El enladrillado – Monografias.com
El enladrillado
El Enladrillado es una formación
rocosa natural y plana ubicada en la Reserva Nacional Altos del
Lircay que corresponde a un área de protección de
la localidad de Vilches de San Clemente, ciudad ubicada a 25 km
de Talca, esta última capital de la VII Región de
Chile.
San Clemente y su cordillera majestuosa forman una
comuna imponente y mágica; un trozo de Chile con grandes
recursos y gran futuro que tan bien definió el poeta en
nuestro himno nacional que cantamos los chilenos como identidad y
unidad de nuestro ser.
Sus ríos, sus cumbres y planicies floridas; de
tardes multicolores que invitan a seguir los últimos rayos
de sol que se preparan a descansar en las nieves del
volcán Descabezado o entre los bosques milenarios de
Vilches, surcados por aguas cristalinas presurosas por llegar a
regar los trigales, manzanares y viñedos de los valles,
cuyos frutos deliciosos son los mas importantes mensajeros del
sudor de los sanclementinos en Norteamérica, Europa o
aquel último rincón del Asia milenaria.
La reserva a logrado conservar una gran diversidad de
especies nativas y propias de nuestra naturaleza, especialmente
en las laderas de exposición sur, donde destacan algunas
del género nothofagus, como el hualo, el famoso
roble del Maule materia prima de los faluchos del puerto de
Constitución en la misma región, el coigüe, el
raulí y la lenga. Se encuentra también el
ciprés de la cordillera y otras especies clasificadas como
raras conocidas como el maitén de chubut y la
huillipatagua. En la reserva también se encuentra
olivillo, avellano, lingue, radal, laurel, que son maderas nobles
chilenas y otras como canelo, bollén, maqui, litre, peumo,
arrayán, maitén, quillay, boldo, copihue, chilco,
arrayán macho y colihue. En las quebradas húmedas
nacientes de ríos hay una gran variedad de helechos y
orquídeas silvestres que forman parte de una primavera
multicolor que se inicia en Septiembre, mes conocido como de la
Libertad y Fiestas Patrias que une a nuestro pueblo y forma en
nosotros una mentalidad especial, difícil de aclimatarse a
los aires de otros países pero que disfrutamos acogiendo
al extranjero, muchos de los cuales han echado raíces en
nuestros campos ávidos de tecnología y
conocimientos que ayuden al progreso.
No existen palabras que puedan definir el atractivo con
que sus paisajes atraen a miles de seres humanos a soñar
que son libres, a disfrutar en invierno o verano de un merecido
descanso anual y restaurador de energías tan vitales en la
vorágine de la vida.
Todos los chilenos han oído hablar de Vilches y
las aguas del Maule y del Rio Lircay donde visionarios
provenientes de la península ibérica fundaron la
capital de la comuna en principio llamada Entre Ríos
concretando inconscientemente, quizás, un proyecto de
sueños precolombinos, pero que la usanza nativa
concebía en las cumbres cordilleranas tipo Machu
Pichu.
Pero pocos conocen sin embargo El Enladrillado, que por
naturaleza está lejos del alcance del común de las
persona y que el azar puso en mis conocimientos como una
llamativa y escondida planicie misteriosa, cubierta de mitos y
especulaciones míticas y ufológicas, sepultadas en
el olvido del hedonismo y superstición modernos que suelen
ser más dañinos que las supersticiones de los
ancestros iletrados del indigenismo pagano americano con residuos
de Verdad.
La primera vez que supe del Enladrillado fue relacionado
con los OVNIS y su parafernalia seudo científica y
distractiva, pero nunca como poseedor de una relación con
la cultura Inca Precolombina cuyo límite Sur de este gran
Imperio Sudamericano alcanzaba hasta el Río Maule, cuyas
nacientes empiezan en la cordillera de Vilches.
Testigos de las huellas dejadas por los ejércitos
incas ser encuentran en las rocas milenarias de estos cerros
cubiertos de bosques, específicamente en un lugar conocido
como "Piedras Tacitas", huellas de cuya existencia y sus mitos no
pasan desapercibidos al interés de los humanos.
Las tacitas no son otra cosa que recipientes tallados en
las rocas con la finalidad de ser usados como mortero para la
molienda del maíz, alimento principal de un
ejército numeroso como el que se supone necesitaba un
imperio para mantener sus dominios en una frontera tan
extensa.
Lo interesante radica en la demostración mediante
los opuestos de verdades con mayúscula sobre la existencia
misma del Universo. Es decir, la creencia en el infinito del Dios
Creador se acrecienta y se hace más evidente si se
experimenta la acción, el poder y existencia del
mismísimo Satanás y sus caprichos
malévolos.
No es casualidad que el poder conquistador de los Incas
haya llegado hasta este lugar dado que debió existir
alguna razón superior y poderosa que les
motivaba.
¿Porqué los Incas no se establecieron en
los valles fértiles y productivos del Centro de Chile como
los conquistadores europeos sino en las alturas de la
precordillera de los Andes?
¿Sería su intención fundar otra
Machu Pichu para consolidar el poder de su Imperio y "llegar a
Dios" como lo entendió el mítico cazador de
Babilonia?
¿Conocían verdaderamente el tiempo de la
conquista de América por otros hombres venidos del otro
lado de los mares?
¿Tendrían los Incas conciencia de su
origen y algún recuerdo histórico de sus
antepasados que se remontan al episodio de la Torre de Babel
narrado en la Biblia?
El materialismo y el racionalismo han mantenido desde la
creación de la humanidad la intención de penetrar
la mente y el espíritu del ser humano para dirigir y
orientar su acción en un planeta único de nuestro
universo cuya existencia está mas allá de lo
expuesto y propuesto por las ciencias materialistas.
Como antecedente debemos recordar que todas las
construcciones de América antes de Colón son
semejantes a las construcciones "para llegar al cielo" de Nimrod
y sus seguidores basadas en pirámides truncas hechas de
bloques de piedra como en Babilonia o Egipto.
Todos los nativos americanos adoraban al Sol como su
dios a pesar que los separaban los milenios y los mares de dichas
antiguas civilizaciones. Igualmente; todas las religiones, que
fue la ciencia primera, nos hablan de un origen común de
las razas humanas del planeta Tierra.
De lo que aún no tenemos respuesta certera de las
ciencias es de cómo y cuando de este tronco común
llegaron sus descendientes a nuestro continente, puesto que la
Genética de los últimos años y el ADN
recién descubierto nos demuestra este origen único
y distante en tiempo y lugar, investigaciones que también
nos hablan que las distintas razas no son otra cosa que producto
de la "degradación" del organismo humano original, por lo
que el Hombre Primero, que dio origen a todas las razas actuales,
fue hecho íntegro en una relación perfecta con la
Naturaleza, el Medio Ambiente y sus leyes donde fue puesto acorde
con el Universo "nuestro" que no es otra cosa que "una
máquina para producir almas humanas" perfectas y
puras.
Sin embargo, es posible afirmar que la llegada del
hombre al Continente Americano antes de la civilización
europea no tiene otra explicación que la protección
natural e instintiva de la vida que se lanzó a los mares
huyendo de la opresión de sus semejantes de otros
continentes mas antiguos en una tierra llena, no sólo de
gentes, sino de injusticia como hasta el día de
hoy.
Miles de criaturas del pasado post Torre de Babel
obligadas por la opresión del dominante debieron lanzarse
a los mares en busca de la libertad en cualquiera cosa que
flotara porque daba lo mismo morir a manos del opresor o perecer
ahogado en los océanos en pos de una aventura mas acorde
con el espíritu y esencia humana. De tantos, una pareja
debió alcanzar las costas de la Libertad de la
América de los Incas, de los mayas y de sus
coterráneos.
Como entonces, llegará un momento futuro en que
la necesidad llevará al hombre a colonizar otros
astros, quizás para escapar de la inhabitabilidad de este
planeta.
No sólo don Pancho nos contaba cuando
niños, historias de seres míticos protectores de
los hombres ante la injusticia del poderoso y de los malhechores,
sino que es una creencia de todo el Sur de Chile, en especial de
los campos, sobre la existencia de ciertos seres que cumplen este
objetivo llamados "Anchimalguenes".
Estas criaturas se ven en la noche cual "bola de fuego"
que patrulla los campos de sus dueños. Los Anchimalguenes
provienen de sacrificios de infantes humanos para los dioses
indígenas que tienen como misión proteger la
familia y sus intereses de la acción del maligno;
sacrificios que hasta hoy serían practicados por personas
que conocen de estas "magias del pasado".
En un mundo racionalista que ha desterrado estas
creencias, como también la creencia en el Dios Creador del
Universo, llama la atención que grandes medios de
comunicación como son las redes de Diarios y
Televisión le den tanta cobertura a los mitos sobre
platillos voladores y seres extraterrestres, a los que se suman
las andanzas del moderno "Chupacabras".
Uno de los "expertos" en Ovnis y seres extraterrestres,
Ufólogo, vocero de sus seguidores a los que los nombrados
medios de comunicación racionalistas le dedican gran
espacio a alto costo donde no llegan los humildes que predican a
Cristo, que es el puente verdadero para recuperar nuestro sitial
al lado del Creador Universal, con lo que crean confusión
entre los "débiles de espíritu" de nuestros pueblos
que han tenido en la cultura cristiana la fuerza para liberarse
de los colonialismos que han conquistado nuestras tierras. Este
ufólogo nos dijo en una oportunidad por televisión
que no sólo existían los seres extraterrestres sino
también los "seres intra terrestres", los que se
dejarían ver ocasionalmente a determinadas personas a
quienes trasmitirían mensajes y enseñanzas del
pasado remoto y desconocido de nuestra tierra y de la humanidad.
Su hábitat es el interior de la tierra, en especial las
cadenas montañosas del planeta donde habitan.
Estos seres intra terrestres habrían perdido su
capacidad de visión y para soportar la luz, por lo que
deben vivir en la oscuridad por siempre, característica
que no deja de sorprender a los que han leído la Biblia
puesto que en ella existe testimonio de su existencia como seres
que se revelaron contra Dios, sus planes, sus leyes y su
obra.
Como cristiano, creyente en el Dios Único y
Creador del Universo jamás presté atención a
las historias de don Pancho hasta que un buen día, de los
pocos que en mi vida he dedicado, accedí a una
invitación a veranear en Vilches Alto.
Sin haber ido por otra causa que descansar conocí
la existencia de las Piedras Tacitas y su "misterio" a las que se
accede por senderos rodeados de árboles y exuberante
vegetación.
Lo primero que uno se pregunta es porqué
ahí, porqué tantas (185) y para qué,
respuestas que obtuve de estudios posteriores cuando supe que se
trataba de la frontera Sur del Impero de los Incas, el que
abarcaba desde Colombia por el Norte en una extensión de
5230 Km. de longitud de territorio bajo el poder del
Inca.
Los lugareños poco saben de su historia pasada
por cuanto su aislamiento, la mejor ayuda para el dominio de los
poderosos, ha impedido la alimentación cultural que la
investigación histórica ha entregado, hombres que
llevan en su subconsciente cierto temor a contar los cuentos que
muy pocos se atreven a entregar, quizás por no aparecer
como atrasados y supersticiosos.
Solamente don Crisóstomo, otro personaje de estos
lugares conocido como Vilches Alto se atrevió a compartir
algunos cuentos que conocía después que le
conté algunas "historias" que don Pancho me contaba acerca
de "La Lola", de los Entierros, de los Anchimalguenes y
otros.
Según don Crisóstomo, su padre le contaba
haberse encontrado personalmente en la noche con unos seres
pequeños que caminan a saltitos y que alumbran como una
"bola de fuego"; mas bien serían como un "tizón de
leña" extraído de una fogata, los que se
reúnen a medianoche en el lugar de las Tacitas,
especialmente en Invierno cuando los lugares están mas
desolados de lo habitual. Para unos serían las almas de
los soldados que todavía guardan y patrullan los dominios
del Inca que le fueron arrebatados por unos hombres barbudos
venidos del otro lado de la cordillera, protegidos por "bestias
que los transportaban". En su afán de venganza cuando
encuentran alguna de estas bestias la sacrifican
paralizándola con su sola presencia para después
chuparle la sangre.
El mayor centro de reunión de los Anchimalguenes
sería una planicie que se encuentra en la cordillera
adonde se le habría ordenado al "Jefe de todos los Incas"
construir una ciudad para "recibir de los cielos al mensajero de
los dioses".
Esta ciudad no pudo ser construida por una
rebelión en el Imperio de los Incas donde el jefe del
ejército Inca fue traicionado por otros que no
querían construir la ciudad en el lugar del límite
sur a causa de lo cual sus hombres debieron retirarse cuando sus
rivales ocuparon su ciudad capital y mataron sus
gobernantes.
Hasta aquí la conversación con este hombre
relativamente alto en su juventud, de grandes manos y dedos, de
cuello largo y rojizo del que resaltan sus nervios y sistema
venoso, cabello cobrizo y liso que a ratos se lleva hacia
atrás con sus manos ya temblorosas; que repite esta
historia venida de su abuelo, habitante de los valles en siglos
pasados y que cada cierto tiempo remontaba la cordillera en busca
del roble, de la nieve y de la naciente de los
ríos.
Don Crisóstomo nunca reconoció haber
experimentado personalmente alguna visión, la que atribuye
a su padre en compañía de uno de sus amigos de gran
credibilidad el haber visitado un lugar hermoso y plano como una
mesa donde se iba a construir la ciudad, planicie que
estaría vedada a los hombres descendientes de los
invasores.
Don Quicho como le decían, cada vez que contaba
se persignaba por cuanto se sentía inseguro y hasta
amenazado por conocer estos relatos de los cuales
existiría prohibición de traspasarlos a
cualquiera.
Sin embargo deseaba salir de la duda y de la curiosidad
que sentía por asistir a algún encuentro de estas
"criaturas intra terrestres" en sus reuniones programadas para la
noche más larga del año atribuida por el pueblo a
la noche de San Juan del 23 de Junio a las 24 horas.
Decidido don Crisóstomo a cumplir con un
sueño y salir de su curiosidad, pensó que
había llegado el momento después de conversar
conmigo y haber encontrado un interesado venido de Santiago para
el invierno de 1974.
La aventura se programó para la noche de San Juan
con gran cautela y secreto, aunque llamaba la atención de
algún curioso la provisión de ropa especial, de
mochilas, carpas y comida para varios días, además
del misterio con que su socio llegó por esos
pagos.
Al día siguiente de emprender el viaje
pasó una patrulla militar por el lugar indagando
antecedentes del desconocido y siguiendo los pasos de don
Crisóstomo y su amigo aventurero de quienes nunca
más se supo.
Se cuenta que en la planicie del Enladrillado no
sólo se encontraron los esqueletos de las bestias de don
Crisóstomo, sino que también los restos de las
bestias de los soldados, cuya existencia pasó a ser un
secreto militar.
Años después, don Crisóstomo figura
en las listas como detenido desaparecido, sin saber nada de su
cuerpo, llevándose el resultado de esa Noche de San Juan y
el misterio de los Anchimalguenes a la tumba.
Una vez más el mito es alimentado con la leyenda
ocultando la Verdad de nuestro origen.
Autor:
Rodemil Espinoza Reyes