3 En ese momento, Rafael el Vigilante y el
Santo, que estaba conmigo, me respondió diciendo:"Estas
cavidades han sido creadas con el siguiente propósito; que
los espíritus de las almas de los muertos puedan reunirse
y que todas las almas de los hijos de los hombres se
reúnan ahí. Así pues esos son los pozos que
les servirán de cárcel;
4 "Están hechos para tal cosa, hasta
el día en que sean juzgados hasta momento del gran juicio
que se les hará el último día". (Sal 68:19;
Ef 4:9; 1P 3:19,20)
5 Vi allí al espíritu de un
hombre muerto acusando, y su lamento subía hasta el cielo,
gritando y acusando.
6 Entonces pregunté a Rafael el
Vigilante y el Santo, que estaba conmigo: "¿De
quién es este espíritu que está acusando que
se queja de tal modo que sube hasta el cielo gritando y
acusando?".
7 Me respondió diciendo: "Este es el
espíritu que salió de Abel, a quien su hermano
Caín asesinó; él lo acusa hasta que su
semilla sea eliminada de la faz de la tierra y su semilla
desaparezca dl linaje de los hombres".
8 Entonces pregunté observando todos
los pozos: "¿Por qué están separados unos de
otros?"
9 Me respondió diciendo: "Esos tres han sido
hechos para que los espíritus de los muertos puedan estar
separados. Así una división ha sido hecha para los
espíritus de los justos, en la cual brota una fuente de
agua viva. (Jn 4:14, 7:38)
10 "Y así ha sido hecha ésta
para los pecadores cuando mueren y son sepultados y no se ha
ejecutado juicio contra ellos en vida.
11 "Aquí sus espíritus
serán colocados aparte, para esta gran pena, hasta el
día del gran juicio y castigados y atormentados para
siempre quienes merecen tal retribución por sus
espíritus.
12 "Esta división ha sido separada
para quienes presentan su queja y denuncian su destrucción
cuando fueron asesinados en los días de los
pecadores.
13 También ha sido hecha ésta
para los espíritus de los hombres que no fueron justos
sino pecadores, para todos los transgresores y los
cómplices de la trasgresión; que en el día
del juicio serán afligidos fuera de allí, pero no
serán resucitados desde allí".
14 Entonces bendije al Señor de
Majestad y dije: "Bendito sea el juicio de justicia y bendito sea
el Señor de Majestad y Justicia que es el Señor del
mundo".
Capítulo 23
1 Desde allí fui transportado a otro
lugar al occidente, en las extremidades de la tierra;
2 me fue mostrado un fuego que
corría sin descanso y sin interrumpir su carrera ni de
día ni de noche, permaneciendo constante, mientras
tanto.
3 Yo pregunté diciendo:
"¿Qué es esto que no tiene reposo
alguno?".
4 Me respondió Ra'u'el: "La
función de este fuego que corre hacia el occidente es
guiar a todas las luminarias del cielo.
Capítulo 24
1 Y me mostró las montañas:
el suelo entre ellas era de fuego ardiente y llameaba por las
noches.
2 Fui hacia allá y vi siete
montañas magníficas, diferentes entre sí y
de piedras preciosas y hermosas y todas eran espléndidas,
de apariencia gloriosa y bello aspecto: tres por el oriente,
apoyadas una contra la otra; y tres por el sur, una bajo la otra;
y vi cañadas profundas y sinuosas, ninguna de las cuales
se unía a las demás.
3 La séptima montaña estaba
en medio de todas, superándolas en altura a la manera de
un trono, rodeada por árboles
aromáticos,
4 entre los cuales había un
árbol cuyo perfume yo no había olido nunca y no
había perfume similar entre estos ni entre los
demás árboles: exhala una fragancia superior a
cualquiera y sus hojas, flores y madera no se secan nunca, su
fruto es hermoso y se parece a los dátiles de las
palmas.
5 Entonces dije: ""¿Qué
árbol tan hermoso! Es bello a la vista, su follaje
gracioso y su fruto tiene un aspecto muy agradable".
6 Entonces, Miguel el Vigilante y santo,
que estaba conmigo y que estaba encargado de esos árboles,
me contestó.
Capítulo 25
1 Y él me dijo: " Enoc, para
qué me preguntas por el perfume de ese árbol y para
qué quieres saber la verdad?".
2 Entonces, yo, Enoc, le respondí
así: "Deseo aprender de todo, pero especialmente acerca de
este árbol".
3 Y él me contestó diciendo:
Esta montaña alta que has visto y cuya cima es como el
trono de Dios, es su trono, donde se sentará el Gran
Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno, cuando descienda
a visitar la tierra con bondad.
4 "No se permite que ningún ser de
carne toque este árbol aromático, hasta el gran
juicio cuando Él se vengará de todo y
llevará todas las cosas a su consumación para
siempre, pero entonces será dado a los justos y a los
humildes.
5 "Su fruto servirá como alimento a
los elegidos y será trasplantado al lugar santo, al templo
del Señor, el Rey Eterno.
6 Entonces ellos se regocijarán y
estarán alegres; entrarán en el lugar santo y la
fragancia penetrará sus huesos; y ellos vivirán una
larga vida, tal y como la que sus antepasados vivieron. En sus
días no los tocará ningún sufrimiento ni
plaga ni tormento ni calamidad."
7 Entonces bendije al Dios de la Gloria, al
Rey Eterno, porque había preparado tales cosas para los
humanos, para los justos. Estas cosas Él las ha creado y
ha prometido dárselas.
Capítulo 26
1 Fui trasladado desde allí hasta el
centro de la tierra y vi un lugar bendito en el cual había
árboles cuyas ramas brotaban permanentemente.
2 Allí me fue mostrada una
montaña santa y salía agua de debajo de la
montaña, desde el oriente y descendiendo hacia el
sur.
3 Y vi al oriente otra montaña
más alta que aquella y entre ellas un cañón
profundo y angosto por el que corría el agua que
salía de la montaña.
4 Y al occidente otra montaña,
más baja que la anterior, poco elevada, y por debajo,
entre las dos, una hondonada profunda y seca, y otra hondonada
entre las tres montañas.
5 Todas eran barrancos profundos de roca
dura y no había árboles plantados en
ellos.
6 Yo me maravillaba de las montañas
y me asombraba de los barrancos, me asombraba
demasiado.
Capítulo 27
1 Entonces dije: "¿Por qué
esta tierra está bendita y llena de árboles y en
medio están estos barrancos malditos?"
2 Entonces Sariel, el Vigilante y el santo,
que estaba conmigo, me respondió y dijo: "Este barranco
maldito es para aquellos que están malditos para siempre;
ahí serán reunidos todos los malditos que con su
boca pronuncian palabras indecorosas contra el Señor y
ofenden su Gloria, ahí serán reunidos y ahí
estará el lugar de su juicio. (2P 2:10; Judas
15)
3 En los últimos tiempos se
ejecutará sobre ellos en justicia el espectáculo
del juicio, en presencia de los justos para siempre; ahí
se manifestará la misericordia y la bendición del
Señor de Gloria y el Rey Eterno.
4 El día del juicio sobre los
anteriores, ellos le bendecirán por la misericordia que
les ha reservado.
5 Entonces yo bendije al Señor de
Gloria, promulgué su Gloria y alabé su
grandeza.
Capítulo 28
1 Fui desde allí hacia el oriente,
en medio de la cordillera del desierto y vi el desierto: estaba
solitario y lleno de árboles y plantas;
2 brotaba agua desde arriba,
3 acometiendo como un río caudaloso
que fluía hacia el noroeste llevando el agua y el
rocío por todos lados.
Capítulo 29
1 Desde allí fui a otro lugar en el
desierto y me alejé mucho, hacia el oriente de este
sitio.
2 Allí vi árboles silvestres
que exudaban perfumes de incienso y mirra y sus frutos son
parecidos a las nueces.
Capítulo 30
1 Y más allá de ellos, me
alejé muy al oriente y vi otro gran lugar, con valles de
muchas aguas,
2 en el que había cañas
dulces aromáticas semejantes al lentisco;
3 y en las orillas de estos valles vi el
fragante cinamomo. Y más allá de estos valles me
alejé hacia el oriente.
Capítulo 31
1 Me fueron mostradas otras montañas
y también en ellas vi árboles de los cuales
salía la resina llamada tsaru y gálbano.
2 Más allá todos los
árboles todos los árboles estaban llenos de resina
que era semejante a la corteza del almendro.
3 Cuando se casca en estos árboles
sale de ellos un olor perfumado y cuando se muelen las cortezas
son superiores a cualquier perfume.
Capítulo 32
1 Más allá de tales
montañas, hacia el noreste de ellas, me fueron mostradas
otras montañas, llenas de nardo escogido, lentisco,
cardamomo y pimienta.
2 Desde allí continué hacia
el oriente de todas estas montañas, lejos de ellas, al
oriente de la tierra, fui llevado por encima del mar Rojo y me
alejé mucho de él, pasé por encima de la
oscuridad, lejos de ella;
3 y fui llevado al lado del Paraíso
de Justicia, y me fueron mostrados desde lejos árboles en
él, árboles numerosos en exceso y grandes,
diferentes unos de otros. Vi allí un árbol que era
distinto de todos los demás, muy grande, bello y
magnífico, el árbol de la sabiduría, los que
comen de su fruto aprenden gran sabiduría.
4 El árbol es tan alto como un
abeto, sus hojas se parecen a las del algarrobo y su fruto es
como un racimo de uvas, muy bonito; y la fragancia de ese
árbol penetra hasta muy lejos.
5 Y yo dije: "¡Qué hermoso es
este árbol y cómo atrae mirarlo!".
6 Remeiel el Vigilante y el santo, que
estaba conmigo, me contestó y dijo: "Es el árbol de
la sabiduría, del cual comieron tu primer padre y tu
primera madre y aprendieron la sabiduría y sus ojos se
abrieron y comprendieron que estaban desnudos y fueron expulsados
del jardín del Edén".
Capítulo 33
1 Desde allí fui hasta los confines
de la tierra y vi allí grandes bestias diferentes unas de
otras y también pájaros que diferían en sus
aspectos, hermosura y trinos.
2 Al oriente de esas bestias vi el final de
la tierra, donde el cielo descansa, y donde se abren los portales
del cielo.
3 Vi como nacen las estrellas del cielos y
los portales de los que proceden y anoté las salidas de
cada una de las estrella, según su número, nombre,
curso y posición y según su tiempo y meses,
según me las mostraba Uriel, uno de los
Vigilantes.
4 Y me mostró y escribió para
mí todo, incluso escribió para mí sus
nombres de acuerdo con sus tiempos.
Capítulo 34
1 Desde allí fui transportado a la
extremidad norte de la tierra y me fueron mostradas grandes
obras:
2 Vi tres puertas del cielo abiertas; a
través de cada una de ellas vienen los vientos del norte y
cuando soplan hay frío, granizo, escarcha, nieve,
rocío y lluvia.
3 Si salen por una sola de las puertas,
soplan para bien; pero cuando soplan a través de las otras
dos es
con violencia y calamidad sobre la tierra pues soplan
con fuerza.
Capítulo 35
1 Y desde allí fui hasta la
extremidad occidental de la tierra y vi tres puertas del cielo
abiertas, el mismo número de puertas y salidas que
había visto en el oriente.
Capítulo 36
1 Desde allí fui transportado a la
extremidad sur de la tierra y allí me fueron mostradas sus
tres puertas abiertas del viento sur: para el rocío, la
lluvia y el viento.
2 Y desde allí fui transportado al
límite oriental del cielo y vi las tres puertas orientales
abiertas las tres puertas orientales del cielo y encima de ellas
unas puertas pequeñas
3 Por cada una de estas puertas
pequeñas pasan las estrellas del cielo y corren por el
curso trazado para ellas hacia el occidente.
4 Al ver esto bendije todo el tiempo al Señor de
Gloria, y continuaré bendiciendo al Señor de
Gloria,
que ha realizado grandes y magníficos prodigios
para mostrar la grandeza de su obra a los ángeles, a los
espíritus y a los humanos, para que ellos puedan alabar
esa obra, toda su creación, para que puedan ver la
manifestación de su poder y alaben la grandiosa obra de
sus manos y le bendigan por siempre.
Autor:
Agustin Fabra
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