estas
señales seguirán a los que creen: En mi nombre
echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
Jesús siempre acompañó sus
enseñanzas con las señales y los milagros. En una
ocasión dijo que hacía señales porque sino
no le creerían. Jesús vio en las necesidades una
oportunidad de predicar el evangelio. Sanó a la su suegra
de Pedro en su casa, y a la noche tuvo la oportunidad de
presentar el evangelio a multitudes.
Ora por los enfermos creyendo que éstos
sanarán; ora por personas que estén oprimidas por
el diablo. Mira en cada persona una oportunidad de dar las buenas
noticias de Jesús y el poder de Dios. Bendice gente, y
muchos serán atraídos al Señor.
El apóstol Pablo dijo: "Así que, hermanos,
cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no
fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me
propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y
a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,
y mucho temor y temblor y ni mi palabra ni mi predicación
fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder, para que
vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los
hombres, sino en el poder de Dios."(1 Corintios 2:1-5)
Presenta a Jesús como Señor y
Salvador:
No te olvides nunca de hacer el llamado y buscar la
oportunidad que cada persona entregue su vida a Jesús y
confiese con su boca que Él es su Señor y Salvador.
Romanos 10:8-10. El llamado es la conclusión de cada
prédica, y debes convertirte en un buen pescador de almas
a través de un llamado efectivo.
Echando fuera
demonios
El Reino de DIOS se ha acercado:
En Lucas 11:14-20 leemos: "Estaba Jesús echando
fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el
demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló.
Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú,
príncipe de los demonios, echa fuera los demonios. Otros,
para tentarle, le pedían señal del cielo. Mas
él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo
reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa
dividida contra sí misma, cae. Y si también
Satanás está dividido contra sí mismo,
¿cómo permanecerá su reino? ya que
decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios.
Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú,
¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto,
ellos serán vuestros jueces. Mas si por el dedo de Dios
echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha
llegado a vosotros."
Cuando predicamos el reino de Dios, nos acompañan
señales y prodigios, y uno de ellos es echar fuera
demonios. Para echar fuera demonios no es necesario un curso,
solo es necesario creer en la autoridad que el Señor nos
ha dado. "Por sus frutos los conoceréis"; el fruto da
testimonio de nosotros, el poder que nos acompaña da
testimonio de Él.
Un reino dividido no prevalece:
Un reino no puede dividirse contra sí mismo. No
es Satanás quien echa fuera los demonios, sino nosotros.
No podemos dividir el reino de Dios. Hay personas que quieren
echar fuera demonios pero tienen comunión con ellos,
practicando cosas que tienen que ver con ocultismo, escuchando
cosas que no deben, y no manteniéndose así en
santidad. No podemos echar fuera demonios y darle lugar al diablo
en nuestras vidas.
Notros somos enemigos del diablo
Muchas veces se nos olvida que también nosotros
somos enemigos del diablo, y tememos por lo que éste ha de
hacernos. Debemos sacar fuera los demonios y no temer, pues es el
diablo quien debería temer de nosotros. Nuestra presencia
en un lugar debe atormentarlo a él. Debemos darle vuelta a
la fe en el nombre del Señor Jesús si queremos ver
la victoria.
Jesús dijo que echaba fuera demonios con "el dedo
de Dios". El no les pone tanta importancia, sino que los echa
fuera con su dedo. Cuando echamos fuera demonios se manifiesta
que ha venido el reino de Dios. Echar fuera demonios es destruir
un reino para establecer otro. Jesús vino para deshacer
las obras del diablo 1 Juan 3:8.
Ordenándole a los demonios:
En Marcos 1:17-28 se relata la historia cuando
Jesús entró en la sinagoga y un muchacho
endemoniado comenzó a dar voces. Jesús
reprendió al demonio y el muchacho quedó libre. El
demonio al hablar lo hizo en plural, como si fueran muchos,
mientras Jesús al reprenderlo lo hizo en singular. No
importa cuántos sean, lo importante es que deben obedecer
a la orden que se les ha dado. No se le pide el favor de que se
vaya no se discute con él, se le ordena.
Cuando todos vieron lo que Jesús había
hecho se maravillaron, preguntando qué nueva doctrina era
esa. Echar fuera demonios también es parte de la doctrina
de Jesús.
Jesús había llamado a sus
discípulos para que fueran pescadores de hombres, y desde
el inicio les enseñó que no es con espada ni con
ejército, sino con su Santo Espíritu.
También les demostró que Él es un Dios de
poder. Lo primero que les enseñó fue a echar fuera
demonios, aunque no les dio autoridad de hacerlo
inmediatamente.
En el nombre de Jesús:
"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. EL que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios…" (Marcos
16:15-18).
Jesús nos mandó a predicarle a toda
criatura, y muchas personas estarán enfermas, otras
oprimidas, y algunas otras, endemoniadas. Por amor a ellas,
debemos aprender a echar fuera los demonios que las
atormentan.
Los demonios no salen por mencionar o repetir el nombre
de Jesús como si se tratase de alguna fórmula
mágica, sino porque les ordenamos "en
representación" de Jesús. Esto quiere decir "en su
nombre". Estamos constituidos como delegados o embajadores de
Jesucristo para hacer milagros y prodigios en su nombre. No es
"con" su nombre, es "en" su nombre.
En Lucas 8:26-33 narra la historia del endemoniado
gadareno, quien dijo que se llamaba Legión porque
tenía muchos demonios dentro. No importa cuántos
demonios son, si son muchos o si es uno sólo, el trato es
el mismo: en el nombre de Jesús se le echa fuera, y
éstos se sujetan. Los espíritus se sienten
atormentados con la presencia de Jesús.
Discernir entre la carne y un
espíritu:
Para echar fuera demonios se debe tener discernimiento
para distinguir entre un espíritu y la carne. Existen
personas que se escudan en los demonios para hacer sus
carnalidades como celos, fornicaciones o contiendas, pecando.
Pero Gálatas 5:19-21 es claro en señalar que muchas
de esas prácticas se originan en la carne, no en la
influencia demoníaca. Tú no puedes reprender las
obras de la carne, debes hacerlas morir.
La autoridad delegada:
Primero escogió a doce y les delegó
esa autoridad "Después subió al monte, y
llamó a sí a los que él quiso; y
vinieron a él. Y estableció a doce, para que
estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que
tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera
demonios." (Marcos 3:13)Luego los envió, instruyéndoles a que
echaran fueran demonios; "Entonces Amando a sus doce
discípulos, les dio autoridad sobre los
espíritus inmundos, Para que los echasen fuera, y para
sanar toda enfermedad y toda dolencia." (Mateo
10:1)Los setenta también tuvieron el mismo poder y
autoridad de echar fuera demonios. "Volvieron los setenta con
gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se no sujetan
en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás
caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad
de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del
enemigo, y nada os dañará. Pero no os
regocijéis de que los espíritus se os sujetan,
sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos." (Lucas 10:17-20)
Les dijo que no se regocijaran por echar fuera un
demonio, sino que más glorioso aún es que los
nombres están escritos en el libro de la vida. Cuando hay
un nombre escrito en el libro de la vida, los demonios se
sujetan. Ellos conocen quien es Jesús y saben quién
soy yo (Ej. Pablo en Hechos)
Jesús dijo claramente que teníamos poder
sobre toda fuerza del enemigo y que nada nos haría
daño. No debemos temer que al echar fuera un demonio se
nos vaya a pasar, nos vaya a lastimar o nos contamine.
Jesús dijo que nada nos dañaría.
A aquellos que han sido libres hay que enseñarles
a que no jueguen con la libertad que Cristo les ha dado, pues la
Biblia dice que pueden venir siete demonios peores que aquel que
salió de la persona. Aquel que ha sido libre debe
consagrarse a Dios y servirle.
La
Imposición de Manos
Introducción:
Dice Hebreos 6:1-2 "Por tanto, dejando ya los rudimentos
de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección;
no echando otra vez el fundamento y del arrepentimiento de obras
muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la
imposición de manos, de la resurrección de los
muertos y del juicio eterno"
Según estos versos, la doctrina de la
imposición de manos puede ser tomada dentro de un todo que
tiene relación con la visión: es necesario que las
personas se arrepientan, crean en Dios y sean bautizadas. A
través de la imposición de las manos reciben el
bautismo en el Espíritu Santo, y empiezan a trabajar al
ser enviadas, y éstas, a su vez, impongan las manos sobre
otros.
Razones para la imposición de
manos:
Generalmente, la Biblia menciona tres razones para lo
cual se usa la práctica de la imposición de
manos:
1. Para sanidad de los enfermos
2. Para impartir el bautismo y la llenura del
Espíritu Santo
3. Para transferir autoridad y bendición bajo
cobertura
Sanidad de enfermos:
Jesús dijo: "Y estas señales
seguirán a los que creen… sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán." (Marcos
16:16)
Jesús lo practicó:
Jesús impuso las manos sobre enfermos para que
éstos sanaran. Hay que notar también que
éste no fue el único método que Él
utilizó para orar por los enfermos.
1. El leproso Mateo 8:1-2
2. La hija de Jaira Marcos 5:23-42
3. En Nazareth Marcos 6:5
4. El sordomudo Marcos 7:32-35
5. Un ciego Marcos 8:22-25
6. Una multitud Lucas 4:40-41
7. La mujer encorvada Lucas 13:10-13
Los discípulos y apóstoles lo
practicaron:
Hay que observar que, quien quiere ver milagros,
deberá tener un interés genuino de testificar para
que otros crean en Jesús y sean salvos.
1. Jesús se los ordenó Marcos
16:17-18
2. Ananías, cuando oró por Pablo Hechos
5:12
3. En Iconio, por Pablo y Bernabé Hechos
14:3
4. En Éfeso, por Pablo Hechos 19:11-12
5. En Malta, por Pablo Hechos 28:8-9
6. Los ancianos de la iglesia Santiago
5:14-15
Sanidades sin imposición de
manos:
Jesús sanó personas sin tocarlos con sus
manos. Algunos ejemplos de esto son:
1. Los 10 leprosos: Lucas 17:11-14
Fue a distancia y por la palabra.
2. La mujer con flujo de sangre: Marcos
5:25-30
Solamente tocó su manto.
3. Otros le caían encima. Marcos 3:10
4. Otros hacían todo lo posible por tocarle Lucas
6:19
Para impartir el bautismo y la llenura en el
Espíritu Santo:
1. Pedro y Juan en Samaria Hechos 8:17
2. Pablo en Éfeso Hechos 19:1-7
El bautismo y el derramamiento del Espíritu Santo
no siempre se recibe mediante la imposición de manos.
Otras veces, el Espíritu Santo se derramó sin la
necesidad de que hubiera imposición de manos; algunos
ejemplos:
1. El día de Pentecostés Hechos
2:1-4
2. En casa de Cornelio Hechos 10:44
Es importante que veamos que el primer derramamiento del
Espíritu tanto para judíos como para gentiles lo
hizo Dios directamente sin que nadie interviniera. Esto suele
suceder aún hoy en día, no siempre y no con todos,
pero sucede.
La transferencia de autoridad y bendición bajo
cobertura:
En el Antiguo Pacto
1. Jacob, a sus descendientes. Génesis
48:14
2. Moisés, cuando Dios puso de su espíritu
sobre los ancianos del pueblo de Israel (aquí no hubo
imposición de manos directamente, pero sí una
transferencia de la unción de Moisés a los
ancianos) Números 11:25
3- Moisés, cuando estableció a
Josué como su sucesor. Números 27:18-23
Sanando a los
Enfermos
Introducción:
La unción es para bendecir a las personas, para
hacer milagros y sanidades que no se pueden hacer de forma
natural. El amor entre hermanos habla de quiénes son
discípulos del Señor, pero los milagros y prodigios
hablan del Dios de esos discípulos. Muestran que Dios
camina con nosotros. La Biblia dice de Jesús: "Cómo
Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a
Jesús de Nazaret y cómo éste anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con él". (Hechos 10:38)
Reconociendo al Espíritu Santo:
Lo primero que Jesús menciona de su ministerio es
al Espíritu Santo. Jesús tuvo la humildad de
reconocer que era alguien más quien hacía los
milagros; (Lucas 4:14-19).
Lo mismo debemos hacer nosotros. Cuando los enfermos nos
buscan para que oremos por ellos, lo hacen porque Dios
está con nosotros. No basta recibir unción; debemos
estar claros que es para hacer bienes y sanar. Jesús se
apartaba a lugares desiertos a orar y escuchar la voz de Dios.
Nosotros también debemos hacer lo mismo.
Teniendo la unción Jesús no la
reservó sólo para él, sino que se la dio a
otros doce y luego a setenta y dos para que hicieran lo
mismo.
Es importante que recordemos que la unción y el
orgullo no van juntos. Eliseo tuvo que agacharse a recoger el
manto, y al hacerlo, una doble porción de unción
sobre él.
Jesús y la sanidad:
El poder para sanar estaba sobre
Él
En Lucas 5:17-25 leemos la historia del
paralítico que bajo por el techo de la casa y fue sano.
"Aconteció un día, que él estaba
enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de
la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de
Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del
Señor estaba con él para sanar."
Los fariseos estaban escuchando la doctrina y el poder
de Dios estaba con Jesús para sanar, pero no estaba
sanando, sino enseñando. Más adelante dio la
Palabra y sanó al paralítico. La unción para
sanar está sobre muchos, pero no opera sino hasta que se
da la palabra.
"Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre
tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al
paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho
y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia
de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su
casa, glorificando a Dios."
La sanidad no es un evento aislado del perdón de
pecados, sino que confirman que Él nos puede salvar. En
una iglesia, ministerio o célula, se debe dar palabra y
deben suceder milagros.
Jesús no estorbó la fe de la
gente:
Lucas 6:17-19 dice que toda la gente procuraba tocarle,
porque poder salía de él y sanaba a todos. No
debemos estorbar la fe de la gente; ellos creían que si lo
tocaban, serían sanados. Las personas necesitan ver que
aquel que va a orar por ellos, es el primero que cree que ese
milagro puede suceder.
Luego de demostrar el poder, lo
delegó:
Marcos 3:7-12 relata que muchas personas venían
de los alrededores a ser sanados. Las multitudes eran
atraídas a Jesús por los milagros y las sanidades.
Muchos caían sobre él para ser sanos, pues a
Jesús no le daba tiempo de orar por todos.
No todos son sanos al orar por ellos, pero no debemos
desviar la atención de la gente del poder de Dios a
nuestro cariño y compasión.
Luego de esto llamó a doce para delegarle poder
para sanar enfermedades. Delegó ese mismo poder sobre
otras doce personas, a quienes llamó sus
discípulos, pues su deseo era hacer bien a muchos y solo
no podía. Esos doce aprendieron a hacer lo mismo, e
incluso no tenían ni tiempo de comer, tal como le
sucedió a Jesús. (Marcos 3:13-15)
Jesús ordenó que sanáramos
enfermos:
En Marcos 16:15-18, antes de ascender a la presencia del
Padre, Jesús ordenó que sanáramos a los
enfermos. No se trata que si queremos o no, o si fuimos llamados
a sanar, o si tenemos el ministerio de sanidad. Solamente debemos
obedecer. Él primero delegó autoridad, luego los
envió y por último les ordeno.
El enfermo debe ver que tú crees en lo que
estás predicando y haciendo. Nosotros debemos ser los
primeros en creer que el milagro sucederá.
Los discípulos lo hicieron:
Los discípulos predicaban arrepentimiento y
sanaban enfermos; luego se juntaban con Jesús en su grupo
de discipulado y le reportaban lo que enseñaron e
hicieron. "Porque eran muchos los que iban y venían, de
manera que ni aun tenían tiempo para comer." (Marcos
6:30-31)
Los milagros hoy:
Lucas 14:21-24 "Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas
a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a
su siervo: Vé pronto por las plazas y las calles de la
ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y
los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho mandaste,
y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Vé
por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar,
para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos
hombres que fueron convidados, gustará mi
cena."
En los últimos tiempos veremos una
generación de personas ciegas, mancas, cojas, etc, que
entrarán en la cena de las bodas del Cordero, cuya
invitación a sanidad. Será una generación
agradecida y dispuesta a servir al Señor. La sanidad
primero se cree y luego se estudia. Los milagros son para esta
época.
Diferentes formas en que fueron sanos:
1. Imponer las manos. Marcos 16:16
2. Por la autoridad de la palabra Lucas
5:17-263. De lejos "Los 10 leprosos obedecieron" Lucas
17:11-19
(no todos los que son tocados cambian)
4. Tocaron a Jesús Lucas 6:19
5. Muchos cayeron sobre él Marcos
3:116. Escupió o hizo lodo Marcos 7:31; Juan
9:6-77. La sombra de Pedro Hechos 5:15
8. Pablo hizo milagros con sus ropas Hechos
19:119. Ungirlos con aceite Santiago 5
La clave es la Fe:
Jesús vino a donde estaban sus discípulos
y los encontró discutiendo con los fariseos por un
endemoniado que no había sido libre. "Viniendo entonces
los discípulos a Jesús, aparte, dijeron:
¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os
digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis
a este monte: Pásate de aquí allá, y se
pasará; y nada os será imposible. Pero este
género no sale sino con oración y ayuno". (Mateo
17:17-21)
Sin fe es imposible agradar a Dios. Ese muchacho no
recibió el milagro cuando los discípulos oraron
porque ellos mimos no le creyeron a Jesús. El Señor
no les mandó a ayunar cuando los envió a sanar a
los enfermos, sino les mando a creerle.
Cuando Jesús habla sobre "este género…"
se refería a la falta de fe de los discípulos, al
género de incredulidad. Ese género sale cuando nos
acercamos a Dios en oración y ayuno, y en su presencia
nuestra fe es aumentada y fortalecida.
La razón de las señales:
Juan 20:30-31 dice: "Hizo además Jesús
muchas otras señales en presencia de sus
discípulos, las cuales no están escritas en este
libro. Pero éstas se han escrito para que creáis
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre."
Las señales son para que las personas crean que
Jesús es el Hijo de Dios. Ellas atraen a las personas para
escuchar la Palabra y creer en Cristo.
El llamado sin trabajo es puro espejismo. Debemos
trabajar duro y efectivamente si queremos ver el ministerio
creciendo.
Respetando
Autoridades
Honrando a los padres:
Efesios 6:1-4 dice: "Hijos, obedeced en el Señor
a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu
madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya
bien, y seas de larga vida sobre la tierra."
Honrar a nuestros padres es justo; no hacerlo, es
injusto. Este es el primer mandamiento con promesa, lo que quiere
decir que, aunque los demás mandamientos son importantes,
éste es más importante. Cumplir este mandamiento
trae bendición; no cumplirlo trae maldición y
muerte.
Esta misma importancia se transmite a la honra que se le
debe a todo tipo de autoridad, por ejemplo Hebreos 13:17 dice:
"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos
velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para
que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque
esto no os es provechoso."
En la Biblia hay promesas para los padres que educan
bien a sus hijos, y también consecuencias para los que los
educan mal. Por ejemplo, el hijo sabio alegra al padre y
también el muchacho consentido avergüenza a su madre.
Pero debemos comprender que hay pecados más delicados que
otros, y deshonrar a los padres es más delicado incluso
que la mala educación de parte de los padres a los hijos.
Por ejemplo, Mateo 15:4 dice que: "El que maldiga al padre o a la
madre, muera irremisiblemente."
Comparando los dos posibles pecados en la
relación padre-hijo, vemos que ante Dios no tienen la
misma consecuencia. Provocar a ira a los hijos puede ser un abuso
de autoridad, pero la consecuencia es pasar vergüenza. Ahora
bien, deshonrar a los padres produce muerte. Aunque ambos son
pecados, vemos que no son igualmente graves en sus
consecuencias.
Otras escrituras que señalan lo delicado que es
deshonrar la autoridad de un padre son:
Proverbios 30:11 "Hay generación que maldice
a su padre Y a su madre no bendice"Proverbios 30:17 "El ojo que escarnece a su padre Y
menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos de
la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del
águila."Proverbios 20:20 "Al que maldice a su padre o a su
madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad
tenebrosa."
Dios es autoridad y funciona a través de
autoridades. El espera que se respete y honre a toda autoridad.
Los errores de alguien en autoridad son de ésta, pero
murmurar de él o juzgarlo es error del que lo hace. No
justifica hablar mal de un rey o alguien en eminencia los errores
que éste cometa.
Entonces recordemos que nadie tiene
derecho a murmurar o juzgar la conducta o errores de otras
personas. Eso desagrada a Dios porque en la Biblia
dice:
"No juzguéis, y no
seréis juzgados; no condenéis, y no seréis
condenado; perdonad, y seréis perdonados." Lucas
6:37
Muchos andan sumergidos en pecados, en drogas, en
depresiones, algunos enfermos y en oscuridad tenebrosa, porque un
día maldijeron a sus padres. Mucha de la falta de santidad
es por esto, pero recordemos que nosotros no somos jueces para
señalar sus pecados, sino solo Dios nuestro Padre que
está en los cielos, orad por esas personas pero sin
criticarlas o juzgarlas.
Se abren las puertas a las tinieblas cuando no se
respetan autoridades. Por esto cayó Satanás, por
rebelarse contra la autoridad de Dios, no contra la santidad de
Dios.
Honrando al esposo:
En 1 Pedro 3:1-6 leemos: "Asimismo vosotras, mujeres,
estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que
no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta
de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
Vuestro vestuario no sea el externo de peinados ostentosos, de
adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del
corazón, en el incorruptible realce de un espíritu
afable y apacible, que es de grande estima, delante de Dios.
Porque así también se cubrían en otro tiempo
aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a
sus maridos; como Sara obedecía a Abraham,
llamándole señor; de la cual ustedes habéis
venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna
amenaza".
En esta escritura leemos varios principios sobre la
sujeción de la mujer al marido. Aquí dice que las
mujeres deben sujetarse a su marido, como a su
Señor.
En todo el contexto el adorno interno del
espíritu afable y apacible de la mujer de sujeción;
ésta es la belleza real. Cualquier mujer que quiera
esperar en Dios, debe hacerlo sujeta a su marido.
Sara esperó al Señor sujeta a su marido,
por lo que todas la mujeres han venido a ser hijas de Sara, y ya
no de Eva, quien al no ser sujeta, fue engañada por la
serpiente. Pero la única vez que Sara no fue sujeta a su
esposo Abraham, fue cuando le aconsejó que se acostara con
su criada Agar, de quien nació Ismael, causando muchos
problemas en su familia.
Para ser insujeta no se necesita pelear o discutir
fuertemente con el marido. Eva no peleó con Adán
simplemente lo convenció de no hacer la voluntad de Dios.
Es decir, que una mujer insujeta no es aquella que precisamente
pelea con el marido, sino aquella que lo convence o influencia de
no hacer lo que Dios le ha ordenado. El pecado entró al
mundo porque la mujer no fue sujeta y el hombre lo
permitió.
Es necesario que toda persona obedezca a la autoridad
sin necesidad de amenazas. Este parece ser un problema donde hay
autoridad, pues algunas veces es necesario amenazar a un hijo o
empleado para que obedezca. Lo que Dios quiere es que la
armonía se mantenga sin ninguna amenaza. La falta de
sujeción, el no honrar autoridades y el no bendecirlas, no
traerá nada bueno. No importa como tratemos de
justificarlas, en el cielo no se ven bien.
A las mujeres que se escuchan son aquellas que como
Sara, demostró sujeción y obediencia a su marido,
sin argumentar cuando él escuchó la voz de
Dios.
Y de los maridos dice: "Vosotros, maridos, igualmente,
vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso
más frágil, y como a coherederas de la gracia de la
vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo." (1 Pedro
3:7)
La sujeción merece honra. En esa frecuencia de
sujeción que se demuestra debemos aprender a vivir
sabiamente con ella y darles honra. Si se muestra honra ante una
sujeción, la próxima vez habrá más
sujeción.
Si la mujer es "más frágil", es porque el
hombre también es frágil. Esto se da en todo tipo
de relación donde hay una autoridad y gente a cargo de
ella. Si bien la persona bajo autoridad es más
frágil, también lo es aquel que está en
autoridad, y también siente.
El no respetar a las autoridades trae estorbo a nuestras
oraciones. Dios quiere bendecir y bendice a quien respeta y honra
autoridades, y a quien mantiene esa armonía sabiamente.
Dios pone sus reglas para que vivamos en
armonía.
Respetando
Autoridades
La desobediencia de Saúl:
Saúl fue el primer rey de Israel, y la voluntad
de Dios era que el reinado que Dios le dio a David, fuera de
Saúl. Dios no solo quería hacer rey a Saúl,
sino quería confirmar su reinado. No es lo mismo estar en
el cargo, que ser confirmado en el mismo.
El Apóstol Pablo dijo "Doy gracias al que me
fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio" (1
Timoteo 1:12) lo probó ya estando en el
ministerio.
La Biblia nos relata que Saúl era un hombre
valeroso y hermoso, y que no había en Israel alguien tan
alto como él. El Señor le había revelado al
profeta Samuel que ungiría a Saúl como el
próximo rey de Israel. Es importante señalar el
trato especial que tenía incluso el profeta Samuel con
Saúl, aunque Samuel era autoridad de
Saúl.
Samuel le dio al rey Saúl una instrucción
de esperarlo siete días para que el profeta ofreciera los
sacrificios correspondientes antes de la batalla. Saúl
debía obedecer esas instrucciones. Pero
desesperándose y viendo que el profeta Samuel no llegaba
decidió ofrecer él mismo los sacrificios,
adjudicándose una función que no le
correspondía y pecando así contra Dios y
desobedeciendo a Samuel. Aunque Saúl era el rey, no
podía pasar por encima del profeta.
Samuel sí llegó al séptimo
día, tal como le había dicho, pero se tardó
en llegar a la hora acordada. Fue un error de Samuel, pero no
justificaba el error de Saúl. El profeta le dijo:
"Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de
Jehová tu Dios que él te había ordenado;
pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel
para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero.
Jehová se ha buscado un varón conforme a su
corazón, al cual Jehová ha demando para que sea
príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has
guardado lo que Jehová te mandó". (1 Samuel
13:8-14)
Aquí vemos que realmente Dios quería
confirmarle el reinado a Saúl, pero lo rechazó al
serle desobediente, y lo confirmó con David. A Saúl
le fue quitado el reino y terminó consultando
adivinos.
1 Samuel 15:22 dice: "¿Se complace Jehová
tanto en los holocaustos y víctimas como en que se
obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer
es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación
es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la apalabra
de Jehová, él también te ha desechado para
que no seas rey". No quiere decir que no se complazca Dios de
nuestros presentes o sacrificios hacia Él; lo que no le
gustó es que se lo presentara alguien más que no
fuera a quien Él había designado.
David, un hombre conforme al corazón de
Dios:
La Biblia testifica de David diciendo: "… les
levantó por rey a David, de quien dio también
testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí,
varón conforme a mi corazón, quien hará todo
lo que yo quiero." (Hechos 13:22)
El corazón conforme al de Dios es aquel que le
obedece. No es quien lo adora, sino quien hace lo que Dios quiere
y manda, y esto implica adorarlo.
Al profeta Samuel le fue revelado que debía ungir
a David, el hijo menor de varios que tenía Isaí.
Cuando Saúl vio que Dios estaba con David y que iba a
levantarlo como rey en su lugar, sintió celos de él
y quiso matarlo en más de una oportunidad. Sin embargo,
David nunca se vengó y aun le llamaba "señor", no
con hipocresía, sino con toda sinceridad y respeto, pues
lo amaba. Aún le perdonó la vida dos veces y lo
honró en su muerte.
David fue coronado como rey y procuró hacer la
voluntad de Dios en todo. Pero una vez pecó gravemente en
lo relacionado a Betsabé y Urías.
Si lees despacio la historia de 2 Samuel 11:1-18
verás que David cometió muchos pecados graves. Se
quedó en Jerusalén en el tiempo de la guerra cuando
todos los reyes salían a la guerra, vio desde su
balcón a Betsabé bañándose,
mandó a llamarla aún siendo casada, se
acostó con ella y la embarazó. Para cubrir su
pecado, mandó a llamar a Urías, el esposo de
Betsabé para que él se acostara con su mujer y
creyera que el hijo era de él; como Urías no quiso
dormir con su mujer, David lo emborrachó y luego
mandó a matarlo.
Todo esto es más feo de lo que hizo Saúl y
hasta podría verse más grave. Pero eI pecado de
Saúl, que consistió en rebelarse contra la
autoridad, es tan grave, que ni todos los pecados de David
mencionados anteriormente le ganaron.
Vemos que Saúl tan solo cometió un pecado,
y el reino le fue quitado. David cometió muchos, y no le
fue quitado el reino. Ambos se arrepintieron, pero el trato fue
diferente. La respuesta es sencilla: Saúl pecó
contra la autoridad, pecó "para arriba", y David
pecó "para abajo", y los pecados contra la autoridad
siempre son juzgados duramente que aquellos que se cometen
estando en autoridad.
El pecado de Absalón:
Absalón, el hijo de David, se rebeló
contra su padre e intentó quitarle el reino.
Absalón no respetó ni a su propio padre. David
trató a Saúl, un extraño, como nunca
Absalón trató a su padre David.
Absalón se ganó el corazón del
pueblo para él, en contra de su padre. Hay personas que
intervienen entre la autoridad y las personas debajo de ella para
ganar credibilidad y querer usurpar un lugar que no le
corresponde. Antes de robarse ovejas, se roban los corazones de
ellas. Absalón se robaba el corazón de las ovejas,
y quien hace lo mismo que éste, terminará de la
misma manera: colgado de un madero, muerto por los dardos del
general del ejército.
David evitó las lanzas de Saúl, y ahora
iba a evitar las lanzas de Absalón. Aunque David
fornicó, adulteró y mató, nunca dejó
de poner a Dios como rey de Israel. El mismo amor y respeto que
tuvo hacia Saúl, tuvo hacia Absalón, y ambos
atentaron contra su reino.
David había cometido un pecado, que fue la
raíz de todos los demás: abusó de su
autoridad. Dijo "como soy el rey, me quedo en casa; como soy el
rey, tráiganme esa mujer; como soy el rey, te acuestas
conmigo; como soy el rey, maten a Urías". Pero ya no
estaba dispuesto a cometerlo más. David confiaba en
Jehová y en que Él confirmaría su reino,
pues, si era voluntad de Dios, lo quitaría tarde o
temprano.
Joab, el general del ejército de Israel, le
había jurado lealtad y amor eterno a David, y le
falló y pecó contra su autoridad, pues, aunque el
rey dio orden de no tocar a su hijo, desobedeció y lo
mató. Probablemente buscó reconocimientos o
tenía temor de dejar de ser el general si ganaba
Absalón. Nunca defraudes la confianza que se te ha dado,
como lo hizo Joab con David.
Saúl terminó mal; Absalón
terminó mal; aún Joab terminó mal. Pero no
fue así con David, pues terminó con riquezas, paz y
lleno de días, y reinó en su lugar Salomón,
el hijo que nació de Betsabé. (1 Crónicas
29:26-28). Es curioso ver Dios levantó como rey de la
mujer con quien pecó David, pero no permitió que
reinara Absalón, porque a Dios no le conviene ninguna
autoridad que se revela en contra de otra, pues le echan a perder
un reino. Dios prefiere perdonar los pecados de David y
mantenerlo, que dejar a Saúl o a
Absalón.
Conclusión:
Debemos guardarnos de no cometer ningún pecado, y
menos contra alguna autoridad, pues el castigo para quien comete
tal pecado es mayor que cualquier otro.
¿Quiere bendición para
su futura generación?
Enséñales a respetar
todas sus autoridades.
La
Bendición de la Cobertura
¿Qué es la cobertura?
Cobertura es estar al cuidado y protección de una
persona, bajo las bendiciones y promesas que Dios le ha hecho a
ésta, a quien debemos respeto, obediencia y fidelidad, y
quien es el encargado de formar nuestra vida.
Según Génesis 17:1-2 la obediencia de uno
bendice a muchos, y así es con la autoridad que Dios ha
puesto para bendecirnos. En la cobertura opera la herencia de
bendición, contrario a las maldiciones
generacionales.
Principios de la cobertura:
Cobertura es estar al cuidado de personas que han sido
bendecidas por Dios. Es recibir bendición a través
de una persona que le fue obediente a Dios y le
creyó.
Para estar bajo la cobertura de alguien hay que
seguir la visión de esa persona. Esa cobertura
será efectiva si existe una relación de
discipulado.Aquel que está bajo cobertura sigue los
mismos principios y valores que su maestro o mentor le ha
instruido y corregido.Tener cobertura es estar bajo la autoridad de
alguien. Al estar en cobertura se trabaja como un solo
equipo, bajo una cabeza que lo dirige.La cobertura es como la relación que existe
entre un padre y un hijo. Existe cobertura donde hay
relación de autoridad, como en la familia, en los
negocios, en la Iglesia y en la nación.
Características de estar
cobertura:
Algunas de las características más
importantes de estar bajo cobertura son:
1. Trabajar bajo la misma
visión2. Tener un proceso de
formación y discipulado.3. Honrar la autoridad por quien
recibimos las bendiciones y promesas.
Trabajando bajo la misma
visión:
El ejemplo de Abraham, Isaac y
Jacob
Hebreos 11:8-9 dice "Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que había de recibir
como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por
la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como
en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa."
Dios le dio el llamado y la visión a una persona
para que la trasmitiera a muchos más y contempló a
sus descendientes en el llamado y la bendición. El llamado
fue hecho a Abraham, pero Dios consideró a multitudes como
coherederos de esa misma promesa.
De igual forma en una Iglesia, Dios le da la
visión al Pastor, y éste es el responsable de
transmitirla al resto de la congregación. Las ovejas deben
oír la voz de su pastor y seguir las indicaciones de
éste, pues al transmitirles la visión, el Pastor lo
que realmente está haciendo es decirles cuál es la
voluntad de Dios para esa Iglesia y para cada uno de sus
miembros.
Así como el Señor espera que el Pastor
escuche y obedezca la visión que Él le está
dando, Él también espera que la Iglesia escuche y
siga la visión que el Pastor les indique. Donde hay
más de una visión, hay división (dos
visiones).
La cobertura no es para que cada miembro de las Iglesias
busque hacer lo suyo propio y solo busque apoyo en aquello que le
trae beneficio. Cuando nos comprometemos con los Pastores y a la
Iglesia a la que pertenecemos, entonces estaremos genuinamente
cubiertos. Es hora ya de que las Iglesias estén llenas de
gente comprometida.
El ejemplo de Pablo y Timoteo:
Pablo consideraba a Timoteo un verdadero hijo en la fe
porque servía con el evangelio, no viendo por lo suyo,
sino por lo de Cristo. El dijo: "Espero en EI Señor
Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo
también esté de buen ánimo al saber de
vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y
que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos
buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero
ya conocéis los méritos de él, que como hijo
a padre ha servido conmigo en el evangelio."
El servicio va más allá de trabajar en la
organización de una persona. Debe haber un mismo
ánimo en esa obra, un compromiso serio y una genuina
relación de discipulado. En la obra de Dios no se debe
permitir la actitud de "mientras que" ("Sirvo aquí
mientras Dios me llama", "Me sujeto mientras fundo mi
ministerio", etc.). Timoteo era del mismo ánimo de Pablo y
lo servía como un hijo a un padre. El no buscaba su
beneficio o conveniencia, pero siempre fue bendecido por
Dios.
La formación del
discípulo:
La bendición de la cobertura se transmite a
través del discipulado y la formación de las
personas. La cobertura es un mentor del discípulo, y
éste se ve beneficiado de aprender de aquel.
• Un ejemplo es lo que el apóstol Pablo hizo
en la vida de Onésimo. En la carta a Filemón, El
apóstol revela como formó a este hombre de ser un
siervo inútil a alguien que le era útil a
ambos.
• Eliseo fue siervo de Elías, y no lo
dejó en ningún momento hasta tomar la doble
porción de la unción de Eliseo. Servimos a Dios y
también a las personas.
• Josué aprendió de Moisés a
acercarse a Dios y a dirigir al pueblo, y fue él quien
continuó la obra de llevarlos a la tierra
prometida.
• El libro de Proverbios dice: "oye hijo mío
la instrucción de un padre…"
El ejemplo de Isaac:
Génesis 26:1-3 "… Después que hubo
hambre en la tierra,… Y se le apareció Jehová (a
Isaac), y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra
que Yo te daré… porque a ti y a tu descendencia
daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento
que hice a Abraham tu padre… Por cuanto Oyó Abraham Mi
voz, y guardó mis preceptos, mis mandamientos, mis
estatutos y mis leyes."
Isaac continuó en aquello que su padre
inició. Cuando vino hambre en la tierra pudo haber buscado
otra tierra donde habitar, pero continuó en aquella tierra
en que su padre había habitado. Por eso Dios le
prometió que lo bendeciría.
Al igual que Isaac, aquellos que se dejan formar e
instruir por sus autoridades y siguen el camino que éstas
le indican son bendecidos por Dios. Además el Señor
le dijo a Isaac que sería bendito por cuánto
Abraham su padre había escuchado su voz. Un
discípulo ha comprobado por experiencia que el seguir a su
maestro le bendecirá grandemente. Debemos tener un
corazón dispuesto para ser formados, y ser sensibles para
obedecer las órdenes y los consejos de nuestros
pastores.
La debida honra:
El ejemplo de Jacob y Esaú
Génesis 28:1-4: "Entonces Isaac llamó a
Jacob, y lo bendijo… Y el Dios omnipotente te bendiga, y te
haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de
pueblos; y te de la bendición de Abraham, y a tu
descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras,
que Dios dio a Abraham."
Isaac bendijo a Jacob con la bendición que su
padre Abraham. Fue a partir de ese momento que Dios se le
apareció a Jacob y lo bendijo abundantemente. Podemos
pedirle a Dios y esperar que Él nos bendiga con la
bendición de nuestros pastores.
No todos los que fueron llamados a recibir la
bendición la reciben; algunos la menosprecian.
Jesús dijo que muchos son llamados pero pocos los
escogidos. La bendición no se les da a aquellos que la
menosprecian o que deshonran a sus autoridades, aunque más
tarde la procuren con lágrimas. Un ejemplo de ello es
Esaú, que menospreció la primogenitura. Otros en
cambio la aprecian; la reciben en lugar de los primeros, como lo
hizo Jacob. No hay bendiciones de la cobertura para personas que
no honran a aquel que es puesto por autoridad. Dios no ve
lágrimas, ve corazones; corazones que honran.
Imitando a nuestros Pastores:
Dice Hebreos 13:7 "Acordaos de vuestros pastores, que os
hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el
resultado de su conducta, e imitad su fe"
Debemos ver la conducta de nuestros pastores e imitar su
fe, de esta forma recibiremos las bendiciones que Dios les haya
otorgado a ellos. Podremos decir, al igual que Jacob:
"Señor, bendíceme como lo has hecho con mi
Pastor…"
Hijos espirituales:
Un hijo espiritual es aquel que ha sido engendrado y
formado por alguien más. Hay una gran diferencia entre ser
un hijo y ser un jornalero.
• Un hijo es engendrado y formado. Un jornalero es
contratado y remunerado.
• Un hijo le es fiel a su padre, el jornalero
trabaja por su salario.
• Un hijo no sirve a su padre por el sueldo, aunque
es heredero de todo. Un jornalero es asalariado.
Los hijos deben honrar a aquel que los ha formado. El
apóstol Pablo llamó a muchos sus colaboradores y
fieles ministros, pero pocos fueron considerados sus hijos
(Timoteo, Tito y Onésimo, a quienes dedicó
epístolas). En el discipulado existe una relación
tan fuerte y genuina como lo existe en la paternidad. Dios
bendice generaciones de discípulos que siguen a su
Pastor.
Autor:
Nabel Rodriguez
Editora: Sheilita Perez
Responsable: Joel Ching Meletz
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