En el momento de su confirmación Miranda como
acostumbraba hacerlo con todos los que recibían ese honor,
le tomó a Bolívar el juramento siguiente: "Yo
no reconoceré por gobernantes legítimos de mi
Patria sino a los elegidos por la libre y espontánea
voluntad del pueblo; y siendo el sistema republicano el
más aceptable al Gobierno de las América,
emplearé todos los medios que estén a mi alcance
para hacerlo admitir a sus habitantes". Este
juramento que hizo Bolívar en el momento de recibir su
confirmación de Maestro, es el quinto voto que
exigía Miranda a los masones que llegaban a esa cumbre del
simbolismo.
Esta versión publicada por el historiador
Américo Carnicelli, fue confirmada por el masón y
prestigioso historiador argentino Bartolomé Mitre, en su
libro sobre la organización de los 'Caballeros
Racionales".
Miranda, con la gran personalidad que tenía, a la
Logia "la Gran Reunión Americana", que funcionaba en
Londres, le había impuesto algunas modalidades ajenas al
ritual masónico. Por ese motivo, algunos escritores
venezolanos, han tratado de cuestionar la autenticidad
masónica de la confirmación de Maestro, que
recibió Bolívar.
Otros escritores, han llegado al exabrupto de dudar de
que Miranda fuera masón, lo cual además de ser un
chocante irrespeto a la memoria de uno de los hombres más
grandes que dio América, es una falacia para arrojar
sombras sobre el pasado de la masonería venezolana, que
tiene en Miranda no solo a su máximo mentor, sino al Padre
de la Masonería Latinoamericana.
Bolívar, permaneció en Londres hasta el 25
de septiembre de 1810, fecha en que emprendió regreso a
Venezuela en la corbeta "Saphire". Miranda lo haría
después el 10 de octubre en el barco "Avon".
EL GRADO 33
En los últimos años han aparecido
evidencias sobre la alta jerarquía masónica del
Libertador Bolívar, la cual no se limitó al Grado
de Maestro, sino que llegó a la cúspide del
escocismo, que es el Grado 33°.
El Libertador Bolívar, en 1923, habla logrado
indiscutible prestigio continental. Su nombre ocupaba con
frecuencia la primera plana de los diarios más acreditados
de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia.
Una persona con esa bien ganada fama, siempre es
merecedora de los más altos homenajes, principalmente de
instituciones como la masonería que rinde culto permanente
a los valores morales e intelectuales del hombre. Por eso no
tiene nada de raro que el escocismo le haya otorgado los
más elevados Grados Filosóficos, como hoy lo hacen
las Universidades con los títulos de "Doctores Honoris
Causa", con los personajes ilustres.
En el Museo Masónico de Nueva York, junto con
muchas de las reliquias masónicas de los héroes de
la Independencia de las América, se exhiben el mandil y el
collarín del Libertador Bolívar, con los ornamentos
propios del Grado 32°, Al respecto señaló un
erudito masón norteamericano en una revista de la Gran
Logia de Nueva York, que en los agitados años de la guerra
de la Independencia, los grandes jefes, acumularon tal suma de
poderes, que era perfectamente natural que les confirieran de un
solo viaje los más altos grados del escocismo.
El Libertador Bolívar, no sólo era insigne
héroe militar, sino extraordinario político, gran
estadista, literato y pensador. Tenía méritos
sobrados y brillantes para llevar en el pecho el
collarín del Grado 32°. Por eso se explica
que en el Museo Masónico de Nueva York, estén las
referidas reliquias masónicas del Libertador.
Pero el historiador masónico venezolano,
Celestino B. Romero, llegó más lejos.
Después de una exhaustiva investigación,
consiguió reunir suficientes pruebas, para informar en un
libro que al Libertador Bolívar le fue otorga- do el
Grado 33°, o sea el último del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado.
Celestino B. Romero, fue Gran Maestro de la Gran Logia
de la República de Venezuela y Soberano Gran Comendador
del Supremo Consejo del Grado 33° para la República de
Venezuela. Estudioso y dedicado a la investigación de la
historia masónica, tenía acceso a los archivos de
la Orden donde se guardan viejos y desconocidos papeles, algunos
con antigüedad de más de 170 años.
En una de sus visitas al vetusto archivo, hizo un
sensacional hallazgo. Encontró un amarillento documento
que revela que en el año 1823, llegó a Caracas el
l:. y P:. H:. José Cerneau, alto dignatario del Supremo
Consejo de los Estados Unidos, con la misión expresa de
conferir los máximos honores a los masones que se
distinguieron en la lucha por la libertad de la Gran
Colombia.
El I:. y P:. H:. José Cerneau, investido de
amplios poderes, en nombre del Soberano Gran Consistorio de Jefes
de la Alta Masonería de los Estados Unidos, según
consta en el Boletín del Archivo Nacional en su
número 2, publicación que dirigía el
prestigioso historiador Vicente Dávila, en el mes de abril
de 1824, instaló en diversos cuerpos a los siguientes
Masones Grados 33°; Diego Bautista Urbaneja, Carlos
Soublette, Andrés Narvarte, Lino de Clemente, Manuel M.
Quintero, José de España, Vicente del Castillo, J.
Porfirio Iribarren, José Marra Pelgrón, José
Manuel Landa, Francisco Vicente Parejo, José Gabriel Lugo,
José Manuel Morales, Santiago Mariño, Tomás
José Sanabria, Marcelino de la Plaza, Felipe
Estévez, José Remigio Martín, Ramón
Landa, José Marra Lovera, Gerónimo Pompa,
José Manuel Rivero, Manuel Cala, Juan José Cande,
Francisco Carabaño, Judas Tadeo Piñango, Juan
Bautista Monserrate, José Marra Ponce, Joaquín
Tellechea, Manuel Vicente Huizi, Juan Maimó, José
Santiago Rodríguez, Simón
Bolívar, Rafael Lugo, Francisco Conde,
José Manuel Olivares, José Cordero, Carlos Cornejo,
José Marra de Rojas, Antonio Febres Cordero, José
Marra del Castillo, Andrés Caballero, Juan M. Barry,
George Woudwery, Leonardo Jiménez, José Tadeo
Monagas, Diego Vallenilla, Manuel Maneiro, José Francisco
Bermúdez,
José Antonio Páez, Juan Bautista
Arismendi, Manuel López de Umérez, Francisco
Aranda, José Austria, Leonardo de Lorenzy, Matras
Padrón, Rafael Guevara, Manuel Echeandía, Juan
Escalona, Valentín Osío, José Manuel Gonell,
Santos Michelena, José de Lima, Pedro Gual, Carlos
Padrón, José Grau, Miguel Vargas, Esteban Escobar,
Manuel Muñoz, Rafael Urdaneta, Ramón Machado,
Agustín Armario, Tomás Yánez, Andrés
Torrellas, Pablo de Michelli, Fernando Peñalver, Pedro
Briceño Méndez, Rafael Hermoso, Juan Bautista Dalla
Costa, José Freyres y José Blanco
(Presbítero).
De acuerdo con esta lista publicada en abril de 1824 en
el Boletín del Archivo Nacional y corroborada por las
investigaciones que llevó a cabo el I:. y P:. H:.
Celestino B. Romero, el Libertador Bolívar, si obtuvo
el Grado 33°.
EL HEROE
Cuando llegó el 5 de julio de 1811, día en
que el Congreso de la Provincia de Venezuela firma el Acta de la
Independencia, Bolívar y Miranda a través de la
Sociedad Patriótica, constituida por masones, presionaron
para que los indecisos se pronunciaran por la
emancipación. En momentos cuando la duda parecía
apoderarse del Congreso, Bolívar, enardecido gritó:
"Trescientos años de esclavitud no bastan?".
El 11 de julio, se produjo en Los Teques, la primera
rebelión de los realistas, a los gritos de: "Viva el Rey y
la Santísima Virgen del Rosario!". Días más
tarde estalló en Valencia otro golpe
contrarrevolucionario. El Marqués del Toro fue comisionado
para someter la sublevación, pero le fue tan mal, que el
General Francisco de Miranda tuvo que acudir en su
ayuda.
A fines de 1811, el isleño Domingo Monteverde,
oscuro oficial de Marina, pero feroz y lleno de odio contra la
joven República, organiza un ejército y entra a
Carora. El 26 de marzo de 1812, ya cuando la
contrarrevolución de los españoles había
tomado cuerpo, sacude gran parte del país un violento
terremoto, que es utilizado por el clero reaccionario para decir
a la asustada gente que era un castigo de Dios por haberse
rebelado contra la autoridad del rey español.
Fue entonces cuando Bolívar demostró su
pasta de Líder, replica: "el cielo nada tiene que ver con
nuestro movimiento para libertarnos del poder español…
Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la
haremos que nos obedezca!".
Los acontecimientos se precipitaron y la lucha por la
independencia se generalizó en todo el país. El
realista Monteverde avanza incontenible. El ejército
patriota, indisciplinado, sin instrucción y carente de
armamento, bajo el mando de Miranda, poco puede hacer para
detener la ofensiva española.
Bolívar es el jefe de la importante plaza de
Puerto Cabello, pero la traición echa por tierra a sus
planes. Monteverde sigue avanzando y para no ser copado por los
realistas, Bolívar, escapa a La Guaira por el
mar.
Miranda, entre tanto, con sus 62 años de edad a
cuestas, para evitar que Monteverde ahogue en sangre a Caracas,
después de la traición del mantuano Casa
León y tras de recibir la aprobación de la Junta
Nacional, negocia con los realistas la
capitulación.
Pero los chismes y las intrigas de los mantuanos,
presentan a Miranda como "entreguista" en la última semana
de julio de 1812. Un traidor, Manuel María de las Casas,
el comandante de La Guaira que colaboraba con Monteverde y el
licenciado Miguel Peña, finalmente persuadieron a
Bolívar ya un grupo de oficiales, sobre la "culpabilidad"
del viejo general caraqueño.
Bolívar, Chatillón y Montilla fueron los
encargados de hacer preso al generalísimo, quien
después fue entregado a los españoles.
Bolívar logra embarcar para Curazao, de donde
partió a Cartagena. Rápidamente consigue recursos y
gente, para luchar en la zona del Magdalena, hasta llegar a
Tunja. En mayo de 1813, convence al Gobierno de la Nueva Granada
para que lo ayude a combatir a los españoles de
Venezuela.
Entra triunfalmente en Mérida y el 15 de junio,
en Trujillo, proclama la guerra a muerte, como respuesta
a los horrores cometidos por los realistas.
Peleando con indescriptible ardor se abre paso a
Caracas, destruyendo tropas españolas bien pertrechadas.
Esa titánica operación bélica que
duró noventa días, es la que se conoce en la
historia con el nombre de "Campaña Admirable". En Caracas,
es aclamado Libertador, y continúa luchando con
éxitos y fracasos, como la famosa batalla de
Araure.
En 1814, el sanguinario Boves, al mando de llaneros,
negros y mulatos, enloquecidos por la sed de sangre, había
convertido en un infierno a gran parte del territorio venezolano.
A Bolívar le tocó combatirlo en las dos batallas de
San Mateo y en la primera batalla de Carabobo. En junio de 1814,
Boves triunfa en La Puerta y avanza hacia Caracas. Perseguido por
las hordas realistas, Bolívar se retira al Oriente. En
Aragua sufrió un revés ante las fuerzas de Morales.
Llega a Barcelona y con sus tropas diezmadas sigue a
Cumaná y Carúpano, embarcándose finalmente
rumbo a Cartagena, el 25 de septiembre de 1814, acompañado
de Santiago Mariño.
En Tunja, el Congreso le tributó cordial
recibimiento, otorgándole amplios poderes para la
campaña de Santa Fe de Bogotá, que estaba en poder
de los realistas. Expulsa a los españoles de esa ciudad y
avanza sobre Santa Marta, para desalojar a los realistas. Entre
tanto una nueva expedición militar llegó de
España a Venezuela, aumentando los sufrimientos de los
patriotas.
Bolívar, de Colombia se trasladó a
Jamaica, donde escribió la célebre "Carta de
Jamaica", en la cual hace un certero análisis de las
causas de la derrota y de lo que debe hacerse definitivamente
para lograr la libertad.
En Jamaica, Bolívar, desarrolló una
laudable actividad intelectual y de organización para la
nueva campaña militar en Venezuela. Uno de sus grandes
colaboradores fue Luís Brión, más tarde
Almirante de Colombia. El gobierno británico lo
obligó a salir de Jamaica. Marchó entonces a
Haití, donde encontró la fraternal acogida del
Presidente Alejandro Petión, quien lo ayudó a
regresar a Venezuela. En 1815, Bolívar llegó a
Margarita y de allí al mando de una expedición,
donde Santiago Mariño, era el segundo jefe, partió
a Carúpano, siguiendo después a Ocumare de la
Costa.
Proclamó la cesación de la guerra a
muerte, el perdón de los españoles que se rindan y
la libertad de los esclavos negros, cumpliendo así una
promesa hecha a Petión.
Volvió a Haití por segunda vez y
regresó a Venezuela en enero de 1817, llamado por
Brión y Arismendi. Reorganizó el ejército
patriota en Oriente y se instaló en Guayana, donde hizo
una estrecha amistad con el entonces coronel Antonio José
de Sucre.
Angostura, hoy Ciudad Bolívar; era la capital del
Gobierno Revolucionario. Desde allí escribe a los
revolucionarios de Argentina, Perú, Nueva Granada y entra
en contacto con José Antonio Páez, que había
tomado el control de los llaneros. Por esos días uno de
los jefes patriotas, el general Piar trata de levantarse contra
la autoridad de Bolívar, quien para mantener la disciplina
del ejército se vio en la necesidad de ordenar su
fusilamiento.
Desde Guayana, Bolívar entró a Calabozo,
derrotando al general español Morillo. Ocupó los
valles de Aragua, pero volvió a ser derrotado en La
Puerta. Sin embargo, infatigable, volvió a Angostura,
reorganizó el ejército, nombró su Gabinete y
hasta se dio tiempo para fundar el periódico "El Correo
del Orinoco". Seguidamente convocó el Congreso de
Angostura y dirigió su proclama a los
neogranadinos.
La Legión Británica aumentó las
fuerzas de Bolívar. Entonces cruzó Los Andes para
libertar a Colombia. Con tropas cansadas, mal vestidas y peor
alimentadas, derrotó a los españoles en la Batalla
de Boyacá, considerada por todos los historiadores como
proeza militar y modelo de estrategia. Eso sucedió el 7 de
agosto de 1819.
El Congreso de Colombia, agradecido confirmó a
Bolívar como Jefe Supremo del Ejército y lo
eligió Presidente de la República. El 17 de
diciembre de 1819, su proposición para la unión de
la Nueva Granada y Venezuela, fue aceptada por el
Congreso.
En enero de 1820, Bolívar proclamó en
Bogotá la creación de la Gran Colombia. En
diciembre de ese mismo año, Bolívar se
encontró con éste en la villa de Santa Ana, del
Edo. Trujillo para firmar un armisticio, luego Morillo se
retiró a España, dejando al general La Torre, como
jefe del Ejército Español.
Cuando Maracaibo se adhirió a la
revolución de la independencia, el general La Torre,
creyó que se había roto el armisticio firmado por
Morillo, decidió entonces hacer de nuevo la guerra al
ejército de Bolívar.
El choque inevitable se produjo en la llanura de
Carabobo, el 24 de junio de 1821, a las once de la mañana.
Otra vez demostró Bolívar su gran capacidad de
guerrero y genio organizador. Con la ayuda de los Llaneros de
José Antonio Páez y de la Legión
Británica, derrotó al ejército
español. Con esa batalla quedó sellada la
independencia de Venezuela.
Después de la liberación del Ecuador,
surgió el problema de Guayaquil. El general argentino,
José de San Martín, que había libertado
Argentina y Chile y dominado parcialmente el Perú, con el
titulo de Protector, deseaba que la provincia de Quito sea
anexada al Perú. Bolívar que tenía el
sueño de la Gran Colombia, rechazó esa idea. Luego
de infructuosas negociaciones diplomáticas, Bolívar
y San Martín decidieron entrevistarse en Guayaquil. Ambos
luchaban por la independencia americana, pero tenían
concepciones diferentes sobre la organización de los
pueblos liberados.
En Guayaquil, Bolívar demostró su gran
talla de político y diplomático. Fraternalmente,
pero con argumentos contundentes, convenció a San
Martín sobre la conveniencia de que las provincias de
Quito y Guayaquil formen parte de la Gran Colombia.
Después de la entrevista de Guayaquil,
Bolívar predicó la necesidad de una gran Asamblea
de los Estados Americanos, de Tratados sobre dos grandes
principios: el de utipossidetis y el de arbitraje.
Contento con la liberación de Panamá, habló
del istmo como de "la gran vía del universo".
San Martín, había desembarcado en el
Perú el 8 de septiembre de 1820 y proclamado su
independencia el 28 de julio de ese mismo año, recibiendo
en agradecimiento el titulo de "Protector", pero las tropas
realistas seguían intactas en la Sierra. San Martín
dejó el Perú en septiembre de 1822. En 1823, las
tropas realistas tomaron de nuevo Lima.
La batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, que
dirigió triunfalmente Bolívar, con su
célebre carga de caballería, produjo junto con la
batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), la independencia
definitiva del Perú.
Después de rehusar al Supremo poder que le
ofrecieron en el Perú, Bolívar se trasladó
al Alto Perú (hoy Bolivia), cuya liberación
proclamó el 16 de mayo de 1825, constituyéndolo
luego en República independiente el 6 de agosto del mismo
año, con el nombre de Bolivia que el Congreso le puso en
honor del Libertador, a quien confirió además el
título de Padre de la Patria.
Bolívar, como Libertador y Fundador de Bolivia,
procedió a su organización política,
redactó su Constitución, estableció escuela,
dictó numerosas leyes y trató de darle la
fisonomía de Nación moderna.
Pero sus obligaciones en el Perú, le obligaron a
entregar el mando presidencial a su amigo y colaborador, el Gran
Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien de ese
modo fue el Primer Presidente de Bolivia, ya que el Libertador
actuó como su Fundador.
De regreso a Lima, Bolívar fue nombrado
Presidente Vitalicio, en 1826. Sin embargo, días
más tarde partió para combatir la
insurrección de Venezuela. Las intrigas y las
desavenencias entre Páez y Santander, produjeron graves
perturbaciones. Páez quería iniciar la revuelta
pero fue contenido por Bolívar, quien entró
triunfalmente en Caracas, en 1827. Regresó a Bogotá
en 1828 y convocó la Convención de Ocaña
para abril del año siguiente. Pero la división
siguió avanzando en las sombras.
El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, un grupo
de conspiradores atentaron contra la vida del Libertador, el cual
se salvó de la muerte gracias al coraje de Manuelita
Sáenz.
En 1829, las intrigas empujaron al Perú contra
Colombia, pero el Mariscal Sucre controló la
situación en la batalla de Tarqui. La salud del Libertador
desmejoraba por la vida agitada que llevaba constantemente. El 27
de abril de 1830 renunció al mando y se retiró al
campo. Viajó a Cartagena con intención de
embarcarse para Europa.
En esa ciudad de la costa colombiana, recibió la
infausta noticia del asesinato del Mariscal Sucre, en la
montaña de Berruecos, el 4 de junio de 1830.
El 10 de diciembre se agravó su salud.
Habló de nuevo a los pueblos, pidiéndoles la
unión. Pero el mal que le aquejaba acabó con su
vida el 17 de diciembre de 1830, en la Quinta San Pedro
Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, donde era atendido por el
médico francés Próspero Reverend y por sus
amigos devotos. Por una ironía del destino, la casa donde
falleció el Libertador era del español
Joaquín de Mier.
Los restos del Padre Libertador Simón
Bolívar, recién fueron repatriados en 1842, y
trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1877,
durante el gobierno del masón Antonio Guzmán
Blanco.
PROCERES MASONES
VENEZOLANOS
El Precursor Francisco de Miranda , Libertador
Simón Bolívar , Simón Rodríguez,
José María España, Manuel Gual, José
Cortés Madariaga, José Félix Blanco,
Andrés Bello, Juan Germán Roscio, José
Antonio Páez, Carlos Soublette, Rafael Urdaneta, Santiago
Mariño, José Francisco Bermúdez, Juan
Bautista Arismendi ,Diego Bautista Urbaneja, Antonio Ricaurte,
José Félix Ribas, Antonio José de Sucre,
Daniel Florencio O'Leary, Gregorio Mac Gregor, José
María Vargas, Santos Michelena, Antonio Leocadio
Guzmán, José Laurencio Silva, Francisco Aranda,
José Austria, José Tadeo Monagas, Pedro Gual,
José Gregorio Monagas, Juan Manuel de Cajigal, Juan
Vicente González, Juan Crisóstomo Falcón,
Juan Bautista Dalla Costa, Laureano Villanueva, Lisandro
Alvarado, Antonio Guzmán Blanco, Juan Antonio Pérez
Bonalde, Rufino Blanco Fombona, Andrés Eloy
Blanco.
JURAMENTO EN EL MONTE SACRO
El 15 de agosto de 1805, en compañía de
Simón Rodríguez y Fernando Toro, Bolívar
asciende a la histórica colina romana del Monte Sacro y
allí, en el solemne templo de la naturaleza, el futuro
Libertador, de apenas 22 años de edad, jura por la
libertad de Venezuela.
El día 15 de agosto de 1805, hacia el atardecer,
se produce un hecho sencillo, que ha entrado en la Historia con
calidad de sublime. Simón Bolívar emprendió
uno de sus largos y nostálgicos paseos en
compañía de Simón Rodríguez. El lento
paseo lo condujo hasta la cumbre del Aventino, el Monte Sacro de
Roma. Una de las siete colinas de Roma. Caía la tarde y ya
habían descansado un poco, allí en lo alto,
podía admirarse en la serenidad de la tarde la ciudad a
los pies del monte. Rodríguez y Bolívar se sentaron
a descansar. Sus miradas recorrían el amplio paisaje que
se ofrecía ante sus ojos. Admirando aquel panorama, a
Bolívar le vino el recuerdo del campo y el paisaje
venezolanos, y pensando en los plebeyos conducidos por Licinio
hasta aquel monte, recordó a su país ansioso
también de libertad y en voz alta y firme, para que le
oyeran sus acompañantes, dijo:
"¿Conque este es el pueblo de Rómulo y
Numa, de los Gracos y los Horacios, de Augusto y de Nerón,
de César y de Bruto, de Tiberio y de Trajano?. Aquí
todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su
cuna…
Seguí hablando, pensando en todo lo que le
inspiraba ese pueblo, que había dado para todo, menos para
la causa de la humanidad. De pronto, la exaltación
acumulada durante los días anteriores en el corazón
de Simón Bolívar y la angustia que le produjo el
recuerdo de su país natal explotaron violentamente. Con
los ojos encendidos como dos llamas, se puso en pie, se
aferró con frenesí a las manos de Rodríguez,
cayó de rodillas y dió rienda suelta a sus
pensamientos con una emoción incontenible.
"Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres;
juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la patria, que no
daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que
haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder
español".
El hermoso cielo romano, teñido con las luces
rojas del atardecer, recogió y guardó amorosamente
aquel gran juramento histórico que un joven criollo
acababa de hacer en la cumbre del Monte Sacro y que iba a ser la
divisa de toda su vida.
Tenía entonces 22 años. Y no sólo
fue por el fragor de la juventud, lo que hizo hacer este
juramento, sino porque así lo sentía. Estaba
inspirado en medio de las alturas de la Roma
milenaria.
ALGUNAS ENFERMEDADES Y LO QUE NO "El Parricidio de Santa Marta, Profesor Luís Salazar No pretendo pormenorizar las Es de acotar que Bolívar practicaba un <<<"porque no hay buen <<<"Yo conozco y los Profesores Aunque dijo a Urdaneta a principios de 1830 <<<"quién sabe si yo me Pero es que El Libertador no le cabía <<<"Yo sufría antes de Escribía desde Soledad en octubre de <<<"Mi mal se va complicando y <<<"Mis males van de peor en Le escribe a Montilla el 23 de septiembre <<<"Sólo los que me han Cuando llega a Santa Marta el 1° de diciembre Y para colmo de males, un bendito hipo El primer envenenamiento, durante su Se han resaltado estos tres momentos (aunque Se podrá argumentar que El Libertador Veamos, escuetamente lo sucedido al General Ya para 1845 estaba muy afectado por sus De la obra publicada por la U.C.V. Al final de este capítulo transcribo También es importante para mi estudio que Haré ahora la división general de |
I La primera fase abarca un periplo de <<<".todo me aburría y (Siguiendo el relato del doctor <<<".pronto caí en un estado Mas adelante, sin perder el hilo del trabajo <<<"Superada la tremenda crisis En Venezuela, para junio de 1807, gozaba de Continuamos con el 18 de diciembre de 1812 <<<"sufrí un agudo y el 27 de diciembre del mismo <<<"volvió a atacarme la Es curado con reiteradas dosis de Para el 7 de enero de 1813 lo atacaron de <<<"temí perder el En 1814 (Pág. 425) <<<"Me vi atacado por una malaria muy El 3 de marzo de 1818 mostraba gran Bolívar supera esta "etapa" de su Para 1819 Bolívar contaba con 36 A su llegada a San Cristóbal (el 7 o El día 8 ordena a El 10 de febrero, ya en Táriba, dirige En San Cristóbal anuncia la |
II La segunda fase la ubico en San Al leer el siguiente material, puede pensarse en Bolívar venido a Venezuela en el siglo XVI, Bien, el 7 de mayo de 1820, después <<<"Yo estuve muy malo en San El 16 de enero de 1821 en Quito le escribe a <<<"mi salud está ya Para el mes de Abril de 1821 en Cali En enero de 1822 (Cali) "sufrió una Para el 21 de Junio de 1822 escribía: En septiembre de 1822 dice: <<<"Estos días he estado El 6 de diciembre de 1822 |
III Entre el 1° de enero y el 28 de
Para cuando viaja a Plativilca, a donde llega casi Esta nueva recaída lo deja tan Pero moralmente incólume: |
IV Asistimos a la cuarta fase a partir En marzo de 1828 (en Paiba) se queja con En la página 439 Beaujón transcribe El 3 de agosto de 1829, en Guayaquil, sufre Para diciembre de 1829 parecía un <<<"Aunque he deseado irme a El 31 de octubre le dice al General Justo <<<"he llegado a creer que En 1830, para el 10 de noviembre (cita "Sus ojos se fijaban y no brillaban como Podemos aplicar perfectamente las "al fin, será víctima Los complotados pueden anunciar que la Comparando estos rostros con el de |
El asesino presenció paso a paso su letal Durante los primeros movimientos de la "Juan Vicente (Bolívar) Ese General formó parte activa de la Es importante aclarar que Bolívar se Es Montilla, entre otros, quien se opone a En abril de 1830 es Montilla quien lo recibe en Es Montilla, recién aclarado quien Podría verse aquí una Encontramos al mismo caballero siendo Es también Montilla, después Doce años después (en 1842)
|
"Por sus obras los Ahora, para complementar el capítulo, A.-Reumatismo, que pertenece al grupo de B.-Irritación Calenturas significaron reacciones febriles Todo este conjunto de síntomas: Nosotros los hemos observado en cuadros Entre los (sic) numerosas formas Emile Sergent y sus colaboradores dicen Pronto el enfermo hace cinco o diez Todas las manifestaciones caen calcadas López de Mesa, al referirse a los Por los antecedentes La resistencia física del En la página 462, los galenos aluden "Quien sabe y casi nos atrevemos a insinuarlo, que |
Ahora bien, según la autopsia el abdomen y Bolívar acusa cierta Entonces, la tenida al principio como Bolívar manifestaba una severa crisis En condiciones normales, la bilis negra no La conclusión publicada por los Insisto en que los honorables médicos Hasta se llegó a dudar de los conocimientos También se dice que Revérénd Por otro lado, el 24 de diciembre de 1971 el Pero como quiera que sea, para alguna Repito: los BOLETINES no pueden ser |
Bibliografía
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Primera Edición. Caracas, Noviembre
de 1998.
13- Linda Goodman. "Los Signos del Zodiaco
y el Amor".
Ediciones Urano. New York 1980.
14- Derek y Julia Parker. "El Gran libro de
la Astrología"
Círculo de Lectores. Editorial
Debate, 1972.
Autor:
Ing. Freddy Sarcos B
TRABAJO DE INVESTIGACION.
BAJO LA TUTORIA DEL COSMOBIOLOGO ELMER
TRUJILLO
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