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El conflicto Palestino-Israelí (página 2)




Enviado por Nanu Nanu



Partes: 1, 2, 3

  • Unión Europea

La UE es vista por Israel como un actor favorable a
Palestina. Es el mayor donante económico a la ANP pero
continúa sin tener un peso resolutivo en las
negociaciones.

Junto con EE.UU., Rusia y la ONU mantiene una
política común hacia el conflicto, que pasa por la
"Hoja de Ruta" y los dos estados, judío y
palestino.

  • Rusia

Rusia ha sido históricamente un aliado de los
países árabes y por ello es visto actualmente del
lado palestino. Sin embargo, Rusia ahora busca fundamentalmente
intereses económicos y comerciales en la zona, en la que
residen gran cantidad de rusos judíos.

Tras el desmoronamiento de la antigua U.R.R.S., la
influencia rusa en Medio Oriente se fue perdiendo hasta la
actualidad. En los últimos años Rusia parece haber
vuelto a darles importancia a la zona más peligrosa del
mundo como es el Oriente Medio.

Como miembro del Cuarteto, la estrategia rusa en el
conflicto es la misma que la del resto de los miembros del
Cuarteto.

1.3.4. Naciones Unidas

El cuarto miembro del Cuarteto es el mayor en
número y potencial pero a la vez el menos influyente.
Naciones Unidas ha sido incapaz de solucionar el conflicto a lo
largo de toda su historia por lo que la credibilidad ante los
países árabes es prácticamente
nula.

Su falta de exigencia a Israel ante el permanente y
continuo incumplimiento de las resoluciones aprobadas por el
Consejo y la asamblea de la ONU hacen que sea un mero invitado al
conflicto y únicamente utilizado para dar cierta legalidad
internacional a las negociaciones que se llevan a cabo entre el
resto de actores del conflicto.

CAPITULO V

Evolución
del conflicto tras la partición de
Palestina

En el año 1956, Francia, Reino Unido e Israel se
alían contra Egipto. Es así como se inicia la lucha
por el control del Canal de Suez.

Este importante canal, operativo desde 1869,
había sido construido con el dinero de Francia y Egipto, y
supuso para Gran Bretaña el enlace entre la
metrópolis y la India, motivo por el cual Londres
compró su participación al gobierno egipcio. Tras
la independencia de la India, el canal fue igualmente importante
para el transporte de petróleo y otros
productos.

Pero en 1952 el oficial del ejército egipcio
Gamal Abdel Nasser perpetró un golpe de estado contra el
gobierno del rey Faruk I y dio un giro arabista a la
política exterior.

En julio de 1956, Nasser nacionaliza el canal de Suez,
de manera que conservara las ganancias del canal, pertenecientes
antes a Gran Bretaña y Francia. Israel, en cambio,
tenía otros motivos diferentes para apoyar la
incursión. Desde el fin de la guerra del 48, Nasser
había sido una de las voces más alentadoras de la
lucha de guerrillas que pretendía derribar el estado
Judío y devolvérselo a los
árabes.

El conflicto se inició el 29 de octubre de 1956,
con la invasión por parte de Israel del Sinaí y la
Franja de Gaza, alcanzando rápidamente el canal. Dos
días después, los dos países europeos
bombardean Egipto desde sus bases en Chipre y Malta.

Sin embargo, la Unión Soviética y los
Estados Unidos frenaron la invasión. La URSS estaba
ganándose la confianza árabe y era uno de los
principales aliados de Siria. EEUU, en cambio, se quejó
por no haber sido informado por sus aliados británicos y
franceses de tal acción. La retirada se completó a
principios de 1957.

Para Francia y Reino Unido, la retirada supuso la
comprobación de que ya no eran las potencias más
importantes. Por otra parte, la guerra tampoco fue
fructífera para Israel, pues a pesar de que la entrada al
Sinaí había sido fácil, el estado
Judío no consiguió que Egipto cambiara de
actitud.

Nasser, en cambio, se reforzó en el poder,
alzándose ante el mundo árabe como un héroe.
A pesar de las derrotas bélicas, el canal de Suez
siguió estando nacionalizado.

  • El surgimiento de los palestinos. La
    OLP.

La subida de Nasser al poder era un claro ejemplo de los
numerosos movimientos revolucionarios que se habían
producido entre los árabes en los años 50. Los
estados cambiaron de gobierno (muchas veces mediante golpes
militares) y comenzaron a llamar a la unidad del mundo
árabe.

En este contexto, la Liga Árabe nombra
«representante de Palestina» a Ahmed Choukeyri,
«hasta que el pueblo palestino esté en condiciones
de elegir a sus representantes». La primera cumbre de jefes
de Estado árabes, reunida en El Cairo en enero de 1964,
decide sentar las bases de una "entidad palestina". El 28 de mayo
comienza en Jerusalén el primer Congreso Nacional
Palestino, que marca la creación de la Organización
para la Liberación de Palestina (OLP).

Aunque la OLP no puede decidir sobre su estrategia ni
definir sus ambiciones o sus medios de lucha, está formada
por una generación de palestinos que se han educado en las
escuelas de la UNRWA, la oficina de la ONU encargada de los
refugiados de Palestina, y que han estudiado en las universidades
de Beirut o El Cairo. Estos militantes especulan sobre la derrota
de sus mayores y luchan por la revancha. Esperan que la unidad de
los árabes favorezca la "Liberación de
Palestina".

Paralelamente emergen pequeñas organizaciones
palestinas más autónomas. En los años 50,
numerosos palestinos emigran a Kuwait en busca de trabajo. Uno de
ellos, Yaser Arafat, funda en octubre de 1959 Al Fatah
("Movimiento de Liberación Palestina"). Esta
organización predica que la liberación de la patria
debe ser obra de los propios palestinos, y no de los
países árabes, a los que pide en sus publicaciones
que «rodeen Palestina con un cinturón defensivo y
que observen la batalla entre nosotros y los sionistas».
Desde enero de 1965, Al Fatah emprende acciones armadas
contra Israel. Este activismo provoca en los refugiados una
creciente simpatía hacia Al Fatah, que no
tendrá relevancia importante hasta la guerra de
1967.

  • La guerra de los seis días

Tras la guerra de Suez, la ONU había instalado en
el Sinaí a las tropas de interposición (UNEF) para
evitar enfrentamientos entre Egipto e Israel. El 17 de mayo de
1967 Egipto solicitó formalmente a la ONU la retirada de
estas tropas, y comenzó a remilitarizar el Sinaí y
la frontera con Israel. Unos días después Egipto
bloqueó los estrechos de Tirán. Israel alegó
que este hecho era causa de guerra, pues contradecía las
Leyes Marítimas de la ONU. El rey Hussein de Jordania se
unió a la alianza entre Egipto y Siria.

El día 5 de junio Israel lanzó la
"Operación Foco", que consistía en varios ataques
contra las bases aéreas egipcias, e invadió la
península del Sinaí, ocupando la Franja de Gaza. El
7 de junio, el ejército israelí cercó
Jerusalén, reabrió los estrechos del Tirán y
se hizo con el control de toda la península del
Sinaí. Asimismo, las divisiones israelíes en
Cisjordania ocuparon Nablús, Judea y Hebrón entre
otras ciudades, llegando incluso a cruzar el río
Jordán.

El día 8 de junio, Egipto e Israel firmaron una
tregua que no fue aceptada por Siria, lo que provocó la
campaña contra este país de los días 9 y 10
de junio, en los que Israel forzó la retirada de las
tropas sirias. La presión internacional forzó al
estado judío a firmar un alto el fuego.

Para Israel, la guerra supuso un aumento considerable de
su territorio[21]con la incorporación de
los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo
Jerusalén), Gaza y la península del Sinaí.
En el otro bando, la derrota militar de Egipto y Siria produjo
una gran indignación en el mundo árabe. Nasser
inventó la excusa de que habían sido Estados Unidos
y Gran Bretaña, en lugar de Israel, quienes habían
derrotado a Egipto con su armamento. Los gobiernos de ambos
países rompieron relaciones con Egipto. La Unión
Soviética sufrió un duro revés tras la
Guerra de los Seis Días. Se comprometió a ayudar
económicamente a los estados árabes, y
solicitó una convocatoria especial de la Asamblea General
de las Naciones Unidas.

En esta sesión, Israel reforzó nuevamente
sus posiciones, al alegar que como estado legítimo
tenía derecho a defenderse. La propuesta de retirada fue
rechazada y ni siquiera se llegó a un armisticio, sino que
Israel insistió en mantener las líneas del alto el
fuego hasta que se completaran las negociaciones. El único
resultado de la sesión especial fue una resolución
adoptada el 4 de julio que se oponía a la anexión
de Jerusalén, que Israel había decretado
días antes. Esta resolución nunca se hizo
realidad.

La Unión Soviética aceptó la
petición de Egipto de reforzar su ejército y
surtió al país árabe con una cantidad de
material sin precedentes.

La derrota de Egipto, Siria y Jordania pone fin a las
esperanzas de unidad árabe y corrobora la tesis de Al
Fatah
, que afianza su hegemonía entre los palestinos
y su control sobre la OLP. Pero hay más grupos
revolucionarios. Entre las organizaciones más conocidas de
fedayin ("los que se sacrifican") las más
importantes son el Frente Popular para la Liberación de
Palestina (FPLP), de George Habache; y el Frente
Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP),
de Nayef Hawatmeh. Estos grupos favorecen la lucha de guerrillas
como única salida a la situación. Se instalan en
Jordania, desde donde llevarán a cabo sus acciones en los
territorios ocupados.

La revolución amenaza la estabilidad de los
estados árabes y el dominio de Estados Unidos sobre el
petróleo. Por eso, en septiembre de 1970 (el "Septiembre
Negro"), los fedayin son aplastados en Jordania por el
rey Hussein. La resistencia palestina se refugia en el
Líbano. Para no desaparecer, se lanzan al terrorismo
internacional, simbolizado por la organización Septiembre
Negro: secuestros de aviones, ataque contra los atletas
israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich de
1972, etc.

Sin embargo, poco a poco esta organización
comienza a cuestionarse la idea de la lucha armada como
única vía para la liberación de Palestina y
se inicia en la acción política y
diplomática. Finalmente, en 1973 abandonan los ataques
contra objetivos israelíes en el extranjero. En las
cumbres de Rabat (1973) y Argel (1974) los países
árabes reconocen a la OLP como «el único
representante del pueblo palestino». Yaser Arafat es
recibido triunfalmente en la ONU[22]La OLP abre
representaciones diplomáticas en gran cantidad de
países. Cambia, incluso, sus planteamientos fundamentales,
pues desde 1969 Al Fatah reivindica «la
edificación de un Estado democrático en que
coexistan musulmanes, cristianos y judíos», es
decir, sin la expulsión de los colonos.

En 1974 la OLP propone la construcción de un
estado en Cisjordania y Gaza. Este nuevo objetivo presupone la
coexistencia de los dos Estados, pero Israel (con EE.UU.
detrás) rechaza toda conversación con
interlocutores "terroristas".

  • La guerra del Yom Kippur

La Unión Soviética y los Estados Unidos no
habían cesado en el intento de que Israel y Egipto
firmaran acuerdos definitivos de paz, pero las conversaciones
eran cada vez menos fructíferas.

Cuando Anwar el Sadat sucedió a Nasser en el
poder, solicitó a la Unión Soviética
más armamento y autonomía para usarlo, pero la
potencia rusa se negó para no crispar aún
más la situación en plena Guerra Fría. La
respuesta de Sadat fue expulsar a los expertos rusos de
Egipto.

Siria, en cambio, sí mantuvo su apoyo a Egipto.
En junio de 1973, Sadat visitó Siria y acordó con
Hafez al-Assad (su presidente) el ataque definitivo a
Israel.

El 13 de septiembre, en el curso de unas maniobras
aéreas según los sirios, o de un hostigamiento
según los israelíes, trece aviones de combate rusos
de aquel país fueron derribados por el ejército de
Israel sobre el Mediterráneo, lo que provocó que
Assad instara a su homólogo egipcio a iniciar el ataque
cuanto antes.

El 6 de octubre de 1973, día del Yom Kippur,
fiesta judía, Egipto y Siria lanzaron su ataque contra
Israel, aprovechando que la mayoría de la población
civil israelí se encontraría en las sinagogas y que
las defensas estarían descuidadas.

Fue necesaria la intervención de la comunidad
internacional para que finalizara la guerra el 26 de octubre. El
Consejo de Seguridad de la ONU acordó el envío a la
zona de fuerzas de interposición de países
neutrales.

Egipto e Israel firmaron acuerdos separados en enero de
1974. De esta manera se estableció la salida del
ejército israelí de la zona occidental del Canal de
Suez y la creación de una línea de
separación de 11 kilómetros en la que se
desplegarían las fuerzas de las Naciones Unidas,
limitándose el número de tropas de ambos bandos.
Por su parte, las negociaciones sirio-israelíes culminaron
en mayo. Israel se retiraba de la zona Este ocupada en los Altos
del Golán durante el conflicto y hasta las posiciones del
alto el fuego de 1967.

  • Negociaciones entre Israel y
    Egipto

Las negociaciones se prolongaron ante los deseos de
Israel y Egipto de firmar una paz estable. De esta manera, en
octubre de 1975, delegaciones de ambos países firmaron un
Convenio en Ginebra, cuyo contenido implicaba el abandono por
parte de Israel de los campos petrolíferos de Abu Rodeis y
la concesión de varios pasos a las fuerzas de la ONU, a
fin de que Egipto recuperase parte de la península del
Sinaí.

Asimismo, Egipto se comprometió a levantar los
bloqueos a Israel en el Mar Rojo y el Canal de Suez; y
renunció a la guerra unilateral y a efectuar amenazas
contra Israel salvo en caso de que el ejército
israelí atacase un país árabe. La voluntad
pacifista de Sadat se manifestó con su visita a
Jerusalén, que provocó oposición en los
demás estados árabes. Pero Israel respondió
positivamente a la visita de Sadat y ofreció la retirada
escalonada del Sinaí en el plazo de tres a cinco
años (exceptuando zonas estratégicas) y el estudio
de un autogobierno y posible aplicación del derecho de
autodeterminación de Cisjordania.

La Conferencia de El Cairo se celebró el 14 de
diciembre de 1977 y participaron representantes de Egipto,
Israel, Estados Unidos y las Naciones Unidas. En esta conferencia
se llevaron a cabo negociaciones bilaterales que hubieron de
hacer frente a dificultades como el incremento de la
colonización israelí en los territorios ocupados,
el destino del Sinaí, Gaza y Cisjordania y el futuro de
los palestinos. Israel hablaba de autonomía y de
autogobierno, pero no aceptaba la idea de un verdadero Estado
Palestino.

  • Los acuerdos de Camp David.
    1978.

Ante el bloqueo de las negociaciones, el presidente
norteamericano J. Carter decidió intervenir directamente
como mediador, y por iniciativa suya, Sadat y Begin se reunieron
con él en Camp David entre el 5 y el 17 de septiembre de
1978, estableciéndose como resultado de la reunión
dos acuerdos: El primero fijaba un periodo transitorio de
autonomía administrativa para Gaza y Cisjordania de cinco
años, en el que se negociaría su estatuto
definitivo. El segundo estipulaba la conclusión de un
tratado de paz entre Egipto e Israel que sería firmado en
un plazo de tres meses.

Estos acuerdos resultaban ambiguos y dieron lugar a
malentendidos según fuera la interpretación egipcia
o israelí, de ahí las dificultades posteriores para
su total aplicación práctica.

Por otro lado, los acuerdos de Camp David reforzaron la
hostilidad a la política egipcia por parte del mundo
árabe. El 21 de septiembre, la cumbre de la Liga
Árabe se reunió en Bagdad y rechazó
formalmente los acuerdos de Camp David.

A pesar de que el acuerdo estipulaba tres meses de plazo
para firmar un tratado de paz, dicha firma no se produjo hasta
1979. El tratado, firmado en Washington con Carter como testigo,
estipulaba que, siguiendo un plazo máximo de tres
años, Israel evacuaría sus fuerzas armadas y
asentamientos civiles de la península del Sinaí. La
frontera que había separado a Egipto del mandato de
Palestina sería definitiva e inviolable. Se reforzó
la apertura del Canal de Suez y el estrecho de Tirán. Los
dos países se comprometían a normalizar relaciones
diplomáticas, económicas y culturales.

Las cláusulas del tratado y el calendario de las
operaciones sucesivas sobre los territorios ocupados de
Cisjordania y Gaza plantearon serios problemas ante las
diferencias existentes entre egipcios e israelíes,
diferencias que también empeoraban con la actitud de
Jordania y la de los mismos palestinos.

La Liga Árabe rompió relaciones con El
Cairo al calificar a Egipto de traidor. Según los
oponentes a Egipto, Sadat había cambiado Sinaí por
Gaza y Cisjordania. Los palestinos clamaron venganza y
prometieron un baño de sangre: «Hemos de quemar todo
lo que sea necesario para que este tratado de traición no
logre sus objetivos», gritaba el líder palestino
Arafat.

  • EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO EN LOS
    ÚLTIMOS AÑOS

La década de los 80 estuvo marcada por los
ataques de Israel a Líbano y por el activismo palestino a
través de las "Intifadas".

La situación entre Israel y los países
árabes no mejoró. En junio de 1981, la
aviación israelí atacó y destruyó la
central nuclear iraquí de Tammuz, y en octubre de este
año el presidente de Egipto, Sadat, fue asesinado en El
Cairo por oficiales de su ejército.

No obstante, se presentó la posibilidad de
entablar negociaciones a partir del plan de paz del
príncipe Fahd de Arabia Saudí, que pretendía
la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967 y el
derecho de los palestinos a tener una patria y vivir en ella, lo
que implicaba el establecimiento de una administración
interina en la ribera occidental del Jordán y la franja de
Gaza bajo la supervisión de la ONU.

A pesar del apoyo casi generalizado a este plan, Israel
se negó a negociar con los árabes sobre la base de
las fronteras anteriores a 1967. De esta manera, a la
anexión del sector árabe de Jerusalén que
Israel había realizado en 1980, se unió la
anexión de la estratégica zona de los Altos del
Golán, en el mes de diciembre de 1981. Siria
declaró que esta decisión suponía «la
abrogación del alto el fuego y la declaración de
guerra», mientras que el nuevo presidente de Egipto
alegó que esta anexión contradecía los
acuerdos de Camp David.

Con respecto a la península del Sinaí,
Israel llevó a cabo su devolución a Egipto entre
1980 y 1982.

La invasión de Líbano llegó el 6 de
junio de 1982, cuando el ejército israelí
invadió el país por el Sur. Los objetivos de esta
operación eran asegurar que el territorio situado al Norte
de la frontera entre Israel y Líbano quedara
desmilitarizado; imponer en Líbano un poder
político bajo control cristiano, aliado de Israel;
disminuir la influencia de Siria en la región; y
desalentar cualquier esperanza de resistencia por parte de la
población palestina de los territorios ocupados de Gaza y
Cisjordania.

La guerra de Líbano supuso una verdadera
catástrofe para los refugiados palestinos: más de
mil murieron asesinados, atacados bajos las órdenes de
Ariel Sharon. Los que sobrevivieron a estos ataques fueron
evacuados a Siria, Túnez, Argelia, Jordania, Yemen del
Norte y del Sur, Chipre, Irak y Grecia.

Este conflicto generó una profunda
división entre los grupos de resistencia palestinos,
dispersos en varios países, que no se repararía
hasta abril de 1987.

  • La Intifada

En 1987 estallaría la rebelión popular de
la Intifada en Cisjordania, Gaza y en Jerusalén oriental.
La Intifada o "la rebelión de las
piedras"[23]. Una sublevación sostenida por
los palestinos, armados de pequeñas piedras, contra uno de
los mejores ejércitos del mundo. La OLP aprovechó
la situación y se encargó de orquestar la
Intifada.

La Intifada fue la culminación de un proceso que
se inició el primer día de la ocupación
militar de Cisjordania y Gaza. Las causas lejanas de la Intifada
residían en la práctica por parte de Israel de una
represión sistemática en todas sus formas, incluida
la política, con el propósito de la
integración de los territorios y la implantación de
colonias.

A estas causas se unieron otras de carácter
inmediato:

1ª) El gobierno israelí había
fracasado a la hora de formular una respuesta adecuada al Plan
Árabe del príncipe Fahd en 1982.

2ª) La cumbre árabe de Ammán en
noviembre de 1987 estuvo esencialmente consagrada a la guerra
entre Irak e Irán, perdiendo por primera vez la
cuestión palestina el papel central en las preocupaciones
de los jefes de Estado árabes.

3ª) Los palestinos de los territorios ocupados
perdieron la esperanza de que el arreglo de las relaciones
Este-Oeste llevara a las dos grandes potencias a ocuparse
más activamente de la solución del conflicto
árabe-israelí.

La Intifada ofreció dos importantes novedades con
respecto a movimientos anteriores: en primer lugar, el destacado
papel jugado por los Comités de trabajo voluntario, de los
Comités de las mujeres y de los sindicatos profesionales,
que supieron transmitir a la sociedad el sentido de convivencia y
de solidaridad. En segundo lugar, la creación de una
Dirección Nacional Unificada del Levantamiento, cuya tarea
consistió en formular las reivindicaciones inmediatas y
fijar las técnicas de resistencia según los
mensajes de rechazo a la ocupación y afirmación de
los derechos nacionales.

Los efectos y consecuencias que provocó la
Intifada fueron los siguientes:

1º) La consolidación definitiva de la OLP
como el único representante legítimo del pueblo
palestino.

2º) El logro de la unanimidad en torno a la
cuestión palestina, con las excepciones habituales de
Estados Unidos e Israel.

3º) En la comunidad israelí surgieron por
primera vez minorías en favor de la paz con los
palestinos.

La OLP asumió el movimiento de la Intifada y se
encargó de movilizar a la opinión palestina en
torno al establecimiento en los territorios ocupados de un Estado
Palestino confederado a Jordania.

  • La proclamación del Estado
    Palestino

La Organización para la Liberación de
Palestina experimentó una importante reactivación a
partir de 1987, pues se logró la unidad de todos los
sectores y fuerzas palestinos.

En octubre de 1988 Yaser Arafat se reunió con el
presidente de Egipto y con el rey de Jordania, que poco antes
había declarado que dejaba de ser responsable de los
territorios palestinos ocupados por Israel y que pretendía
la creación de una confederación
jordano-palestina.

El 15 de Noviembre de 1988 se reúne en Argel el
Consejo Nacional Palestino para aprobar un acuerdo decisivo: la
proclamación del estado Palestino, con la
declaración de su independencia y la formación de
un gobierno provisional en el exilio. Esta declaración
contenía todos los requisitos necesarios para iniciar el
ansiado proceso negociador. Con ello la OLP aprobaba el Plan de
la ONU para la Partición de Palestina y la
Resolución de 1967, en la que se pedía la retirada
israelí de los territorios ocupados. Al mismo tiempo se
solicitaba la convocatoria de una Conferencia internacional de
paz para Oriente Medio, con la participación de todas las
partes, con la condición del reconocimiento del derecho
del pueblo palestino a la autodeterminación y su renuncia
al terrorismo como medio de acción política. En
diciembre de 1988 esta declaración de independencia fue
explicada por Arafat ante la Asamblea General de la ONU reunida
en Ginebra.

El Comité Central de la OLP nombró en 1989
a Yasser Arafat presidente de la Autoridad Nacional Palestina
(ANP). Se culminaba así un proceso en el que Palestina
aparece como una entidad política y nacional.

  • Las negociaciones

La primera Guerra del Golfo propició un
acercamiento entre israelíes y palestinos, a iniciativa de
las potencias occidentales, que se produjo de la mano del
Secretario de Estado norteamericano James Baker, que
convenció a todos los interlocutores de que se reunieran
en una conferencia de paz. La oposición israelí a
negociar con Yaser Arafat fue la culpable de que no estuviera
presente la OLP, aunque sí acudieron figuras palestinas
destacadas dentro de los territorios ocupados: Faisal Husseini,
Zakaria al Agha, Hanan Asrawi o Hanna Siniora.

Este principio de acuerdo dependía de la
aceptación conjunta, en primer lugar, entre Estados Unidos
y la Unión Soviética (que se alcanzó pronto
debido al final de la Guerra Fría); y en segundo, de
Israel y Siria, que posibilitaría la celebración de
la Conferencia de Paz.

El 30 de octubre de 1991 se inauguró en el
Palacio Real de Madrid la Conferencia de Paz a la que
asistieron delegaciones de EE.UU., Rusia, Egipto, Israel,
Líbano, Siria y una delegación conjunta
Jordano-Palestina, así como de la C.E., el Consejo del
Golfo, y la Unión del Magreb Árabe. La ONU
asistió en calidad de observadora.

El argumento empleado tanto por árabes como por
israelíes no cambió: «paz por
territorios», los árabes; «paz por paz»,
los israelíes.

De las conversaciones bilaterales entre los
países árabes e Israel podemos destacar:

 1) Los sionistas reiteraron que Jerusalén
es su capital irrenunciable; los palestinos
también.

 2) Israel estaba dispuesto a devolver la franja de
seguridad ocupada en Líbano cuando lo pidieran los
libaneses (no los sirios).

3) Los palestinos demandaban los territorios tomados por
Israel en 1967.

4) Los jordanos ofrecieron a los palestinos la
federación.

La Conferencia de Madrid supuso el inicio de varias
conversaciones bilaterales, pues fue la confirmación de
que las partes del conflicto sí podían sentarse
cara a cara para negociar, aun cuando el entendimiento era, en
muchas ocasiones, imposible.

Se celebraron nuevas reuniones en Washington y
Moscú en las que se trataron temas como los refugiados, la
cooperación económica y los problemas ambientales,
además de la seguridad regional y los territorios
ocupados.

Las elecciones israelíes, que dieron la victoria
a Isaac Rabin; y, en menor medida, las estadounidenses, que
cambiaron a Bush por Bill Clinton, impulsaron el empleo de un
nuevo tono en las conversaciones.

El primer ministro israelí Rabin aceptó
acatar la Resolución 242 de la ONU (retirada de Israel de
los territorios ocupados en 1967) como base en las negociaciones
con Siria. Respecto a Gaza y Cisjordania, Rabin indicó que
la citada resolución sólo comenzaría a
discutirse con los palestinos después del período
transitorio de auto-gobierno. Es en este marco cuando ambos
contendientes se reúnen en secreto en Oslo, al margen de
las negociaciones entre israelíes y el resto de
países árabes. Adoptan una "Declaración de
principios sobre los acuerdos provisionales de autonomía".
El gobierno israelí y la OLP admiten que «ya es hora
de poner fin a decenios de conflicto, de reconocer nuestros
derechos legítimos y políticos recíprocos,
de esforzarse en vivir en la coexistencia pacífica y la
dignidad y la seguridad mutuas y de alcanzar un arreglo de paz
justo, duradero y global, así como una
reconciliación histórica». En septiembre de
1993 se reunirían en Washington para presentar estos
acuerdos[24]

Los acuerdos de Oslo prevén un periodo de
autonomía de cinco años en Cisjordania y Gaza,
durante el cual una Autoridad Palestina administrará la
vida de los palestinos. El ejército de ocupación se
desplegará fuera de las ciudades y pueblos pero
seguirá controlando las fronteras exteriores, así
como la seguridad de las colonias. Los contenciosos principales
(trazado de las fronteras, Jerusalén, refugiados,
colonias, etc.) se dejan "en suspenso" y serán objeto de
negociaciones sobre un arreglo permanente, que se supone que
comienza en el tercer año de la autonomía (en mayo
de 1996).

Finalmente la posibilidad de la convivencia de dos
estados fracasó. Aunque en 1995 se celebró con tono
amistoso una nueva reunión en Oslo, varios factores ajenos
provocaron el fracaso de los acuerdos: Isaac Rabin fue asesinado
por un extremista israelí, ascendió la derecha al
poder en 1996, los conflictos no cesaron durante las
negociaciones, etc.

  • De 1996 hasta Camp
    David

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se
implantó con éxito tras la llegada triunfal de
Arafat a Gaza. A comienzos de 1996 se celebraron elecciones para
designar un consejo legislativo. La participación fue
masiva.

La cuestión territorial no se llegó a
zanjar en ningún momento. A pesar de las promesas, Gaza y
Cisjordania siguieron sin alcanzar la libertad. El gobierno
israelí dividió Cisjordania en tres zonas: el
Área A englobaría las grandes ciudades y
estaría bajo control absoluto palestino. El Área B,
formado por la mayoría de pueblos palestinos,
estaría bajo control mixto (civil palestino y militar
israelí). El Área C continuaría
ocupado.

Este reparto propiciaba que la Autoridad Palestina
gobernase sobre territorios desperdigados por el 40 % de
Cisjordania; y sobre las dos terceras partes de Gaza.

En la primavera de 1996 una serie de atentados suicidas,
lanzados por el movimiento islamista
Hamas[25]cristalizaron en la victoria de
la derecha y de Benjamín Netanyahu en las elecciones
israelíes. El movimiento Hamas (Movimiento de
Resistencia Islámica) había surgido de la
organización de los Hermanos Musulmanes, que fue, en los
años setenta y principios de los ochenta, ayudada por los
servicios de información israelíes para luchar
contra la OLP. Hamas expresó en 1993 su
hostilidad hacia los acuerdos de Oslo y creó una
estructura clandestina, las brigadas Ezedine Al Qasam, que
realizaron campañas de atentados contra civiles
israelíes en aquella primavera. El gobierno de Tel Aviv
replicó frenando las negociaciones.

En la primavera de 2000 se reanudaron las conversaciones
sobre el estatuto definitivo de Cisjordania y Gaza. En lo
sucesivo habría que abordar los expedientes más
espinosos: el trazado de las fronteras, la suerte de los 3,7
millones de refugiados palestinos, las colonias,
Jerusalén, etc. El primer ministro israelí Ehud
Barak (que sustituyó a Netanyahu en 1999) convence a Bill
Clinton de que convoque una cumbre entre él y Yaser Arafat
para «forzar el destino». Esta reunión se
celebra, de nuevo, en Camp David, en julio de 2000. El fracaso
vuelve a ser total, pues tras este nuevo intento, el Estado
palestino (concepto aceptado por Barak) dispone tan sólo
de una soberanía limitada. La delegación
israelí ofrece restituir casi toda Cisjordania, incluido
el valle del Jordán; contempla la admisión en
Israel de decenas de miles de refugiados palestinos (aunque no
todos) y suaviza un dogma inamovible previendo por primera vez el
reparto de "Jerusalén unificada", decretada en 1967
"capital eterna" de Israel.

Pero Arafat rechaza los acuerdos por estar, en su
opinión, lejos del mínimo aceptable: el presidente
de la ANP exige la totalidad del Jerusalén árabe
tal y como era el 4 de junio de 1967. Al no firmar el compromiso,
marchita su aureola ante los palestinos.

  • Intifada de AL-AQSA

El 28 de septiembre de 2000 Ariel Sharon impone su
presencia de una manera provocadora en la Explanada de las
Mezquitas de Jerusalén. En tres días, el
ejército israelí abate a 30 personas y hiere a 500.
Los palestinos, a falta de toda consigna central, se rebelan.
Reclaman, ni más ni menos, el fin inmediato de la
ocupación. De este modo comienza la Segunda Intifada,
conocida también como Intifada de
Al-Aqsa[26]

Aunque la versión oficial de los palestinos
atribuye el origen de la Intifada de Al-Aqsa al ataque de Sharon
a la Explanada de las Mezquitas, es preciso puntualizar que
algunos autores atribuyen el origen de esta Segunda Intifada a
una campaña de la Autoridad Nacional Palestina iniciada
antes incluso de los acuerdos de Camp David II, de manera que los
grupos instigadores de la revuelta estarían esperando la
ocasión oportuna, en este caso, la incursión de
Sharon en la Explanada de las Mezquitas. Además, esta
Intifada estaba envuelta en un islamismo mucho más radical
que la primera, que respondía solamente a la
presión israelí. Fue por eso que se denominó
"Intifada de Al-Aqsa" (en honor a las mezquitas "profanadas" por
Sharon).

El Informe Mitchell (realizado por una comisión
internacional sobre la revuelta) concluye en 2001: «la
visita se Sharon no causó la Intifada de Al-Aqsa, pero se
produjo en un mal momento, y debió preverse que
tendría el efecto de una
provocación».

Se podría decir que fue una combinación de
ambas cuestiones la que provocó la segunda Intifada. Los
palestinos eran cada vez más pesimistas tras el fracaso de
las negociaciones y el incumplimiento de las promesas
israelíes.

La segunda Intifada tiene poco que ver con la anterior
primera Intimada:

En primer lugar, tiene detrás al aparato
político, burocrático y militar de la ANP, con la
consecuente participación de policías palestinos y
milicianos, y la posesión de armamento ligero. Esto
recrudece la lucha de ambos bandos, pues Israel contesta a los
ataques con tanques y helicópteros, lo cual imprime a los
enfrentamientos una dinámica bélica.

Otra novedad es la entrada en escena de los
árabes israelíes, que se manifiestan desde ciudades
de Israel en solidaridad con sus hermanos de Gaza y
Cisjordania.

El 6 de febrero de 2001 el septuagenario "halcón"
Ariel Sharon obtuvo la victoria en las elecciones sobre Ehud
Barak.

En marzo-abril de 2001, después de seis meses de
enfrentamientos, la segunda Intifada ya había puesto fin
al proceso de Oslo y se había retrocedido a la
lógica de guerra de décadas atrás. Contra
esto, el primer ministro apostaba sin escrúpulos por las
medidas de fuerza. El resultado fue de 1.900 muertos palestinos y
623 israelíes a finales de septiembre de 2002.

Por otra parte, los ataques del
11-S[27]despiertan entre muchos musulmanes su lado
más radical. Hamas se manifiesta violentamente en
apoyo a Al-Qaeda, al grito de «¡Bin Laden, bombardea
Tel Aviv!». Esta nueva situación, así como la
presión del nuevo presidente estadounidense George W.
Bush, incitan a Sharon a describir a Arafat como «nuestro
Bin Laden» y legitimar la represión del
levantamiento palestino incluyéndola dentro de la
campaña planetaria contra el terrorismo global.

Uno de los aspectos más destacables de la
Intifada durante 2001 y 2002 es el protagonismo creciente que
adquieren los grupos islamistas, en detrimento de un Arafat
indeciso ante la apuesta insurreccional y la retórica
negociadora. De hecho, son estos grupos quienes imponen sus
métodos al conjunto del movimiento nacional: Yihad, Al
Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y, por
supuesto, Hamas.

El cambio que experimenta la resistencia palestina no es
sólo metodológico, sino también discursivo y
cultural. Las expresiones de una racionalidad democrática,
pragmática y laica, voces como la de la diputada Hanan
Ashrawi («las manifestaciones pacíficas y populares
son el arma más eficaz para combatir la
ocupación… Además, con la vía armada no
tenemos ninguna posibilidad de ganar»), son sepultadas bajo
gritos de odio, fanatismo e irracionalidad.

Mientras, los israelíes se dividen en dos bandos:
por una lado, buena parte de la opinión pública se
apiña alrededor del liderazgo y dureza de Sharon y
contemplan la expulsión de los palestinos al otro lado del
río Jordán como una manera apropiada de afrontar el
conflicto; por otro, ejecuciones extrajudiciales de combatientes
de la Intifada, los cientos de víctimas colaterales de la
represión (a menudo niños) y los excesos del
ejército ponen en marcha multitud de grupos y plataformas
en favor de la retirada de Cisjordania y de Gaza y en defensa de
los derechos de sus habitantes árabes. Desde enero de
2002, por ejemplo, medio millar de oficiales y soldados en la
reserva del ejército israelí declaran
públicamente «no queremos seguir luchando más
allá de la Línea Verde (la frontera hasta 1967) con
el propósito de ocupar, deportar, destruir, bloquear,
matar, causar hambre y humillar a todo un
pueblo».

  • Cumbre de Beirut

En marzo de 2002, el Consejo de Estados árabes
reunidos en su 14ª sesión ordinaria, reafirma la
resolución tomada en junio de 1996 en la reunión
extraordinaria de El Cairo, en la cual se reconocía una
paz justa y global en Oriente Medio, en el marco de la legalidad
internacional, según resoluciones 242 y 338 del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, reafirmadas éstas, a su vez
en 1991 en la Conferencia de Madrid.

Es en esta cumbre donde se fijan las condiciones para
poner fin al conflicto entre Palestina e Israel, proponiendo al
estado judío que de el primer paso, aceptando un estado
palestino independiente, con capital en Jerusalén Este y
que cumpla las resoluciones de Naciones Unidas, pasos estos
imprescindibles para proseguir el camino hacia la paz.

  • El muro

El enquistamiento de la situación frente a los
palestinos inclina cada vez más, a que los
israelíes propugnen la separación física
entre ambos pueblos. En 2002, el gobierno de Sharon decide
construir un muro[28]entre Cisjordania e Israel.
Esta barrera, denominada Muro del Apartheid o Muro de la
Vergüenza por los palestinos, ha dividido también la
opinión pública de todo el mundo: quienes defienden
su eficacia frente a los atentados y quienes la
condenan.

En junio de 2002 Israel comienza la construcción
del muro, reforzado por cercas electrificadas, caminos de
seguridad, torres de vigilancia, puertas, terminales y
túneles. Toda esta infraestructura es administrada por
Israel y controlada por su ejército, pero también
es financiada, en parte, con aportes directos de países
europeos y EEUU.

El muro mide en torno a 8/9 metros de alto y su
extensión ronda los 700 km, cada 100 metros se refuerza
con torres de 12 m de alto. Como se puede observar en el mapa
incluido en el Anexo, el trazado del muro implica la
anexión de partes de Cisjordania tomadas en 1967,
consolidándose así la ocupación
israelí de estos territorios.

El estado de Israel ha implementado una serie de
puertas, túneles y terminales en puntos concretos del muro
que son la única entrada/salida posible para los
habitantes de ambos lados. Cualquier ciudadano, tanto
israelí como palestino, que desee cruzar estos puntos debe
poseer un permiso especial otorgado por el ejército
israelí.

La principal intención de Israel, según su
propio gobierno, con este muro es evitar los atentados suicidas
provenientes de la zona palestina, que tantas bajas civiles ha
ocasionado. Aunque en ningún momento se habla de
consolidar posiciones y asentamientos israelíes, es una
realidad más que evidente.

  • La Hoja de Ruta

El 30 de abril de 2003 se presenta al gobierno de Israel y a
la Autoridad Palestina, una hoja de ruta elaborada por el
Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y las
Naciones Unidas) para lograr la paz entre Israel y Palestina
teniendo como plazo máximo 2005.

Esta hoja de ruta era fruto de los fallidos encuentros
entre Israel y Palestina en Camp David. Su intención,
fondo, así como forma y método, eran realmente
positivos para ambos países, implicando un cambio profundo
en la situación permanente de conflicto
existente.

Preveía el establecimiento de un Estado
Palestino, al igual que los fracasados Acuerdos de Oslo,
reclamaba un proceso de paz por etapas basado en el principio:
"tierra a cambio de paz".

La Hoja de Ruta fijó tres fases claramente
delimitadas:

Primera fase: hasta mayo de 2003. Implicaba el fin del
terrorismo y la violencia, normalización de la vida de
ambos pueblos, reforma de las instituciones palestinas,
paralización de la colonización israelí de
territorios palestinos (incluido el crecimiento natural de los
asentamientos judíos).

Segunda fase: finales de 2003. Aprobación de una
Constitución palestina y creación de un estado
palestino con fronteras aún provisionales, pactadas por
ambos países y la consolidación de instituciones
palestinas. También se debe seguir con la
continuación del desmantelamiento de las organizaciones
terroristas. Además se establecen las bases para la
retirada paulatina de las fuerzas israelíes de los
territorios ocupados desde 2000, y prosigue la congelación
de la política de asentamientos
israelíes

Tercera fase: 2004-2005. Solución permanente para
las cuestiones pendientes: refugiados, Jerusalén,
asentamientos y fronteras. En resumen fin definitivo del
conflicto israelí-palestino. Se celebraría
además una Segunda Conferencia Internacional que
pondría final al conflicto
israelí-palestino.

A esta Hoja de Ruta, Israel puso 14 condiciones
innegociables, entre las que destacaban:

1) aceptación y reconocimiento, por parte de
Palestina, del Estado de Israel.

2) desmantelamiento de las organizaciones terroristas
como Hamas, etc…

El 19 de noviembre, al ver la carencia de apoyo de la
Hoja de Ruta entre las dos partes afectadas, las Naciones Unidas
publican la resolución 1515 en la que hacen suya la Hoja
de Ruta e instan a las partes a la colaboración en la
búsqueda de una solución pacífica al
conflicto israelí-palestino.

Por desgracia, como todos ya bien conocemos, esta
teórica e idílica solución al conflicto no
llegó a buen puerto.

  • La retirada de Gaza

En agosto de 2005 el gobierno de Ariel Sharon
inició la retirada de las colonias de
Gaza[29]y de cuatro asentamientos de Cisjordania.
Este "Plan de Desconexión", como lo calificó el
Primer Ministro Ariel Sharon, era totalmente unilateral por parte
israelí, rechazando toda coordinación de la
retirada con la Autoridad Palestina, así como la
mediación del presidente palestino: Mahmoud Abbas como
interlocutor.

Aunque fue el mayor giro en la política
israelí desde la guerra de 1967, al ser esta retirada
unilateral dejó más cuestiones por resolver de las
que solucionó. De hecho, Gaza permaneció cerrada al
mundo, Cisjordania bajo ocupación, y lo que parecía
ser la solución para el problema se transformó en
una oleada de nuevas tensiones.

Uno de los motivos que impulsaron este cambio fue el
"problema demográfico", pues el gobierno israelí
temía que el continuo ascenso de población
árabe en la zona contribuyera a la inestabilidad del
estado judío.

Tras un intenso debate, la retirada se inició el
15 de agosto de 2005. La franja de Gaza y la zona de alrededor de
los cuatro asentamientos de Cisjordania se cerraron a los
visitantes y se iniciaron los procesos de evacuación y
demolición de las infraestructuras de las
comunidades.

A pesar de que el proceso fue más sencillo de lo
inicialmente previsto, se vivieron escenas de angustia entre los
colonos que rechazaban el traslado. El desalojo se
completó con la retirada de la frontera entre Gaza y
Egipto, el 12 de septiembre, mientras que en Cisjordania
finalizó el 22 de ese mes. La retirada provocó la
alegría, y a la vez la ira de grupos palestinos como
Hamas, que pronto iniciaron una lucha contra las fuerzas
de seguridad israelíes.

  • Muerte de Yaser Arafat y
    consecuencias

El dirigente palestino Yaser Arafat fallecía en
París el 11 de Noviembre de 2004. Esta pérdida
provocó enormes divisiones entre Al Fatah y
Hamas por la disputa del poder. El sucesor de Arafat en
la presidencia de la ANP, elegido en las elecciones del 9 de
junio de 2005, sería Mahmoud Abbas, quien desde el
principio predicó un mensaje de paz que habría de
iniciarse con el fin de la Intifada de Al-Aqsa. Pero a pesar de
sus intentos la violencia no cesó.

En enero de 2006 Abbas convocó elecciones
legislativas, ganadas mayoritariamente por Hamas. Este
movimiento, que niega al estado judío, no aceptaba como
límite al estado Palestino la "línea verde" de
1967. La comunidad internacional rechazó enseguida al
nuevo legislativo de Hamas. Este rechazo se
manifestó, entre otras cosas, mediante un bloqueo
económico declarado por Estados Unidos, Israel y la
inmensa mayoría de los países europeos. De esta
forma la ayuda financiera internacional que recibía la ANP
queda en suspenso.

A lo largo de este año 2006, la situación
era ambivalente: por un lado se completó el Plan de
retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza, lo cual,
lejos de calmar la situación, agravó los ataques
terroristas desde la Franja de Gaza con cohetes Qassam contra las
poblaciones fronterizas israelíes como Sederot.
Además la situación de seguridad y orden
público en estos territorios se agravó
muchísimo, produciéndose enfrentamientos constantes
entre los propios palestinos de Hamas y
Fatah.

En junio de 2006, militantes de Hamas y otras
agrupaciones armadas palestinas de Gaza secuestraron al soldado
israelí Guilad Shalit, desencadenando una respuesta
militar limitada de Israel que no logró la
liberación del soldado cautivo.

Por otro lado, Israel mantenía el control
fronterizo, lo que dificultaba los viajes al exterior de los
palestinos, y vigilaba de forma estricta el movimiento entre las
ciudades palestinas (había desplegados más de 90
puntos de control en las carreteras). Además, Israel no
sólo mantiene, sino que amplía constantemente los
asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania, lo cual
sigue siendo fuente de conflictos.

En diciembre de 2006, Abbas declaró sus
intenciones de convocar elecciones legislativas y presidenciales
anticipadas, al explicar que los esfuerzos para formar un
gobierno de unidad con Hamas habían fracasado. El grupo
islámico calificó la convocatoria de "golpe de
estado". Desde entonces, esta tensión se trasladó a
las calles de Gaza y Cisjordania, que estallaron en numerosos
enfrentamientos entre seguidores de Hamas y de Al
Fatah
.

En los primeros meses de 2007, Al Fatah y
Hamas mantuvieron reuniones con el fin de alcanzar un
acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional junto con
otras facciones palestinas. Paralelamente, Abbas se reunía
con dirigentes como el rey Abdalá II de Jordania, o la
secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, buscando
apoyo internacional para solucionar cuanto antes el problema
interno que podría acabar en guerra civil.

La disputa entre ambos partidos se centraba en
quién dirigiría el Ministerio del Interior,
departamento clave para el control de las fuerzas de seguridad
palestinas, y el programa que aplicaría ese Gobierno de
concentración.

En esta última cuestión radicaba el
escollo principal, porque no era previsible que Hamas
aceptase las condiciones que exigían Abbas y el Cuarteto
-Estados Unidos, UE, Naciones Unidas y Rusia- para poner fin al
bloqueo económico que padecían los territorios
ocupados desde el triunfo de Hamas en las elecciones de
enero de 2006.

Es decir, Hamas debía:

1) reconocer la legitimidad de Israel.

2) renunciar a la violencia.

3) suscribir los acuerdos firmados por la OLP con el
estado judío.

Finalmente, en febrero de 2007, Hamas y Al
Fatah
firmaron un acuerdo ("Acuerdo de la Meca", tratado
más adelante) para formar un gobierno de unidad nacional
junto con otras facciones palestinas, poniendo fin así a
las disputas entre los palestinos.

  • El cambio de gobierno en
    Israel

Ariel Sharon sufrió en enero de 2006 un grave
derrame cerebral que lo incapacitó para continuar en el
gobierno. Ehud Olmert fue su sucesor en el cargo de Primer
Ministro y, por lo tanto, líder de su partido, el
Kadima, fruto de la unión de varios grupos
políticos tras la caída del Likud. Los
electores le dieron nuevamente el poder en el mes de marzo. El
gobierno de Olmert se caracterizó, por seguir la
línea férrea que marcó Sharon.

En el verano de 2006 Israel invadió Líbano
con el pretexto de combatir a
Hezbolláh.

El Consejo de Seguridad de la ONU redactó
entonces un proyecto de resolución con el propósito
de alcanzar un acuerdo de paz, que finalmente se aprobó
por unanimidad, solicitando la delimitación de las
fronteras internacionales del Líbano y la creación
de una zona de seguridad desmilitarizada entre la "LINEA AZUL",
anteriormente establecida y trazada por Naciones Unidas, cuando
el ejército israelí fue obligado a retirarse en
mayo de 2000 y las fronteras actuales, reconocidas
internacionalmente, de Líbano.

La zona de seguridad debería llegar hasta el
río Litani, a 30 kilómetros de la frontera con
Israel, zona donde sólo podría operar el
ejército libanés y la fuerza multinacional que
enviaría Naciones Unidas.

A su vez, se le exigía a Israel la entrega al
organismo internacional, de los mapas con la localización
de los campos de minas ubicados en territorio libanés, y
un acuerdo definitivo sobre las denominadas "granjas de Sheba",
un pequeño sector que Israel conquistó a Siria en
1967 y que el Líbano reivindicaba como propio.

Esta fuerza multinacional, permanecería en el sur
del Líbano durante dos años, con el fin de ayudar
al gobierno de Beirut a elevar la capacidad de su ejército
y, a la vez, extender su autoridad a la región que
actualmente controlaba Hezbolláh. Pero la
realidad es que hoy día todavía sigue manteniendo
su presencia en terreno libanés aquella fuerza
multinacional de Naciones Unidas, que sólo tenía
previsión de ir para dos años.

Con respecto al conflicto con Palestina, se
paralizó la evacuación de otros asentamientos en
Cisjordania por la ascensión de Hamas al gobierno
de la ANP.

  • Del acuerdo de la Meca al conflicto
    en la franja de Gaza

En respuesta a la iniciativa lanzada por el custodio de
los santos lugares: Abdalah Ben Abdel-Azis, rey de Arabia
Saudita, se reunieron en la ciudad santa de Mecca, dos
delegaciones de Hamas y de Al-Fatah, del 6 al 8
de febrero de 2007, en el marco de los diálogos para la
concertación nacional
Palestina[30]

En este lugar se alcanzaron diversos acuerdos, entre los
cuales cabe destacar:

1) Evitar toda forma de derramamiento de sangre, para lo
cual se deben tomar las medidas y ajustes oportunos. Establecer
el diálogo político como base única para
solucionar las desavenencias políticas en el escenario
Palestino.

2) Afirmar la necesidad de un gobierno de unidad
nacional como base para la resistencia nacional frente a la
ocupación.

3) Acuerdo definitivo para la formación de un
gobierno de unidad nacional palestino, de conformidad a un
detallado plan consensuado por ambas partes. Iniciando de
inmediato los trámites.

4) Proseguir con las medidas para reformar y desarrollar
la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP).

5) Reafirmar el principio de la
institucionalización, y la pluralidad política,
basada en la legislación adoptada por la Autoridad
Nacional Palestina (ANP).

La realidad de este acuerdo duró muy poco. De
hecho, el pacto Fatah-Hamas sólo fue una realidad
sobre el papel, ya que en la práctica, tanto unos como
otros siguieron con sus respectivas políticas de lucha por
el poder. Además el hecho de tener a Hamas como
elemento unitario palestino, provocó a nivel internacional
que el embargo económico, político y social al
pueblo palestino, fuera cada vez a mayores.

Este ambiente de preguerra civil palestina se agravaba
constantemente con los enfrentamientos entre Hamas, y
sus lanzamientos de cohetes en la Franja de Gaza, y la respuesta
del ejército israelí con bombardeos indiscriminados
sobre la misma.

En junio de 2007, tras un saldo de más de 800
muertos debido a las sangrientas luchas internas entre Al
Fatah
, leal al presidente palestino Mahmoud Abbas, y
Hamas, la totalidad del territorio cae bajo control de
Hamas mediante un golpe de Estado.

En ese entonces, Israel y Egipto aumentaron
su control sobre los pasos fronterizos con el territorio,
considerando el control de la Franja por Hamas, como
ilegal. En septiembre del 2007, en respuesta al continuado
bombardeo con morteros, cohetes y misiles por parte del ala
armada de Hamas contra ciudades y poblaciones civiles
del sur de Israel desde Gaza, Israel declaró "territorio
hostil" a la Franja de Gaza e impuso restricciones adicionales
permitiendo la entrada solo de productos
básicos.

En enero de 2008 Hamas hizo explosionar la
cerca fronteriza que separaba al territorio palestino con Egipto,
provocando la huida de miles de palestinos al territorio egipcio.
Egipto reaccionó causando decenas de muertos.

Finalmente, en junio de 2008, con una Palestina
más dividida que nunca y un Israel más inflexible
que en años anteriores, se declaró una tregua de
seis meses entre Hamas e Israel, reduciéndose
significativamente el número de ataques con cohetes
palestinos desde Gaza, aunque sin que se detuvieran por completo.
Esta tregua se realizó bajo la atenta mediación de
Egipto. La tregua incluía:

1) un alto el fuego definitivo por ambas
partes.

2) el levantamiento del bloqueo israelí a
Palestina.

El 19 de diciembre de 2008, Hamas
decidió que no renovaría la tregua con Israel,
haciendo caso omiso de las presiones e insistencias del gobierno
egipcio y del presidente de la ANP Mahmud Abbas para que la
renovara y evitara una escalada en la violencia.

A partir de este momento, Hamas
intensificó sus ataques con cohetes, disparados desde el
territorio palestino, sobre las poblaciones del sur de
Israel.

  • El conflicto de la franja de Gaza.
    2008-2009.

El conflicto de la Franja de Gaza de 2008-2009, denominado
"Operación Plomo Fundido"[31] por las Fuerzas de Defensa
Israelíes (IDF), fue una ofensiva militar desde el aire,
tierra y mar, precedida por una campaña de bombardeo
aéreo sobre la Franja de Gaza (Territorios Palestinos),
que tuvo inicio el 27 de diciembre de 2008 y que finalizó
el 18 de enero de 2009.

Fue dirigida contra objetivos de la infraestructura de la
organización Hamas, principalmente puertos, sedes
ministeriales, cuarteles de policía, depósitos de
armas y túneles subterráneos que comunican la
Franja de Gaza con Egipto. El conflicto fue descrito como la
"Masacre de Gaza" en gran parte del mundo.

Según el gobierno israelí, el objetivo de la
ofensiva era destruir la "infraestructura terrorista" y la
capacidad militar de Hamas, como respuesta al lanzamiento de
cohetes y proyectiles de mortero, contra objetivos civiles
israelíes por parte de milicianos palestinos desde la
Franja de Gaza, dado que desde que acabó el alto el fuego
que precedió al conflicto hasta el inicio de la ofensiva,
más de 200 proyectiles impactaron en el sur de Israel.

Este conflicto provocó el mayor número de bajas
en los últimos cuarenta años de conflicto
árabe-israelí, catorce de ellas israelíes,
de las que once eran soldados y tres civiles. Aproximadamente
1.400 palestinos murieron a consecuencia de los bombardeos y los
combates urbanos; centenares de ellos eran civiles, aunque
existen importantes divergencias entre las cifras aportadas por
distintas organizaciones.

La Franja de Gaza resultó seriamente dañada y
miles de edificios fueron destruidos, la mayor parte de ellos
residenciales. Tanto las Fuerzas de Defensa de Israel como Hamas
fueron acusados de haber cometido crímenes de guerra
durante el conflicto por distintos informes de Naciones Unidas,
Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Inmediatamente después del inicio de la ofensiva, los
grupos armados palestinos en la Franja de Gaza respondieron
intensificando el lanzamiento de cohetes hacia Israel, y sus
líderes hicieron llamamientos a la Tercera Intifada contra
Israel y a la reanudación de los atentados suicidas.

El sur del territorio israelí se vio sometido a una
situación de permanente alarma, y los cohetes alcanzaron
en repetidas ocasiones las ciudades de Sderot, Ascalón,
Ashdod y Beer Sheva.

Tras la intensificación de la diplomacia en los
días previos, el 17 de enero de 2009 el primer ministro
israelí Ehud Ólmert anunció un "cese
unilateral de las hostilidades en la Franja de Gaza", con una
duración de 10 días. En este período, el
ejército israelí siguió desplegado en la
Franja. Tras la declaración de alto el fuego, varios
cohetes cayeron sobre territorio israelí y hubo combates
entre milicianos palestinos y militares israelíes en el
interior de la Franja de Gaza.

El día siguiente, 18 de enero, fue Hamas junto con
otras organizaciones palestinas quien anunció un "alto el
fuego inmediato". Éste, con una duración de una
semana, tenía como objetivo la retirada del
ejército israelí de la Franja de Gaza.

El ejército israelí no contemplaba un calendario
de retirada mientras no cesase el lanzamiento de cohetes sobre su
territorio. Finalmente y tras varios días de tensa calma,
los portavoces de las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron el
21 de enero que el ejército hebreo había completado
su retirada de la Franja de Gaza, retornándose al statu
quo previo al conflicto y retomando Hamas el poder sobre la
totalidad del territorio gazací.

  • Situación actual del
    conflicto

Si analizamos la situación actual de los tres
elementos que componen un estado veremos que actualmente el
estado palestino no existe.

1) El territorio palestino de Gaza se encuentra
en manos palestinas, abandonada por las fuerzas israelíes
desde 2005, pero Cisjordania se encuentra todavía en gran
parte en manos israelíes, al igual que la parte este de la
capital Jerusalén.

Por ello actualmente sólo Gaza podría
considerarse como territorio totalmente palestino, aunque debe
tenerse en cuenta que el espacio aéreo y parte del espacio
marítimo que corresponde a la Franja de Gaza y el control
de las fronteras siguen controlados por Israel.

2) En cuanto a la población, la
situación actual continúa sin solucionar el
problema de los refugiados, auque tanto el gobierno palestino
como israelí son conscientes de que este problema es
solucionable una vez que se haya establecido un nuevo estado
palestino.

Actualmente podríamos considerar como
población palestina a los residentes en los territorios de
Gaza y Cisjordania.

3) Finalmente, en cuanto al poder, el gobierno de
unidad nacional palestino resultante del acuerdo alcanzado en La
Meca en 2007, si consiguiese acabar con la violencia entre
palestinos y entre palestinos e israelíes, habría
dado un gran paso hacia la creación de un nuevo estado
palestino.

Actualmente tras el fin de los conflictos en la Franja
de Gaza, en enero de 2009, la situación del conflicto
palestino-israelí está estancada como antes del
mismo. Aunque hay ciertos aspectos que han cambiado como los
intentos de la Autoridad Palestina para reprimir a Hamas
en Cisjordania, hasta tal punto que los mandos militares
israelíes expresan públicamente su
satisfacción por la cooperación de las fuerzas de
seguridad palestinas en la persecución de los islamistas
radicales[32]

Por otra parte es notable la postura de Estados Unidos,
con su presidente Barak Obama al frente, intentando abrir de
nuevo el camino hacia una solución a este conflicto que ya
dura demasiados años[33]

Este intento se pudo ver plasmado en las reuniones que
mantuvo, en el pasado mes de septiembre de 2009, en Nueva York,
citando a la autoridad israelí Netanyahu y a la autoridad
palestina Abbas. Lamentablemente el proceso de paz amenaza con
morir antes de nacer, como ha sucedido otras veces, debido a las
objeciones iniciales de ambos dirigentes previas a la
reunión.

El líder estadounidense se ha embarcado en una
apuesta difícil de ganar, exigiendo a los países
árabes que ofrezcan gestos de normalización
política y diplomática a Israel. Buen ejemplo de
ello sería el permiso de sobrevuelo a la
compañía aérea El Al, sería un primer
paso a cambio de la congelación en la construcción
de las colonias. Por otra parte exige a ambos que se ajusten a la
malograda "Hoja de Ruta".

CAPITULO VI

Conclusiones y
posibles
soluciones al conflicto

  • Conclusiones

1) Ambos estados deben intentar volver a la "Hoja de
Ruta":

Sería el único medio de normalizar la
situación entre ambos, reconociéndose mutuamente y
legitimándose, de forma que con el tiempo pudieran fijarse
puntos clave a tratar y limar las asperezas que normalmente hacen
fracasar cualquier acercamiento.

2) El consenso y la unidad nacional palestina es un
pre-requisito para acabar con el conflicto:

Además del coste devastador en vidas humanas, la
desunión de los líderes palestinos es totalmente
incompatible con cualquier proceso de paz. El presidente Abbas no
puede entablar negociaciones con Israel y la comunidad
internacional si su principal rival político y una gran
mayoría de su población se sienten excluidos y
desencantados.

3) Los esfuerzos internacionales por excluir a
Hamas con contraproducentes:

En el último año se ha observado la
imposibilidad de excluir a Hamas de la política
palestina, a pesar de privarle de los instrumentos para gobernar.
Su apoyo popular quizás ha disminuido pero conserva el
suficiente para mantenerse en el poder y hacer imposible un
gobierno de otro grupo palestino. Por ello, el objetivo respecto
a Hamas debería ser conseguir su evolución
hacia la moderación y no su exclusión.

4) El Cuarteto y las tres condiciones marcadas para el
levantamiento de la suspensión del apoyo financiero el
gobierno palestino han provocado una situación de bloqueo
político y diplomático:

Más que basarse en rígidas concepciones
retóricas, el Cuarteto y la comunidad internacional
deberían observar el comportamiento real y práctico
de Hamas y así calibrar su política hacia
dicha organización. La cuestión no debería
ser si Hamas reconoce a Israel o no, algo que
sería deseable pero que es bastante improbable, sino
más bien si el gobierno palestino e Israel consiguen
llegar a un acuerdo y establecer un alto el fuego y realizar un
intercambio de prisioneros, si las negociaciones entre la OLP e
Israel pueden retomarse, si el acuerdo de paz puede alcanzarse y
si el hipotético referéndum que ratificase dicho
acuerdo sería respetado.

  • Posibles soluciones al conflicto

  • Creación de un nuevo gobierno de unidad
    nacional palestino.

  • Cese de la violencia en los territorios de Gaza y
    Cisjordania e Israel.

  • Despliegue de una misión internacional de
    Naciones Unidas en los territorios ocupados.

  • Retirada israelí de los territorios ocupados
    respetando las fronteras de 1967.

  • Administración compartida entre gobierno
    palestino y Naciones Unidas.

  • Elecciones palestinas libres para un nuevo
    gobierno.

  • Consolidación del nuevo gobierno
    palestino.

  • Retirada de la misión y administración
    compartida internacional.

  • Reconocimiento internacional de Palestina como
    estado libre e independiente.

  • La Autoridad Nacional Palestina
    (ANP)

Los pasos a seguir de forma sucesiva para poner fin al
conflicto cuanto antes, deberían
ser[34]

Una vez formado el gobierno de unidad nacional palestino
debería autorizarse la entrada de una misión
internacional de Naciones Unidas en los territorios ocupados como
primer paso a una posterior retirada de las tropas
israelíes de los mismos.

Posteriormente, el gobierno de unidad nacional
debería restaurar la ley y el orden antes de la llegada de
esa misión, repartir el poder de forma equitativa
reformando la OLP y realizar una serie de acciones respecto a
Israel que haga cambiar la actitud israelí e internacional
hacia el gobierno palestino.

  • Restaurar la ley y el orden

La prioridad más urgente para los palestinos
sería la prevención de un posible resurgir de la
violencia entre grupos armados. Como primer paso, los
líderes palestinos deberían dar ejemplo y no
incitar a las distintas facciones al enfrentamiento
armado.

Por otro lado, los servicios de seguridad palestinos son
débiles y se encuentran totalmente politizados, es decir,
cada facción posee su servicio de seguridad propio. El
reto más amplio que se le presentaría a la ANP es
la reforma de esos servicios de seguridad de tal manera que se
integren todas las facciones armadas en un solo servicio de
seguridad bajo el control de la ANP.

  • Reparto del poder

La reforma de la OLP para integrar a nuevos grupos como
Hamas y la Jihad islámica sería
un paso muy importante para la consolidación de un nuevo
sistema político palestino.

La ANP debería iniciar conversaciones con los
diferentes grupos en el seno de la OLP para conseguir dicha
integración.

Además, la ANP debería promover y poyar el
establecimiento de un servicio social independiente de cualquier
facción política como medio de reparto de poder en
todas las instituciones de la ANP y para beneficio de todos los
palestinos, no sólo de los de un determinado partido
político.

  • Relaciones con Israel

Una serie de pasos importantes que debería
acometer la ANP serían:

– Fortalecer el alto el fuego en Gaza y hacerlo
extensivo a Cisjordania.

– Promover un intercambio de prisioneros entre Israel y
Palestina. Esto solo podría hacer al Cuarteto flexibilizar
su postura ante el gobierno de unidad nacional palestino y las
tres condiciones impuestas al mismo.

– Dejar claro públicamente tres aspectos claves:
que las negociaciones políticas con Israel las
llevará en exclusiva el presidente Abbas, que cualquier
acuerdo que se adopte será ratificado mediante
referéndum nacional, y que tanto el gobierno como
Hamas respetarán los resultados de ese
referéndum.

  • Israel

Si Israel quiere acabar con los ataques en su territorio
y contra población israelí en los asentamientos
debe tener claro que sólo un gobierno de unidad nacional
palestino conseguirá detenerlos.

Es por ello, que debería apoyar e impulsar el
funcionamiento adecuado del gobierno palestino. Para maximizar
esta gran oportunidad que este acuerdo ofrece debería
realizar una serie de acciones que se detallan a
continuación:

– Autorizar la entrada de una misión
internacional de Naciones Unidas en los territorios ocupados y
posteriormente estar dispuesto a abandonarlos.

– Liberar a un importante número de detenidos
palestinos en el contexto de un intercambio de
prisioneros.

– Apoyar el establecimiento de un alto el fuego mutuo en
los territorios ocupados sabiendo que no será totalmente
respetado por la población pero si apoyado por las
autoridades palestinas.

– Retomar la transferencia de impuestos recogidos a los
palestinos en territorio israelí a la ANP.

– Iniciar serias negociaciones con el presidente Abbas y
los actores árabes regionales para alcanzar un acuerdo
final y estable al conflicto palestino-israelí.

  • El cuarteto y otros actores
    internacionales

El éxito del final de la violencia entre
palestinos y entre estos e Israel depende en gran medida de la
política que adopten los actores internacionales del
conflicto.

El mantenimiento del boicot económico y
financiero al gobierno palestino hace peligrar la estabilidad de
las instituciones palestinas. Por ello, los actores
internacionales deberían rectificar su política e
impulsar la unidad, estabilidad y consolidación de las
instituciones palestinas, solidificar un alto el fuego, y apoyar
a Hamas en una solución de dos estados,
judío y palestino, del conflicto.

Para conseguir estos objetivos deberían darse una
serie de pasos importantes:

– Tras la formación del nuevo gobierno de unidad
nacional palestino, debe cesar el boicot económico y
financiero a dicho gobierno.

– Establecer una misión internacional de apoyo al
gobierno palestino en los territorios de Gaza y Cisjordania, en
el que se desplieguen fuerzas de la ONU para garantizar el cese
de la violencia entre palestinos y entre palestinos e
israelíes y supervisar la retirada de las fuerzas
israelíes de los territorios ocupados.

El Alto Representante debería ser elegido de
forma cuidadosa, así como los países que
proporcionan tropas, entre los que deberían estar Jordania
y Egipto además de países occidentales,
especialmente europeos. Quizás no sería conveniente
la presencia norteamericana por su marcada actitud en defensa de
Israel. Se debería establecer una fecha de retirada fija
para evitar el alargamiento de la misión.

– Realizar una administración compartida de los
territorios de Gaza y Cisjordania entre el gobierno palestino y
la ONU de forma interina, tras la retirada israelí de
dichos territorios.

– Impulsar las negociaciones entre Israel y Palestina
para conseguir una solución permanente al
conflicto.

Bibliografía

Libros:

  • "Current Palestinian Government Structure", MIFTAH,
    3 p.

  • FERNÁNDEZ GÓMEZ, Manuel, "El Conflicto
    Palestino-Israelí", Ed.Edilibro, 38 p.

  • ADWAN, Sami, "Historia del otro: Israel y Palestina, un
    conflicto, dos miradas" Intermón Oxfam Editorial,
    2005

  • SAID, EDWARD, "La Cuestión de Palestina", Mondadori
    Editorial, 2002

  • JABER IBRAHIM, GHALEB, "Génesis de Israel",
    Editores Fundación Aragüaney, 2004

Páginas web utilizadas:

  • WordPress. Portal sobre el movimiento en
    Palestina. http://djiin.files.wordpress.com,
    fecha de consulta: 02/10/09

  • Stop The Wall. Portal sobre la campaña
    popular palestina contra el muro del Apartheld. http://stopthewall.org, fecha
    de consulta: 25/09/09

  • Periódico ABC. www.abc.es, fecha de consulta:
    06/10/09

  • Anarchists against the wall. www.awalls.org, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • Biografías y Vidas. Página de
    biografías de personajes históricos.
    www.biografiasyvidas.com, fecha de consulta:
    06/10/09

  • Frontpage Magazine. Portal sobre noticias en
    el punto de vista de los Estados Unidos. www.frontpagemagazine.com,
    fecha de consulta: 06/10/09

  • www.geocities.com, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • Periódico El Mundo. www.elmundo.es, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • Periódico El País.
    www.elpais.es, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • Historia del Siglo XX. Portal sobre todas las
    historias de Europa. www.historiasiglo20.org, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • The Intifada in Palestine, The Palestinian side
    of the story
    . www.intifada.com, fecha de
    consulta: 06/10/09

  • Jerusalemites. Portal sobre noticias del
    conflicto en Jerusalén. www.jerusalemites.org, fecha
    de consulta: 06/10/09

  • Jewish Virtual Library.
    www.jewishvirtuallibrary.org, fecha de consulta:
    06/10/09

  • www.marefa.org, fecha de consulta:
    02/10/09

  • The PLO Negotiations Affairs Department.
    www.nad-plo.org, fecha
    de consulta: 25/09/09

  • www.nodo50.org, fecha de consulta:
    25/09/09

  • Palestinian Academic Society for the Study of
    International Affairs
    . www.passia.org, fecha de consulta:
    25/09/09

  • Zajel.org. Portal sobre noticias y el
    movimiento en Palestina. www.zajel.org, fecha de consulta:
    02/10/09

Anexo

ANEXO I – HISTORIA DE LA
OCUPACIÓN 1947-2004

Fuente:
http://www.nad-plo.org/maps/wall/jpeg/killing.jpg

ANEXO II – ACUERDOS DE
OSLO

Los acuerdos de Oslo fueron una serie de acuerdos
negociados entre el gobierno israelí y la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP),
que actuó como representante del pueblo palestino. Fueron
firmados en 1993 como una parte del proceso de paz entre los
países, oficialmente llamado la Declaración de
Principios.

Las conversaciones para llegar a un acuerdo fueron
comenzadas por el gobierno noruego, que era razonablemente
neutral en el conflicto. Los principales arquitectos de los
acuerdos fueron Johan Jørgen Holst (el ministro de Asuntos
Exteriores de Noruega), Terje Rød-Larsen y Mona Juul. Las
negociaciones transcurrieron en un total secreto en Oslo y sus
alrededores, con reuniones en la casa del Ministro Holst hasta la
firma del texto resultante el 20 de agosto y la consecuente
ceremonia pública el 13 de septiembre.

En esencia, la base de todo era: la retirada de las
fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y Cisjordania,
así como el derecho de los palestinos al autogobierno en
esas zonas a través de la autoridad palestina. El gobierno
palestino duraría cinco años de manera interina,
durante los cuales el estatus sería renegociado (a partir
de mayo de 1996). Las cuestiones acerca de Jerusalén, los
refugiados, los asentamientos israelíes, la seguridad y
las fronteras exactas fueron excluidas. El autogobierno interino
sería desarrollado en fases.

Hasta un acuerdo definitivo, Cisjordania y Gaza fueron
divididas en:

Area A – bajo control completo de la autoridad
palestina.

Area B – bajo control civil de la Autoridad Palestina y
control militar del ejército de Israel.

Area C – bajo control israelí.

La firma de los acuerdos supuso el reconocimiento de la
autoridad palestina por Israel.

Fuente:
http://www.nodo50.org/palestina/oslomap.jpg

ANEXO III – COLONIZACIÓN DE
JERUSALEM 1947-2000

Fuente:
http://www.passia.org/palestine_facts/MAPS/images/jer_maps/Jlem1947-2000.gif

ANEXO IV – MAPA DE ISRAEL TRAS LA
GUERRA DE 1967

ANEXO V – YASER ARAFAT EN NACIONES
UNIDAS

El 13 de noviembre de 1974 Yaser Arafat es recibido ante
la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tras 26 años
de silencio forzado, un palestino pudo por fin hablar ante las
Naciones Unidas. Los gobiernos occidentales también
habían evolucionado; seguían apoyando a Israel,
pero los árabes tenían el arma del petróleo,
un arma que obligó a los occidentales a negociar y a
escuchar la voz de los palestinos: «Yo soy un
rebelde», comenzó. «La libertad es mi causa.
Muchos de los presentes en esta sala, estuvieron en el pasado en
la misma situación en la que hoy estoy yo. La
posición de resistencia en la que estoy y en la que debo
luchar. Ustedes también tuvieron que luchar para hacer
realidad sus sueños. Hoy deberían compartir mis
esperanzas».

En sus 40 minutos de discurso Arafat resumió
cómo su pueblo había sido despojado de tierras,
propiedades y nacionalidad, resultando arrojado a miserables
campamentos de refugiados; y cómo aún allí
fue perseguido por el Estado sionista cada vez que se rebelaba
contra la injusticia que padecía. Reclamó su
derecho a vivir en sus tierras y a ejercer sobre ellas una
soberanía independiente. Terminó con esta frase:
«Hoy he traído una rama de olivo en una mano y un
fusil de combatiente por la libertad en la otra. No permitan que
la rama de olivo caiga de mi mano. Repito, no permitan que la
rama de olivo caiga de mi mano…».

Partes: 1, 2, 3
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