Realidades y retos de la familia cubana ante los derechos de niños y adolescentes
Resumen
El maltrato infantil es un grave problema social y de
salud en el mundo contemporáneo y una forma de violar los
derechos de los niños y adolescentes. Mientras más
desarrollado está el mundo globalizado de hoy, más
son los niños que sufren maltrato o violencia desde el
hogar, la sociedad o instituciones sociales sin distinción
de sexo, raza o clase social. No siendo así en nuestro
país donde se hacen ingentes esfuerzos por eliminar este
flagelo que aun subsiste en algunos sectores de nuestra sociedad
cubana y se trasmiten de generación a generación
los malos tratos afectando a los menores. La familia juega un rol
fundamental en este aspecto y es la encargada de realizar
conjuntamente con las instituciones correspondientes el trabajo
informativo, orientador y educativo en sentido general. Pues es
ella quien se enfrenta diariamente con dificultades de todo tipo
que provocan una mayor predisposición para producir el
maltrato sobre los niños, y adolescentes.
Violentando las fuerzas nobles en el
ánimo de los niños, no se forman hijos fuertes para
las conmociones y grandeza de la patria. JOSE
MARTI
Introducción
Si bien la materia sustantiva fundamental del Derecho de
Familia está contenida en el Código de Familia,
otras legislaciones promulgadas posteriormente a la vigencia del
Código (el Código se puso en vigor el 8 de Marzo de
1975, "Día Internacional de la Mujer") que tuvieron como
centro de protección legal a la niñez y a la
juventud, ampliaron el campo teórico del mismo, e hicieron
pensar algunos estudiosos del tema, sobre la posible existencia
de una nueva rama del Derecho en Cuba, el Derecho de la
Niñez y la Juventud. Las legislaciones posteriores las
encabeza entonces el Código de la Niñez y la
Juventud, promulgado en nuestro país en 1978, establecido
más bien como texto de orden moral, con normas, principios
enunciativas, con un carácter de recomendación que
evidencia los mejores valores a considerar en la formación
ética de la niñez y la juventud cubana. Inscripta
en esta línea de protección a los menores, se
promulgó en 1982, el Decreto Ley No. 64 de 30 de Diciembre
de ese año, sobre el sistema para la atención a
menores, con trastornos de conducta (sustrayéndolos del
campo del Derecho Penal y del procedimiento penal), el Decreto
Ley No. 76 de 1984, sobre Adopción, los Hogares de Menores
y las Familias Sustitutas y sus normas complementarias contenidas
en la Resolución Ministerial No. 48 de 1984, dictada por
el Ministro de Educación; Decreto Ley este último
del Consejo de Estado que modificó la regulación de
la adopción en el Código de Familia, instituyendo
la adopción plena.
Los actos normativos mencionados guardan relación
fundamentalmente con el Código de Familia, como hemos
visto, con el Código Penal en cuanto a la tutela que este
derecho brinda a la familia, la infancia y la juventud y
contribuye a extender el modelo o arquetipo jurídico de la
familia sobre la base de los principios de la Sociedad
Socialista.
No obstante a lo expresado por nuestras leyes se ha
constatado que en nuestra sociedad a pesar de la voluntad
política y social subsisten sectores poblacionales que
hacen oídos sordos para violar los derechos de
niños y adolescentes aplicando el maltrato infantil dentro
del plano familiar esto se produce en cualquier tipo de familia,
tanto en las disfuncionales como en las aparentemente
funcionales. El grado de instrucción de los padres, el
estatus social y el desarrollo alcanzado no determina que un
niño, niña o adolescente no sea maltratado por los
progenitores o por cualquier miembro de la a la víctima,
incluso mientras mayor nivel educacional tienen la madre y el
padre, más sutiles son las formas de maltrato y mejor la
manera de esconderlo.
Los factores de riesgo ante este tipo de violencia son
muy disímiles pero generalmente están asociados a
situaciones económicas desfavorables, alcoholismo,
drogadicción, enfermedades psicológicas permanentes
y situaciones de estrés por diferentes causas.
En Cuba, después del triunfo revolucionario, los
esfuerzos por disminuir este tipo de violencia son superiores a
épocas anteriores, pero a pesar de las medidas (leyes de
orden jurídico que los protege en todas las etapas del
desarrollo, derechos a la educación y salud gratuito,
atención especial a las embarazadas, programa de
desarrollo "Educa a tu Hijo,") todavía se perciben niveles
de maltrato infantil. Situación que se agravo posterior al
derrumbe del Campo Socialista y al período especial que
conllevo al país a la crisis que enfrentan numerosas
familias cubanas fundamentalmente en el orden
económico.
El maltrato infantil se genera como resultado del
cúmulo de tensiones, presiones, estados de
inhibición o incapacidad en el que se encuentra el adulto
bajo los diferentes estados de riesgos, y el menor es el receptor
de este tipo de violencia. El menor al estar expuesto en el medio
familiar o de otro tipo a esta violencia puede provocarle serios
trastornos conductuales, fisuras psicológicas para el
resto de su vida, convertirse en un victimario al llegar a la
adultez y en el peor de los casos provocarle la
muerte.
DESARROLLO
Nuestra
realidad
En Cuba los esfuerzos por mejorar la calidad de vida de
todas las personas es una política de primer orden del
gobierno, a diferencia de muchos países del llamado primer
mundo. En el sector de la salud se cuenta con la asistencia
médica gratuita y con resultados a la altura de cualquier
país desarrollado, pues a diferencia de estos, el
país aplica acciones de promoción de salud que le
permiten prevenir un gran número de enfermedades curables.
Además de este logro de la Revolución, se cuenta
con el Centro de Promoción y Educación para la
Salud, encargado de promover y educar a toda la población
y en especial a las familias cubanas en mejorar la calidad de
vida.
La promoción de salud precisa de acciones que
prevengan las enfermedades tratables y curables de orden
biológico pero también de ella se desprende el
trabajo informativo, orientador y educativo a los problemas que
afectan la salud mental (problemas provocados por el medio
familiar y/o social) y en general la calidad de vida de las
personas.
En este sentido el maltrato infantil es un grave
problema de salud que afecta a un gran número de
niños y adolescentes en el seno familiar, entre otros, y
matizado por el medio social en el que se desarrollan. El
maltrato infantil necesita de la promoción de salud
familiar y requiere de ser interpretado desde la comunidad, donde
la participación y protagonismo de sus miembros es una
necesidad para lograr la promoción y la prevención
de esta forma de violencia que afecta el desarrollo bio- psico-
social de los menores. Un menor maltratado se convierte en una
persona con baja autoestima, sufre de depresión, ansiedad
generalizada, problemas con el sueño, problemas o
enfermedades sexuales, problemas en el centro de estudio, bajo
rendimiento académico, desarreglos alimentarios, fuga del
hogar, problemas en las relaciones con los demás y hasta
en la crianza de sus propios hijos al ser adultos, matrimonios
conflictivos que tiene como herencia la violencia, acciones
violentas, destructivas y delictivas, consumo de sustancias
nocivas para la salud (alcohol y droga), pensamientos y actos
suicidas y entre otras.
Muchos de los adultos que se enfrentan a estos problemas
no saben que la causa de estos puede ser el trato que sufrieron
en su infancia. Algunos no recuerdan las situaciones de malos
tratos, otros sí la recuerdan, sin embargo, no admiten su
existencia ni las consecuencias que tiene todavía en sus
vidas o por el contrario consideran que así los educaron
sus padres y esa es la forma que aprendieron de cómo
educar a los hijos, la exposición de los adultos a los
diferentes factores de riesgos que genera este tipo de violencia
trasmitida de generación a generación.
La estabilidad del funcionamiento familiar es de gran
importancia en la educación de sus hijos y de las nuevas
generaciones en general. Está demostrado por
psicólogos, sociólogos y todos los especialistas
que le interesen el tema que la comunicación es un
elemento esencial de base para una relación estable y un
correcto funcionamiento en cualquier tipo de relaciones fuera o
dentro de la familia. La comunicación es una necesidad
humana y un agente socializador del individuo en los diferentes
grupos humanos y de suma importancia en la familia como grupo
primario del desarrollo de la personalidad del
individuo.
La mayor parte de los problemas a los que se enfrentan
las familias parten de una comunicación disfuncional,
donde el estilo no es el más adecuado. Es por ello que en
el contexto familiar la comunicación es la base para
resolver cualquier tipo de conflictos siempre y cuando cada una
de sus partes tenga bien definida los roles que le corresponden
dentro de este contexto. El estilo comunicativo que se emplee en
las relaciones interpersonales familiares marca el tipo de
relación que entre sus miembros se genera y la
solución de los conflictos y crisis que atraviesa una
familia dependen en gran medida de la forma en que se comuniquen.
Ahora bien que características presenta nuestra familia
cubana
Se hace imprescindible en este trabajo mencionar las
características de la familia cubana como grupo social en
su evolución histórica. Se plantea que el estudio
de la familia cubana ha sido con mayor objetividad a partir del
Triunfo de la Revolución, con el impacto de las nuevas
transformaciones de carácter económico,
político y social que incidieron sobre la familia y la
sociedad en sentido general. A partir de 1959 en el país
se llevaron a cabo profundas transformaciones económicas,
políticas y sociales que influyeron en la evolución
de la familia cubana. Las esferas fundamentales donde se
produjeron estas políticas de desarrollo que resultaron
las de mayor repercusión para el bienestar familiar y
seguridad emocional de sus miembros: salud, educación,
empleo y seguridad social.
Como resultado a las mismas se incrementó la
participación de todos los miembros de la familia, la
diversidad ocupacional y la especialización profesional
técnica.
Otro hecho que revolucionó a la familia fue la
incorporación de ésta de forma masiva al trabajo y
produjo cambios a nivel social y familiar. Modificó el
sistema de relaciones intrafamiliares y la conformación de
los papeles masculinos y femeninos. La mujer obtuvo independencia
económica y seguridad para la toma de decisiones en el
interior del hogar, desempeñó un papel
protagónico y contó con un mayor apoyo en el caso
de las disoluciones conyugales. Su nivel de autonomía le
proporcionó mejores ingresos y en mejores condiciones de
vidas.
A partir de los años 1992 y 1993, producto del
derrumbe del Campo Socialista y desaparición de las
relaciones con la Antigua Unión Soviética y el
recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados
Unidos hacia el país, la sociedad cubana sufrió un
notable incremento de las dificultades que abarcan
múltiples y disímiles esferas de la vida cotidiana
y en particular la familia cubana por ser el sostén de los
miembros que componen a la sociedad.
Independientemente de las medidas adoptadas por el
gobierno revolucionario para proteger los logros sociales
alcanzados, fue inevitable el deterioro de las condiciones de
vida de las familias cubanas.
A partir de esta década la realidad de la familia
cubana cambió con respecto a los primeros años del
triunfo y se agudizaron fenómenos negativos que ya
existían, como por ejemplo, el índice de
alcoholismo y reaparecieron otros que habían sido
eliminados en 1959 como la prostitución.
Las medidas adoptadas para disminuir la
repercusión negativa de esta crisis consistió en:
la apertura de la inversión extranjera y el incremento del
turismo.
Otra peculiaridad sociodemográfica, la
constituyen las bajas tasas de natalidad que unido a los altos
índices de divorcio provocan una situación negativa
en la educación de los menores, pues son siempre los
más afectados, pues se educan con padres sustitutos, en
diferentes hogares y con estilos de vida distintos, lo que
propicia resultados negativos en su educación y equilibrio
personal. Esto trae como consecuencia el aumento de los hogares
monoparentales, generalmente de madres solteras, y la ausencia de
una de las figuras paternas en la crianza de los hijos. Bajo
estas condiciones la familia cubana se enfrenta a la
cotidianidad, pero no siempre las actitudes, la conducta, las
estrategias y las herramientas para enfrentar sus dificultades
son las mejores. Como célula fundamental de la sociedad la
familia no siempre dispone de los mecanismos adecuados para
desarrollarse y convivir como agente activo y creativo de la
sociedad. Es por ello que cuando sufre desajustes en cualquier
sentido y carece de habilidades para superarlo se desencadena la
violencia intrafamiliar como un indicador de mal
funcionamiento.
El maltrato a niños y adolescentes es una
manifestación de violencia familiar o doméstica, es
uno de los grandes problemas que aun afectan a algunos sectores
de nuestra población cubana reflejados en la
interacción de sus miembros, afectando su desarrollo en
sentido general. Los menores son dependientes, vulnerables y
sugestionables por su corta edad y personalidad en desarrollo que
los convierte en blanco directo.
En la actualidad la realidad ha cambiado
cualitativamente pues hay leyes internacionales que se proclaman
en contra de los malos tratos. Tal es el caso de la
Convención Internacional de los Derechos del Niño
que se promulgó el 20 de noviembre de 1989 y entró
en vigor 2 de septiembre de 1990, en muchos países, dentro
de ellos Cuba que firmó la Convención el 26 de
enero de 1990 y la ratificó en 1991. La esencia de la
Convención se recoge en 54 artículos agrupados en
cuatro grandes temas: el derecho a la supervivencia, el derecho a
desarrollar su capacidad mental y física hasta el
máximo de sus posibilidades, el derecho a la
protección contra las influencias peligrosas para su
desarrollo y el derecho a la participación en la vida
familiar, cultural y social.
El maltrato a niños y adolescentes es un problema
de salud de los sujetos que la sufren pero también un
grave problema social porque se trasmite de generación a
generación con patrones de cotidianidad increíble.
Hay casos en que la intervención del médico es
necesaria, en la gran mayoría estos ocurren a diario sin
alarmar; se habla de las negligencias de padres y madres, el
abandono emocional, golpes que no requieren de atención
médica, insultos, gritos, indiferencias, desprecios, en
fin todo lo que pueda dañar a una persona menor de edad En
sentido general son muchos son los infantes que sufren maltrato
físico, reconocido por todos a partir de las secuelas
visibles que dejan pero sin lugar a dudas, el maltrato emocional
o psicológico es más difícil de detectar y a
la vez uno de los que más daño produce al menor en
su desarrollo. Las consecuencias muchas veces son irreversibles y
a la vez en contradicción con lo socialmente establecido.
Los padres consideran que los golpes, enseñan pero es un
mito sin fundamentos y desmentido por los
especialistas.
Toda acción física que se produce sobre la
integridad del menor implica además un maltrato
psicológico o emocional, estudiarlos por separados se hace
bien difícil para los especialistas pues una acción
desencadena la otra y esta última es huella imborrable en
la psiquis del menor victimario. La finalidad del maltrato
físico es buscar obediencia, respeto del menor hacia el
progenitor pero la realidad dista de estos objetivos, la
violencia engendra violencia y los menores se acostumbran a estos
patrones y continúan transgrediendo las reglas porque no
hay un análisis razonable del por qué de las cosas
y las consecuencias que pueden provocar.
Por otra parte en el abandono físico se puede
pensar en los padres o madres que dejan a los hijos al cuidado de
otros sin preocuparle que sean ellos los máximos
responsables de la educación y crianza de sus hijos. Este
maltrato incluye de forma protagónica satisfacer las
necesidades materiales de los menores, es decir, todas las
atenciones que ellos necesitan y no pueden lograrlas por
sí solos.
El abandono emocional ocurre muchas veces cuando hay
ausencia física de las figuras materna o paterna y las
relaciones con el hijo son nulas, pero también puede
ocurrir en la presencia de ambos progenitores pues las relaciones
se convierten en una satisfacción de necesidades
materiales exclusivamente. En este caso la visión de la
madre y el padre es errónea. Los niños, y
adolescentes necesitan del amor y el cariño de sus padres
y madres siempre.
Un menor que no perciba el afecto de sus padres no crece
sano y seguro. El abandono emocional generalmente está
asociado en las familias donde se produce divorcio entre los
conyugues, el padre se va de la casa y también se divorcia
de los hijos, y paradójicamente al contraer pareja, asume
la crianza de los hijos de la nueva pareja, sin responsabilizarse
de los suyos propios. En la actualidad esta realidad es muy
común teniendo en cuenta los altos índices de
divorcio que se aprecian. Ocurre también abandono en las
familias nucleares y muchas veces por una e las partes, y es el
caso de la figura paterna en que por cuestiones de concepciones
erróneas y modelos culturales aprendidos se alejan
afectivamente de sus hijos.
Estas acciones de abandono pueden ocurrir con la
presencia de los padres y cuando hay ausencia de uno de ellos
(divorcio entre los padres y con los hijos).
En la adolescencia ocurren una series de cambios que si
no tiene el apoyo y la seguridad del medio familiar pueden
producirse conflictos que desencadenen crisis muy fuertes y
consecuencias que deterioran su desarrollo personológico y
en contradicción con los padres que hasta ese momento
tenían controlada la situación, porque ya se deja
de ser niño pero tampoco se es adulto.
Los adolescentes comienzan a construir sus propias
concepciones del mundo que le rodea y los padres sienten que la
situación se les va de las manos, pues tienen que
reajustarse a los nuevos cambios para que la crisis sea
superada.
Cada etapa de desarrollo implica nuevas reestructuras en
el modelo de crianza para que la contradicción sea
superada entre el anterior y las exigencias de la nueva
etapa.
Considerando los cambios que se producen en los
adolescentes en su normal crecimiento existen actitudes
inadecuadas de los padres que permiten la aparición del
maltrato o el reforzamiento de este, creyendo en algunos casos
que es un buen modelo de educación a sus hijos y sin
embargo producen muchas veces daño permanente en la
psiquis infantil.
El maltrato infantil es un problema social y de salud
que afecta a un gran número de familias; repercute en el
funcionamiento de las mismas y en las relaciones entre sus
miembros. En la actualidad es un tema de dominio público
pero el sector que la sufre tiene limitaciones que favorecen su
aparición y mantenimiento y por tanto afecta la calidad de
vida.
La familia como institución social más
importante, está expuesta a crisis internas (cuando es
generada por las contradicciones entre sus miembros) y/o externas
(cuando las contradicciones provienen del medio), bajo estas
circunstancias la familia se enfrenta a la cotidianeidad y a la
educación de los hijos marcadas por las tradiciones y
valores de la comunidad a la que pertenece.
El maltrato infantil se produce en familias tanto
disfuncionales como aparentemente funcionales, lo que sucede es
que en las disfuncionales las condiciones son más
propicias cuando presentan bajos recursos económicos, bajo
nivel cultural, hacinamiento, altos índices de divorcio
con debilitamientos en la forma de enfrentarlos y modelos
conductuales aprendidos, entre otros, unido a las
características del medio donde viven, que afectan en el
modo de percibir y actuar ante los problemas de la vida
cotidiana
La familia como el grupo social de mayor importancia es
el primer eslabón en la comunidad para fortalecer el
trabajo preventivo, partiendo de la premisa de la
concientización y educación de cada una de sus
partes, a través de una cultura no violenta
Nuestras familias tienen ante si el reto de focalizar
sus acciones en función de la prevención a
través de diferentes actividades como utilizar adecuados
estilos comunicativos haciendo énfasis en la asertiva,
apropiarse de reglas para manejar un divorcio sano, establecer
estilos de vidas saludables, conocer y aplicar las leyes y
regulaciones que protegen al menor según la
Convención de los Derechos del Niño y el sistema
penal vigente en el país.
Establecer en todas las organizaciones de masa
actividades encaminadas al debate de temas sobre violencia
intrafamiliar y maltrato a niños y adolescentes con sus
consecuencias.
Participar en conferencias sobre el
sistema jurídico de las leyes que protegen a los
menores y el sistema penal vigente en el
país.Ser ejemplos de una vida
saludable.Tener como lema la no
violenciaSolicitar el apoyo de sicólogos
y trabajadores sociales en casos de violencia con cualquier
niño o adolescente.
Conclusiones
Los aspectos teóricos permiten concluir que el
maltrato infantil es un problema histórico con
características particulares, que dañan gravemente
la integridad física y emocional de los menores y en este
caso a los adolescentes. El análisis del mismo justifica
la importancia de tomar medidas preventivas para la familia, como
el grupo primario de la sociedad, porque es donde el individuo se
forma como sujeto y trasmite los valores aprendidos de una
generación a otra. La promoción de la salud
familiar está concebida para que a través de la
intervención de todos los factores las familias
contribuyan a realizar de forma conciente un trabajo preventivo
encaminado a la eliminación del maltrato a niños y
adolescentes fortaleciendo de ese modo sus derechos en una
sociedad que aspira día a día a hacer valer los
derechos del niño y del adolescente.
El maltrato infanto – juvenil es un grave problema
social y de salud que precisa de acciones preventivas por las
consecuencias que provoca a niños, niñas y
adolescentes.
Los adolescentes que viven en familias con altos
factores de riesgos están propensos a la aparición
del maltrato o el reforzamiento de este y los mismos consisten
en: situación económica desfavorable, bajo nivel
cultural, altos índices de divorcio con ausencia del padre
que afecta las relaciones con los hijos, débiles
relaciones intrafamiliares, comunicación intrafamiliar
deficiente, alcoholismo, mal funcionamiento familiar y actitudes
inadecuadas de los padres
Los padres que violan los derechos de los niños y
adolescentes necesitan de un personal especializado como red de
apoyo, que los informen, orienten y prevengan de las
consecuencias del maltrato infantil hasta lograr su
eliminación total en una sociedad como la nuestra donde
ellos ocupan un lugar primordial
Bibliografía
1. ACOSTA TIELES, NESTOR. Maltrato Infantil. 2 ed. -La
Habana. — Ed. Científico Técnica. 2002. —
166p.
2. ARÉS MUZIO, PATRICIA. Familia y Convivencia.
-La Habana. — Ed. Félix Varela. 2006. — 86p.
3. ARÉS MUZIO, PATRICIA. Mi familia es
así. – La Hanana. – Ed. Ciencias Sociales. 1990. —
194p.
4. ARÉS MUZIO, PATRICIA. Psicología de
familia. Una aproximación a su estudio. – La Habana. —
Ed. Félix Varela. 2002. –179p
6. ARRUABARRENA, M,I. Maltrato a los niños en la
familia /M. I Arrabuarrena, Joaquín De Paul. – Madrid. —
Ed. Pirámides. –237p.
7. ASAMBLEA GENERAL DE NACIONES UNIDAS.
Convención sobre los Derechos del Niño. UNICEF.
Resol 44/ 25, 1989. — 56p.
8. AZAOLA, ELENA. Violencia intrafamiliar y maltrato
infantil. Cuadernos para la educación en Derechos Humanos.
Núm. 2. 1ª reimpr. – México. — Ed. Milenio.
2005. – 46p. Disponible en:
http://directorio.cdhdf.org.mx/libros/violencia05.pdf.
9. BARRERA GALLART, GALIA. Violencia Intrafamiliar que
Contamina a la Humanidad / Galia Barrera Gallart, María
Victoria Sifontes Ayup. 2006. – 27 h –. Trabajo presentado al
Evento Científico en la Fiscalía General
Provincial. — Ciego de Ávila. 2006.
10. DÍAZ TENORIO, MAREELÍN. La familia
cubana: realidades y proyección social / Mareelín
Díaz Tenorio, Alberta Durán Gondar, Ernesto
Chávez Negrín. – p. 104-112. En: Revista Temas.
Cultura, Ideología y Sociedad. Nueva Época. — No.
36, — La Habana, ene – mar, 2004.
11. G ONZÁLEZ BENÍTEZ, IDARMIS.
Reflexiones acerca de la salud familiar. Trabajos de
Revisión. En: Revista Cubana Medicina General Integral. On
line. — 2004; 16 (5):508-12. Formato PDF. — La Habana.
2004.
12. GORGUET PI, MARLEN. Violencia,
Sexualidad y Drogas. — Santiago de Cuba. –Ed. Oriente. 2006. –
p. 87.
13. GUIBERT REYES, WILFREDO. Aprender,
enseñar y vivir es la clave. — La Habana. –Ed.
Científico Técnica. 2006. – 302p.
14. La violencia contra los niños.
2007. Disponible en: http://wwwpsicologíaonline.
com/?4=1076laviolenciacontralosniños.
15. LÓPEZ SEMINARIO, ROMULO. La
Comunicación Familiar / Romulo López Seminario,
Víctor Orqueda Saavedra. Doc. PDF. — p. 16.
16. LÓPEZ, ANTONIO. Maltrato
infantil: Mírele como se le mire. – p. 39 –
17. En: Ni con el pétalo de una rosa
/ Antonio López, Aloyma Ravelo, Sara Mas. Centro de
estudios de la mujer. — Ed. de la mujer. http://mujeres.cubaweb.cu/Violencia/violencia-2007/textos/5-
Ni%20con%20el%petalo%20de%20una%20rosa.pdf. – 135p.
18. LOURO B, I. La familia en la
determinación de la salud. En: Revista Cubana de Salud
Pública. On line. – p. 48 – 51. 2003, 29(1).
19. MARTÍNEZ GÓMEZ,
CRISTÓBAL. Salud familiar. — La Habana. — Ed.
Científico – Técnica. 2003. — 304 p.
20. MARTÍNEZ, ROIG. Maltrato y
abandono en la infancia / Roig Martínez, Joaquín de
Paul. — España. 1993. – 124p.
21. RIVERO HERRERA, MAYDA. Relaciones
familiares. Trabajo Científico. Universidad Central de Las
Villas. — Villa Clara. 2001. – 30 p.
22. RODRÍGUEZ ARCE, MARÍA
ANTONIETA. Padres, niños y conductas. — Santiago de Cuba.
– Ed. Oriente. 2007. – 255 p.
23. SILVIA F, PAOLA. La violencia
Intrafamiliar. Primera parte. Santiago de Chile. Doc. PDF. – 15
h–.
24. TORROELLA GONZÁLEZ – MORA, GUSTAVO. El
matrimonio y la familia de nuestros días. – 259 – 269. En:
Aprender a vivir y a convivir. – La Habana. — Ed.
Científico Técnica. 2005. – 330p.
25. VEGA, SUSANA. Violencia Familiar: los maltratos
inconfesables en las relaciones. En: Psicología Social II.
Parte 3. Selección de lecturas. — La Habana. — Ed.
Félix Varela. 2005.
26. ZÁRATE CLEMENTE, MARIO. Maltrato Infantil:
Abordaje, Intervención y Prevención en las
escuelas. En: monografías.com. Instituto Normal Superior
"Simón Bolívar". Bolivia. 2000. – 15
h–.
Autor:
Lic. Celia Betancourt Smith
Marzo 2011
Enviado por:
Rodolfo