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El despreciado – Novela (página 8)




Enviado por Francisco Tovar



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Los días seguían cayendo, como las hojas
secas de los árboles a causa del viento,
convirtiéndose éstos, en la semana que pasó,
y luego en el mes pasado, en camino a convertirse en el
año anterior… Un día domingo, llegó
Sant, más temprano que de costumbre, a la casa de
Ambrosio, y encontrándolo durmiendo, le grito desde la
ventana _ ¡AJAAA! ¡Te encontré durmiendo!, y
eso que tú me dices, que después de las cinco de la
mañana no puedes dormir más y tienes que levantarte
¡Y mira!, son casi las siete de la mañana _
_¡Que bolas tienes tú! Le responde el negrito,
sobresaltado y estrujándose los ojos _ ¡Venirme a
despertar a esta hora; es que anoche me fui a dar serenatas con
un compañero de trabajo, y después que esas mujeres
nos abrieron la puerta, no querían dejarnos venir; que si
tócame esta, que si cántame esta otra, y así
nos dieron las tres y media de la mañana _ Luego de
abrirle la puerta a su sobrino, Ambrosio se hizo el aseo
personal, y mientras se ponía un pantalón recortado
a las rodillas, de esos que siempre usaba cuando se encontraba en
casa, le dice a Sant _ ¡De todas maneras menos mal que me
despertaste, porque sino paso de largo hasta las nueve o diez de
la mañana y no iba a ir a oír misa _ _ ¡A ti
si te preocupa eso de oír misa! _ Le dice Sant,
notándosele algo alterado la voz _ No sé qué
beneficio te trae comportarte como una vieja beata ¡Que yo
sepa!, las tres veces que te robaron en la casa de mi abuela,
estabas en misa de ocho, y cuando tú querida familia te
sacó de la casa de mi abuela, también estabas en
misa de ocho ¡Si yo te quiero mandar a matar!, sólo
tengo que decir: "espérenlo el domingo a las ocho de la
mañana, en el trayecto de la casa a la Iglesia;" ¡Y
la verdá que eso me estraña de ti!, un hombre tan
corrio como tú, y que siempre me dice: "el hombre no debe
andar silbando por los caminos, porque si lo quieren cazar, lo
reconocen por el silbido o por el ruido que siempre hace";
¡Es decir!, que las veces que te han jodio, es por estar
haciendo precisamente , lo que me recomiendas no hacer _ Bueno _
Dice el Negrito, con resignación _ Será la
voluntá de Dios que me jodan mientras estoy en su casa _ _
¡Pero tío!_ Le replica Sant, algo alterado
aún _ ¡Cómo que la voluntá de Dios!
¿Tú crees que un padre amoroso y misericordioso,
tal como describe al Dios Todopoderoso la Biblia, va a permitir
que un hijo suyo, que se porta bien, que no le hace daño a
nadie, que es de buen corazón, que le cree, le obedece y
que se acuerda de visitarlo religiosamente todos los domingos;
lleve tanta vaina como tú? ¡Yo creo más bien
que es la voluntá del Diablo!, como cuando tuvo perreao al
fiel Job _ _ Si tú lo dices _ Dice Ambrosio, con fastidio
_ Pero de todas maneras y pase lo que pase, yo seguiré
yendo a misa de ocho todos los domingos, porque así me
enseñó mamá, y no voy a romper su
tradición _ _ ¡Eso es! ¡Precisamente! _ Le
interrumpe Sant, con brusquedad _ Dijiste la palabra clave
¡Tradición!, mera tradición, una de las
causas del desconocimiento de la verdá y de que la gente
esté sumida en la innorancia, tal como lo verifica nuestro
Señor Jesús el Cristo, en Marcos, capítulo
siete, versículo ocho y trece; en Mateo, capítulo
quince versículo tres o en la carta a los Colesenses,
capítulo dos versículo ocho ¡Y así!,
hay muchos pasajes de la Biblia, en los que Jesús, se
refiere a las personas que se dejan llevar por la
tradición, y no por la palabra escrita de "Jehova" nuestro
Dios Padre _ A lo que le dice el Negrito _ Pero es que ustedes
los evangélicos leen en otra Biblia _ _¡Mira
tío! _ Le dice Sant, molesto _ ¡Primero que nada!,
no ofendas mi inteligencia llamándome Evangélico;
siempre te he dicho que yo soy un estudiante empedernido de la
Biblia, porque tengo más de veinte años
estudiándola; desde que tenía trece años
aproximadamente, a ese libro lo he analizado e investigado en
profundidá y ya lo he leído de pico a cola en
cuatro oportunidades, y estoy en este momento, por la
número cinco, y cada vez que lo leo, lo hago muy
concienzudamente ¡O sea!, ya yo me considero un
teólogo autodidacta; es por eso, que cuando te hablo de
Las Sagradas Escrituras, te hablo con toda propiedá de lo
que hay en ellas, y sé cuando es verdá y sé
cuando es mentira, cuanto se dice de la palabra de Dios; por eso
te pido por favor, no vuelvas a ofender mi inteligencia
llamándome Evangélico; si tú me llamaras
Testigo de Jehová, te lo aceptaría ¡Porque
aunque no lo soy!, ya que no tengo el suficiente guáramo
para serlo, me identifico con ellos, puesto que en mis largos
estudios e investigaciones de las religiones, he comprobado que
ellos son los únicos, dentro de su capacidá como
seres humanos imperfectos y pecadores; que tratan de cumplir de
la mejor manera posible, todos los preceptos de Jehová
Dios y su hijo Jesús el Cristo; que están escritos
en La Santa Palabra; y con respecto a lo otro que tu dices, de
leer en otra Biblia, te voy a explicar de una forma sencilla,
para que me entiendas; la Biblia está formada por sesenta
y seis libros, escritos por cuarenta personas diferentes, entre
ellos varios profetas, pastores, escribas, un recaudador de
impuestos, varios pescadores, un médico, etcétera,
y fue escrita durante un periodo de dieciséis siglos
¡Mil seiscientos años!; todos estos escritores
fueron guiados por el Dios Todopoderoso, mediante su fuerza
activa, el espiritu santo. Un Dios de orden ¡Más no
de desorden!, no podía ¡Bajo ningún
concepto!, dejar varias palabras escritas, para que cada quien
escoja la que mejor le convenga; y yo he comprobado eso; todas
las versiones de la Biblia ¡Pero todas!, ya sea las que
utilizan los católicos, ya sea las que utilizan los
testigos de "Jehová ", ya sea las que utilizan los
evangélicos, ecétera, dicen lo mismo, contienen el
mismo mensaje; pueden tener algunas diferencias en la forma de
escribir o traducir algunas palabras a los diferentes idiomas,o
sea, que pueden variar de forma, mas no así de fondo
¡En resumen!, un solo Dios: "Jehová", un solo
mediador entre Él y nosotros: su hijo Jesús el
Cristo ¡Y una sola palabra, un solo mensaje, un solo
mandato!, escrito en las "Sagradas Escrituras", en la" Biblia",
en la "Santa Palabra" o en "Las Santas Escrituras" ¡Como
tú quieras llamarlas_ El Negrito, pensativo y
rascándose el mentón, le dice _La verdá que
es muy interesante todo lo que dices, pero por más que me
insistas ¡Porque cada vez que tienes oportunidá lo
haces! no me vas hacer cambiar; así me enseñaron
mis padres desde muy pequeño y así voy a seguir,
¡A ver si pongo a penar a mis viejos! Por cambiar lo que
ellos me enseñaron; yo a ellos siempre les prendo sus
velas y les pido que me ayuden en todo momento_ _ Pero mira
tío_ Le dice Sant, muy sosegado _No es cuestión de
cambiar o no , es cuestión de que aprendas, de que te
dés cuenta que vives en la innorancia, y es que
sinceramente, a veces me sacas de quicio con esas
beaterías, un hombre tan inteligente como tú
¡Para qué tienes esa Biblia ahí?
¡Leela! Leela para que te enteres de muchas cosas, y te
dés cuenta, de cómo has vivido engañado
¡Dígame esa estupidez que acabas de decir!
¿Tú crees que si las personas después que
mueren tuvieran algún poder sobre los vivos, mi abuelo y
mi abuela ¡Que te quisieron tanto!, fueran permitido que te
pasaran todas las vainas malas que te han pasado
últimamente ; que lo que has llevado es coñazo y
coñazo?, lo menos que hubiesen hecho es darte los caballos
ganadores, o un numero de lotería para que te hicieras
millonario, o por lo menos avisarte cuándo te va a pasar
algo malo, para que evites que te pase ¡Pero ni eso!, y es
que la Biblia lo dice clarito em Eclesiastés,
capítulo nueve, versículos diez, cinco y seis, o en
Génesis, capítulo tres versículo diecinueve;
el muerto, muerto está, ese no siente ni padece, ni puede
hacer nada_ A lo que dice Ambrosio, dudando un poco _La
verdá que tienes razón, ya deberían haberme
ayudado un poco, sobre todo papá, que era tan correcto y
justo en sus cosas, pero bueno, sus razones tendrán
¡Y no sigas insistiendo!_ _¡No no! ¡Ja ja ja!_
Dice Sant, sonriente _Es que dijiste algo, que me trajo a la
memoria algo que quería preguntarte desde hace tiempo.
¿Tú no sabes por qué mi abuelo, siendo tan
estricto, no le puso su nombre a ninguno de ustedes?
_Respondiéndole él, socarronamente
_¡Ahí si es verdá que estás bien
pelao!, porque todos nosotros, llevamos por segundo nombre, el de
papá; yo me llamo Ambrosio Emiliano ¡Y vamos a dejar
la habladera!, porque tengo que montar las judías para el
almuerzo; tú me las vigilas mientras yo voy a misa y
vengo, si quieres me vas pelando los ajos, para llegar
aliñandolas ¡Esas bichas son blanditicas!,
ahí hay huevos , queso, mantequilla y harina; para que te
prepares el desayuno y me guardes a mí_ Ambrosio se fue a
misa, luego de lavar los porotos y montarlos, y su sobrino Sant,
se quedó pensando y sonriendo con satisfacción _Ese
tío mío es testarudo, pero poco a poco lo voy hacer
entrar en razón, ya por lo menos no se pone bravo como
antes; que apenas le tocaba el tema, se alteraba y me
decía: "Ya vas a empezar con tu gueboná, si sigues
me arrecho y me voy pal coño"; ahora no; ahora oye con
más interés mis enseñanzas; y ya dejó
de visitar a brujos, espiritistas y toda esa clase de bichos,
porque le comprobé con la Biblia, y ya está seguro
que es la verdá, que el espiristimo, la astrología,
la adivinación ¡Y todo eso!, lo controla
Satanás el Diablo_ Sant se entretuvo por un buen rato en
la cocina; peló los ajos, hizo desayuno y comió,
pensando en que llegara la hora de saborear apetitosamente, el
plato preferido de él y su tío, como lo era las
judías o porotos negros; luego se puso a entrepitear entre
las cosas de Ambrosio; mientras se preguntaba, si éste ya
tenía el papeleo listo, en donde lo nombraba su
único sobreviviente, y se extrañó mucho, de
encontrar entre los papeles de su tío, una
fotografía reciente de Méry Cleofe, y la misma
estaba dedicada en su parte de atrás, leyéndose lo
siguiente: "Para mi papá con cariño,de su hija que
lo quiere", y con una fecha de casi tres meses atrás ;
este hallazgo lo hizo sospechar que Ambrosio se había
puesto encontacto nuevamente con su hija, y comenzó a
sentir una sensación de molestia en su pecho, pensando y
preguntándose, por qué su tío no le
había comentado nada al respecto. En esto cavilaba, cuando
de repente, recordó haber visto muy seguido por la
urbanización a la hija mayor del Negrito, relacionando
esto, con lo que acababa de encontrar en las pertenencias de
Ambrosio; y cuando su tío regresó de misa, entre un
comentario y otro, Sant le pregunta, sin mostrar interés
alguno_ Mira tío ¿Y desde cuándo no ves a
Méry Cleofe?_ Respondiéndole éste, tratando
de mostrar tranquilidad, pero sin haber podido acultar un
pequeño sobresalto _Más nunca he visto a esa
muergana ¡Ni siquiera cuando me estaba muriendo se le
ocurrió preguntar por mí! , y ella se enteró
¡Estoy seguro de eso! ¡Y a ti te costa todo eso!
¡Por qué me lo preguntas?_ _Bueno Le responde Sant,
con el mismo desinterés _ Es que la semana pasada iba yo
en el autobús, y la vi cerca de aquí, y ya con esta
van tres veces que la veo este año por estos lados_ A lo
que le responde Ambrosio, notándosele un dejo de
nerviosismo en la voz _ Debe ser que como está
preñada otra vez, y una de sus cuñadas trabaja en
el ambulatorio de aquí cerca_ Con esos conocimientos que
expresó Ambrosio respecto a su hija Méry Cleofe
¡Sobre todo el de la preñez!, a Sant se le
afirmó más en su mente, lo que estaba sospechando,
y pensó, con molestia _Bueno, lo que me queda es
averiguar, qué tipo de relación hay entre ellos ,
si es casualidad, o si es de recociliación_ Y
repentinamente, le pregunta al Negrito _¡Y mira tío!
¿Ya tú estás adelantando el papeleo de que
me hablaste_ Respondiéndole Ambrosio, en un tono de
disculpa _Bueno, la verdá es que estoy esperando cumplir
los sesenta años para arreglar todos esos papeles de una
vez_ _La verdá que es una buena idea_ Dice Sant, con
tranquilidad, pero sin poder ocultar un dejo de impaciencia _Pero
recuerda eso que yo siempre digo, que el único requisito
indispensable para morir es estar vivo, y deberías ir
adelantando algunas diligencias, como la del montepio por ejemplo
_Tienes razón sobrino, la verdá es esa, pero es que
me falta tan poco para cumplir los sesenta ¡Menos de dos
años!_ _ Sí, pero en ese tiempo pueden pasar muchas
cosas, y deberías aprovechar que te puedes movilizar por
tus propios medios, para ir adelantando todo lo relacionado con
el asunto ¡Mira que yo te conozco!, y tú no pones de
tu parte para cuidar tu salú, cada vez que vas al
médico te dicen lo mismo: "Señor Ortiz, si quiere
vivir muchos años, no debe comer azúcar
¡Sal!, lo menos posible ¡Los aliños!,
olvídelos, sobre todo el comino ¡Ahora!, si se
quiere morir lo más pronto posible, coma todo lo que
quiera ¡Sobre todo grasa!"; y cosas así por el
estilo ¡Pero tú ni bola que le paras!_
_¡Bueno! ¿Y qué quieres tú?_ Le
responde Ambrosio, jocosamente _ ¡Tú has comido
bastante lo que yo cocino!, tú mismo me has dicho, que ni
tu abuela ni tu mamá me dan por los pies cocinando
¡Que los mejores quinchonchos con tropezones y paticas de
cochino y las mejores judías negras que te has comido!,
son las que yo cocino, ¿Te gustaría, que cuando yo
te invite a comer; saborearas una comida simple y sin
aliños? ¡No! ¿Verdá que no?, bueno,
ponte tú en mi lugar; yo que soy una persona que le gusta
comer bastante y sabroso; que me siento bien y a gusto comiendo;
no puedo someterme a ese martirio ¡Y te lo digo
sinceramente!, si con la comida también voy a llevar
vaina, y no voy a poder disfrutarla a mis anchas, prefiero
morirme de una buena vez ¡No mijo!, yo he llevado mucha
vaina en esta vida por cuenta de los demás, para venir
ahora a causarme sufrimiento por mi propia mano ¡Bueno!
¡Eso sería el colmo de los colmos!, no digo yo, eso
no es conmigo ¡Que va oh!_ _Bueno_ Le dice Sant, como
resignado _Si así tú lo quieres, porque tú
sabes muy bien, que la grasa te hace daño, y que el exceso
de sal y azúcar te pueden volver abrir los huecos que te
curé la otra vez, porque a ti te diasnosticaron que eres
pre_diabético_ _¡Te lo vuelvo a repetir!, si se me
quita el único placer que tengo ¡Aparte del de tocar
guitarra y cantar!, me muero, porque quitarme el placer de comer
a mi gusto, es igualito que me quiten el placer de tocar mi
guitarra y cantar, y yo sin esas cosas no vivo
¡Además de tantos coñazos que he llevado en
la vida! ¡Tampoco voy a poder comer! ¡No
señor! ¡Ni a balazos! ¡Bueno! ¡Ni
siquiera cuando me dio la Buba dejé de comer! ¡Y eso
que casi no podía abrir la boca!_ ¿Y cómo
fue eso?_ Le pregunta Sant, con curiosidad, a lo que le responde
Ambrosio, complaciente _Bueno, esa fue una enfermedá que
llamaban "El mal de la Buba" y a casi todos nos agarró
cuando viviamos en la parcela ¡Y para variar!, a mi fue que
me pegó con más fuerza_ _ ¿Y cuéntame
tío? ¿Cómo fue lo de esa enfermedá?
Le respregunta el sobrino al Negrito, y éste le sigue
diciendo _Bueno esa enfermedá es como unos huequitos
oscuros que le salen a uno en la piel, y se la van comiendo poco
a poco, y se trasforman en unas llagas de carne viva ¡Y son
bien feas y jediondas esas bichas! ¡Me da grima nada
más de acordarme!, mira como se me puso el cuero
¡Fíjate!, que si no fuera porque mamá se
esmeró cuidándome, yo fuera pasado el páramo
¡Mira!, en este lado de la boca me quedó el
recuerdo, ese era un gueco, que si abría la boca me
dolía, y si la cerraba también, y me quedó
así, mira, en este lado de la boca casi no tengo labios
¡Y mírame las piernas, todas esas manchas negras,
son las señales de haber pasado la Buba¡ ¡Tu
papá también las tiene! , me recuerdo que la Buba
lo mancó bien feo ¡Y pensándolo bien chico!,
hasta será por eso, que cada vez que me hago un examen de
sangre, me salen ese poco de cruces, y los doctores no saben la
causa ¡O no les da la gana de decírmela_
_¡Coño tío!_ Dice Sant, como sorprendido _A
ti si te pasan vainas. ¡Y hablando de otra cosa tío!
¿La gente te pagó los reales?_ _¿Qué
reales, qué gente?_ Pregunta Ambrosio, sonprendido; a lo
que le responde su sobrino _¿Cuáles reales van a
ser?, los reales de la herencia de la casa ¡Aay mijo! Le
dice el Negrito, con decepción _¿Qué
coño me van a estar pagando?, ya ni sé desde cuando
estoy yendo a que se los abogados, y siempre me salen con lo
mismo ¡Ya hasta me dejé de ir todas las semanas!,
ahora voy una vez al mes y cuando me acuerdo_ _¡A mí
eso me huele a jujú!_ Dice Sant, irónicamente _
Quién sabe si se pusieron de acuerdo para joderte,
¡Como siempre!, menos mal que a ti eso no te
sorprendería, porque si tu familia ¡Tu propia
sangre!, te ha tratado como te ha tratado y te ha echado las
vainas que te ha echado ¡Qué queda para los
demás, que no son un coño tuyo. ¡Y bueno
tío! ¿Qué pasa con las judías?
¡Tengo hambre!_ _¡Ya va chico!_ Dice Ambrosio,
sorprendido por el cambio en el hilo de la conversación, y
la pregunta inesperada que le hizo Sant ¡Hay que esperar
que esté el arroz! ¡Nos vamos a echar una
atracá de "Cualquiércosa"! ¡Qué ni te
cuento!, vamos aprovechar que se puede ahorita, porque va llegar
el momento que no se va poder comer ¡Tu a vaina sube!, cada
quien hace lo que le da la gana, y no hay gobierno que les ponga
preparo; aquí desde que cayó la dictadura no hay
gobierno__¿Y por qué dices eso tío? _Le
pregunta Sant, al Negrito, mostrando bastante interés en
el asunto. A lo que le responde Ambrosio, con mucha seguridad
_¡Porque esa es la verdá pues! En ese tiempo se
sentía que había gobierno; todo el mundo trabajaba
¡Fíjate que el que faltaba al trabajo lo iban a
buscar a la casa!, igual que hacían con los estudiantes;
para averiguar por qué no había ido; también
se comía bien y bastante; la gente se divertía
sanamente ¡Corrupción! ¡Corruptos?, en ese
tiempo no se conocían esas palabras, uno se podía
quedar dumiendo en la calle o en una plaza, con los bolsillos
full de real ¡Y nadien se atrevía
acercársete! ¡Y si era la policía o la
Protección Nacional, la que te llevaba por sospechoso o
por borracho! , cuando te echaban para la calle, todo lo tuyo
¡Todo lo que llevabas encíma! , te lo entregaban
completico ¡Sin que te faltara ni un centavo de peso!
¡Y las contrucciones que mandó hacer Mi General!
¡Esas si fueron unas vainas bien hechas!, ¡
Ahí están todavía¡
¡Túneles, carreteras, autopistas, edificios!
¡Bueno pues! ¡Y líbrese Dios que se perdiera
un peso!, o que no la entregaran hecha, para el día que Mi
General decía que tenía que estar lista, porque
iban presu e bola. ¡Si es verdá!, y no lo voy a
negar, que en ese tiempo metían presa a la gente y la
perseguían y hasta las mataban, pero era al que se
metía en política, esos fueron los que llevaron
bastante vaina; pero nosotros no ¡Y eso que éramos
bastante! , solamente yo estuve preso, y eso por el problema del
cañaveral; pero todo el que se ponía hablar paja en
contra del gobierno, lo perseguían ¡Y si lo
agarraban, bueno pues! ¡Y si era edecu con más
razón!, recuerdo que Mi General decía: "Donde
quiera que vean un edecu o sepan en dónde hay uno
¡Me lo desaparecen!, porque esos son los que van a echar a
perder este país", ¡Y tenía mucha
razón Mi General!, porque esos educus son los principales
culpables de lo que está pasando en este país
¡Lástima que Mi General no manda! ¡Porque
sino! ¡Aay Dios mío!_ Sant, pensativo, como
analizando todo lo dicho por su tío, dice _La verdá
que tú puedes hablar con esa propiedá, por que
tú has vivido las dos formas de gobierno y puedes
comparar; en cambio yo solamente he vivido en este sistema, y del
otro sólo tengo referencias ¡Bastantes por cierto!,
porque tú me las has suministrado; pero te puedo decir:
que a mi particularmente, me gusta el sistema bajo el cual
estamos viviendo ¡Pero quiero que me entiendas bien!, me
gusta como sistema en sí, en su concepción, pero te
doy la razón , no funciona todo lo bien que debería
funcionar ¡Lo que si no entiendo!, y he estado por
preguntártelo desde hace tiempo; por pedirte que me lo
aclares; porque siempre que hablas de este tema, yo siento que te
contradices; y es que tú defiendes mucho el periodo de
gobierno de tu General; pero como tú mismo me lo has
dicho; tu General fue uno de los que participó en aquella,
¡Y que revolución!, que como tú mismo lo has
dicho, ¡Y así se ha comprobado en el
presente¡, fue la que sacó a la Nación del
buen camino por donde venía, y la desvió hacia el
precipicio en que se encuentra en este momento, y que
también destruyó el futuro promisor, que estaba
sentando sus bases en ese periodo contitucional, para que este
país fuera hoy en día, lo mejor de este continente_
A lo que dice el Negrito, notándosele un dejo de molestia
_Primero que nada déjame decirte , que eso que han venido
llamando revolución algunos de los que participaron en esa
porquería; no fue más que una compiración
peorra, que no pasó se ser una vulgar escaramuza de poca
monta; ideada por unos fulanos avariciosos y malintencionados,
integrantes de un partiducho recien fundado y recien legalizado
por el Presidente de la República, en esos días;
acompañados de algunos oficiales de bajo rango de las
Fuerzas Armadas; lo único que pasó fue: que los
montoneros estaban bañados de leche ese día, y
corrieron con la suerte, de que tanto el Presidente de la
República, como la gran mayoría de la gente buena
que lo acompañaba, lo apoyaba y respaldaba; sin saber lo
que les esperaba allí, inocentemente se dirigieron a la
Casa de Gobierno, para ver en qué podían ayudar al
Presidente ; ¡Pero resultó ser chico!, que
ésta había sido tomada por los montoneros, y
habían convertido dicha casa, en una especie de trampa
caza bobos, y quedaron todos atrapados allí; y a todo esto
se unió: que el Presidente de la República , no
quiso ensangrentar al país con una guerra civil; lo que lo
llevó a entregarle el gobierno a estos miserables, sin que
se disparara un solo tiro allí,¡Pero sino es por lo
lechoso que estaban los montoneros! no fuera pasado nada grave, y
estuvieramos ahorita, hablando de todas las cosas buenas que
ayudó a conseguir ese gobierno, y de lo felices y
contentos que estuvieramos viviendo; disfrutando de lo que pudo
haber sido y no fue ¡Porque en ese gobierno!
¡Sí se estaban haciendo las cosas bien hechas!
Había una verdadera democracia; se estaba viviendo bien;
se estaban colocando las bases sólidas para el bienestar
futuro de la Patria; había una verdadera libertá y
justicia ¡Y una de las pruebas de esto fue¡, que el
partiducho que acabó con todo eso que se estaba haciendo
en ese momento, lo habían acabado legalizar en ese periodo
contitucional ¡O sea! , que le pagaron al Presidente de la
República ¡A esa bella persona!, con la
compiración y la vulgar escaramuza. ¡Lo que
pasó después fue! , que Mi General se dio cuenta de
la mala plaga que eran los edecus, y de que éstos
sólo buscaban su propio beneficio personal,
económico y político; sin importarles para nada la
Patria, y que sólo los habían utilizado a ellos
¡Y los seguían utilizando para sus fines! ; Y la
prueba palpable de estas ambiciones y de lo que ellos
querían; es que estos señores ya llevan más
de treinta años en el Congreso de la Republica, sin querer
darle paso a más nadie; ¡Lo cierto fue chico!, que
Mi General descubrió la clase de bichos que eran sus
aliados y de lo que estos buscaban; y los desechó
definitivamente; pero ya el mal estaba hecho y avanzado, y estos
mismos bichos de Emancipación Derechista, fueron los que
lo tumbaron a él_ _Pero tú me hablaste de un
señor que era el candidato de la alianza ¡Y que
todos! ¡Incluyendo al partido Emancipación
Derechista!, y también al Partido Comunitario; estaban de
acuerdo con él para la continuidá del progreso y el
bienestar de la Patria_ _Bueno sí_ Dice el Negrito, como
desilusionado _Pero esa fue una de las cosas malas que
sucedieron, para que pasara lo que pasó; ya que este
señor se enfermó gravemente y quedó
incapacitado ¡Y ahí comenzaron las luchas e intrigas
mezquinas de los que ambicionaban el poder!_ ¡Ahora
sí te entiendo claramente ¡. ¡Pero volviendo a
lo que estabamos hablando primero!, como te estaba diciendo;
aunque yo defiendo el sistema democrático bajo el cual
vivimos, no puedo dejar de darte la razón en muchas de las
cosas que tú has venido diciendo; de las cosas malas de
este sistema; porque no es posible por ejemplo: que los
profesores cada vez que quieren, dejan a los muchachos sin
clases; los médicos, cuando mejor les parece, nos dejan
sin servicios de salú. Las roscas, cuando se les antoja ,
nos dejan sin alimentos o insumos , ¡Y los del trasporte ni
se diga!, cada vez que les da la perra gana, nos dejan a pie!
¡Y nadie los mete en cintura! ¡Y yo me pregunto!
¿Si las rutas son del gobierno, y el gobierno es el que
autoriza o da las concesiones para esplotarlas, por qué no
se las quita y se las da a otros, que sí estén
dispuestos a seguir los lineamientos del contrato suscrito o
acordado; sin estar perjudicando al pueblo, porque el pueblo es
el gobierno supuestamente? ¡Y así se puede hacer con
muchos gremios!, ¡Porque vamos a estar claros!, aunque si
en verdá no vivimos bajo una dictadura , para mí lo
que estamos viviendo es mucho peor, porque estamos viviendo bajo
varias dictaduras, representadas por los distintos gremios ,
asociaciones, sindicatos, federaciones, etcétera. Lo que
pasa también es: que la gente no sabe ni aprende a elegir
a los que los van a gobernar o a dirigir, no eligen a sus
representantes por su capacidá y por lo que puedan hacer
para el beneficio de ellos: ¡Sino que tú los oyes! ,
" Aquél es bonito, aquél es viejo, aquél me
cae mal. Aquél es simpático, aquél es
echador de broma" ¡Pero no los oyes diciendo!, " La
verdá que aquél me cae mal, pero es el que sabe y
tiene la capacidá para hacer el trabajo" o "Ese
está algo viejo, pero es el que conoce el trabajo"
¡Y asi por el estilo! Tenemos que comenzar a enseñar
a la gente a ser analítica, enseñarlos a razonar, a
pensar; ¡Sacarlos de la innorancia!, para que dejen de ser
unos adolecentes mentales, sumidos en el facilismo, el populimo y
en el paternalismo; esperando siempre un mesías que les
arregle la vida. Hay que enseñarles todas estas cosas y
hacérselas ver, para que a la hora de elegir a sus
representantes, con una mente adulta; no estén pensando en
papá que los siga cobijando sino en un delegado o
comisionado, que como mandatario a su servicio, lleve a cabo
planes, proyectos, políticos, leyes, etcetera, ideadas por
los que lo eligieron. ¡Hay que sacarlos del astencionismo!
¡Que dejen el astencionismo a un lado y participen!, porque
a los malos gobernadores les encanta que la gente se astenga y no
participe , para así mantenerse en el poder con sus pocos
seguidores que los apoyan_ En esto, lo interrumpe Ambrosio,
diciéndole muy serio_ ¡Tú sabes lo que pasa
también, que aquí se han ido acabando los hombres
con guáramo, que tengan las bolas bien puestas para
enfrentar las cosas con coraje ¡Sin Miedo!, como mi primo
Raimundo ¡No exactamente como hacía él las
cosas!, pero sí con sus bolas por lo menos ¡Porque
ese si era verdá que las tenía bien puestas!,
aunque exageraba algunas veces., pero era de a palante_ _¡Y
quién era ese tío?_ Pregunta Sant, curiosamente, y
el Negrito le responde_ Mi primo Raimundo; tú lo debes de
haber conocido cuando estabas pequeño; él
venía algunas de las fiestas que se hancían en la
cas . Cuando él estaba bien borracho, le daba por sacarse
del bolsillo una navaja picu e loro que nunca le faltaba, y
decía: "No se vayan a meter conmigo, que Lolita me
está cuidando"__ ¡Aaah ya sé tío!
¡Ya me acuerdo! ¡Y a mí me daba un miedo
cuando sacaba esa bicha! ¿Y qué pasó con
él?, sigueme contando__ Bueno, ése fue el
único revolucionario que tuvo la familia. Pero era un
revolucionario loco; ¡Ese por quítame esta pajita,
se levantaba en armas con diez o veinte hombres, y atacaba una
hacienda o un pueblo; ¡Fíjate que una vez!, porque
el dueño de una hacienda no les pagó completo a
unos peones, entre los que se encontraba un hermano de él;
atacó la hacienda y la quemó ¡Ese no
veía para atrás para darle un machetazo a
cualquiera!; una vez iba por una carretera con un arreo de mulas,
porque su trabajo era el de arriero; y un carajo que iba en un
carro lo gritó diciéndole: "Coño e madre,
apártate del camino con esos animales", y él, con
toda la tranquilidá del mundo, se llegó hasta el
carro del tipo, desenvainó la punta que cargaba en la
silla, se bajó de su mula, se la enterró varias
veces al tipo, se volvió a montar en su mula y
siguió su camino, como que sino hubiera pasado nada;
él nunca supo si lo mató o no, lo cierto fue , que
como seis meses después, lo velaron y le dieron dos tiros
¡Y de vaina no pasó el páramo esa vez!
¿Y cómo es eso de que lo velarón
tío?_ _ Bueno , que lo estuvieron esperando en un sitio
por donde él siempre pasaba, y cuando lo hizo, lo
dispararon. ¡Bueno bueno!, vamos a meterle a la papa, que
ya está lista Luego de que hubieron comido y estando
reposando la comida, Sant le dice a Ambrosio _ El jueve vi a
Margarito, el compinche de Ramón ¡Borracho como
siempre!, yo creía que se había muerto, porque
tenía tiempo que no lo veía__Y no le preguntaste_
Le dice el Negrito, sonriendo con sarcasmo_ ¿Qué
desde cuándo no la hacían correr?_
_¡Preguntarle! ¿Yo?, tú sabes que yo no trato
a esa gente tío ¿Y por qué lo hicistes
correr? Bueno, tú sabes que ese perro, en los días
del peo de la venta de la casa, yo venía por el barrio en
mi bicicleta y empezó a burlarse de mí,
gritándome a todo gañote "¡Coño
Ambrosio!, y que le vendiste la casa a la viejita y la dejastes
en la calle!", con la misma solté la bicicleta, y me le
pegué atrás con el apureño en la mano
¡Y se me salvó! Porque brincó una cerca y yo
había dejado la bicicleta sola, pero me hizo coger una
arrechera ese muérgano, que si lo agarro, bueno pues
_¡Y hablando de bicicleta!_ Dice Sant, como sobresaltado,
por haber recordado algo _Yo he estado pensando y analizando, que
eso de andar en bicicleta todo el tiempo, te ha ayudado a darle
fortaleza a las piernas, porque no se te han enfermado más
¿No crees tú?_ _A lo mejor hasta tienes
razón, porque fíjate en el viejito de la esquina,
el señor Francisco; desde que yo lo conozco, lo he visto
andando en bicicleta ¡Y míralo!, con sus noventa y
pico de años y la energía que tiene __ Bueno
tío, yo me voy, tengo juego de sosbol ahora en la tarde, y
tengo que pasar por la casa a buscar el uniforme y el guante; la
bendición _Dios te bendiga. ¡Ay!, se me olvidaba
decirte algo importante: es que ya tengo vista una parcela por
Turemo, y esta semana sé si la voy a comprar o no; y
quiero que tú vengas el viernes por la noche para
acá, para que te enteres de si hice el negocio o no, y
para que sepas en dónde es y me ayudes a mudarme el
sábado o el domingo_ _¡Okey tío!, quedamos
así entonces, nos vemos el viernes en la noche, la
bendición_ _¡Dios te bendiga y te proteja!_ _
¡Igualmente!_. El viernes señalado, Ambrosio se
levantó en la mañanita, y se dirigió, a uno
de los barrios ubicados en la jurisdicción de Turemo,
llamado "El Samán del Diecinueve"; que era en donde estaba
ubicada la parcela que iba a comprar, y cuando se bajó del
autobús en dicho barrio; sintió un leve mareo, al
cual no le hizo el menor caso, y echó a andar, pero no
había caminado ni veinte metros, cuando de repente,
perdiendo todas sus fuerzas y sin coordinar movimientos,
cayó al suelo, y al intentar levantarse, no lo lograba y
volvía a caer; en ese predicamento se encontraba el
Negrito, cuando unos malandros, que pasaban por allí
aprovechando las condiciones en que se encontraba Ambrosio, la
emprendieron a patadas en su contra, para luego comenzar a
despojarlo de todos sus pertenencias y cuando los antisociales,
le encontraron los treinta mil pesos que cargaba para hacer el
negocio, gritaron de alegría, y uno de ellos dijo
_¡Nos sacamos la lotería con el viejito este!_ Le
quitaron todo; la camisa, los zapatos; y decía uno de los
malandros_ ¡Ahorita que lo mato con su propio cuchillo!
¡Y bonito ques tel condenaaao! _ A lo que dice otro _Nooo
paana! ¡Pa queé?_ Y para terminar, la volvieron a
emprender a patadas y a golpes en contra del Negrito, a pesar de
que éste les suplicaba dolorosamente _Ayúdenme
muchachos por favor, por caridá se los pido,
ayúdenme, no me dejen aquí_ El Negrito, en la
vorágine de sus pensamientos, no tenía conocimiento
pleno de lo que le pasaba, ni se daba cuenta a ciencia cierta de
lo que le habían hecho, ya que la baja de azúcar
que le había atacado lo hacía perder la conciencia
y recuperarla, de una manera intermitente; en eso, sintió
un horrible dolor en el cerebro, que lo hizo golpearse muy fuerte
contra la acera, perdiendo el sentido inmediatamente, y los
malandros, al oír el grito que dio Ambrosio, antes de
desmayarse, voltearon con indiferencia y siguieron su camino,
mientras se reían y se daban golpecitos y se empujaban,
celebrando la fechoría que acababan de cometer. Al
recuperar el sentido el Negrito; unos treinta y cinco minutos
después; no sabía quién era, ni dónde
estaba; y la gente que lo vio cuando estaba desmayado, y la que
lo veía ahora que estaba recuperando el sentido; lo
hacían con indiferencia y no le prestaban ayuda, ya que su
estado era deplorable; sin camisa ni zapatos y todo sucio; lo que
hacía que la gente pensara, que era un borrachito o que
era un nuevo loco, al cual las autoridades habían soltado
en el barrio. Como pudo, el Negrito se incorporó, y
comenzó a andar, sosteniéndose de las cercas de
alambre y de las paredes de las casas; Ambrosio iba caminando
poco a poco, mientras miraba a la gente, tristemente; e
instintivamente , cada vez que alguien le pasaba cerca, estiraba
uno de sus brazos, como pidiéndo ayuda, ya que no
gesticulaba palabra alguna, y de algunos porches de viviendas o
negocios comerciales, a los que intentaba entrar, como para pedir
ayuda con su triste mirada, lo echaban a empellones y lo
insultaban con todo tipo de improperios, ¡Y en uno de esos
momentos!; habiendo recuperado la lucidez por unos segundos,
alcanzó a decir trabajosamente, mientras entraba en una
ferretería _Aaayúdenme, denme agua por favor_ Y uno
de los dueños del negocio, le respondió con
desprecio, mientras agarraba una manguera que surtía agua
a alta presión _¡Fuera de aquí loco el
corajo! ¡Abre ahí José!_ Al mandato de su
jefe, el dependiente abrió el grifo, y el chorro de agua,
dio de lleno en el pecho del Negrito, haciéndolo
retroceder fuera de la ferretería, al mismo tiempo que
caía al suelo estrepitosamente; Ambrosio fue arrastrado
por el piso, a causa de la fuerza del agua , la cual lo hizo
chocar con la acera del otro lado de la calle; y una vez
allí, penosamente, logró incorporarse de nuevo,
pero ya había perdido la lucidez nuevamente, y
continuó vagando por las inmediaciones, sin rumbo fijo,
como en el limbo; y cuando ya la lúgubre tarde,
tenía bastante tiempo de haberse despedido de la no menos
triste mañana; El Negrito, vencido por el hambre, la sed,
el maltrato y el cansancio; cayó pesadamente y boca
arriba, en la acera; su lucidez iba y venía
intermitentemente, y sólo alcanzaba a pronunciar en un
leve murmullo, haciendo pequeños intervalos de tiempo,
cual triste melodía descorazonante _Aagua aagua, aagua_
Haciendo que aflorara la sangre, a las pequeñas fisuras
que se le habían formado en los hinchados y agrietados
labios. Y ya cuando la melancólica tarde, estaba dispuesta
a rendirse, triste y resignadamente, en los brazos de la
indecifrable y tenebrosa noche; Ambrosio se quedó
inmóvil y sin gesticular, ni pronunciar palabra alguna,
mostrando estar vivo, sólo por la débil e insonora
respiración. Páty, una señora vecina de
Méry Cleofe, quien creyó reconocerlo cuando
deambulaba por el barrio, fue a la casa de ésta y le dijo
¡Mira mija!. Yo no sé, pero esta tarde yo andaba por
el otro lado del barrio, y vi a un señor muy parecido a tu
papá, pero andaba como un loco, sin camisa y sin zapatos y
todo sucio, pero no tenía cara de loco, más bien me
pareció que estaba como enfermo ¡No estoy segura!,
pero creo que le vi la boca como la tiene tú papá_
Y Méry Cleofe, en un tono temeroso, dice ¡Ay Dios
mío! ¿Será mi papá? ¡Dios
mío! ¡Pero si hoy es viernes!, él me dijo que
después que viera la parcela que iba a comprar, se
venía a pasar el día aquí ¡Ay Dios
mío!, tengo un presentimiento ¡Es él!
¡Tiene que ser él!, tan peligroso que es este
barrio, a lo mejor lo asaltarón, lo golpearon
¡LURDE, LURDE! _ Gritó repentinamente Méry
Cleofe, llamando a su vecina de al lado y en lo que ésta
acudió al llamado, le dijo con desesperación _
¡Ay manita! ¡Hazme un favorcito sí!
Quédate un momento con los niños, que voy a ir con
Páty a buscar a mi papá, que parece que está
enfermo, y anda por ahí en el barrio y no ha llegado a la
casa. Anda Páty, llévame a donde lo viste_ Y
después de haber recorrido gran parte de la comunidad, e
indagado aquí y allá, lo encontraron en el mismo
sitio, en el cual había caído casi cuatro horas
atrás. Méry Cleofe, al verlo, sintió un nudo
en la garganta y como que se le paralizaba el corazón, y
creyendo que estaba muerto, comenzó a llorar, mientras que
al mismo tiempo decía_ ¡Yo no lo quería
así! ¡Yo no lo quería así!
¡Papaaá! ¡Perdóname todas las cosas
malas que te hice! ¡Papaaá perdoón! _ Y
mientras por su mente desfilaban instantaneamente infinidad de
recuerdos, se arrodilló para llorar sobre el pecho del
Negrito , y al hacerlo, sintió que éste se
movía, lo que la hizo gritar _ ¡PAPÁ
PAPÁ! ¡Páty está vivo!
¡Ayúdame a levantarlo Páty!_ En eso , pasaba
por allí un vehículo, y comenzaron a gritar por
ayuda, éste se detuvo, y el conductor del mismo, las
ayudó y los llevó hasta la casa de Méry
Cleofe, y una vez allí, ésta le pidió a
Páty, que le hiciera el favor de localizarle un taxi lo
más pronto posible; mientras tanto,entre ella y
Jesús, el cual ya había llegado a la casa; le
quitaron a Ambrosio el pantalon, el cual estaba destrozado, y el
interior, que al igual que el pantalón; estaba hediondo a
orine. Lo bañaron y lo vistieron, para luego trasladarlo
inmediatamente al "Instituto de Seguridad Social". El Negrito, en
su vorágine mental, aunada a la debilidad corpórea
que sufría, no sabía nada de sí mismo,
dejando que su desmadejado cuerpo, fuese manipulado libremente
por su hija y por su yerno, ya que prácticamente, se
encontraba bajo los efectos de una inconsciencia activa. Una vez
que llegaron a uno de los hopitales del Instituto de Seguridad
Social", le fue negado el ingreso a Ambrosio en el mismo,
alegaron que le estaban negando la atención, por carecer
de los papeles reglamentarios, por lo que tuvieron que
trasladarlo al "Hospital Central de Caracuay" , en donde,
después de indagar todos los pormenores del caso, lo
ingresaron, ubicándolo en la sala de observaciones de la
emergencia, habiéndole sido colocada, según el
tratamiento indicado por el médico internista; su
respectiva botella de fluidoterápico. Y sin haber probado
alimento en todo el día, El Negrito siguió
resistiendo… Por otro lado, Sant, quien había
estado esperando a Ambrosio en la casa de éste, desde las
seis de la tarde de ese mismo día, tal. Y como lo
habían acordado el día domingo próximo
pasado; comenzaba a preocuparse, ya que eran casi las nueve de la
noche, y su tío no aparecía. Al llegarse las nueve
de la noche. Sant decidió marcharse a su casa, pensando en
volver al día siguiente, a las primeras horas de la
mañana, para hablar con él. El joven se
marchó, pensando con preocupación, que su
tío no era de los que olvidaban un compromiso o una cita,
y que por alguna fuerza mayor, no había llegado a su casa;
pero ni siquiera le pasaba por la mente, que su tío
podía haber pasado tan horrendo día, como el que
efectivamente estaba pasando. Al día siguiente,
volvió a la casa del Negrito, y al llegar a ésta,
inmediatamente se dio cuenta, que éste no había
venido a dormir, y se dirigió a la vivienda del casero,
para hablar con éste, y al llegar a la misma, dijo _Buenos
días Oswaldo ¡Cómo está la vaina?_
_¡Entonces Sant! ¿Cómo está todo?
¡Quieres café!_ _ ¡Como no!, si es tu gusto,
¿No le diste el mensaje a mi tío anoche?_
_¡No chico!, la verdá que no se lo di. Nosotros nos
acostamos como a la sonce y él no había llegado
¿No está ahí durmiendo?_ _ ¡No! , no
amaneció en la casa, ¿Desde cuándo no lo
ves?_ _¡Pues te diré chico!, que no lo veo desde
ayer como a las seis de la mañana, que estuvimos bebiendo
café juntos ¡Y hasta nos reímos bastante!,
con la vaina que le pasó antier noche _¿Y
qué fue lo que le pasó?_ _¡Bueno chico!, que
el jueves en la noche estuvimos jugando dominó aquí
en el patio; y cuando Millán , al que él le dice el
Tigre; se fue a ir para su casa, él le ofreció la
cola en la bicicleta de reparto, porque como él
recibía guardia esa noche y tenía que pasar por
ahí. ¡Y se fueron!, y cuando iban llegando a la
casa, Millán y que intentó lanzarse de la bicibleta
antes que se parara ¡Y perdieron el equilibrio y se
cayeron!, ¡Y bueno chico!, eso y que sonó
durísimo, y Millán y que fue el más se
aporreó, porque a él no le pasó casi un
coño _ ¡Ja Ja Ja!, que bolas. ¡Y mira Oswaldo!
¿No te dijo para dónde iba?, o ¿Qué
iba hacer ayer? ¡Algo!, no sé_ _¡Bueno chico!,
él me dijo que iba para Turemo, y que a ver una parcela
que iba a comprar ¡Y se llevó los reales y todo!
¡Que regresaba temprano me dijo! ¡Y la verdá
que me estraña chico!, que no haya regresado
todavía_ _Bueno Oswaldo, gracias , yo me voy a ir, pero de
todas maneras yo vuelvo a pasar por aquí a la tardecita,
después que termine de hacer unas diligencias que tengo
que hacer en el centro_ Y así lo hizo Sant, ya que a eso
de las cuatro y media de la tarde de ese mismo día,
regresó a la casa del Negrito, y al enterarse de que
Ambrosio no había aparecido aún, se preocupó
mucho más de lo que había estado hasta ese momento,
comenzando a pensar seriamente, que a su tío le
tenía que haber pasado algo muy grave, e inmediatamente
comenzó a búscarlo en los sitios posibles,
iniciando su busqueda por la jefatura de policía. Eran
como las ocho y media de la noche, cuando lo localizó en
el "Hospital Central de Caracuay", y cuando lo vio postrado sobre
la cama hospitalaria los ojos se le inundaron, a causa de las
pululantes lágrimas que querían brotar de ellos,
cosa que lograron, cuando Sant, abrazando a su tío, le
pedia la bendición y le preguntaba con preocupación
_¡Qué pasó tío? ¡Cómo
estás? ¡Qué haces aquí?_ _ Y el
Negrito, con una ronca y tristona voz, le responde
débilmente, con otra sarta de preguntas
_¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por
qué lloras? ¿En dónde estoy? _Y Sant, muy
extrañado de la actitud de su tío, le dice, con la
mente llenas de incógnitas_ Tío, estás en el
"Hospital Central de Caracuay" ¡Qué te pasa?_ A lo
que le responde Ambrosio, todavía con la mente nublada y
el el mismo tono de voz_ No se, estoy como en la luna, tengo la
cabeza ida, yo sé que salí para "El Samán
del Diecinueve", en donde iba a comprar la parcela que te dije,
de repente siento que me dan golpes, tengo hambre y se, y me veo
sin camisa y sin zapatos; en una ferretería pido agua y me
pegan una manguera y me tumban, unas mujeres que hablan y gritan
y de repente estoy aquí hablando contigo_ Y dice Sant, muy
preocupado ¡Entonces no recuerdas nada? ¿No sabes
qué te pasó? _ _ Bueno Dice el Negrito, con
preocupación_ ¡La verdá que no sé
qué fue lo que me pasó! ¡Date cuenta!, que no
sé ni qué día es hoy; me dormito, y me
despierto con la sensación de que el tiempo no ha pasado,
y ni recuerdo en dónde estoy, únicamente recuerdo
que me bajé del autobús y me sentí un
poquito mareado, y no le paré y caminé un ratico, y
perdí las fuerzas y me caí; y de ahí
palante: pura confusión _ A lo que le dice Sant,
aún más preocupado_ Bueno tío, hoy es
sábado, y son más de las nueve de la noche; lo que
quiere decir entonces: que has perdido de tu mente, dos
días de tu vida ¿Y dime una cosa? ¿Tampoco
recuerdas si llegaste al Hospital, ayer o hoy?_ _ No mijo, no
recuerdo nada_ _Bueno, de todas formas voy a ver cómo hago
para sacarte de aquí, para llevarte al "Intituto de
Seguridá Social "_ Sant, se dirigió al star de
enfermeras, y al llegar allí le pregunta a la enfermera de
guardia, de una manera muy amable _Señorita enfermera por
favor _ _ ¿Sí? ¿Dígame?_ _ Mi nombre
es Santiago Ortiz, mucho gusto; yo soy trabajador del "Intituto
de Seguridá Social"; mire, aquél paciente de la
última cama es mi tío, y yo quiero saber:
¿Cómo es que él está aquí?
¿Quién lo trajo? Etcétera ¿Y
cómo hago yo para llevármelo para el "Intituto de
Seguridá Social"?, porque él es afiliado a la
Intitución _ Y la profesional de la enfermería,
sonriéndole con amabilidad, le responde _Bueno joven,
según el informe que aparece aquí, en su historia
clínica, dice lo siguiente: que las personas que lo
trajeron ayer noche, lo encontraron tirado en la calle,
semidesnudo y completamente sucio, y que después que lo
asearon, lo trasladaron al Intituto de Seguridá, pero como
no tenía documentación de afiliación, lo
trajeron para acá, y aquí se le diagnosticó
una baja severa de azúcar y aporreos y traumatismos
generalizados en todo el cuerpo_ _ Muchas gracias señorita
¿Y cómo hago para llevárlo para el Hospital
de la Seguridá Social? , que es en donde debe estar por
derecho_ _ ¡Aah!, muy fácil, el médico de
guardia, le elabora en una quince_ treinta, un informe del
diagnóstico y del tratamiento, y le hace una orden de
traslado, y usté se lo puede llevar cuando quiera_ Sant,
algo más tranquilo, le dice a la enfermera _ Está
bien señorita, vaya haciéndome eso, mientras yo voy
a buscar los papeles de mi tío_ _Está bien joven,
no se preocupe_ Algo más tarde, llegó Sant
nuevamente, al "Hospital Central de Caracuay"; y al llegar al
lado de su tío, le dice, con un dejo de ironía
_¡Que bolas!, toda una vida pagándole al Intituto de
Seguridá Social, y el día que lo necesitas con
más urgencia, te echan de él a patadas, por no
llevar encima un pedazo de papel que lo pruebe. Vamos para
vestirte para llevarte para allá_ _ Mira Sant_ Le dice el
Negrito, en tono de tristeza _Está bien, pero primero yo
quiero pasar por la casa_ A lo que Sant le dice,
poniéndole carácter_ ¡No señor!
¡Eso sí que no!, usté es un paciente, y lo
único que va hacer es cambiar de cama, así que se
va olvidando de eso_ Y al terminar de abrocharle la camisa, Sant
le dice a su tío _¡Quédeseme quieto
ahí!, que voy a contratar el taxi para que nos lleve, ya
vengo_ Al regresar de contratar el taxi, se encontró: con
que Méry Cleofe y Jesús, se encontraban al lado de
la cama de Ambrosio, no quedándole más remedio que
saludarles, haciéndolo con frialdad _Buenas_ _ Hola
¿Cómo te enterastes_ Le pregunta Méry
Cleofe, mostrando interés en saberlo, y Sant le responde,
en el mismo tono anterior _Bueno, porque habíamos quedado
en encontrarnos ayer en la tarde, y como no apareció y
tampoco lo encontré en la casa hoy, me preocupé y
empecé a buscarlo, hasta que lo encontre aquí_ _
¿Y lo vas a sacar de aquí?_ Vuelve a preguntar
Méry Cleofe; respondiéndole Sant _ Sí, lo
voy a llevar para el Hospital de la Boyera, que es en donde yo
trabajo_ Procedieron a salir del "Hospital Central de Caracuay",
para trasladar al Negrito Ambrosio Ortiz, hacia uno de los
hopitales del "Instituto de Seguridad Social". Una vez en el
taxi, Méry Cleofe comenzó a contarle a su primo
Sant, todo los pormenores de lo sucedido a su padre: de
cómo lo había encontrado, de qué
sucedío después; y le decía _¡Menos
mal que por casualidá!, esa señora andaba por esos
lados visitando a su hijo ¡Y prácticamente lo
salvo!, el pedazo que le quitó la Buba en la boca, porque
esa señora sólo lo había visto una sola vez,
en una reunión de productos Tupergüel que yo hice en
la casa hace como un mes, y ellos estuvieron conversando _ Y
Sant, mientras escuchaba a Méry Cleofe, pensaba y pensaba,
adolorido, por estársele confirmando lo que sospechaba _
¡Tío tío!, me engañaste, traicionaste
mi confianza, mis sentimientos, hiciste conmigo, lo mismo que
siempre han hecho contigo ¿Qué te costaba decirme
la verdá?, decirme que tus sentimientos , que tu
corazón, que el amor; había podido más y le
habían ganado al odio y al resquemor, y habían
debilitado tu carácter; ¡Es verdá!, al
principio me hubiera molestado mucho, pero luego te hubiera
entendido y comprendido, por que yo sé a ciencia cierta,
que el amor es un sentimiento tan fuerte como el odio, y alguno
tiene que ganarle al otro ¡Pero el engaño
tío! ¡El engaño es lo que no soporto!;
tú te has sentido muchas veces, en la misma forma en que
me estoy sintiendo yo en este momento ¡Y habiéndolo
sentido en carne propia!, me lo haces a mí ¡A
mí, tío! Sinceramente me cuesta creerlo_ Sant,
queriendo indagar más, aprovecha que su prima se queda
callada por un momento, para preguntarle como quien no quiere la
cosa _ Y dime una cosa ¿Tu sabes desde cuándo
estaba buscando mi tío esa parcela por ahí?_ A lo
que Méry Cleofe le responde, con mucha seguridad _ Hace
como siete meses más o menos ¡Y eso que yo vivo
diciéndole! Que ese lado del barrio es muy peligroso
¡Pero él está empeñado!, en comprar
cerca de donde yo vivo, aunque siempre le digo que si va a
comprar, que compre en un barrio mejor ¡Pero tú
sabes como es él de terco!, cuando se empeña en una
vaina , no hay quien lo saque de ahí ¡Y mira lo que
le pasó!, por poco y lo matan ¡De vaina le dejaron
las medias y los pantalones!_ Cuando llegaron al Hospital del
"Instituto de Seguridad Social" , ubicado en la Boyera,
jurisdicción de distrito Palo Blanco; Sant le expuso el
caso de su tío, al médico internista que se
encontraba de guardia en ese momento, en el área de
emergencia de dicho Hospital; y también, a algunas
enfermeras compañeras de trabajo de él. Luego de
que el Negrito fue auscultado y examinado minuciosamente, lo
ingresaron al centro hospitalario en cuestión . Al
día siguiente , domingo muy temprano, Sant llegó de
nuevo al Hospital de la Boyera, entrando por los lados de las
emergencias, y allí le informaron, que su familiar lo
habían subido al área de hospitalización, y
se dirigió a allá inmediatamente. El Negrito al
verlo, sin dejarlo saludar ni pedirle la bendición
siquiera, le dijo como asustado y en forma desesperada _
¡Sant , Sant! ¡Sácame de aquí!
¡Yo me quiero ir de aquí! ¡No me ido!
¡Porque estoy desnudo! ¡Sácame de aquí
rápido! _Y Sant, le pregunta, intrigado y preocupado
_¿Qué te pasa tío? ¿Por qué
estás así? , cálmate, tranquilo,
¡Cuéntame anda! ¿Qué fue lo que te
pasó?_ _ ¡No pude dormir! ¡No dormí
nada!_ Le responde Ambrosio, con nerviosismo _¡Ahí!
¡Frente la cama! Estaban un poco de palos bricando
¡Saltaban y bailaban! ¡Y los dirigía una bruja
negra con ojos rayaos! _ _¿Estás seguro
tío?_ _ ¡Claro que estoy seguro!
¡Segurísimo! ¡La bruja a veces se me montaba
en la cama, y me quería pegar con uno de los palos_ _
¡Noo hombre tío!_ Le dice Sant, haciendo un gesto
con los brazos, como dándole poca importancia a lo que
decía su tío _ ¡Tú lo que tuviste fue
un sueño! , una pesadilla solamente_ Pero el Negrito le
responde furioso _ ¡Sueño nada! ¡Pesadilla
nada! ¡Yo estoy seguro de lo que estoy diciendo!
¡Bien seguro! ¡Porque la bruja ojos rayaos me
brincaba encima y se me ponía arriba del pecho y me
quería molder y en la mano tenía un palo para dame
con él_ _ ¡Ay Dios mío!_ penso Sant, con
tristeza _¿Será que para completar, mi tío
se me va a volver loco también?_ Y le dijo preocupado _
¡Espérame aquí tío!, voy a ver
qué tratamiento tienes, y a ver si te puedes ir ahora
¡Mira que tienes colocada una subclavia!, y eso es delicado
¡Ya vengo!_ Sant, se dirigió al star de enfermeras,
y al ver a Mayora, enseguida la relacionó con las visiones
de su tío Ambrosio,, ya que éste, toda su vida, le
había tenido idea a los negros de pelo claro y los ojos
rayados de amarillo, ya que según el Negrito, estos eran
de mala sangre; los palos brincando y bailando, eran los copetes
de las camas, los cuales tenían formas de arcos con tubos
verticales, y la bruja, era la enfermera Frances Mayora, cuando
ésta se le acercaba a inyectarlo, a tomarle la temperatura
o a tomarle la tensión. El joven, viéndola, y con
una sonrisa en flor, le dice calmadamente _Buenos días
Mayora ¿Cómo estás?_ _ ¡Hola Ortiz!
¿Cómo te ha ido? ¡¿Y qué haces
tú por aquí tan temprano?! , tú trabajas es
en la tarde _ _ Sí, pero es que anoche traje a mi
tío para acá, y quiero saber sobre él_ _
¿Y quién es? ¡Cómo se llama?_ _
Ambrosi Ortiz, él está en la dos, cama cinco_ _
¡Aaah! ¿Ese señor es familia tuya!
¡Ambrosio Ortiz, claro, el apellido! ¡Con
razón me sonaba familiar!. ¡Pues mira mi amor!, ese
paciente lo declaramos hostil ¡Está de siquiatra!,
cada vez que le ibamos a tomar la tensión o la
temperatura, o lo ibamos a inyectar, empezaba a dar manotazos y a
gritarnos y decía: "¡Déjenme!
¡Déjenme! ¡Ustedes a mí no me van a
joder! ¡Váyanse pal carajo! ¡Déjenme
quieto!"; y cosas así por el estilo. ¡Mira!,
aquí me rajuño, y aquí me dejó un
morado_ Sant, preocupado, le dice, en un tono melancólico
_Mira mi amor, yo te voy a contar más o menos, por todo lo
que ha pasado mi tío en estos días, y
también lo que me acaba de contar cuando llegué_
Cuando Sant terminó de contarle a la enfermera,
ésta dijo, comprensivamente y mostrando tristeza es sus
ojos _¡Aay, pobrecito!, con razón está
así, que uno no le puede decir nada porque se enfurece, y
está tan desesperado por irse _ A lo que dice Sant _Mira
cariño ¿Y habrá algún problema para
llevármelo_ _Bueno, aparte de la subclavia, yo creo que
no; vamos a esperar que se desocupe la doctora María
Zenaida, para ver si ella te lo da de alta o te firma la orden de
traslado ¡Aaah mira¡, ahí viene_ _
¡Señor Ortiz, caramba! ¿Cómo
está usté?_ _Yo bien, vivo y con salú
¿Y usté?_ _Bien bien ¡ ¿Y esa rareza,
usté por piso? ¡Aaah ya sé! ¡No me
diga! ¡Ortiz! ¡Usté es familiar del paciente
problema?_ _ ¡Sí, doctora!_ La interrumpe la
enfermera, en un tono condescendiente _ Pero déjeme
decirle algo, porque por eso es que uno no debe juzgar a priori,
sin conocer los antecedentes del caso o por lo menos tener una
idea de ellos; fíjece lo que pasa _ Y luego de que Frances
terminó de contarle a la doctora María Zenaida;
ésta dijo, apenada y con tristeza _ Como son las cosas; y
uno dice ¡Estoy mal! ¡Estoy empavada, teniendo buena
salú, y comiendo y bebiendo; caminando, viendo y oyendo,
mientras que hay otros que sí están mal de
verdá verdá_ _¡Bueno doctora!_ Dice Sant,
contento de que Frances y María Zenaida hayan comprendido
el estado y la actitud de su tío Ambrosio _Mi tío
está empeñado en irse ¡Y yo lo conozco!, ese
es terco como un sapo tratando de traspasar una paré ; y
si usté me puede hacer el favor de firmarme el
traslado__¿Y adónde lo vas a llevar?_ _Bueno,
él quiere que lo lleve para el "Hospital Carballo Torres"_
_ ¡Aaah bueno! ¡Así sí!, y
téngale cuidado con esa subclavia, allá lo
único que tienen que hacer: es conectarlo_ Ya en el camino
al "Hospital del Instituto de Seguridad Social", ubicado cerca
del terminal de la ciudad y de nombre "Doctor Miguel José
Carballo Torres"; Sant le decía al Negrito,
poniéndole carácter _ ¡Bueno tío,
tienes que definirte, no podemos seguir en este peo, para
acá y para allá, y tú así como
estás tienes que estar hospitalizado por ley, en la Boyera
ibas a estar muy bien, porque ahí yo tengo mi gente, pero
como te pusiste con eso_ _Mire mijo _ Le dice Ambrosio, como
apenado _Ya yo me siento bien; llévame para la casa;
primero que nada quiero echarme un baño, afeitarme, y
después veremos_ Sant, al oír las palabras del
Negrito, pensó con lástima _¡Dígame
eso!, este señor que está tan pendiente de la
limpieza, y que es tan místico con eso del aseo personal;
¿Cómo se sentirá de verdá en este
momento? ¡Me imagino que muy mal!, porque no se baña
desde el viernes o desde el jueves creo_ Cuando llegaron a la
casa, Ambrosio le dice a Sant _Anda y dile a Oswaldo que me mande
las copias de las llaves de las piezas_ Sant, luego de perdirle
las llaves a Oswaldo, le dice, en tono de súplica _Anda
para que me ayudes a convencer a mi tío para que se
hospitalice, porque él está muy mal, pero
está empeñado en que se siente bien_ _¡Okey
chico! ¡Ta bien!, ahorita voy para allá_ En eso,
vieron cuando Méry Cleofe y Jesús, pasaron hacia
las piezas del Negrito; y Sant le pregunta a Oswaldo, sin mostrar
ningún interés _ Y mira Oswaldo ¿Esa gente
que va ahí, ha venido para acá otras veces?_
_¡Sí chico!, como tres o cuatro veces ¡Esa no
es la hija de Ambrosio y su esposo pues? ¡Qué te
pasa chico? ¿Por qué lo preguntas?_ _¡No, por
nada!, curiosidá solamente _Le responde Sant., sin poder
ocultar un dejo de disgusto, mientras que con amargura, pensaba
_Definitivamente tío, no te mantuviste firme; flaqueazte
¡Pero eso te lo perdono!, porque eres una persona de buen
corazón ¡Pero el engaño tío!, el
engaño es lo que no te puedo perdonar, yo no merezco que
me hayas engañado, te abri mi corazón, te di toda
mi confianza, para que tú también tuvieras
confianza en mí ¡Pero no lo hiciste!, no confiastes
en mí; yo me hubiera puesto en tú lugar y te
hubiera entendido, porque la carne es débil ¡Pero
bueno!, qué se va hacer _Y saliendo de su ensimismamiento,
se dirigió de nuevo a su interlocutor _Okey Oswaldo, voy a
abrir la puerta para que mi tío se siente y descanse, y
para que se bañe, está desesperado por
bañarse _Luego de los saludos de rigor, Sant abrió
la puerta, y dijo, muy serio _Te voy a meter agua en unos tobos,
para que te bañes sentado en una silla, porque parado te
puedes caer _Y mientras el Negrito Ambrosio Ortiz, se
bañaba, ayudado por su hija y su yerno; Sant,
comenzó a seleccionar entre los papeles de su tío,
todos los de propiedad de los aparatos eléctricos: como
los de la nevera, de los televisores, de los ventiladores, de la
cocina, de las bicicletas… También tomó quince
mil pesos de la cajita en donde Ambrosio guardaba su dinero, y
los puso con los papeles en cuestión; dobló todo
esto y se los introdujo al bolsillo, mientras Méry Cleofe
y Jesús, lo observaban con atención y curiosidad.
Ambrosio, terminó de bañarse y se estaba secando,
cuando llegó Oswaldo, diciendo sonriente _Buenos
días, ¡Ambrosio! ¿Cómo está la
vaina chico? ¿Cómo sigues? ¡Que buena vaina
vale!_ _ ¿Qué más Oswaldo?, tranquilo vale,
que no ha pasado nada, porque después de este baño,
quedé como nuevo_ Y Oswaldo le dice, jocosamente _Mira
chico, lo que me mandaste a buscar para la Capital no te lo
conseguí … ¡Embuste chico! ¡No pongas esa
cara! ¡Que sí te lo conseguí!
¡Aquí está!, no te lo entregué el
viernes en la noche, porque… ¡Bueno!, ya sabemos lo
que pasó, y no te había visto hasta ahora _ Y le
hizo entrega de un cheque, por la cantidad de cuarenta y cinco
mil pesos. El Negrito lo tomó en sus manos, y
después de leerlo, se lo entregó a Sant, mientras
decía con jocosidad _Toma Sant; gracias Oswaldo, te lo
agradezco mucho vale ¡Menos mal que no me lo habías
entregado, ¡ Porque sino bueno pues!, eso era para
completar los reales para pagar la parcela ¡Pero bueno!, ya
veré como los vuelvo a completar_ Sant tomó el
cheque y lo introdujo al bolsillo en el que tenía todos
los demás papeles y el dinero; mientras le decía a
su prima Méry Cleofe, con mucha serenidad _ Mira
Méry Cleofe, mi tío se empeñó en
venirse de allá en donde lo dejamos anoche; para él
y para mí, era mucho mejor que se quedara en el Hospital
de la Boyera, porque yo trabajo ahí, y personalmente me
iba a encargar de que lo atendieran bien ¡Pero bueno!
¡Qué podemos hacer?, ya conocemos como es él;
traten ustedes de convencerlo, porque él tiene que estar
hospitalizado ¡Sobre todo por esa aguja que tiene metida en
el cuello!_ En eso, interviene Oswaldo, dirigiéndose al
Negrito, en un tono conciliador _ Sí chico, tu sobrino
tiene razón, tienes que hospitalizarte. ¡Porque
chico!, yo no te veo muy bien que digamos, y esa puya que tienes
clavada allí, está en un sitio muy peligroso chico,
y se puede complicar la vaina_ En eso, Eva, la esposa de Oswaldo,
lo llamó a la casa, y éste, luego de despedirse,
atendió al llamado; y Sant, mirado a su tío con
tristeza ,dice con ronca voz _ Miren, yo tengo que irme en este
momento, porque tengo algo muy importante que hacer_ Y mirando
fíjamente a Méry Cleofe, se lleva las manos a los
bolsillos, y continuó diciendo muy calmadamente
_Aquí tienes las llaves de las piezas, y toma esto
también , esos son todos los papeles de propiedad de los
corotos de mi tío y de las bicicletas, ahí
también hay quince mil pesos en efectivo y el cheque de
cuarenta y cinco mil pesos ¿Cuenta los reales!: por si
acaso. Toma todo eso, encárguense ustedes de todo; guarden
bien esos papeles y esos reales ¡Y les repito!,
convénzanlo de que se hospitalice ¡Y no lo vayan
abandonar por favor!, se los pido de corazón. Ahí
está la referencia y la orden de traslado para el Carballo
Torres_ Sant, deja de ver a Méry Cleofe, y
dirigiéndose a su tío, le dice , con tristeza y con
los ojos vidriosos, a causa de las lágrimas pugnantes por
salir _La bendición tío , y que todo te salga bien
_Y el Negrito Ambrosio, le responde con debil voz y una
instintiva mirada de desamparo, pero sin imaginarse a
consciencia, cómo y de qué forma se despedía
su sobrino Santiago Ortiz _Que Dios me lo bendiga mijo, y que me
le vaya bien _ Sant, quien casi no podía aguantar el
llanto, dio media vuelta y se marchó rápidamente,
antes de que lo vieran llorar, a causa de una mezcla de
dolor,amargura, tristeza; porque presentía muy en su
interior , que ésta era la última vez que le
pediría la bendición a su tío Ambrosio, y
que también ésta sería, la última vez
que éste se la contestaría. Y mientras que gruesas
y brillantes lágrimas rodaban por sus mejillas; pensanba,
como para disculparse con su tío y a la vez para
consolarse a sí mismo _Bueno, me alegro de que haya
quedado en manos de su hija; a pesar de lo mal que me siento, no
puedo dejar de alegrarme por él, porque va estar cerca de
la hija que él crió y cuidó con esmero y con
amor; ¡La hija que él amó! ¡Y ama!
¡Sangre de su sangre!, me alegro por él, porque por
fin va a tener una verdadera familia; una familia que lo va a
cuidar y a querer; va a estar junto a su hija, junto a sus nietos
y junto a su yerno. Ellos van a tener más tiempo de
atenderlo que yo. ¡Ojalá que a sus nietos no los
influencie la mala fama que le inventaron a su abuelo!, como
siempre influenció al resto de la familia Ortiz-Aponte _
Pero no sabía Sant, lo lejos que estaba de la realidad;
porque si bien es cierto, que Méry Cleofe y Jesús
convencieron al Negrito,para que se hospitalizara; lo dejaron
allí , en el "Hospital Miguel José Carballo
Torres", y no portaron más por el lugar, y uno de sus
compañeros de habitación, le pregunta intrigado, en
una oportunidad _¿Y usté como que no tiene familia
compañero? _ Y el Negrito, muy sentido por la tristeza, y
con los ojos vidriosos, le responde con débil voz _ No ,
no tengo a nadie, el único familiar que tengo, no
sé qué le ha pasado., y estoy preocupado, porque
tengo más de quince días que no lo veo. Pero le voy
a decir una cosa ,llegó un momento, en que tuve la
esperanza de que iba a tener familia ¡Pero no fue
así!¡Menos mal que tengo mi trabajo y cuento con el
Intituto de Seguridá Social! ¡Aunque no es muy buena
la atención!, pero remedia_ _¡Estoy de acuerdo con
usté compañero!_ Le responde con enojo, el
compañero de habitación _La Seguridad Social en
este país no quiere servir ¡Y no es por la
Intitución en sí!, sino por los corruptos que la
manejan; La Seguridá Social debería funcionar como
en otros países, que a uno lo atienden en cualquier
clínica u hospital privado o del Estado, y le suministran
las medicinas en cualquier farmacia particular, presentando
únicamente el carné de afiliado, y estas clinicas,
hospitales y farmacias, se encargan después de cobrarle
las facturas a las oficinas de la Intitución…
¿Qué le parece compañero?_ A lo que el
Negrito le responde, con escepticismo _La verdá que me
parece una idea muy buena, pero lamentablemente es muy
difícil que se realice aquí ¡Porque ya
usté lo dijo compañero!, hay mucha
corrupción, hay muchos interéses, tanto de
particulares, como de sindicaleros y politiqueros baratos y
corruptos; y a nosotros lo que nos queda es soñar en que
las cosas van a mejorar, y mientras tanto: irla agarrando a como
la vayan soltando_

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