- Introducción
- La educación para el individuo
- Del individuo a la sociedad
- La actividad física
- Hacia la formación de valores
- Alternativa
- Un enfoque desde el Marxismo
- Bibliografía
Introducción
La evaluación de la educación con un carácter integral, sólo fue posible luego de que ésta experimentara un largo proceso de socialización. Es por ello que los primeros modelos para evaluarla datan de las primeras décadas del siglo XX. Esta afirmación sin embargo, no excluye la presencia de juicios de valor en el pensamiento pedagógico precedente.
El interés en indagar los antecedentes de la evaluación, condujo a la exploración en las ideas de destacados pedagogos de los siglos XVIII y XIX. En ellos, aunque la intención de evaluar no está explicitada, sí son presentados criterios valorativos tocantes a su socialización tales como el acceso, la educación laica, la responsabilidad del Estado, la obligatoriedad, la formación de valores y el fin de la educación.
Es incuestionable el carácter social de la educación, por ser ésta una actividad propia del hombre. Como ella sólo se verifica en la interacción del hombre con sus semejantes, ese carácter se refuerza. Pero limitarla a esas dos condiciones, imposibilita evaluar su evolución, al ser presentada en su foma más abstracta.
En tanto actividad social, la educación sólo existe en un contexto histórico concreto, el cual le confiere contenido.
Analizar el proceso de socialización de la educación, motivó la realización del presente informe. Ello supone una exploración en el Pensamiento Pedagógico. Es en esa esfera del conocimiento donde se hallan las valoraciones y propuestas de los autores.
El estudio abarca el período iniciado en el siglo XVII hasta finales del siglo XIX. En esta primera aproximación a la socialización de la educación, la investigación está limitada a autores europeos. Posteriormente, el objeto será trasladado a Cuba.
La educación es un proceso tan antiguo como la sociedad misma, por esa razón las interpretaciones llegan hasta su génesis, en los albores de la sociedad[1]
Previo a la irrupción de la educación como un proceso social, la enseñanza estuvo ceñida a la transmisión de generación en generación, donde la familia y la comunidad tuvieron el rol protagónico.
En las sociedades precapitalistas, la educación fue excluyente, considerada un atributo para la clase pudiente y especialmente para los hombres[2]Es en el modo de producción capitalista, donde son replanteados esos criterios.
La educación para el individuo
El Humanismo, asociado a la ideología burguesa, hizo sentir su influencia en la educación. Desde inicios del siglo XVI en la obra Didáctica magna de Juan Amus Comenius (1592-1670), considerado el Padre de la Pedagogía, hasta finales del siglo XIX con Carlos Marx y Federico Engel; la historia recoge la importancia de la educación en su carácter social.
En el pensamiento pedagógico hasta mediados del siglo XVIII, el carácter social de la educación, no rebasó la estrechez de la exclusividad de la clase privilegiada. Considerada un atributo innecesario para otras clases, su utilidad no pudo ser concebida más allá del conocimiento individual.
Comenius, (eslonenio) amén de sustentar su propuesta pedagógica en el conocimiento sensorial, con lo cual cuestiona la escolástica, coloca en el debate el tema del acceso a la educación. Para él, la ampliación de los sujetos del proceso es condición de la prosperidad y el bienestar de la sociedad y, de esta forma, el autor deja sentado su criterio valorativo. Esta idea, sin embargo, no fue retomada sino años más tarde por Adrián Helvecio.
En el pensamiento pedagógico en Europa, contexto en el que está situado el objeto del presente estudio; la incursión responde a las clases sociales. No fue sino hasta la década del 70 del siglo XVIII en que el sexo femenino empieza a ser tomado en cuenta por los autores. La raza, en el período analizado, no formaba parte del escenario europeo.
Contrariamente, el inglés John Locke (1632-1704) hizo suyas las ideas prevalecientes en la sociedad feudal en el sentido de su carácter elitista en cuanto a beneficiarios y al desarrollo del individuo en lo tocante a finalidad.
Similar posición asumió Juan Jacobo Rousseau (Ginebra, 1712-1778) aún cuando avanzó en el desarrollo del conocimiento sensorial y propuso la utilización de métodos activos de enseñanza.
Los autores referidos comulgaron con el carácter eclesiástico de la educación dominante en el período –siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII- Salvo Comenius, los otros dos concuerdan con la exclusividad de la educación para la clase pudiente. La segunda mitad del siglo XVIII empero, presenta un contexto, cuya interpretación en la Pedagogía, replantea los criterios valorativos prevalecientes hasta entonces.
Del individuo a la sociedad
El dominio de la burguesía, asentado en la producción maquinizada en su aspecto económico, en el político en la constitución de los estados nacionales, así como el avance del humanismo; redimensiona el rol de la educación.
En las nuevas circunstancias, se amplía el carácter social de la educación. El principio de "igualdad" burguesa adquiere expresión en las propuestas pedagógicas. La utilidad de la educación para el individuo, cede espacio a la social: la formación de un hombre nuevo, acorde a la nueva sociedad.
Paralelamente, el fin aparece asociado a la formación de conductas. Estos elementos pueden ser interpretados como antecedentes de la evaluación de la educación, a pesar de que no fueron concretadas por los autores. Considerar esta ausencia una limitación teórica, significa la desestimación del contexto en que se desarrollaba la educación en el cual, su socialización aún estaba muy limitada.
La formación del hombre nuevo incluida en el proyecto social burgués, contravenía los preceptos de la educación, función ésta que había sido privativa del clero.
Las propuestas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII comprenden la función social y el carácter laico de la educación .
Si bien no siempre se concretaron en la práctica, en sus proyectos, los autores se pronunciaron por la asunción de la educación por el Estado, y su extensión al pueblo.
En la literatura consultada, Adrián Helvecio (1715-1771) aparece como el primer autor que, en Francia, propuso la educación laica, inclusiva y en correspondencia con el interés social.
Denis Diderot (1713-1784) avanzó, al adicionar en sus propuestas:la educación primaria obligatoria y gratuita. En los autores que le antecedieron no aparecen referencias a estos dos aspectos devenidos, más tarde, principios de la educación.
Este autor complementa el carácter inclusivo de la educación al introducir la obligatoriedad como elemento regulador, garantía de su instrumentación para toda la sociedad. Incluye, además el componente económico, factor éste limitante del acceso a la educación de los desposeídos.
Aunque francés, Diderot radicó en Rusia donde confeccionó un proyecto educacional en el que plasmó sus propuestas, sin embargo no fue implementado.
También en Francia, Juan Antonio Condorcet (1743-1794) se pronunció por la función estatal en la educación laica. Aportó, en relación a sus precursores, la inclusión de las niñas que, hasta ese momento habían estado al margen de las propuestas.
La actividad física
En las últimas décadas del siglo XVIII, la función social de la educación comprende una nueva dimensión: la actividad física.
El autor Luis Miguel Lepelletier (1760-1793) comprendió el papel complementario del ejercicio físico en la educación, tanto en el trabajo – agrícola y artesanal- como de la educación física; aspectos éstos que no habían sido considerados por autores precedentes.
Por su propuesta de creación de "Casas de Educación Nacional", puede ser considerado el iniciador de los programas de "internados" o "becas", no obstante su fundamento en la intención de aislar a los educandos del entorno social, considerado por él perjudicial en la formación del hombre nuevo.
Lepelletier, al valorar la combinación del estudio con el trabajo, incorporó la dimensión económica para apoyar los gastos de la educación, en alternativa a las propuestas de financiamiento estatal sin respuesta.
Para Graco Babeuf, la educación es base de la igualdad social. De ahí que se pronunciara por la extensión de la educación a lugares no urbanos, con lo cual amplía los criterios de acceso a ese servicio.
Hacia la formación de valores
Aunque el rol de la educación en la formación del hombre nuevo estuvo presente en los autores desde el siglo XVIII, Babeuf le adiciona los valores, perspectiva que fue retomada en el pensamiento posterior.
La combinación del estudio con el trabajo no sólo estuvo presente en las propuestas teóricas, sino también fueron llevadas a la práctica. Experiencias de ese corte emprendieron Pestalozzi en Suiza y Owen en Estados Unidos.
Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827) instrumentó un sistema de estudio- trabajo (agícola y artesanal) cuyos fundamentos fueron: educativo y económico. Como la sostenibilidad de su proyecto dependía del autofinanciamiento, no resultó exitoso .
Este autor consideró el carácter progresivo de la educación y autodesarrollo conducido por el maestro. Para él, el aspecto moral ocupa un lugar central en el proceso.
También para Juan Federico Herbart (1776-1841) la educación moral resulta relevante a lo cual dedicó varias obras[3].
Hasta este momento de la incursión en el Pensamiento Pedagógico, los autores estuvieron centrados en el análisis de la socialización de la educación y en los métodos de enseñanza. El primero de los asuntos no aparece en los términos expuestos en el presente trabajo. Pero, al situar el interés en la socialización de la educación, han sido considerados los criterios de los autores que permiten identificar ese proceso. El otro asunto- los métodos de enseñanza- no ocupan la atención en esta investigación.
La evaluación de la educación, aún no se había constituido en objeto de atención por los pedagogos. No obstante, sus propuestas comprenden criterios valorativos los cuales, hasta este momento de la exploración; giran en torno a la educación laica, la responsabilidad del Estado y la formación de valores.
Del profesor.
El papel del profesor en tanto sujeto conductor del proceso, sólo adquiere relevancia posteriormente cuando el autor Adolfo Diesterweg (Alemania 1790-1866) sitúo su objeto en la formación del profesor. Sus obras están dirigidas a ese fin. A él correspondió la confección de manuales de diversas asignaturas y una guía para la formación de maestros[4][5]. Creó "La Didáctica de la Enseñanza que desarrolla".[6]
Es el autor que abordó el asunto de la formación del profesor, no tenido en cuenta por sus antecesores, quienes estuvieron ocupados en otros temas que comprometían el proyecto social burgués. En su mensaje al maestro sentenció: "Tú solamente estarás capacitado para contribuir a la formación de otros cuando trabajes sobre tu formación personal"[7]
El avance del pensamiento pedagógico, en el sentido de su socialización, tal como ha sido expuesto, se produjo en el marco del ascenso del capitalismo. La modificación de ese contexto, se reflejó también en las ideas sobre la educación.
Alternativa
La interpretación de las contradiciones del capitalismo, condujo a la aparición de un pensamiento alternativo que generó simultáneamente críticas al modo de producción y propuestas de una nueva sociedad. Tal fue el Socialismo Utópico cuya impronta se reflejó en el Pensamiento Pedagógico.
Fue Roberto Owen ( 1771-1858), uno de los principales exponentes de la teoría socialista, quien plasmó su utopía en un proyecto audaz de cambio social, por lo cual pasó a la historia del pensamiento que posteriormente nutrió al Marxismo.
La Educación prescolar y la vespertina, ausentes en las reflexiones de los autores precedentes, aparece no solo en el pensamiento de Owen, sino que las creó con recursos propios.
La moral, elemento considerado básico en la enseñanza, adquiere para este autor un nuevo contenido situado en el espiritu colectivista. Rompe con el concepto de formación del "Hombre nuevo" del modo de producción capitalista, para proyectarlo en virtud de una sociedad diferente.
Aunque autores como Helvecio, Diesterweg y Owen; consideraron el entorno en tanto condicionante de la enseñanza, es a Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) a quienes correspondió su análisis hasta la determinación de su carácter clasista.
Un enfoque desde el Marxismo
La categoría relaciones sociales de producción, a la cual llegaron Marx y Engels en sus análisis, como forma social de las fuerzas productivas históricamente condicionadas, cuyo contenido más esencial es la propiedad; situó en primer plano el estudio de las diversas categorías relativas a la actividad social[8].
Esta perpectiva analítica permite contextualizar la actividad social educación la cual, de esa forma, adquiere contenido[9]Así, fue posible realizar un recorrido a través de la Historia de la Pedagogía, cuyo objeto fue situado en su socialización, condición ésta para que la evaluación irrumpiera en la esfera de la educación. Por ello, fueron desestimados otros aspectos presentes en la evolución de la Pedagogía.
La exposición sigue el desarrollo histórico de la Pedagogía el cual revela la evolución de su socialización, sobre la cual se pueden derivar las siguientes conclusiones:
Es en el modo capitalista de producción donde se dan las condiciones propicias para que la educación irrumpa en su caráter social.
Las propuestas estuvieron dirigidas a :
Educación laica
Responsabilidad del Estado en la educación
Criterios inclusivos (estatus social, sexo). No es abordada la raza por cuanto el estudio fue situado en Europa. En un momento posterior, cuando el objeto sea trasladado a Cuba, será posible valorar su presencia en el pensamiento pedagógico cubano.
Obligatoriedad
Gratuidad
Formación de valores
No aparecen explícitas propuestas de evaluación de la educación, toda vez
que la institucionalización sólo está presente en proyectos.
Los juicios de valor emitidos por los autores en torno a la socialización de la
educación, permite identificarlos como antecedentes de la evaluación en esa esfera de la actividad del hombre.
El desarrollo posterior alcanzado por la educación en el siglo XX, es el que
da al traste con la aparición de la evaluación con carácter social.
Bibliografía
Colectivo de Autores, Historia de la Pedagogía, Tomo 4, Pueblo y Educación 1981.
García Galló; Selección de temas de Pedagogía,
Marx, Carlos; Contribución a la crítica de la Economía Política, 1966.
充兮; El manifiesto Comunista
Laberrere, Guillermina y Valdivia Glady; Pedagogía,
Autor:
MSc. María del Carmen Pérez González