Introducción
Conforme la sociedad y el hombre han ido cambiando, las
materias del derecho internacional y sus prioridades han ido
ajustándose a la realidad. En un principio se ocuparon de
la manera de finiquitar guerras o repartir sus productos, para
luego devenir en tratados que dieran a los vencidos la
oportunidad de desarrollarse pero bajo la vigilancia de los
vencedores, también se ocuparon de proteger a los
combatientes y a los prisioneros de guerra y los heridos,
protegiendo sus derechos y estableciendo organismos neutrales que
les auxiliasen; se ha ocupado también de limitar las armas
que producen sufrimiento excesivo e innecesario.
Para respaldar y materializar estos acuerdos, se han
constituido organizaciones internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas, así como otras
organizaciones de carácter regional con funciones
similares pero con mayor especificidad.
El Derecho Internacional Humanitario que es el cuerpo de
normas internacionales de origen convencional o consuetudinario
destinado a ser aplicado en conflictos armados internacionales o
no, limita por razones humanitarias, el derecho de las partes en
conflicto a elegir libremente los métodos y los medios
utilizados en la guerra, protege a las personas o a los bienes,
que pueden ser afectados por el conflicto. Se ocupa de la
reglamentación de los conflictos armados y de las
conductas que deben cumplirse durante su desarrollo para proteger
los derechos de los combatientes y de los civiles. Asimismo
define a las instancias que pueden auxiliar a los civiles, los
desaparecidos, los heridos como son la Cruz Roja Internacional y
su carácter de neutralidad, es decir, de no combatiente y
señala las convenciones para identificarlos y tratarlos.
[1]
Fruto del primer Convenio de Ginebra, firmado en 1864,
nació el derecho internacional humanitario
contemporáneo para responder, a las crecientes necesidades
humanitarias, ocasionadas por la evolución del armamento y
por los tipos de conflictos.[2]
Sucesivamente se realizaron nuevos tratados que en orden
cronológico de su aprobación fueron los
siguientes:
1864: Convenio de Ginebra para el mejoramiento de
la suerte que corren los militares heridos en los
ejércitos en campaña.
1868: Declaración de San Petersburgo
(prohibición del uso de determinados proyectiles en tiempo
de guerra)
1899: Se firma en La Haya un Convenio que adapta
a la guerra marítima los principios del Convenio de
Ginebra de 1864, y cuyas disposiciones se mejoran y complementan
en 1906
1906: Revisión y desarrollo del Convenio
de Ginebra de 1864
1907: Se define la categoría de
combatientes que tienen, en caso de captura, derecho al estatuto
de prisionero de guerra y que se beneficia de un trato particular
mientras dure su cautiverio
1925: Protocolo de Ginebra sobre la
prohibición del empleo, en la guerra, de gases
asfixiantes, tóxicos o similares y de medios
bacteriológicos
1929: Se mejoran los Convenios de Ginebra:
Revisión y desarrollo del Convenio de Ginebra
de 1906.Convenio de Ginebra relativo al trato de los
prisioneros de guerra
¿El Derecho Internacional Humanitario fue
respetado por las tropas aliadas durante el "Desembarco de
Normandía" u "Operación OVERDLORD"?. El contenido
del presente estudio tiene como finalidad dar respuesta a esta
interrogante mediante el estudio de los hechos históricos
y conceptos teóricos referidos al tema, para luego
mediante un análisis de la información obtenida,
arribar y fundamentar las conclusiones obtenidas.
Desarrollo
Finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1919, fue
fundada la primera organización mundial, la Sociedad de
las Naciones (SDN), predecesora de la ONU, como una idea de
cooperación internacional, para prevenir y evitar la
guerra, instaurando el primer sistema de solución
pacífica de controversias: la Corte Permanente de Justicia
Internacional. Esta Liga de Naciones no tuvo una vida venturosa
ya que uno de sus propósitos no pudo ser cumplido, el de
evitar una nueva guerra.
En 1939 con la invasión de Alemania a Polonia, comienza
la Segunda Guerra Mundial, hecho que tendrá un
importantísimo valor en la posterior construcción
del nuevo Derecho Internacional Humanitario. [3]
En 1944 la Wehrmacht tenía diseminadas a sus fuerzas en
una gran guerra de varios frentes: se había perdido
África ante los aliados, que luego habían saltado a
Sicilia y de allí al resto de Italia, donde se libraban
fuertes combates.
En el frente del Este la situación era desesperada ante
el irresistible empuje del Ejército Rojo, que ya estaba
llegando a Polonia.
La Batalla de Normandía, denominada en clave
Operación Overlord, involucraba al grueso de los
ejércitos estadounidenses y británicos, apoyados
por tropas auxiliares francesas, polacas y de otras
nacionalidades para asaltar las playas de Normandía, por
medio de un desembarco anfibio.
Originalmente la misión iba a comenzar el día 5
de junio pero debido a inclemencias meteorológicas se
debió trasladar al siguiente día. Esta
operación de desembarco se desarrolló desde el 6 de
junio (Día D), hasta el 20 de agosto (Bolsa de Falaise) y
aun hoy después de 65 años continúa siendo
la mayor operación de invasión por mar en la
historia, ya que casi tres millones de soldados cruzaron el Canal
de la Mancha desde Gran Bretaña a la región de
Normandía en la Francia ocupada. [4]
Desde el punto de vista militar aliado, el paisaje de
Normandía tenía las siguientes ventajas: las
defensas enemigas instaladas en las pendientes de la costa eran
fáciles de atacar por la artillería de los
navíos de guerra. Con aviones de exploración, el
bombardeo podía extenderse sobre las baterías
situadas alejadas de la costa. Para el desembarco se
dividió el sector de Normandía en cinco playas o
zonas de influencia, que de oeste a este se las bautizaron con
los nombres en clave de Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword.
Los alemanes por su parte contaban con modestos reductos
construidos en las laderas, dotados con ametralladoras y
artillería de medio alcance desde donde se podía
batir perfectamente a las tropas que avanzan por la playa con
marea baja, y a las embarcaciones de desembarco que se acercaran
con marea alta. La artillería pesada estaba instalada
hasta 10 kilómetros alejados de la costa pero unidos
telefónicamente con puestos de observación. Esto
hizo ver a los mandos de ambos bandos que la fase de desembarco
forzosamente había de ser muy sangrienta.
La estrategia americana, básicamente consistió
en desorientar al mando alemán sobre la fuerza real aliada
que había de intervenir en la operación y el lugar
del desembarco.
Una de las maneras en que esto se logró fue que aviones
aliados lanzaron papel de aluminio al este de donde se iba a
realizar realmente la operación para confundir a los
radares alemanes. El 24 de julio de 1944, Hitler aún
convencía a sus generales que el desembarco de
Normandía no era otra cosa que una maniobra de
distracción y que el desembarco principal se
produciría de un momento a otro en la costa de CALAIS, por
lo que obstinado con la idea de que el desembarco era una
maniobra de distracción y que el ataque principal se
produciría en Calais, ordenó contraatacar en el
sector de Normandía con todas las fuerzas disponibles. Los
Aliados hicieron todo tipo de maniobras de contraespionaje y
distracción para hacer creer a Hitler que la
invasión se produciría en este sector. Crearon para
ello un ejército fantasma al mando del General George
Patton que consistía en tiendas de campaña
vacías, camiones y tanques inflables de goma y
comunicaciones de radio ficticias. Por cada misión de
bombardeo preparatorio efectuado sobre Normandía, se
hacían dos sobre Calais. [5]
El objetivo de engaño se cumplió plenamente ya
que el mando alemán acabó contando con la
existencia en Gran Bretaña de un segundo ejército
(FUSAC) preparado para el desembarco en Calais, ejército
totalmente imaginario, que se encontraba al mando del General
George S. Patton (Operación Fortitude).
El ejército aliado estaba formado por 1.750.000
británicos (incluidas las tropas imperiales), 1.500.000
soldados estadounidenses y 44.000 voluntarios de otras
nacionalidades. Era un ejército de 3.500.000 hombres y 20
millones de toneladas, lo que pesaba sobre el suelo
británico.
La contraofensiva aliada comenzó el 6 de junio de 1944,
cuando tropas procedentes de Gran Bretaña se acercaron a
las playas normandas donde se esperaba hacer frente a la tenaz
resistencia alemana.
La operación se dio inicio con el lanzamiento de tropas
paracaidistas americanos para asegurar algunos sectores en la
península de Cotentin y tropas paracaidistas
británicas que harían lo mismo en el Valle de Odon.
Los estadounidenses desembarcaron en las playas de Utah, al Sur
de Cherburgo, y Omaha, cerca del pueblo Vierville-Sur-Mer; playa
donde se libraron los más duros combates por lo que fue
bautizada como Bloody Omaha (Sangrienta Omaha). Los
británicos ocuparon las playas de Gold, Juno y Sword, esta
última con la ayuda de los canadienses. A Montgomery se le
encomendó tomar la ciudad de Caen el mismo día de
la invasión, pero su indecisión le hizo perder un
tiempo precioso y CAEN cayó tres semanas después
tras cruentos combates.
Las tropas británicas y canadienses tuvieron mejor
suerte que las estadounidenses, pero avanzaron muy poco. Para las
divisiones aerotransportadas, las cosas empezaron a salir mal:
los transportes, al intentar evadir el fuego antiaéreo se
separaron mucho entre sí, de modo que tras el lanzamiento
de los paracaidistas, éstos quedaron diseminados por toda
la retaguardia enemiga. En la costa no se pudo consolidar la
cabeza de puente hasta el final de la jornada, gracias a los
constantes refuerzos, el fuego de la artillería naval, los
bombardeos tácticos y un elevado número de bajas.
El desembarco sería ejecutado posteriormente por 16
divisiones británicas y 20 divisiones americanas, la mitad
de ellas transportadas directamente desde Estados Unidos, las
cuales llegarían luego a las playas y a los puertos
conquistados. [6]
El primer objetivo estratégico que se logro fue la
creación, entre Sena y Loira, de una base desde la que
pudiera partir la ofensiva general en dirección al
Rin.
La aviación alemana fue alejada de la zona de
invasión de dos maneras: por una parte, destruyendo al
máximo las bases de la fuerza aérea alemana en el
norte de Francia, obligándoles a estacionar su
aviación al sur de Francia. Y por otra, intensificando los
bombardeos sobre ciudades alemanas, consiguiendo que los alemanes
trasladasen un importante contingente de cazas situados en
Francia a Alemania para incrementar allí la defensa.
Se obtuvo, con la ayuda de la resistencia francesa, amplia
información sobre las fortificaciones alemanas, con un
resultado muy satisfactorio.
Se destruyeron las vías férreas con
ataques aéreos y mediante sabotajes de la resistencia
francesa. [7]
La supremacía aérea conseguida por los
aliados les permitió bombardear las carreteras y
líneas de ferrocarril del norte de Francia, logrando
así retrasar seriamente el desplazamiento de los refuerzos
alemanes hasta las cabezas de puente establecidas en las playas
tras el desembarco.
A.- La destrucción de CAEN.
"Si esto es su Liberación, pueden volver a su
casa y dejarnos en paz!". Irritado, embargado por la amargura, un
obrero de Caen lanzó esta interjección instantes
después del primer gran bombardeo de la ciudad, el 6 de
junio de 1944. Luego vendrían otros, tanto o más
terribles que el primero – el 7 y 8 de julio, particularmente-,
que arrasarían prácticamente toda la ciudad. La
anécdota la relata Girault en su libro "Mi verano del 44.
Las ruinas de la adolescencia", transcripción de las notas
que el joven escribió concienzudamente en un cuaderno poco
después de los hechos y que guardó encerrado en un
cajón hasta el año 2005. Alcalde de Caen durante
más de treinta años, y senador, Girault
promovió la fundación del Memorial de Caen, pero
guardó celosamente sus propias memorias hasta abandonar
sus cargos". Socorrista de la Cruz Roja en la época del
desembarco, fue testigo de primera mano de la tragedia y
después de 65 años hizo el siguiente comentario:
"… A los 18 años, saber que uno va a ser libre
hace que se perdone todo".[8]
El bombardeo indiscriminado sobre las poblaciones y
ciudades francesas, fue con el pretexto de lograr un bien mayor,
pero ello no se considero desde el punto de vista de los
afectados.[9]
Las tropas canadienses y británicas, dirigidas
por el Mariscal de Campo Bernard Law Montgomery, no consiguieron
conquistar la estratégica ciudad de Caen hasta el mes de
julio debido a la firme resistencia alemana y sólo fue
conseguido después de un fuerte bombardeo aéreo que
destruyó prácticamente la ciudad casi en un 80%,
causando entre 2.000 y 3.000 muertos.
Es así que, debemos decir que no aconteció lo
que los aliados llegaron a pensar que el Día "D" el
día de la liberación "sería un día
feliz", lamentablemente no lo fue. Pues allí
aconteció uno de los errores que el D.I.H. condena, el
hecho de afectar a la población civil que no tiene
relación alguna con las partes en conflicto. Y es
más clara la situación vivida con el comentario de
Antony Beevor «Tenemos que enfrentarnos a la terrible
paradoja de que una democracia en una guerra puede llegar a matar
a muchos civiles, porque la presión de la prensa y el
parlamento en casa para reducir las bajas puede forzar a los
comandantes a utilizar mayor potencia en los bombardeos. Y eso es
lo que sucedió en Francia. Churchill estaba muy preocupado
por este tema porque decía que los franceses les iban a
odiar y trataba de convencer a los responsables de los ataques
aéreos para que intentasen mantener bajo el número
de víctimas. Antes de la invasión llegaron a ser
15.000 y durante la batalla de Normandía estas duplicaron
a la anterior cifra. No sé cómo van a reaccionar
los lectores estadounidenses ante el dato de que en el día
D murieron muchos más civiles franceses que soldados
británicos y estadounidenses. Todos tenemos mitificado el
día D, pero cuando uno descubre las víctimas de la
batalla de Normandía es terrible. Eso no minusvalora la
valentía de los soldados o la importancia de la batalla.
El bombardeo de Caen y hay que ser muy cuidadoso con esta
expresión, estaba cerca de constituirse en un crimen de
guerra. Pero lo que es cierto es que el bombardeo no
consiguió nada y fue estúpido desde el punto de
vista militar porque si quieres capturar una ciudad
rápidamente, no debería ser destrozada y mucho mas
si sólo produjo bajas entre los civiles.»
[10]
Los civiles fueron la principal víctima como
consecuencia de las diversas operaciones de los Aliados y los
alemanes. Durante la batalla de Normandía hubo 20.000
muertos entre la población civil –sólo en el
día D, perecieron 3.000–, a los que cabe
añadir los 15.000 que murieron en los bombardeos
preparatorios durante los cinco meses previos al desembarco.
Estas cifras hacen que se justifique que los normandos o
franceses califiquen de "terrible martirio" lo
acontecido y que el recibimiento por parte de la población
civil a los Aliados haya sido fría.
Los aliados fueron fríamente conscientes de su
actuación. Ante la petición de Churchill de
minimizar las bajas colaterales, Roosevelt le contestó:
"Es lamentable que la operación implique pérdidas
civiles, pero no tengo ninguna intención de imponer a la
acción militar la más mínima
restricción que pueda entorpecer el éxito de
Overlord o de acrecentar los riesgos de pérdidas para la
fuerza de invasión aliada".[11]
Los Convenios de Ginebra que se adoptaron antes de 1949
se referían sólo a los combatientes, y no a las
personas civiles. Los hechos acaecidos durante la Segunda Guerra
Mundial, especialmente durante los bombardeos realizados sobre
las poblaciones de Normandía y posteriormente Alemania,
pusieron en evidencia las consecuencias desastrosas que tuvo la
ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en tiempo de
guerra.
Al concluir la segunda Guerra Mundial, se firmo el IV
Convenio de Ginebra creado para proteger a las personas civiles,
incluso en los territorios ocupados. Este Convenio contiene una
sección sobre la protección general de la
población contra algunas consecuencias de la guerra, sin
referirse a la conducción de las hostilidades, las que se
tomaron en cuenta más tarde, en los Protocolos adicionales
de 1977. La mayoría de las normas de este Convenio se
refieren al estatuto y al trato que debe darse a las personas
protegidas, y distinguen entre la situación de los
extranjeros en el territorio de una de las partes en conflicto y
la de los civiles en territorios ocupados. Define las
obligaciones de la Potencia ocupante respecto de la
población civil y contiene disposiciones precisas acerca
de la ayuda humanitaria que tiene derecho a recibir la
población civil de territorios ocupados. Además,
contiene un régimen específico sobre el trato de
los internados civiles.
C.- Acción del Comité
Internacional de La Cruz Roja.
Desde el comienzo de las hostilidades, en septiembre de
1939, el CICR envía delegados a los principales
países beligerantes. Con la misión de visitar los
campamentos de prisioneros de guerra.
A lo largo de toda la guerra, las actividades del CICR
se desarrollan esencialmente en favor de dos categorías de
víctimas:
los prisioneros de guerra
las personas civiles.
El Convenio de Ginebra del 27 de julio de 1929 relativo
al trato debido a los prisioneros de guerra confería a los
cautivos cierto número de derechos que podían hacer
valer ante las autoridades que los detenían. Este Convenio
estipulaba, entre otras cosas, que el CICR tenía derecho a
indagar sobre la suerte que corrían los prisioneros de
guerra y a hacer propuestas para mejorar sus condiciones de
detención.
En septiembre de 1939, basándose en los
fundamentos de este Convenio, el CICR crea la Agencia Central de
Prisioneros de Guerra, que cumple tres funciones:
Centralizar toda la información sobre los
prisioneros de guerra (anuncio de captura, traslados,
decesos, etc.)Comunicar dicha información a los
países de origen de los prisioneros de
guerra.Mantener la comunicación entre los
prisioneros y su familia (transmisión de mensajes
familiares).
Rápidamente, los delegados constatan que las
potencias del Eje no están en condiciones de garantizar el
mantenimiento de los millones de prisioneros aliados
caídos en sus manos.
En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, las
poblaciones civiles se vieron tanto o más afectadas que
los miembros de las fuerzas armadas terrestres, marítimas
o aéreas. A diferencia de la situación de los
prisioneros de guerra, el CICR no dispone de una base
jurídica específica para actuar en favor de los
civiles.
Desde el comienzo de las hostilidades, los beligerantes
hacen internar a la mayoría de los civiles enemigos que se
encuentran en sus respectivos territorios; el CICR obtiene
entonces que esos extranjeros que son internados exclusivamente
en razón de su nacionalidad sean tratados de conformidad
con las disposiciones relativas a los prisioneros de
guerra.
En el transcurso de sus visitas, los delegados constatan
que los prisioneros de guerra alemanes están a menudo
detenidos en condiciones espantosas; llaman la atención de
las autoridades detenedoras sobre este hecho y logran, poco a
poco, ciertas mejoras.
En ese contexto, el Derecho Internacional Humanitario
reglamenta ya el trato de los prisioneros de guerra (Convenio de
Ginebra del 27 de julio de 1929), pero no el de las poblaciones
civiles.
Debido a esta situación, el CICR podrá
desarrollar una acción de protección y de
asistencia en favor de los prisioneros de guerra, mientras que su
acción en favor de ciertas categorías de civiles
detenidos en los campos de concentración será muy
limitada, incluso inexistente.
Durante el desembarco de Normandía, el CICR se
encontraba dedicada esencialmente a la tarea de protección
de los PP.GG. que en ese momento en Francia se encontraban casi
10.000 hombres de las fuerzas aliadas, su composición
estaba materializada por un delegado oficial y voluntarios que
identificados como tal tenían privilegio de poder circular
por diferentes sectores de Francia de forma parcialmente libre,
durante el periodo que dura la invasión de
Normandía las actividades del CICR no fue muy notorio ni
registrado en los documentos de información del mencionado
comité, una vez consolidado la mencionada operación
los voluntarios se presentaron, para verificar el trato que los
aliados proporcionaban a los PP.GG. alemanes que a partir de este
momento eran los únicos que apelaban por ellos hasta
finalizar la segunda guerra mundial.
Durante el desembarco de Normandía las acciones
del CICR que en ese momento se denominaba Liga de Sociedades de
la Cruz Roja; no fueron notorias ni significativas, debido
esencialmente al desarrollo mismo del conflicto entre las partes
beligerantes, deduciendo por las acciones de la segunda guerra
mundial; que este conflicto fue sangriento y muy encarnizado por
lo que se jugaba estratégicamente.
C.- Acciones en contra del D. I. H. desarrolladas
durante el desembarco de Normandía.
Los soldados cuyos paracaídas quedaron atrapados
entre las ramas de los árboles se convirtieron en
fáciles objetivos. Varios de ellos murieron de un disparo
mientras intentaban en vano deshacerse del arnés. Entre
los supervivientes corrieron historias atroces en las que se
contaba que los soldados alemanes habían acabado con sus
pobres compañeros a golpe de bayoneta o con el fuego de
los lanzallamas mientras aquellos pobres hombres seguían
colgados de los árboles.
Hubo casos de soldados que dispararon a hombres que
habían sido hechos prisioneros por otros
compañeros. Se cuenta que un sargento judío y un
cabo se llevaron de un corral a dos alemanes –un oficial y
un suboficial– que habían sido capturados. Los
allí presentes oyeron los disparos de un arma
automática, y cuando el sargento regresó "nadie
dijo nada". También se cuenta que había otro
paracaidista judío al que "nadie se atrevía a
confiar un prisionero y perderlo de
vista".[12]
Se produjeron unos pocos casos de pillaje verdaderamente
brutales. El comandante del pelotón de policía
militar de la 101ª Aerotransportada encontró el
cadáver de un oficial alemán y observó que
alguien le había cortado uno de los dedos para robar su
alianza matrimonial. Un sargento del 508º Regimiento de
Infantería Paracaidista quedó horrorizado cuando se
enteró de que algunos hombres de su pelotón
habían matado a unos alemanes y luego habían
utilizado "sus cuerpos para practicar con la
bayoneta".[13]
En una emboscada que tuvo lugar no lejos del puesto de
mando de la 91ª División alemana cerca de Picauville.
Unos hombres del 508º Regimiento de Infantería
Paracaidista abrieron fuego contra el coche oficial que llevaba
al comandante de la división enemiga, el Teniente General
Wilhelm Falley, que salió despedido del vehículo
malherido, y cuando intentó alcanzar a rastras su pistola,
un teniente americano lo remató de un
disparo.[14]
Los combates fueron despiadados. Uno y otro bando se
acusaron de cometer crímenes de guerra. Los alemanes
dijeron que los británicos eran los que habían
empezado, y que ellos ejecutaron a prisioneros en
represalia.[15]
Es cierto que, en algunas ocasiones, los soldados
británicos y canadienses, sobre todo los de los
regimientos acorazados que no disponían de una
infantería para conducir a los hombres capturados a la
retaguardia, dispararon a los prisioneros.
[16]
Como consecuencia de que los hombres se llenaban de odio
contra el enemigo, cuando moría un compañero. A
menudo este sentimiento se traducía en un odio a muerte;
que ocasionaba que los hombres se deshumanizaran matando a
cualquier enemigo que encontraban".
Este sentimiento no fue debidamente controlado por los
mandos intermedios, llegando en algunas ocasiones a ser
incentivados o emulado por sus comandantes.
Durante el desembarco de Normandia y en muchas batallas
posteriores, realizadas en especial en el frente oriental y
durante la invasion a Alemania, donde las tropas alemanas se
defendian desesperadamente tratando de evitar que las tropas
aliadas ingresaran a su territorio, se pudo evidenciar que tanto
las tropas del eje como las aliadas, realizaron ejecuciones de
soldados que se rendian o que caian heridos en el campo de
batalla, como consecuencia de esto el III Convenio de Ginebra que
se aplica a los prisioneros de guerra, fue mejorado en 1949
ampliando las categorías de personas que tienen derecho a
recibir el estatuto de prisionero de guerra. Definiéndose
con mayor precisión las condiciones y los lugares para la
captura; se precisaron, sobre todo, las cuestiones relativas al
trabajo de los prisioneros de guerra, la asistencia que tienen
derecho a recibir y los procesos judiciales en su contra o a sus
captores en caso de incumplimiento de este convenio.
Conclusiones
1.- Los hombres más heroicos en los campos de
batalla de Normandía fueron sin duda los médicos,
individuos a los que solían disparar los francotiradores,
a pesar de la cruz roja que se distinguía en el brazalete
que llevaban puesto. A partir de 1949, el I Convenio de Ginebra
fue ampliado para proteger también al personal
médico y religioso, así como a las unidades
médicas y de transporte médico.
2.- Las tropas invasoras aliadas consiguieron establecer
y asegurar sus cabezas de playa el 6 de junio, pero ni Eisenhower
ni Montgomery habían imaginado que la batalla que estaba
por venir iba a ser mucho más mortífera y
devastadora.
3.- Hasta finalizado la reconquista de Francia el CICR
no tenía un convenio que le otorgue bases jurídicas
para su aplicación, originando posteriormente que esta
situación llegue a materializarse el año 1949
mediante el IV Convenio de Ginebra.
4.- Los hechos de la Segunda Guerra Mundial,
especialmente durante los bombardeos realizados sobre las
poblaciones de Normandía, pusieron en evidencia la
ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en tiempo de
guerra, hecho que fue subsanado con el IV Convenio de Ginebra
creado para proteger a la población civil en tiempo de
guerra.
5.- Durante y luego del desembarco de Normandía,
el CICR se dedico esencialmente a la tarea de visitar a los PP.
GG., limitándose a emitir informes sobre lo observado sin
que se haya ejercido presión para mejorar la
situación de los prisioneros o de la población
civil, debido esencialmente al desarrollo del conflicto entre las
partes beligerantes, que era sangriento y encarnizado por lo que
se jugaba estratégicamente.
6.- Luego de la Segunda Guerra Mundial y luego de las
acciones realizadas por los soldados de ambos bandos se
establecen los lineamientos a seguir para poder identificar y
sancionar los crímenes de guerra y contra la humanidad.
Mediante la actualización del III Convenio de Ginebra se
precisaron, sobre todo la asistencia que tienen derecho a recibir
los prisioneros de guerra y los procesos judiciales en su contra
o de sus captores en caso de incumplimiento de este
convenio.
7.- Finalmente y cuando culminaba la guerra (ya
próximas a ser derrotadas las potencias del Eje), los
aliados determinaron integrar un organismo internacional para
afianzar la paz y la colaboración entre las naciones. De
esta manera fue creada las Naciones Unidas: un instrumento creado
para servir a la paz internacional. Esta nueva
organización venía a reemplazar a la malograda
Sociedad de las Naciones, surgida luego de la Primera Guerra
Mundial.
Bibliografía
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2DA. EDICIÓN ESPECIAL, 1978, EDITORIAL BRUGUERA
2.- LUIS DE CARALT, BATALLAS DECISIVAS DEL MUNDO
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BARCELONA
3.- MCAL. CAMPO VIZCONDE MONTGOMERY A., DESDE NORMANDIA
HASTA EL BALTICO, 1RA. EDICIÓN, 1948, EDITORIAL HUTCHINSON
& CO. LTD.
4.- OTROS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA
OPERACIÓN OVERLORD.
5.- VIDEO EL SIGLO DE LAS GUERRAS " DE NORMANDIA AL
RHIN"
6.- DOSSIER DD.HH. Y DIH. ECEM
7.- DOSSIER DD.HH. Y DIH. EAA
8.- PAGINA WEB: WWW.GOOGLE.COM/
9.- MANUAL DD.HH. DEL EJERCITO
Autor:
Martin Aparicio
[1]
http://www.universidadabierta.edu.mx/SerEst/apuntes/VenegasFrancisco_DerInternal.htm
[2]
http://es.wikipedia.org/wiki/corte_permanente_de_justicia_internacional
[3]
http://www.icrc.org/web/spa/sitespa0.nss/html/5TBLJA
[4]
http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%Ada_D
[5]
wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa
[6]
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[7]
wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa
[8]
http://sullanus.blogspot.com/2009/10/normandia-la-historia-rescata-las.html
[9]
http://www.warianoz.com/foros/showthread.php?t=226085
[10] Reseña de "El Día D. La
batalla de Normandía", de Antony Beevor (Reseña
publicada simultáneamente en Hislibris)
[11]
http://www.taringa.net/comunidades/curihistoria/25729/ser-bombardeado-por-tus-liberadores.html
[12] Antony Beevor "En el Día D las
tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los
alemanes" Pag. 48
[13] Antony Beevor "En el Día D las
tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los
alemanes" Pag. 67
[14] Antony Beevor "En el Día D las
tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los
alemanes" Pag. 69
[15] Antony Beevor "En el Día D las
tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los
alemanes" Pag. 75
[16] Antony Beevor "En el Día D las
tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los
alemanes" Pag. 83