Borges dice en su prólogo a la primera
edición de Historia Universal de la Infamia
:
"Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a
la de escribir: más resignada, más civil,
más intelectual."[1]
Pues séame permitida una confidencia ,el trabajo
que les ofrezco es el producto de una lectura apasionada y
minuciosa, quizás su resultado no sea el que ustedes
esperan, pero seguramente será fiel a mí, no
diré que sea fiel a Borges, eso sería demasiado
pretencioso y tal vez imposible, creo que sólo puedo
ofrecer mi propia lectura, mi propia
interpretación
Coincido con Michel Foucault[2]cuando
expresa que la interpretación parte del intérprete
y que los signos cobran sentido en la mirada del que ha planteado
dicha interpretación negando así la existencia
absoluta del signo.
Borges lo expresa en su obra, recordemos como ejemplo la
paradoja que ofrece en el cuento Pierre Menard Autor del
Quijote de Ficciones, allí Menard no escribe
un nuevo Quijote escribe él Quijote y Borges
ensaya diversas interpretaciones incluso opuestas, del mismo
texto :
Menard ( acaso sin quererlo) ha enriquecido mediante
una técnica nueva el arte detenido y rudimentario de la
lectura . La técnica del anacronismo deliberado y de las
atribuciones erróneas"[3]
El propósito de este trabajo es objetivar
aquellos indicios que según mi interpretación
permiten reconocer algunas categorías de análisis
.
Al abordar la obra de Borges uno siente un mítico
temor, no diferente tal vez del que sintió Teseo al entrar
al laberinto a riesgo de ser devorado por el Minotauro, por eso
es necesario un hilo de Ariadna que nos permita volver del
laberinto.
Por razones de tiempo seleccionaré de sus obras
un apretado corpus que va desde Fervor de Buenos Aires de 1923,
su primer libro, hasta algunos textos del Oro de los Tigres de
1972. De este largo período he elegido algunos textos, no
sin angustia por dejar de lado otros igualmente sugerentes y
clarificadoras . La propuesta es buscar en la simbología
borgiana algunas ideas que confirmen la estructura sobre la que
se construye este universo literario.
Dejando de lado otras búsquedas los invito a
sumergirse en el mundo del Espejo como Alicia de Lewis Carrol,
obra que Borges cita reiteradamente. Todo lector no hace otra
cosa que mirar su propia imagen a través de la lectura ,
mirar el universo a través de la visión especular,
mi interpretación, acaso, será mi propia
proyección. Esta paradoja nos acerca a la propuesta
ficcional de Borges.
Siguiendo el juego de dicotomías que propone el
autor, planteo dos caminos en esta indagación,
aventurarnos en el mundo caótico y multiplicador del
espejo, el doble y el otro, que conforma una simbología
bastante conocida en Borges, o un camino opuesto, la
búsqueda de los límites.¿Cuáles son
los límites en Borges?
Acaso sea fácil reconocer los límites si
salimos del panorama de sus obras y nos acercamos a Jorge Luis
Borges nacido en 1899, hombre de Buenos Aires, porteño,
conservador, en cuanto a costumbres y hábitos, de
carácter retraído y tímido, aspecto que
agravaba su ceguera y que él mismo confirmó en
numerosas declaraciones registradas en el Borges
oral[4]Un hombre que como dice en un poema,
fue Alonso Quijano y no se atrevió a ser Don
Quijote.
Intentaré reconocer la simbología de los
límites, no para alejarme de la primera propuesta, sino
para encontrarle sentido a la simbología del
espejo.
Me atrevo entonces a anticipar mi Hipótesis
:
El doble y el otro, el mundo del espejo en Borges
expresa la posibilidad de la transgresión efectiva del
límite.
De ninguna manera pretendo ser excluyente, coincido con
Foucauld cuando dice:
"La muerte de la interpretación consiste en
creer que hay signos que existen originariamente como
señales coherentes, pertinentes y
sistemáticas.
La vida de la interpretación al contrario es
creer que no hay sino
interpretaciones."[5]
Los
límites
Tomando la palabra de Borges citaré el discurso
que pronunció con motivo del Gran Premio de Honor que la
SADE le otorgó por su libro Ficciones 1945:
"Lo cierto es que me crié en un
jardín, detrás de un largo muro, y en una
biblioteca de ilimitados libros ingleses …Han transcurrido
más de treinta años , ha sido demolida la casa en
que me fueron reveladas esas ficciones, he recorrido las ciudades
de Europa, he olvidado miles de páginas, miles de
insustituíbles caras humanas, pero suelo pensar que ,
esencialmente, nunca he salido de esa biblioteca y de ese
jardín " [6]
El autor se ve a sí mismo encerrado en una casa,
en un laberinto intimo, este jardín lo condena fatalmente
a construir laberintos interminables, laberintos
literarios.
El jardín aparece a lo largo de toda su obra como
él mismo lo anuncia .Cito el poema Llaneza que
pertenece a Fervor de Buenos Aires 1923,y donde repite
lo enunciado en el discurso anteriormente mencionado :
LLANEZA
Se abre la verja del jardín
con la docilidad de la página
que una frecuente devoción
interroga
y adentro las miradas
no precisan fijarse en los objetos
que ya están cabalmente en la
memoria.
Conozco las costumbres y las almas
y ese dialecto de alusiones
que toda agrupación humana va
urdiendo.
No necesito hablar
ni mentir privilegios;
bien me conocen quienes aquí me
rodean,
bien saben mis congojas y mi
flaqueza.
Eso es alcanzar lo más alto,
lo que tal vez nos dará el
Cielo:
no admiraciones ni victorias
sino sencillamente ser admitidos
como parte de una realidad
innegable,
como las piedras y los
árboles.[7]
Y Jardín:
El jardincito es como un día de
fiesta
En la pobreza de la
tierra[8]
Este lugar íntimo es el reducto de la seguridad y
del origen y toma otras formas por ej. el patio, el barrio, la
ciudad.
En Horizonte de un suburbio, del libro Luna
de Enfrente dice:
Pampa:
El ámbito de un patio colorado me
basta
Para sentirte
mía[9]
.
En Cuaderno de San Martín de 1929, en el
poema Fundación Mítica de Buenos Aires.
dice :
Prendieron unos ranchos trémulos en la
costa
Durmieron extrañados. Dicen que en el
Riachuelo,
Pero son embelecos fraguados en la
Boca.
Fue una manzana entera, y en mi barrio: en
Palermo.[10]
El barrio aparece como símbolo del universo del
autor que se proyecta en una especie de círculos
concéntricos en la ciudad ,en sus calles y sus
arrabales.:
"A mí se me hace cuento que empezó
Buenos Aires:
la juzgo tan eterna como el agua y el
aire."
En Su libro El Otro ,El Mismo,1964 hay dos
poemas titulados Buenos Aires en el segundo se lee
:
Y la ciudad ahora, es como un plano
De mis humillaciones y mis fracasos
No nos une el amor sino el espanto
será por eso que la quiero
tanto.[11]
Este lugar íntimo es lo propio, lo cotidiano, ese
mundo que lo determina y lo acoge representa todo el universo
personal de Borges, ese universo que desde su óptica
individual es eterno pero conlleva también sus propios
límites.
En su prólogo a Evaristo Carriego (libro
de ensayos) 1930 dice:
Yo creí, durante años haberme criado
en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de calles aventuradas
y ocasos visibles. Lo cierto es que me crié en un
jardín, detrás de una verja con lanzas y en una
biblioteca de ilimitados libros
ingleses.[12]
Aquí volvemos al tema del jardín, la verja
con lanzas nos sugiere la idea de la cárcel, del
límite infranqueable y de la curiosidad del afuera que lo
desborda pero que al mismo tiempo teme
El jardín y las otras metáforas
análogas, como el patio, el barrio, su ciudad, si nos
atenemos a las categorías de Michel Foucauld en su libro
Las Palabras Y Las Cosas, el jardín es sinónimo de
Lo Mismo, y el afuera, es la alteridad, El Otro.
Recuerdo haber leído un comentario donde Borges
se justificaba por no escribir novelas, decía que el
cuento era como la conversación con un amigo, en cambio la
novela era una reunión social , el cuento es entonces para
Borges el lugar seguro e íntimo del
jardín.
Este lugar nos remonta a otro jardín legendario y
Bíblico. En su cuento Las Ruinas Circulares
[13]del libro Ficciones 1941, relata que
un forastero llega al ámbito sagrado de las ruinas
circulares del templo, estas ruinas pueden asociarse con el
jardín donde el hombre descubre "un mínimo del
mundo visible", un lugar que lo provee de las cosas
esenciales:
"pábulo suficiente para su cuerpo, consagrado
a la única tarea de dormir y soñar"
aquí irrumpe la imagen del otro, el personaje se recluye
en ese espacio circular para soñar un hombre
,"quería soñarlo con integridad minuciosa e
imponerlo a la realidad , ese proyecto mágico había
agotado el espacio entero de su alma ".
Borges se sueña a sí mismo, en ese ser
ficcional reconocemos al otro yo, se instala la dualidad del
hombre que sueña y el hombre soñado. La presencia
del otro quiebra la seguridad del límite e instala la duda
de la propia realidad cuando el hombre descubre que él
también es producto del sueño de otro.
Estas ruinas circulares son el primitivo jardín
de la creación, el jardín del Edén en el
Génesis:
"Los demiurgos amasan un rojo Adán que no
logra ponerse de pié; tan inhábil y rudo y
elemental como ese Adán de polvo era ese Adán de
sueño que las noches del mago habían
fabricado".
En el poema Luna del libro El Hacedor
Boges habla del paraíso y dice:
Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del
Paraíso,
Impone en cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre.
[14]
El Golem, poema del libro: El Otro ,El
Mismo vuelve a la metáfora de la creación
.:
Adán y las estrellas lo supieron en el
jardín. [15]
El límite íntimo y preciso de lo
doméstico que ofrece la simbología del
jardín se pierde en otro límite más
impreciso y universal, el tiempo, el poeta ha perdido el
paraíso se ha quebrado el límite del mundo ordenado
y seguro de la infancia. En su libro El Hacedor lo
manifiesta el poema Adrogué 1960:
Pero todo esto ocurre en esa suerte
de cuarta dimensión que es la
memoria
En ella y sólo en ella están
ahora
Los patios los jardines. el pasado
Los guarda en ese círculo
vedado
Que a un tiempo abarca el véspero y la
aurora
¡ cómo pude perder aquel
preciso
orden de humildes y queridas cosas
inaccesibles hoy como las rosas
que dio al primer Adán del
paraíso? [16]
El jardín en su ambigüedad amplía su
campo connotativo y se asocia al laberinto a través del
cual Borges lleva su cosmovisión a otros textos. Este
representa el hermetismo del universo, ya anticipado en el
jardín, y la impotencia del hombre ante el
absoluto.
El laberinto mítico transita todo el corpus de la
obra y a través de éste símbolo Borges
vincula la relación de los opuestos caos- orden en un
universo sin salida.
Ana María Barrenechea[17]dice que
la idea de lo monstruoso figura siempre como un sobretodo
dramático y la idea de lo fantasmagórico aparece en
las pesadillas.
Los laberintos implican los límites, el hombre se
encuentra atrapado en ámbitos concretos configurados por
casas, palacios, ciudades, bibliotecas, jardines, libros, caminos
y desiertos. Otros son de estructura metafísica o
literaria:
Laberintos de tiempo, laberinto circular, laberintos del
espíritu, laberinto de sueños.
La biblioteca, tema y símbolo donde se conjuga lo
real y lo caótico proyecta el laberinto en la idea de
multiplicidad, de acumulación que interfiere en la
búsqueda de la verdad. En el cuento la Biblioteca de
Babel, de Ficciones[18]el universo
se ha configurado como una biblioteca, en ella el bibliotecario,
evidente referencia biográfica de Borges director de la
Biblioteca Nacional, viaja a través de los anaqueles
hexagonales buscando el libro que le revele la verdad "debe
existir un libro que sea la cifra y el compendio de todos los
demás" La misma referencia se encuentra en el cuento
El Milagro Secreto[19]de Artificios
1944:
Dijo el bibliotecario -¡ Qué
busca?
Hladik le replicó- Busco a
Dios.
El bibliotecario le dijo Dios está en una de
las letras de una de las páginas de uno de los
cuatrocientos mil tomos del Clementium.
Mis padres, y los padres de mis padres han buscado
esa letra, yo me he quedado ciego
buscándola.
Evidentemente la realidad de Borges autor se confunde
con el personaje trastocando el límite de la
ficción. La biblioteca, en su aparente infinitud y orden
es la manifestación del caos:
"afirman los impíos que el disparate es
normal en la biblioteca",dice también que quienes la
imaginan sin límites se olvidan que los tiene el
número posible de los libros .
En el poema de los Dones[20]de
su libro El Hacedor 1960 Borges dice:
Lento en mi sombra , la penumbra
hueca
Exploro con el báculo
indeciso
yo, que me figuraba el
paraíso
Bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
Con la palabra azar rige estas cosas
Otro ya recibió en otras
borrosas
Tardes los muchos libros y la
sombra.
Al herrar por las lentas
galerías
Suelo sentir un vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá
dado
Los mismos pasos en los mismos
días.
Cuál de los dos escribe este
poema
De un yo plural y de una sola
sombra?
¡qué importa la palabra que me
nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al
olvido.
Este poema escrito en 1960 expresa la simbología
del laberinto visto en la dimensión de biblioteca, el
doble aparece como una posibilidad de continuidad Groussac,
escritor ,ciego y también director de la Biblioteca
nacional es el doble , el otro y quiebra el límite de la
realidad. Cuál de los dos escribe este poema? Él o
el muerto? El tiempo se trastoca en esta metáfora de la
infinitud donde el hombre trasciende en el otro. El Azar aleja
toda seguridad e instala la idea de caos, sin embargo la
posibilidad de ser otro ofrece una salida.
Son numerosas las manifestaciones del "laberinto" en los
diferentes cuentos y poemas del corpus analizado, pero una que no
podemos obviar es "el libro".
En el cuento de Ficciones El Jardín de los
Senderos que se Bifurcan,[21]vincula el
libro, al laberinto y al jardín como indicios de un
universo ilimitado y periódico, aquí el libro es la
inaccesible copia del universo:
El Jardín de los senderos que se Bifurcan era
la novela caótica
El libro , en el relato, es el laberinto que los hombres
no podían encontrar, otros libros manifiestan esa misma
significación a lo largo de la obra borgeana, por ejemplo,
Las Mil y Una Noches, con su sucesión
interminable, metáfora del tiempo, aparece mencionado en
numerosos cuentos ,ensayos y poemas.
Otro límite para acceder a la verdad del universo
es el lenguaje, laberinto de símbolos que descubre la
impotencia del hombre, pero también es la posibilidad de
transgredirlo al construir nuevos escenarios, el lenguaje es un
espejo que multiplica el universo.
En el cuento La escritura del
Dios[22]donde descubre el lenguaje divino en
las manchas del jaguar, Aleph 1949 dice:
Consideré que en los lenguajes humanos no hay
proposición que no implique el universo entero, decir el
tigre es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y
tortugas que devoró, el pasto del que se alimentaron los
ciervos, el cielo que dio luz a la tierra.
En el cuento de Ficcione:s Tlon, Uqbar, Orbis
Tertius[23]los hombres crean una enciclopedia
que registra un mundo ficcional hecho sólo de palabras. El
laberinto es la metáfora del universo, en El Elogio de
la Sombra , aparecen dos poemas que se titulan
Laberinto el primero desesperanzado dice:
No habrá nunca una puerta, estamos
adentro
Y el Alcázar abarca el
universo
Y no tiene anverso ni
reverso[24]
Sin embargo el siguiente afirma:
Sé que en la sombra hay otro cuya
suerte
Es fatigar las largas soledades
………….
nos buscamos los dos, ojalá
fuera
éste el último día de la
espera.[25]
Nuevamente la imagen del otro como esperanza y certeza
de reencuentro quiebra la soledad y la desesperanza que
establecen los límites. El tiempo, metáfora de las
limitaciones finales del hombre, se expresa en la fatalidad de la
muerte, el olvido y la memoria son los opuestos que estructuran
este laberinto metafísico.
La conciencia de la finitud se manifiesta por ejemplo en
Nueva Refutación del
Tiempo[26]ensayo que pertenece a Otras
Inquisiciones, dice, citando a Heráclito:
No bajarás dos veces al mismo río,
admiro su destreza dialéctica, pues la facilidad con que
aceptamos el primer sentido( el río es otro) nos impone
clandestinamente el segundo ( soy otro).
Nuevamente ante el inexorable paso del tiempo, se nos
revela la concepción del otro como sucesivo e infinito,
esta visión se proyecta en el universo del corpus y delata
la influencia de Schopenhauer, Borges lo cita:
"La forma de la aparición de la voluntad es
sólo el presente, no el pasado ni el porvenir ,estos no
existen más que para el concepto y por el encadenamiento
de la conciencia….Nadie ha vivido en el pasado ,nadie
vivirá en el futuro; el presente es la forma de toda la
vida, es una posesión que ningún mal puede
arrebatarle."
"Somos el minucioso presente" dice Borges,
entonces, el otro, ese doble que nos permite encadenamientos
infinitos nos sobrevive.
En el Aleph."[27], 1949, el
tiempo se quiebra en la fanástica aparición del
espejo, es decir el Aleph un lugar donde se ven todos los puntos
del universo:
"El diámetro del Aleph sería de dos o
tres centímetros , pero el espacio cósmico estaba
ahí
El tiempo circular es también el laberinto del
eterno retorno, cito:
El tiempo es un río que me arrebata, pero yo
soy el río.
Es un tigre que me destroza ,pero yo soy el
tigre.
Es un fuego que me consume, pero yo soy el
fuego.
El mundo, desgraciadamente es real, y yo
desgraciadamente soy Borges.
La realidad se impone con todas sus privaciones y
establece angustiosos límites que se asocian al azar y al
tiempo.
Los mitos antiguos sostienen en algunos casos el plano
de la ficción justificada en las raíces de la
tradición literaria. Es notable la insistencia con que se
recurre a la imagen mitológica de Proteo aquel lejano dios
que atado en el fondo de una caverna sufre la represión de
sus instintos, y cuando se desata es otro , se convierte en fuego
,en vientos y tormentas. Esta figura nos presenta la ruptura a
través de la mímesis, cito el poema de El Oro
de losTigres 1972:
Otra versión de
Proteo[28]
……
Atrapado ,asumía la inasible
Forma del huracán o de la
hoguera
O del tigre de oro o la pantera
O del agua que en el agua es
invisible.
Tú también estás hecho de
inconstantes
Ayeres y mañanas. Mientras,
antes…
Volviendo a la hipótesis inicial de este trabajo,
reconozco que el doble y el otro , el mundo del espejo en Borges
expresa la posibilidad de la transgresión del
límite
La idea especular parte de la concepción
estética Borgeana , toda su obra se articula sobre una
estructura de espejos.
El arte según Aristóteles es
mímesis, Borges retoma este principio para elaborar sus
creaciones. Ya en su poema Arte
poética[29]del libro El
Hacedor se construye sobre formas especulares, observemos
una estrofa:
A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara
El arte reflejo ficcional de la realidad y si observamos
la construcción de la estrofa veremos que los
términos se repiten como a través de un espejo,
cara- cara y espejo – espejo, construcción que se sucede
en las siete estrofas del poema. El arte es la única
posibilidad para burlar los límites del laberinto
periódico y sucesivo.
El espejo es el símbolo más claro del
mundo ficcional, si existe la posibilidad de un reflejo,
también existe la posibilidad que la realidad sea
sólo apariencias y seamos el reflejo de otro.
En su libro Ficciones esta sospecha se confirma
en cada cuento, así en Tlon, Uqbar, Orbis
tertius, los hombres fabrican un mundo construído
sólo a partir de la existencia de una enciclopedia que
actúa como espejo y multiplica a los hombres.
En Pierre Menard Autor del Quijote se duplica
la obra de Cervantes y en el cuento anterior se anticipa que un
libro que no tiene su contra libro es considerado
incompleto.
En Las Ruinas Circulares el personaje
sueña un hombre y comprende " que él
también era una apariencia, que otro estaba
soñándolo"
Así sucesivamente cada cuento de ficciones
muestra la manifestación del espejo: doble- libro, doble-
mundo, doble enciclopedia, doble- sueño, doble- hombre,
doble- personaje.
Además del espejo, el puñal o las espadas
muestran la construcción del doble, estos símbolos
venerados por Borges señalan la ruptura y también
la impotencia al no saber o no atreverse a usarlos. El cuchillo
es el doble en la medida que ofrece dos extremos, uno representa
la defensa, la seguridad, el coraje, la vida.
El otro, es la muerte, el oprobio, el destino
inexorable. Esta simbología es la que marca el quiebre
más nítido con respecto al límite
Desde una narración genealógica, el cuento
El Sur[30]Ficciones 1949,se revela la
autobiografía de Borges, el relato construido sobre la
estructura del espejo ofrece dos lecturas: un viaje al pasado
familiar, al destino de su doble linaje, y la narración
donde se conjuga el mundo de la realidad y del delirio. El
personaje atrapado en ese mundo de realidades y apariencias
"era como si a un tiempo fuera dos hombres", salva sus
límites cuando se atreve a empuñar el
cuchillo:
"sintió, al atravesar el umbral, que morir en
una pelea a cuchillo a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido
una liberación para él ."
La misma idea se repite en el Poema
Conjetural,[31] El Otro, el Mismo
1964:
Huyó hacia el sur por los arrabales
últimos
….
Yo que anhelé ser otro, ser un
hombre
De sentencias, de libros ,de
dictámenes
A cielo abierto yaceré entre
ciénagas
….
en el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno
….ya el duro golpe que me raja el
pecho,
el íntimo cuchillo en la
garganta.
El otro, el espejo, el laberinto, el destino del sur, y
la muerte como reencuentro con su destino se expresa en el
cuchillo como posibilidad de transgresión. El choque entre
realidad y ficción se articula en la propia imagen del
autor desdoblada en sí misma, ejemplo de ello son sus
cuentos Borges y Yo[32]del Hacedor 1960
y El Otro[33]de El otro, el
mismo 1964:
"al otro ,a Borges ,es a quién le ocurren
estas cosas"
El personaje -autor, idea juegos del lenguaje para
librarse de ese otro yo, el mundo especular se desintegra
sólo a partir de la creación. Así en la
tesis Borgeana, el arte implica la construcción de un
espejo donde se refleja y se duplica el universo y permite al
artista liberarse de las limitaciones de su propia
realidad.
En el libro Discusión de1932, Borges ya
se rebela contra los límites, en el ensayo El Escritor
Argentino y la Tradición[34]rechaza la
carga adicional que los nacionalistas quieren imponerle y
dice:
"como si los Argentinos sólo
pudiéramos hablar de orillas y de estancias y no del
universo"
La coherencia interna de la obra de Borges nos asombra,
cada una, contiene todas las obras, las suyas y las de diversas
tradiciones. Cada cuento contiene los otros cuentos, cada tema se
repite así hasta el infinito, confirmando su teoría
del universo. Podemos decir entonces que toda la obra de Borges
es el universo y el acto creador, la única posibilidad de
alcanzar lo insondable.
" debemos pensar que nuestro patrimonio es el
universo, ensayar todos los temas y no concretarnos en lo
argentino para ser argentinos, por que o ser argentino es una
fatalidad y en ese caso lo seremos de cualquier modo, o ser
argentino es una mera afectación, una
máscara.
Creo que si nos abandonamos a ese sueño
voluntario que se llama creación artística, seremos
argentinos y seremos, también, buenos o tolerables
escritores."[35]
Autor:
Lic. Leonor Mauvecin
Lic en letras Universidad Nacional de
Córdoba –Escritora
[1] Borges, Jorge Luis. Obras Completas.
Buenos Aires Emecé Editores 1974,Tomo I. Historia
Universal de la Infamia. Prólogo a la primera
edición.
[2] Foucault Michel. Las Palabras y las Cosas
. México Siglo Veintiuno Editores. 1998
[3] Borges, J. L. Obras Completas ed.
Cit.Tomo I Ficciones p. 450.
[4] Borges . J. L. Obras Completas ,tomo 4,
ed. Cit. Borges Oral .
[5] Foucault, El orden del discurso .
España. Tusquets Editores 1987. Cap. Michel. Nietzsche,
Freud, Marx , p. 48.
[6] Borges J.L. Obras Completas. Ed. Cit.
[7] Borges J.L. Obras completas. Ed. Cit. P.
42
[8] Idem. P. 34.
[9] Idem. P. 58
[10] Idem.p.81
[11] Idem. Tomo II p.325
[12] Idem. Tomo I p.101
[13] Idem. P. 451
[14] Idem. Tomo II p.157.
[15] Idem . p. 235.
[16] Idem. P. 159
[17] Barrenechea. Ana María. La
expresión de la irrealidad en la obra de Borges. Buenos
Aires 1967. Ed. Paidos
[18] Idem cit 2. P. 465.
[19] Idem. P508
[20] Idem .p. 187
[21] Idem. P.427
[22] Idem. P.596.
[23] Idem. P.431
[24] Idem. Tomo II p.364
[25] Idem. P. 365
[26] Idem.p.135
[27] Idem. Tomo I P.617
[28] Idem. Tomo II p. 487
[29] Idem p.221
[30] Idem.TomoI p.525
[31] Idem Tomo II p. 245
[32] Idem.p.186.
[33] Idem.p.268
[34] Idem. Tomo I p. 267.
[35] Idem. El escritor Argentino y la
tradición p. 267.