Como a los dos meses después de haber muerto su
madre, Ambrosio logró conseguir trabajo fijo nuevamente,
como portero en un liceo público, pero no duró
mucho tiempo allí, debido a que el sueldo que pagaba la
Secretaría de Educación era mísero,
sumándose a esto, que el individuo que lo había
ayudado a conseguir el empleo, era un vividor y un politiquero de
oficio, y cada vez que Ambrosio cobraba su salario, quería
que éste le diera parte de él; hasta que cierto
día, en que el Negrito acababa de cobrar, y el fulano
llegó a pedirle; éste le dijo furioso_ ¡Bueno
chico! ¡Qué coño es lo que te has
creído tú? ¡Es que yo tengo que mantenerte a
ti, sólo porque me conseguiste este miserable trabajo?
¡Pues te equivocaste de pico a cola! ¡Métete
tu trabajo pu el culo! ¡Mal que bien mé va mejor con
mi escardilla y mi machete! ¡Tú no eres amigo
mío un coño chico! ¡Un viva la pepa es que
eres tú!._ Varios meses despúes de haber dejado el
trabajo de portero, le avisaron que pasara por la
"Asociación de las Industrias", que posiblemente le
había salido el cargo de jardinero que había
solicitado meses atrás ¡Y efectivamente!,
consiguió el empleo y se puso muy contento, puesto que iba
a realizar el trabajo que a él le gustaba, y con un sueldo
fijo; pero así mismo como se alegró de conseguirlo
, así mismo tuvo a punto de dejarlo como a los nueve meses
y medio; ¡Muy decepcionado!, porque la razón de sus
penas y sacrificios ¡Su razón de vivir! Lo
abandonó, lo traicionó, cuando no llevaba ni un
año laborando en la "Asociación de las
Industrias".Sucedió que cierta tarde, al llegar a la casa
de los Ortiz-Aponte ¡Ese inmenso y solitario
caserón!, que sin la presencia de Doña Carmen , era
deprimente, pero que, a Ambrosio le satifacía saber, que
su hija lo esperaba allí regularmente, o que llegaba al
poco rato después de él, para alegrarle la vida y
darle luz a la casa; notó algo, lo sintió en su
ser, percibió que la casa estaba más triste y
solitaria que nunca, y llamó temeroso ¡Meyita!
¡Meyita! Presintiendo en su corazón, que algo
sucedía; llegó a la puerta de la habitación
de Mery Cleofe, tocó en la misma, y al no recibir
respuesta, comenzó a abrirla lentamente, al mismo tiempo
que sentía una opresión en el pecho ¡Y al
entrar lo vio! ¡Ahí! ¡Ecima de la cama¡,
tomó el sobre en sus manos, lo abrió, sacó
la misiva, y nerviosamente comenzó a leerla, sintiendo que
el corazón se le quería salir del pecho ("Papi, la
bendición, perdóneme por despedirme así,
pero es que no había otra manera, porque desde aquel
día en el club, cuando nos preguntó a Jesús
y a mí ¿Qué si estábamos enamorados?,
nos dimos cuenta que usted nunca iba a estar de acuerdo con lo
nuestro y decidimos esperar el mejor momento, y ocultamos
nuestras relaciones, nuestros sentimientos y nuestras
intenciones. Y ese momento llegó; yo sé que ahora
se siente muy mal, pero con el tiempo va a pensar y a ver las
cosas de otra maneras, y va a querer a Jesús y a los
nietos que le voy a dar junto con él; adios papá,
lo quiero mucho, bendición")_ Ambrosio sentía en
ese momento, que le enterraban armas punzantes por la espalda y
el pecho; era terrible la impotencia y el dolor que
sentía; en segundos pasaron por su mente infinidad de
recuerdos, entremezclándose y convirtiéndose en
desolante amargura , y con lágrimas en los ojos, pensaba,
abrumado por el peso del sufrimiento _¡Mi amor! ¡Por
qué? ¡Por qué lo hiciste mi niña?
¡Me hiciste lo mismo que tu abuela Martha! ¡Me
engañaste! ¡Traicionastes mi amor¡ , mi
confianza ¡Qué pasó mi niña?, te di
libertad, dejé que te relacionaras con muchachos de todas
las clases ¡A cual escoger¡ ¡Pero no!
¡Tenías que ser con ése! ¡Con el hijo
de Pablito! ¡Tenía que ser con el hijo del culpable
de que mi familia no me quiera!, ¡El hijo del hombre que
jamás en su perra vida, ha dejado de amargarme la
mía! ¡Tenía que ser el hijo de
él¡ ¡Por qué hija! ¡Por
qué?_ ¡Y menos mal que estaba ignorante!; hecho del
cual se enteraría mucho después; que Jesús
la había llevado a la Capital, a petición de ella;
a conocer a la mamá, a la abuela y al resto de la familia
de Martha y Mirian ¡Y no una vez!, sino que habían
sido varias las oportunidades, en que había ocurrido esto.
Ambrosio, después de este suceso, ya no era el mismo,
tenía el espíritu agonizante, sin ánimo para
nada ¡Ni siquiera para seguir viviendo!, puesto que
pensaba, que no había nadien ya por quién
hacérlo ¡Porque así como sus padres!; su hija
también había muerto para él; por lo que,
prácticamente, se echó a morir ¡ Y sino
hubiese sido por Rosa!, una buena mujer que él
había venido cortejando, y por la oportuna
intervención de Sant, su sobrino y amígo; el
desenlace hubiese sido ese. Sant no lo abandonó,
apoyándolo en su dolor, dándole ánimos y
diciéndole _¿Qué pasa tío?, no se me
ponga así, no parecen cosas suyas, un hombre que
está acostumbrado a pelear con la vida ¡Cuerpo a
cuerpo!, sin acobardarse, temiéndole solamente al Dios
Todopoderoso ¡Y Él todavía está vivo!
¿Se me va a echar a morir ahora?, ¡Por qué?
¡Porqué lo traicionaron? ¡No hombre
tío!, eso es normal en la vida ¡Y en su caso ni se
diga! ¡Porque se fue? ¡Menos!, eso es tan
común en estos días; ¡Claro que los padres
nunca se acostumbran a eso¡, pero así pasa
¡Por la ingratitú?, algo que normalmente comemos
todos los días; ¡Mire tío!, usté
está más que acostumbrado a todas esas cosas
¡Dígame algo? ¿Vale la pena morir por alguien
que no lo merece? ¿Vale la pena sufrir y morir por alguien
que no nos ha respetado, ni nos ha considerado? ¿Vale la
pena amargarnos la existencia y hacernos la vida sufrida, por
alguien que le importó un comino los sacrificios que
hicimos, y las verguenzas que pasamos para hacerle la vida
más fácil, cómoda y tranquila? ¿Vale
la pena martirizarnos y entregarnos en los brazos de la muerte,
por alguien que nos mintió, nos engañó, nos
traicionó; por alguien que destila ingratitud? ¡Noo!
¡No vale la pena ¡ ¡Verdá que no vale la
pena?, a la gente que no nos quiere hay que apartarla
¡Olvidarnos de ellas y punto! , quedándonos con las
personas que nos aprecian de veras, con aquellas que en
realidá uno cree, que de verdá quieren nuestra
amistá y nuestro cariño ¡Cuidándonos y
atentos por supuesto!, de la maldá, la envidia, la
traición, etecétera, que siempre están
acechando; para que, estando preparados, podamos enfrentarnos a
ellas con decisión ¡Así que me levanta ese
espíritu! ¡Y vea paya , qui allá lantes ta!_
_¡Qué? ¡Quién?_ _¡A pues
tío!, lo que sea cualquier cosa, ese es un decir
¡Vea paya, aquí allá lante ta! , es como si
yo dijera que la vida continúa y que trae más
cosas, ya sea para disfrutarlas o para sufrirlas ¡O sea!,
que la vida no se te termina en este momento; hay otras cosa por
venir, ¡Y tú tienes que vivirlas! Y fueron
conversaciones de este estilo, las que fueron haciendo que
Ambrosio recobrara el ánimo, el espíritu para
seguir adelante y el deseo de vivir…
La casa de los Ortiz-Aponte se convirtió
definitivamente, en un cascarón de hogar ;
penumbroso, solitario, triste ¡Sólo cuando Ambrosio
y Sant, se encontraban en ella !, ya fuere
limpiándola, cocinando o conversando ; cobraba algo
de vida. Por cierto que un día, encontrándose Sant
allí, hablando con su tío ; le dieron ganas de
ir al retrete, pero Ambrosio se lo impidió,
diciéndole _Ese guater no se puede utilizar !,
está tapado, y tenemos que hacerle un trabajo para
destaparlo_ _¡Y cómo hago entonces ?_ Pregunta
Sant, con impaciencia _Fácil_ Le responde su tío,
casi con sarcasmo _Agarras una hoja de periódico, haces lo
que vas hacer, y después te vas al puente y envías
el paquete por correo aéreo para el río, porque
aquí no tenemos lo que teníamos allá en el
campo, bajo la sombra de los Guamos en la hacienda de
café_ Al rato viene Sant, después de haber hecho su
diligencia, y le pregunta a Ambrosio, con curiosidad _¡Mira
tío ! ¿Y qué es eso que tú
dijiste , que ustedes tenían en la hacienda de
café ? !_ _¡Qué va ser !,
cochinos_ _¡Cochinos ! – Grita Sant, soprendido;
y con una naciente sonrisa, le vuelve a
preguntar¿Cómo es eso tío ?
¡Esplícame ? _ Y Ambrosio le responde,
sonriendo también _Bueno chico, resulta que allá en
la hacienda, el cagadero era todo el monte, y ahí hay
muchos árboles altísimos que les sobresalen las
raíces del suelo, y cada quien buscaba la raíz
más cómoda para hacer su necesidá, y los
cochinos siempre estaban por ahí cerca, para encargarse de
dejar todo limpio ¡A veces hasta había que
espantarlos !, porque no esperaban que uno terminara
¡Por cierto !, que por eso dejé yo mi primer
cagadero ¡Y tanto que me gustaba !, por lo
cómodo digo_ _¡Y cómo fue eso
tío ? ¡Por qué ?_ Vuelve a
interrogar el muchacho, ansioso, a lo que Ambrosio le sigue
respondiendo, gustoso _Bueno, ese era un Santonino
altísimo y gruesote, que yo había escogido como
guater, y que tenía las raíces como de este alto,
algunas le sobresalían del suelo casi dos metros, y para
poner los píes, yo le había emparejado dos con mi
machete, ¡Y unas raíces hacían como un
puente !, ¡casi debajo del palo !, y por
ahí entraban los cochinos a comer por detrás de
uno, sin molestar ; y yo estaba bien cebaíto en mi
Santonino ; hasta que un día llegó un cochino,
que como que se cansó de esperar que cayera el
mojón ; y le lanzó un mordisco que me
rajuñó las nalgas y las bolas ¡ ¡Por
poco y me capa el desgraciado cochino ese ! _¡JA JA JA
JA JA JA !_ Se echa a reír Sant, mientras Ambrosio
seguía diciendo _¡Yo en lo que sentí el
tarascón !, di un salto increíble
¡Así sería el susto !, que caí
como a tres metros ; total, que mas nunca volví a
cagar en ese Santonino_ Sigue riéndose Sant a la vez que
pregunta _¡Y qué pasó después tio?!
_¡JA JA JA JA JA ¡_ _¡Qué va a
pasar !, que ese fue el chiste del día allá en
la hacienda ¡Pero a Pedro le pasó peor !,
porque un día que fue a su cagadero, no se fijó que
estaba una cazadora que había pasado ahí la noche,
y cuando Pedro soltó el primer mojón, le
cayó arriba a la culebra ¡Y la bicha saltó
asustada y se le enredó en las piernas !
¡Bueno!, el susto fue tan grande, que los gritos se
escuchaban en toda la hacienda, y por poco y se muere de un
infarto, ¡Imagínate pues!, así sería,
que pasó varios días con una crisis de nervios_
Sant, después que se cansó de reír, le
pregunta a su tío, bastante interesado _Mira tío
¿Y había muchas culebras en la hacienda_
_¡Muchacho ! ¡Si el café es la casa
preferida de las culebras! ¡Y de las más
peligrosas!_. Recalca Ambrosio, con seguridad, mientras sigue
diciendo _Recuerdo que el mayor susto que ellas me dieron, fue en
la última cosecha, cuando todos tuvimos que trabajar
tallando café_ _¡Tallando ! ¿Qué
es eso ?_ Lo interrumpe su sobrino, con curiosidad _Bueno
chico_ Le responde pacientemente, Ambrosio _Tallar es descargar
la mata, uno llega y agarra el tronco de la mata con una mano, y
con la otra agarra la rama desde la patica, la aprieta bien y la
talla hacia el canasto que uno tiene amarrado en la cintura,
arrastrando las pepas para que caigan en él; esto se hace
así, cuando el café se ha madurado parejo, si no ,
hay que descargarlo graneado a grano por grano. Bueno, como te
venía diciendo ; esa vez tuvimos que trabajar todos,
para ver si salvabamos la hacienda ; y ya yo había
descargado como siete matas ese día, Y cuando vengo de
vaciar un canasto y me le pego a otra mata y le tallo la primera
rama, lo que cayó en el canasto, fue un bojote de culebras
de este tamaño ¡Y soltar el canasto!, gritar del
susto, orinarme en los calzones y echar a correr, fue todo una
misma vaina_ ¡JA JA JA JA JA JA !_ Vuelve a
reír Sant, muy feliz y disfrutando, como siempre lo
hacía, con las cosas que le contaba su tío
Ambrosio ; preguntándole, muy intrigado _¡Mira
tío ! ¿Y no se ven las culebras en la
mata ? ¡Bueno !, lo que pasa es: que el
café cuando está cargado y maduro tiene muchos
colores ; negro, rojo, amarillo, marrón,
etcétera, y si uno ve la mata con cuidado, puede que
vea las culebras, pero cuando se está cosechando no se
puede estar perdiendo tiempo, y los cosechadores de café,
están acostumbrados a sacar culebras de los canastos a
cada rato_ _¡O sea !_ Dice Sant, muy interesado _Que
si uno no se las quiere ver con las culebras, no debe sembrar
café_ _Bueno, culebras solamente no_ Le responde Ambrosio,
pensativo _En las montañas, que son zonas muy frescas y
húmedas, se producen muchos animales peligrosos ;
como el ciempiés, que vive en los troncos de
árboles secos o podridos o entre sus conchas, muchas
personas han muerto, al recostarse del tronco seco de un
árbol, porque el ciempiés reacciona, clavando todas
sus patas a la misma vez, ¡Y todas tienen veneno !,
también hay arañas venenosas y alacranes ¡Por
cierto que una vez !, estando todos desayunando, allá
en la Casa Grande de la hacienda_ _¡Casa Grande !_ Lo
interrumpe Sant, curioso _¡Qué es eso ? ,
¿Por qué le dicen Casa Grande?_ _Bueno, eso se usa
mucho en las haciendas; siempre hay en ellas, una casa grande y
amplia, que es la de los dueños y su familia, y como a
treinta o cincuenta metros, está el dormitorio de los
peones, y regadas en toda la hacienda ¡Pero muy cerca de la
casa principal!, están las viviendas de los trabajadores
de confianza, como la del capataz, la de la cocinera,
etcétera. ¡Bueno!, como te estaba contando,
estabamos desayunando, y de repente cayeron en el centro de la
mesa, tres alacranes del tamaño de mi dedo medio ¡Y
eso fue cayendo estos bichos, y todos que saltamos de las
sillas! ; los alacranes se pusieron a pelear
¡Bueno !, dos peleaban y uno veía,
parecía que eran dos machos, peleando por una hembra,
¡Hasta que papá llegó !, y con el plan
de un machete, los mató a los tres de un solo golpe.
¡Pero no te creas que la fama es de las haciendas de
café nada más!, las haciendas de caña
también tienen lo suyo, ahí hay culebras y otros
animales peligrosos : ¡Fíjate !, que antes
de que comenzaran a quemar la caña ¡Algo de lo cual
yo fui protagonista ! ; para metérsele a un
cañaveral a echarle machete, había que tener las
bolas bien puestas, porque ahí había cascabeles de
todos los tamaños y otros tipos de culebras peligrosas,
arañas, tuqueques, ratas, ¡Además de la
peluza que tiene la caña !, que cuando se encaja en
la piel, hinca que da grima_ _¡Y qué es eso que
fuiste protagonista tío ? ¿Protagonista
de qué ?_ _Bueno, que la primera vez que
quemaron un cañaveral en este país, yo estaba en el
sitio ¡Pero todo fue por accidente !, y creyeron que
fue a propósito, y nos llevaron presos a todos los que
estabamos ahí_ _¡A no tío !_ Dice Sant,
haciendo gestos de incorformidad _¡Dame más
detalles !, no me dejes así ¿Cómo
pasó todo ?_ Bueno, todo fue por esas casualidades de
la vida ¿Yo te conté de cuando deserté de la
Guardia de la Nación?_ _Sí sí !,
tú me contaste de eso_ Responde el joven, con impaciencia
_Bueno en los días que salí de la montaña,
después de la fiesta y todo ; Daví, un amigo
de la casa, me dijo para que trabajara con él de ayudante,
en un camión trasportando caña y yo acepté
el trabajo ¡Y precisamente !, el segundo día de
trabajo, que estabamos metidos dentro de un cañaveral para
cargar el primer viaje del día ¡Áquí
mismo !, cerca de Turemo ; el otro ayudante
llegó y prendió un cigarrillo y sopló el
fósforo y lo tiró, pero el fósforo
cayó prendido ; y las hojas de caña cuando
están secas no pueden hueler candela, porque son como la
gasolina ¡Y a penas dio tiempo !, a que Daví
prendiera el camión, le diera la vuelta y
saliéramos de ahí ! ¡Y menos mal que
Daví no se puso nervioso !, porque por un poquito
así, no nos morimos asados ¡Porque eso era nosotros
adelante y la candela atrás ! ¡Pegadita del
camión!, después, al poco rato, llegó la
Protección Nacional, y nos llevó presos por
averiguaciones y a los dos días nos soltaron, porque
comprobaron que había sido un accidente ¡Claro!, yo
me asusté mucho, pero fue por el miedo de que descubrieran
que yo era un desertor, pero no pasó nada gracias a Dios,
y aunque ya yo había decidido irme a la Capital
nuevamente, por el comportamiento de mis hermanos, este hecho
aceleró mi partida_. _¿Y de ahí en adelante,
fue que comenzaron a prenderle fuego a los cañaverales,
antes de cortar la caña ?_ Pregunta Sant, con
interés ; a lo que le responde Ambrosio, con mucha
seguridad _Sí, porque se dieron cuenta que no le pasaba
nada a la caña, y que más bien mejoraba su
calidá, porque la azúcar se concentra en el tallo
¡Además de que los peligros que habían al
meterse en el cañaveral !, quedaban eliminados_
_¡Fíjate tío ! a medida que tú me
están hablando, yo voy sacando mis conclusiones de lo que
tú me cuentas ¡Por ejemplo !, es verdá
que el campo y la montaña son saludables, y revitaliza el
organismo vivir allí, porque se respira aire puro y
tranquilidá, pero a la vez es peligroso, porque te puede
morder un animal venenoso, o te puede picar uno ponzoñoso,
te puede atacar un tigre o un león, puedes caerte de una
bestia, desbarrancarte, etcétera, y a lo mejor tienes
chance de salvarte, ¡Eso si la ciudá o el pueblo
donde haya una medicatura está cerca ! ; por
otro lado, la ciudá está llena de comodidades que
te hacen más fácil la vida y muy divertida, y los
hospitales están cerca en caso de accidentes ; pero
el aire que se respira es contaminante y la vida es muy azorante,
por lo que te enfermas más y se te debilita el organismo
¡Además del aumento de la gente mala, que te puede
dar un tiro o una puñalada ! ¡En fin!, que todo
tiene sus ventajas y sus desventajas, en todo hay cosas buenas y
cosas malas, hasta en nosotros, los seres humanos. Otra cosa que
he refleccionado, es acerca de ti, y es que tú siempre has
estado a punto de perder la vida; ¡En varias oportunidades
te las has visto chiquiticas !_ _¡Así mismo es
mi querido sobrino !_ Dice Ambrosio, jactancioso _¡Y
eso que no te he contado la peor de todas !, porque en las
otras ocasiones que siguieron a esta que te voy a contar se puede
decir, que la situación era controlada ¡O
sea !, que mi vida dependió de si me movía o
no ; de si me defendía o no ; pero esta vez, lo
único que me quedó fue encomendarme al Dios
Todopoderoso. Esto me pasó en aquel golpe de
estado !Que algunos ! ¡A
conveniencia !, llamaron y llaman revolución ;
pero que yo llamo escaramuza o montonera. Resulta que mi
mamá me había mandado con un recado a la casa de
tía Petra, una hermana de papá que vivía en
el centro de Caracuay, y ya viniendo hacia la parcela, se
formó la plomamentazón, que me agarró en
pleno centro de Caracuay, ¡Mire mijo ! ¡Eso era
feo oyó ! ¡Pero feo de verdá
verdá !, una cosa es contarlo y otra el haberlo
vivido ; cuando eso yo era un muchacho todavía
¡Adolescente !, con poca esperiencia en la
ciudá, ¡Lo cierto es que el plomo silbaba sobre
mí !, y yo me protegía con los carros, con los
pipotes de basura, con cualquier murito, y me movía bien
agachado ¡Casi acostado !, y cuando me movía,
lo hacía en cuatro patas ; cuando estaba quieto en un
sitio yo me ponía a pensar, en si lanzaban una bomba para
donde yo estaba, o si disparaban al sitio en donde yo me
escondía, o en si salía para que vieran que yo no
era enemigo ; y cuando me movía de sitio
¡Siempre en dirección a la parcela ! pensaba,
qué cómo iban a saber si era enemigo o no. Ya yo me
había orinado en los calzones no sé cuantas veces
¡Pero cuando llegué a la plaza y me tocó
atravesarla! ¡Se me salieron los chinguetes de
mierda !, y eché a correr como un loco y gritando
¡Aucilio Dios mío ayúdame !
¡Aucilio Dios mío ayúdame!, mientras
oía silbar el plomo ; porque esa plaza estaba llena
de soldados muertos y heridos por aquí y por allá,
y yo los saltaba, los tropezaba, me caía sobre ellos y me
volvía a levantar ¡Yo todavía no logro
esplicarme !, cómo salí vivo, porque ese susto
fue tan… tan…. el miedo que sentí fue tan… tan…
¡Hay una palabra para eso !, cuando uno queda como
loco, lelo, ¡Que no recuerda ! A lo que dice Sant,
tratando de ayudarlo a expresarse _Trauma, traumático,
traumatizante ? !_ ¡Eso mismo es !,
traumatizante ; el miedo que sentí fue tan
traumatizante, que todavía no sé cómo
llegué a la parcela, ni cómo estoy vivo
¡Sería el mismo Dios Todopoderoso y su hijo
Jesús el Cristo !, los que me ayudaron ; pero yo
creo que hubiera sido mejor para mí, haber muerto ese
día_ _¡Tío por Dios !_ Dice Sant, muy
sorprendido y como asustado de los pensamientos de Ambrosio
_¡Eso es malo ! ¡Eso es pecado, despreciar la
vida que Dios nos ha dado !, lo que hay es que saber
soportar las cosas que ella nos depara ¡Tanto las buenas
como las malas !, y tú lo has hecho muy bien hasta el
momento, la vida lo que hay es que saberla vivir_ En ese momento,
llegaba Rosa a la puerta ; y una vez estando ella adentro,
le dice Ambrosio a Sant _¿Tú conoces a Rosa?
_¡Sí, tú me la presentaste allá, en la
Asociación de las Industrias_ Decía Sant, mientras
ambos sonreían y se estrechaban las manos. En eso Rosa
voltea y le dice a Ambrosio _Vine para el asunto, como tú
me dijiste que…_ A lo que Sant, entendiendo inmediatamente los
cruces de miradas, dice _Bueno tío, ya es tarde, yo me voy
a ir, la bendición, chao Rosa_ _Dios te bendiga, pasa
mañana, para ver si compramos los materiales para arreglar
el guater_ _¡Okey tío !, quedamos así
entonces, mañana vemos qué es lo que vamos a hacer.
Y pasaban los años, "como decir antier, ayer y hoy". A
Ambrosio lo retiraron de la " Asociación de las
Industrias", debido al cambio de gobierno; Sant se encontraba
desempleado al igual que él, y se defendían,
haciendo los eternos trabajos del Negrito. Sant, al lado de su
tío, también se hizo todo un experto en estas
lides, y algunos de los vecinos de la urbanización en
donde más trabajaban ellos, ya fuese podando
árboles, jardinería, limpiando solares…., los
llamaban el Par de Negros, y también el Dúo de Dos,
visto que eran inseparables. Ambrosio, desde hacía ya
año y medio, estaba esperando que le avisaran para un
empleo en el Instituto de Capacitación para el Trabajo, y
así se lo había comunicado a Sant y a Rosa, mujer
esta, que como es sabido, ayudó mucho al Negrito, al igual
que Sant, en los días que se echó a morir,
aconsejándolo, comprendiéndolo y
queriéndolo. Esta mujer fue haciendo que poco a poco, la
amargura, el resquemor y la desconfianza que Martha había
sembrado en su corazón y mente, se fuese reduciendo de una
manera tal, que Ambrosio, deseando casarse con ella, le propuso
matrimonio, y muchas veces le comentaba a su sobrino al respecto,
diciéndole con alegría _¡Por fin
encontré una buena mujer !, que me quiere y me dice
la verdá ; es viuda, no ha tenido hijos, su
única carga familiar es su papá, y el resto de su
familia, son dos hermanas solteronas que viven en la
Vástoria, cerca de Caracuay, y en todo este tiempo he
comprobado que todo esto es verdá ; en lo que consiga
mi trabajo en el "Instituto de Capacitación para el
Trabajo", y se arregle lo de la casa montonera, consigo mi casita
o mi parcela ¡Y me caso con ella !, y que ella haga
con su casa lo que ella quiera ¡Que la venda o que la
alquile !_ _¡Y hablando de parcelas tío !_
Lo interrumpe Sant,con sarcarsmo _Ya yo me he convertido en
ranchólogo profesional, porque ya son varias las parcelas
en las que te he ayudado a fabricarles el rancho ¡Hice un
máster en ranchología pues !
_¡Búrlate, búrlate !_ Le dice Ambrosio,
algo molesto _¡Pero tú sabes por qué es que
las he perdido ! ¡La hija mía nunca quizo
quedarse a cuidarlas !, porque ella y que no iba a vivir en
un rancho ; y cuando no era que me la cojía la mujer
que ponía a cuidarla, haciéndola pasar como mi
mujer ; era que me la invadía una mujer con cuatro o
cinco muchachos, y yo no podía hacer nada, porque como
hombre solo, ninguna autoridá me prestaba apoyo ¡Y
el rialero que he perdido !, porque ni siquiera he
recuperado los riales con que las compré ¡Porque las
mujeres, con esa bicha que tienen entre las piernas !, le
lleven una morena a uno… Las hermanas de Rosa, normalmente la
visitaban tres o cuatro veces al año, pero en lo que se
enteraron de las relaciones de su hermana con el Negrito
Ambrosio, comenzaron a acortar el espacio entre visita y visita,
hasta hacerlo casi semanal ¡Y cuando por casualidad
llegaban, y Ambrosio se encontraba en la casa !, Rosa lo
sacaba de la cama, y lo ponía a dormir en la sala en una
colchoneta, para darle la cama a ellas, mientras ella se iba a
dormir al cuarto de su padre, en una cama playera, que acomodaba
para la ocasión. ¡Y llegó a enfermarse el
anciano! Y a causa de ello, las hermanas de Rosa casi se
residenciaron en casa de ésta, y cuando Ambrosio llegaba,
lo veían con desconfianza, haciéndoseles molesta la
presencia de él en la vivienda, e insistían en
sembrar discordia entre el Negrito y su mujer ; intimidando
y metiéndole miedo a Rosa, diciéndole
malintencionadamente _¡Mira chica ! _Decía Dora
_¡Tú como que piensas casate veldá co nese
piazu e negro?, mira que te lu hemos veníu alviltiendo
¡Después no digas que no te dijimos na! ¡Ese
negro lo que quieres cojete la casa!_ _Sí chica!_ Dice
Flora _¡Ese lo que quieres quedase con tu casa !
¡Tú sabes cuánto vales ta caso
rita ? _¡Ten cuidao ! ¡Mira que
nosotras conocemo jesa clase gente !_ Y fue tanta la intriga
¡Y la envidia !, que Rosa se fue llenando de
desconfianza, y eso fue mermando el amor que sentía por el
Negrito Ambrosio ; lo que la llevó a comportarse
esquiva con él ¡Y éste !, viendo el
cambio que se había venido operando, en el comportamiento
de ella para con él, uniéndose a esto, los
fragmentos de conversaciones malintencionadas, que al ir pasando,
él escuchaba ; sacó conclusiones, y
dándose cuenta de lo que venía pasando, optó
por abandonarla en sana paz y pensando amargamente
_¡Mujeres! ¡Mujeres! ¡Cuando no cojean de una
pata, cojean de la otra !. No habían pasado tres
meses, después de haber tomado la decisión de
terminar sus relaciones con Rosa, cuando Ambrosio
consiguió el empleo esperado, en el "Instituto de
Capacitación para el Trabajo" ; Sant, al enterarse,
se sintió muy feliz por el Negrito Ambrosio, ya que
además de representar trabajo fijo para su tío,
éste podía conseguir su pensión, por medio
de "Instituto de Seguridad Social" ; algo muy esperado por
el Negrito desde hacía ya varios años, y que si
conseguía durar el tiempo suficiente en este empleo, lo
lograría, porque ya tenía más de cincuenta
años ; lo que los llevó a pensar, tanto al
tío como al sobrino ; que el haber conseguido el
puesto, estaba influenciado por algo de suerte y mucha ayuda del
Dios Todopoderoso, puesto que, el conseguir trabajo a esa edad,
era algo sumamente difícil en esos
días…
*
Pasó el tiempo, y al año de estarse
desempeñando como vigilante, en el "Instituto de
Capacitación para el Trabajo", se le produjeron unos
fibromas purulentos en el muslo y la pierna de la misma
extremidad, los cuales le afectaron la salud gravemente, y Sant,
que para esos tiempos, todavía se encontraba sin empleo
fijo ; viendo el estado en que se encontraba ; lo
trasladó al "Instituto de Seguridad Social "¡Casi a
juro lo llevó al sitio !, ya que se estaba
automedicando, pensando que eran simples dolores musculares,
producidos por el estar de pie la mayor parte del día. Al
llegar allí lo auscultaron, y le mandaron a hacer unos
exámenes de orina, hematología completa y sus
respectivas radiografías en los lugares mencionados. Por
medio de los Rayos X, le ubicaron los dos fibromas, uno como de
doscientos gramos, localizado en la parte anterior del muslo,
aproximadamente, entre los músculos Aductor Medio y el
Sartorio ; y el otro, más pequeño, como de
cincuenta gramos, localizado en la parte posterior de la pierna,
entre los músculos Gemelo Externo y Gemelo Interno.
Inmediatamente lo pasaron al Pabelloncito, y una vez allí,
luego de ser chequeado por el médico internista y por el
médico cirujano, procedieron a hacerle dos incisiones, una
en cada uno de los lugares antes descritos, y le colocaron sendas
mechas para drenar los tumores ; habiendo comentado uno de
los médicos ; que si se fuese esperado más
tiempo para atenderlo, le hubiese generado una Osteomielitis, que
le pudiere haber producido osteomas, y que por consecuencia,
habrían tenido que practicarle una Osteotomía. De
allí fue trasladado al Servicio de Cirugía Hospital
, en donde duró diez días para darlo de alta luego,
todavía con las mechas introducidas y las heridas
supurando ; y al llegar a la casa, Ambrosio le dice a Sant,
muy alterado _¡Te fijaste ? ¡Viste como
esos desgraciados de la Seguridad Social lo echan a uno para
fuera ? ¡Sin siquiera dejar que uno se cure!,
seguro que algún palanqueado necesitaba la cama donde yo
estaba! ¡Bueno! ¡Qué se va hacer! ; como
tú dices ¡Hay que ve pa ya, qui allá lantes
ta !, ¡Mira estos güecos !, si me los
descuido, lo más seguro es que me les caiga gusanos
¡Vamos hacer una cosa !, como ahorita estoy limpio, te
voy hacer una autorización, y con mi cédula y mi
carné, vas a ir a cobrarme la quincena al trabajo, y de
allá para acá pasas por una farmacia y te compras
unos palitos bu de los largos, alcol, rifocina, y …. ¿Y
qué más? ¡Aah !, en el abasto te compras
una lata de creolina, que me dijeron que era bien buena para
curar las heridas ¡Y debe serlo!, porque si le cura las
gusaneras a los animales ¡Y bien curadas !… _Sant
salió a cumplir con lo encomendado , regresando como a la
hora y media, con todas las cosas que Ambrosio le había
encargado, y éste le dice con firmeza _Vamos hacerle la
primera cura a estos güecos de una buena vez ¡Ponme
cuidado !, vas agarrar la creolina y vas a tibiar un
poquito_ _¿En la cocina ?_ Pregunta Sant _¡No
no!_ Responde el Negrito _Prendes una de esas velas que
están ahí, echas un poquito de creolina en la tapa
de uno de esos frascos, la agarras con el alicate y la calientas
con la vela… ¡Bueno! Sácame las mechas con
cuidado_ Dice Ambrosio con autoridad, a lo que Sant, cumpliendo
la orden de su tío ; comenzó a halarlas, y a
medida que iban saliendo, la grima que sentía, iba
aumentando, debido al pus con el cual estaban impregnadas, y del
que seguía saliendo después que las mechas estaban
afuera, uniéndose a esto, el mal olor que despedían
las heridas ; y mientras escupía en una poncherita
que había colocado allí cerca con
anterioridad ; pensaba, agrimado _¡Asco perro !,
esta vaina está podrida_ Y comentó, con el
ceño fruncido _Verga tío !, esos güecos
están profundos ¿Y ahora qué ? _
_¡Bueno!_ Dice el Negrito, con sarcasmo_¡Ahora viene
lo bueno !, vas a garrar un bu, lo mojas con alcohol, y me
limpias los güecos por dentro_ _¡Coño
tío !_ Dice Sant, sorprendido, y más agrimado
aún _¡Esa vaina debe doler que jode !_
_¡Muchacho !_ Le responde Ambrosio, con buen humor
_¡Cómo que si duele !, pero así era que
me curaban allá, primero con alcohol, después con
rifocina y después la enfermera me ponía las mechas
nuevas ; pero nosotros le vamos agregar un ingrediente nuevo
antes de meterlas ; ¡La creolina !
¡Bueno ! ¡Échale bola pues !_ Sant,
a la orden de su tío, agarró un aplicador y lo
sumergió en el alcohol ; pero se retenía de
introducírselo por alguno de los huecos, por el temor de
saber, que le iba a causar dolor ; además, estaba su
inexperiencia en estas lides, pero el Negrito lo apura,
diciéndole con impaciencia _¡Vamos pues !
¡Échale bola que aquí hay un hombre!,
¡Agarra esa pata como que si fuera de goma y mételo
por ahí sin asco! ¡No le pares, que a ti no es que
te va doler! ¡Haz el trabajo y más nada !_
Sant, ante la fría insistencia de su tío, se
decidió, y comenzó a introducir el aplicador
impregnado de alcohol, hasta lo más profundo de la herida
del muslo ; al principio lo hacía con lentitud ;
pero cuando agarró confianza, viendo que el Negrito
pujaba, pero aguantaba como un varón ;
continuó haciéndolo con más prestancia. En
la herida del muslo, los aplicadores se iban hasta lo
último, y en la de la pierna, se iban hasta la mitad.
Sant, entre aplicador y aplicador, pensaba sorprendido
_¡Este tío mío sí que es arrecho de
verdá verdá !. ¡Ya está !_
Dijo Sant, satisfecho por la labor, después de haber
utilizado doce aplicadores, seis con alcohol y seis con
rifocina ; y Ambrosio le dice, con el ceño fruncido
por el dolor _Bueno, ahora haces la operación que te dije
con la creolina, agarras esa caja de gasas que tengo ahí,
haces una tiras, las mojas en la creolina tibia y me las metes en
los güecos_ Sant, hizo todo lo que su tío le dijo que
hiciera, y cuando fue a introducirle las mechas, se quedó
pensativo por un momento, estudiando en su mente, la mejor forma
de hacerlo, y al encontrarla, procedió a internarlas.
Colocó la punta de la mecha, en la punta de un aplicador,
e introdujo mecha y aplicador a la misma vez, para luego sacar el
aplicador solamente. Después de finalizar la cura, Sant
suspiró hondamente, y le dice al Negrito
_¡Coño tío! ¡Sinceramente!, este
trabajito de enfermera es bien arrecho ¡Las considero!
_¡Pues vete acostumbrando!_ Le dice Ambrosio, entre
adolorido y sonriente, a la vez que fija la mirada en la
poncherita, en la cual, Sant había depositado los
desperdicios de la cura, y que éste levantaba en ese
momento para irlos a botar _Porque apenas estamos empezando
¡Y por lo que veo !, vamos a tener que comprar gasa y
más palitos, porque lo que hay ahí no va
alcanzar…. Once días después de curas
consecutivas, las heridas en la extremidad inferior del Negrito,
dejaron de supurar, y ya no hubo necesidad de seguir
introduciéndoles las mechas, y su sobrino sólo le
aplicaba el alcohol, la rifocina y la creolina,
dejándoselas así. Los huecos se fueron reduciendo,
y ya, para los veintitres días de curas diarias,
sólo quedaban las heridas superficiales y la
inflamación, a lo que Sant le dice a su tío, con
preocupación _Mira tío, los güecos
están casi curados ya ¡Pero esa hinchazón
nada que baja ! ¿Qué pasará ?_ _No
te preocupes _ Le dice el Negrito, con tranquilidad _ A esa
hinchazón vamos hacerle un tratamiento especial ; te
vas a ir por ahí, y vas a buscar una mata de Ciruela Gey,
y cuando la encuentres, le arrancas bastantes hojas y te las
traes_ El Negrito, viendo la cara de su sobrino, que era un
poema, le pregunta con buen humor _¿Tú conoces la
Ciruela Gey verdá? _ _Bueno_ Le respondie Sant, dudando
nerviosamente –Yo conozco la ciruela … ¡Ciruela,
ciruela pues!_ _¡Ciruela ciruela no !_ Dice el
Negrito, sonriendo _¡Ciruela Gey !, esa es una mata
con hojas casi redondas, y la fruta es como del tamaño de
un mamón ; pero casi no tiene que comerle_
_¡Aah, ya sé ! _Lo interrumpe Sant,
entusiasmado _Que es amarillosa, y lo que se le come es rojo, y
que la semilla se parte en dos_ _¡Eeesa misma es!_
_¡Sí!, ya sé cual es, que a mí me saca
de quicio comerla, porque tiene muy poquita carne ¡Pero yo
no la conocía por ese nombre !, nosotros le decimos
es mamón malo o mamón sin carne. _Bueno vete a
buscarla ¡Del otro lado del puente yo creo que vi
una !, ¡Sino te vas río arriba !
¡Por ahí debe haber !…_ Al rato, se
apareció Sant, con las hojas de la mata en cuestión
y Ambrosio le dice jocosamente _¡Aah ! ¡La
encontraste ?, ahora ponlas a cocinar y las dejas que
hiervan tres minutos, después las agarras tibiecitas y me
envuelves la pierna con ellas, y después agarras esa venda
que tengo ahí y me envuelves la pierna otra vez, para que
se sostengan las hojas_ Sant lo hizo, tal y como se lo
indició el Negrito ¡Y efectivamente !, al
siguiente día, la extremidad estaba menos inflamada, y al
tercer día, había vuelto a su estado normal con
este tratamiento. A los veintinueve días, Ambrosio pudo
afincar bien la pierna, restablecido casi totalmente, y al mes y
diez días, se reintegró a su trabajo, nuevamente
¡Y sucedió algo muy extraño! ¿Esta vez
no lo cesantearon !, cosa que a él lo
sorprendió mucho, ya que estaba temeroso de que sucediera,
y así se lo había comentado a su sobrino…
Una semana después de haberse reintegrado a su trabajo,
día domingo al mediodía, llegó Sant a la
Casa de los Ortiz-Aponte, y despúés de contestarle
el saludo y darle la bendición, Ambrosio le dice a su
sobrino, algo alterado _¡Ahorita se acaba de ir tu
tío Pablito_ _¡Y qué quería ?_
Pregunta Sant, con un dejo de molestia, a lo que le contesta el
Negrito, más alterado aún _¡Y qué va
querer ? ¡Qué es lo que ha hecho ese
señor toda su perra vida? ¡Joderme la existencia a
mí! ¡Eso quería! ¡Joder!, me dijo que
ya se cansó, y que va a buscar la manera de sacarme de
aquí como sea ¡Y ese cuando quiere echar
vaina ! ¡Echa vaina ! ; me acuerdo cuando
consiguió aquel trabajo en una compañía, y
me amenazó con mortificarme la vida todos los días
¡Y tú sabes qué le dijo a mamá ?,
que en la compañía le daban muy poco tiempo para
desayunar y para almorzar ; y que el que le fuera a llevar
la comida, tenía que estar a la hora en punto en la
puerta ; y que el más indicado para cumplir esa tarea
era yo ¡Y todos los días del mundo me hacía
joder con mamá !, metiéndole embustes de todas
clases ¡Que si la comida llegó tarde !,
¡Que si me puse a jugar ! ¡Que si le cayó
tierra a la comida! ¡Que si llegó
fría !, ¡En fin ! ¡Tú sabes
lo que era salir corriendo de la parcela !, para llevarle la
comida al perro ese a la empresa, que quedaba como a dos
kilómetros y medio y dos veces al día !, para
que después en la noche me hiciera joder con mamá
¡Menos mal que no duró mucho tiempo
ahí !, porque sino quien sabe que hubiera hecho yo
cuando esplotara_ _¡Se retiró, o lo
botaron ? _ Pregunta Sant, acucioso, a lo que le
responde Ambrosio, despectivamente ¡Lo botaron !, con
esos riales fue que montó el negocio ese que tiene
¡Que sino fuera sido por papá, no tuviera negocio un
coño !_ _¡Cómo es eso
tío ? ! Cuéntame !_ Incita Sant al
Negrito, para que siga hablando _Bueno ¿Tú llegaste
a saber del negocio que tuvo papá en Turemo
verdá ?_ _Sí, mi papá me dijo algo de
eso_ _Bueno, ese negocio estaba bien ubicado ¡Casi en toda
la vía !, pero no había quien lo atendiera
bien, porque papá no sabía nada de eso
¡Fíjate que le pedían medio real de queso y
picaba un tolete casi de a kilo ; compraba los huevos a seis
por un peso y los vendía a cuatro por un real ¡Y de
las cervezas ni se diga !, todo el mundo pedía, y
él no anotaba ni nada, confiando siempre en la honradez de
los demás. Después el negocio se lo dieron a
Ramón para que lo atendiera, porque era el único
que podía hacerlo en ese momento ¡Y fue peor !,
porque se ponía a jugar y a beber con los clientes, y
dejaba que todo el mundo metiera la mano ¡Y como es
lógico !, al final sólo quedó el local
¡Un buen local por cierto !, una casa grande de dos
plantas y un tremendo patio ¡Con decirte !, que
habían dos canchas de bolas, y espacio para poner
cincuenta mesas cómodamente ; y mis hermanos mayores
dijeron ¡Sin faltarle razón !, que el culpable
de eso era el mismo viejo, por no participarle a ellos de sus
negocios. ¡Bueno ! ¡Lo cierto fue !, que
papá vendió el local, y viendo "que el famoso
negocio de Pablito", estaba casi quebrado también ;
lo llamó y le dijo: ("Mira Pablito, estos pesos que
agarré de la venta del local, son de tu mamá, yo te
los voy a dar a ti para que se los metas a tu negocio ¡Pero
con una condición !, que todas las semanas tienes que
darle parte de las ganancias a tu mamá)"¡Y tú
eres testigo !, que cada vez que el miserable ese
venía a traerle los piches diez pesos a mamá ;
primero le formaba un peo_ _¡Claro que soy testigo !_
Le confirma Sant, con seguridad _Si por eso era que no me gustaba
que viniera ninguno de ellos aquí, porque venían
era a mortificarle la vida a mi abuela, ¡Pero sinceramente
tío !, tú me lo cuentas y me cuesta creerlo,
fíjate, que cuando yo veía que él le daba el
dinero a mi abuela, pensaba "¡Qué miserable !,
después de casi dos meses sin venir a ver a la
mamá, le alza la voz por esa tontería y lo que le
da son esos diez pesos piches y posmos ¡Ese tío
mío es pichirre con bolas de verdá
verdá!" ! Pero ahora que tú me cuentas que esa
miseria de real, era parte del dinero que por derecho le
pertenecía a mi abuela!, no hayo que calificativo darle a
ese señor ¡Estoy sorprendido sinceramente !….
Por otro lado, Pablito, después de haber proferido sus
amenazas en contra del Negrito, se dirigió a la casa de
Ramón, lo recogió y se fueron a la residencia de
Antonio, una vez allí, con toda la mala intención
de que hacía gala; Pablito le decía a sus dos
hermanos _¡Miren muchachos !, comus tede saben, e
Lambrosio ya lleva viviendu en la case los viejo ma je tre
saño ¡Deje que murió mamá pue !,
e lestá viviendu ahí como que si fuera de lesa
vaina, polque cuandos taba la vieja viva, e lestaba hi comu
arrimao. ¡Peru ahorites ta como dueño !
¡Fíjence ques ta mañana fui a
visitalo !, y me salió co nuna piedren ca mano_
_¡Sí ?_ Preguntó Ramón,
sorprendido _¡Y te las tiró ?_ _¡Noo
piazu e bruto !_ Le dice Pablito, molesto _¡Ese jun
decil !, que me salió co nunos grito ji una
jaltanería ¡ Y.me dijo que no siba salí
di ahí, y que siba cojé la casa pa él pa
vendela ¡Y eso no lo podemos pelmití !,
así que vamo jempezá tomac cione más
seguío contra él ; di ahora palante, to lo
fine je semana ques temos desocupao, vamo ja i los tre ja
presionalo ; pa que si ostine y se vaya di ahí_
¡Y como siempre ! Ramón y Antonio secundaron
los planes de su hermano Pablito, y comenzaron a mortificarle
más seguido la vida al Negrito ¡Y no fallaban!,
todos los fines de semana, ya fuere el sábado, o fuere el
domingo llegaban al frente de la casa montonera de los
Ortiz-Aponte a proferir amenazas e improperios en contra de
Ambrosio; expresándose muchas veces, de la siguiente
forma, en contra del Negrito _¡Mira maldito mono !
¡Primero querías vendele la casa la vieja pa dejalen
la calle! ¡Y ahora quieres cojétela pa ti solu y
vendeli no dale na tu jelmano!, te vamo ja garrá y te vamo
ja caí coñazo ¡Anda! ¡Sal pa ca
cobalde! ¡Un día destos va jamanecé co nel
mosqueru en la boca pol te vivo! ¡Tú eres bien malo
desgraciao! ¡Con razón tas solu y sin mujé!
¡Y ni tu sijas te quieren! ¡Sal pa fueri
enfréntati a nosotro si eres guapo !_ Éste era
el espectáculo semanal, que le ofrecían estos
señores a los vecinos del Negrito Ambrosio, quienes las
primeras semanas los observaban asombrados y asustados, pero que
luego se acostumbraron a esto, y sólo los miraban
sonrientes y divertidos, un domingo de estos, llegó Sant a
la casa de sus abuelos, y El Negrito le dice muy alterado
_¡Ahorita acaban de irse los coño je madre
esos !, ¡Y ya me están cansando !
¡Un día de estos me van agarrar atravesado y quien
sabe! ¡Ahora no tengo mamá ni hija que me paren y no
me importa matar un desgraciado!_ _¡Tranquilo
tío ! ¡Tranquilo!_ Lo trata de calmar su
sobrino _ ¡Mira que eso es lo que ellos andan buscando!,
que tú cometas una mariquera para joderte ¡Haz lo
que te dije !, anda mosca todo el tiempo, mantén esa
puerta bien cerrada ¡Y hazte el loco, y no le pares !,
¡A ver quién se cansa primero ! ¡Si ellos
o tú !_ En eso, ambos ven hacia la puerta, por sentir
la presencia de alguien que llegaba ; y el Negrito se
sorprende mucho, al ver a su hija Mara María, de pie en la
reja y con los ojos llorosos ; y le pregunta con
extrañeza y sorprendido _¡Muchacha !
¡Qué haces tú por aquí! ¡Y con
esa cara!_ _¡Aay papá !, la bendición
_Dice ella, entre sollozos, mientras Ambrosio le abre la puerta y
le contestaba la bendición, _Me tuve que ir de la casa
¡Snif !, ya no aguantaba más esa
situación, ¡Snif !, ¡Y bueno !
¡Snif !, me acordé de usté
¡Snif !_ _¡¿Y qué
pasó ? ¿Qué te hicieron!_ Pregunta
el Negrito, con curiosidad y preocupación ; a lo que
le contesta Mara María, en el mismo tono _Bueno
¡Snif !, usté sabe que mi mamá se
metió a vivir con una mujer ¡sinf !_
_¡CÓMO ES LA VAINA ? _ Pregunta Ambrosio,
en alta voz, reflejándosele en el rostro, la sorpresa y la
incredulidad; mientras Sant meneaba la cabeza de un lado a otro,
con una rara mueca en el rostro y sin poder salir de su asombro,
por lo que acababa de oír. Y la muchacha seguía
diciendo _¡Sí papá! ¡Snif!, así
es, ¡Snif! , y esa mujer me maltrataba mucho y me
tenía como la sirvienta ¡Snif! ¡Y mi
mamá la apoyaba! ¡Snif !, y no aguanté
más y me vine para acá ¡Snif !,
_¡Bueno mija !_ _Dice Ambrosio, sin reponerse
aún de la desconcertante impresión _La verdá
que uno no se cansa de vivir para ver cosas ¡Y me sorprende
y me preocupa lo que le está pasando !, ¡Y
quiero ayudarla !, pero eso no es así de
fácil ; tú sabes que la patria potestá
la tiene es Sofía ¡De todas maneras !,
mañana nos vamos a ir a primera hora para los "Tribunales
de Menores", para plantearles el caso a ver qué se puede
hacer…._
¡Y efectivamente!, al día siguiente,
así lo hicieron, y los tribunales giraron instrucciones,
para que Mara María fuese recluida preventivamente, en el
retén de menores de edad, mientras se hacían las
investigaciones pertinentes, al caso. Esta aparición de su
hija menor, le trajo al Negrito, nuevos problemas
¡Más de los que se podía imaginar!, ya que la
mamá y … ¿La madrastra ? ¿O se
podrá decir la padrastro? ¿O la padrastra?…
¡Bueno! ¡Eso mismo !, ya que la mamá y la
mujer que fungía de padre de los hijos de Sofía, no
dejaron lo que no inventaron en contra de él ; y
luego de que el tribunal fallara a favor de Ambrosio, se le iban
al frente de la casa a insultarlo ¡Y hasta piedras y
botellas llegaron a lanzarle !, y entonces eran estas
mujeres los días de la semana, y Pablito y los otros dos,
los fines de semana ; hasta que el Negrito las
denunció en el comando policial, al cual fueron
trasladadas, y allí las hicieron firmar una
caución, en la cual se comprometían a no molestar
más al negrito Ambrosio, ya que de hacerlo nuevamente iban
a ser detenidas por dicho comando…
*
Desde el primer día, en que el Negrito fue a
buscar a Mara María al albergue y la trajo a su casa, le
leyó la cartilla diciéndole, de una manera muy
firme _Mire mija, por mi seguirá, esta puerta del frente,
debe permanecer cerrada con estos candados todo el tiempo ;
eso me lo aconsejó mi sobrino Sant ; porque yo tengo
muchos enemigos ¡Sobre todo dentro de mi misma
familia !, y tengo que estar prevenido todo el tiempo, y
como las únicas llaves de los candados las tengo yo,
usté va a estar encerrada todo el tiempo como yo ¡O
sea !, que no va poder estar saliendo y entrando y brincando
para allá y para acá ¡Solamente lo
necesario ! ¡Ya lo sabe!_ Y como era de esperarse,
esto no le gustó nada en lo absoluto a Mara María
¡Sobre todo porque ella pensaba!, que con su padre iba a
tener más libertad, que la que tenía con su madre
¡Que era bastante por cierto ! ; por eso, al
día siguiente, después de haberlo meditado muy bien
la noche anterior, le suplica a su padre, diciéndole _Mire
papá, yo sé que a usté le dieron mi
custodia, pero… ¡Por qué no llamamos a mi hermana
Cristina que está en Mérica, y hablamos con ella
para irme a vivir allá_ _Más adelante veremos_ Le
responde el Negrito, mientras batía unos huevos para el
desayuno y sin prestarle mayor atención a la
petición de su hija. Méry Cleofe, la cual estaba
criando por segunda vez, de cuando en vez iba al vecindario, en
donde estaba ubicada la casa de los Ortiz-Aponte ; a visitar
unas amistades que tenía en el lugar, y una de esas
amigas, la puso al tanto de todo lo acontecido con su hermana
menor ¡Y enseguida se le ocurrió la idea !, de
llevarse a Mara María a vivir con ella, con la
intención pre_concebida, de ponerla a cuidar los
niños ; y desde ese momento, comenzó a buscar
la manera de hacer contacto con su hermana ; lo cual
logró conseguir, en uno de esos pocos momentos, en que el
Negrito Ambrosio la mandaba a comprar algo al abasto, y
después de saludarla, abrazarla y besarla efusivamente
¡Algo que por cierto nunca había hecho !, le
dice, con un cariño fingido _¡Mira
hermanita ! ¿Por qué no te vas para mi casa a
vivir conmigo ; ahí vas a tener más
libertá y te vas a sentir mejor, así tú me
ayudas y yo te ayudo._ _¡Aay Méry !_ Dice Mara
María, con desgano _Si eso fuera así de
fácil ya yo me fuera arrancao de aquí ; pero
ese fue un problemón para estar aquí
¡Fíjate que hasta presa estuve !, y sin el
permiso de mi papá, no me puedo mover de aquí para
ninguna parte ¡Y para la casa tuya menos! ¡Tú
sabes como es todo!_ _¡Ay que frique!… ¿Y si
inventamos algo, no sé ?_ Dice Méry Cleofe con
malicia; a lo que pregunta Mara María, intrigada y curiosa
_¿Cómo qué ? _¡Bueno !
_Dice Méry Cleofe, cavilando _¡No sé !
¡Algo !, algo… tiene que ser algo como
¡Aaah !, ¡Ya sé !, di que mi
papá intentó violarte_
_¿QUEEÉ ?_ Pregunta Mara María,
sorprendida y muy asustada; y Méry Cleofe la calma,
diciéndole con pasmosa y fría tranquilidad, como
que sino revistiera gravedad, lo que estaba planeando _¡A
pues chica !, no es para que te asustes así,
solamente es una mentirita para que puedas salir de esa
cárcel; ¿Estás
dispuesta ? ¿Sí o no ?_ Y Mara
María ¡Agradeciéndole así a su padre!
Todo lo que éste había hecho por ella, se dispuso a
segundar a su hermana en lo que esta había ideado ,
preguntándole con curiosidad¡Y cómo vamos
hacer?_ _¡Muy sencillo! – Dice Méry Cleofe,
sarcásticamente – Tú llegas y te haces
algunos morados en el cuerpo _ ¡Y cómo me los
hago ?_ _ ¡Fácil chica !, tú llegas
y te pellizcas todo lo que aguantes ; también llegas,
y la esquina de la mesa, te la entierras a todo lo que aguantes
en los muslos y en los brazos_ ¡De repente !
Méry Cleofe se interrumpe, y se queda viendo
extrañamente a Mara María, y reaccionando
nuevamente, le dice autoritariamente _¡Ven
acá !, que yo misma te voy a hacer unos_ Y agarrando
a su hermana por los hombros, le dice con firmeza _¡Aguanta
todo lo que puedas !_ Y comenzó a morderla y a
chuparla con fuerza, por ambos lados del cuello, y al soltarla,
dice satisfecha y con ironía _¡Quedaron
chéveres !, ahora tú te haces los otros, y
cuando veas a cualquiera de las hijas de mí tía
Ernestina, le dices lo que mi papá intentó hacerte
y le enseñas los morados ¡Aah !, y se lo dices
también a las muchachas de al lado, oíste, y para
que se convenzan más, les dices también, que
conmigo intentó hacer lo mismo, y que no estuvo, ni
está de acuerdo con las relaciones de Jesús y yo,
porque me quería para él ¡Pero eso
sí !, hazlo con seguridá ¡Si es posible
lloras!, para que te crean y no haya dudas_ Mara María
hizo las cosas tal y como se las sugirió su hermana mayor,
sin sentir ningún remordimiento por lo que estaba llevando
a cabo ; ¡Y efectivamente !, esa misma tarde,
después de haberle echado el cuento a las vecinas de al
lado, vio cuando venían pasando Tatiany y Maida, dos de
las hijas de Ernestina, las cuales pasaban por allí muy a
menudo, y las llamó para contarles la historia a ellas
también, avisándoles de antemano, que el Negrito no
se encontraba en casa en ese momento; y éstas,
horrorizadas y perplejas, oían lo que les contaba su
prima, a la vez que decían; que de un monstruo como ese
¡Que ni a la mamá quizo !, se podía
esperar algo así ; y cuando terminaron de oír
las injuriosas mentiras de la muchacha, le dijeron que iban a
hacer todo lo posible, para sacarla de allí. Por eso, al
día siguiente , cuando Sant se acercaba a la casa de
Ambrosio, Tatiány y Maida, lo aguardaban cerca del lugar
para hablar con él, y al estar cerca de ellas, lo
abordaron, diciéndole con ironía _¿Ya
tú sabes la última gracia de tu tiito
querido ?_ _¡Sí ! ¿Ya sabes lo que
hizo la joya esa que tú quieres y defiendes tanto_
¿Qué será ? ¿Se podrá
saber ?_ Pregunta Sant, intrigado y desconfiado; a lo que
Maida, con sarcasmo, y afincando las palabras, le responde
_¡Guá ! ¡Que intentó violar a Mara
María ! _ ¡Y eso no es nada !_ Dice
Tatiány, con la misma ironía _¡Sino que
también con Méry Cleofe intentó
hacerlo ! ¡Y sabes por qué nunca estuvo de
acuerdo con lo de ella y Jesús ? , Porque la
quería para mujer dél !_ Sant, quien estaba
horrorizado y muy compungido, por las cosas que estaba oyendo, no
hayaba como reaccionar, y se contuvo a duras penas, para no
abofetear a sus primas allí mismo, en plena calle ;
diciéndoles, con un nudo en la garganta y a punto del
sollozo, por la rabia y la impotencia que sentía
_¡Para asegurar así ! ¡De esa
forma !, que mi tío Ambrosio es capaz de hacer algo
así, hay que innorar todo acerca de él ¡Hay
que no conocer su corazón ! ¡Ni sus
sentimientos! ¡Hay que tener la mente envenenada! ¡Y
no las culpo!, porque a ustedes, al igual que a mí, les
han envenenado el cerebro desde que nacieron, les han inyectado
ese veneno en contra de mi tío, con la diferencia, que yo
fui el único que me encontré el antídoto,
¡Yo conozco a mi tío ! ¡Lo conozco
tanto ! ¡Que ni él mismo se conoce como lo
conozco yo ! ¡Y por eso sé !, ¡por
eso puedo asegurar, como que existe un Dios Todopoderoso !
¡Que él no es capaz de hacer algo así !,
él no es capaz de algo tan feo_ Pero sus primas lo
refutan, muy seguras de lo que decían _¡Pero
chico !, si nosotras le vimos los morados de los golpes en
las piernas, en los brazos y en el cuerpo ¿Y los morados
de los chupones y de los mordiscos en el cuello ?
¡Cómo se los hizo ?
¡Aah ? _ _¡Miren muchachas !_ Dice
Sant, con dificultad, y casi a punto de flaquearle la confianza
en su tío, por éstas últimas aseveraciones
de sus primas _¡Sólo les voy a decir esto!,
las personas malas, ruines, perversas ; pueden inventar
cualquier atrocidá con su mente maquiavélica
¡La peor de las maldades se les puede ocurrir y
hacérsela creer a todo el mundo! ¡Y el ejemplo
palpable de eso, es mi tío Ambrosio !. ¡Una
sola persona de mente perversa !, ha hecho que a mi
tío lo aborrezca toda su familia ¡Hasta sus propias
hijas lo desprecian !_ _¿Y se puede saber quien es
esa persona ?_ Pregunta Tatiány con curiosidad e
intrigada, al igual que su hermana ; a lo que su primo le
responde suspicazmente _¡No !, porque no lo van a
poder creer ¡Porque así como se encargó de
crearle esa fama de mostruo a mi tío Ambrosio !.
¡Así mismo se creó una de ángel bueno
para él! ¡Y lo ha hecho todo muy bien !, porque
así como a mi tío Ambrosio lo desprecian y le echan
toda la mierda que pueden ; a él lo adoran y lo
defienden ¡Y con esas dudas las dejo !, para ver si
recapacitando sobre estas cosas, comienzan a pensar de otra forma
¡Aunque no lo creo !_ Terminó diciendo Sant, y
dando media vuelta, continuó su camino hacia la casa de
los Ortiz-Aponte, y al llegar allí, luego de saludar al
Negrito y pedirle la bendición, le dice, muy consternado
aún, por lo que le habían dicho sus primas
_Tío, acabo de enterarme de algo muy feo ¡Pero feo
de verdá verdá_ El Negrito, viéndole el
rostro a Sant, le pregunta, intrigado _¡Qué
será eso tan feo? ¡Y como que te lo dijo el
Diablo !, porque la cara que tienes… ¡Bueno
pues !_ _¡Casi tío !, casi_ Dice Sant, con
nerviosismo y con la duda aflorando en su mente _Pero la
verdá es que… ¡Uugh !, es…. ¡Es que
no hallo cómo empezar !, es tan… tan_ _¡Pero
bueno vale !_ Lo apura Ambrosio, con impaciencia y
preocupación _¡Dilo de una buena vez y ya !,
porque ya me estás preocupando_ A lo que su sobrino le
dice, rápida y secamente –Bueno, que tus hijas andan
diciendo que tú las violaste_
_¡QUEÉ ? ¡CÓMO
DIJISTE ?_ Pregunta el Negrito muy sorprendido, y sintiendo
una mezcla de sensaciones en su cuerpo y mente, difícil de
describir ; sólo imaginable, por el rictus de dolor
en su rostro y el brillo en los ojos, causado por las
lágrimas pugnando por salir ; y con un nudo en la
garganta, que casi no le permitía hablar, sigue diciendo
_¿Qué es lo que tú estás
diciendo ? ¿Oí bien? _
¡Bueno !, me equivoqué un poco_ Le contesta
Sant, sufriendo con su tío _Ellas andan diciendo que
tú intentaste violarlas, me lo acaban de decir
Tatiány y Maida, que me las encontré en la
estación de servicio de ahí_ Y pasó Sant a
contarle al Negrito; y al terminar éste, de decirle todo
lo que le habían dicho sus primas , Ambrosio, muy
sorprendido aún, adolorido y entristecido por la capacidad
de inventiva que poseían sus hijas para la maldad, y por
la perversidad que guardaban sus corazones y sus mentes ;
dice, muy consternado _Y me dijo que los morados eran de una
enfermedad que ella sufría ; que así mismo
como le salían, así mismo se le desaparecían
de repente, ¡Intenté violarla !
¡Intenté!, yo que tengo la fuerza suficiente para
violar a una mujer hecha y derecha ; no voy a poder violarla
a ella ¡Me canso de hacerlo !, si esa
mostrocidá hubiera pasado por mi mente en algún
momento ¡Dios me libre ! ¡Y la otra!, que
prácticamente desde que nació vivimos solos
aquí; dice que con ella también lo intenté
¡Y que yo la quería para mi mujer! ¡Pero Dios
mío! ¡Qué fue eso tan malo que yo hice cuando
nací ? ¡Cuál fue ese daño tan
horrible que causó mi nacimiento ? ¿Tuve
yo la culpa de algo injusto por haber nacido? ¡Porque
sinceramente !_ Y con lágrimas en los ojos, "las
cuales, al rodarle por las mejillas le hacían purpureante
el rostro" ; y casi sin poder hablar ; el Negrito le
dice a su sobrino _Voy a ir a llamar por teléfono, para
avisarle a Cristina que le voy a mandar a la hermana para
allá, y de ahí me voy para los tribunales a avisar
y le saco el permiso de una vez, porque hoy mismo la mando para
Mérica !_ A lo que Sant pregunta repentinamente, como
cayendo en cuenta _¡Y hablando de todo !
¿Dónde esta Mara María ?_ A lo que el
Negrito le responde, con desgano _Le regalé mil pesos, y
se fue para el centro a comprarse ropa y zapatos. Bueno, voy
arreglarme para salir_ Y Sant, sonriendo irónicamente y
meniando la cabeza de un lado a otro, "como meciendo sus
pensamientos" ; cavila _¡Y esta es la persona que toda
la familia considera un mostruo !, la verdá que sino
lo estuviera viviendo tan de cerca no lo creería ;
porque es muy difícil de aceptar algo así ; no
es fácil entender y concebir, que una sola persona le haya
creado una la fama tan fea a mi tío Ambrosio
¡Que una sola persona haya aislado a mi tío el resto
de la familia !, no se puede uno imaginar que ecista una
persona tan mala ¡Que ecista un ser de mente tan ruin y
perversa !, sino hubiese sido por aquel momento
¡Aquella noche que jamás olvidaré !, en
que oí y vi todo ; yo también estuviera en
contra de mi tío Ambrosio,¡Echándole
leña cará !, y creyendo todas las cosas malas
que dijeran de él, y apoyando todo lo que hicieran y
dijeran en su contra_ ¡Y efectivamente!, ese mismo
día, cuando la tarde, "la cual se había vestido de
gris azulado para recibir a la noche y hacía sus retozos
con ésta para entregársele definitivamente"; el
Negrito embarcó a Mara Maria, hacia la ciudad de
Mérica, mandándole con ésta, una carta a
Cristina, en la cual le explicaba todos los pormenores del caso.
Mientras tanto, por su lado, Méry Cleofe se quedó
haciéndose los rizos, visto que, el plan que había
urdido tan maquiavélicamente, para que su hermana se fuese
a vivir a su casa, y así ponerla de sirvienta y de
niñera sin sueldo; no la había favorecido en lo
absoluto.
*
"¡Y pasaba el tiempo!, los días
transcurrían apresurados, como queriendo alcanzar el
futuro ; pero seguían siendo presente. Y fue en uno
de esos días, que aunque siendo actual aún, iba de
camino hacia el pasado" ; en que Ambrosio y Sant,
encontrándose en la casa del primero, luego de haber
pasado el día anterior jugando bochas y dominó y
tomando cerveza ; conversaban ; y el Negrito le
decía a su sobrino, mientras le quitaba la guitarra de las
manos _¡Te enseñé a jugar bochas !, y
aprendiste hacerlo muy bien ¡Te enseñé a
jugar dominó, que es un juego de estrategia y de
inteligencia, y lo aprendiste a jugar muy bien ¡Pero no
sé qué te pasa !, que por más que nos
esforzamos, no aprendes a tocar la guitarra _ Quedándose
el Negrito pensativo, mientras afinaba el instrumento y Sant lo
observaba abstraído, y de repente, Ambrosio dice,
asustando a su sobrino _¡Ya sé ! ¡Ya
sé que es lo que te pasa! ¡Y por eso no te voy a
enseñar más!_ ¡Y por qué
tío ?_ Lo interroga Sant, sorprendido ; a lo que
el Negrito le responde con seriedad _Bueno, fíjate que
tienes buen oído, buen ritmo, buenas manos con dedos
largos ¡La prueba está !, en que punteas bien
"La reina de las cruces" y "Ansiedá" ¡Pero te
falta lo principal ! ¡Te falta enamorarte de ella_
_¿De quién ?_ Pregunta Sant, extrañado,
a lo que le contesta su tío, con jocosidad _¿De
quién va ser chico ? ¡De la guitarra !,
para tocar la guitarra ¡Y tocarla bien !, hay que
enamorarse de ella, así como se enamora uno de una mujer
¡Así como me enamoré yo de ella, hace ya
tantos años estando en el ejército !, y
siempre me ha sido fiel y yo a ella, es mi mejor mujer, mi
única y eterna compañera ¡Y nunca me ha
fallado ni engañado !_ _¡Mira tio!_ lo
interrumpe Sant, con gesto de haber recordado algo repentinamente
_Hablando de fidelidá y engaño ¿Es
verdá que tú dijiste, cuando mi mamá estaba
embarazada de la menor de mis hermanas ; que esa barriga no
era de mi papá ?_ _Bueno sobrino_ Comienza a decir el
Negrito, notándosele cierto nerviosismo _Tú sabes
que ese ha sido mi eterno defecto, decir lo que pienso y lo que
siento, sin poder amarrarme la lengua_ Y acordándose de
nuevo en ese momento, de lo que dijo Juancho en aquel lejano
día, allá en la hacienda de café,
prosiguió diciendo _Pero vamos a estar claro en una
cosa !, yo no lo dije en la forma que tú crees que lo
dije; como la familia cree que lo dije, simplemente fue un
comentario en broma de lo que yo pensaba ¡Y pienso !,
de las mujeres ¡Sobre todo de las que trabajan en la
calle !, fue mamá, que como nunca se la llevó
muy bien con las nueras ; la que empezó a regar eso
por ahí ¡Pero pasa también una cosa !,
si ese comentario en forma de broma, lo hubiera hecho otra
persona, no hubiera pasado de ahí ¡Aah !, pero
lo hizo fue el malo de la familia, y por eso se hizo grande y
malo. Pero quiero que me perdones, y que me perdone tu
mamá, porque pa más ñapa y como castigo, esa
muchacha es la que más se parece a mi hermano, y eso me
remuerde la conciencia ¡Pero ponte tú en mi lugar
sobrino !, tú sabes como he tratado yo a las mujeres,
y mira como me han pagado ellas ¡Sobre todo la perra esa de
Martha !, la única que he amado de verdá
verdá ; por eso te_ _ ¡Ya ya
tío !_ Lo interrumpe Sant, haciendo gestos con el
rostro y las manos _¡Te perdono ! ¡Y te perdono
por mi mamá también! ¡Y no se hable
más del asunto !, no te preocupes más por
eso ; y ahora cántame mi canción
preferida !, la de la Chinita_ ¿A ti te gusta que
jode esa canción verdá? Le pregunta el Negrito a su
sobrino, sonriendo jocosamente; a lo que éste le contesta,
con animosidad –Bueno! Tú sabes que mi primera
novia; mi primera ilusión, era una muchacha muy bonita de
cara achinada_ Y comenzó Ambrosio, a entonar la
canción _&Yo era un borracho perdido, que vivía
en las cantinas. Y Cantaba en cada esquina mi serenata de amor.
Pero un día quizo el destino. Que una China muy hermosa,
se cruzara en mi camino. Y esa tarde misteriosa, me sedujo con su
encanto. Y es por eso la amo tanto, que no la puedo dejar.
¡Ahora no bebo en cantina, porque yo quiero a mi
China ! Porque yo quiero a mi China, y siempre busco su
calor. Si algún día me faltaaaraaa
¡Bebería toda la viiida! ¡Por la China
más querida, que me salvó con su
amor &…. _¡Muy bueno! ¡Chévere
chévere!_ Reacciona Sant, muy emocionado, al finalizar su
tio de tocar la pieza musical _Siempre que te oígo cantar
esa canción, siento un friito en la espalda ¡Mira
como se me puso la piel! ¡Como pellejo e gallina! Ahora
tócame esa otra que también me gusta bastante
¡Uhg! ¿Cómo es que se llama?, este
…¡Coño, no me acuerdo!, este…
¡Bueno !, yo sé que dice algo así
como : &¿Por qué suspiras, qué
piensas de mí, cuando te miro yo ? _¡Aaah, ya
sé cual es !_ Dice el Negrito, con gesto de
autosuficiencia _Pero tengo que trasportar la guitarra primero_
En eso estaba Ambrosio, cuando vieron a Eliodoro llegar en su
camioneta, y el Negrito le dio la guitarra a Sant, para
levantarse a abrirle la puerta a su hermano. Eliodoro,
después de intercambiar saludos con su hermano y de
contestarle la bendición a Sant, dice con calmada voz _Mi
Rambrosio, vengu hablá contigu en nombre los demás
muchacho, polque llos dicen que lúnico que pue
hablá contigo soy yo_ A lo que le dice Ambrosio, con un
tono de enfado _¡Y cómo coño crees tú
que se puede hablar con una personas, que siempre que vienen es a
gritar y a formar peo, insultándome como les da la
pérragana ? ¿Aah? ¿Dime? ¡Hasta
Santiago!, que siempre venía para acá y nos
poníamos a conversar, y él tumbaba aguacates de la
mata y llevaba, y yo le dada yuca o maiz del que yo cosecho
allá atrás ; les comió casquillo a
ellos y se puso igual. Si vinieran como vienes tú, a
hablar otro gallo cantaría ¡Y bueno!
¿Qué fue lo que mandaron a decirme los sucios
esos ?_ _Bueno_ Dice Eliodoro, con su mismo tono de voz,
calmado y manso _A decilte na, sino que llos dicen, que tú
y que tienes lin tención de cojete la casa, y ques ta
jatrincherao sin queré salí di aquí, y
también que va ja vendé la casi te va ja
cojé los riale pa ti solo _ _¡Pero que bolas tienen
esos coño je madre !_ Dice el Negrito muy molesto
_¡Cómo me voy a coger yo una vaina que no es
mía ? ¡Y con qué papeles
ah ? ¡Dime ? ¡Cómo voy a
vender yo esta vaina sin papeles ? ¡La
verdá que son bien innorantes y estúpidos para
inventar algo así! ¡Una vaina que ni siquiera mi
mamá le dejó testamento y es una
sucesión ! ¡Y yo tengo mis razones para no
salir de aquí ! ¡Primero que nada !,
cuando mamá murió, se acordó que yo me
quedaría aquí, hasta que resolviéramos entre
todos lo que íbamos hacer con la casa ;
segundo : yo no tengo otro lugar en donde vivir que no sea
éste ; y siempre le he dicho a ellos y a ti
también, que me esperen un poco !Y te lo vuelvo a
pedir de favor !, espérenme un poco nada
más ; ya no me falta mucho para cumplir mi edá
reglamentaria, para que la Seguridá Social me
pensione ; y con el arreglo que me dé el" Intituto de
Seguridá Social", y un préstamo que le voy a pedir
al "Intituto de Capacitación para el Trabajo, me compro mi
parcelita y me hago mi ranchito_ Y cambiando su tono de voz
normal, por uno de rogativa, el Negrito continúa
diciéndole a su hermano _ Pero por favor,te lo pido a ti,
y pídeselo por favor a ellos también, que me den
ese poco tiempo que falta, para yo salirme de aquí sin
ningún problema, y dejarles su casa sola para que hagan
con ella lo que quieran_ _¡Ta bien !_ Dice Eliodoro,
con
determinación _Te prometo que te voy ayude neso,
y voy hablá co nellos pa que te dé nese tiempo que
tú necesitas…
*
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