- "No
tenía ningún
método…" - Necesidad de una estructura personal que
reclame y apoye la existencia de un método de
desarrollo integral - Las
ventajas de contar con método de
estudio - ¿Y cuáles serían los
componentes de un buen método de
estudio?
Gabriel y María son dos
jóvenes del nivel medio que toman conciencia de la
necesidad de contar de un método para estudiar.
"No tenía
ningún método…"
Hola, María. Leí tus
reflexiones y encontré que me interpretan mucho a
mí también
(http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria);
y ahora deseo hacerte una pregunta: ¿Cuál es el
método que tienes para estudiar? Porque para expresarte
como lo haces, debe haber unas claves interiores y cotidianas en
tu forma de estudio.
Gracias, Gabriel. La verdad es que yo no
tenía ningún método. Y tampoco nadie me
había hablado de su necesidad. Tampoco suponía que
lo debería tener. Quienes me instruían, tal vez o
no tenían o no estaban convencidos de la importancia para
una estudiante contar con uno. Y también si me lo hubieran
plateando en ese tiempo a mí no me hubiera interesado el
tema, porque hoy me doy cuenta que hubiera pensado que era un
tema estéril, innecesario,… pero es porque no lo
conocía. Nadie aprecia lo que no conoce.
(Gabriel) Sin embargo, algo
pasó que te entusiasmó a buscar un método
práctico y eficaz, María. Algo que te llevo a tomar
conciencia de la importancia de contar con un camino para llegar
a tus objetivos propuestos. O a lo mejor, primero es necesario
contar con"objetivos" para después sentir la necesidad de
un "camino" para llegar a él.
(María) Efectivamente.
Puedo reconocer que en esa etapa mis objetivos estaban fuera del
aula, y en conflicto con ella. Y fueron algunas preguntas de mi
facilitador que fueron mostrándome un vacio que
había en mí. O sea, era una especie de
obsesión de "presentismo" llenándolo con
cosas… con frecuencia de forma irracional y con poco o
nada de cuidado por mí misma.
Esta plataforma prácticamente
impedía la posibilidad de un método de estudio en
mi pobre práctica de estudiante de ese tiempo. Mejor
dicho, todavía no había empezado a serlo, y me
mantenía al margen de la misma naturaleza de estudiar;
entendida ésta como aquella actividad que de lo que lee,
escucha o ve se selecciona-analiza-interpreta-relaciona-sintetiza
y aplica en la vida real. En ese tiempo existía un
verdadero divorcio entre lo que vivía y lo que estudiaba.
Algo dramático porque era la misma persona que
debía intentar dividirse en cada una de ambos lugares
donde estaba diariamente. Y me faltaba un vaso comunicante que me
permitiera ser y sentirme que era una la misma persona en ambos
lugares. Esta ruptura fomentaba mi mal humor y rebeldía
casi como estados permanentes.
Ahora tengo compañeros de curso que
siguen viviendo ese drama que yo conocí; y del cual es
posible salir, y vivir una experiencia maravillosa, porque uno se
da cuenta qué significa comprender lo que se aprende.
Sentirse sujeto, y no objeto del conocimiento y del desarrollo
integral como ser humano, miembro de una comunidad y ciudadano de
un País.
Recuerdo que fueron los desafíos y
las preguntas que nos proponía nuestro facilitador,
además, una serie de documentales en torno a la
importancia de contar con un método de estudio para
aprovechar el tiempo y los recursos las me ayudaron a que cobrara
sentido para mí dicha demanda. Me empecé a hacer
preguntas como estas: ¿Cuál fue el método
que emplearon personajes como Descartes, Einstein, Nietzsche,
Borges, Vargas Llosa, M. Eliade, E. Galeano, P. Neruda, I.
Allende, para desarrollar su obra en sus respectivos campos. Al
no conocer la respuesta; sentí la curiosidad por
averiguarlo.
Necesidad de una
estructura personal que reclame y apoye la existencia de un
método de desarrollo integral
(Gabriel) O sea, María, que
primero la persona, el estudiante, tiene que sentir y querer un
desarrollo integral; donde se incluyan las dimensiones:
cognitiva, emocional y espiritual (y en la emocional incluimos la
dimensión afectiva y sexual). Es decir, una mirada
más amplia y más larga de sí mismos, que
contemple sus objetivos finales, sus metas intermedias y las
actividades a realizar desde ahora, de forma oportuna y eficaz. Y
lo más importante, jóvenes, es la generación
de preguntas en nuestra mente. Ellas son como las llaves que
abren puertas, o flechas que señalan direcciones donde
buscar. Por eso son verdaderamente lamentables nuestros largos
silencios en el aula o en los pasillos del lugar a donde
concurrimos a compartir y construir conocimiento, aprendizaje de
convivencia y construcción–planificación de
sueños y anhelos.
Efectivamente, jóvenes, las
debilidades en nuestras estructuras de personalidad es el primer
terreno que tenemos que trabajar en su reconstrucción para
después dar cabida a un método. Y la energía
que necesita la persona para atreverse a remodelarse es la
motivación, el incentivo a valorarse, quererse y
apreciarse. Por alguna o algunas razones, muchas personas
están débiles en estos campos.
Eufemísticamente por eso simplemente se habla de
población en" vulnerabilidad social" o en "riesgo social".
Son expresiones que se quedan cortas a la hora de definir o
recoger la realidad con que nos encontramos en nuestra
práctica profesional de intentar ser facilitadores para su
crecimiento integral.
Pero la materia prima permanece
incólume, y está ahí esperando la
oportunidad para desencadenar su poderosa energía propia
de todos los seres que los constituye como tales. Esto se puede
ver fácilmente, por ejemplo, en el cambio del brillo de
sus ojos, su rostro se reviste de color, los desplazamientos de
su cuerpo son más ágiles, y mejora su
presentación personal. Entonces estamos en el camino
correcto para que un buen método apoye el desarrollo de lo
que ya ha comenzado a existir: un ethos personal más
propicio.
( María) Efectivamente
así ha sido mi experiencia. Y por eso, agradezco la
pregunta que me hace Gabriel, porque la misma me ha llevado a
este trasfondo importante. Se trata de una confluencia
simultánea de ambos factores: un método de
desarrollo y el anhelo de desarrollarse. Y feliz el estudiante
que encuentra facilitadores o acompañadores de su
desarrollo que captan y/o fomentan esta coincidencia.
Como también es una responsabilidad
personal… y pienso no en mis compañeros de curso
que ya la poseen, sino en quienes todavía les cuesta
llegar a este punto de inicio para el propio camino de
desarrollo, acompañados por un método. Es cierto
que las falencias, debilidades y obstáculos son
abrumadoras para algunos, que se convierten en serias amenazas de
su subdesarrollo permanente a lo largo de sus vidas. Determinadas
estructuras sociales inundadas de economicismo las vuelve
inhumanas para muchos de mis compañeros de Liceo. Cuando
una visión economicista se hace cargo de la
educación, ésta se empobrece.
El método nos permite reflexionar,
conversar y sistematizar en nuestros encuentros de
generación cultural (lo que anteriormente yo misma
denominaba simplemente "clase"). Un término que
conceptualizaba de forma equivocada, cuando me auto condenaba a
una posición pasiva, receptora, cumplidora frente a la
fila de profesores que visitaban el aula en que más bien
estaba sin apropiarme del espacio y del tiempo que allí
vivía.
(Gabriel) Tiene mucho sentido para
mí tu punto de vista, María, porque pienso en
cuantas cosas estoy dejando de hacer por no contar con un
método de desarrollo en esta etapa de mi vida donde mi
principal actividad es estudiar. Pero prácticamente no he
tenido iniciativa. Me ha faltado creatividad y voluntad para
sistematizar de mejor manera mi aprendizaje. Y creo que la
razón de esto ha estado en mi falta de fe o confianza en
los estudios como una vía real de desarrollo. Ha sido
tanta la repetición que solo se estudia para trabajar y
ganar más. O sea, un olvido casi absoluto de la
relación del estudio con mi calidad de vida personal,
familiar, social y ciudadana, con una conciencia nueva para
contribuir al nacimiento de un mundo nuevo: más humano,
justo y solidario con la Naturaleza.
(María) A eso me refiero,
Gabriel, que es el punto de inicio para buscar y apropiarse de un
método de trabajo para estudiar; para ser y para hacer.
Sin el cultivo del ser es estéril el campo de hacer. Y no
será por la vía de la multiplicación de
actividades, con la consigna de tenernos siempre ocupados que se
pueden revertir el caos de muchas de nosotras, sino que a la vez
sentimos una gran hambre: la capacidad de relacionarnos
productivamente con el silencio; de administrar nuestro tiempo de
modo óptimo; y aprender a conversar con argumentos entre
nosotras mismas y con los adultos.
Aprender, así mismo, a desarrollar
paradigmas alternativos al de la competitividad, como
expresión del omnipresente individualismo. Si bien tenemos
que construirnos como individuos, no por ello debemos perder
nuestro carácter social; que a su vez no tiene que ser un
mera palabra, sino una práctica cotidiana de convivencia.
Hoy, por ejemplo, tener la capacidad de formación de
grupos de estudio y para iniciativas creativas, como antesala
para desarrollar la capacidad de trabajo en equipo. Todo esto no
se improvisa, y son parámetros que tanta falta hacen en
nuestro sistema de vida y de trabajo. Creo que no debemos temer a
cultivar mas practicas de solidaridad como expresión de
una naturaleza altruista, comunitarios y centrados en el
amor.
Las ventajas de
contar con método de estudio
El método de estudio que nos ayude a
no quedarnos encerrados en nosotros mismos es el más
importante. En cuanto que hoy día no basta con reproducir
el sistema en que estamos porque urge un cambio cualitativo del
mismo para bien de nosotras mismas, de nuestra humanidad, y de
nuestra Ecología. Lo que hay que cambiar es la
reproducción, por la innovación. Si bien en esto
hay consenso, no hay todavía libertad para emprender
nuevos caminos. Esa libertad tenemos que buscarla y encontrarla
en nosotras mimas, y no en el exterior, de donde jamás va
a provenir… porque allí es el reino de los
intereses monopólicos y de ideologías
dogmáticas.
En este sentido, un buen método
personal de estudio, se convierte en la mejor herramienta para
demoler la ignorancia y ciertas actitudes derrotistas, como el
"yo no puedo", el "yo no entiendo" o el "no me interesa"…
que son expresiones tan comunes en mi ambiente. Por eso
está impregnado de inercia, carente de identidad, de
comunicación y por consiguiente de realizaciones. Por lo
tanto, es a su vez, el lugar propicio para la instauración
o apropiación de métodos de estudio.
Además de ser herramienta para poder
entrar en los campos del saber, un buen método constituye
también ser un buen depósito donde recoger y
trabajar la información que nos envuelve en todo tiempo y
lugar. Así mismo, su carencia constituye la pobreza o
debilidad más grande porque nos vuelve incapaces no solo
de comprender, sino antes que eso, de recibir, de acoger, de
atesorar conocimientos, que bien trabajados se pueden convertir
en insumos para vivir bien y para hacer el bien.
En mi caso, María y Gabriel, yo
no había establecido la relación entre proyecto
personal y método. Y mi situación se agravaba
porque también era muy débil la existencia de un
proyecto de esa índole. En esas condiciones, estudiar era
para mí un drama. Una obligación que no me
motivaba sino que me fastidiaba. Y esta energía se elevaba
exponencialmente porque era fácil contagiarse y
contagiarla. Nuestra misma debilidad de proyectos personales
contribuía a llegar rápidamente a aquellos
escenarios que lo que menos tenían era un clima para
aprender, comprender, reflexionar, relacionar y desarrollar para
llevar las ideas a la vida y sacarlas también de la
realidad, su procedencia y destino natural.
Creo que tenemos que alegrarnos porque
cuando la semilla germina comienza un nuevo proceso… que
nos puede llevar a insondables e impensadas dimensiones, en este
caso, de realización personal. Lo cual constituiría
un gran logro, dadas las condiciones que por lo general nos deja
sin palabras por su inmensa globalización y omnipresencia.
Uds. Saben cómo algunos llegan a este lugar sagrado que se
convierte en la reconstrucción del ser humano en su nivel
interior que es el que da impronta a su ser
físico/externo. Es maravilloso cuando comprendemos todos
juntos que somos células de un cuerpo más amplio
que se es el producto de lo que somos y de cómo somos. O
sea, no nos creemos que seamos el producto de la sociedad o mundo
en que estamos, sino que somos sujetos con la misión de
ser agentes de cambio, por las vías del conocimiento, de
las emociones y de la espiritualidad… y para eso es
fundamental que nos hagamos de un buen método que nos
permita trabajar, crecer y dar frutos aquí y
ahora.
¿Y
cuáles serían los componentes de un buen
método de estudio?
(María) En primer lugar,
creo firmemente que en primer término somos nosotros
mismas. Porque somos el punto de inicio y de llegada de un
método. Y así como tenemos la misión de
hacernos e inventarnos, así también tenemos que
hacernos e inventarnos un método propiado de estudio, de
trabajo y de vida.
Sus componentes básicos debemos
sacarlos de nosotros mismos y de la naturaleza que nos rodea y
contiene tanta sabiduría. Lo que tenemos que aprender es a
observarla e imitarla. Por solo mencionar un aspecto, el
carácter refractario que permite que se formen los bosques
y microclimas porque cada planta desarrolla un mecanismo que
favorece la vida y desarrollo de sí misma y de las otras
plantas. Así nosotras y nosotros, si nos cuenta que
trabajando juntos vamos a avanzar y profundizar más
nuestros temas de aprendizaje. Creo, de verdad, que debemos
renunciar conscientemente a la intolerancia, la arrogancia o la
ingenuidad.
El método nos debe de proporcionar
valores que muevan nuestra vida diaria y nos orienten en las
decisiones que tomamos y tomaremos en todo tiempo y
circunstancias. Y hacer así la diferencia entre una vida y
práctica aislada y/o desconectada del resto de las
personas y de los temas importantes de cada día a nivel
comunitario, social y mundial; a darnos cuenta que -en mi caso-
como mujer, con un nombre, una misión y una utopía;
para lo cual necesito generar las confianzas con los otros que
nos permita el mutuo conocimiento y el mutuo respeto. Esta matriz
personal siento que me permite poner una sólida base para
un buen método me ayude muchas formas prácticas
más que dan vida a la creatividad que es como el alma que
me anima a buscar la productividad óptima en esta corta
etapa de ser estudiante de Nivel Medio. Así el
método es personal en su primera búsqueda y
conformación, grupal en su práctica, y social en su
finalidad.
(Gabriel) Y de esta manera,
comprendo ahora, recobraremos muchas cosas que hemos perdido,
como la productividad, la alegría de estudiar, la voluntad
de participar, y la responsabilidad del compromiso. Podremos
recobrar nuestra identidad como un cuerpo vivo en y a favor de la
sociedad que nos contiene; pero con frecuencia nosotros no la
contenemos a ella. Este divorcio es perjudicial para ambos,
porque nos debemos y nos necesitamos mutuamente. Es decir, la
salud, el bienestar y el desarrollo de ambos dependerán de
la buena y productiva comunicación que cultivemos entre
nosotros: sujetos y sociedad.
Como facilitador, no puedo pensar sino
igual que Uds., Gabriel y María, porque así estamos
siendo capaces de reflexionar sobre lo que vivimos cada vez que
nos juntamos para vivir la hermosa experiencia de aprender.
Aprender a saber quiénes somos, donde estamos y
cuál es nuestra misión en este mundo, para la cual
no solamente debemos prepararnos, sino actuarla aquí y
ahora porque nadie es dueño del mañana. Cuando un
método de vida y de estudio nos ayuda a conseguir este
objetivo, podemos decir entonces que estamos en la ruta correcta
de ser estudiantes, de ser personas y de ser ciudadanos. El
estudio, así, ni comienza ni termina en una sala de clase,
y ese lugar se convierte en una especie de vientre que genera
vida para este mundo que habitamos y heredaremos con el aporte e
impronta de nuestra misión de estudiantes conscientes,
racionales y libres.
La aparente "complejidad", entonces, al
hablar de método no es tal, sino todo lo contrario, porque
es la vía que vuelve posible mi realización
más plena, entrando a los estadios de la libertad, de la
responsabilidad y de la solidaridad.
Hablar de método es hablar de
orden, de disciplina, de optimizar el uso del tiempo. Y
también es la herramienta para evitar el estrés por
los apuros de última hora para preparar nuestras tareas o
pruebas. Un método adecuado nos favorece enormemente le
profundización de los temas de estudio; y
utilizándolo podemos incluso discernir mejor nuestra
vocación labora-profesional.
Autor:
José Leandro
flores
18 de abril de 2011